Breve recorrido por el género del oeste en el cine

«No existe otro clima o suelo como el de Arizona. Es mi tierra, mi casa, la tierra de mi padre, a la que ahora no me dejan volver. Quiero terminar allí mis días, y ser enterrado entre aquellas montañas«.
Gerónimo

Esteban Hernández

El oeste o western se refiere a un género de película muy abordado en EE UU, que al inicio se refería a hechos ocurridos en la zona occidental de ese país, pero que con el tiempo fue incluyendo otras zonas norteamericanas, tanto de EE UU, de Canadá y de México. El oeste es de por si el género de vaqueros o de jinetes donde aparece gente “buena” y “mala”.

El estereotipo del vaquero bondadoso es el de vestir bien, siempre limpio, con un sombrero de lujo, el que a veces no se cae ni en las broncas más intensas (ejemplo: Hopalong Cassidy), de buenos modales, caballo blanco o negro azabache, buen jinete, rápido al sacar su revolver de la funda, capaz de darle tantas trompadas como necesite al adversario, y siempre al servicio de la ley. El villano es por lo general una persona poco afeítada, con bigotes horribles, sombrero grande y tosco, a veces gordo, otras veces delgado y largo, ladrón y delincuente en todo, para los que la la ley no significa nada. Estas son las imágenes que nos han trasmitido durante décadas sobre el vaquero bueno y el malo en los filmes del oeste que hemos visto.

El primer film del oeste se realizó en 1903, “Asalto y robo de un tren” del director Edwin S. Porter y producido por la Edison Company. La película solo dura 12 minutos, en la que actuaron dos personas que se mantuvieron por mucho tiempo en el cine, uno fue Gilbert M. “Bronco Billy”, cuyo nombre real era Max H. Aronson, y el otro, Tom London.

Siete años después hizo su debut en cine el famoso Tom Mix, hombre nacido en la parte oriental de EE UU, Pensilvania y que había ya impresionado a sus coterráneos con una cabalgada de 50 hombres, que trataba de asemejarse a los “Rough Riders” de Teddy Roosevelt, los mismos que invadieron Cuba durante la guerra hispano-americana. Se llegó a afirmar que Mix era un Rough Rider (Jinete tosco), lo cual no era cierto. Lo que si es cierto es que Mix se convirtió en la estrella del cine del oeste y llegó a ganar hasta US$ 20000 semanales. Varias decenas de oeste silentes fueron protagonizados por el “valiente” Mix, el que siempre combatía a los malos y al final se alzaba con la victoria.

Tom Mix, protagonista pionero de los Oestes

Tom Mix, protagonista pionero de los Oestes

Con la llegada del cine sonoro cambiaron muchas cosas en el mundo del séptimo arte, los grandes actores y actrices, cuyas voces no eran las mejores, tuvieron que ceder sus puestos a otros mejor dotados para hablar. En esos momentos fue cuando Mix se fue a actuar en circos y abandonaba el mundo del cine.

Los oestes se clasifican en:
– Clásicos, cuyas mejores realizaciones tuvieron lugar en su época de oro, dirigidos por sea por John Ford (John Martin «Jack» Feeney), Howard Hawks, Bud Boetticher, Sidney Salkow o Anthony Mann entre otros, así como otros directores ocasionales como fueron los casos de Michael Curtiz, Nicholas Ray, King Vidor, Delmer Daves, George Stevens, Raoul Walsh y Robert Aldrich.
– de categoría B. Estos últimos eran filmes de poca duración, máximo 70 minutos, que usualmente la televisión cubana, en la década de los 50, ponía en el horario de 7 a 8 p.m.
– Crepusculares, surgidos en la década de los 60 y con un buen número de antihéroes como personajes principales. Entre esas películas están Mayor Dundee (1964), Grupo salvaje (1969), Pat Garrett & Billy the Kid (1973)
– Spaghetti, ocasionalmente con buenas tramas, pero sencillos en su realización por lo general. Se denominan spaghettis por estar realizados en Europa con dirección y protagonismo italiano. Ejemplos son Por un puñado de dólares (1964), El bueno, el feo y el malo (1966), Hasta que llegó su hora (1968) (también conocido como Érase una vez en el oeste).
– Chili, donde se incluyen los oestes de realización mexicana.

Los oestes, en opinión del que suscribe, pueden clasificarse por su contenido como:

– Épicos e históricos <Murieron con las botas puestas (1941), Fort Apache (1948), Entre dos juramentos (1950), Río Grande (1950), Toro Sentado (1954), La última orden (1955), Los siete magníficos (1960), El Álamo (1960), El último de los Mohicanos (1992) Gerónimo, la leyenda (1993)>
– Con acento criminal <Pasión de los fuertes (1946), Llega un pistolero (1956), Duelo de titanes (1957), El árbol de la horca (1968), Río Bravo (1959), El hombre que mató a Liberty Valance (1962)>
– Con énfasis dramático <Duelo al sol (1946), Río Rojo (1948), Solo ante el peligro (1952), Hombres errantes (1952), Raíces profundas o Shane (1953), Hondo (1953), Johnny Guitar (1954), Johnny Concho (1956)>
– Con énfasis de comedia <El día de los tramposos (1970), Le llamaban Trinidad (1971), Mi nombre es… ninguno (1973) >
– De entretenimiento, donde el bueno vence siempre al malo, películas de pocos argumentos, que por lo general corresponden a los llamados filmes de categoría B.

En los años 60 el oeste comenzó a hacer mayor énfasis en los antihéroes. Su principal promotor fue el director Sam Peckinpagh, a cuyos filmes se le llamaron “crepusculares”. Al mismo tiempo surgieron los spaghettis fabricados en Europa, algunos de calidad, otros para olvidar, los que se realizaban fundamentalmente cerca de Almería, España, en una zona árida, a la que se llama “El pequeño Hollywood”. Entre esa oleada de oestes italianos surgió el director Sergio Leone, el que reclutaba a hombres como Clint Eastwood, Henry Fonda, Charles Bronson, Eli Wallach y Lee Van Cleef entre otros, como sus principales protagonistas. Del cine italiano también emergieron algunas figuras protagónicas como Franco Nero en el papel de Django y el cubano Tomas Milian. Tampoco se pueden omitir los oestes co-producidos por Alemania-Francia-Italia-Yugoslavia, dirigidos por Harald Reini, sobre el héroe indio apache Winnetou (Pierre Brice) con su eterno amigo blanco Old Shatterhand (Viejo Mano Cortante) interpretado por el ex- Tarzan, Lex Barker.

Ford es considerado por todos como el padre de este género y gran parte de su éxito se debió al poder agrupar a actores destacados. El más famoso de todos ellos fue John Wayne, el que regularmente era acompañado en sus películas por John Carradine, Ward Bond, Harry Carey y Noah Beery Jr. entre otros. James Stewart y Henry Fonda también llegaron a actuar bajo la dirección de Ford en oestes, sea como protagonistas o co-protagonistas con Wayne. Dentro de las damas, las más asiduas fueron Claire Trevor, Maureen O’Hara, Barbara Stanwyck, Joanne Dru y Susan Hayward.

Wayne (Marion Robert Morrison), nativo de Iowa, había debutado justamente al inicio del cine sonoro y su primer oeste importante fue “La gran jornada (1930)” de Raoul Walsh, donde actúa el también joven Tyrone Power. Su figura atlética, alto y de buen parecido le hacían el ideal para convertirse en el más legendario de los vaqueros que hayan pasado por Hollywood. Durante años Wayne protagonizó oestes dirigidos por Robert N. Bradbury y luego se convirtió en el personaje de Stony Brooke dirigido por George Sherman hasta que Ford lo reclutó como su estrella principal.

Otros actores que se destacaron notablemente en este género fueron Randolph Scott, el que debutó en cine como maestro de la joven estrella Gary Cooper para hablar en dialecto de Virginia en la interpretación de GC en el film “El virginiano (1929)”, película en la que RS llegó a actuar también; el amigo de Scott, Joel McCrea, Errol Flynn, Barry Sullivan, Lex Barker, Gregory Peck, Burt Lancaster, Kirk Douglas, Richard Widmark, Tyrone Power, Henry Fonda, James Stewart, Audie Murphy, Charles Bronson, Steve McQueen, Lee Marvin, Clint Eastwood y otros más.

Gary Cooper en

Gary Cooper en «El Virginiano (1928)»

Los entonces veteranos vaqueros, Randolph Scott y Joel McCrea, en

Los entonces veteranos vaqueros, Randolph Scott y Joel McCrea, en «Duelo en la alta sierra (1962)»

En realidad era muy extraño ver a un actor del cine americano del pasado que no haya actuado en algún oeste. Hasta estrellas como Humphrey Bogart y James Cagney incursionaron este género, como fue en la película “Oklahoma Kid (1939)” de Lloyd Bacon. Una de las primera películas sonoras de Clark Gable fue el oeste “Desierto pintado (1931)” junto con William Boyd. Edward G. Robinson no dejó de ser el malo en el oeste “Ciudad sin ley (1935)” de Howard Hawks con Joel McCrea como hombre bueno y dulce con la protagonista principal, Miriam Hopkins. Hasta Omar Sharif se le vio como villano en el oeste “El oro de McKenna (1969)” de J. Lee Thompson, protagonizado por Gregory Peck y donde también actuaron Robinson, Telly Savalas y Lee J. Cobb en papeles de reparto.

Si de villanos se trata en oestes clásicos habría que mencionar a Victor Jory, John Ireland, Elli Wallach, Telly Savalas, entre otros.

Los actores que más interpretaron los papeles de indio son los mexicanos Gilbert Roland (Luis Antonio Dámaso de Alonso), Ricardo Montalbán, Anthony Quinn (Antonio Rodolfo Quinn Oaxaca), así como Henry Brandon (Heinrich von Kleinbach, nacido en Alemania), Charles Bronson (Charles Bruchinsky de origen lituano), Jeff Chandler, Victor Mature, Sal Mineo (de origen italiano).

El indio Cherokee, Wes Studi, ha interpretado varios papeles en cine del oeste, fue el duro Pawnee en “Bailando con los lobos (1990)”, el malvado Magua de “El último de los Mohicanos (1992)”, el Gerónimo del film de 1993, así como en otros oestes donde se aborda la vida o lucha de los indios. Entre las mujeres, las que más han interpretado papeles de india están la mexicana Dolores del Río, Debra Paget y Jean Peters.

Wes Studi en el papel de Magua en

Wes Studi en el papel de Magua en «El último de los mohicanos (1992)»

Gilbert Roland y Dolores del Río en papeles de indios en

Gilbert Roland y Dolores del Río en papeles de indios en «El Gran Combate (1964)»

En los oestes B la lista de actores es larga, entre los más conocidos están Hopalong Cassidy (William Boyd), Buster Crabbe cuando dejó de ser Flash Gordon y Buck Rogers, Tim McCoy, Bob Steele, Rod Cameron, Sunset Carson, Johnny Mack Brown, Ray Corrigan, Tex Ritter (Woodward Maurice Ritter), Don Barry, Robert Livingston, hasta llegar a los oestes musicales con Gene Autry y Roy Rogers. El actor Robert Mitchum se había iniciado en el cine actuando como villano en las películas de Cassidy, luego se hizo otro buen vaquero del cine clásico. No faltaban los comediantes en los oestes, los más usuales eran Al St John, Raymond Hatton, Guinn “Big Boy” Williams y George “Gabby” Hayes, quien llegó a tener su propio show en la TV. Entre los directores más asiduos de oeste B estaban Sam Newfield, John English, Lester Orlebeck, Lesley Selander y William Witney entre otros.

Sunset Carson, protagonista asiduo de Oestes B

Sunset Carson, protagonista asiduo de Oestes B

George

George «Gabby» Hayes comediante regulara en los Oestes

Los mismos oestes B fueron los que dieron lugar a la aparición de muchos seriales sobre varios héroes, como el Zorro, el Llanero solitario, Red Ryder, Cisco Kid con Duncan Renaldo, y otros más. Estos seriales hicieron aparición desde inicio de los años 30, primero en salas de cine, luego por la televisión.

En 1965 el director Spencer Gordon Bennet reunió a varios actores del oeste en el pasado, entre ellos Dan Duryea, Rod Cameron, Buster Crabbe, Bob Steele, Richard Arlen, Johnny Mack Brown, Edmund Cobb, Gilbert M. ‘Broncho Billy’ Anderson y Norman Willis en el film “The bounty killer” (El asesino generoso), donde Duryea es un hombre que aprende de la vida y de los matones hasta convertirse en un hombre que mata por recompensa y por venganza a otros asesinos que casi lo logran aniquilar en una ocasión. Este oeste puede considerarse como un homenaje a esos tantos actores que trabajaban duramente en el año, actuando en decenas de películas por sueldos sumamente bajos. Ni que decir de aquellos que hacían los papeles de malvados, como fueron Glenn Strange, Charles King, Roy Barcroft, Jack Ingram, John Merton (Myrtland La Varre) entre otros, los que tienen en su haber actuado en más de 400 películas cada uno.

El villano eterno, Charles King, al centro con Al Fuzzy Jones y Buster Crabbe (der.) en

El villano eterno, Charles King, al centro con Al Fuzzy Jones y Buster Crabbe (der.) en «Ghost of Hidden Valley (1946)»

Fuera de escena, el villano Glenn Strange estrecha la mano de su rival, William Boyd (Hopalong Cassidy)

Fuera de escena, el villano Glenn Strange estrecha la mano de su rival, William Boyd (Hopalong Cassidy)

Los personajes positivos y negativos abundaron como héroes en estas películas. Los más usados fueron Billy The Kid, personaje interpretado por varios actores como Buster Crabbe y Bob Steele, en la era moderna por Paul Newman de forma muy convincente y Val Kilmer; y el Zorro con Reed Hadley, que para el que suscribe fue el mejor de todos, Tyrone Power, Guy Williams hasta llegar al mediocre papel interpretado por Antonio Banderas. Clayton Moore interpretó varias veces el papel del Llanero Solitario, mientras que el delincuente de Jesse James fue convertido en héroe e interpretado por Tyrone Power, Alan Baxter, Robert Wagner, James Keach hasta llegar a nuestros días en las interpretaciones de Colin Farrell y Brad Pitt. Wyatt Earp ha sido otro personaje llevado a la pantalla en varias ocasiones, así se ha visto actuar a Henry Fonda, Burt Lancaster, Buster Crabbe, James Stewart hasta los más recientes con Kevin Costner y Kurt Russell. El primer Cisco Kid lo interpretó Warner Baxter en 1928, luego Cesar Romero y Gilbert Roland se hicieron de ese papel hasta que Duncan Renaldo lo obtuvo para el serial televisivo, muy famoso en Cuba todos los domingos durante la década de los 50. Jimmy Smits puede considerarse el último Cisco Kid, rol que interpretó en 1994.

Clayton Moore en el papel del Llanero Solitario

Clayton Moore en el papel del Llanero Solitario

“La diligencia (1939)” protagonizada por Wayne, en el papel de Ringo Kid, y Claire Trevor fue probablemente el primer éxito de John Ford en este género y el oeste de más renombre entonces. Sin embargo, esta película en lo personal no motivó al que suscribe. En la misma se ve a los indios detrás de una diligencia, en la que Wayne y John Carradine no se cansan de matar a los nativos de su propia tierra. Considerar a Ford como defensor de los indios es una aseveración que no tiene todo fundamento.

John Wayne y Claire Trevor en

John Wayne y Claire Trevor en «La Diligencia (1939)»

Lo más adverso de este género de cine es que nunca se dice la razón por la cual los indios estaban en guerra. En ese error cayeron una extensa mayoría de los directores norteamericanos de los oestes clásicos. Lo mismo Ford, que Hawks o Aldrich. Pintar a Gerónimo, Toro Sentado, Caballo Loco y a otros grandes jefes indios como terroristas fue una constante de ese género de cine.

Volviendo a Ford, sus oestes no cambiaron mucho de 1939 hasta la década de los 50. “Centauros del desierto (1956)” es una película polémica, también conocida en América Latina como “Más corazón que odio”. Los indios en este film eran secuestradores natos, se entretenían secuestrando mujeres y niños blancos. Si hubo maldad era menester abordar las causas.

Natalie Wood con John Wayne en

Natalie Wood con John Wayne en «Centauros del desierto (1956)»

John Huston, por suerte, aborda el tema de la discriminación en el oeste “Lo que no se perdona (1960)”, donde muestra a una familia con una hija adoptiva (Audrey Hepburn), india Kiowa secuestrada cuando pequeña por la familia blanca. Sus hermanos, Burt Lancaster y Audie Murphy, adoraban a su hermana hasta que un día el menor de ellos conoce que ella era Kiowa. Los indios continuamente atacaban la casa donde vivía la Kiowa, siempre buscando hacerla regresar a sus orígenes. Murphy rechazó el ser hermano de una india como su hermana adoptiva, Lancaster la defendió hasta el final pues conocía toda la historia anterior. Este film muestra cómo se maltrataba a cualquiera que fuera indio.

Burt Lancaster y Audrey Hepburn en

Burt Lancaster y Audrey Hepburn en «Lo que no se perdona (1960)»

Aldrich se mostraba igualmente defensor de los indios, pero ni “Apache (1954)”, ni “La venganza de Ulzana (1972)” justifican que se le dé ese título. En el primer film aparece un rebelde indio llamado Masai, quien reniega del pacto de paz firmado por Gerónimo. Esta película como aspecto real de la historia presenta cómo los Apaches eran desterrados y segregados por todo el país. Sin embargo, su final es poco convincente, Masai se rinde con la esperanza de convertirse en un buen agricultor y padre de familia, ya que hasta entonces había sido un “malhechor”. En “Ulzana”, Lancaster esta vez no es indio sino perseguidor de un jefe rebelde indio de nombre Ulzana. En toda la película no se da una razón del por qué Ulzana estaba en rebeldía.

Jean Peters en papel de la india compañera de Masai en el film

Jean Peters en papel de la india compañera de Masai en el film «Apache (1954)»

Esta situación fue bien entendida por los actores Marlon Brando y Paul Newman, los que radicalmente rechazaban los oestes de Hollywood por su intrínseca discriminación al indio norteamericano. Brando se negó a recibir el premio Oscar de mejor actor que se le otorgó por “El Padrino (1972)” como protesta por los oestes producidos por Hollywood. Newman protagonizó dos filmes que claramente ponen al indio en su lugar justo. Uno fue “Un hombre (1967) de Martin Ritt, en el que se ven las discrepancias de un blanco criado (Newman) por los indios con un burgués americano (Frederick March), y “Buffalo Bill y los indios (1976) de Robert Altman, donde se pone en tela de juicio el coraje de Bill Cody y la cantidad de indios que él aseveraba haber matado.

Paul Newman en

Paul Newman en «Un Hombre (1967)»

Las películas del oeste tienen también ingredientes falsos de la historia. El ejemplo más claro es “El Álamo (1960)” dirigido y protagonizado por Wayne, quien interpreta el papel de David Crockett. Los que conocen la historia dicen que en esa batalla cruenta y decisiva de los norteamericanos para conquistar el dominio de ese territorio mexicano, David Crockett no tuvo todo el coraje que se muestra en la película. “Tambores de guerra (1954)” de Delmer Daves muestra a un indio rebelde (Charles Bronson) de la tribu de los Modocs en el Norte de California como todo un terrorista, mientras que el enviado de paz por el presidente norteamericano, Alan Ladd, es el bondadoso. El final de ese film luce ser realmente falso.

En ese tipo de películas siempre aparecía un blanco negociador de la paz, unas veces era un James Stewart, otras Alan Ladd, como ya mencionado. Estos eran los héroes, siempre aparecía algún indio rebelde, por cuya mala voluntad se malograba la paz. En ningún momento ese cine decía cómo los blancos habían conquistado las tierras de los indios y cómo éstos eran bien relegados a un pedacito de su tierra o desterrados totalmente de la misma.

También estas películas podían tener su desliz y mostrar características no muy conocidas de algún que otro gobernante. Charlton Heston interpretó el papel del presidente Andrew Jackson, séptimo primer mandatario de los EE UU, en el drama “The president’s lady (1953)” (La dama del presidente) de Henry Levin, donde se muestra a Jackson matando indios al inicio del film.

Hay películas sobre los indios que tratan de abordar el tema generosamente pero no llegan a feliz destino. Entre ellas hay que mencionar “Flecha rota (1950)” de Delmer Daves con Jeff Chandler en el papel de Cochise, “El piel roja (1950) con protagonismo de Van Heflin, “The battle at Apache pass (1952)” con Chandler nuevamente en el papel de Cochise, “El gran jefe (1955) (o Jefe Toro Sentado) con Victor Mature como el gran jefe indio, todos éstos del director de George Sherman; y “Toro Sentado (1954)” de Sidney Salkow. De todos ellos, el más acertado fue Sherman.

Jeff Chandler en el papel de Cochise junto a James Stewart en

Jeff Chandler en el papel de Cochise junto a James Stewart en «Flecha Rota (1950»

Muy entretenida resulta ver «El último de los Mohicanos (1992)» de Michael Mann con Daniel Day Lewis, aunque con anterioridad esta novela había sido llevado al cine por otros directores. “Chato (1972)” de Michael Winner fue una historia que exalta a un indio (Charles Bronson), el que venga la violación de su mujer por un grupo de blancos. Realmente como historia de cine vale la pena, pero es muy dudoso que algo así haya sucedido jamás. Los indios tienen sus formas de pensar y no se caracterizan por albergar odio y rencor.

El tema mexicano es también abordado de una manera simplista en muchos oestes. Hacer aparecer a todos los mexicanos como un hato de bandoleros o de gente sin sentido no es nada consecuente con la historia real de los hechos. El oeste “Los profesionales (1966)” de Richard Brooks, con Lancaster y Lee Marvin entre otros, es probablemente una película que da una idea de cómo un mexicano puede amar y un americano cree poder comprarlo todo con el dinero. El final de esta película es realmente inesperado y estimulante. La bella Claudia Cardinale va en busca de su amado jefe mexicano y malherido (Jack Palance), mientras que Lancaster y Marvin evitan que a la pareja se le haga ningún daño y puedan retornar a México.

Lee Marvin con Claudia Cardinale y Burt Lancaster en

Lee Marvin con Claudia Cardinale y Burt Lancaster en «Los Profesionales (1966)»

Como verdaderas joyas del género del oeste se pueden considerar “Duelo al sol (1946)” de King Vidor, el que logró agrupar a una verdadera constelación de estrellas del cine como fueron Jeniffer Jones, Joseph Cotten, Gregory Peck, Lionel Barrymore, Herbert Marshall, Lillian Gish y Walter Huston; “Johnny Guitar (1954)” de Nicholas Ray, película que no le faltaba nada, buen tema musical y actuaciones de primer orden de Joanne Crawford, Sterling Hayden y Mercedes McCambridge; “Llega un pistolero (1956)” con Glenn Ford y Broderick Crawford, con un duelo que uno se tiene que imaginar, ya que no se llega a mostrar; y “Cazador de forajidos (1957)” de Anthony Mann con Henry Fonda y Anthony Perkins, entre otros.

Joan Crawford y Sterling Hayden en

Joan Crawford y Sterling Hayden en «Johnny Guitar (1954)»

“Johnny Concho (1956)” de Don McGuire es probablemente el primer oeste de un antihéroe interpretado por Frank Sinatra, individuo que ejercía el papel de sheriff en un pueblo y donde todos le temían hasta que un día un forastero matón lo retó a duelo, el que Sinatra esquivó, con lo que toda la leyenda de su coraje se vino a tierra.

Frank Sinatra es Johnny Concho

Frank Sinatra es Johnny Concho

Sería injusto no mencionar un oeste que fue una verdadera joya de actuación de Richard Dix. Se trata de “Cimarrón (1931)” de Wesley Ruggles, basado en la obra homónima de Edna Ferber. La realidad de cómo el oeste se fue conformando, las conquistas, los negocios que se iniciaron, cómo en realidad surgió una parte importante de ese territorio estadounidense es lo que muestra este film, que en ocasiones más parece una obra teatral llevada a la gran pantalla que una película de nuestros tiempos. Este film muy merecidamente obtuvo Oscar como mejor cinematografía, mejor dirección artística y mejor guión, a la vez que resultaban nominados como mejor actor, mejor actriz, mejor cinematógrafo y mejor director, Dix, Irene Dunne, Edward Cronjager y Ruggles, respectivamente. El remake de este film de Anthony Mann en 1960, protagonizado por Glenn Ford y María Schell, puede catalogarse también como de buena calidad.

Irenne Dunne y Richard Dix en

Irenne Dunne y Richard Dix en «Cimarrón (1931)»

Otros oestes para recordar son “Hombres errantes (1952)” de Nicholas Ray, cuya trama gira alrededor de un triángulo amoroso compuesto por Susan Hayward, Robert Mitchum y Arthur Kennedy, uno de ellos un vaquero avezado y el otro un aprendiz celoso, la elección final dependía de ella; “El jardín del diablo (1954)” de Henry Hathaway, donde un casi delincuente interpretado por Richard Widmark, muestra un ápice final de buenos sentimientos ante el amor que logran hacer crecer la Hayward y Gary Cooper. Widmark se entrega al combate en un desfiladero repleto de indios, todo por salvar a la pareja enamorada.

Paul Newman y Robert Redford protagonizaron un oeste memorable, “Dos hombres y un destino (1969)” (Butch Cassidy & the Sundance Kid) de George Roy Hill, donde son dos vaqueros que comienzan por robar una vez y de eso se hace un hábito hasta que tienen que emigrar a América del Sur, donde continúan sus fechorías y son finalmente aniquilados. El mismo Redford protagonizó otros oestes para recordar, como “El valle del fugitivo (1969)” de Abraham Polonsky y “Aventuras de Jeremiah Johnson (1972)” de Sydney Pollack.

Los amantes del oeste siempre esperan un duelo emotivo entre el bueno y el malo, esos duelos abundan en las películas B. Sin embargo, los más recordados son aquellos del cine clásico, como el de Gary Cooper contra Burt Lancaster en “Veracruz (1954)” de Aldrich, el ya mencionado “Llega un pistolero (1956)”, “Warlock, el hombre de las pistolas de oro (1959)” de Edward Dmytryk, duelo final entre Widmark y Henry Fonda; “El último atardecer (1961)” de Aldrich también, en el que se baten Kirk Douglas y Rock Hudson, con un final casi idéntico al de Veracruz; “En nombre de la ley (1970)” de Michael Winner, y “Que viene Valdez (1970)” de Edwin Sherin, ambos oestes protagonizados por un ya envejecido Burt Lancaster, y “El gran duelo (1971) de Lamont Johnson con Kirk Douglas nuevamente y Johnny Cash.

Burt Lancaster y Gary Cooper en

Burt Lancaster y Gary Cooper en «Veracruz (1954)»

Hay oestes que son realmente de baja calidad, solo quiero mencionar algunos de ellos, la comedia “La batalla de las colinas del Whisky (1965)” de John Sturges con Burt Lancaster y Lee Remick, película que como comedia no hace reír a nadie y como oeste no provoca ninguna emoción; “Sol rojo (1971)” de Terence Young, film en el que se agrupa a varios estelares como Bronson, Toshiro Mifune, Ursula Andress y Alain Delon, cuya trama más necia no puede ser. El otro oeste es “Catlow (1971)” de Sam Wanamaker con Yul Brynner y Richard Crenna. Hay muchos más sean dentro del cine clásico como el B.

El cine del oeste comenzó a cambiar algo justamente con el inicio de la guerra en Vietnam. Fue ahí cuando Sam Peckinpagh incursionó felizmente en el género y creó varios antihéroes. También aparecieron algunos materiales que mostraban claramente al general Custer como un asesino y a otros “héroes” blancos con sus reales cualidades. Dentro de esos nuevos filmes encontramos “Soldado azul (1970)” de Ralph Nelson, y “Pequeño gran hombre (1970)” de Arthur Penn.

Dustin hoffman en

Dustin hoffman en «Pequeño Gran Hombre (1970)»

Como dijera un experto, las películas de Peckinpagh presentan a héroes perdedores, personajes anacrónicos, incapaces de adaptarse a los cambios que brinda el progreso, los que tratan de conservar sus privilegios a pesar de la evolución de la sociedad en la que viven.

Los oestes de Sergio Leone tenían como trama moralejas de sucesos del pasado y del presente. Leone un poco que combinaba la comedia con el drama para mostrar lo que en realidad él deseaba. Su mensaje así llegaba fácil al espectador.

El interés por el oeste ha descendido notablemente en las últimas cuatro décadas. Han aparecido algunos filmes de este género como el épico-dramático “Silverado (1985) de Lawrence Kasdan con Scott Glenn, Kevin Kline, Kevin Costner y Danny Glover; “Bailando con los lobos (1990)” dirigido y protagonizado por Kevin Costner, donde el indio ocupa el lugar justo que merece; los remakes del duelo de OK Corral en “Wyatt Earp (1994)” de Kasdan con Kevin Costner y Dennis Quaid o mejor aún en “Tombstone (1993)” de George P. Cosmatos con Kurt Russell y Val Kilmer.

Clint Eastwood dirigió y protagonizó un exitoso oeste crepuscular con el film “Sin perdón (1992)”, que contó con las actuaciones de Gene Hackman, Richard Harris y Morgan Freeman.

Clint Eastwood en

Clint Eastwood en «Sin perdón (1992)»

El tema indio, por su parte, ha recibido tratamiento aparte en películas dramáticas como “Dead Man (1995)” (Hombre muerto) de Jim Jarmusch y “The brave (1997)” (El bravo) dirigida por Johnny Depp, ambas protagonizadas por el propio Depp, y en la segunda mencionada con la actuación especial de Marlon Brando. Estas películas tratan de reflejar el estado de pobreza y aislamiento de los ciudadanos indios en EE UU, los que si bien no pagan impuestos, tienen muchas limitaciones por discriminación en su vida en general.

Hemos tratado en apretada síntesis de abordar un tema tan amplio como el oeste, donde damos nuestra opinión sobre varios filmes y lo injusto que se ha sido con el tema indio. Nuevos remakes de oestes se harán, pero dudamos que surjan nuevos originales. El tema ya está gastado, aunque nunca es tarde para rectificar y filmar nuevos materiales con el indio en el lugar que merece. El oeste, sobre todo los de categoría B, tienen la virtud de entretener sin hacerlo a uno pensar mucho.

Alejandro Crespo, uno de los grandes de la pelota cubana

A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
Thomas Carlyle

Por Esteban Romero

Entre las grandes estrellas del bateo cubano de todos los tiempos, el jardinero Alejandro Crespo ocupa un espacio importante. Crespo fue un bateador derecho de consistencia y promedio ante un pitcheo de la calidad del que predominaba en la liga profesional cubana. Su bateo en Cuba, en las Ligas Negro y en México fue impresionante. Parte de los datos que aparecen aquí provienen de afirmaciones del Sr. Jesús Alberto Rubio, presidente del Salón de la Fama del Béisbol Mexicano y quien es un profundo conocedor y admirador de la pelota cubana.

Crespo nació el 26 de febrero de 1915 en Güira de Melena, municipio entonces de la provincia de La Habana. A poca edad quedó huérfano de padre y fue adoptado por un hombre blanco. Antes de comenzar su carrera en la pelota profesional, su familia se trasladó a vivir a la capital y se integró al Octavio Regimiento de las Fuerzas Armadas del país, con quienes comenzó a jugar pelota formalmente.

Como pelotero jugó en las escuadras semiprofesionales del Boston Bulls, Guanajay Stars (llamado también Alas de Oro) y Regimiento 8.

En 1939-40 Alejandro debutó con el Cienfuegos en la liga profesional cubana, y ya desde ese entonces discutió el título de bateo con el manzanillero Tony Castaño, que logró el título. Crespo se quedó en .339 y Castaño de los Leopardos de Santa Clara en .340. En esa temporada Alejandro disparó 60 hits e impulsó 28 carreras. Méritos le sobraron para haber sido el novato del año, pero todavía entonces ese premio no existía. El primer novato del año tuvo lugar en la temporada de 1942-43 y se lo llevó un grande de la antesala, probablemente el mejor defensivamente en esa posición, el oriundo de Alquizar, Héctor Rodríguez.

Alejandro Crespo

Alejandro Crespo

Para que se tenga una idea de la pelota y los peloteros de aquellos tiempos, veamos que el tercer mejor bateador de la temporada de 1939-40 lo fue Willie «El Diablo» Wells del Almendares con .328 de promedio. Le siguió Santos “Canguro” Amaro de los Leopardos con .326, los peloteros de las Ligas Negro, el torpedero Sam Bankhead (.321), Ray «Talúa» Dandridge (.310) del Cienfuegos, y el reglano Gilberto «Jibarito» Torres (309) del Habana.

La siguiente temporada fue una demostración de clase de Crespo, fue segundo en hits conectados con 57 y en impulsadas con 29, empatado en este departamento con el matancero Roberto “Tarzán” Estalella, además de quedar como líder jonronero con 3. Crespo hizo alarde de velocidad en esa temporada, no era solo fuerza y tacto al bate, sabía correr, y quedó de líder en bases robadas arrebatando el trono a un hombre que no corría, volaba, James “Cool Papa” Bell, miembro del Salón de la Fama, que durante temporadas jugara en Cuba como su segunda casa.

En 1940 los Rojos de Cincinnati vinieron a entrenar a Cuba, ocasión que se aprovechaba para que los peloteros cubanos toparan con lo mejor de las Mayores, práctica que se detuvo desde 1960 y que hasta 2015 no se ha reanudado. Alejandro vino a integrar el equipo cubano que se enfrentaría a los rojos, y como sucede siempre, hay alguno que erra. Eso fue exactamente lo que le pasó a Alejandro, perdió un batazo en el sol de la Tropical, el batazo se convirtió en triple y ya saben. Llegó la sexta entrada de ese juego y los lanzadores no conocían a Crespo, ni siquiera se imaginaban la clase de poder de este pelotero. El lanzador del Cinci le sirvió su segunda pelota y Crespo la puso a viajar en condiciones. Hay quien dice que pasó los 500 pies, sea como sea fue un señor batazo, un jonronazo. Recordemos que el más largo conectado en el parque de la Tropical lo logró Claro Duany el 26 de octubre de 1946, pelota que se llevó la segunda cerca y la cual se dice que nunca se encontró. Volviendo al jonrón de Crespo, éste le dio la victoria al equipo Cuba dirigido por ese sabio del pitcheo y de la dirección, Adolfo Luque, el conocido Papa Montero. En esa serie Alejandro se fue de 13-5 para promedio de .385.

Alejandro Crespo vistiendo la franela del Cienfuegos

Alejandro Crespo vistiendo la franela del Cienfuegos

En la temporada de 1942-43 Crespo pudo apoderarse del título de bateo por primera vez, .337, y el de hits con 63. Su poder se expresaba por los continuos lideratos en dobles conectados, algo que alcanzó en 1941-42, 1942-43 con 12, respectivamente, y 11 en 1943-44. En la temporada de 1944-45 fue líder en impulsadas con 29, título que repitió en la temporada siguiente con 35, además de llevarse el premio de Más Útil cuando su equipo, Cienfuegos, se coronó campeón, bajo la dirección del maestro Adolfo Luque.

Su segundo título de bateo fue logrado en la temporada de 1948-49, ya en ese entonces se jugaba en el Gran Stadium del Cerro.

Que nadie piense que Alejandro era bate y velocidad nada más, sería injusto no hablar del poderoso brazo que poseía y que la ponía en la base apropiada en el momento justo.

Alejandro siguió haciendo de las suyas en los enfrentamientos contra las escuadras norteamericanas de Grandes Ligas. En 1942 se la hizo a los Dodgers en la Tropical cuando el gran zurdo Agapito Mayor les ganaba, pero el joven torpedero Pee Wee Reese sonó batazo largo por el jardín izquierdo que montó en bicicleta a Alejandro para finalmente hacer un engarce de película y garantizar la victoria cubana. Según los que vieron el fildeo, el cuerpo de Crespo quedó balanceándose horizontalmente como si fuese un “cachumbambé”, así estuvo unos segundos sin soltar la pelota (Zerpa 2013).

Crespo se mantuvo jugando con el Cienfuegos hasta la temporada de 1950-51 cuando fue canjeado al Habana. Realmente su producción ofensiva ya comenzaba a decaer desde las temporadas de 1949-51. Con los Leones de Miguel Ángel González se mantuvo hasta la temporada de 1952-53, equipo con el que logró participar en su única Serie del Caribe en Panamá, 1952, y jugó finalmente con los Tigres de Marianao en 1953-54.

Crespo fue líder en dobles en 5 temporadas, cuatro veces en carreras empujadas, dos veces en hits, dos en promedio ofensivo, una en triples, una en jonrones, una en robadas y una en carreras anotadas. Su único defecto, así lo reconoce Baseball-reference, era que no que no era muy apto a recibir bases por bolas.

De por vida, quedó cuarto en apariciones al plato con 2 886, segundo en carreras impulsadas en la liga profesional cubana, con 415 carreras, fue primero en dobles con 130 (empatado con Héctor Rodríguez), cuarto en hits con 794, quinto en triples con 39 (empatado con Cristóbal Torriente), y sexto en carreras anotadas con 352. Sin lugar a dudas, un bateador respetado por los lanzadores rivales en la liga de béisbol invernal cubana, en su época la mejor del Caribe.

Fuera de Cuba Alejandro hizo de las suyas con su ofensiva. En las Ligas Negro jugó en dos temporadas, siempre con los New York Cubans de Alejandro Pompez. En 1940 Alex bateó para promedio de .255, e hizo el equipo del Este al juego de las estrellas del Oeste vs Este. En ese juego entró como emergente por Ed Stone en el sexto capítulo, luego se quedó jugando el jardín izquierdo y logró disparar un triple en su segunda vez al bate, con anotada e impulsada a su cuenta. En esta liga, en 1946, bateó para astronómico promedio de .429 producto de 26 hits en 62 veces al bate, solo segundo del inmortal Josh Gibson.

En México, le llamaban Villanazo o Filete, y era mucho el daño que le hacía a los lanzadores rivales. Crespo llegó en 1941 a México y bateó para promedio de .361 con 14 triples, 90 carreras anotadas y 86 impulsadas jugando para los Algodoneros de Torreón. En esa temporada fue líder en dobles con 36. En la siguiente temporada bateó para promedio de .332 con 50 impulsadas para el Torreón. En 1945 jugó para los búhos de Nuevo Laredo, donde promedió .311 con 10 triples, 79 impulsadas y 84 carreras anotadas. En 1950 jugó para el Águila de Veracruz, donde conectó 25 hits en 78 vb, con 4 dobles, dos jonrones y 10 anotadas. Finalmente, en 1951, jugó su última temporada en México, de nuevo con el Veracruz, donde bateó para .301.

Pedro Pagés, Héctor Rodríguez y Alejandro Crespo cuando militaban en el Águila Veracruz en 1950

Pedro Pagés, Héctor Rodríguez y Alejandro Crespo cuando militaban en el Águila Veracruz en 1950

Según reporta Gilberto Dihigo, el gran Crespo bateó 8 hits el domingo 26 de julio de 1953 en doble juego efectuado en el Estadio de La Normal en Santo Domingo contra el Escogido. De esos imparables, dos fueron jonrones, un triple, un doble y el resto sencillos. De hecho fue el primer pelotero que logró batear la escalerita en la pelota dominicana.

Después de su retiro del béisbol activo, más nunca se supo de Alejandro Crespo. No recuerdo a ningún narrador-comentarista de Series Nacionales que mentara su nombre. Pasaron los años y el olvido se impuso, algo muy similar a lo que ocurrió con Silvio García. Se afirma que Crespo había muerto en 1980 en el actual hospital de 10 de Octubre, antigua Dependiente, en la Habana, pero ha sido hasta ahora imposible saber la fecha exacta de su fallecimiento.

Estadísticas ofensivas de Alejandro Crespo en la liga profesional cubana

Estadísticas ofensivas de Alejandro Crespo en la liga profesional cubana

Estadisticas ofensivas de Alejandro Crespo en las Ligas Negro

Estadisticas ofensivas de Alejandro Crespo en las Ligas Negro

Estadísticas ofensivas de Alejandro Crespo en la Liga Mexicana y las Menores

Estadísticas ofensivas de Alejandro Crespo en la Liga Mexicana y las Menores

Bibliografía consultada

Baseball reference. http://www.baseball-reference.com/bullpen/Alejandro_Crespo

Desde mi palco de fanático. https://desdemipalcodefanatico.wordpress.com/jugadores/alejandro-crespo/

Dihigo G. Crespo: un jardinero espectacular. http://dihigo.blogspot.com/2012/02/crespo-un-jardinero-espectacular.html

Figueredo S. 2003. Cuban Baseball- A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Co., Inc. Publishers, Jefferson, Nort Carolina and London, 544 p.

Rubio J.A. Alejandro Crespo. Deportes Notituh. http://deportesnotitux.blogspot.com/2008/11/alejandro-crespo.html

Zerpa B. 2013. Historia del Béisbol Profesional Cubano. http://www.beisbologo.com/2013/08/31/historia-del-beisbol-profesional-cubano/

La sabiduría de Dimitri Ivanovich Mendeléyev

Químico genial, físico de primera clase, investigador productivo, en las ramas de la hidrodinámica, meteorología, geología, en distintas áreas de la tecnología química, así como otras disciplinas relacionadas con la química y la física, sabio profundo de la industria química….Liev Alexandrovich Chugaev

Ricardo Labrada

En 1963 por primera vez choqué con la química, asignatura que no había dado en mis años de estudio de bachillerato en Cuba. Ocurrió en la facultad preparatoria de la Universidad Estatal de Bielorrusia en Minsk. Tenía un profesor que, sin ser muy bueno, pedagógicamente hablando, pudo darnos algunas ideas de cómo era el asunto de los elementos químicos y la famosa tabla periódica. Posteriormente la química en todas sus formas pasó a ser parte de mi carrera y realmente me maravillaba el trabajo altamente científico del químico ruso Dimitri Ivanovich Mendeléyev, sobre el cual versará el presente artículo.

El ilustre científico nació el 27 de enero de 1834 (según calendario juliano, realmente fue el 8 de febrero del nuevo calendario, el gregoriani) en Tobolsk, capital histórica de la Siberia, actualmente pertenenciente a la provincia Tiumen en Rusia. Dimitri Ivanovich fue el décimo séptimo hijo de la familia que crearon Ivan Pavlovich Mendeléyev, director de un liceo en Tobolsk, y su esposa María Dimitrievna, mujer de inteligencia y energía. Cuando el joven Dimitri Ivanovich tenía 13 años, su padre perdió la visión y luego murió. Fue entonces que María tuvo que arreglárselas sola con toda la familia. Para suerte de todos ellos, María poseía una pequeña fábrica de cristales, cuyos dividendos más la pensión del fallecido Ivan Pavlovich alcanzaba para mantener la economía familiar. María tampoco descuidó la educación de sus hijos y pudo descubrir algo de la inteligencia poco común de su pequeño Dima.

Sin embargo, se sabe que Dima no estudiaba lo suficiente en el liceo. No es el primer caso de genios que no han sido muy aficionados a los estudios. Dimitri Mendeléyev nunca escondió su rechazo a la escuela clásica. El liceo lo logró terminar en 1849.

La fábrica de cristales se incendió un buen día y eso obligó a toda la familia emigrar a Moscú. Tres años después de la muerte de Ivan Pavlovich, María falleció también, luego una de sus hermanas. Dimitri Ivanovich quiso matricularse en la Universidad de Moscú, pero debido a ciertas regulaciones no lo pudo hacer. Al final logró matricularse en el Instituto Principal de Peterburgo, siempre con el apoyo brindado por las familias Skerletov y Protopopov, parientes de los Mendeleyev. En esa institución docente el joven estudiante se halló a sus anchas, donde tuvo magníficos profesores que le inculcaron el amor por la ciencia. El centro en cuestión era interno y tenía una matrícula muy limitada, lo cual creaba un vínculo muy estrecho entre los profesores y los estudiantes.

Desde su inclusión en el Instituto, Mendeléyev estudiaba la química analítica como medio de su estudio de algunos minerales máficos, como son ortita y piroxeno. A la edad de tan solo 20 años, Mendeleyev presentó un estudio sobre la composición de estos minerales, y en 1855 concluyó sus estudios universitarios con diploma de oro.

Dimitri Ivanovich Mendeléyev

Dimitri Ivanovich Mendeléyev

Debido la debilidad de su salud y el clima tan adverso de Peterburgo, los medícos le aconsejaron a Mendeléyev trasladarse a vivir a un ambiente más cálido. Inicialmente se estableció en Simferópol y más tarde se trasladó a Odessa, donde trabajó en un centro docente de esta ciudad portuaria. En 1859 defendió satisfactoriamente su tesis para maestría, cuyo tema fue “Sobre Volumenes Específicos”.

Después de la defensa de esta tesis, Mendeléyev viajó a Heidelberg, Alemania, para ampliar estudios y entrar en contacto con destacados especialistas de la química. En esta estancia de 2 años, Mendeleyev estableció la existencia de la temperatura absoluta de ebullición (temperatura crítica), mediante la cual, en condiciones concretas, los líquidos lentamente se convierten en vapor. Igualmente trabajó más como investigador de física y no de química. Así estableció la medida real para la adhesión de los líquidos y encontrar su dependencia en función del peso de las partículas.

A su regreso a Rusia, en 1964, logró un puesto de profesor en el Instituto Tecnológico de San Petersburgo. En 1865 defendió su tesis de doctorado, “Sobre los compuestos del alcohol con el agua”, cuya tesis estableció el grado óptimo de alcohol en el vodka ruso.

En 1866 compartió sus obligaciones docentes en la Universidad de Peterburgo, donde daba las asignaturas de química inorgánica, química orgánica y química técnica.

Entre sus trabajos destacan los estudios acerca de la expansión térmica de los líquidos, el descubrimiento del punto crítico, el estudio de las desviaciones de los gases reales respecto a lo enunciado en la ley de Boyle-Mariotte y una formulación más exacta de la ecuación de estado. En el campo práctico destacan sus grandes contribuciones a las industrias de la sosa y el petróleo de Rusia. Pero su principal logro de investigación fue el establecimiento del llamado sistema periódico de los elementos químicos, o tabla periódica, gracias al cual culminó una clasificación definitiva de los citados elementos (1869) y abrió el paso a los grandes avances experimentados por la Química en el siglo XX.

La tabla periódica de Mendeléyev no surgió de la nada, previamente el alemán Johann Dobereiner (1780-1849) ordenó los elementos químicos en una tabla periódica en 1817. Para ello creó las triadas basado en la proximidad de los pesos atómicos, p. ejemplo: la del litio, potasio y sodio, o la del calcio, estroncio y bario, o la del azufre, selenio, y teluro, o también la del cloro, bromo y yodo.

En 1864, el geólogo francés Alexandre-Émile Béguyer de Chancourtois y el químico inglés John Alexander Reina Newlands anunciaron la ley de las octavas, que se fundamentaba en que las propiedades de los elementos se repiten cada ocho de ellos, pero la misma fallaba al solo poderse aplicar hasta el calcio.

En 1869, el químico alemán Julius Lothar Meyer afirmó que los elementos similares tienen un volumen atómico similar en relación con otros elementos. El peso atómico asciende en correspondencia con un incremento en sus propiedades físicas.

En el mismo año 1869, Mendeléyev presentó una primera versión de su tabla periódica. La misma era la primera versión coherente de las semejanzas de los elementos. Mendeleyev observó que la clasificación de los elementos según sus masas atómicas  daba una periodicidad relativa de determinadas propiedades de los elementos. Esta primera tabla contenía 63 elementos. Para poder aplicar su ley, agrupó los elementos de igual familia horizontalmente y dejó algunos espacios descubiertos, p. ejemplo entre el calcio y el titanio, pues estaba seguro que en algún momento los mismos serían ocupados por elementos aún por descubrir, aquellos que correspondían a masas atómicas de 45, 68, 70 y 180.

La segunda versión de la tabla fue presentada por Mendeléyev en 1871, la que coincidió con la elaborada independientemente por Meyer en el mismo año. El sistema propuesto era de ocho columnas que se obtenían dividiendo los períodos largos en un periodo de siete elementos, con un octavo grupo conteniendo los tres elementos centrales (Fe, Co y Ni) y un segundo período de siete elementos. Pauling afirmó que la segunda variante del sistema periódico de Mendeleyev fue muy popular y se mantuvo por largo tiempo hasta que se descubrió el grupo cero que abarca a los gases inertes desconocidos hasta 1894.

Tabla periódica de Mendeléyev

Tabla periódica de Mendeléyev

La base científica de la ley de Mendeléyev quedó demostrada cuando entre 1875 y 1886, se descubrieron el galio (69), el escandio (45) y el germanio (72,6), los que poseían propiedades predichas por el científico ruso.

Para llegar a la primera versión de la tabla, Mendeléyev tuvo que escribir en distintas tarjetas los elementos con sus masas atómicas y propiedades, luego se dedicó a conformar las más variadas combinaciones y lugares en la tabla. El trabajo se complicaba por el hecho que muchos elementos aún estaban por descubrirse y los pesos atómicos de algunos ya descubiertos eran inexactos. No obstante, para el científico ruso lo importante era descubrir la regularidad de la ley. En ese momento Mendeleyev escribió sobre su trabajo y sus pensamientos: “Sospechaba sobre la existencia de relación entre los elementos desde mis años de estudiante, no me cansaba de pensar en este problema desde todos los ángulos posibles, recogí material, comparé y luego cotejé las cifras. Al final el asunto maduró y entonces apareció una decisión en mi cabeza. Como siempre me ha ocurrido, el saber que me hallaba cerca de de una solución al problema, me creó un estado de excitación. Durante varias semanas dormí soñando encontrar un principio mágico, el cual me llevaría de un golpe al orden de los datos acumulados en los últimos 15 años Y así en una maravillosa semana, después de una noche sin dormir y desesperado por encontrar una solución, me quedé dormido en mi buró, y durante ese sueño se me apareció la tabla claramente. Me desperté y lancé sobre una hoja la tabla que había visto”.

Es cierto que la tabla de Mendeléyev contenía errores. Al hidrógeno no le fijó lugar, y consideró una sola valencia para cada elemento, lo cual se ha demostrado erróneo. No obstante, la tabla de Mendeléyev fue la base para la actual tabla periódica, la que en el presente contiene 18 grupos, que se corresponden directamente a una serie química y arroja un esquema coherente, ya que los elementos de un mismo grupo poseen la misma configuración electrónica en su capa más externa. Como el comportamiento químico está principalmente dictado por las interacciones de estos electrones de la última capa, de aquí el hecho de que los elementos de un mismo grupo tengan similares propiedades físicas y químicas.

Tabla moderna

Tabla moderna

Cuando Mendeléyev hizo su gran hallazgo no existía aún la espectroscopia de rayos X, de la cual se valió el gran físico y químico inglés Henry Moseley para determinar la estructura electrónica de los materiales que estudió. Por lo tanto, el mérito del científico ruso queda ahí como base del conocimiento actual que se posee en la química.

Bibliografía consultada

Anon. Dimitri Mendeleyev. http://recursostic.educacion.es/secundaria/edad/4esofisicaquimica/biografias4/mendeleiev.htm

Chugaev L. A. 2009. Dimitri Ivanovich Mendeleyev. Ecología y vida (en ruso) No. 1. http://elementy.ru/lib/430731

Lenntech BV. Historia de la tabla periódica. http://www.lenntech.es/periodica/historia/historia-de-la-tabla-periodica.htm

Pauling L. 1969. Química general, Instituto del libro, la Habana. Pp 101-102.

El arte de Anthony Perkins

La gente debe ser libre con el sexo
Elton John

Por Esteban Hernández

Uno de los actores de mayor éxito durante las décadas de los 50 hasta los 70 lo fue Anthony Perkins, hombre que incursionó en varios géneros de películas, pero que pudo triunfar en aquel lleno de terror interpretando papeles de hombres desequilibrados mentalmente.

Nacido el 4 de abril de 1942 en Nueva York, Perkins cursó estudios en la Universidad de Columbia. Posteriormente incursionó el mundo del teatro en Broadway y el de la TV. En el cine debutó en papel de reparto del drama “La actriz (1953)” de George Cukor protagonizado por Jean Simmons y Spencer Tracy, y luego en igual papel apareció en otro drama, “La gran prueba (1956)” de William Wyler con Gary Cooper y Dorothy McGuire.

Anthony Perkins y Dorothy McGuire en un afiche del film

Anthony Perkins y Dorothy McGuire en un afiche del film «La Gran Prueba (1956)»

Su primer papel de ente desequilibrado lo tuvo en su siguiente film el drama llamado en Cuba “Mi obsesión me condena” y “El precio del éxito” en España, cuyo título original es “Fear strikes out” (El temor poncha) en EE UU, dirigido por Robert Mulligan y que contara con la actuación de reparto de Karl Malden como padre del pelotero Jimmie Piersall (Perkins). Se trataba de un hecho real llevado a la gran pantalla sobre el famoso jugador de béisbol de los Medias Rojas de Boston.

Afiche del film

Afiche del film «El precio del éxito (1957)»

La vida fue poco a poco mostrando que Perkins estaba hecho para protagonizar suspenses y filmes de terror, pero en sus inicios transitó por el mundo del drama. Como hombre era bien parecido, delgado, alto, con una sonrisa que no se sabía cuándo era real, ya que siempre se mostraba irónica o burlona. Tenía en su contra el hecho que en Hollywood abundaban los galanes, ya estaban los Marlon Brando y Paul Newman haciendo de las suyas, mientras que otras figuras prometedoras como el propio Robert Wagner iban quedando relegadas a un plano de estrella pero no de superestrella. A Perkins le pasaba algo similar y es muy probable que se haya dado cuenta que podía triunfar en un género de cine no precisamente dramático.

En el mismo año 1957, Perkins co-protagonizó con el gran Henry Fonda un oeste memorable “Cazador de forajidos” dirigido por Anthony Mann. Que nadie se piense que Perkins hizo un papel estilo John Wayne, nada de eso, era un sheriff nombrado pero incapaz de perseguir a un delincuente por falta de pericia en el oficio que le habían dado. Fonda, en el papel de un pistolero experimentado, le enseña que él es un Don Nadie y que su oficio había que hacerlo con diligencia y coraje. La actuación de Perkins como hombre indeciso e incapaz de tomar una decisión fue sencillamente brillante.

Perkins con Henry Fonda en

Perkins con Henry Fonda en «Cazador de forajidos (1957)»

Al año siguiente Delbert Mann lo llevó a co-protagonizar, con la joven Sofía Loren, el drama “Deseos bajo los olmos”, en el que también actúa el siempre eficiente Burl Ives, hombre que del canto pasó a la actuación y que en esta película interpretó el papel de padre del joven Perkins y casado con la joven Loren. El film muestra un perfecto triángulo amoroso, aunque en realidad el amor solo existía entre la madastra y el hijo. El final es típico de cualquier tragedia.

Sofía Loren y Anthony Perkins en una escena de

Sofía Loren y Anthony Perkins en una escena de «Deseos bajo los olmos (1958)»

En 1959 protagonizó el drama ficticio “Mansiones verdes” que termina en un amor con la joven Audrey Hepburn, luego actuó como secundario en el film bélico “La hora final” de Stanley Kramer que fuera protagonizado por Gregory Peck y Ava Gardner.

En 1960 Alfred Hitchcock lo lanzó al estrellato al interpretar el papel de Norman Bates en “Psicosis”. Hace un tiempo visité los estudios de la Universal en Hollywood. Cuando llegó el tour dentro de lo que es propiamente el área de rodaje, iba viéndolo todo en el trencito sobre ruedas de goma, y de pronto veo una casa que me lució conocida, salía de la misma un hombre que era el mismísimo Norman Bates. Los altoparlantes nos anunciaban que allí se había filmado parte del film. Cosas de la vida, nunca había visto la película y la vine a ver cuando visité por primera vez los EE UU. Les digo que me impresionó muchísimo la escena en la que Bates asesina a la huésped (Janet Leigh). Creo que esa escena es verdaderamente impactante y quedó grabada en mi memoria como algo horripilante. El mismo Perkins aseveró que la escena le resultó escalofriante cuando la vio en pantalla por primera vez. Naturalmente, los méritos fueron para Hitchcock, pero Perkins logró concretar bien su papel en el film. Creo que fue ahí que él mismo se dio cuenta que protagonizando tales películas tendría un éxito que ni Brando o Newman jamás lograrían.

Anthony Perkins en el papel de Norman Bates en

Anthony Perkins en el papel de Norman Bates en «Psicosis (1960)»

Psicosis tuvo tres películas más, una en 1983, en la que el director Richard Franklyn realizó una historia sobre el regreso de Bates, una tercera en 1986 dirigida por el propio Perkins, y la última de Mick Garris en 1990, que versa sobre la vida previa de Bates, o sea la vida antes de cometer el asesinato, todas ellas protagonizadas por Perkins.

Un drama para recordar protagonizado por Perkins fue “Faedra (1962)” del director Jules Dassin, esposo de la eficiente actriz griega Melina Mercouri, con quien estableció una colaboración estrecha. Dassin dirigía y Melina actuaba, “Faedra” no fue la excepción. De nuevo Perkins es el osado hijo que termina en un amor perdido con su madrastra, la Mercouri. La película es una adaptación de una tragedia griega a la vida moderna, en la que también actúa con acierto el italiano Raf Vallone interpretando el papel de padre de Perkins y como empresario reparador de barcos, una especie de Onassis.

Melina Mercouri y Perkins en

Melina Mercouri y Perkins en «Phaedra (1962)»

A continuación Orson Welles llevó a Perkins a protagonizar el drama “El proceso”, donde la co-protagonista es la famosa Jeanne Moreau, entonces en pleno auge en su carrera. El film tiene una trama interesante de un hombre que se le lleva juicio sin saber los cargos por los que se juzgaba, como dijera un crítico de esta película, una verdadera pesadilla kafkiana.

Del resto de las películas protagonizadas por Perkins vale destacar el drama-film de crimen “Alguien detrás de la puerta (1971) de Nicolas Gessner, película de producción francesa que tuvo la también actuación de Charles Bronson como desequilibrado mental, mientras que Perkins era el psiquiatra. Al final de la película uno no sabe cuál de los dos era el más desquiciado.

Anthony Perkins y Charles Bronson en

Anthony Perkins y Charles Bronson en «Alguien detrás de la puerta (1971)»

Anthony Perkins en

Anthony Perkins en «El Proceso (1962)»

Junto a Paul Newman y a Jacqueline Bisset actuó en el drama-oeste “El juez de la horca (1972)”. Aquí Perkins era un predicador y la vez un farsante. Perkins y Newman brillaron en esta película, el segundo como otro juez inventado y todo un farsante de la justicia.

Anthony Perkins en

Anthony Perkins en «El juez de la horca (1972)»

Con Maximilian Schell co-protagonizó el film de ciencia ficción “El abismo negro (1979)” del director Gary Nelson, que tuvo un éxito moderado. Probablemente fue la única vez que Perkins actuó en película de este género.

Otra interpretación para recordar, en un papel bastante repugnante, así lo catalogo, tuvo en el drama-film de crimen “La pasión de China Blue (1984)” de Ken Russell con una despampanante Kathleen Turner. De nuevo Perkins es un predicador obsesionado con el cuerpo de China Blue, la rubia rompecorazones, a la que observa desde su ventana a cada instante e intenta cada vez que puede violarla. Todo eso a sabiendas que China era una prostituta y no tenía otra salida que entregarse a cualquiera que intentara acusarla ante la ley.

Perkins en

Perkins en «La pasión de China Blue (1984)»

En 1991 fue su última presentación en la gran pantalla y al siguiente año murió de SIDA a la edad de 60 años.

Por tratarse de una persona que murió de SIDA, surge la pregunta que todos se hacen, ¿era Perkins un homosexual?, en realidad era un bisexual. Perkins se había casado con la hermana de una cabaretera a la edad de 41 años. Con esa persona tuvo sus únicos dos hijos Sin embargo, se sabía que él había tenido relaciones con otros hombres.

En conclusiones, se puede considerar que Perkins fue un actor destacado del género de terror y suspense, pero también capaz de protagonizar dramas, incluso románticos, con mucha aceptación de la crítica y del público.

Bibliografía consultada

Hernández E. (inédito). Grandes del cine de todos los tiempos, vol. I.

El cine negro (film noir)

«Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha aparcado mal el coche, no ha pagado la factura del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces, el cine ha conseguido su objetivo»
Billy Wilder

Por Esteban Hernández

Los amantes del cine clásico tienen puesto en buen lugar de preferencia los llamados filmes del cine negro, término que se deriva del francés film noir. La primera persona que usó el término de film noir fue el crítico italiano Nino Frank, quien había estudiado en Francia.

Este género incluye películas con ingredientes de criminalidad dentro de una sociedad realmente corrupta. Los entes mafiosos, el contrabando y otras prácticas delictivas son puestas en evidencia, su diferencia con los filmes netamente de crimen estriban en los escenarios que se escogen, que son generalmente de lugares oscuros, con neblina, lluvias, tormentas, muchas escenas tomadas durante la noche, donde el sol está casi ausente. Por lo general se tienen héroes que pueden finalmente ser antihéroes, la generosidad no se ve por ninguna parte, ni de la justicia, ni de sus detectives y mucho menos de los malhechores. El lenguaje que se utiliza es metafórico, nada se habla por directo, lo que obliga al público a crear un poco de imaginación.

Se entiende que el primer film de este género fue el famoso “Halcón maltés (1941)” del director John Huston, quien escogió como protagonistas a Humphrey Bogart y a Mary Astor respaldado por el dúo de Peter Lorre y Sidney Greenstreet. Inicialmente se pensó en darle el protagonismo de este film a George Raft, pero Huston se plantó y pidió que fuera Bogart, quien hasta ese entonces había sido solo actor de reparto o co-protagonista. Al inicio los productores no estuvieron muy de acuerdo y finalmente Raft desechó la idea de actuar. Todo quedó listo para que Bogart se convirtiera en el detective Sam Spade, mientras que Mary Astor realizaba una de sus mejores interpretaciones como la perversa Brigid O’Shaughnessy. En esa cinta también se estrenaba un dúo para recordar, el eslovaco-húngaro-judío Peter Lorre, hombre que venía con una vasta experiencia de actuación en el cine alemán, el que tuvo que abandonar cuando Hitler llegó al poder, y el inglés, grueso, Sidney Greenstreet, quien debutaba en el cine a la edad de 69 años, y que había hecho anteriormente de todo en su vida, incluido la producción de té en Sri Lanka. Ambos le dieron el sabor necesario a ese film que es pionero y joya del cine negro de todos los tiempos.

Mary Astor con Humphrey Bogart en una escena de

Mary Astor con Humphrey Bogart en una escena de «El Halcón Maltés (1941)»

Los escépticos de Bogart se dieron cuenta que éste era un actor muy completo y desde entonces el gran Humprhey DeForest pasó de villano secundario a villano principal o héroe protagonista de sus filmes hasta el día de su muerte. Bogart fue sin lugar a dudas el mejor protagonista de filmes de cine negro. También Lorre- Greenstreet hicieron toda una yunta con Bogart y se les vio actuar juntos en varios filmes en lo sucesivo. Otras actuaciones notables de Humphrey DeForest en filmes de cine negro fueron en “El sueño eterno (1946)” de Howard Hawks con Lauren Bacall, que fuera su esposa, “Callejón sin salida (1947)” de John Cromwell con Lizabeth Scott, “La senda tenebrosa (1947)” de Delmer Daves con la Bacall nuevamente, “Cayo Largo (1948)” de Huston, película que se inclinaba más a ser un film de crimen y donde por primera vez Edward G. Robinson pasaba a un plano secundario con respecto al héroe del film interpretado por Bogart. Lauren Bacall, Claire Trevor y Lionel Barrymore también actuaron en esta interesante y famosa película del cine clásico. El eficiente director Nicholas Ray incluyó a Bogart en algunos de sus filmes de cine negro, como fueron “Llamad a cualquier puerta (1949)” con John Derek, y “En un lugar solitario (1950)” con Gloria Grahame, mientras que los directores Bretaigne Windust y Raoul Walsh le dieron a Bogart el protagonismo de “Sin conciencia (1951)”.

Lizabeth Scott y Humphrey Bogart en

Lizabeth Scott y Humphrey Bogart en «Callejón sin Salida (1947)»

Gloria Grahame y Humphrey Bogart en

Gloria Grahame y Humphrey Bogart en «Un Lugar Solitario (1950)»

Billy Wilder fue otro de los buenos directores en este género, la evidencia es otra joya del cine, se trata de “El crepúsculo de los Dioses (1950)” que fuera protagonizado por la entonces ya veterana Gloria Swanson al lado de un destacado de la época, como lo fue William Holden. Muchos críticos sitúan esta película por delante del “Halcón Maltés” en cuanto a su excelencia. La trama de este film trata precisamente de la corrupción en el cine hollywoodense. Wilder previamente había obtenido un rotundo éxito con otra película de este género, “Perdición (1944)”, que contó con el protagonismo de Barbara Stanwyck, Fred MacMurray y Edward G. Robinson, película muy original en la perversidad y ambición de los entes interpretados por la Stanwyck y MacMurray.

Gloria Swanson y William Holden en

Gloria Swanson y William Holden en «El Crepúsculo de los Dioses (1950)»

William Wyler logró un buen trabajo con “La carta (1940)”, protagonizado por Bette Davis, mujer adúltera y embustera, y el ingenuo marido, interpretado por Herbert Marshall. Desde un inicio se sabe quién es el culpable, el problema es saber cómo llegan los otros a saberlo ante tanto mal manejo.

Michael Curtiz hizo su aporte en este campo al dirigir “Alma en suplicio (1945)” protagonizado por la eficiente, y difícil de actuar con ella, según varios actores, Joan Crawford acompañada del muy subestimado Zachary Scott, y Jack Carson. El film trata sobre madre que ve como su hija se va con su propio amante, todo un gángster de su mundo criminal.

“Gilda (1946)” fue una película que lanzó a Rita Hayworth y al canadiense Glenn Ford a la fama. El director Charles Vidor logró componer un film lleno de expectativas, con romance y criminalidad, que ha pasado a la historia del cine como una de sus grandes obras. La interpretación de la Hayworth hizo que su entonces esposo, el gran realizador Orson Welles, la llevara a co-protagonizar con el mismo otra película de este género, “La dama de Shanghai (1947)”.

Rita Hayworth y Glenn Ford en una escena de

Rita Hayworth y Glenn Ford en una escena de «Gilda (1946)»

Huston también dirigió “La jungla de asfalto (1950)”, película sobre un atraco a una joyería, donde se describe con bastante nitidez la personalidad de cada uno de los ladrones. Esta película contó con los servicios de Sterling Hayden y Louis Calhern, el hombre que solía interpretar papeles de gente fina y aristocrática, y de Marylin Monroe en un papel secundario. La convincente interpretación de Sterling Hayden puede haber sido el motivo para que Stanley Kubrick lo haya escogido para protagonizar “Atraco perfecto (1956)”.

Jean Hagen y Sterling Hayden en

Jean Hagen y Sterling Hayden en «La Jungla de Asfalto (1950)»

La manipulación sentimental y al adulterio es abordado por Fritz Lang en “Perversidad (1945)”, donde Edward G. Robinson es traicionado por su esposa (Joan Bennett), la que a su vez es manipulada por un estafador (Dan Duryea). Con casi igual reparto de actores, Lang dirigió “La mujer del cuadro (1944)”, donde un profesor (Edward G. Robinson) entre en contacto con una modelo (Joan Bennett), la que aparece en un cuadro en exhibición en una vidriera, y aquí comienzan las vicisitudes del profesor que se ve involucrado en el asesinato de un amante rabioso (Arthur Loft) y la aparición macabra de un hampón y chantajista (Dan Duryea). Años después Lang dirigió la cinta “Los sobornados (1953)”, donde Glenn Ford, el hombre de la justicia, se ve empeñado en una batalla contra un enorme grupo mafioso, en el que participa un gángster, interpretado por Lee Marvin.

Edgar G. Robinson en

Edgar G. Robinson en «La Mujer del Cuadro (1944)»

“Laura (1944)”, de Otto Preminger, tiene algo de similitud con “La mujer del cuadro” de Lang, aunque lo que parece al inicio ficticio luego resulta ser real. El film es protagonizado por Dana Andrews y Gene Tierney (Laura Hunt), y es muy original en su narración, que incluye tomas del pasado y del presente. El director mencionado no tuvo problemas en volver a juntar a Andrews y Gene Tierney para protagonizar otro film de este género, “Al borde del peligro (1950).

El gran Burt Lancaster debutó en el cine protagonizando “Forajidos (1946)” de Robert Siodmak, donde la bella Ava Gardner interpreta un papel de perversa y ambiciosa. El relato de la película es parecido al de “Laura”, tomas de lo sucedido anteriormente con tomas del presente, todo entretejido que da una narración muy original. La actuación de Lancaster, hombre que venía de ser acróbata de circo, convenció tanto que le sirvió para protagonizar varios filmes de este género, como fue “Fuerza bruta (1947)” de Jules Dassin, cuya trama se desarrolla en prisión; el film poco conocido “la hija del pecado (1947)” de Lewis Allen, “Al volver a la vida (1947)” de Byron Haskin, film en el que se junta por primera vez en escena con Kirk Douglas, en el papel de un jefe depravado, con un Lancaster recién salido de prisión, y donde también actúan la atractiva Lizabeth Scott y Wendell Corey, que también habian actuado en la cinta precedente con Lancaster; “Voces de muerte (1948)” de Anatole Litvak, film que se puede catalogar también de suspense y en el que Barbara Stanwyck interpreta de forma magistral el papel de esposa psicótica de un marido desentendido como Lancaster; el también poco conocido y hasta olvidado “Sangre en las manos (1948)” de Norman Foster co-protagonizado por Joan Fontaine; “El abrazo de la muerte (1949)” de Siodmak, que logra juntar con eficiencia a Lancaster, Yvonne DeCarlo y Dan Duryea en una macabra trama de infidelidad amorosa y crimen. En este film, por cierto, aparece por primera vez en pantalla y lo hizo como extra, bailando con la DeCarlo, el entonces joven Tony Curtis.

Burt Lancaster en

Burt Lancaster en «Fuerza Bruta (1947)»

Pasaron los años para que Lancaster volviera a protagonizar otro film de cine negro, éste fue “Chantaje en Broadway (1957)” de Alexander Mackendrick, donde Lancaster (J.J. Hunsecker) es un poderoso y famoso columnista, manipulador de la información en toda una ciudad de 60 millones de lectores. Para conseguir y consolidar su poderío usa a un secuaz inescrupoloso interpretado por Tony Curtis, el que comete el fallo de querer tener relaciones con la hermana de J.J. Esta es una película algo subestimada, pero que posee interpretaciones casi magistrales de Lancaster y Curtis por segunda vez juntos en escena como actores.

Tony Curtis y Burt Lancaster en

Tony Curtis y Burt Lancaster en «Chantaje en Broadway (1957)»

El perseguido director Jules Dassin, el hombre acusado de comunista durante la cacería de brujas, fue otro destacado del género de cine negro. Su primer éxito fue con el ya mencionado “Fuerza Bruta”, luego dirigió “Mercado de ladrones (1949)”, donde el buenazo de Richard Conte, al saber que su padre, camionero, había sido asesinado por delincuentes del mercado adonde llevaba sus mercancias, decide conocer los hechos para vengar su muerte, pero las cosas no salen como él desea, pues se verá enredado con una prostituta, rol interpretado por Valentina Cortese, la que a su vez servía al malvado que había asesinado a su padre (Lee J. Cobb). Uno de sus siguientes filmes en la misma vertiente fue “Noche en la ciudad (1950)” con un delincuente sin límites y sin cerebro interpretado por Richard Widmark. Después de este film, a Dassin se le llamó a testificar de su militancia comunista pero jamás se presentó en la corte, y emigró a Europa a inicios de los 50, inicialmente a Inglaterra y luego a Francia, donde dirigió otro excelente film, muy original dentro de este género, “Rififi (1955)”, cuyo título no tiene nada que ver con la película. Se puede decir que Dassin la bautizó así en honor a la cantante que aparece en el film, que trata sobre los manejos de la mafia en Francia y donde aparece un personaje cruel con el enemigo, pero de buenos sentimientos con sus amigos, Tony El Estefanés, interpretado por Jean Servais. La omertà mafiosa se deja ver en el film, o sea nunca digas nada de lo que ocurra, debes siempre callar, si no callas la muerte es la pena automática por haberla incumplido. Tony se entrega a acabar con sus enemigos dentro de la propia mafia y al final lo sacrifica todo por la sobrevivencia de un niño. Los valores de este film sobrepasan los de cualquier otro de este género. Volviendo al problema de Dassin, se casó con la actriz griega Melina Mercoury, y jamás regresó a su país.

Una escena de

Una escena de «Rififi (1955)»

Jacques Tourneur dirigió “Retorno al pasado (1947)”, con protagonismo de Robert Mitchum, Kirk Douglas y Jane Greer, film con una trama bastante complicada, que obliga al espectador a no perder nada de lo que acontece durante la muestra de la película. Mitchum en realidad resultó ser otro de los grandes actores protagonistas de este género. Con anterioridad a este film, habia actuado en “La huella de un recuerdo (1946)” de John Brahm, “Perseguido (1947)” de Raoul Walsh con Teresa Wright, y luego en el estupendo “Encrucijada de odios (1947)” de Edward Dmytryk, también con Robert Young y Robert Ryan; “El gran robo (1949)” de Don Siegel con Jane Greer y William Bendix; “Donde habita el peligro (1950)” con Faith Domergue, “Las fronteras del crimen (1951)” con Jane Russell, estas dos últimas del director John Farrow; “La trampa (1951)” de John Cromwell con Lizabeth Scott, quizás la mejor actriz protagonista de este género, y Robert Ryan; y “Cara de ángel (1952)” de Preminger y co-protagonizado por otro ente perverso interpretado por Jean Simmons.

Kirk Douglas y Robert Mitchum en

Kirk Douglas y Robert Mitchum en «Retorno al Pasado (1947)»

Robert Rossen secundado por el guión de Abraham Polonsky logró una buena cinta del género en cuestión con “Cuerpo y alma (1945)”, film protagonizado por John Garfield y que trata el problema de la crueldad del boxeo profesional. En ese mismo año John Stahl dirigió “Que el cielo la juzgue”, película donde la bondad de los hombres es ocasionalmente explotada por mujeres perversas. Ese fue el caso de la esposa (Gene Tierney) de un escritor de buenos sentimientos (Cornel Wilde). Este es otra película que no se debe dejar de ver por lo que muestra y enseña.

Alfred Hitchcock también hizo su aporte con “La sombra de una duda (1943)”, en el que Teresa Wright comienza con justificación a dudar de la personalidad de su tío, Joseph Cotten. “Encadenados (1946)” es otro film para recordar del gran Hitchcock, cuya trama gira alrededor de una mujer (Ingrid Bergman) infiltrada para descubrir a un criminal que es la persona con la que se debe juntar, y a la vez el romance que comienza con su jefe y agente principal (Cary Grant). Si de excelencia se trata este es una joya como film de cine negro.

Cary Grant e Ingrid Bergman en

Cary Grant e Ingrid Bergman en «Encadenados 1946)»

Este género de películas halló todo su esplendor en las décadas de los 40 y 50. Otros filmes memorables de cine negro fueron:

– “El último refugio (1941)” de Raoul Walsh con Humphrey Bogart e Ida Lupino
– “Contratado para matar (1942)” de Frank Tuttle con Veronica Lake y Robert Preston
– “Historia de un detective (1944)” de Edward Dmytryk con Dick Powell y Claire Trevor
– “Recuerda (1945)” de Alfred Hitchcock con Gregory Peck e Ingrid Bergman
– “Amantes de la noche (1948)” de Nicholas Ray con Farley Granger
– “El reloj asesino (1948)” de John Farrow con Ray Milland y Charles Laughton
– “La ciudad desnuda (1948)” de Jules Dassin con Barry Fitzgerald
– “Secreto de mujer (1949)” de Nicholas Ray con Melvyn Douglas, Maureen O’Hara y Gloria Grahame
– ”El tercer hombre (1949)” de Carol Reed con Joseph Cotten
– “Al rojo vivo (1949)” de Raoul Walsh con James Cagney y Vera Miles
– “El gran carnaval (1951)” de Bily Wilder con Kirk Douglas
– “Extraños en un tren (1951) de Alfred Hitchcock con Farley Granger,
– “Manos peligrosas (1953)” de Samuell Fuller con Richard Widmark y Jean Peters
– “Perseguida (1953)” de Rudolph Maté con Robert Mitchum y Linda Darnell
– “La noche del cazador (1955)” de Charles Lauhgton con Robert Mitchum y Shelley Winters
– “Bob le flambeur (1956)” de Jean Pierre Melville con Isabelle Corey

En los años 60 el realizador francés Jean Pierre Melville dirigió “El silencio de un hombre (1967)”, también conocido como “El samurai”, con un gángster calmado y calculador en la figura de Alain Delon. Aunque los críticos sitúan a la película como de crimen, más la veo como otro buen ejemplo de cine negro, la diferencia con respecto a los otros filmes mencionados está en que la película es a colores.

Alain Delon en

Alain Delon en «El Silencio de un Hombre (1967)»

Bibliografía consultada

Agustí P. 1998. Humphrey Bogart. Edimat Libros, Madrid, 188 p.

Belinchón G. 2005. El halcón maltés. Diario El País, 55 p.

Belinchón G. 2005. Cayo Largo. Diario El País, 55 p.

Hernández E. (inédito). Grandes del Cine de Todos los Tiempos, vol. I y II.

Mills B. 2008. 101 Forgotten films. Kamera books, Harpenden, UK, 159 p.

Los seriales de aventuras

El entretenimiento y el aprendizaje no se oponen;
El entretenimiento puede ser el modo más efectivo de aprender.
Herbert Marcuse

Por Esteban Hernández

Si algo me gustaba en mi niñez eran los seriales que trasmitía la CMQ, en Cuba, en horas del mediodía y en la tarde también. Para ser más exacto, se comenzaron a trasmitir por las tardes y luego se llevaron a un horario de mediodía. Las escuelas primarias y la superior (secundarias) en los años 50 daban clases de 8 a 11 de la mañana. El bachillerato tenía las clases hasta las 11:30, normalmente 4 clases, c/u de 40 minutos. Yo no pasé por la superior, pero si por el antiguo bachillerato. Los seriales a que me refiero surgieron en los años 30, o sea con el desarrollo del cine sonoro, los que entonces se trasmitían en horarios de las matinés sabatinas y dominicales. Como ya expliqué, el cine de barrio solía poner 3 películas, un episodio de serial, 3-4 cartones y una revista de noticias y chistes, todo eso por unos 15 centavos de peso (igual a dólar americano en aquel entonces). El hecho de poner el episodio del serial obligaba a que el espectador viniera 12-13 veces más al cine para darle continuidad a la serie. Los seriales regularmente tenían 12 episodios, pero los había de 13 y de 15 también. Con la llegada de la TV, esos seriales pasaron en buena parte del cine a la TV. Recuerdo que los domingos la TV cubana ponía algunas de las series que John Wayne protagonizó en sus años de juventud. Había un serial en el que Wayne en persona se situó por debajo de un tren en marcha. Naturalmente, el tren estaba andando lentamente, luego se procesó a más de 24 tomas por minuto, salió todo a tremenda velocidad y fue una escena muy creíble. En esa época el cine comenzaba a hacer de las suyas con algunos modestos efectos especiales.

Si me preguntan qué series más me impactaron fueron casi todas las que protagonizó Buster Crabbe, el mismo que fuera campeón olímpico de natación en las olimpiadas de los Ángeles en 1932. Crabbe ganó en una final muy reñida la distancia de 100 libres y se coronó como el nadador más veloz del orbe. Tuvo que esperar cuatro años para lograrlo, ya que hasta 1928 el campeón fue Johnny Weissmuller, el mismo que interpretara varias veces a Tarzan en el cine. Después de las olimpiadas a Crabbe se le ofreció contrato por la Universal para también interpretar el papel de Tarzan, lo que hizo en 1933 en un serial «Tarzán el temerario» que en Cuba se mostró al inicio de la TV. Luego protagonizó algunas películas de aventuras, todas ambientadas en la selva, actuó con Randolph Scott en un par de oestes, y hasta hizo papeles de villano en algunos filmes de categoría B. Sin embargo, su fama se debió al encarnar a Flash Gordon en tres seriales y el de Buck Rogers en otro más.

Buster Crabbe en el papel de Tarzan

Buster Crabbe en el papel de Tarzan

Cuando se estaba filmando «La invasión de Mongo (1936)», Crabbe le dijo a Jean Rogers (Dalia) que ese serial era una basura. Lejos estaba él de imaginar que ellos se harían famosos con ese mismo serial. El director de esa serie fue Henry Stephenson, luego Ford Beebe recogió el argumento y reparto para realizar la segunda serie con «El viaje de Flash Gordon a Marte (1938)», que constó de 15 epísodios, mientras que el primero fue de 13. El tema musical de ambos filmes fue el de Franz Wazman tomado de la película «Frankenstein (1932)», la misma que llevó a Boris Karloff a la fama.

Buster Crabbe como Flash Gordon en

Buster Crabbe como Flash Gordon en «La Invasión de Mongo (1936)»

El director Ford Beebe vio el éxito y se lanzó a dirigir «Buck Rogers (1939)» en 12 capítulos, donde aparece la famosa actriz y animadora Constance Moore en el papel de Wilma. Los comics de Buck Rogers relatan que Wilma era muy coqueta con Buck, pero en el serial no hubo nada, ni se tocaron las manos. En los de Flash Gordon si hubo sus besos y sus intrigas amorosas.

Buster Crabbe como Buck Rogers en una escena junto a Jackie Moran y a Constance Moore

Buster Crabbe como Buck Rogers en una escena junto a Jackie Moran y a Constance Moore

Beebe se decidió hacer otro nuevo serial de FG, «Flash Gordon conquista el Universo (1940)», donde tuvo que optar por nuevos actrices y actores para papeles como de Dalia y el príncipe Barin. Después de este serial, Crabbe se convirtió en protagonista de oestes de categoría B, aunque en la década de los 50 volvió a protagonizar dos seriales, que no he visto, uno de ellos «El Capitán Gallant de la legión extranjera (1955)» de 45 epísodios, y «Aventuras del Halcón de mar (1958)» de 18 capítulos. Otro serial que protagonizó Crabbe fue «Red Barry (1938)», donde hace el papel del investigador Barry. Todos los expertos en este tema concluyen que Crabbe fue el mejor protagonista de seriales de todos los tiempos en el cine de aquella época.

Buster Crabbe con Edna Sedgewick en una escena del serial

Buster Crabbe con Edna Sedgewick en una escena del serial «Red Barry».

Sin embargo, hay que hacer notar que hubo otros actores con papeles destacados pero en uno o dos seriales. Uno de ellos fue Don Terry interpretando el papel del oficial naval Don Winslow en los seriales «Winslow de la marina (1942)» y «Don Winslow y los guardacostas (1943)», en ambos siempre en guerra con los japoneses, el director de ambos seriales fue de nuevo Ford Beebe, en el primero junto a Ray Taylor, quien luego dirigió el segundo.

Don Terry en el papel de Don Winslow, con Walter Sande detrás

Don Terry en el papel de Don Winslow, con Walter Sande detrás

Los otros dos notables fueron el actor Herman Brix, que se iniciara en el cine en el papel también de Tarzan y que fuera campeón olímpico en impulsión de la bala en 1928. Brix protagonizó dos seriales en 1938, que fueron puestos en la TV cubana no menos de dos veces. Uno fue «Los diablos del círculo rojo» de John English y William Witney, y donde el villano fue Charles Middleton, el mismo que encarnó varias veces al temible emperador Ming en los seriales de Flash Gordon. La otra serie fue ambientada en una isla del Pacífico, «El halcón de lo natural» de iguales directores a los antes mencionados, donde Brix mostró sus habilidades de natación y clavado. Un buen día Herman se cambió el nombre por el de Bruce Bennett y más nunca se le vio actuar en seriales de aventuras, se dedicó a encarnar papeles serios en filmes protagonizados por Humphrey Bogart, Joan Crawford, Charlton Heston entre otros.

Herman Brix (Bruce Bennett) junto a Charles Quigley y Dave Sharpe en

Herman Brix (Bruce Bennett) junto a Charles Quigley y Dave Sharpe en «Los Diablos del Círculo Rojo (1938)»

Herman Brix en combate con Monte Blue en el serial

Herman Brix en combate con Monte Blue en el serial «El halcón de lo natural»

El otro destacado y renombrado por la crítica fue Kane Richmond, hombre de no mucha estatura pero de buen parecido, que en los 30 fue actor secundario de seriales hasta que se hizo de papeles protagónicos. William Witney le dio el primer papel importante en «Destructor de espías (1942)», luego Spencer Gordon Bennett le dio el papel principal en «Puerto asaltado (1944)», Lesley Selander lo dirigió en «Vigilantes de la selva (1945)» y en 1946 se hizo del personaje «la Sombra» en «El regreso de la sombra», «Detrás de la máscara» y «La dama ausente», todas las series en el mismo año.

Kane Richmond con Roy Barcroft en el serial

Kane Richmond con Roy Barcroft en el serial «Puerto Asaltado (1944)»

Otras series inolvidables fueron «La suerte de Tim Tyler (1937)» de Ford Beebe, todo ambientado en África oriental, donde el joven Frankie Thomas la protagoniza. Cuando aquello Frankie era casi un niño y murió en abril de 2006 a la edad de 85 años.

Frankie Thomas en el serial

Frankie Thomas en el serial «La suerte de Tim Tyler (1937)»

De nuevo Beebe con Clifford Smith dirigió un serial para recordar «Drummond, el aviador (1936)», donde John «Dusty» King encarnó al píloto Drummond. Lo interesante del serial fueron los combates aéreos en pleno cielo de una supuesta Mongolia. Jean Rogers actuó aquí antes de hacer el papel de Dalia en Flash Gordon en el mismo año.

John King con Jean Rogers en el serial

John King con Jean Rogers en el serial «Drummond, el aviador (1936)»

«Los vigilantes van llegando (1936)» de Ray Taylor, serial con un bonito fondo musical y una actuación muy buena de Robert Livingston en el papel de Don Loring que era en realidad el temible «Águila», algo así como el Zorro.

Robert Livingston en el papel del Águila en el serial

Robert Livingston en el papel del Águila en el serial «Los vigilantes van llegando (1936)»

«La legión del Zorro (1939)» con Reed Hadley en el papel de Don Diego es también de hacer notar. La voz de Hadley era impresionante, no en balde fue luego narrador de películas y locutor de radio. Hubo hasta un Zorro mujer en un serial que protagonizara Linda Stirling en «El látigo del Zorro (1944)» de Gordon Bennett. Un año antes Linda había protagonizado otro serial muy recordado, «El monstruo púrpura ataca (1943)» de igual director y donde el villano monstruo fue el «vaquero» Roy Barcroft.

Reed Hadley en el papel del Zorro

Reed Hadley en el papel del Zorro

Linda Stirling en

Linda Stirling en «El Látigo del Zorro (1944)»

Muchos deben recordar a «Las aventuras del capitán maravilla (1941), donde Tom Tyler era el capitán que aparecía cuando Frank Coglan, en el papel de Billy Batson, decía en peligro «Shazam». Recordando me río de eso, ya que muchos de nosotros seguramente dijimos Shazam esperando convertirnos en un hombre fuerte, capaz de volar y de resistir a cualquier enemigo como el capitán Maravilla.

Tom Tyler en el papel del Capitán Maravilla (1941)

Tom Tyler en el papel del Capitán Maravilla (1941)

De hecho este capitán salió algo después de la invención de Superman en 1938, pero llegó a la pantalla antes. El primer actor que encarnó al hombre de hierro fue Kirk Alyn en un serial de 15 capítulos en 1948, luego vino el experimentado George Reeve, que no tiene ningún parentesco con el otro Superman, Christopher Reeves. George mantuvo un serial de Superman durante 6 años, el que terminó con el fallecimiento del actor en 1959. Esos capítulos se mostraban generalmente en el Cinecito de la calle San Rafael en la Habana, adonde para uno como yo no era fácil asistir, ya que la entrada costaba 40 centavos. Yo llegué a ver dos solamente.

Kirk Alyn en el papel de Superman

Kirk Alyn en el papel de Superman

George Reeves como Superman

George Reeves como Superman

Los seriales no han perdido su vigencia, pero ya no guardan la misma ilusión de antes, al menos no motivan su seguimiento como los de antaño.

Si alguno de Uds. recuerda algún serial olvidado en este escrito, pues adelante, escriban.

Hablaba de niños en el cine, quién no se acuerda de Boy, el hijo adoptivo de Tarzán, papel interpretado por Johnny Sheffield varias veces. Johnny murió en agosto del 2010 a la edad de 79 años.

Dicen que recordar es volver a vivir, y aquí he resucitado algo que es parte inseparable de mi niñez, era pobre como mi familia, llena de necesidades, pero así y todo creo haber tenido una buena niñez.

Las vicisitudes de Orestes Miñoso

«El espíritu humano crece a través del conflicto»
William Ellery Channing

Por Esteban Romero

Las nuevas generaciones de cubanos han oído hablar sin dudas del excelente pelotero cubano Orestes “Minnie” Miñoso, también llamado el Charro Negro en México, pero es muy posible que conozcan muy poco de la grandeza real de este gran atleta nacido en Perico, Matanzas, el 29 de noviembre de 1925, hombre que en su niñez tuvo que cortar caña como medio de subsistencia, y que poco a poco, con su juego a distintos niveles, enseñó su capacidad en el béisbol.

El matancero se inició jugando pelota en juegos de su localidad, luego jugó con un equipo semipro hasta que se hizo conocer en Cuba por su juego en el campeonato de 1945-46, donde vistió la franela del Marianao y jugó la tercera base de su equipo. En esa temporada Miñoso bateó para promedio de .294 y conectó cinco cuadrangulares, por lo que se hizo acreedor del título de novato del año.

Fuera de Cuba, Miñoso tuvo la suerte de ser contratado por Alejandro Pompez en 1946 para jugar con los New York Cubans en la Liga Nacional Negro. En ese año y en el siguiente el cubano bateó para promedio por encima de .250 pero por debajo de .300. Su explosión llegó en 1948 cuando su bateo se montó en promedio de .403 producto de 29 hits en 79 veces al bate, además de haber sido seleccionado para jugar en el Todos Estrellas de las Ligas Negro.

Por su indiscutible calidad las condiciones del cubano no pasaron inadvertidas para los cazatalentos y gerentes del béisbol de las Grandes Ligas. Jackie Robinson se había convertido en el primer pelotero negro en esos circuitos beisboleros al debutar en 1947 con los Dodgers de Brooklyn. Luego debutó el jardinero Larry Doby con los Indios de Cleveland en ese mismo año, para así convertirse en el segundo pelotero negro en las Mayores y el primero que incursionaba la liga americana. La llegada de Miñoso a las Mayores demoró algo, ya que primero se le aclimató a la pelota de los blancos jugando con los Indios de Daytona de la liga central, clase A, en 1948, y en 1949 pasó a jugar con los Padres de San Diego de la Liga de la Costa del Pacífico, clase AAA, ambos sucursales de los Indios de Cleveland de la Liga Americana.

Orestes Miñoso vistiendo la franela del Marianao

Orestes Miñoso vistiendo la franela del Marianao

Miñoso fue el primer latinoamericano negro en debutar en las Grandes Ligas, lo cual sucedió el 19 de abril de 1949 jugando para los Indios. Por su potente brazo, jugaba con más frecuencia inicialmente la tercera base, también se desempeñaba como jardinero, aunque también jugó la inicial para los Indios sustituyendo al entonces convaleciente Luke Easter.

Miñoso en las Ligas Negro

Miñoso en las Ligas Negro

Dicen los que le vieron jugar como antesalista, que Miñoso en ocasiones erraba en puntería y sus tiros paraban en las gradas. No obstante, en 1951, su primera temporada como regular, la jugó en la antesala de los Medias Blancas de Chicago. Un año después fue trasladado al jardín izquierdo, movimiento que le dio la oportunidad al cubano Héctor Rodríguez de presentar credenciales en la tercera base.

Miñoso fue también un excelente bateador y hombre muy veloz en las bases. Se puede decir que el primer cubano en triunfar en las Mayores fue el lanzador derecho Adolfo Luque, mientras que Miñoso fue el primer jugador cubano no lanzador que triunfara bate en mano en esos circuitos. Nunca antes un jugador cubano o latino había alcanzado tantos éxitos con su bate y sus piernas como los logró Miñoso.

Miñoso listo para batear

Miñoso listo para batear

Para que se tenga una idea de lo qué hizo Miñoso, en su año real de novato, o sea en 1951, jugando como regular, bateó para promedio ofensivo de .326, segundo de la liga americana, conectó 173 hits, cuarto en su liga, incluido 14 triples, líder, fue quinto en OBP, anotó 112 carreras, segundo en ese departamento, y robó 31 bases, también líder. Una temporada de ensueño realmente. Así y todo, A Miñoso se le despojó del título de novato del año, el cual recayó en la figura de Gil McDougald de los Yankees de Nueva York. Sin quitarle mérito al yankee, pero Miñoso fue superior en su desempeño al pelotero en cuestión. McDougald bateó para .306. Miñoso jugó 146 juegos, el norteamericano sólo 134. McDougald no quedó de líder en nada. A la hora de seleccionar el MVP, el cubano fue cuarto y McDougald noveno, ¿entonces? ¿hay o no hay injusticia? Esto si fue un clásico despojo de un mérito que pertenecía por entero al cubano. McDougald no duró nada, dicen que decidió retirarse después de haber tronchado la vida deportiva del lanzador zurdo Herb Score de los Indios con un lineazo que le dio en pleno ojo a Score. Miñoso jugó muchas más temporadas y brilló siempre al bate, McDougald jamás pudo igualar los niveles de juego del cubano.

En lo sucesivo fue líder en bases robadas en las siguientes dos temporadas con 22 y 25 estafas, respectivamente; líder en triples en 1954 con 18, y 1956 con 11. En 1957 fue líder en dobles, con 36. En 1960 se llevó el liderato en hits, con 184, pero de 1951 a 1959 siempre quedó entre los primeros ocho bateadores en hits conectados. De 1952 a 1960 siempre quedó entre los primeros cinco anotadores de la liga americana. De 1953 a 1960 siempre estuvo entre los mejores seis peloteros en OBP de su liga. Miñoso tenía una característica y era que bateaba muy encima del plato con el pie izquierdo más próximo al home que el derecho, por eso recibía muchos pelotazos, departamento en el que fue líder de 1951 a 1954 y de 1956 a 1961 en la liga americana. Como aspecto negativo está el haber sido también el estafador más veces cogido en esos intentos, liderato que obtuvo en 1952- 54, 1957 – 58 y 1960.

Defensivamente el cubano alcanzó un promedio de .971, y demostró versatilidad, jugó los tres jardines, la antesala, la inicial y en dos partidos cubrío el campo corto. Fueron 17 temporadas en las que realizó 112 errores.

Miñoso es el único pelotero que ha logrado jugar en cinco décadas diferentes en las Mayores. Jugó, como ya se sabe, en 1949 con los Indios, luego en 1951 lo hizo al inicio con los mismos Indios pero fue canjeado a las Medias Blancas, equipo con el que jugó en 1960, aunque en 1958 y 1959 estuvo nuevamente en la nómina de los Indios, en 1976 y 1980 hizo breves incursiones con las Medias Blancas.

Los triunfos deportivos del cubano, como ya se indicó, no estuvieron exentos de muchas dificultades. En varias ocasiones el mérito de este gran pelotero no ha sido reconocido realmente, también sufrió de la entonces discriminación aún imperante en las grandes ligas, además de otras vicisitudes que es propósito aquí reseñar.

Una de las primeras dificultades que tuvo el cubano fue, cómo dice el refrán, con una cuña del mismo palo. El manager de los Indios de Cleveland era descendiente de cubanos, Alfonso Ramón López, oriundo de Tampa, más conocido como Al López, quien nunca se sintió cómodo con la presencia de Miñoso en el equipo. En 1951 Miñoso tuvo un inicio impetuoso con los Indios, tuvo 14 veces al bate y conectó 6 hits, incluido par de dobles. Sin embargo, poco después supo que había sido canjeado a las Medias Blancas. Ese movimiento no guardaba ninguna lógica, ya que además del inicio del cubano en esa temporada, traía de antecedentes haber bateado para .297 y .339 con los Padres en las temporadas de 1949 y 1950, respectivamente. Por suerte, el canje fue saludable para Miñoso, ya que su adaptación al ambiente de la ciudad de los vientos fue rápido y cordial.

Previamente al cubano se le había prohibido ir a jugar a Cuba en la temporada de 1949- 1950. Personalmente Hank Greenberg, el gerente de los Padres, le informó a Miñoso que como política del equipo, a ningún pelotero se le permitía jugar en las ligas invernales. El cubano aceptó, pero luego, al ver que su salario permanecía sin movimiento, llamó nuevamente al gran ex slugger para discutir el asunto, donde Miñoso le expuso claramente que no ir a jugar a Cuba le significaba la pérdida de unos cuantos miles de dólares y que entonces era menester que le subieran el salario, algo que Greenberg entendió pero no sucedió.

En materia salarial no es secreto que Miñoso fue siempre subestimado. Muchas veces él sabía que su salario no estaba acorde con su nivel de juego. El cubano nunca supo el valor por el cual Pompez lo vendió a los Indios en 1948. Aquella fue una operación en secreto, jamás revelada al criollo. Después de su primera temporada con las Medias Blancas su salario subió muy poco.

A muchos peloteros negros se les gritaba groserías y ofensas de todo tipo. En ese tipo de mala conducta incurrían fanáticos, peloteros y hasta managers o auxiliares de los equipos. Jackie Robinson fue el primer en debutar en las ligas de blancos y fue lógicamente el primero en recibir ofensas de todo tipo. Miñoso también recibió algunas, que él rememora en su autobiografía.

Hal Newhouser fue un excelente lanzador zurdo de los Tigres y luego, en sus dos últimas temporadas, con los Tigres. Logró 207 victorias y ponchó a 1796 bateadores en sus 17 temporadas en las Mayores. Cuando un pitcher es tan dominante, no es que guste mucho de que alguien le batee, y eso fue lo que le sucedió con Miñoso, quien no creyó en las credenciales del nativo de Detroit y le bateó fuerte en algunas oportunidades. En una de ellas, después de un jonrón, en su siguiente vez al bate, Newhouser le tiró la bola por la cabeza, a la vez exclamaba que eso era lo que merecía ese “perro negro”. La ecuanimidad fue siempre parte de la conducta del cubano, pero esta vez no se pudo aguantar y le fue arriba a Newhouser, al que le dijo con toda claridad que tenía que respetarlo. Otro que gustaba de sacar de quicio a los peloteros negros era el ex manager de los Atléticos de Filadelfia, Jimmy Dikes. Miñoso decía que mientras que él ofendía en el terreno, cuando se tropezaba con él en la calle o en algún lugar, le daba las buenas como si nada hubiera ocurrido. El cubano un día se le encaró fuera del parque de béisbol y le reprochó su actitud netamente racista.

Muchos pelotazos que Miñoso recibió en su carrera fueron, como ya se dijo, por su forma de pararse en el home, pero hubo algunos propinados a causa de racismo o en represalia por un buen batazo conectado anteriormente.

En el orden muy personal, Miñoso tuvo dos incidentes, el primero fue cuando una mujer mestiza acusaba al cubano de tener una hija con ella y que el cubano no quería reconocer. Aquello manchó enormemente la buena reputación que tenía el criollo. Siempre ha dicho y afirmado que jamás tuvo relación con aquella mujer. Su versión es que a ella él le había pagado una noche, en el hotel donde se hospedaba en Chicago, pero que no la había tocado en lo absoluto. Los abogados de ambas partes llegaron a un arreglo en este escándalo, al final Miñoso no se le exigió más responsabilidad en el asunto, aunque no quedó claro si él realmente no había hecho nada.

Con los ahorros de lo que ganó jugando pelota en Cuba y EEUU, Miñoso compró una casa de apartamentos en Cuba que llegado el año 1960 le fue confiscado.

Después de haber jugado exitosamente con las Medias Blancas de 1951 a 1957, bateando sobre los .300 en la mayoría de esas temporadas, Miñoso supo un buen de diciembre de 1957 que había sido canjeado a los Indios de Cleveland. Aquel movimiento significó que el cubano no pudiera asistir a la serie mundial de 1959 cuando las Medias Blancas ganaron el título de la Liga Americana. Para suerte para él, regresó a su querido equipo de las Medias Blancas en 1960, pero éstos han tenido que esperar muchas décadas para poder volver a una serie mundial.

El momento más fatídico de Miñoso fue cuando se lesionó en 1962 jugando para los Cardenales de St Louis. Fue sobre un batazo de Duke Snider en juego contra los Dodgers de los Angeles, al cual Miñoso le partió con la idea de realizar un buen engarce, pero nada de eso, tropezó violentamente contra las cercas y fue ingresado gravemente. Durante largas horas el cubano estuvo inconsciente. Aquella lesión le valió que no pudiera jugar más por el resto de la temporada y que sus facultades se vieran disminuidas para su juego en las siguientes dos temporadas. Realmente Miñoso estaba casi entonces terminado como pelotero de Grandes Ligas después de aquella lesión.

Los méritos del cubano fueron muchos y en cuanta pelota jugó en su carrera, pero no parece que los mismos hayan sido suficientes para poder llegar al Salón de la Fama de Cooperstown. El propio Miñoso decía que quería ser exaltado en vida, algo que no le correspondió. Discutible es la presencia de algunos peloteros como la ausencia del cubano en este sitial de honor. Esperemos que sea escogido finalmente, así sea póstumamente, y que Miñoso sea exaltado en una próxima votación.

Dos generaciones de peloteros cubanos, Miñoso saluda al inicialista José Dariel Abreu

Dos generaciones de peloteros cubanos, Miñoso saluda al inicialista José Dariel Abreu

La última vicisitud fue su elección al nuevo Salón de la Gloria del béisbol cubano, Miñoso fue escogido entre un grupo de cinco peloteros que jugaron pelota en Cuba antes de 1961. El cubano había dicho y así lo afirmaba en su autobiografía que jamás volvería a Cuba si permanecía la actual administración cubana. Sin embargo, el hecho de haber sido recordado en su tierra al ser seleccionado para el Salón de la Fama, parece que le hicieron cambiar de idea. Estaba alegre con su elección, y cuando se le preguntó si iría a Cuba a su exaltación, dijo que estaba pensando seriamente asistir a tal evento. Lamentablemente, como todos sabemos, Miñoso no fue invitado siquiera, por lo que murió sin haber pisado su tierra en 55 años.

No todo es desgracia aún después de uno muerto. Al momento de su fallecimiento Miñoso fue recordado por el propio presidente de los EEUU., Barack Obama, y se le rindió tributo por parte del que fuera su equipo de siempre, los Medias Blancas de Chicago. Pase lo que pase, Miñoso ha pasado a la historia del béisbol con el título de Mr. Sox y un monumento se erigió en su memoria incluso antes de morir. Su equipo retiró su número, el 9, en 1983.

Mr. Sox para siempre

Mr. Sox para siempre

Para uno que le vio jugar, les puedo decir a las actuales generaciones que tienen mucho que aprender de Miñoso. Ante todo su carácter afable con sus compañeros e incluso con los peloteros rivales, su seriedad en el juego. Luego su juego, bateo, velocidad para robar bases y para convertir dobles en triples, brazo fuerte y preciso, y óptimo en el fildeo. Era un hombre que en el terreno todo lo hacía bien, pues dominaba los llamados fundamentos de este deporte. ¿Quieren ser buenos en las Mayores? Imiten a Orestes Miñoso y lo lograrás.

Bibliografía consultada

AP. Muere Miñoso, primer jugador hispano negro en Grandes Ligas. Listín Diario. República Dominicana. http://listindiario.com/el-deporte/2015/3/1/358135/Muere-Minoso-primer-jugadorhispano-negro-en-GL

Miñoso O. y Fagen H. 1994. Just call me Minnie: My six decades in baseball. Sagamore Publishing. 250 p.

Stewart M. 1990. Minnie Minoso. http://sabr.org/bioproj/person/796bd066

El cubano Kid Gavilán, campeón mundial en el boxeo rentado

El silencio es la más perfecta expresión de desprecio
George Bernard Shaw

Por Esteban Romero

Uno de los grandes boxeadores cubanos de todos los tiempos lo fue Gerardo Mauras, luego rebautizado como Gerardo González por su madre después de su segundo matrimonio, que fuera popularmente conocido en el mundo como Kid Gavilán. Nacido el primero de junio de 1926 en un área cañera de Berrocal, Palo Seco, Camagüey. Gavilán fue uno de los pesos welter (66 kilogramos) más destacados en el mundo del boxeo y probablemente el mejor welter cubano de todos los tiempos.

Gavilán medía 179 cm de estatura y fue un hombre que se hizo sentir dentro del cuadrilátero por su velocidad de piernas, su esquiva y potente bolo punch con su veloz derecha, del cual sus adversarios se cuidaban bastante. Ese estilo de pelea, sobre todo el golpe heterodoxo del bolo punch fue tomado por el gran campeón Ray Sugar Leonard. El otro mérito del cubano era su gran poder de asimilación. Tumbar a Gavilán resultó casi imposible a lo largo de su carrera.

Kid Gavilán

Kid Gavilán

Bajo la guía de Fernando Valido, Gavilán se inició en el boxeo amateur a finales de 1941, donde tuvo una breve estancia, luego su debut en el boxeo rentado fue enfrentándose a Antonio “Baby Changó” Díaz, en combate de los pesos ligeros (55 kilogramos), en la Arena Cristal de la Habana, el 5 de junio de 1943, pelea que ganó por decisión en 6 rounds. A partir de ahí Gavilán tejió una cadena de 12 victorias en Cuba que se prolongó hasta julio de 1945, en las que se incluyen 6 peleas terminadas por la vía rápida. Entre las víctimas de Gavilán en ese período están Joe Pedroso, dos veces noqueado, Manuel Chaviano alias Kid Bebo por igual vía, Esmerido Salazar alias Bombón Oriental, y Miguel Acevedo, ex titular de los plumas.

La primera presentación de Gavilán en el extranjero fue en la Arena Coliseo de Ciudad México, donde se enfrentó a Julio César Jiménez y que venció por decisión en 10 asaltos, en combate efectuado en agosto de 1945. Un mes después, en igual lugar, Gavilán noqueó en seis rounds a Pedro Ortega. Entonces el cubano boxeaba en la división de los ligeros (61,2 kilogramos). La cadena de victorias consecutivas llegó a ser de 16, ya que sufriría su primera derrota, por decisión en pelea de 10 asaltos, contra Carlos Malacara, lo que ocurrió dos semanas después de haber noqueado a Ortega, en la misma Arena Coliseo. Obviamente, la revancha se arregló casi de inmediato y Gavilán le hizo morder la derrota al Cargador, como así llamaban a Malacara, en pelea a 10 rounds el 3 de noviembre de 1945. Fue esa victoria un nuevo punto de partida para otra racha de victorias del cubano, la que se extendió a seis y se vio rota cuando Gavilán perdiera por decisión en 10 asaltos contra el mexicano Tony “Chino” Mar en la Plaza de Toros “Condesa” de Ciudad México el 5 de abril de 1946. Previamente Gavilán había derrotado en Cuba al santiaguero Juan Sierra, más conocido como Kid Bururu, y campeón de los ligeros en Cuba, en dos peleas efectuadas en enero y febrero de 1946, y a Santiago Sosa en marzo del mismo año.

La primera pelea del cubano contra un norteamericano tuvo lugar en la Habana el 24 de agosto de 1946, enfrentándose al miamense Jack Larrimore, el que sucumbió por la vía rápida en 3 asaltos en una pelea pactada a 10, mientras que su debut en territorio norteamericano, fue en la misma meca del boxeo, el Madison Square Garden de Nueva York el primero de noviembre de 1946, su rival fue Johnny Ryan, boxeador oriundo de Detroit, quien también cayó por KO técnico en el quinto round de una pelea a seis. En ese combate Gavilán se presentó con el nombre de Gerry Gavilan.

Para ese entonces el entrenador de Gavilán era Yamil Chade, cubano de origen libanés, que años más tarde fuera también entrenador de los boricuas, el campeón mundial Wilfredo Gómez y de Félix Trinidad entre otros pugiles.

Una nueva lista de boxeadores fueron derrotados por Gavilán, entre ellos Johnny Williams dos veces, Charley Williams, Bobby Lee, Vince Gambill, Nick Moran y Julio Pedroso, a quien ganó en pelea que le dio el título de los welters cubanos. La cadena de victoria terminó cuando fuera derrotado por tercera ocasión en su carrera el 2 de setiembre de 1947 en el Meadowbrook Bowl de Newark, esta vez por decisión en 10 asaltos contra Doug Ratford.

Una pelea de ese período para recordar fue la que escenificó el cubano contra el boxeador oriundo de Iowa, Bee Bee Wright, el 3 de noviembre de 1947 en el Coliseo de Baltimore, pelea que el norteamericano inició agresivo y logró mayorear al cubano en los tres primeros asaltos, pero luego Gavilán se compuso y logró ir imponiendo su agresividad y pegada a lo largo del combate. En el round final, un derechazo de Gavilán al mentón de su adversario lo llevó a la lona, el árbitro contó hasta 5, pero cuando Wright se levantó, ya se sabía que no podía continuar el pleito, el que fue detenido en ese momento.

Después de esta pelea, Gavilán tuvo otras dos con Buster Tyler y Gene Burton, que concluyeron en tablas, ambas efectuadas en el St Nicholas Arena de Nueva York, la primera en diciembre de 1947 y la siguiente en enero de 1948. Después de un par de victorias sobre Joe Curcio y Vinnie Rossanno, la primera por KO técnico, Gavilán sufrió dos derrotas consecutivamente por primera vez en su carrera. Ike Williams y Doug Ratford, a quien él había vencido con anterioridad, fueron sus vencedores por decisiones unánimes en peleas efectuadas en el Madison y en el Broadway Arena de Brooklyn, respectivamente.

El cubano no se amilanó por las dos derrotas y nuevamente siguió cosechando nuevos triunfos hasta que se tropezó con un hombre de nombre Ray “Sugar Robinson, el 23 de setiembre de 1949 en el Yankee Stadium, pelea a 10 rounds, que si bien Robinson ganó por decisión unánime, hubo muchos que vieron ganar al cubano. Un mes después Gavilán era el mismo y ponía fuera de combate (KO técnico) a Vinnie Rossanno, luego venció a Tony Pellone, al español Abdesalam Ben Buker I, Ike Williams dos veces, Al Priest, Cliff Hart por KO técnico hasta volver a enfrentarse con el difícil Sugar Robinson, el 11 de julio de 1949 en Filadelfia en discusión por primera vez del título de campeón de los welters. Los primeros seis rounds fueron parejos, pero Robinson sufrió una cortada en una ceja, la que provocó abundante sangramiento del norteamericano, ya después del sexto, Robinson comenzó a mayorear para llevarse la victoria unanimente en 15 asaltos.

A pesar de la rivalidad entre Gavilán y Robinson, ambos fueron buenos amigos fuera del cuadrilatero. Incluso Gavilán reconocía la calidad extraordinaria como boxeador de su adversario. Gavilán también decía que Kid Chocolate, el primer campeón mundial cubano profesional, era el mejor de todos los boxeadores cubanos que haya conocido.

Choque de trenes, Gavilán vs Sugar Robinson

Choque de trenes, Gavilán vs Sugar Robinson

Gavilán se repuso del revés ante Robinson y dos meses después vencía a otro italo-americano en el Madison Square Garden, esta vez era Rocky Castellani por decisión en 10 rounds, a lo que le siguieron victorias sobre el entonces campeón mundial de los ligeros, Beau Jack por decisión unánime, y a Laurent Dauthille, por decisión dividida, ambos pleitos en diez asaltos. Los combates de Gavilán fueron más espaciados y en octubre de 1949 volvió a ser derrotado por decisión por otro oriundo de Detroit, Lester Felton, por decisión dividida de los jueces.

La reaparición de Gavilán en la Habana tuvo lugar en el Estadio del Cerro el 17 de diciembre de 1949, en pelea que venció a Bobby Lee nuevamente por decisión.

El año 1950 lo inició con una derrota en el Madison, por decisión unanime, frente al neoyorquino Billy Graham. En marzo venció a Otis Graham y en el mismo mes perdió a manos de Robert Villemain, en ambos pleitos por decisiones divididas de los jueces.

La senda de las victorias comenzó nuevamente cuando venció a Georgie Small por decisión dividida de los jueces en el Madison en mayo de 1950. Vinieron cinco victorias más hasta que empató con Tommy Ciarlo en la Arena de New Haven, Connecticut, el 23 de octubre de 1950. Una semana después perdía, en decisión dividida, contra el sordomudo Gene Hairston en Scranton, Pensilvania. Según los que vieron la pelea, Hairston terminó casi noqueado el décimo round, en el que el cubano logró propinarle tres derechazos. La pelea fue muy pareja, pero parece que el cubano logró sacar ventaja en los tres últimos asaltos.

De ahí en lo adelante Gavilán venció a Billy Graham nuevamente, a Joe Miceli, a Tony Janiro, a Sonny Horne, a Tommy Ciarlo dos veces, en una de ellas Gavilán castigó duramente al italo-americano, una de estas peleas tuvo lugar en Caracas; obtuvo la revancha con Hairston, a quien esta vez venció por decisión dividida, y a Aldo Minelli hasta que llegó la oportunidad esperada, retar al campeón mundial de los welter Johnny Bratton, pelea pactada a 15 rounds, que se efectuó el 18 de mayo de 1951 en el Madison Square Garden. La pelea estaba arreglada en términos financieros, Gavilán y su entrenador Valido debieron entregar el 10% de lo recaudado a la mafia, según dice la Enciclopedia cubana en la red.

El cubano no dejó escapar la posibilidad para ganar por decisión la pelea y convertirse en el segundo campeón del mundo profesional cubano. El primero fue Eligio Sardiñas, alias Kid Chocolate. Bratton terminó la pelea con la fractura de la quijada, señal del castigo que recibió de manos del cubano. En ese año Gavilán peleó en cuatro ocasiones más, pero en ninguna exponiendo su título.

Gavilán golpea a Johnny Bratton en pelea por el título de los Welter

Gavilán golpea a Johnny Bratton en pelea por el título de los Welter

Billy Graham nuevamente retó a Gavilán, pero esta vez por el el título de los welters, el 29 de setiembre de 1951 en el Madison, pelea que fue una nueva derrota para Graham por decisión dividida en quince asaltos. Dos meses después el cubano reaparecía en la Habana como titular mundial y derrotaba a Bobby Rosado por KO en el séptimo round. Tony Janiro de nuevo perdió ante Gavilán, mientras que el ex campeón Bratton lo enfrentaba en pelea del 28 de noviembre de 1951 en el Estadio de Chicago, que terminó en tabla en 10 rounds.

El nuevo retador se llamaba Bobby Dykes, un boxeador blanco oriundo de Miami, el que se subió al cuadrilatero contra Gavilán el 4 de febrero de 1952, primera pelea de un blanco contra un negro en esa ciudad y que resultó muy cerrada, la que terminó en el 15to asalto con victoria dividida a favor del cubano. El 7 de julio de ese año Gavilán expuso su título ante Gil Turner, al que el cubano llevó a la lona en el undécimo round. El árbitro tuvo que detener el desafío en ese momento, ya que Turner estaba completamente noqueado.

Gavilán castiga a Turner

Gavilán castiga a Turner

Charlie Johnston, un norteamericano con mañas en el boxeo, invitó a Gavilán a boxear en Argentina, lo que el cubano aceptó. La citada “Enciclopedia cubana en la red (EcuRed)” comunica que Gavilán y Valido tuvieron prácticamente que huír de EEUU al no haber entregado 26 mil dólares de ganancia a la mafia por la pelea contra Turner, y que la opción había sido ir a pelear a Argentina. En el país sudamericano, Gavilán efectuó tres peleas en el Luna Park de Buenos Aires, Argentina, en 1952, donde siempre emergió victorioso. Sus víctimas esta vez fueron Mario Díaz, natural de Mendoza, el noqueador Rafael Merentino, más conocido como “El Rompehuesos”, a quién Gavilán liquidó en el noveno round, y el zurdo Eduardo Lausse.

Después de esas peleas en Argentina, la escena quedó preparada para que Gavilán enfrentara nuevamente a Billy Graham en el estadio del Cerro, en pelea de 15 rounds por el título, que se efectuó el 5 de octubre de 1952, y en la que nuevamente el cubano venció por decisión unánime. La pelea fue acordada previamente por Jim Norris, ejecutivo principal del International Boxing Club (EcuRed). Fue después de esta pelea que Valido anunció su retiro como entrenador de Gavilán. Su lugar pasó a ocuparlo Ángel López. Gavilán entonces pudo regresar a boxear en EE UU pero cumpliendo acuerdos impuestos por la mafia, según revela EcuRed.

Gavilán y Graham intercambian golpes

Gavilán y Graham intercambian golpes

El 11 de febrero de 1953 Chuck Davey subió al ring del Estadio de Chicago como retador de Gavilán, donde el cubano descargó toda su agresividad para vencer a su contricante por KO técnico en el décimo asalto. En realidad ese round 10 no se llegó a iniciar, ya que Davey había sido llevado a la lona tres veces en el asalto anterior.

El siguiente retador fue el notable Carmen Basilio, en pelea efectuada el 18 de setiembre de 1953 en el War Memorial de Syracuse, donde Basilio noqueó a Gavilán en el segundo round, pero el cubano aguantó el conteo hasta 9, se levantó, se recuperó y ganó este difícil combate efectuado el 18 de setiembre de 1953.

Carmen Basilio estaba siendo demolido por el cubano

Carmen Basilio estaba siendo demolido por el cubano

Gavilán era el dueño absoluto de su división, pero se antojó de subir de peso e ir a la búsqueda del título en los medianos contra Bobo Olson, combate que tuvo lugar el 2 de abril de 1954 en Chicago. Fue un combate reñido que terminó con decisión dividida de los jueces. El cubano se subió al ring entonces con una mano lesionada.

Después de esa derrota, Gavilán regresó a su peso habitual, los welters y finalizó 1954 con una derrota, el 20 de octubre en el Convention Hall de Filadelfia, por decisión unánime a manos del retador Johnny Saxton en la división welter, con la cual Gavilán perdía el título que pudo retener durante algo más de tres años. Saxton era manejado por un ente vinculado a la mafia, de nombre Blinky Palermo, el mismo que había arreglado la pelea de Gavilán con Bratton por el título, y se supo un tiempo después que la pelea había sido arreglada entre él y el entrenador del cubano Ángel López, según relata el historiador boricua Kako Vázquez. Decenas de periodistas que cubrieron esta pelea aseguran que Gavilán mereció la victoria. El mismo Gavilán aseveró en inglés al finalizar la pelea: «No quiero nada que no merezca, pero nueve rounds de esa pelea yo los gané».

Gavilán aparece aquí castigando a Johnny Saxton

Gavilán aparece aquí castigando a Johnny Saxton

De que la pelea fue un arreglo da cuenta la narración de Felo Ramírez y Buck Canel, quienes terminado el combate declararon que el mismo había sido un robo. Por esos comentarios, ambos fueron prohibidos de narrar peleas de boxeo en Filadelfia (Moraga 2009).

Los entendidos aseveran que Gavilán habría hecho mejor en buscar la revancha con Olson, algo que le estaba muy a la mano, en lugar de bajar de peso para enfrentar al joven Saxton.

Poco tiempo después el cubano de origen libanés Yamil Chade se hizo cargo de Gavilán como su mentor.

Gavilán regresó a Sudamérica, esta vez a Uruguay, donde peleó en dos ocasiones, en una contra Juan Bautista Burgues, al que noqueó en el séptimo asalto, y luego frente a Dogomar Martínez, con quien perdió por decisión de los jueces, pero que indicaba el inicio de la decadencia del gran campeón cubano. Volvió a Argentina y allí perdió en pelea de revancha con Lausse.

En lo sucesivo, hombres a los que había derrotado bien en el pasado se convertían ahora en sus vencedores, como sucedió en peleas contra Bobby Dykes y Eduardo Lausse. De sus últimas 18 peleas, solo ganó seis de ellas. La última victoria de Gavilán fue contra Ralph Jones en la Arena de Filadelfia el 4 de abril de 1958, mientras que su último combate fue dos meses después en Miami contra el púgil bahames William Horatio Butler Jr. más conocido como Yama Bahama.

La carrera de Gavilán constó de 108 victorias, 28 por la vía rápida, 5 tablas, y 30 derrotas, pero jamás perdió por KO ante adversario alguno, ahí estriba otro mérito de este gran boxeador, muchas veces ignorado en el presente.

La división welter es probablemente una de las más técnicas del boxeo de cualquier asociación o modalidad, sea profesional o amateur. Gavilán reinó tres años en esa división, fue todo un coloso que supo llegar a la cima. Probablemente habría podido reinar un año más pero los golosos del boxeo profesional decidieron llevarlo a una división superior, en la que vio que no tenía posibilidades para mantenerse, y más tarde la mafia arregló el robo de su pelea con Saxton.

De la calidad del cubano da evidencia el que entre sus víctimas aparezcan varios miembros de los salones de la fama del boxeo, como lo fueron Billy Graham, Beau Jack, Carmen Basilio y Ike Williams. Su poder de asimilación lo demuestra el hecho de no haber perdido jamás por KO, y solo muy pocos pudieron llevarlo a la lona a lo largo de sus combates. Ellos fueron Basilio como ya se mencionó; Ike Williams el 27 de febrero de 1948, que logró llevar a Gavilán a la lona en el octavo asalto y luego ganó el combate; Carlos Malacara y Julio Cesar Jiménez también lograron tumbar al cubano en las peleas que sostuvieron con el cubano en 1945.

El boxeador cubano intentó imitar a Sugar Robinson como bailarín vistiéndose de dandy y bailando en escenarios públicos, pero en ese empeño no tuvo jamás ningún éxito.

Después de 1959 Gavilán se hizo testigo de Jehová y fue dos veces arrestado por sus sermones en Cuba. Pero según revela Robert Quesada (2008) en su entrevista a Gavilán, el ex-boxeador cubano era un devoto de los cultos sincréticos. Su finca de Bejucal fue intervenida, con lo cual su escasa fortuna pasó a otra vida.

En 1966 Gavilán fue incluido en el Salón de la Fama del Boxeo y en 1985 en el World Boxing Hall of Fame (Salón Mundial de la Fama del Boxeo).

El campeón cubano abandonó su país definitivamente en 1968, se estableció en Miami, pero allí nadie se ocupó de él, todos le olvidaron. No obstante, Enrique Encinosa afirma que Julio Martínez, promotor de boxeo y ex alcalde de Hialeah, le ofreció trabajo a Gavilán como entrenador de boxeo, trabajo que el ex-campeón aceptó pero del cual fue despedido debido a su indisciplina. Trabajaba poco y se la pasaba conversando y bebiendo cerveza.

Su salud se vio complicada con el Alzhmeier, no sabía a ratos ni quien era, olvidaba muchas cosas de su pasado, le afectaba también el mal de Parkinson y tres infartos, el último de ello ocurrió el 13 de febrero de 2003, que lo llevó a la muerte en un oscuro asilo de ancianos del condado de Dade, según reportó Guiñazu (2003). Sus restos yacen en el Cementerio Nuestra Señora de las Mercedes en la ciudad de Miami, inicialmente estuvieron en un sector pobre de dicho cementerio, luego sus restos fueron exhumados y trasladados a un área mejor, lo que se hizo realidad gracias a la contribución de varios boxeadores y magnates de este deporte, entre ellos Angelo Dundee, Emile Griffith, Mike Tyson, Leon Spinks y Roberto Durán entre otros (Rodríguez García 2009).

Olvidar a Gavilán es olvidar una parte gloriosa de los éxitos del boxeo cubano, recordar sus esfuerzos y méritos es una obligación.

Bibliografía consultada

Anon. More to legendary Cuban than just the bolo punch. http://www.boxingasylum.com/showthread.php?t=41853#.Vfw9vX1Pi8U

Cancio Isla Wilfredo. 2001. Kid Gavilán libra una pelea contra el olvido. Nuevo Herald, 20 de mayo de 2001. http://www.latinamericanstudies.org/cuba/gavilan.htm

EcuRed. http://www.ecured.cu/index.php/Kid_Gavil%C3%A1n

Guiñazu Daniel. 2003. Kid Gavilán en Buenos Aires. Líbero, 17 de febrero de 2003.
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/libero/9-658-2003-02-23.html

Kako Vázquez Edwin. Geraldo Gonzalez Kid Gavilan. http://www.deporte.com/deportes/historia/boxeadores/geraldo_gonzalez_kid_gavilan/

Martínez Peraza Mariano. 2011. El legendario Kid Gavilán. Nuevo Herald 26 noviembre 2011.
http://www.elnuevoherald.com/2011/11/26/1072885/el-legendario-kid-gavilan.html#storylink=cpy

Moraga Greg. 2009. Estrellas del boxeo cubano: Black Bill, Kid Chocolate y Kid Gavilán; llegaron de otro Planeta… http://www.paneldeboxeo.com/t3637-estrellas-del-boxeo-cubano-black-bill-kid-chocolate-y-kid-gavilan-llegaron-de-otro-planeta

Pagani Horacio. 2003. Murió Kid Gavilán, toda una leyenda del boxeo. Clarin.com, http://edant.clarin.com/diario/2003/02/15/d-01301.htm

Quesada Robert. 2008. Recuerdos imborrables de Kid Gavilan. Notifight.com, 21 abril de 2008. http://www.notifight.com/artman2/publish/Invitado_18/Recuerdos_imborrables_de_Kid_Gavilan.php

Rodríguez García Melchor. 2009. Boxeo cubano de antaño: Kid Gavilán. Mundial.com, 29 de junio 2009. http://www.boxeomundial.net/boxeo.php?category=noticias&id=12544

Joe Louis, otro grande del ring

“Todo el mundo quiere ir al cielo pero nadie quiere morir.”
Joe Louis

Por Esteban Romero

Joseph Louis Barrows, más conocido como Joe Louis o “El bombardero de Detroit”, fue uno de los pesos completos más exitosos que haya tenido el boxeo profesional de todos los tiempos. Louis nació el 13 de mayo de 1914 en Lexington, Alabama, en el seno de una familia negra, pobre y dedicada al cultivo del algodón. La situación familiar de Louis era pésima, era el séptimo hijo de una prole de ocho, y su padre murió cuando Louis solo tenía cuatro años de edad. Con el tiempo su madre se volvió a casar y Louis emigró a Detroit con toda su familia.

En cuanto a su niñez, creció e hizo varios trabajos para ayudar a sostener a su familia, repartió hielo, fue aprendiz de ebanista e hizo otras cositas más hasta que un día descubrió el boxeo y junto con un amigo comenzó a asistir a un gimnasio. Las condiciones de Louis para el deporte de los puños no pasaron inadvertidas, a los 18 años comenzó a boxear amateur, y en un lapso de dos años disputó 54 peleas. El joven de 6 pies y 1.5 pulgada de estatura recibió una soberana paliza, según el mismo Louis contaba, en su primera pelea como amateur pero luego se enderezó y sus puños se hicieron sentir en las siguientes peleas. Louis, cuando ya había cumplido los 20 años, se preparó para debutar en el boxeo profesional, cuya forma de pelear se caracterizaba por su potente jab, una derecha temible para cualquier adversario, usaba sus ganchos con sincronización y tenía un gran poder de asimilación.

En su debut profesional Louis tuvo como entrenador a Jack Blackburn, cuyo primer combate (181 libras) fue contra Jack Kracken, al que derrotó en el mismo primer asalto de un pleito en el Bacon Arena de Chicago el 4 de julio de 1934. Su siguiente combate fue ocho días después en el mismo escenario contra Willie Davies, al que venció por KO técnico en el tercer round, pelea detenida por el árbitro al ver el sangramiento de Davies por su ojo izquierdo. El 30 de julio de ese año Louis se enfrentó a Larry Udell en el Marigold Gardens Outdoor Arena de Chicago, y de nuevo venció a su adversario por KO técnico en el segundo round. Así que en sus tres primeras presentaciones Louis demostró la fuerza de su pegada.

Joe Louis

Joe Louis

Su primera victoria por decisión fue contra Jack Kranz, en 8 rounds, el 27 de agosto de 1934, en el Marigold Gardens. Ocho victorias más le siguieron en ese año, siete de ellas por la vía rápida, incluida una contra Lee Ramage, combate que hubo de detenerse en el octavo asalto de una pelea pactada a 10. Ramage, oriundo de California, era considerado en aquellos momentos uno de los mejores pesos completos y Louis se subió en el cuadrilatero con Ramage como favorito de todos los entendidos.

A partir de 1935 su nuevo manager fue Mike Jacobs, con quien se inició con victoria por decisión sobre Patsy Perroni en 10 asaltos. En esa pelea su rival cayó a la lona en el segundo, séptimo y noveno rounds. Otro derrotado por Louis fue Ramage nuevamente, al que noqueó técnicamente en el segundo asalto. A Natie Brown le ganó por decisión en una pelea de 10 epísodios, que Louis consideró difícil para él en aquel momento; a Bife Bennett lo anestesió en el mismo comienzo de la pelea. Al ex campeón Primo Carnera lo castigó a lo largo del combate escenificado en el Yankee Stadium el 25 de junio de 1935, pero nuevamente Louis asevera que Carnera se le hizo difícil en los primeros rounds. Ese pleito se detuvo en el octavo asalto cuando Carnera no podía soportar más los golpes de Louis. Dos meses después King Levinski cayó en el mismo primer asalto en pleito efectuado en Chicago. El 24 de setiembre de 1935, en el Yankee Stadium nuevamente, el ex campeón Max Baer sucumbió en el cuarto round ante los golpes de Louis. Baer era hombre de poderosos puños y relataba que logró propinar algunos golpes efectivos a Louis, los que asimiló bastante bien a lo largo de ese corto combate. El español Paulino Uzcudún fue la última víctima de Louis en 1935, al que derrotó por KO técnico en el cuarto asalto. En total Louis ganó 15 peleas en 1935.

El 17 de enero de 1936, en pelea efectuada en Chicago, Charley Retzlaff cayó por KO en el mismo primer round ante un Louis que ya era de hecho un boxeador invencible. El siguiente adversario de Louis fue el alemán Max Schmeling. La pelea se efectuó el 19 de junio de 1936 en el Yankee Stadium, en un ambiente de pre-guerra, y el alemán no era un rival cualquiera, algo de lo que Louis se dio cuenta desde el inicio de la pelea al caer a la lona en el cuarto asalto. La derecha del alemán entró varias veces en el rostro de Louis en ese asalto, luego en el sexto y séptimo rounds Louis impuso su mejor boxeo, pero al llegar al décimo de nuevo el alemán acometía con sus derechazos y ganchos que ponían mal a Louis. En el undécimo hubo intercambios de ambas parte, pero ya en el duodécimo el alemán le logró conectar bien repetidamente y tumbar a Louis definitivamente. Esa fue la primera derrota de Louis y primera vez que era noqueado.

Louis yace noqueado por Max Schmeling, 19 junio de 1936 en Nueva York

Louis yace noqueado por Max Schmeling, 19 junio de 1936 en Nueva York

Cuatro peleas más en 1936, todas terminadas por la vía rápida, fue como para sentar que Louis se recuperaría de la derrota y seguiría por la senda de los triunfos. Al año siguiente, peleó dos veces en enero, con victorias sobre Steve Ketchel por KO y Bob Pastor por decisión en 10 epísodios, luego en febrero noqueó a Natie Brown en cuatro rounds, y no boxeó más para prepararse para la pelea por el título de los pesos completos contra Jim Braddock, la que se efectuó en Chicago el 22 de junio de 1937.

Poco despúes de iniciado el combate con Braddock, Louis fue a la lona, pero el gran boxeador supo recuperarse. Precisamente esa capacidad de recuperación era algo muy característico de Louis y que le brindó varias victorias ante adversarios difíciles. Ya en el octavo Braddock sintió la carga del combate y cayó anestesiado por un derechazo de Louis, con lo cual se coronaba campeón mundial profesional, el segundo negro que lo lograba después de que Jack Johnson se coronara en 1905 y lo retuviera hasta 1915.

Después de la victoria sobre Braddock, Louis declaró que no se consideraba campeón del mundo hasta que no derrotara al boxeador alemán Max Schmeling.

Los siguientes retadores del nuevo campeón fueron Tommy Farr, Nathan Mann y Harry Thomas, todos derrotados por la vía rápida, excepto Farr, al que Louis le ganó por decisión unánime de los jueces en 15 rounds.

El 22 de junio de 1938, nuevamente en el Yankee Stadium, se volvieron a enfrentar Louis y Schmeling, pero esta vez por el título mundial. Todos esperaban un combate reñido, pero para sorpresa de los allí presentes, Louis noqueó a su rival a los dos minutos y cuatro segundos del mismo primer asalto. Según el relato de la época, los primeros golpes de Louis fueron un par de potentes ganchos, que pusieron mal a su rival de inmediato. Schmeling se quejó amargamente que Louis le hubiera dado cuatro golpes ilegales a la zona del hígado, pero no era cierto, cada golpe fue a la zona legal y Schmeling poco después cayó.

Louis noquea a Max Schmeling, 22 de junio de 1938

Louis noquea a Max Schmeling, 22 de junio de 1938

El norteamericano tomaba revancha sobre su rival, victoria que tendría matices políticos en aquel entonces cuando Hitler amenazaba con dominar al mundo entero. Sin embargo, Schmeling fue un antinazi toda su vida. Hitler, como todos los tiranos, trató de iconizar a algunas de las figuras nacionales para hacerlas aparecer como producto de su gestión, pero Schmeling ni aceptó pertenecer al partido nazi e incluso llegó a esconder a dos judíos perseguidos en su casa.

Después de esa victoria Louis cosechó otras más, secuencia que se mantuvo hasta noviembre de 1949 cuando venció a Johnny Shkor en una especie de exhibición que se prolongó por 10 asaltos y con Shkor varias veces tumbado sobre la lona.

Precedentemente Louis ganó cuatro peleas en 1939, todas por KO, entre sus víctimas estaban Tony Galento y Bob Pastor. Cuatro peleas tuvo en 1940, sus oponentes fueron el chileno Arturo Godoy dos veces, Johnny Paycheck y Al McCoy, solo Godoy pudo llegar al final en una de sus peleas contra Louis, pero en una de ellas el chileno terminó con su rostro completamente desfigurado por los golpes de Louis. En 1941 Louis tuvo mayor actividad, se subió al ring en siete oportunidades, en todas emergió como triunfador, todos los pleitos terminaron antes de lo pactado. En lo sucesivo y debido a la guerra, Louis boxeó poco y se alistó en el ejército de su país para ofrecer exhibiciones de boxeo a los soldados. Solo dos peleas efectuó en 1942, ambas finalizadas por KO. En 1943 no tuvo actividad, mientras que en 1944 solo peleó ante Johnny Davis en Nueva York, pelea ganada en el mismo primer asalto. En 1945 nuevamente no tuvo pelea. El Yankee Stadium sirvió de escenario para las dos peleas de Louis en 1946, donde Billy Conn, en 8 rounds, y Tami Mauriello, en uno, sucumbieron ante los golpes del gran campeón. Un solo adversario tuvo Louis en 1947 y 1948, se trataba del fornido afroamericano Arnold Raymond Cream, oriundo de Nueva Jersey, que era más conocido como Jersey Joe Walcott, quien en los finales de su carrera logró el título de los completos frente a otro afroamericano, Ezzard Charles, y luego peleó con Rocky Marciano en dos ocasiones, en todas resultó siempre noqueado, aunque en el primer combate logró llevar a Marciano a la lona y llevaba la pelea ganada hasta el décimo tercero cuando Marciano lo noqueó definitivamente. Walcott pudo sostenerse a lo largo de los 15 asaltos con Louis en pelea por el título, efectuada en el Madison el 5 de diciembre de 1947, y decidida de forma dividida por los jueces. La revancha quedó arreglada para el 25 de junio de 1948, combate que se efectuó en el Yankee Stadium, pero esta vez Louis lo derrotó en el undécimo por la vía rápida.

En 1949 Louis, después de haber reinado doce años como campeón mundial, todo un récord, decidió retirarse, algo que muchos no querían, unos porque le querían y otros porque veían su negocio perdido con este retiro.

El fisco americano le exigió a Louis el pago de un millón de dólares de deudas que el gran boxeador tenía según declaración de Hacienda. Ante esta situación no le quedó más remedio que volver al ring para poder pagar parte de esa deuda. Pero Louis ya no era el mismo, de lo cual daba evidencia su derrota por decisión unánime de los jueces ante Ezzard Charles el 27 de setiembre de 1950 en el Yankee Stadium, con lo cual Ezzard se convertía en el nuevo campeón de los pesos completos. La derrota en términos financieros no le aportaba mucho a Louis. Por lo que continuó peleando sin otro remedio. En 1950 se enfrentó al argentino Cesar Brión, a quien venció por decisión unánime. Al año siguiente peleó dos veces con el cubano Omelio Agramonte, a quien venció dos veces por decisión de los jueces, nuevamente venció a Brión y a Jimmy Bivins, y solo noqueó a Andry Walker y a Lee Savold, al primero al final de una pelea de 10 rounds y al segundo en el sexto asalto. De hecho Savold era el campeón de los pesados de la British Boxing Board of Control. La mayoría de estos adversarios eran más jóvenes que Louis.

Después de estas peleas la escena quedó preparada para una especie de pelea de gladiadores en el circo romano. Se trataba de que Louis enfrentara a un boxeador blanco, todo un gran pegador, nueve años más joven que Louis de origen italiano, Rocco Francis Marchegiano, más conocido como Rocky Marciano, que había debutado en 1947 y hasta esa pelea se mantenía invicto.

Aquel combate fue cobrando intensidad a medida que avanzaba el mismo, pero ya en el octavo la carga era mucha para el veterano ex campeón. Marciano logró colocar un gancho izquierdo que llevó a Louis a la lona por un conteo de 8 segundos, del cual Louis se alzó mareado. Probablemente en ese momento el ex campeón debe haber recordado la caída ante Max Schmeling en su primera pelea. Bastó que se volviera a alzar, pero ya en lo sucesivo el esfuerzo resultó innecesario, Louis volvió a caer y el árbitro notó que ya no había más oposición, por lo que detuvo el pleito.

Louis noqueado por Rocky Marciano

Louis noqueado por Rocky Marciano

Sencillamente Louis fue el gladiador llevado a pelear ante un tigre fresco y lleno de energía, habría que ver que hubiera hecho el tigre si se hubieran subido en el ring cinco o seis años antes.

La carrera de Louis concluyó con 66 victorias, 52 de ellas por la vía rápida, 3 derrotas, 2 de ellas por KO y ninguna tabla. Mantiene el récord de más años consecutivos como campeón mundial de su peso.

Su vida después de su retiro fue todo un martirio, quiso hacer lucha libre, no dio resultados, luego intentó desarrollar algunos negocios que tampoco resultaron. Posteriormente se trasladó a las Vegas, donde trabajó como recepcionista en un casino gracias a las gestiones del cantante Frank Sinatra, quien le consiguió dicho empleo. Allí un buen día sufrió un colapso en la calle, las drogas que consumió estaban haciendo su efecto aniquilante. Un año después tuvo que ser ingresado en un hospital psiquiátrico de Denver. Ya desde ese entonces, Louis era un hombre débil y sin salud, para completar su desgracia tuvo una intervención quirúrgica en 1977 debido a la obstrucción de la aorta. Poco después de la operación, Louis tenía que valerse de una silla de ruedas para moverse. Gran parte de los gastos médicos del ex campeón los cubrió su antiguo adversario y amigo a la vez, el gran Max Schmeling, el hombre que logró derrotarlo por primera vez y que luego sufriera un KO casi instantáneo de parte de Louis. Finalmente el corazón de Louis dejó de funcionar el 12 de abril de 1981 en las Vegas.

La vida personal de Louis no fue tampoco nada alegre, si se tiene en cuenta que el campeón se divorció cinco veces. Su primer matrimonio fue con Marva Trotter en 1935, de la que se divorció en 1945 y volvió a casarse con ella en 1948, matrimonio que duró meses y que culminó con el divorcio en ese mismo año. Con Marva tuvo dos hijos, Jacqueline y Joseph Louis. Posteriormente se casó con Rosa Morgan en 1955, de la que se divorció en 1957; y finalmente se casó con Martha Malone Jefferson en 1959, con la cual tuvo cuatro hijos adoptados.

De esa triste forma murió el gran campeón, el ídolo de buena parte de la población de su país, sobre todo de hombres y mujeres negros. Louis marcó una época en el boxeo y su grandeza es comparable con la de otros destacados como Mohamed Ali, Joe Frazier, Sugar Robinson, Sugar Leonard, Mano Dura Durán y otros más. Louis era un hombre modesto, solía decir que el no era el mejor campeón, que el mejor había sido Jack Dempsey.

El escritor Paul Gallico comentaba de Louis: «Joe Louis es un animal magnífico…Vive como un animal y lucha como un animal». Cuando le ganó a Primo Carnera comentó: «Louis convirtió un hombre duro y valiente en una piltrafa balbuceante»

Sus restos descansan en el Cementerio Nacional de Arlington, cuyo entierro fue también sufragado por Schmeling.

Louis aparece como el mejor peso completo de la historia del boxeo según La Organización Internacional de Investigaciones en Boxeo (IBRO). La revista “The Ring” lo sitúa como el boxeador número 4 de la lista de los mejores históricamente.

Fuentes consultadas

Anon. S/A. Joe Luis, the official website. http://www.cmgww.com/sports/louis/index.php

Anon. S/A. Joe Louis, el bombardero de Detroit. http://www.mvidal.es/mvidal.es/joe.pdf

Anon. S/A. Joe Louis (1914- 1981). http://www.historiadelboxeo.com/biografias/louis.htm

Bak, Richard. 1996. Joe Louis: The Great Black Hope. Taylor Publishers, Dallas, 1st edition, 315 p.

D. Cox Monte. Joe Louis, The Brown Bomber…“His Punches Could Paralyze You.” Cox’s Corner Profiles, http://coxscorner.tripod.com/louis.html

De Castro Chelo. 2008. Joe Louis, el verdadero más grande campeón. ElHeraldo.com.co
23 julio 2008. http://www.notifight.com/artman2/publish/DeCastro_16/Joe_Louis_el_verdadero_m_s_grande_campe_n.php

Lotierzo Frank. 2004. Joe Louis: Power, perfection, and complete. http://coxscorner.tripod.com/louis_fl.html

Dos grandes del cine de todos los tiempos: Humphrey Bogart y Burt Lancaster

Por Esteban Hernández

En opinión de este autor, cuando se hable de grandes actores del cine, Humprhey Bogart y Burt Lancaster son dos obligadas referencias.

Para comenzar les traigo una anécdota de Lancaster relacionada con el cine italiano. Resulta que el gran director Luchino Visconti estaba buscando a un actor que protagonizara el film «Il gattopardo (1963)» (El leopardo) basado en la novela de Giussepe Tomasi di Lampedusa. Necesitaba a alguien de carácter para que interpretara el papel de Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina. Una persona le sugirió el nombre de Burt Lancaster. Inmediatamente Visconti le respondió que él no estaba por hacer un oeste, un poco en sorna, otro en serio. Sin embargo, pocos días después Visconti tuvo la oportunidad de ver “Vencidos y vencedores (1961)” (The Nurmberg process), película histórica del director Stanley Kramer que contó con el protagonismo de Spencer Tracy en el papel de juez, Marlene Dietrich como una de las alemanas antifascistas, y Burt Lancaster haciendo el papel del ex Ministro de Justicia de Hitler. Esta película para quien no la haya visto se las recomiendo, ya que la misma describe como se gobierna un país bajo un sistema totalitario como el implantado por Hitler en Alemania. En ese film Lancaster realmente se robó el show con su alegato ante el tribunal, fue una interpretación realmente extraordinaria. Visconti al terminar de ver el film pidió que le mandaran a buscar a Lancaster con urgencia.

Burt Lancaster

Burt Lancaster

El famoso actor americano no decepcionó en lo más mínimo al exigente director italiano. Su papel de hombre de una sociedad feudal en Sicilia que ve cómo su tierra va cambiando con el proceso que ocurre entonces en todo el mundo, se va despojando de prejuicios adquiridos en su crianza y vida cotidiana, y comienza a ver la vida de otra manera, al extremo de acceder a bailar el vals con la novia (Claudia Cardinale) de su sobrino preferido (Alain Delon), con lo cual se cierra el film. El neoyorquino Lancaster fue un actor muy versátil, entre sus mejores actuaciones están las del film «El hombre de Alcatraz (1962)» del director John Frankeheimer, sobre la vida del hombre que se convirtió en prisión en uno de los más afamados ornitólogos, liberado después de años de prisión injusta en Alcatraz, todo impuesto por esa justicia que muchas veces peca de injusta. Por esta interpretación Lancaster obtuvo nominación para OSCAR como mejor actor, en mi opinión, debió haberlo obtenido. Cuando mi padre en 1997 vio ese film aquí, él se quedó asombrado de la calidad de ese material y de la formidable actuación de Burt Lancaster, para él la mejor que hubiera visto de este actor.

Burt Lancaster en El Hombre de Alcatraz junto a Telly Savalas (izq.)

Burt Lancaster en El Hombre de Alcatraz junto a Telly Savalas (izq.)

Previamente el Oscar le llegó con otra soberbia interpretación en el film del director Richard Brooks “El fuego y la palabra (1960)”. Destacado fue igualmente en dramas o filmes no de aventuras u oestes como en “De aquí a la eternidad (1953)” de Fred Zinnemann, en el que interpreta el papel de uno de los oficiales de los campamentos que serían afectados por el ataque criminal de Pearl Harbor, la comedia “La rosa tatuada (1955)” de Daniel Mann con Anna Magnani, donde Lancaster cuajó muy bien con la experimentada actriz italiana, “El farsante (1956) (The rainmaker) de Joseph Anthony con Katherine Hepburn, un verdadero farsante que decía provocar la lluvia, película que oscila entre el drama y la comedia; “Chantaje en Broadway (1957)” de Alexander Mackendrick con Tony Curtis, en el papel de JJ, el poderoso periodista que maneja a las grandes masas de Nueva York con sus artículos y chismes publicados; y “Siete días en mayo (1964)” de Frankenheimer con Kirk Douglas y Ava Gardner, interpretando el papel de un alto oficial del ejército de su país en posiciones cuasi fascistas, que intenta dar un golpe de estado al presidente norteamericano. Visconti lo volvió a contratar para protagonizar el drama “Confidencias (1974)” con Silvana Mangano, mientras que Louis Malle lo llevó a encabezar el reparto del drama “Atlantic City (1980)” con la entonces joven Susan Sarandon, película que no deben dejar de ver. Entre las últimas actuaciones de Lancaster está la del remake «El fantasma de la ópera (1990)” de Tony Richardson, que a mi esposa le deleitó bastante.

Burt Lancaster y Susan Sarandon en Atlantic City

Burt Lancaster y Susan Sarandon en Atlantic City

En cuanto a Bogart, se trata de un actor que fue relegado a un segundo plano durante años y que tuvo su buena primera oportunidad con el film de cine negro “El halcón Maltés (1941)” del director-actor John Huston, donde interpretó magistralmente el papel del detective Samuel Spade.

Humphrey Bogart en El Halcón Maltés

Humphrey Bogart en El Halcón Maltés

Bogart e Ingrid Bergman en «Casablanca.»

Ya desde entonces Bogart dejó de ser el secundón de los filmes de crimen, donde por lo regular era el malvado de la película y recibía tundas de parte de James Cagney, George Raft, Errol Flynn u otros “buenazos”, para convertirse en protagonista de sus películas sea como villano o como hombre de bien. Famosas fueron sus interpretaciones en los filmes “Tener o no tener (1944)”, “El sueño eterno (1946)”, “La senda tenebrosa (1947)” y “Cayo Largo (1948)”, siempre al lado de la joven Lauren Bacall, que fuera su última esposa.

Bogart y Lauren Bacall en Cayo Largo

Bogart y Lauren Bacall en Cayo Largo

Luego logró Oscar como mejor actor en “La Reina de África (1951)”, donde actuó conjuntamente con la consagrada de Kathryne Hepburn.

Bogart y Katharine Hepburn en La Reina de África

Bogart y Katharine Hepburn en La Reina de África

En el drama-film bélico “El amotinamiento del Caine (1954)” interpretó el papel de un capitán de navío totalmente desequilibrado, que le valió para una nueva nominación a Oscar, mientras que en “Sabrina (1954)” una vez más demostró que el género comedia no le era ajeno. En el drama “La condesa descalza (1954)” hizo un buen dúo con la destacada Ava Gardner. En “Horas desesperadas (1955)” volvió a ser el villano de siempre haciéndole la vida imposible al buenazo de Fredric March.

Bibliografía consultada

Hernández Esteban. Grandes del Cine de Todos los Tiempos (inédito).

Los grandes comediantes del cine

«El humor es el instinto de tomarse el dolor a broma
Max Eastman.

Por Esteban Hernández

La comedia contiene lo cómico o bufo sea en una presentación teatral o en el cine, y su efecto se puede producir mediante el enredo de las palabras y oraciones, lo que provoca risa fácilmente en una persona con cierta cultura, o la de adoptar gestos y muecas, algunas verdaderamente demenciales, que igualmente mueven a risas entre grandes y chicos.

El cine universal ha tenido grandes comediantes, los que han sido capaces de reflejar la comicidad con sus penas y sufrimientos en la sociedad que vivían.

Usualmente cuando se toca este tema de la comicidad, Charles Chaplin se convierte en el ejemplo máximo. Su personaje de Charlot era original, capaz de arrancar risas de todo el público. Chaplin fue la excelencia en realidad y su estilo dio que pensar a muchos, no para imitarlo, pero si para adoptar otras formas cómicas de interpretación.

Charlie Chaplin es considerado como el mejor comediante de todos los tiempos

Charlie Chaplin es considerado como el mejor comediante de todos los tiempos

Los italianos tuvieron en el napolitano Totò su mejor exponente de comediante, quien utilizaba el lenguaje como forma de mover a risa. Solía decir muchos disparates y muchos de ellos en dialectos napolitano o romano, como para darle un poco más de sabor popular a lo que decía. Totò es muy venerado en Italia y es muy posible que el espectador extranjero no lo vea en realidad tan cómico. Su debut en el cine fue protagonizando “Fermo con le mani! (1937)” (Quieto con las manos) de Gero Zambuto. Una buena parte de sus películas y sus títulos ridiculizaban algunas obras famosas de sus tiempos. Así sucedió con Cleopatra, Rodolfo Valentino, Tarzan, al Pepe Le Mokó de Jean Gabin, al Lawrence de Arabia de O’Toole y otros más. Otros filmes tocaban situaciones delicadas en la Italia, como es “Totò cerca casa (1949)” (Totò busca casa), donde apareció como un empleado de una familia numerosa que no acababa de encontrar donde vivir.

Totò en

Totò en «La ley es la ley (1958)»

Otro gran comediante fue el romano Alberto Sordi, quien provenía del teatro bufo y que solía hacerlo todo con su lenguaje y no necesitaba de muecas para hacer reír. Entre sus mejores interpretaciones están las comedias “Il medico della mutua (1968)” de Luigi Zampa, “El marqués del Grillo (1981)” de Mario Monicelli, estupendo film lleno de enseñanzas, “Amore mio aiutami” (1969) de su propia dirección, “Le coppie (1970)” (Las parejas) de Vittorio De Sica y Mario Monicelli, “Polvere di stelle (1973)” (Polvo estelar), y “Io so che tu sai che io so (1982)” (Sé que tú sabes que yo sé) , éstos últimos de su propia dirección y todos co-protagonizado por la excelente Monica Vitti.

Alberto Sordi en

Alberto Sordi en «Las Miserias del Sr Travet (1945)»

La escuela de comediantes italianos es vasta e incluye al genovés Paolo Villaggio, más conocido en pantalla como Fantozzi, el que utilizaba mucho el humor cínico y grosero. Villaggio hizo su primera presentación como Fantozzi en 1975, al que le siguió “Il secondo tragico Fantozzi (1976)” (El segundo trágico de Fant.), ambos del director Luciano Salce, “Fantozzi contro tutti (1980)” de su propia dirección, “Fantozzi padece de nuevo (1983)”, “Superfantozzi (1986)”, “Fantozzi va in pensione (1988)” éstos últimos de Neri Parenti; “Fantozzi alla riscossa (1990)” (Fantozzi al rescate), “Fantozzi in paradiso (1993)”, “Fantozzi – Il ritorno (1996)” y “Fantozzi 2000 – la clonazione (1999)” éstos últimos mencionados de Domenico Saverni.

Paolo Villaggio en «No tocar a la Mujer Blanca (1974)»

De esta lista de excelencia hay también que incluir a Ugo Tognazzi, protagonista de comedias duras por ser reflejo de realidades. Algunos de estos filmes a veces uno no sabe si ubicarlas como dramas o comedias. Tognazzi halló buena colaboración en su trabajo con Monica Vitti, Catherine Spaak y otras. Entre sus mejores interpretaciones están las de la comedia “L’Inmorale (1967)” de Pietro Germi con Stefania Sandrelli, “La bambolona (1968)” (La muñecona) de Franco Giraldi con Isabella Rey, y “Pato a la naranja (1975)” de Luciano Salce con Monica Vitti.

Ugo Tognazzi en la comedia

Ugo Tognazzi en la comedia «Pugne, Pupe e Marinai (1961)»

Renato Pozzetto es otra obligada referencia de la comedia italiana. El natural de la provincia de Varese siempre ha gustado de interpretar papeles de persona ingenua, a la que los timadores le pueden hacer cualquier cosa, o papeles de marido serio pero con posibilidades de cuernos. Marco Ferreri dirigió a Pozzetto en las comedias “L’ape regina (1963)” (La abeja reina) con Marina Vlady, “La donna scimmia (1964)” (La dama mona) con Annie Girardot, “Marcia nuziale (1965)” (Marcha nupcial) con Shirley Anne Field, “Nessuno è perfetto (1981)” (Nadie es perfecto) y “Un povero ricco (1983)” (Un pobre rico) ambos de Pasquale Festa Campanile y co-protagonizado por Ornella Muti.

Renato Pozzetto en una escena de la comedia

Renato Pozzetto en una escena de la comedia «Il ragazzo di campagna (1984)»

El cine francés tuvo en Fernandel a su mejor exponente, mientras que Louis De Funes con sus muecas y gestos le siguió. Fernandel era más natural, lo decía todo con su lenguaje y mirada, De Funes se veía forzado a cambiar de forma. Fernandel logró su fama gracias a la interpretación del cura Don Camilo, el siempre oponente del alcalde comunista de su pueblo, Peppone. Fueron cinco películas de Don Camilo, las primeras, “Don Camilo (1952)” y “Retorno de Don Camilo (1953)”, dirigidas por Julien Duvivier; luego por Carmine Gallone, “Don Camilo y el honorable Peppone (1955)”, “Don Camillo Monseñor (1961)”, y finalmente bajo la dirección de Luigi Comencini en “El camarada Don Camilo (1965)”, todas co-protagonizadas por Gino Cervi en el papel de Peppone.

Fernandel

Fernandel

En el caso de De Funes- muy recordado por su interpretación del papel del comisario Juve en los filmes sobre Fantomas- se sabe que estudió en detalle los movimientos del famoso pato Donald para así adaptar sus muecas.

Louis de Funes con Andrea Parisi en

Louis de Funes con Andrea Parisi en «Sálvese quien pueda (1968)»

México ha sido cuna de famosos comediantes, como lo fueron Germán Valdés, más conocido como Tin Tan, el gran Mario Moreno o Cantinflas, y Antonio Espino, más conocido como Clavillazo. Este último tuvo más actuaciones en el teatro de carpa y en el vodevil, mientras que su incursión en el cine fue menor que la de Tin Tan y Cantinflas.

Clavillazo se hizo famoso por la vestimenta que utilizaba, sobre todo pantalones bombachos y sombrero de tres picos, mientras que era muy habitual oírle decir “¡pura vida nomáaaas!”.

Clavillazo

Clavillazo

Tin Tan tenía la virtud de poder cantar, y su primer personaje en pantalla fue el famoso Pachuco, el que representaba a aquellos que sufrían de las desigualdades en una sociedad que se americanizaba cada vez más. Tin Tan vivió años en Ciudad Juárez, en la misma frontera con EE UU y pudo conocer este problema más de cerca. Una de sus características cuando actuaba era la de perder el hilo de la conversación, no entender el lenguaje con el que le hablaban o malentender lo que decían, usar trabalenguas, en fin de todo aquello que podía causar risa en el espectador. Es referencia obligatoria mencionar a Marcelo Chávez, quien fuera compañero de escena en varios filmes del gran Tin Tan.

Tin Tan

Tin Tan

Cantinflas es probablemente el comediante mexicano más famoso fuera de su país, quien al igual que Tin Tan representaba a un individuo salido de los barrios pobres de su país y cuyo arte consistía en los trabalenguas y oraciones sin límites, muchas dichas de manera irracional o incoherente. Su debut en el cine norteamericano fue en “La vuelta al mundo en 80 días (1956)” de Michael Anderson y John Farrow, que le valió una nominación para Globo de Oro. Años después Cantinflas protagonizó otra comedia de producción norteamericana, “Pepe (1950)” de George Sidney, que contó también con actuaciones breves de actores como Frank Sinatra, Maurice Chevalier, Bing Crosby, Bobby Darin, Edward G. Robinson entre otros. Lamentablemente la película no logró el éxito de la anterior, ya que al traducir al inglés el lenguaje de Cantinflas, el sentido del humor se perdía.

Cantinflas

Cantinflas

Argentina ha tenido su gordo y flaco, con los desaparecidos Jorge Porcel y Alberto Olmedo, los que en realidad eran maestros del uso del doble sentido, algo que gusta mucho entre los latinoamericanos, pero ocasionalmente perdían calidad al caer en la vulgaridad.

Alberto Olmedo y Jorge Porcel

Alberto Olmedo y Jorge Porcel

Regresando al mundo del cine norteamericano, ya se ha mencionado al más grande todo, a Charles Chaplin y su personaje de Charlot, el que es recordado por siempre por grandes y pequeños. Hablar de Chaplin y no hacerlo de Jackie Coogan es injusto. Coogan fue el famoso Kid (el niño) que acompañó a Chaplin en muchas de sus comedias y por su mérito como actor niño llegó a protagonizar la primera versión fílmica de “Oliver Twist (1922)” de Frank Lloyd, donde hace el papel del niño perdido y raptado.

Jackie Coogan

Jackie Coogan

Hay otros comediantes de calidad de las primeras décadas del cine, como fueron el olvidado Charley Chase (nombre real Charles Joseph Parrott), excelente actor y también director (se hacía llamar como director Charles Parrott), el cual siempre mostraba un bigotito que le daba bastante gracia en su actuación. Charley fue primero actor de vodevil y luego llegó a ser actor de reparto de la Universal. Poco después hizo su debut como director, actividad que simultaneaba con la actuación. Charley dirigió películas protagonizadas por el australiano Snub Pollard, Lloyd Hamilton y hasta Oliver Hardy (el gordo), también continuó actuando, sus personajes realmente arrancaban la risa del más serio. Igualmente coordinó esfuerzos con el realizador Leo McCarey en la producción de comedias protagonizadas por Stan y Oliver (el gordo y el flaco).

Charley Chase

Charley Chase

Otro grande de aquel período inicial del cine lo fue Buster Keaton, también conocido como “Cara de palo”. Keaton heredó el arte de sus padres, que fueron cómicos de vodevil. Keaton hacía reír con su mirada seria, era todo un artista en el uso de su rostro y mirada. Al poco tiempo de haber comenzado a actuar, Keaton creó su propia compañía productora, cuyas películas él protagonizaba y dirigía. Lamentablemente el alcoholismo fue mermando su capacidad artística y llegó un momento en que tuvo que interpretar papeles de reparto en comedias de los hermanos Marx. Su amigo y rival en el cine, Charles Chaplin, le dio la posibilidad de actuar en la comedia “Candilejas (1952)”, después actuó en “La vuelta al mundo en 80 días (1956)” de Michael Anderson con varios otros comediantes, entre ellos el gran Cantinflas, y Stanley Kramer lo incluyó en el reparto de la comedia “El mundo está loco, loco, loco (1963)”.

Buster en una escena de

Buster en una escena de «Doughboys (1930)»

Comediante famoso en su época fue Harold Lloyd, comediante de cine silente en los 20 y luego, en los 30, en el sonoro. No puedo hablar de alguien a quien no recuerdo haber visto actuar, pero si se recoge de tener el mérito de no haber necesitado de dobles para actuar en escenas de algún peligro.

Harold Lloyd

Harold Lloyd

De nuestra niñez un dúo que siempre recordamos será el de Laurel y Hardy (el gordo y el flaco), ellos eran personas gratas en casa, siempre hacían reír con un Hardy “ingenuo” y a la vez pícaro, un Laurel duro y fuerte con su compañero, que al final terminaba cediendo, sea por cansancio o por bondad. Laurel era norteamericano de Georgia, Hardy era de Cumbria, Inglaterra, y se había iniciado en trabajos de teatros itinerantes, que en una visita a EE UU junto a Chaplin, decidió quedarse, fue entonces que conoció a Oliver, e hicieron pareja de actuación durante décadas.

Laurel y Hardy en una escena de

Laurel y Hardy en una escena de «Our relations (1936)»

En la década de los 30 hizo su debut en cine sonoro el grupo de comediantes, los hermanos Marx, que lo único que tienen en común con el famoso economista-filósofo Carlos Marx, es que todos eran judíos. Fueron cuatro hermanos, Chico, Groucho, Harpo y Zeppo, donde cada uno tenía una característica diferente. Chico era el más locuaz, capaz de hablar con acentos variados, Harpo era el enamorado del grupo, Groucho era el amante de la música y Zeppo era el handsome o el bonitillo del grupo. Groucho era muy amigo de hablar enredado y los propios actores y actrices que actuaron con él, decían que no entendían nada de lo que Groucho decía en sus regaños. Al llegar a la comedia “Tienda de locos (1941)” de Charles Reisner, el grupo se desintegró, y se reintegró en “Una noche en Casablanca (1946)” de Archie Mayo, pero sin Groucho en el grupo, el que regresó al grupo en la comedia “Amor en conserva (1950)” de David Miller y Leo McCarey. El grupo no duró mucho tiempo, Groucho estaba empeñado en hacer sus propias comedias y al final terminó separándose definitivamente de sus hermanos en la escena.

Los hermanos Marx en una escena

Los hermanos Marx en una escena «Un día en las carreras (1937)»

A finales de la década de los 30 debutó otro dúo famoso, Abbott y Costello, una de las parejas de comediantes más famosas en el cine de Hollywood, donde ambos hacían otro dúo de gordo y flaco, y a diferencia del dúo Stan Laurel y Oliver Hardy, todas sus actuaciones fueron en la época sonora del cine. Ellos actuaron juntos en un total de 37 películas entre 1941 y 1956. Abbott era actor asiduo de teatro, mientras que Louis Francis Cristillo lo hacía ocasionalmente, ya que trabajaba también en oficinas. Un día se conocieron y Cristillo fungió reemplazó a otro actor ese día ausente. La actuación de ambos fue de tanta calidad, que decidieron seguir actuando juntos. Louis Francis adoptó el apellido Costello de la famosa actriz Dolores Costello, la que actuaba en Broadway en la misma época que Lou.

Abbott y Costello

Abbott y Costello

Bob Hope

Bob Hope

Jerry Lewis ha sido todo un artista en eso de hacer muecas, sea moviendo la boca, los ojos, la cabeza, todas buenas para provocar risas. Proveniente de una familia de padres actores de vodevil, de quienes logró aprender este difícil arte, se inició en el cine como dúo cómico junto con el cantante Dean Martin, cuya colaboración duró hasta 1956. Luego comenzó a dirigir gran parte de sus propias comedias, a la vez que actuaba con algún que otro gran actor. Así hizo en “Que me importa el dinero (1962)” con Zachary Scott, “Boeing Boeing (1965)” de John Rich con Tony Curtis, y “El rey de la comedia” de Martin Scorsese con el estelar Robert De Niro.

Jerry Lewis en

Jerry Lewis en «El Recluta (1957)»

Hay dos actores muy versátiles que en el género de la comedia han sido sumamente destacados, uno fue el gran Cary Grant y el otro Jack Lemmon. Estos actores lo mismo protagonizaban un drama, que film de acción, pero la comedia era el fuerte de ambos. Grant vino de Inglaterra, y a EE UU llegó en 1920. Su arte era muy natural, muy pocas muecas y todo un maestro del lenguaje. Entre sus actuaciones más recordadas están las comedias “La pícara puritana (1937)” de Leo McCarey, “Mi mujer favorita (1940)” de Garson Kanin, “Historias de Filadelfia (1940)” de George Cukor, y “Arsénico por compasión (1944)” de Frank Capra.

Cary Grant

Cary Grant

Jack Lemmon

Jack Lemmon

Lemmon tenía un estilo muy propio, en eso se parecía a Grant, no era tampoco dado a muecas y si manejaba bien su lenguaje y cuerpo dentro de la comedia. Lemmon logró su primer gran éxito con su soberbia interpretación en “Algunos prefieren quemarse (1958)” de Billy Wilder, película que co-protagonizó junto a Marylin Monroe y Tony Curtis. Blake Edwards le dio el papel protagónico de la comedia “La carrera del siglo (1965)”, donde de nuevo actuó Tony Curtis. Igualmente hizo dúo muy eficaz con Shirley MacLaine en las memorables comedias “El apartamento (1960)” e “Irma la dulce (1963), ambas de Wilder. Luego Richard Quine lo llevó a protagonizar “Cómo matar la propia esposa (1965)”, donde aparece junto a la bella actriz italiana Virna Lisi, y a continuación protagonizó “Préstame tu marido (1965)” de David Swift, donde la austriaca Romy Schneider es la co-protagonista.

Walter Matthau fue un actor que se inició haciendo papeles de villanos o de gente perversa en varios filmes, como fueron “El hombre de Kentucky (1955)” de Burt Lancaster, “Vecinos y amantes (1960)” (en España conocido con el título de “Un extraño en mi vida”) de Richard Quine, y “Charada (1963)” de Stanley Donen. Posteriormente Matthau se dedicó a la comedia con mucha eficiencia, su rostro y mirada de por si movían a risa y fue precisamente su colaboración con Lemmon la que le llevó al estrellato. Ambos actores actuaron juntos en 11 películas, algunas de ellas dirigidas por Billy Wilder, como fueron “En bandeja de plata (1966)”, “Primera plana (1974)” y “Aquí, un amigo (1981)”, y también en “La extraña pareja (1968)” de Gene Saks, “Señor Kotcher (1971)” del propio Lemmon, “Dos viejos gruñones (1993)” de Donald Petrie, “Discordias a la carta (1995)” y “La extraña pareja, otra vez (1998)”, estas dos últimas películas de Howard Deutch.

Walter Matthau en

Walter Matthau en «Guía para el hombre casado (1967)»

Otro inglés, el londinense Peter Sellers, llegó a ser famoso protagonizando la serie de películas sobre la Pantera Rosa, la mayoría dirigida por Blake Edwards. El papel del inspector Clouseau lo interpretó por primera vez en 1963, pero luego también protagonizó otras comedias con mucha eficiencia, como fueron “¿Qué tal Pussycat? (1965)” de Clive Donner, “Tras la pista del zorro (1966)” de Vittorio De Sica, y “Casino Royale (1967)” de Val Guest y Ken Hughes. Toda su fama y éxito estribaba en hacer de la ridiculez toda una comedia, Sellers representaba el absurdo en sus interpretaciones, siempre se titulaba de algo en lo cual al final resultaba ser todo un necio.

Peter Sellers en

Peter Sellers en «El Guateque (1969)»

Tres actores canadienses han tenido éxito en el cine americano como comediantes, el primero es el difunto Leslie Nielsen, quien inicialmente actuó en películas de acción y ciencia ficción, pero que a partir de 1969 comenzó a interpretar papeles como comediante. Nielsen gustaba mucho de las muecas y también del absurdo en su lenguaje. Entre sus mejores actuaciones en comedias están las de “How to commit marriage (1969)” (Como cometer matrimonio) de Norman Panama junto al gran Bob Hope, “Agárralo como puedas (1988)”, y sus secuelas “Agárralo como puedas 2 1/2 (1991)”, ambas de David Zucker, y “Agárralo como puedas: insulto finla (1994)” de Peter Segal.

Leslie Nielsen

Leslie Nielsen

Michael J. Fox es el segundo canadiense, hombre de baja estatura y gestos cómicos por lo general, pero también capaz de protagonizar dramas. Sus interpretaciones más recordadas fueron las de las comedias de ciencia ficción “Regreso al futuro (1985)”, y su secuelas de 1989 y 1990, todas de Robert Zemeckis. Fox actualmente está alejado de la pantalla por padecer del mal de Parkinson, lo cual lo afecta desde que tenía 30 años de edad.

Michael J. Fox

Michael J. Fox

El tercer canadiense es Jim Carrey, todo un maestro exagerado de las muecas, cuyas actuaciones me resultan a veces tan empalagosas como una torta extremadamente dulce. A mi entender, si Carrey moderase un poco la carga de muecas que hace, es posible que lograra más éxitos con espectadores como el que suscribe. Su primer gran éxito como comediante y protagonista fue en “Ace Ventura (1994)” de Tom Shadyac, luego ese papel lo volvió a interpretar en “Ace Ventura: Operación África (1995)” de Steve Oedekerk. Carrey sabiamente ha sabido orientarse a protagonizar comedias, algunas salpicadas de ciencia ficción, otras de drama, en fin de ingredientes diversos para hacer más interesante las películas que protagoniza.

Jim Carrey

Jim Carrey

Por las pantallas del cine americano han pasado otros comediantes, algunos muy consistentes, como es el caso de los actores negros Richard Pryor y Eddie Murphy, el primero muy dado a las muecas o a mostrar su rostro alegre o triste, mientras que Murphy se ha valido de los medios tecnológicos disponibles para interpretar varios papeles a la vez en película. Otro ha sido Gene Wilder, conocido como el rubio en el ámbito latinoamericano, quien también actuó con Pryor y otros actores como Harrison Ford y Richard Widmark. Steve Martin es de los llamados consistentes, quien ha llevado a escena problemas de carácter social al plano de la comedia. Generalmente Martin ha actuado con notables actrices como Diane Keaton, Debra Winger, Laura Dern y Helena Bonham Carter entre otras.

Richard Pryor en

Richard Pryor en «El Gran Despilfarro (1985)»

Gene Wilder en

Gene Wilder en «Bonnie y Clyde (1967)»

Eddie Murphy

Eddie Murphy

El trabajo de otros comediantes como Chevy Chase y Dan Aykroyd puede catalogarse de temporal, lo mismo se aplicaría al caso de Bill Murray. Lo que se llama consistencia, en ninguno de esos tres casos se ha observado. Murray y Aykroyd brillaron en la década de los 80 con el serial de películas “Cazafantasmas”, mientras que Chase, que tiene un poco de caricatura de Leslie Nielsen, tuvo su mejor esplendor a mediados de la década de los 80.

Chevy Chase

Chevy Chase

Dan Aykroyd

Dan Aykroyd

Del estelar Tony Curtis se puede decir que a partir de la década de los 60 dedicó más esfuerzos a protagonizar comedias, en ocasiones con grandes del género como Jerry Lewis. Igualmente sería injusto dejar fuera de esta lista a Burt Reynolds, el que siempre ha disfrutado protagonizando comedias.

Tony Curtis

Tony Curtis

Burt Reynolds

Burt Reynolds

Relatar a todos los comediantes habidos no es tarea fácil, pero sería también injusto no dedicar una parte aquí a las grandes actrices de este género, que en opinión del que suscribe son Paulette Goddard, Shirley MacLaine y Goldie Hawn, mientras que a nivel europeo encontramos a la italiana Monica Vitti y la difunta, griega, Melina Mercouri.

Paulette Godard

Paulette Godard

Shirley MacLaine

Shirley MacLaine

Goldie Hawn en

Goldie Hawn en «Flor de Cactus (1969)»

Goddard es probablemente la más bella de las tres mencionadas, actriz que era capaz de protagonizar dramas y filmes de acción/aventuras, pero que la comedia fue realmente la que más le asentó. En su carrera tuvo la suerte de actuar al lado de grandes, como fueron Laurel y Hardy, y luego con Chaplin, con quien llegó a contraer matrimonio. Para recordar son sus interpretaciones en las comedias “Escándalos romanos (1933)” de Frank Tuttle, “Tiempos modernos (1936)” de Chaplin, “The Bohemian girl (1936)” (La joven de Bohemia) de James W. Horne y Charley Rogers con el gordo y el flaco, “El gran dictador (1940)” de Chaplin, y “Pitonisa (1943)” de Elliott Nugent con Ray Milland nuevamente, y “Standing room only (1944)” (Solo una habitación) de Sidney Lanfield con Fred MacMurray.

Shirley MacLaine es la hermana mayor del actor Warren Beatty y una de las comediantes más convincentes que ha tenido el cine a nivel mundial. Toda energía en la comedia, sabía mover a risa con su conducta, movimiento, gestos, era la perfección de la comediante. Ya anteriormente he mencionado las actuaciones de Shirley con Jack Lemmon, las que fueron sus primeros grandes éxitos en el cine. Luego tuvo excelentes interpretaciones en las comedias “Ella y sus maridos (1964)” de J. Lee Thompson con Paul Newman, Robert Mitchum, entre otros; “Ladrona por amor (1966)” de Ronald Neame con Michael Caine, “Siete veces mujer (1967)” de Vittorio DeSica con Alan Larkin, y “Bienvenido, Mr. Chance (1979)” de Hal Ashby con Peter Sellers.

A Goldie la podemos describir como pequeña, graciosa al caminar y al hablar, atractiva y coqueta con los hombres, cuyo primer gran éxito fue al actuar junto a Ingrid Bergman y Walter Matthau en la comedia “Flor de cactus (1969)” de Gene Saks, luego actuó junto a Peter Sellers en “Hay una chica en mi sopa (1970)” de Roy Boulting, le siguieron “Shampoo (1975)” de Hal Ashby al lado de Warren Beatty y Julie Christie, “Juego peligroso (1976)” de Colin Higgins con Chevy Chase, así como “Forasteros en Nueva York (1999)” de Sam Weisman con Steve Martin, y “Amigas a la fuerza (2002)” de Bob Dolman, entre otras.

Quizás se pueda argumentar que Marilyn Monroe debería estar entre las excelentes de la comedia. En realidad merece ser mencionada, pero no creo que haya sido mejor que las tres anteriores mencionadas. Sus mejores interpretaciones en comedias fueron en “Algunos prefieren quemarse (1959)” de Billy Wilder, “El príncipe y la corista (1957)” de Laurence Olivier, “Cómo casarse con un millonario (1953)” de Jean Negulesco y “Los caballeros las prefieren rubias (1953)” de Howard Hawks.

Respecto al trabajo de las actrices europeas como comediantes, ambas igualmente excelentes y hasta con un nivel similar al de la MacLaine, Melina Mercouri tuvo la suerte de tener la dirección de su propio esposo, Jules Dassin, sus actuaciones se caracterizaban por su risa contagiosa, su mirada alegre y pícara, y su coquetería con los hombres. Así protagonizó las comedias “Nunca en domingo (1960)” y “Topkapi (1964)” de Dassin, integró el reparto de la comedia italiana “Il giudizio universale (1961)” dirigida y protagonizada por Vittorio De Sica, y actuó en “Gaili, Gaily (1969)” de Norman Jewison.

Melina Mercouri en El Juicio Universal (1961)

Melina Mercouri en una escena de «El Juicio Universal (1961)»

Monica Vitti, por su parte, era muy dada a hacer una que otra mueca, eso a pesar de haber sido una mujer bella en la pantalla. Su suerte fue haber tenido a comediantes de experiencia a su lado como Sordi y Tognazzi entre otros. Entre sus mejores comedias están “Follie d’estate (1963)” (Travesuras de verano) de Edoardo Anton y Carlo Infascelli junto a Ugo Tognazzi y Raimondo Vianello; “Il disco volante (1964)” de Tinto Brass con Alberto Sordi, “Alta infedeltà (1964)” de Monicelli y Elio Petri con Tognazzi y Charles Aznavour; “Las cuatro brujas (1966)” de Mauro Bolognini y Mario Monicelli con Claudia Cardinale y Sordi; “El demonio de los celos (1970)” de Ettore Scola con Marcello Mastroianni, “La supertestimone (1971)” de Franco Giraldi; y “Pato a la naranja (1975)” de Luciano Salce, en estos dos últimos con Tognazzi.

Monica Vitti

Monica Vitti

En apretada síntesis se ha dado una idea de los grandes de la comedia en el cine, no ha sido en ningún momento la intención de hablar de comediantes de la radio y la TV, ya que la lista sería más extensa y a fin de cuentas lo que se escribe aquí es solo cine. No obstante, cabe mencionar a la figura del gran Bill Cosby, actor negro que durante décadas ha sido un grande de la comedia en la TV y que ocasionalmente ha actuado en el cine con bastante acierto, sobre todo en películas dirigidas y protagonizadas por su gran amigo, Sidney Poitier.

Bill Cosby en

Bill Cosby en «Dos tramposos con suerte (1975)»

Ray «Sugar» Robinson, un coloso del ring

La miseria degrada, como el racismo ofende la dignidad humana
Valery Giscard D´Estaing, ex presidente de Francia (1974-81)

Por Esteban Romero

Paso a hablarles de un hombre que era todo un maestro arriba del ring, se trata Del gran boxeador Ray «Sugar» Robinson, nacido como Walker Smith Jr. en Ailer, Georgia, el 3 de mayo de 1921, criado en Harlem, Nueva York, y cuyo debut en el boxeo profesional fue el 10 de abril de 1940, en pelea que ganó por KO en el segundo round contra Joe Echevarría en el Madison Square Garden, en la división de los superplumas. Este gran boxeador era un diestro con un jab muy repetido, veloz con ambas manos, tiraba lo mismo el bolo punch que el gancho. Un aficionado escribió sobre Robinson: «Robinson fue un boxeador único, su técnica fue perfecta, ni antes ni después de él existió un boxeador tan completo ni rico técnicamente, tenía una velocidad sorprendente, golpes explosivos en sus 2 puños, podía noquear retrocediendo, Ray podía pelear desde afuera, en media distancia y fajarse, tenía una gran visión de cómo plantear los combates».

Robinson ganó 34 peleas más en lo sucesivo sin la sombra de una derrota hasta que se enfrentó contra Jake LaMotta el 2 de octubre de 1942 en el Madison, pelea que también ganó por decisión unánime en 10 asaltos. La racha triunfadora de Robinson continuó hasta que volvió a tropezar con LaMotta en mayo de 1943 en el Olympia Stadium de Detroit, donde perdió su primer combate por decisión nuevamente en 10 rounds. Vinieron 13 victorias más hasta que en febrero de 1945 nuevamente vino el gran show LaMotta vs Robinson en el Madison, que Robinson ganó sin discusión en 10 asaltos. Siete meses después, otra nueva pelea con LaMotta en el Comiskey Park de Chicago, donde Robinson le demostró a LaMotta que con él no había posibilidad de victoria. Ya en ese momento Robinson había dejado de pelear en los pesos ligeros y era un welter capaz de boxear en los medianos.

Sugar Robinson en sus años de actividad en el ring

Sugar Robinson en sus años de actividad en el ring

Cabe señalar que en 1943, por espacio de 15 meses, Robinson sirvió en el ejército de su país, donde coincidió con el gran Joe Louis, y con el cual escenificó algunos combates de exhibición para las tropas. A Robinson no le fue bien en este servicio, donde sintió de lleno el racismo incluso imperante en este medio militar. Al final se le dio de baja por «deficiente mental». Una de las cosas que más le molestó a Robinson fue que a los soldados negros no se les permitía ver las peleas que Louis y él organizaban como exhibición.

En diciembre de 1946 Robinson se coronó campeón de los welters al vencer a Tommy Bell por decisión en 15 asaltos, en pelea efectuada en el Madison. Pero la carrera de Ray era un constante subir y bajar de peso, hoy peleaba welter, mañana en los medianos o a la inversa.

La primera pelea de Robinson con el cubano Kid Gavilán fue el 23 de octubre de 1948 en el Yankee Stadium, donde el criollo perdió por decisión en 10 rounds. El 11 de julio de 1949, ambos boxeadores se subieron al ring en Filadelfia, Robinson defendía su título. Lo que cuenta la crónica de aquellos tiempos es que la pelea fue muy pareja en los primeros 6 rounds. Gavilán logró cortar la ceja de su adversario, pero ya en el séptimo y en lo sucesivo hasta el round 15 Robinson mayoreó a su rival. La decisión fue polémica, ya que muchos vieron ganar a Gavilán. En julio de 1949 volvieron a enfrentarse en Filadelfia y la victoria volvió a sonreírle por decisión a Robinson en 15 rounds, donde nuevamente expuso su título welter.

En 1950 Robinson peleó en 16 combates, pero solo en uno expuso su corona welter, que fue contra Charley Fusari en octubre de 1950, y que venciera sin problemas en 15 asaltos. Esta fue también la última pelea de Robinson como welter. Cambió por resultarle difícil mantener el peso dentro de esta división. El 5 de junio de 1950, antes de dejar el peso welter, Robinson había peleado como mediano contra Robert Villemain.

Como peleador de los medianos, Robinson tuvo que volverse a ver las caras con su viejo rival, Jake LaMotta, se enfrentaron un día de San Valentino de 1951, ni que estuvieran enamorados, ambos iban a discutir el título de este peso. En el round 13 vino la debacle de LaMotta, noqueado por primera vez en 95 combates. Sobre esta pelea versa parte de la película de Martin Scorsese, «Toro Salvaje» (Raging Bull), donde el papel de LaMotta es interpretado por Robert DeNiro. La realidad fue que Robinson logró controlar completamente la pelea a partir del décimo round y con certeras ráfagas de golpes logró llevar a LaMotta a la lona definitivamente.

Robinson en unas de sus cruentas peleas con Jake LaMotta

Robinson en unas de sus cruentas peleas con Jake LaMotta

Interesante que la segunda pelea de Robinson fue en París contra Kid Marcel, al que derrotó por KO técnico en el quinto round en mayo de 1951. Las victorias de Robinson compitiendo en las 157 o 161 libras no cesaron en ese año hasta que se tropezó con Randy Turpin en octubre de 1951 en Londres, donde fuera vencido en 15 rounds en la discusión del título de los pesos medianos. Tres meses después, pero en el Polo Grounds de Nueva York, el boxeador británico caía por KO en el décimo asalto, con lo cual Robinson recuperaba su corona brevemente perdida en Europa.

Cinco meses después se montó en el ring contra Bobo Olson por segunda vez, la primera vez había sido victoria por KO de Robinson en 1950. Este nuevo combate a 15 rounds era igualmente por el título de los medianos, que logró ganar Robinson por decisión dividida de los jueces y así coronarse como campeón mundial. La próxima víctima fue el ex campeón mundial Rocky Graziano, donde Robinson nuevamente encontró un difícil rival en el italo-americano, al que venció en 15 rounds. Graziano llegó a tirar a Robinson en el tercero, pero el gran boxeador se levantó y logró ganar la pelea. Robinson abandonó esa división y hasta dijo que no pelearía más, pero una cosa es la que se dice y otra la que se hace, ya que en junio de 1952 optó por el título de los semicompletos en pelea contra Joe Maxim en el Yankee Stadium, que Robinson perdió en el 14to asalto por KO, única pelea que perdió por esta vía en su carrera. Según lo que se relata, esta pelea se efectuó en un ambiente sumamente caluroso, era tanto el calor que el árbitro Ruby Goldstein, quien sufrió fatigas, tuvo que ser sustituido por Ray Miller durante la pelea.

Después de esta pelea si hubo una pausa de casi tres años, Robinson se dedicó al espectáculo, bailando y vistiendo ropa de dandy, algo que no le resultó muy rentable, por lo que reapareció boxeando en enero de 1955 enfrentándose a Joe Rindone, al que noqueó en el sexto asalto, en pelea efectuada en Detroit. Dos semanas después peleó contra Ralph Jones en Chicago, quien le venció por decisión en 10 asaltos. Johnny Lombardo fue su siguiente adversario en marzo de 1955 en Cincinnati, al que derrotó por decisión dividida de los jueces en 10 rounds.

Robinson ganó tres peleas ese año hasta que en diciembre se vio las caras nuevamente con uno de sus eternos rivales, Bobo Olson, esta vez en Chicago por el título de los pesos medianos, y Olson esta vez cedió por KO en el mismo segundo asalto. Cinco meses vino la revancha en el Wrigley Field de Los Ángeles, donde Olson le duró un poquito más, cayendo en el cuarto por KO nuevamente. El reinado de Robinson en este peso duró hasta enero de 1957 cuando perdió por decisión dividida de los jueces en pelea de 15 rounds contra Gene Fullmer, efectuada en el Madison Square Garden de Nueva York. Obviamente, la revancha estaba garantizada, se volvieron a ver las caras estos dos boxeadores cuatro meses después en Chicago, esta vez Robinson vino como una cuchilla nueva de afeitar, ya que venció por KO a Fullmer en el quinto round.

Vino Carmen Basilio, su nuevo eterno adversario, un italo-americano, todo un hueso duro de roer en su época. El 23 de setiembre de 1957 se enfrentaron por primera vez, lo que sucedió en el Yankee Stadium, por la discusión del título de los pesos medianos, y en una pelea cruenta verdaderamente, Robinson perdió por decisión dividida de los jueces en 15 asaltos. Los jueces votaron de esta forma: Al Berl 9-6 por Robinson, y Ait Aadi 5-9 y Bill Recht 6-8 por Basilio. La revancha llegó a finales de marzo de 1958 en Chicago, donde una vez más estos dos boxeadores escenificaron una batalla de campana a campana, hasta que los jueces nuevamente no se pusieron de acuerdo, pero le dieron la victoria a Robinson. La votación fue así: Frank Sikora 66-69 a favor de Basilio, y John Bray 71-64 y Franklin Spike McAdams 72-64 por Robinson.

La carrera transcurría entre victorias y algunas esporádicas derrotas, en 1960 fue vencido por Paul Pender en decisión dividida de los jueces en 15 rounds, donde perdió su título. Meses después se montó en el ring contra Gene Fullmer nuevamente, en los Ángeles, por el título de los medianos de la National Boxing Association, pelea que fue tabla, y cuya revancha tuvo lugar en las Vegas, donde Robinson perdió por decisión dividida de los jueces.

El gran Ray tuvo otro contrincante de cuidado, Wilf Greaves, al que derrotó por primera vez en Detroit por decisión, pero en pelea en la que Robinson acarició la lona en el octavo asalto. Dos meses después, en el mismo 1961, Greaves salía derrotado nuevamente, pero esta vez por KO en el octavo round, y Robinson igualmente besaba la lona en el segundo por golpe certero de Greaves. En ese período Denny Moyer también le hizo seria oposición, había perdido la primera pelea en el Madison Square Garden, en 1961, en 10 asaltos, pero luego logró vencer a Robinson por igual receta en pelea de febrero de 1962 en igual escenario.

Ray Sugar Robinson se mantuvo activo hasta 1965, su última pelea fue contra Joey Archer, el 10 de noviembre de 1965 en Pittsburgh, combate a 10 rounds, que Robinson perdió por decisión y fuera llevado a la lona en el cuarto asalto. Hasta ese día llegó a acumular 1403 rounds, con 165 victorias, 108 de ellas por la vía rápida (54% de KO, uno de los primeros de todos los tiempos en el boxeo rentado), 6 tablas, un combate anulado y 19 derrotas, solo una por KO.

Un día después de la pelea contra Archer, Robinson anunció su retiro definitivo. En su autobiografía declaraba que ya al final de ese año él había gastado los 4 millones de dólares que había ganado en el cuadrilátero.

Robinson murió en la extrema pobreza el 12 de abril de 1989 en Culver City, California.

Robinson es considerado como el mejor boxeador de todos los tiempos por boxeadores como Mohamed Ali, Ray Sugar Leonard y el propio Joe Louis. El mismo Ali reconoce que él aprendió mucho del boxeo viendo pelear a Robinson. La AP lo declaró mejor boxeador del siglo XX. La revista «Ring» lo dio como el mejor de todos los tiempos y el mejor de la década de los 50.

Un lanzador de éxitos- Sandalio «Potrerillo» Consuegra

El talento depende de la inspiración, pero el esfuerzo depende de cada uno.
Pep Guardiola

Por Esteban Romero

Mucho se ha escrito y se ha hablado del gran Conrado Marrero, muy merecido lo tiene por su desempeño en toda liga donde lanzó. Sin embargo, hay algunos peloteros que han brillado y han sido olvidados. El hecho de que una mayoría de esas estrellas haya emigrado después de la temporada de la liga profesional cubana en 1961, tiene mucho que ver con la poca divulgación que su labor ha recibido a lo largo de los últimos 54 años en Cuba.

Uno de esos peloteros fue el gran lanzador derecho Sandalio Simeón Consuegra Castello, nacido el 3 de setiembre de 1920 en Potrerillo, actual provincia de Cienfuegos. En los EEUU le llamaban Sandy Consuegra y fue el pelotero cubano número 47 en llegar a jugar en las Grandes Ligas.

Consuegra era parte de una familia de cinco varones y seis hembras, hijos de Sotero Consuegra y Luisa Castellón, la que poseía unas 25 hectáreas de terreno, al parecer de caña de azúcar. La familia estaba obligada a trabajar en el campo, sobre todo los varones a la vez que debían ir a la escuela. Sandalio jugaba algo de pelota en los fines de semana en su territorio. Según cuenta Rogelio Consuegra, hijo de Sandalio, un buen día su padre clavó la mocha en lugar de su finca y le dijo al padre que hasta ahí llegaba él, que se iba a integrar al Regimiento 7 de las Fuerzas Armadas en Cumanayagua.

Fue en las fuerzas armadas que Sandalio continuó jugando pelota. Con el regimiento jugó de 1936 a 1940. Luego estuvo un año jugando en Sancti Spíritus, y en 1942 hizo su debut con el Deportivo Matanzas de la Unión Atlética Amateur, donde se mantuvo hasta 1945. Inicialmente jugó el jardín central de su equipo y luego fue utilizado como lanzador, logrando record de 3-1 en su primera temporada. Su presencia fortaleció el cuerpo de pitcheo del Deportivo, que se encontraba en enconada lucha con el Círculo de Artesanos, donde lanzaba el gran Julio “Jiquí” Moreno. El manager Pipo de la Noval del Matanzas se daba el lujo de usar a tres grandes lanzadores cada tres innings. En aquella época se jugaba solo el domingo en la UAA. El Matanzas disponía de Limonar Martínez y Catayo González además de Consuegra, a los que se les llamó los tres mosqueteros, mientras el Círculo de Artesanos dependía de la labor casi por entero de Jiquí Moreno.

Cuenta la historia que en 1944 Miguel Ángel González, dueño del Habana en la liga profesional, le ofreció a Limonar Martínez y a Consuegra un sueldo de 125 pesos mensuales a cada uno por lanzar para su equipo. Ambos lanzadores se rieron y le dieron las gracias al reglano por su “amable” propuesta. En realidad eso y más obtenían entonces los peloteros amateurs como parte de los viáticos que recibían para poder jugar.

Fue en la temporada de 1945-46 que Consuegra, ya llamado “Potrerillo”, apodo dado por el narrador Manolo de la Reguera, comenzó a lanzar para el Marianao de la liga invernal cubana. En esa temporada ganó 2 y su PCL fue de 2.86.

Consuegra se sintió atraído por las ofertas del mexicano Jorge Pasquel. En México se estrenó con los Pericos de Puebla en 1946, jugando al lado del notable lanzador derecho Salvatore Maglie. En su primera temporada Consuegra tuvo record de 14-13. En el invierno tuvo record de 8-11 y PCL de 3-06 con el Marianao. En 1947 regresó con el Puebla y Merito Acosta presentó demanda contra él, afirmando que había hecho todo lo necesario para que Consuegra lanzara con los Havana Cubans de la Liga Internacional de la Florida. En qué terminó esta disputa, este autor lo desconoce. Lo cierto es que Consuegra lanzó para record de 10-10 y PCL de 3.36 en esa temporada.

En 1947-48 surgió la nueva liga profesional cubana, pero al mismo tiempo se mantenía la llamada Federación, que jugaba en la Tropical. En esa temporada Consuegra lanzó para Santiago y luego para Leones de la Federación. En 1948 volvió a lanzar con los Pericos y en el invierno regresó a Cuba con la idea de jugar en la liga profesional, la que no lo admitió. Eso le obligó a regresar a México para jugar en la liga peninsular de Yucatán, muy poco conocida. Allí jugó al lado de Roberto Ortiz en el conjunto de los Cardenales de Motul, con un impresionante PCL de 1.33 y con record de 8-2.

En 1949 jugó en Venezuela con los Gavilanes de Maracaibo y en ese período llegó la amnistía declarada por el comisionado de las Grandes Ligas, Happy Chandler, la cual permitía a todos los peloteros disidentes como Magglie, Consuegra y otros más poder jugar en el béisbol de este circuito. Previamente Consuegra jugó en un torneo interamericano de béisbol en Caracas, donde logró lanzar juego de cero hit cero carreras contra el equipo de Venezuela. Ese juegazo fue salvado por una atrapada espectacular del jardinero cubano Pedro Pagés en el noveno inning.

Con la amnistía, Consuegra terminó el verano de 1949 jugando para los Havana Cubans, sucursal de los Senadores de Washington. Por determinados problemas, algunos difíciles de entender para el que suscribe, diferencias entre Consuegra y el dueño de los Senadores, Clark Griffith, el lanzador cubano no pudo debutar entonces en las Mayores. En ese invierno llegó a ganar 13 juegos para el Marianao y en 1950 volvió con los Havana Cubans, para finalmente debutar con los Senadores en las Mayores en junio de 1950.

La temporada de 1952 fue la primera de éxito para Consuegra, cuando logró record de 6-0 y 5 salvados, de los dos juegos que inició y los 28 que relevó, con 3.05 de PCL. Consuegra no se caracterizaba por ser un ponchador, pero si un pitcher que no era fácil de batear. Su consagración en las Mayores, como él mismo afirmaba, llegó cuando comenzó a lanzar con los Medias Blancas de Chicago en 1953. “Paul Richards (manager del Chicago) me hizo pitcher”, esa era su afirmación. “Antes de lanzar con los Medias Blancas, yo no era más que un tirador de bola rápida y una curva, eso era todo. Con Richards aprendí a tirar la palm ball y la sinker, por lo que mezclaba esos lanzamientos con mi recta y curva, y tenía más confianza para ganar”. En 1953 Consuegra abrió 17 juegos de los 39 que lanzó y completó 3, con 2 lechadas.

Consuegra en sus años con los Medias Blancas de Chicago

Consuegra en sus años con los Medias Blancas de Chicago

En 1954 Consuegra se convirtió en el primer pitcher cubano que lograba el liderato de ganados y perdidos en las mayores. En esa temporada logró 16 victorias y 3 derrotas (.842), salvó 4 juegos, completó 3 juegos y propinó 2 lechadas, abrió 17 juegos de los 30 que lanzó. Además fue segundo en PCL, con 2.69, solo superado por Mike García de los Indios de Cleveland. En esa temporada fue llevado al juego de las Estrellas y el manager Casey Stengel lo utilizó para relevar a Mike García. Lamentablemente Consuegra fue bateado en ese juego. Sacó out a Alvin Dark, pero luego le sonaron cuatro imparables consecutivos coronados con doblete de Jackie Robinson que le hizo explotar.

En la temporada de 1955, nuevamente con el Chicago, tuvo record de 6-5, con 7 salvados y PCL de 2.64. En 1956 los Medias Blancas le canjearon a los Orioles, y en 1957 finalizó su labor en las Mayores lanzando para los Gigantes.

Consuegra llegó a Grandes Ligas con 30 años, y fue el lanzador que más tiempo se mantuvo de todos aquellos que debutaron en 1950, entre ellos Conrado Marrero, Jiquí Moreno y Limonar Martínez. En 8 temporadas ganó 51 juegos y perdió 39, con porcentaje de .614 en 8 temporadas, salvó 28 juegos y permitió 43 jonrones en los 248 juegos que participó, esto último muy resaltado por los especialistas de la materia.

Hubo bateadores que le mencionaron como difícil de batear, uno de ellos fue Mickey Mantle, y nada de anécdotas o leyenditas a veces inventadas a propósito. Mantle lo dijo que de los tres pitchers que más difícil le resultó batear, Consuegra era uno de ellos.

Yogi Berra fue otra de sus víctimas, y mire que dominar a Berra no era cosa nada fácil, pero Consuegra se crecía cuando le lanzaba a los Yankees. Veamos la información que nos da Bob Vanderberg (2005) del Chicago Tribune sobre algunos juegos lanzados por el cubano contra los mulos:

8 de Agosto de 1953, juego en el Yankee Stadium con una asistencia de 68,529 personas. Consuegra en duelo con el zurdo Whitey Ford hasta que en el noveno Johnny Mize de emergente le disparó sencillo y empujó la única carrera del juego;10 de setiembre de 1953, nuevamente en Nueva York, el zurdo Gene Woodling disparó jonrón en el segundo inning, nuevamente el cubano perdió 1-0 y Eddie Lopat ganó el juego; 13 de junio de 1954, otra vez Woodling, en Nueva York, con 60,070 personas asistiendo al encuentro, le dispara jonrón por el jardín izquierdo, los Medias Blancas y Consuegra pierden 2-1 este juego; 22 de julio de 1954, en la octava entrada Enos Slaughter le suena línea directa al cuerpo del cubano, tiene que abandonar el juego, que concluye en el décimo por jonrón de Mickey Mantle previamente silenciado por el cubano.
En la liga profesional cubana, Consuegra fue líder en juegos lanzados (31) y juegos perdidos con 11 en la temporada de 1946-47, mientras que en 1949-50 fue líder en innings lanzados (162.1) y juegos perdidos (12). Jugó para Marianao (1946-47, 1949-53), Cienfuegos (1952-53, 1955-58). Personalmente le recuerdo lanzando para los Elefantes en la temporada de 1955-56 cuando el Cienfuegos se llevó el título de la liga profesional y luego ganó la serie del Caribe.

Su actividad concluyó lanzando en 1957 para el Vancouver de la liga de la Costa del Pacífico en 1957, cuando logró record de 7-0 y estupendo PCL de 1.99. Luego tiró en siete juegos para los Cubans en 1958 sin decisiones, y en 1961 terminó lanzando muy por debajo de su nivel para los Avispones de Charlotte de la Liga Sudatlántica.

Después de su retiro del béisbol, se estableció en Miami, trabajó en una línea aérea gracias a la ayuda proporcionada por el ex pelotero cubano, igualmente en Grandes Ligas, Francisco Campos. Luego trabajó como guardia de seguirdad, pero nunca en nada que ver con el béisbol debido a su pobre conocimiento del inglés.

Murió el 16 de noviembre de 2005 después de haber sufrido una fractura de cadera, a la edad de 85 años.

Bibliografía consultada

Bjarkman, Peter. A History of Cuban Baseball. Jefferson, North Carolina: McFarland & Co., 2007.

Costello Rory. 2011. Sandy Consuegra. SABR Baseball Biography Project. http://sabr.org/bioproj/person/b9ee98b4

González Echevarría, Roberto. 1999. La gloria de Cuba- historia del béisbol en la isla. Editorial Colibrí, Madrid, España. 720 p.

Menéndez Torre, Jorge. “El ‘Potrerillo”. http://www.poresto.net/ver_nota.php?zona=yucatan&idSeccion=19&idTitulo=1&#8230;
Rodríguez de Aragón, Roberto. “Rogelio Martínez, el grandioso ‘Limonar.’” Libre Online, June 9, 2010 http://www.libreonline.com/home/index.php?option=com_content&view=articl&#8230;

Vanderberg Bob. 2005. A fond adios to Sandy Consuegra. 29 diciembre. http://articles.chicagotribune.com/2005-12-29/sports/0512290226_1_sox-record-yankees-perennial-champs