Un adiós al Rey Pelé

Pelé y solo Pelé, los demás pueden tener un mérito efímero,
algo fugaz, en una copa o torneo internacional, pero Pelé fue
consistencia y eficacia en el terreno durante más de doce años.
Escrito por el autor en abril 2016

Por Esteban Romero

Se nos va un hombre de origen muy humilde, el que tuvo que ganarse la vida como podía. Adoraba al fútbol, pero por su físico nadie le quería. Este mundo está lleno de prejuicios y el deporte no está ajeno a los mismos.

El muchachito nacido el 23 de octubre de 1940 en Tres Corazones, Minas Gerais, se las agenció para demostrar que era algo más que un futbolista, un artista de este deporte, un hombre capaz de burlar 2 y 3 defensas juntas. Fue entonces que le cayó su primer contrato con sólo 15 años y con un equipo de leyenda, el Santos de São Paulo, con el equipo pudo debutar un par de años después.

Llegó 1958, año de copa mundial, a efectuarse en Estocolmo. Pelé estaba en la preselección nacional con la escasa edad de 18 años. Luizinho no pudo hacer la selección por lesión y ahí entró Pelé, el hombre del jogo bonito.

Su calidad fue evidente cuando le marcó 3 golazos al equipo de Francia, pero en la final le hizo la gracia de dos más a los anfitriones, los que habían marcado primero y se daban ya por campeones. Al fin Brasil ganaba su primera copa, pero no la última.

En 1962 Brasil volvió a ganar, en la que Pelé aportó algo a los inicios antes de lesionarse, por no decir ser lesionado por los rivales. No obstante, había equipo atrás para que se volviera a bailar samba en la final.

Cuatro años después, Pelé estaba en forma, le vi jugar en amistoso contra la URSS semanas antes que comenzara la copa en Londres. En aquel partido, a la memoria, los soviéticos pusieron un 5-3-2, más defensa que ofensiva. Tres de los cinco defensas eran para Pelé, pero de nada les valió, el Rey coló el primero y el tercero, en ambos casos desmarcándose con tremenda facilidad, con dominio absoluto del balón. El otro gol, el segundo del partido, fue gracias a un pase perfecto a uno de sus compañeros. Marcador final 3-0.

Los equipos rivales sabían cómo venía el Rey, por lo que el juego sucio fue el que se impuso, a darle patadas no al balón, pero sí a las piernas de Pelé. Brasil poco pudo hacer en esa copa londinense, una victoria y dos derrotas, eliminado para jugar en la siguiente fase.

En México (1970), el equipo brasileño había aprendido la lección. Pelé era muy bueno, pero solo no podía hacer mucho. Se necesitaba de un juego parecido al de la copa en Chile (1962). Pelé marcó cuatro goles y tuvo buena compañía ofensiva de Jairzinho, Gerson y Carlos Alberto. Era la tercera copa para Brasil, la que se llevó definitivamente para casa.

¿Cuántos futbolistas han contribuido a ganar tres copas por la selección de su país? Pelé llegó y llevó tres veces a su equipo a la victoria, sin mucho alarde, sin hacer pronunciamientos de arrogancia ante la prensa. Siempre afable con todo el mundo.

Revisando estadísticas por Wikipedia, se puede ver que la FIFA reconoce 757 goles de Pelé en partidos oficiales. Sin embargo, otra cuenta da un total de 1284 al añadir los juegos amistosos. Con la Selección de Brasil jugó en 105 partidos oficiales y anotó 94 goles. Sumen a todo eso que, su equipo nacional logró 10 títulos con la presencia y juego de Pelé, además de lo alcanzado con el Santos en varios eventos regionales/intercontinentales: dos Copas Libertadores, 2 Copas Intercontinentales y una Supercopa de Campeones Intercontinentales.

¿Comparaciones? No son de mi gusto, respeto la calidad de muchos futbolistas, pero tampoco me hace gracia afirmaciones fanáticas. En partidos internacionales, Pelé, con la selección de su país, jugó 91 partidos y anotó 77 goles, mientras que el gran Diego Armando Maradona anotó 34 goles, menos de la mitad, en 90 partidos.

Otros grandes podrán golear más, no es de dudar, pero los triunfos aportados a su selección nacional y a su equipo local por parte de Pelé son sencillamente inalcanzables.

Para no ser repetitivo en cuanto a logros de este gran futbolista, invito a leer el artículo del que suscribe (abril 2016), cuya referencia aparece en las fuentes consultadas.

El rey, Edson Arantes do Nascimento, murió el 29 de diciembre de 2022 en Sao Paolo. Nuestras muy sinceras condolencias a su familia, seres queridos y amigos cercanos. Sepan que se fue el mejor, aunque su legado está presente, digno de recoger por las actuales y futuras generaciones de futbolistas en el mundo.  

Fuentes

Anon. 2022. ¿Cuántos goles marcó Pelé en toda su carrera? https://www.pagina12.com.ar/511944-cuantos-goles-marco-pele-en-toda-su-carrera

Romero E. 2016. Un tributo al rey del fútbol: Edson Arantes do Nascimento o Pelé. https://deportescineyotros.com/2016/04/10/un-tributo-al-rey-del-futbol-edson-arantes-do-nascimento-o-pele/

30 diciembre 2022

La serie especial de béisbol de 1970

Por Esteban Romero

Había terminado la IX Serie Nacional (1969-70), en la que el conjunto Henequeneros, dirigidos por Miguel Ángel Domínguez, se alzó con el triunfo, primer banderín de un equipo matancero en series nacionales, en los que registró 50 victorias y 16 derrotas, para así aventajar a los Mineros por 1,5 juego. El héroe indiscutible de esa victoria yumurina fue Wilfredo Sánchez, el que lideró los departamentos de hits (98), carreras anotadas (46), bases robadas (34) y bateo (,351), además del excelente pitcheo del entonces joven Alfredo García, el que lideró el departamento de juegos ganados (12).

La justa invernal beisbolera había terminado unas semanas antes del inicio de los XI Juegos Centroamericanos y del Caribe, los que tuvieron lugar en Panamá del 1 al 13 de marzo de 1970, lo que lógicamente implicaba una preparación y selección cubana de béisbol para participar en ese certamen.

Por primera vez la preparación fue casi pública, en la que participaron muchos peloteros de todas las provincias. De esta manera, la afición reunida a diario en el Latinoamericano disfrutaba de los partidos y se iba haciendo una idea de quienes debían ser los integrantes de la selección final.

Como producto de ese entrenamiento, Manuel Hurtado, al que nunca se le había llevado a evento oficial como integrante del equipo nacional, fue escogido bajo la presión de la afición, la que gritaba una y otra vez: “Que lo lleven, que lo lleven”. Algo parecido sucedió con el legendario Urbano González, el que no llegó a hacer la selección al Mundial de Santo Domingo (1969), pero que esta vez, por sus resultados tan evidentes en el entrenamiento, mereció gritos similares de parte de la afición. Por primera vez Wilfredo Sánchez y Armando Capiró integraron esa selección, la que regresó a la Habana con la victoria después de haber ganado 7 y perder un solo partido, en el que Gregorio Pérez como abridor y Braudilio Vinent como relevista no llegaron a cumplir con los resultados esperados en ese partido.

La llegada a la Habana de la delegación fue por todo lo alto, Cuba había obtenido primer lugar por naciones, con un total de 210 medallas, de ellas 98 de oro. Esa victoria era un buen estimulo en plena zafra, la que buscaba llegar a los 10 millones de toneladas de azúcar. El discurso triunfalista habitual no faltó como bienvenida a los atletas. De paso se anunció que se desarrollaría un campeonato extra de béisbol, el que se llamaría “Serie de los 10 millones” y comenzaría en abril con duración hasta mediados de julio. Serían seis equipos, uno representando a cada provincia, enfrentados en 90 juegos, con series particulares de 18 partidos.

Desde un inicio fueron dos los superfavoritos, Habana, por el trabucón que traería, y Oriente, equipo que sería un Mineros muy reforzado. En la lista de favoritos no faltaba Matanzas por contar con buena ofensiva y un pitcheo mejorado. Menos esperanzas le daban a las Villas, Camagüey y Pinar del Río. Veamos las nóminas de cada conjunto:

Pinar del Río

Director: Ismael Salgado.

Auxiliares: José R. Castillo, Félix Miranda, Marcos Páez.
Receptores: Arturo Díaz, Efraín Hernández, Isbel Chamizo, Julio Sosa.
Cuadro: Adalberto Suárez, Lázaro Cabrera, Felipe Álvarez, Roberto Zayas, José Schueg, Juan Díaz Fuentes, Santiago León.
Jardineros: Héctor Mena, Miguel López, Tomás Valido, Fidel Linares, Osvaldo Cruz, Bernardino Priel, Nilo Delgado, Reinaldo Oliva.
Lanzadores: Florentino González, Emilio Salgado, Raúl Álvarez, Domingo Pérez, Emilio Rodríguez, Raúl Martínez, Raúl Santos, Pedro Pérez, Arcadio Martínez, Osvaldo Priel, Servando García, René Zas, Ciprián Padrón.  

Habana

Director: Humberto Arrieta.

Auxiliares: Eugenio Wilson, Francisco Valdés y José A. Alpízar.
Receptores: Lázaro Martínez, Ernesto Cobas, Gerardo Egues.
Cuadro: Agustín Marquetti, Arturo Linares, Urbano González, Rodolfo Puentes, Antonio González, Félix Rosa, Ubaldo Álvarez, Leonardo Fariñas, Germán Águila, Leopoldo Márquez.
Jardineros: Eulogio Osorio, Raúl Reyes, Armando Capiró, Antonio Jiménez, Reinaldo Linares, Julián Mederos.
Lanzadores: Manuel Hurtado, Santiago Mederos, Walfrido Ruíz, Rigoberto Sánchez, Rigoberto Betancourt, Antonio “Boricua” Jiménez, Andrés Liaño, Oscar Martínez, Pedro Izquierdo, Pablo Pozo, Ihosvany Gallegos, Maximiliano Reyes.  

Matanzas

Director: Miguel Ángel Domínguez

Auxiliares: Daniel Menéndez, Félix Gómez, Luis Menéndez.
Receptores: Evelio Hernández, Guillermo Herrera, Arnoldo Rodríguez.
Cuadro: Tomás Soto, Félix Isasi, Antonio Sánchez, José Morgan, Lázaro Peñalver, Rafael Herrera, Lázaro Madan, Roberto Sotolongo.
Jardineros: Wilfredo Sánchez, Rigoberto Rosique, Rigoberto Estrada, Erwin Walter, Francisco Calvo, Reinaldo Isasi, Orestes Baró.
Lanzadores: Alfredo García, Luis Fernández, Jesús Torriente, Gaspar Pérez, Manuel Rojas, Alberto Vera, Ernesto William Alfonso, Jesús López, Reinel Rodríguez, Rolando Tamayo, Orlando Albelo, Luis Lima, Juan Martínez.

Las Villas

Director: Servio Borges

Auxiliares: Juan Gómez, Arnaldo Raxach, Juan Suárez, Reynaldo Díaz y Clodomiro Valdés.
Receptores: Lázaro Pérez, Edgar Domínguez, José Gómez y Miguel Díaz.
Cuadro: Jesús Oviedo, Emilio Madrazo, Osvaldo Oliva, Owen Blandino, José Pérez, Julio Soto, Rigoberto Rodríguez.
Jardineros: Silvio Montejo, Enrique Oduardo, Antonio Muñoz, Juan Díaz, Jorge Estrada, Luis Vara, José Zamora.
Lanzadores: Aquino Abreu, Rolando Macías, José Antonio Huelga, Gaspar Legón, Román Águila, Rodoberto Pan, Carlos Gálvez, Eleuterio Molina, Enrique Crespo, Ronel Sardiñas, Orestes Miranda, Pablo Ubein Sánchez, Aniceto Montes de Oca, Leonel García.

Camagüey

Director: Mario Salas

Auxiliares: Jorge Hernández, Fernando Fernández y Reynaldo A. Puig.
Receptores: Pedro Cruz, Santiago Hernández y José Ramos. 
Cuadro: Felipe Sarduy, Francisco Bolaños, Vicente Díaz, Omar Fraga, Rolando Valdés, Omar Cuesta, Eduardo Cuesta.
Jardineros: Miguel Cuevas, Félix Herrera, Sandalio Hernández, Ángel Galiano, Eusebio Cruz, José Prado, Asterio Záldivar, Antonio Eugellés.
Lanzadores: Lázaro Santana, Oscar Romero, Gregorio Pérez, Yoire Fombona, Juan Pérez Pérez, Elpidio Jiménez (OF), José Cruz, Juan de Dios Calderón, Manuel Llera, Guillermo Rancel, Santiago Campanería, Pedro González y Roberto Meireles.

Oriente

Director: Francisco Escaurido

Auxiliares: Rafael Suárez, Martín Ferrer y Antonio Sánchez.
Receptores: Ramón Hechavarría, Erol Correa, Miguel Martínez Cuellar, William Mendoza.
Cuadro: Juan Serrano, Andrés Telémaco, José García, Agustín Arias, Guillermo Hernández, Armando Calzadilla, Edilberto Albuerne, Rigoberto Rodríguez, Norge Sandó.
Jardineros: Fermín Laffita, Elpidio Mancebo, Luis Mesignak, José Dranguet, Miguel Telémaco, Jorge Francis, David Borrayo.
Lanzadores: Braudilio Vinent, Roberto Valdés, Orlando Figueredo, Jorge Franco, Mario Ferrer, Gonzalo Castillo, Rolando Castillo, Gonzalo López, Luis M. Verdecia, Gaspar Morales y Norge Santana.

Se escogieron 12 árbitros, los que impartirían justicia en los juegos de provincia, dos en cada juego y el resto serían designados por la provincia. Esos árbitros con categoría nacional fueron Iván Davis, Juan Izquierdo, Alejandro Montesinos, Antonio Ferrer, Francisco Belén, Pedro Prats, Valentín Pestano, Fernández Cotón, Alfredo Paz, Julio Ramón Véliz, Rodríguez y Vázquez. Ninguno de ellos recibió pago por su trabajo en esos juegos, según la prensa, decisión tomada por los ampayas voluntariamente.  

El primer juego tuvo lugar en el Latinoamericano el 1 de abril, en el que jugaron Matanzas y Habana, donde Changa Mederos demostró sus condiciones para dominar a la escuadra de los tres mosqueteros y “D´Artagnan” Tomás Soto. En esa inauguración se desplegó una coreografía que concluía con la palabra MITAD, lo que significaba que se habían sobrepasado los 5 millones de toneladas. No era ningún logro, por cierto, debido a que a partir de mayo la caña de azúcar tiende a rendir menos pol (contenido de sacarosa en jugo), mes en que las temperaturas suelen elevarse y comienzan las lluvias. Así que llegar a la mitad de la producción prevista en abril no era un buen presagio.

Los pronósticos beisboleros no se cumplieron desde la primera semana. El conjunto oriental jugó muy desalmidonado. Su ofensiva no funcionaba y sus lanzadores no lograban los resultados esperados. Roberto “Jabao” Valdés había venido de una rehabilitación, Así y todo, tuvo que lanzar no pocas veces, unas con éxito y otras no, ya que la ofensiva no es que funcionara. Fermín Laffita y José Dranguet fueron los bateadores más eficientes de este conjunto, mientras que, de Mancebo, Arias, Hechavarría y Telémaco no era mucho lo que aportaron ofensivamente.

El Habana cumplió su rol de favorito, pero no hubo despegue importante. Peloteros de experiencia y eficiencia ofensiva como Arturo Linares y Félix Rosas tuvieron que conformarse con ver a su equipo jugar desde la banca. Agustín Marquetti resucitó como el temible jonronero, además del aporte de Armando Capiró, a quien le vi dar un batazo por el left center del estadio del Cerro, el que parecía iba a las nubes. Capiró les hizo la gracia a los camagüeyanos en reñido juego hasta la séptima entrada. El batazo inclinó la balanza a favor de los habaneros. Santiago Mederos vino en forma para esta serie, su curva le rompía debidamente. En un juego sabatino contra Oriente, estuvo a dos outs del cero hits cero carreras, el que se malogró cuando Laffita le conectó incogible. Otro lanzador destacado del Habana fue el reglano Manuel Hurtado, el que recién también regresaba de participar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe en Panamá.

Dos equipos no incluidos en la lista de los favoritos resultaron ser la sorpresa. Camagüey inició haciendo las cosas distintas a los orientales, o sea bateando mucho, ofensiva encabezada por Felipe Sarduy, Vicente Díaz y batazos de largometraje por parte de Don Miguel Cuevas, el que ya tenía cuatro jonrones en las primeras 3 semanas de campeonato. Las víctimas de estos jonrones fueron José Antonio Huelga, el matancero Ernesto William Alfonso, el zurdo Maximiliano Reyes y el pinareño Emilio Salgado. Huelga llevaba 282,1 innings sin permitir jonrón hasta que Don Miguel le hizo la gracia. El pitcheo camagüeyano descansó en las faenas de Oscar Romero, Gregorio Pérez y Juan Pérez Pérez, el que no siempre resultó efectivo. La receptoría era defendida por Pedro Cruz, pero Santiago Hernández recibió una oportunidad que no desperdició al convertirse en un eficiente receptor en la captura de robadores de base. En el primer mes le salieron 11 al robo y enfrió a 8. En juego de Camagüey contra Matanzas, Santiago enfrió a Rigoberto Rosique en intento de robo en la primera entrada, a Félix Isasi en la séptima y a Wilfredo Sánchez en la octava. Chago estaba que cortaba.

Las Villas, sin formar mucha bulla, presentó un juego muy acoplado en las tres áreas: pitcheo, ofensiva y defensa. El jardín derecho de este equipo era defendido por Juan “Canillita” Díaz y el joven gigante Antonio Muñoz, ya que el veterano Jesús Oviedo era el inicialista regular del equipo.

Matanzas marchaba por debajo de lo previsto, aunque Wilfredo Sánchez tenía 12 robadas en el primer mes, aparte de continuar bateando con la eficiencia conocida. Como en esa época debía moverme de la Habana a provincia y trabajar fuera de casa por semanas, coincidió este movimiento a Matanzas en el mes de mayo. Recuerdo un juego entre Matanzas y Pinar del Río en el nada apropiado terreno de Bolondrón, en el cual lanzaba Emilio Salgado por los Vegueros, donde pude presenciar uno de los toques de bola más precisos que haya visto. Lo ejecutó Wilfredo, toque por tercera, parecía como si hubiera puesto la pelota con la mano. José Schueg nada pudo hacer para sacar en primera. Igualmente presencié otro juego, esta vez en el parque de Jovellanos, donde los yumurinos pusieron toda su carga de velocidad para vencer a los villareños.

El equipo de Pinar del Río hizo su esfuerzo, pero era entonces mucho pedir ante otros conjuntos más experimentados.

Concluido abril, se habían lanzado 18 lechadas y se habían escenficado 11 extrainnings, lo que denotaba la calidad de la serie. Camagüey increíblemente ocupaba la cima seguido de Las Villas y a continuación por Habana, Oriente, Matanzas y Pinar del Río.

A mitad de mayo, concretamente el 19 de mayo, hubo una enorme manifestación. Gran parte del pueblo habanero fue movilizado por sus centros de trabajo y sindicato. Se trataba de protestar por el apresamiento de varios pescadores cubanos por parte de los EE. UU. Hubo varios discursos, pero las palabras conclusivas las dio la máxima autoridad, la que no dejó de condenar a los EE. UU. por este hecho, pero a la vez aprovechó para anunciar que los 10 millones de toneladas de azúcar no se lograrían, después de lo cual no quedaba otra que cambiarle el nombre a la serie de béisbol, la que en lo sucesivo sería serie especial y no de los 10 millones. En ese momento Camagüey iba delante gracias a su ofensiva, habían disparado sus regulares 19 jonrones, pero el pitcheo no era que ofreciera gran cosa. Así que a fuerza de batazos los de la tierra de los tinajones iban delante.

Llegado al mes de junio, la tabla de posiciones para ese entonces era con las Villas en la cima, con un juego de ventaja sobre el Habana y 2,5 sobre Camagüey. A la altura de la primer semana de junio, los camagüeyanos cayeron a 6,5 juegos de las Villas, ocupante del primer lugar. El Habana estaba pegadito, a solo medio juego. La ofensiva camagüeyana comenzó a reducirse y su pitcheo no siempre pudo con los adversarios. Orientales parecía despertar, pero eran ilusiones de un juego ganado y luego a perder nuevamente.  

Changa ya tenía entonces 6 lechadas. En menos de dos meses, se habían lanzado 41 lechadas, lo que mostraba la calidad del pitcheo de este evento. Los lanzadores derechos se encargaron de lanzar 31 y el resto quedó a cargo de los zurdos.

Arrieta, mánager del Habana, en el afán de victoria, optó por usar tres abridores en cada juego, una copia de lo que hacía el mánager del Deportivo Matanzas, Tomás “Pipo” de la Noval, en la Liga Nacional Amateur cuando usaba a Sandalio Consuegra, a “Limonar” Martínez y a Ángel “Catayo” González. Se puede decir que la jugada le salió bien durante un buen tiempo. El Habana tenía un cuerpo de lanzadores impresionante, donde, además de Changa, sobresalió la figura de Antonio “Boricua” Jiménez como cerrador hermético. Así el Habana logró dos lechadas a tres manos antes que finalizara mayo. La primera estuvo a cargo del trío de Rigoberto “Bulto” Sánchez, Oscar Martínez y Manuel Hurtado, lanzada frente a los bateadores pinareños. La otra fue obra de Pedro Izquierdo, Manuel Hurtado y Changa Mederos frente al Matanzas. Hubo una tercera, esta vez villareña, Gaspar Legón, los zurdos Román Águila y Ronel Sardiñas le hacían la gracia al conjunto camagüeyano. Hasta 10 de julio se habían escenificado 40 juegos de extrainning.

Humberto Arrieta

Con la caída de los camagüeyanos, la disputa se concentró entre Habana y las Villas. El dúo Huelga-Macías había vuelto por las suyas, ambos con tremenda eficiencia, a los que se unió el brazo del veterano Aquino Abreu. Por su parte, Antonio Muñoz proporcionó bateo de extrabases, no entonces de jonrones, pero sí de dobles y triples, necesarios para impulsar carreras. Una semana antes de cerrar el telón el Habana marchaba arriba, pero resbaló algo y las Villas lo desplazó, al extremo de llegar con un juego de ventaja sobre el Habana en el juego 89, partido de vida o muerte para el Habana ya que, de ganar, tendría que haber juego o serie de desempate.

El dominio del pitcheo villareño superó al no menos estelar del Habana. El marcador final fue de 2-1 para las Villas, juego donde Antonio Muñoz se lesionó y abandonó el juego llorando. No obstante, sus compañeros supieron anotar a la hora buena y llevarse el banderín. La posición de los equipos aparece abajo.

Después de la tabla de posiciones y antes de dar los nombres de los líderes ofensivos y de pitcheo, quisiera escribir algunos hechos de esta serie, todos ellos reportados por el difunto Edel Casas, una verdadera enciclopedia del béisbol cubano y de otros lares, incluido el de la MLB.

Hubo juego donde el Habana propinó paliza a Camagüey, el marcador final 17-6. En la misma primera entrada los capitalinos cayeron sobre los envíos de Oscar Romero por triple de Rodolfo Puente, y hits consecutivos de Eulogio Osorio y Urbano González. Romero fue relevado inmediatamente por Yoire Fombona, al que le siguieron Santiago Campanería, Manuel Llera, Pedro González, Juan D. Calderón, José Cruz y Roberto Meireles. En ese partido Agustín Marquetti compareció al bate cuatro veces iniciando inning, en una de esas conectó jonrón. Los habaneros conectaron 21 imparables en este desafío. En el siguiente juego Juan Pérez Pérez recibió igual dosis de 3 imparables consecutivos de parte del Jabaito, Osorio y Urbano. Mes y medio después en junio, Oscarito se desquitó al lanzarle lechada al equipo Habana, primera que recibía este equipo en esa temporada.  

Sucedido en juego entre Matanzas y Camagüey, los yumurinos al frente 3-2, José Prado de Camagüey en segunda base, ¡la dirección de los matanceros ordenó base intencional a Felipe Sarduy para lanzarle a Don Miguel Cuevas! De película, para suerte del Matanzas Cuevas se embasó por interferencia del receptor Evelio Hernández. Las bases se llenaron, pero Sandalio Hernández no produjo y entregó el tercer out. Eso es tener suerte y nada más.

Los pinareños robaron 6 bases en una entrada frente a la defensiva matancera. Hubo un primer doble robo, Lázaro Cabrera a home y Tomás Valido a segunda, José Schueg recibió base, nuevamente doble robo, Valido a tercera y Schueg a segunda. Con Efraín Hernández al bate, nuevo doble robo, esta vez Valido se robó el home y Schueg llegó a tercera. Así que los 6 robos incluyen dos de home algo inédito en cualquier pelota.

Oscar Romero resultó ser todo un verdugo para los bateadores orientales, a los que les ganó 6 juegos a Oriente. La serie particular, lógicamente, favoreció a los camagüeyanos sobre los orientales. El primer equipo fue sorpresa, el otro una gran decepción.  

Wilfredo Sánchez

En el orden ofensivo, Wilfredo Sánchez estuvo como de costumbre, desbordado. Líder en hits, carreras anotadas y bateo (ver tablas abajo), pero no pudo aventajar en bases robadas al maestro de esa jugada, Antonio “Ñico” Jiménez. Miguel Cuevas, como siempre, máximo empujador y Marquetti líder en los cuatriesquinazos (12). Muñoz lideró en triples, si a alguien le preguntan ahora, jamás podría imaginarse que un hombre tan corpulento como el Gigante del Escambray, lograra ese registro, donde hay que correr. Vicente Díaz no dejó de rendir. Se puede decir que él fue uno de los hombres claves en la ofensiva camagüeyana.
Felipe Álvarez de Pinar de Río jugó las 796 entradas de su equipo (88 juegos), otro hecho destacado y ejemplo de laboriosidad.

El área de pitcheo mostró lanzadores muy trabajadores, como fue el caso de Ernesto William Alfonso. Alfredo García, Juan Pérez Pérez, Gregorio Pérez, Oscar Romero, Florentino González y Roberto Valdés, pero en lo que a eficiencia se refiere, hay que quitarse el sombrero con Changa Mederos, autor de 7 lechadas, Antonio “Boricua” Jiménez con sus 36 juegos salvados, Rolando Macías con un PCL increíblemente bajo y José Antonio Huelga en el % de juegos ganados/perdidos.  

Fue una serie con calidad concentrada, en la que hubo resultados excepcionales en la pelota aficionada cubana. No es errado afirmar que estaban por encima del nivel amateur. Me pregunto por qué no se continuo con un formato como este y no el adoptado en la VII Serie (1967-68) con 12 equipos. Esa mentalidad de gigantismo es la única explicación. Al final, las series selectivas vinieron un quinquenio después, torneos que mejoraron la pelota cubana ostensiblemente.

Fuentes

Prensa cubana entre marzo y agosto de 1970, sobre todo los artículos aparecidos en Bohemia escritos por Rubén Rodríguez y Edel Casas.

23 diciembre 2022

“El viaje de Nisha (2017)”, ¿Dónde están los derechos de esas mujeres?

El filme por reseñar se titula “La Mauvaise
Réputation” (la mala reputación) en Francia.

Ya vimos anteriormente “Adam (2019)” filme con una trama demostrativa de los prejuicios existentes y cómo la mujer trata de escapar de esas injusticias. Ahora para continuar, veamos algo de otra peli con argumentos similares, pero en otro contexto.

Emigrar es algo muy común en nuestras sociedades. Unos lo hacen por razones económicas, otros por ser perseguidos políticamente, en fin, se trata de un derecho consagrado en la Carta de los Derechos Humanos.

Cuando se emigra uno debe saber que lo primero es respetar las costumbres y normas de la nueva sociedad, donde irá a residir. Uno tiene el derecho de mantener su cultura a nivel doméstico, profesar su religión, pero no entrar a cuestionar si lo que existe en ese país es justo o no. Nadie puede llegar a exigir que en determinadas escuelas se quiten los crucifijos existentes en las aulas. Emigró, pues adáptese al nuevo ambiente, caso contrario, deberá regresar al país de donde vino u otro con hábitos similares.

Al emigrar con su familia se corre siempre el riesgo que sus hijos quieran integrarse plenamente en esa sociedad, incluso olvidando su religión o creencias. Los niños crecen hablando el idioma del país y asimilando todo lo que les rodea. Harto difícil modificarlos durante la crianza y más aún llegada la adolescencia.

Este filme muestra la intolerancia de una familia paquistaní, residente de años en Noruega, a la actitud de su joven hija, la que, con mucha lógica, asiste a discotecas, bebe algo, baila y tiene rollo con algún que otro joven. Aquí a nuestros ojos no hay pecado, pero no es así para los padres de esa hija, los que para “resolver” el problema aplican la tremendísima, secuestrar a esa hija y llevarla a la fuerza de vuelta a Paquistán para convivir con una tía y su familia.

De hecho, el filme muestra un acto de violencia, una falta de respeto a las normas establecidas en Noruega e infringen la ley. La chica, al verse en el medio que crecieron sus padres, se da perfecta cuenta de que eso nada tiene que ver con ella. Adaptarse es muy difícil en ese caso, pues su medio natural no es ese, sino aquel en el que creció y se desarrolló.

¿Tuvo alguna solución el problema? No hay mal que dure tanto, al menos a nivel familiar, por lo que la chica hizo cuanto estuvo a su alcance para lograr eso que se llama libertad. ¿Cómo lo logró? Se los dejo para que así puedan ver la película, producción noruega-germano-sueca-franco-danesa, de la directora y guionista Iram Haq, noruega de nacimiento y familia de origen paquistaní. En realidad, la trama fue algo que ella sufrió en su vida al ser secuestrada y llevada al Paquistán.  

La actuación de Maria Mozhdah en el papel de Nisha fue realmente buena al poder expresar su obstinación hasta con su mirada. No menos notable fue la interpretación del papel de padre de Nisha por el actor hindú Adil Hussain.

Esta película, no muy conocida en occidente, ha obtenido premios en varios certámenes nacionales e internacionales de cine en los países nórdicos, Israel, India y Canadá. Les invito nuevamente a ver algo distinto, pero muy real, algo a lo que no debemos estar de espalda si es que deseamos la verdadera emancipación de la mujer en cualquier rincón del planeta.   

Esteban Hernández 20 diciembre de 2022     

“Adam (2019)”, violación de las normas y sus consecuencias

El progreso hacia la igualdad de género es
fundamental para el desarrollo sostenible.”
Fondo de las Naciones Unidas para la Población

Cada sociedad tiene sus formas y reglamentos. En muchos países estos responden al dogma impuesto por la religión predominante. Esos preceptos, de no modificarse con el tiempo, provocan problemas a nivel familiar e incluso de comunidad o barrio.

Las mujeres deben obedecer al pie de la letra lo que se les impone. Ahí no hay libertad alguna, todo está sentado acorde a cómo lo dice la religión, la que dicta las normas de carácter moral.

Pero siempre hay alguien que se puede saltar el reglamento y caer en una situación penosa. Una mujer no casada no debe tener sexo y sí lo tiene deberá asumir los castigos caso de ser descubierta. Esto puede ser muy evidente cuando la osada mujer termina encinta y su barriga no hay forma de esconder.

Acudir a los padres es peligroso, el castigo podrá ser extremadamente severo, a lo que hay que sumar el desprecio de la sociedad circundante. Hay que escapar y dejar atrás a todo lo que uno quiere, a no ser que el hombre que la disfrutó se haga cargo debidamente del asunto, pero no es así. Lo ridículo de todo eso es que los preceptos morales castigan a la mujer, pero no intentan buscar al hombre que gozó del sexo con la fémina e igualmente castigarlo.   

Toda esa trama es la que se desarrolla en el filme, coproducción marroquí-franco-belga-catarí, con dirección y guion de la marroquí Maryam Touzani, y filmación completa en una barriada bastante pobre de la ciudad de Casablanca.  

El título responde al nombre que le da a su criatura su madre Samyah, papel interpretado por Nisrin Erradi. Al inicio un bebé odiado, pero que a pocos días de nacido gana el afecto de su madre. Las circunstancias de cómo Samyah se abrió paso para parir y sobrevivir a las normas punitivas vale la pena ver en el presente filme.

Lubna Azabal interpreta muy bien el papel de la comprensiva Ablah, la que recuerda junto a Samyah parte de su desdichada vida y lucha para hacer que su hija pudiera educarse en escuela.

La directora del filme, Maryam Touzami obtuvo premios en Cannes y Chicago, así como Lubna Azabal y Nisrin Erradi en otros certámenes por sus excelentes actuaciones. Así que un filme en un mundo no muy conocido en occidente y que hace entender la magnitud de los problemas que enfrentan las mujeres en esa sociedad.

Esteban Hernández
30 noviembre de 2022

Bronca entre dos directores de equipo en la pelota profesional cubana

Con competidores apasionados y despiadados que
luchan constantemente por esa pulgada adicional, solo se
pueden esperar combates cuerpo a cuerpo llenos de adrenalina.”
Zack Pumerantz (cronista deportivo Bleacher report)

Por Esteban Romero

En béisbol es muy usual ver broncas entre peloteros de ambos equipos. A veces se crean rivalidades absurdas, una de las más recientes ha sido la que tuvieron al lanzador Madison Bumgarner y el cubano Yasiel Puig. Cuando los Gigantes de Bumgarner jugaban contra los Dodgers de Puig, es seguro que muchos asistían para ver alguna bronquita entre ambos, peloteros peleones por naturaleza.

Cucchiara (2013) reportó las 10 broncas más sonadas en la historia de la MLB, pero creo que hay muchas más, las que el periodista no vio, sobre todo aquellas protagonizadas por el camarero Billy Martin e incluso el lanzador cubano Raúl “Salivita” Sánchez.

También se han sobrado broncas entre peloteros y árbitros. Ya he mencionado algunas, donde Raúl “Chino” Atán doblegaba a algún que otro pelotero o director que se haya querido enredar con él. De siempre se ha hablado de la trompada que le dio Roberto Ortiz al árbitro Bernardino Rodríguez. En la actualidad el torpedero de los Medias Blancas Tim Anderson no sale de una bronca en otra con árbitros. Las suspensiones no se han hecho esperar. En la MLB se prohíbe que el pelotero toque con agresividad a un árbitro, pues a Anderson eso no parece interesarle. La última vez se le encimó al ampaya de mala manera, hecho desagradable e irresponsable. ¿Qué ganó con eso? Una suspensión que afectó a su equipo directamente.   

No obstante, no encontré nada de bronca de dos directores de equipos como protagonistas, excepto una que recuerdo en mi niñez. Sucedió en la temporada de 1955-56, fue una tarde dominical. Como había dicho en otros artículos, los juegos de la liga profesional los domingos eran casi siempre Cienfuegos vs Marianao a primera hora y los eternos rivales, Habana vs Almendares en el segundo turno. Ese orden variaba cuando uno de los equipos iba en primer lugar, o sea si los elefantes iban delante, podía haber juego de ellos contra el Almendares a segunda hora, mientras Habana y Marianao jugaban en el partido inicial. Nunca vi al Almendares, así estuviera en el sótano más frío del mundo, jugando en un partido dominical de apertura. El resto si podían alternar.

Lo que les relato ocurrió en juego inicial dominical entre Cienfuegos y Marianao. En aquella temporada el dúo Camilo Pascual y el novato Pedro Ramos estaban encendidos, conduciendo a la nave verde por el camino de la victoria ante la resistencia de los leones del Habana, encabezados por el pitcheo del zurdo Wilmer “Vinagre” Mizell y el bateo de Edmundo Amorós; y también de los Tigres de Marianao, los que poseían a un Miñoso en forma y apogeo, además de otros muy útiles como el novato Tony Taylor, los jardineros Asdrúbal Baró, Juan Delís, y el inicialista Julio Bécquer.

En esa temporada debutaban tres directores a tiempo completo, eran ellos Conrado Marrero con el Almendares, Oscar Rodríguez con el Cienfuegos y Napoleón Reyes con el Marianao. El Habana era dirigido por el muy experimentado Adolfo Luque, cosas de la vida, en su última temporada en esas funciones.

Aclaro lo de tiempo completo. Napoleón había dirigido al Marianao por un tiempo a este equipo en sustitución de Fermín Guerra en la temporada anterior (1954-55). También venía con experiencia de dirección del Pastora de la Liga Invernal Venezuela en la temporada de 1953-54, mientras que al Cienfuegos lo dirigió el siempre auxiliar del equipo Oscar Rodríguez, quien ya había estado dirigiendo a este conjunto en la temporada de 1952-53 en sustitución de Billy Herman. Para el Premier fue su primera experiencia, lamentablemente desastrosa.

A partir de las dos primeras semanas de enero 1956 el Cienfuegos comenzó a dar tropiezos, las cosas no salían como antes, la ofensiva de Ultus Álvarez, Archie Wilson, Bob Boyd entre otros, había mermado algo. Cuando un equipo entra en slump, el animo decae y solo la ruta de la victoria puede ayudarle a recuperar el entusiasmo algo perdido. Eladio Secades afirmaba que la moral del equipo no había caído, solo un poco de pánico al ver que aventajaban al Habana por sólo 3,5 juegos cuando semanas antes la diferencia fue de 9 juegos.

El domingo 15 de enero de 1956 jugaron Marianao y Cienfuegos. Oscarito Rodríguez no era amigo de poner a Camilo Pascual a lanzar en jornadas diurnas, tendría sus razones.  Lo habitual era poner a Sandalio Consuegra o uno de los lanzadores norteamericanos, sea Gene Bearden o el italo Marino Pieretti. A la memoria, el abridor del Marianao fue el derecho Bob Harrison, el que se había ganado el apodo de domador de elefantes. El juego fue peleado, Cienfuegos no quería perder, pero Marianao no era fácil de vencer. El partido estuvo empatado hasta llegado el último tercio del juego. El antesalista Milton Smith llegó a tercera con la carrera de la ventaja e intentó anotar con un fly nada largo a los jardines. Era un out de calle, pero el moreno se lanzó como si fuera el Chiclayano alzando sus spikes sobre el pecho del receptor Mario Díaz, el que lo esperó como si no fuera a suceder nada. El otrora cátcher del Casino Español recibió una seria lesión, salió de juego en camilla y más nunca fue el pelotero de antes. Out la jugada y hubo una ligera bronca por la actitud agresiva de Smith.

Mario Díaz no suelta la pelota y Milton Smith es out en home

A eso hay que añadir que Humberto Fernández, el torpedero del Cienfuegos había protestado una decisión del árbitro de primera Bernardino Rodríguez, lo que le valió una expulsión. La decisión de ese reñido partido llegó cuando Orestes Miñoso conectó y envió la bola por encima de las cercas, con eso terminaban las hostilidades, bueno, las del juego, pero no la que faltaba. Napoleón había sacado a su mejor abridor, a Miguel Fornieles, en funciones de relevista, lo que la nave de los elefantes debe haber entendido como ensañamiento.

Napoleón estaba en la caja de coach de tercera. Antes no existía siempre esa comodidad de los directores de estar en la cueva. La mayoría rendían faenas en la caja de tercera. Bien, por ahí pasaba Oscar Rodríguez. Vaya Ud. a saber que le dijo a Napoleón, el que reaccionó de inmediato dándole un fuerte empujón a Oscarito, el que cayó de espalda sobre el césped. De inmediato vino el show, Oscarito a levantarse para ripostar y Napoleón, como de costumbre, a ponerle más emoción a la bronca. Ni uno, ni otro se pudieron acercar, sus peloteros evitaron males mayores sujetándoles fuertemente.

Oscar Rodríguez después del empujón

Napoleón fue suspendido, no recuerdo si fue por uno o más juegos. Ninguno de esos directores se vio más en juego discutiendo las reglas del partido a iniciar. Sin embargo, pasada la tormenta, ambos asistieron a un programa radial en el que declaraban haber hecho las paces y que lo ocurrido era parte de la historia. Claro que lo es, pero alguien tenía que contarlo 66 años después.

Napoleón Reyes después del empujón, dispuesto a «comerse hasta un elefante».

Ah, antes que se me olvide, Cienfuegos ganó finalmente el campeonato, su tercero entonces, para ir a la Serie del Caribe en Panamá, vencer e iniciar la seguidilla de victorias cubanas en estos torneos hasta 1960.

Fuente

Cucchiara D.A. 2013. The 10 Most Vicious Brawls in Major League Baseball History. Bleacher Report, 19 mayo. https://bleacherreport.com/articles/1644916-the-10-most-vicious-brawls-in-major-league-baseball-history.

Secades Eladio. 1956. Tres verdades- el berrinche de Oscar Rodríguez. Bohemia, 22 enero, pp. 67 y 77.

14 diciembre de 2022

La novela “Martín Eden” de Jack London llevada al cine

Todo hombre debe decidir si caminará a la luz del altruismo
creativo o en la oscuridad del egoísmo destructivo.”
Martín Luther King Jr.

Por Esteban Hernández

De la obra literaria de Jack London se ha hablado con anterioridad en este blog (Labrada 2016), donde se reconoce que la obra maestra de este autor, una especie de autobiografía con final anticipado fue Martín Eden, publicada en 1909 por Pacific Monthly.

Es la vida de un hombre pobre, criado en un mundo de gente de pocos recursos, los que solo saben buscarse el sustento de cada día como mejor se pueda, incluso robando llegado el caso. Martín pudo hacerse marino mercante en la costa del Pacífico de los EE. UU. y así sobrellevar su supervivencia, hasta que un buen día por un accidente de esta vida conoce una joven de clase alta, opulenta, la que incentiva a Martín a estudiar para escribir poemas y luego prosas. Ella percibía que el joven podía llegar a algo.

Cuando uno escribe, suele relatar parte de sus vivencias, por lo que en un momento de su carrera autodidacta se da cuenta que su amada no comparte sus ideas y mucho menos sus padres y familia. Escaló alto con sus escritos, los que comenzaron a ser aceptados pasado un tiempo, pero después se tropezó con muchas contradicciones para él inesperadas.

La obra ha sido siempre bien recibida por los que la han leído. Impactante es lo único que se puede decir de la misma, ya que en el orden político se abordan cuestiones polémicas actuales sobre el socialismo como sistema dentro de la democracia.

El cine no podía quedar de espalda a este best seller y había que llevarlo a la gran pantalla. La primera película con trama de esta novela fue la silente y homónima de 1914, dirigida por Hobart Bosworth con guion compartido con London, donde Lawrence Peyton interpreta a Martín y Viola Barry a Ruth Morse. La peli dura escasamente 50 minutos. La peli debe haber tenido la colaboración directa de London, quien murió en 1916.

Pasaron pocos años para que el director Sidney Salkow realizó una especie de peli de aventura con protagonismo de Glenn Ford como Martin Eden y Claire Trevor como Connie Dawson, nombre inventado, ya que la enamorada o prometida de Martín Eden se llamaba Ruth. El filme de 1942 se tituló en inglés “The Adventures of Martin Eden” y en español “El barco de la muerte”. La calificación dada a esta peli en IMDB.com es de sólo 5,8 puntos de 10.

Un serial televisivo, con duración de casi 6 horas, de producción italo-germánico, se estrenó en 1979, en el que el estadounidense Christopher Conolly interpretara el papel de Martín, mientras que Ruth fue encarnado por la genovese Delia Boccardo. La puntuación en IMDB.com ha sido de 6.8 de 10, algo ya mejor valorado.

Realmente, el que suscribe no ha visto ninguna de estas versiones, pero sí la última, de producción italiana, del 2019, dirigida por Pietro Marcello, donde la trama fue adaptada al mundo napolitano en Italia, hábitat de pobreza, incluso en partes de Nápoles en la actualidad. Martín Eden fue interpretado por Luca Marinelli y Elena Orsini (la Ruth italiana) por la francesa Jessica Cressy.

Esta versión es bastante parecida a la obra original de London, donde Marinelli, a mi entender, brilla en la primera mitad de la cinta. Cressy se comporta modesta en su actuación. El Martín del tercio final del filme es demasiado desilusionado, no muestra nada de su furor inicial como marinero y luego escritor. Es cierto que él se sintió defraudado en su vida, pero no al extremo de querer esquivar a la gente en general.

Lo positivo es cuando le muestra a su amada un mundo que ella no conocía, el de la miseria, el de la gente harapienta, carente de educación, las calles sucias, un ambiente tétrico, el que Ruth no fue capaz de asimilar, como si esa gente fuera la peste, como si hubieran nacido para eso por destino. Dos mundos, en uno sobra todo, en el otro nada, pero para Ruth eso es lo que le toca a cada uno y ella no tiene nada que ver con esa otra desgracia.

Más impactante es la baja moral y el oportunismo de esa aristocracia. Ruth deseaba volver con su amado Martín, el ya famoso escritor, del que todo el mundo hablaba. Martín supo burlarse de sus intenciones.

Discutible, ya dije polémico, es el tema sobre el socialismo que tuvo Martín con los trabajadores y sindicatos que se pronunciaban a favor de un nuevo orden. Era el momento en que se avecinaba la primera guerra mundial, la pobreza se elevaba, las carencias económicas empujaban a las grandes potencias a la confrontación bélica.  El diálogo presentado era real y los argumentos de ambas partes dignas de ser oídos, cada cual tenía su razón, Martín tenía desconfianza, basaba mucho sus razonamientos en la teoría evolutiva de Herbert Spencer, donde proponía que la sociedad resulta ser un producto a partir de cambio de formas inferiores a superiores. Todo lo llevaba al plano biológico, como si el hombre careciera de sentido y se comportara como cualquier otro animal.

Así que, si desea ver filme con sustancia, “Martin Eden (2019)”, es una buena sugerencia. Aún no he votado en IMDB.com, creo que un 8 es bien merecido.  

Fuentes

IMDB.com. https://www.imdb.com/title/tt4516162/reference/

IMDB.com https://www.imdb.com/find?q=martin+eden&ref_=nv_sr_sm

Labrada R. 2016. La mejor lectura para jóvenes y adolescentes, las obras de Jack London. Deportescineyotros.com, https://deportescineyotros.com/2016/02/28/la-mejor-lectura-para-jovenes-y-adolescentes-las-obras-de-jack-london/

20 noviembre de 2022

Juegos selectos de la post temporada de 2022 y la belleza del béisbol

«El béisbol es un juego diseñado para ser saboreado.”
Bill Veeck (promotor del béisbol)

Por Esteban Romero

Si hay deporte interesante, no lo dude, ese es el béisbol. Cuando la eminencia de Albert Einstein conoció de este deporte y sus complicadas reglas, enseguida manifestó. “Dios no juega a los dados con el mundo… pero sí juega béisbol”.

El béisbol ha evolucionado con el tiempo, sobre todo sus reglas, algo que se ha abordado en otro artículo en este blog (2). Una evolución lógica por ser necesaria. Sin embargo, en los últimos tiempos han aparecido algunas nuevas reglas dudosas, las que nada tienen que ver con el béisbol. Se han diseñado para satisfacer las demandas de los canales televisivos y así acortar los juegos. La tendencia fue iniciada por la Federación Internacional, antes amateur, ahora cualquier cosa, de manera de encajar los partidos en los juegos olímpicos.

Fue así como apareció la Schiller para aniquilar los extrainnings, cuyo contagio llegó a la MLB. Así tenemos que en vez de poner dos hombres en primera y segunda, se acordó poner un hombre en segunda iniciando cualquier entrada a partir del décimo inning.

Realmente no hay porque ver con buenos ojos esa medida, pero es lo que hay. Resulta difícil entender la lógica de aplicar esta regla en vez de establecer el KO cuando uno de los adversarios logra ventaja de 10 o más carreras terminado el séptimo inning. Ilógico llegar a un octavo o un noveno inning con jugadores de cuadro o jardineros en funciones de lanzador. Esta temporada de 2022 vio lanzar a decenas de peloteros no lanzadores. Por los montículos desfilaron figuras como Josh Harrison, el dominicano Hansel Alberto, el inicialista Anthony Rizzo, el jardinero Brett Phillips, al que Anthony Rendón choteó al pararse a la zurda y dispararle jonrón, y otros más. ¿Es acaso calidad de béisbol ver lanzar a improvisados y más tratándose de las Grandes Ligas?

Hay que pensar en estas cosas y en favor de la belleza del béisbol. El deporte no debe salir perjudicado en modo alguno. Por suerte, la semi Schiller no se aplicó en la post temporada. No saben que alegría me invadió, pero aún más viendo juegos de elevada calidad en extrainnings.  

El primero de ellos fue el que escenificaron los Guardianes de Cleveland contra los del Tampa Bay, que tuvo lugar el 8 de octubre de 2022 en el parque del Progressive Field en Cleveland. Quince entradas, los dos conjuntos fajados a cero, en los que los vencidos conectaron 6 imparables por 5 de los vencedores. No hubo error, una defensa impecable.

Por los de Cleveland, desfilaron por la lomita un total de 8 lanzadores. El abridor Triston McKenzie cubrió los primeros seis innings y luego llegaron los relevistas. Después que Emmanuel Clasé, el eficiente cerrador del conjunto, fue sustituido, cualquiera habría pensado que la debacle para el Cleveland se avecinaba, lo cual no fue así. El manager Terry Francona movió sus fichas con sabiduría hasta que no le quedó más remedio que decirle a Sam Hentges que hiciera todo lo posible para no permitir libertades al adversario.

El derecho Tyler Glasnow fue el abridor del Tampa, una apuesta temeraria del manager Kevin Cash, ya que el lanzador en cuestión había recién salido de su proceso de rehabilitación, pero respondió, lanzó 5 entradas, ponchó a 5 y permitió 2 imparables. Le siguieron otros siete lanzadores, algunas de escasa o ninguna experiencia como relevista, como fue el caso del último lanzador, el estelar abridor Corey Kluber. Cash le había entregado la bola pensando que el juego podía durar mucho más aún, por lo que era como lanzar juego nuevo.

Como dice un viejo y sabio adagio en el béisbol, los juegos prolongados de extrainning y con dominio del pitcheo se deciden por un error o por un jonrón. Eso mismo fue lo que sucedió casi llegando a las 5 horas de juego, un jonrón y conectado por el novato dominicano Oscar González, conexión que se fue largo por el left-center. Un batazo que alzó en peso a toda la fanaticada de Cleveland y dejó a los de Tampa con el mal sabor de la derrota y la eliminación.  

Oscar González sentenció al Tampa

¿Fue bello o no? bellísimo, me importa poco que tales juegos no encajen en olimpiadas, pues donde deben encajar es en el béisbol. Los movimientos de los peloteros y lanzadores, la hermética defensa y el dominio de los lanzadores es como una obra de arte.

Esta post temporada nos guardó otro juegazo, incluso más prolongado que el de Cleveland y Tampa. El regalo vino de parte de los equipos de los Astros de Houston y los Marineros de Seattle.

Igual que le sucedió al Tampa, contra la pared en el segundo juego por uno de los comodines de la Liga Americana, Seattle había caído dos veces frente a los Astros, en ambas ocasiones hubo un villano de nombre Yordan Álvarez, el que produjo batazos decisivos en esos dos partidos en Houston.

La fiesta se fue a Seattle, lugar donde hacía rato los aficionados al béisbol no disfrutaban de un juego de post temporada. Ellos muy optimistas, como era de esperar, estimularon a sus Marineros, mientras que Houston, con mucha lógica, quería terminar con pollona esta serie.

El desafío tuvo lugar el 15 de octubre en el terreno de T-Mobile Park, con una asistencia superior a los 47 mil aficionados. Hubo que esperar 18 entradas para ver entrar a la primera y decisiva carrera del juego.

Por los Astros abrió el derecho Lance McCullers, otra apuesta temeraria, esta vez del piloto de los Astros, Dusty Baker. McCullers había salido de rehabilitación unas semanas antes, pero el serpentinero respondió a la confianza en él depositada, lanzó 6 entradas, permitió dos imparables y dos bases por bolas, a la vez que repartió 7 ponches. A partir de ahí comenzó el desfile de relevistas hasta la décimo cuarta entrada, en la que entró el abridor venezolano Luis García. Lo único que Seattle pudo hacer fue la conexión de un doble del novato dominicano Julio Rodríguez sobre los lanzamientos de su paisano Rafael Montero en la octava entrada. De ahí en lo adelante, fuerte cerrojo a la ofensiva de los Marineros.

El Seattle abrió con George Kirby, el que lanzó bastante bien en siete entradas, en las que permitió 6 imparables y recetó 5 chocolates a sus rivales, sin base por bolas. El manager Scott Servais comenzó a mover su bull pen a partir de la octava entrada y llegó a utilizar nueve relevistas. Él comprendía que no podía darse el lujo de permitir la más mínima libertad ofensiva a los Astros, pues por ahí se le iba todo y quedaba su equipo eliminado. Así que el esfuerzo estaba justificado.

Nuevamente el adagio ya mencionado se hizo valer. El derecho Penn Murfee del Seattle lanzaba desde el décimo sexto inning, sacó el primer out de la décima octava entrada y se enfrentó a otro novato, por coincidencia, dominicano, el torpedero Jeremy Peña, hijo del también pelotero Gerónimo Peña. Murfee le lanzó una slider, la que quedó justamente donde a Jeremy le gustaba para largar jonrón por el jardín izquierdo, el que fue como un balde de agua fría sobre toda la afición en Seattle. Scott Servais no perdió tiempo en aplicarle la grúa a Murfee para traer al experimentado zurdo Robbie Ray a fin de evitar males mayores de parte de Yordan Álvarez y Alex Bregman. Ray cumplió su rol como relevista, pero la carrera decisiva estaba ahí. El venezolano Luis García dominó en la parte de baja del décimo octavo inning, de hecho, lanzó una pelota de altos quilates, dos hits y 6 ponches en 5 entradas completas.

Jeremy Peña decidió con su tablazo

El juego transcurrió con defensa inmaculada por ambas partes. Los Astros conectaron 11 imparables por 7 de los derrotados. La duración del partido fue de 6 horas y 22 minutos, los que valieron la pena. Fue otra verdadera joya de juego de béisbol.

El deporte de las bolas, bates y guantes tiene su encanto, en el que se combinan rapidez de las extremidades, reflejos para batear y fildear, fuerza de manos y brazos, además de la necesaria inteligencia de los peloteros al campo y de su mentor. Cuando se entiende a este deporte es cuando se le llega a querer y se desean ver juegos una y otra vez más.

Fuentes

1.      Baseball-reference.com.

2.      Romero E. 2021. Alexander Cartwright, las primeras reglas del béisbol y su evolución. https://deportescineyotros.com/2021/04/24/alexander-cartwright-las-primeras-reglas-del-beisbol-y-su-evolucion/

1 diciembre de 2022