Modesto homenaje a todo un héroe: Giuseppe Garibaldi

«En casi todos los tiempos, los pueblos se han
gobernado por la ignorancia y la violencia,
es decir, con sacerdotes y soldados”.

Giuseppe Garibaldi

Hacía tiempo estaba por escribir sobre un hombre que dio todo en su vida por la nueva Italia, hablo de Giuseppe María Garibaldi, hombre nacido el 4 de julio, coincidente con la fecha de la independencia de los estadounidenses, pero de 1807 en Niza, territorio costero en el Mediterráneo, lugar histórico de la Liguria, muy disputado por los sardos y franceses. Cuando Garibaldi nació Niza estaba ocupada por Francia. En 1814 el pueblo nizardo aclamó a Vittorio Emmanuelle I, rey del Piomonte-Cerdeña, de manera que Niza volvió a ser parte de este reinado. Cosas de la vida, el futuro de Niza fue décadas después no el que hubiera deseado Garibaldi, de lo cual hablaré más adelante.

Garibaldi había nacido en el seno de una familia de pescadores y comerciantes costeros, por lo que no le resultó difícil adquirir conocimientos sobre navegación hasta convertirse en capitán de naves. No obstante, los padres del joven Giuseppe aspiraban a que su hijo se convirtiera en cura, por eso su padre lo llevó a Roma en 1824. Garibaldi rechazaba esas ideas, por lo que la visita a Roma únicamente confirmó sus ideas anticlericales. Igualmente, en esa ocasión, quedó convencido de la necesidad de la unificación de la península itálica en un solo estado y que su capital debería ser Roma.   

Durante su aprendizaje como capitán de barcos Garibaldi conoció de las ideas nacionalistas de su tocayo Mazzini y de un pensador socialista como el conde Henri Saint-Simón, las que prendieron fuertemente en la conciencia del joven navegante, quien no dudó en enrolarse en una rebelión organizada por el movimiento Joven Italia a favor del establecimiento de una república y la eliminación de la monarquía imperante. La rebelión fue sofocada, y Garibaldi, condenado a muerte, tuvo que escapar y exiliarse hasta parar en América del Sur en 1836, donde nuevamente participó activamente en varias acciones independentistas en las excolonias españolas y portuguesa.

La primera incursión militar de Garibaldi en América del Sur fue en Brasil cuando el estado de Rio Grande do Sul intentó la secesión, acción infructuosa, en la que el combativo nizardo estuvo al frente de la armada rebelde y pudo conocer a Ana María de Jesús Ribeiro da Silva (Anita), la que fue su pareja y compañera de lucha hasta su muerte. A Anita, oriunda de Santa Caterina, también se le llegó a conocer como la heroína de los dos mundos.   

Posteriormente, siempre inquieto, se trasladó junto a Anita y su pequeño hijo a Uruguay, donde no tardó en encabezar la armada de ese país en contra del dominio de Juan Manuel Rosas y evitar el bloqueo del Puerto de Montevideo en el Río la Plata. En estos combates Garibaldi ganó notoriedad y organizó la Legión italiana, el embrión de las famosas Camisas Rojas, todos exiliados italianos en Uruguay, los que posteriormente le acompañaron en otras batallas por la unificación de Italia.

Garibaldi aprendió mucho de estrategia y táctica militar en esas batallas. Su nombre comenzó a ser muy conocido en Europa y no faltaron famosos escritores de la época que hablaran de sus éxitos militares.

Para Garibaldi la ciudad de Roma era vital convertirla en la capital de la nueva Italia. El Vaticano tembló con esa idea y las acciones conducidas en 1848, con lo cual el Papa Pio IX desapareció de la escena, mientras Garibaldi pasaba a ocupar un puesto como diputado republicano de la asamblea constituyente en 1849. Obviamente, el Papa no se quedó quieto, buscó el apoyo de tropas francesas, las que se enfrentaron a las fuerzas de Garibaldi. No faltaron enfrentamientos con tropas de Nápoles, por lo que una vez más Garibaldi resultó derrotado y tuvo que escapar con sus hombres, primero a Suiza, luego en el estado independiente de San Marino.

Por su cabeza daban cualquier cosa, fueran austriacos, franceses o autoridades del pontificado. Nuevamente Garibaldi tuvo que cruzar océano, esta vez rumbo a los EE. UU., para establecerse en la localidad neoyorquina de Staten Island, donde trabajó y estableció su propio negocio de velas, pero sin perder de vista su gran objetivo, la unificación de Italia. Luego se marchó a Perú, donde ejerció como capitán de barco mercante.

A pesar de sus ideas antimonárquicas y anticlericales, Garibaldi razonó que era necesaria una coalición de fuerzas alrededor de la figura del monarca de Cerdeña, Vittorio Emmanuelle II. El conde Camilo Benso Cavour, nombrado primer ministro de este reinado en 1852, compartía iguales ideas de unificación, pero con otros matices e intenciones, ya que sus ideas eran extremadamente conservadoras.

En aquellos momentos Garibaldi poseía una casa en la isla Caprera, aledaña a Cerdeña, desde comenzó a moverse para organizar a su Legión para batallas contra los austriacos en los Alpes. Se le había permitido regresar a territorio italiano con la idea que rechazara las ideas republicanas de Giuseppe Mazzini. Era mucho el territorio por liberar para la reunificación, más bien feudos, entre ellos estaban los llamados estados del Reino Lombardo-Veneto, los estados pontificios, el reino de Piamonte- Cerdeña y el reino de las dos Sicilias principalmente. El primero mencionado estaba bajo dominio austriaco y con ayuda de tropas francesas de Napoleón III, además de las victorias de las fuerzas de Garibaldi en Varese y Como, territorios justamente en la frontera con Suiza, se logró anexar al reino de Piamonte-Cerdeña, pero quedaban amplios territorios para la reunificación. En el curso de esas batallas, la pareja de Garibaldi, Anita, había fallecido. En ese momento estaba embarazada de su cuarto hijo.

El apoyo de Francia en las batallas contra Austria no fue gratuito. En 1860 Cavour llegó a un pacto con los galos de entregarles los condados de Niza y Saboya. Niza es donde naciera Garibaldi. Todo eso a cambio de su solidaridad en el empeño de lograr la unificación de Italia. Garibaldi se opuso a esta entrega, la que supuestamente tuvo lugar mediante plebiscito de la población del condado, cuyos resultados tenían cara de fraude. Gran parte de la población italiana de esos nuevos territorios franceses se trasladaron a las villas fronterizas de Ventimiglia y Ospedaletti.  Francia hizo las paces con Austria y dejó la causa italiana en el aire, por la que se había comprometido a apoyar. La negociación evidentemente fue infructuosa.

Garibaldi, inconforme con el desarrollo de los sucesos, decidió con sus voluntarios ocupar Sicilia, una preciosa isla tratada como un feudo por parte de Don Fabrizio Corbera, el llamado Príncipe de Salina. Esta conquista transcurrió exitosamente y la población siciliana vio la luz con la llegada de Garibaldi y sus tropas. La toma de Sicilia fue el fin del absolutismo del rey Francisco II de Nápoles, reemplazado por el reinado de la casa de Saboya.  Luego se adentró en la península para conquistar la Campania y llegar hasta la playa de Gaeta, actualmente territorio meridional del Lazio.

En cuanto a los Estados Pontificios, en 1860 el rey sardo-piamontés exigió al Papa Pio IX la entrega de Umbria y la Marche, lo cual fue rechazado y provocó una guerra, en la cual el clero salió perdiendo los territorios de Emilia Romagna, Le Marche, Parma, Modena, Toscana, Umbria y Lazio. Para su consuelo, el Papa pudo conservar Roma, pero no por mucho tiempo. Garibaldi había hecho un intento de conquistar estos territorios en 1866, pero el gobierno monárquico se opuso. No es difícil suponer que Vittorio Emmanuelle II y el mismo Cavour temían de las acciones de Garibaldi, quien después de la victoria acostumbraba a repartir lo que los ricos poseían. El Papa tuvo el apoyo de las tropas francesas, las que derrotaron a Garibaldi y sus fuerzas en la batalla de Mentana.  Garibaldi cayó herido y prisionero, luego amnistiado y en 1870 se marchó a Francia para participar en las acciones de la Comuna de París.

En noviembre de 1870, algo después de la unificación italiana, Italia entró como aliada de los prusianos en la guerra contra Francia. Roma estaba aún en manos del Papado, por lo que su conquista final era un claro objetivo. El Papa buscó la forma de resistir con sus tropas, pero nuevamente el clero fue derrotado. Las tropas italianas ocuparon Roma y el Palacio del Quirinale, recinto que se convirtió en la sede del nuevo gobierno monárquico y lo sigue siendo del gobierno italiano hasta hoy día. Roma fue finalmente proclamada capital del nuevo estado. Hasta ese entonces Turín fue la capital, algo raro, una urbe donde el francés era la lengua predominante entonces. Aunque Garibaldi no estuvo presente en esta última batalla, es de pensar que su alegría haya sido inmensa al ver a sus enemigos vencidos y limitados, además de lograrse su sueño de Roma como capital.

La Comuna fue una experiencia más en el curriculum de luchas de Garibaldi. Regresó a Italia y en 1879 fundó su propio partido, la Liga de la Democracia, cuyo programa buscaba la emancipación de la mujer, el sufragio universal y la creación de un ejército nacional. En 1875 Garibaldi era un parlamentario italiano, cargo que abandonó por serias discrepancias con la monarquía instaurada.

En su vida privada Garibaldi se casó con la brasileña Anita, con la cual tuvo tres hijos, Menotti, Ricciotti y Teresita. Con el fallecimiento de Anita en 1849, Garibaldi se volvió a casar con la marquesa Giuseppina Raimondi en 1860, boda que concluyó con el repudio del novio a la novia. Garibaldi se enteró en el epílogo de la boda que la Raimondi había tenido varios amores previos e incluso durante su noviazgo y horas antes de las nupcias. Ahí murió todo y Garibaldi se desentendió de Giuseppina.  Francesca Armosino fue la última esposa de Garibaldi, matrimonio que tuvo lugar en 1880 después de la disolución del anterior de Garibaldi con la Raimondi por parte del Tribunal de Apelación de Roma. De hecho, esta última pareja tuvo tres hijos: Clelia en 1867, Rosa en 1869, la que murió a los 18 meses de nacida, y Manlio en 1873, o sea, todos ellos nacidos antes del matrimonio formal de Garibaldi con Francesca.

Veo a la figura de Garibaldi como el artífice de la unión de Italia, independientemente de sus “aventuras”, palabra que no es de mi agrado, siempre supo guardar un lugar especial en su mente para lograr ese objetivo y hacer a Roma capital de la nueva nación. Su coraje y arrojo le proporcionó más simpatías que las que llegó a tener el monarca Vittorio Emmanuelle II. El pueblo confiaba en Garibaldi, sabía que sus proyectos eran para favorecer socialmente a la población y terminar con la opresión secular impuesta por el Papado y las monarquías aliadas. Nunca fue pro-monárquico, pero entendió que un salto a una república era insensato para aquel momento. Unir a Italia era lo primero, para lo cual necesitaba de fuerzas de la monarquía y del pueblo en general. Una vez lograda la unificación la sociedad debía encargarse de introducir leyes que proporcionaran el progreso de la nueva nación. No obstante, Italia se trastornó a partir de 1922 y sufrió una dictadura hasta 1943, régimen muy distante de haber sido democrático.

Garibaldi se mantuvo activo prácticamente hasta su muerte, la que ocurrió en Caprera el 2 de junio de 1866. Había ordenado que lo cremaran con su rostro de cara al sol mientras su cuerpo ardía, todo lo cual se incumplió, ya que fue sepultado. Hace más de una década su bisnieta Anita estaba solicitando permiso para la exhumación del cadáver de su bisabuelo, el cual yace en un área llamada “Compendio Garibaldi” en la islita Caprera. Anita en aquel momento no obtuvo aprobación de las autoridades. En ese mismo lugar están los restos de su última esposa Francesca Armosino y de sus hijos Manlio, Rosa, Anita, Teresita y Clelia.

El rey Vittorio Emmanuelle II tiene un enorme monumento frente a la plaza Venecia en Roma, mientras que el siempre venerado Garibaldi posee otro más modesto en la octava colina de Roma, el llamado Gianicolo, donde el gran héroe logró rechazar el empuje de las tropas francesas en 1849. Ese lugar, el que suscribe y familia lo visitábamos con frecuencia. La escuela Cervantes en Roma, donde estudiaron mis hijas, se halla a escasos pasos del Gianicolo, una plaza con vistas fabulosas de la ciudad y donde se pueden apreciar tarjas de muchos héroes de las batallas por la unidad de Italia. En su centro está el monumento ya indicado, donde Garibaldi aparece montado a caballo. Una curiosidad, el trasero del caballo está de frente a la cúpula de la Basílica de San Pedro en el Vaticano. 

Existe una novela, poco divulgada en Occidente, escrita por la irlandesa Ethel Lilian Voynich, cuyo título es “el tábano” (1897), la cual trata sobre la vida de un joven que sigue rumbos muy parecidos a los de Garibaldi. La diferencia estriba en que el héroe en la novela es al final un bastardo surgido de la relación de un cura con una joven creyente, algo que el niño siempre ignoró, le hacían ver que era huérfano de padre, pero comenzó en su momento a sospechar. Nada de esto sucedió en la vida de Garibaldi. La principal similitud del héroe de la novela y Garibaldi está en el pensamiento rebelde, anticlerical y en su deseo de hacer algo grande para su país soñado, la Italia unificada. 

Hay muchos más pasajes de la vida del gran héroe, los que no era mi propósito abordar detalladamente. Más bien reseñamos partes importantes de su vida como deseo de expresar mis simpatías por todos sus esfuerzos a favor del bienestar de la nación italiana.   

Fuentes

Anon. s/a. Garibaldi: el héroe de la liberación de Italia (nationalgeographic.com.es)

Anon. 2013. ¿Dónde está el cadáver de Giuseppe Garibaldi? BBC news Mundo, 21 enero. https://www.bbc.com/mundo/noticias/2013/01/130116_curiosidades_cuerpo_garibaldi_yv  

Anon. 2015. Cimitero dove è sepolto Garibaldi. OdF 16 sept. https://outletdelfunerale.it/wp/2015/09/cimitero-dove-e-sepolto-garibaldi/

Bermejo Cristina. 2023. 2 de junio de 1882: muere Giuseppe Garibaldi, líder de la unificación italiana. EOM. https://elordenmundial.com/hoy-en-la-historia/2-junio/2-de-junio-de-1882-muere-giuseppe-garibaldi-lider-de-la-unificacion-italiana/

Fernández, Tomás y Tamaro, Elena. 2004. Biografia de Giuseppe Garibaldi. Biografías y Vidas, la enciclopedia biográfica en línea [Internet]. Barcelona, España. https://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/garibaldi.htm

Moreno V., Ramírez María E., de la Oliva Cristian, Moreno Estrella. 2012. Biografía de Giuseppe Garibaldi. Buscabiografias.com, 30 junio. www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/7167/Giuseppe%20Garibaldi.
Escrito por Ricardo Labrada
29 junio de 2023

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