Pete Gray, el pelotero de una sola mano

Pete fue un niño muy tenaz, el que pronto
aprendió a hacerlo todo con su brazo izquierdo,
incluido el deporte del béisbol.”
Anon.

 La afición beisbolera siempre se maravilló con la habilidad y pitcheo de Jim Abbott, hombre que fue parte importante de las selecciones amateurs de EE.UU. en 1997 y 1998, para luego lanzar durante 10 temporadas en la MLB. Abbott lo hacía todo con su mano zurda, aunque podía servirse de lo que le quedaba en la derecha para sostener su guante llegado el caso.

Sin embargo, muchos ignoran que antes de Abbott hubo otro pelotero que lo hacía igual, con la diferencia que carecía totalmente de mano derecha. Gray no era lanzador, de siempre jugó los jardines. Había nacido el 6 de marzo de 1915 en un sitio rural llamado Nanticoke, el cual se encuentra a unos 20 km de Scranton, Estado de Pensilvania. Sus padres eran lituanos, oriundos de Vilnius, de apellido Wyshner (el nombre original del pelotero era Peter J. Wyshner Jr.), los que como mano barata entonces se dedicaron a trabajar en las minas de carbón y también en los ferrocarriles. Si alguien tiene interés en saber en qué condiciones se trabajaba en esos lares, les invito a leer el libro “La jungla” del escritor Upton Sinclair.

A la edad de seis años, según describe Mel Marmer, Gray perdió el brazo derecho en un accidente mientras se subía al estribo de un camión de frutas y verduras. El conductor tuvo que detenerse de repente y Gray cayó y su brazo derecho quedó atrapado y destrozado en los radios de una rueda. Lo llevaron de urgencia al hospital, pero su brazo no pudo salvarse y fue amputado por encima del codo. Gray era diestro antes del accidente, por lo que tuvo que aprender a usar su brazo izquierdo para hacerlo todo.

Sus padres lo trataron como si fuera un niño normal, por lo que Gray se adaptó a su desgracia y aprendió también a jugar béisbol con una sola mano, la izquierda. El problema era al fildear la bola con el guante y de ahí lanzarla por lo que había que sacar el guante de la mano. Para eso Gray quitó el acolchado de su guante y lo situó en la punta de los dedos, con el meñique deliberadamente fuera del guante y así capturar la pelota, quitarse el guante y pasarla para tirar. Según Gray mismo aseveraba, el éxito estaba en que el meñique estaba doblado hacia arriba casi en ángulo recto.

Gray comenzó a jugar pelota en 1934 en un equipo de su localidad, lo hacía en el jardín central. Era efectivo ofensivamente, al extremo que alineaba como tercero al bate. No lo creerá, usaba un bate de 38 onzas, que manejaba con su mano zurda.

Su debut en pelota semipro fue en 1938 con un equipo de Scranton. Los cazatalentos le pasaban por el lado y como si no existiera. Dos años después se fue a Brooklyn, Nueva York para jugar en otro equipo semipro. Gray le dijo al manager, te doy 10 dólares, si no sirvo te quedas con ellos. El timonel del conjunto aceptó la oferta. Gray disparó dos hits, incluido jonrón. Al final del juego recibió 25 dólares.

Después del ataque de Pearl Harbor trató de servir en el ejército, pero sin éxitos, ser manco ya lo invalidaba. En ese período tuvo la suerte de ser visto por un cazatalento de la liga Canadiense-Americana, quien alabó el juego de Gray, pero ese ente no le dijo nada a sus superiores sobre la manquedad de Gray. Al final, con mucho escepticismo logró hacer el equipo de los zorros (Renards) de Trois Rivieres en 1942. Su ofensiva fue abundante, 61 hits en 160 vb y slugging de .413.

En setiembre de 1943 se publicó un artículo de Eladio Secades sobre Gray en la revista Bohemia, donde se alababa la actitud del pelotero y sus posibilidades de llegar a las Mayores. En ese año y en el siguiente Gray jugó para los Chickasaws de Memphis en la Asociación Meridional (entonces clase A1), donde bateó para .289 en 1943 y .333 en 1944.  Doc Pothro, manager del equipo de Memphis, comentó que los batazos de Gray eran líneas sólidas, todas ellas siempre con potencial se convertirse en extrabase.

Lo interesante es que Gray no cometió errores en 100 lances. Toda una excelencia defensiva en el jardín central. Secades relataba que Gray sabía retroceder y se estiraba en el momento justo para fildear los batazos difíciles, además de tener potencia en su brazo zurdo. A todas esas habilidades hay que agregar un mérito innegable, Gray no trasnochaba ni era dado a tomar bebidas alcohólicas, carecía de vicios.

Con tan buen juego y por el hecho de ser manco se convertía en una atracción para el público. Los estadios se llenaban al saber que Gray jugaría. Después de su extraordinaria campaña de 1944, los Carmelitas de St Louis no dudaron en adquirirlo por valor de 20 mil dólares.

El equipo de la Liga Americana, el que años después cambiara su sede para Baltimore, venía de ganar el campeonato de su liga en 1944 y de perder con sus vecinos, los Cardenales, la Serie Mundial 4-2. La idea era ver si se podía repetir el triunfo y atraer más concurrencia a los juegos en el Sportsman’s Park III con la presencia de Gray.

La realidad es que, al director de los Carmelitas, Luke Sewell, no le gustó mucho esa idea. Sewell lo puso a jugar el jardín izquierdo en el juego inaugural contra los Tigres, en el que bateó de 4-1, pero pasado las primeras 23 veces al bate, tenía solo 3 imparables y el banco no se hizo esperar. Gray odiaba que le cogieran lástima, entendía que debía ser tratado como cualquier otro pelotero.

El banco funcionó algo, ya que volvió al juego y bateó no poco en una racha que no duró mucho. Tampoco faltaron los graciosos y dispuestos a burlarse de Gray, pero no sabían que el muchacho no entendía de burlas. Uno de ellos fue el lanzador Sig Jakucki, al cual Gray derribó de un fuerte puñetazo por una burla. Le había puesto un pescado en el bolsillo del uniforme de Gray.

Con el regreso de muchos peloteros que se encontraban en los frentes de batalla durante la guerra, las posibilidades de Gray para continuar en el equipo grande se redujeron enormemente, por lo que fue bajado al conjunto de Toledo de la Asociación Americana (clase AAA), donde bateó para .250 en 48 juegos. En 1947 tuvo una disputa salarial y fue suspendido, entonces jugó algo para los Pioneros de Elmira de la Liga Oriental (clase A). Su última temporada en el béisbol organizado fue en 1949 con las Águilas de Dallas de la Liga Texas (clase AA). En lo sucesivo, se dedicó a jugar en equipos itinerantes hasta 1953.

Se sabe que una de las labores que Gray realizó después de su retiro del béisbol fue animar a los muchos lisiados de la guerra. Él los animaba a buscar formas de poder sobrevivir y de disfrutar los años aún por vivir. También sirvió de instructor de béisbol en centros educacionales.   

En 1986 se realizó un film para la TV sobre la vida de Gray, papel que fuera interpretado por Keith Carradine. William C. Kashatus escribió un libro sobre Gray llamado One Armed Wonder: Pete Gray, Wartime Baseball and the American Dream (Una maravilla de un solo brazo: Pete Gray, Béisbol en época de guerra y el Sueño Americano). Donde mismo nació, allí también falleció Pete Gray, a la edad de 87 años, el 30 de junio de 2002.  

Fuentes

Anon. 2018. Pete Gray: Baseball’s One-Armed Wonder. Sports History Weekly, June 29. https://www.sportshistoryweekly.com/stories/pete-gray-baseball-st-louis-browns-world-war-ii,527.

Baseball-reference.com. Pete Gray. https://www.baseball-reference.com/register/player.fcgi?id=gray–001pet

Marmer Mel. Pete Gray. SABR, https://sabr.org/bioproj/person/pete-gray/#_edn2

Secades Eladio. 1943. La maravilla de un solo brazo que puede llegar a las Grandes Ligas. Bohemia, 19 setiembre, pp. 38-39.

Escrito por Esteban Romero, 14 diciembre de 2020

 

La figura de Pablo Lafargue

“Sano de cuerpo y de espíritu, me mato antes de que la implacable vejez,
que me roba uno a uno los placeres y alegrías de la existencia y que me
despoja de mis facultades físicas e intelectuales, paralice mi energía y
rompa la voluntad y me convierta en una carga para mí y los demás.”
Nota dejada por Lafargue antes de su suicidio y el de su esposa Laura
26 noviembre de 1911, Draveil, Francia

Paul Lafargue y Laura Marx

Esta vez le toca el turno a la biografía de un cubano. Digo cubano, aunque el que suscribe no está seguro que así se sintiera este personaje célebre. Después de haber escarbado bastante en la biografía de Pablo Lafargue Armagnac en cubano o Paul Lafargue Armagnac en français, no he encontrado nada escrito por Lafargue sobre la tierra que lo vio nacer el 15 de enero de 1842 en la bella y folclórica Santiago de Cuba.

Nació en Cuba, hijo único en el seno de una familia de padre hacendado francés y de madre mestiza, cuyos abuelos maternos eran una india oriunda de Jamaica y un haitiano, llegado a la isla tras la revolución en la entonces isla de Saint-Domingue. Su padre también había abandonado Haití para continuar sus negocios de café en Cuba.

Así que Pablo en su niñez no sufrió necesidades de carácter material. Se dice que recibió instrucción primaria de la mano del también poeta y conspirador Francisco Muñoz del Monte.  

A mediados de 1851 François Lafargue, padre de Paul, y toda su familia partieron de Santiago de Cuba rumbo a Francia, concretamente a Burdeos, capital de Aquitania, tierra natal de François. Ese fue el adiós para siempre de Paul de la tierra que no lo vería más. Su madre escribió en ese momento que, Paul se llevaba la herencia de “la sangre de tres razas oprimidas” y también una conducta que nada tenía que ver con el estilo refinado europeo.

En Burdeos y Tolosa continuó sus estudios primarios-secundarios el niño y luego adolescente Paul, los que terminados le dieron la opción de estudiar medicina en la Universidad de París, cuyos estudios logró terminar. No obstante, convertido en médico, se dio cuenta que la política le atraía, era una época de revoluciones y no tardó en adherirse al movimiento del filósofo francés Pierre-Joseph Proudhon, iniciador del movimiento anarquista, el cual unió fuerzas con otros políticos como los rusos Mikhail Alexandrovich Bakunin, Piotr Alexeivich Kropotkin y el italiano Errico Gaetano María Pasquale Malatesta.

Ya antes de 1865 Lafargue se declara socialista, materialista y ateo, y comienza a colaborar en la revista “Rive Gauche” (Orilla de Izquierda). Fue en ese año que conoció al filósofo y economista alemán Carlos Marx en Londres. Lafargue se adhirió entonces a la I Internacional. Poco después fue nombrado miembro del Consejo de esa organización. En ese período fue que conoció a su media naranja, Laura, la segunda hija del matrimonio de Marx con Jenny von Westphalen. Esa relación no fue muy del gusto de Marx, quien llamó a Lafargue y le hizo saber que estaba en la obligación de reconsiderar su modo de hacerle la corte a su hija. Marx se oponía a los toqueteos u otras manifestaciones de cariño de Lafargue para su novia. Tampoco le agradaba Lafargue, a quien llamaba el Negro, por el color de su piel. Esto es algo recogido por varios autores e incluso algunos biógrafos, lo cual indica que Marx no era tan ideal como lo pintan los historiadores como Afanasiev. Tenía sus prejuicios y no pocos con respecto a las personas provenientes del mundo entonces colonizado.

Así y todo, cabe señalar que Lafargue era un hombre incansable, participante en múltiples actividades a favor de la causa del proletariado. De forma resumida:

  • Participante en la sección francesa de la “Asociación Internacional de Trabajadores” (AIT), que fuera conocida como la Primera Internacional) y miembro de su Consejo General.
  • Libre pensador, ingresó en la logia Masónica L´Avenir, algo contradictorio si se había declarado ateo. Es de suponer que su afiliación haya durado hasta que se unió a los políticos comunistas.
  • Se opuso al régimen de Napoleón III, por lo cual fue expulsado de Francia en 1865.
  • En 1870 Lafargue llegó a España, donde colaboró con el movimiento obrero español, y se convirtió en uno de los dirigentes socialistas del país. Junto a Laura, les hablaba a los obreros españoles sobre las ideas de Marx y Engels.
  • Juan José Morato, sin restarle mérito a Pablo Iglesias como fundador del PSOE, reconoció que el Partido Socialista debió su creación en buena medida a la labor inicial desplegada por Lafargue.
  • Traductor al francés de la obra magna de su suegro, “El Capital”, y Marx no dejó de criticarlo, ya que alegaba que Lafargue trataba de simplificar sus escritos con traducciones no fieles a todo lo que aparecía en texto. Lafargue hacía este trabajo en unión de Laura Marx, que conste.
  • De regreso en Francia, colaboró con los diarios L’Egalité Socialiste y L’Humanité.
  • Dirigió el Congreso de la II Internacional Socialista (1889).

En el tiempo de actividad política en España, el hijo de Lafargue y Laura, Etienne fallecía el 2 de julio de 1872, triste evento que aceleró la salida de la pareja franco-alemana de España de regreso a Francia. Retorno nada agradable, pues a la llegada a París, Paul fue arrestado por las autoridades locales. Liberado se dio a la tarea de la organización del Partido Obrero Francés conjuntamente con Jules Guesde, uno de los primeros dirigentes de ese partido.

A Lafarque se debe también la adopción del Primero de Mayo como día de los obreros, fecha adoptada en el Congreso de la Internacional Socialista de 1889.

Mucho de lo que pudo hacer Lafargue se debió a la fortuna heredada de su padre, la que un buen día terminó, por lo que Paul y Laura se vieron en la necesidad de vivir también del sostén dado por Federico Engels.

Aunque Lafargue hay que verlo como un activista muy dinámico del movimiento socialista del siglo XIX, él fue capaz de escribir algunas obras, entre ellas:

  • El socialismo y la conquista de los poderes públicos (1899)
  • El determinismo económico en Karl Marx (1909)

Sin embargo, su obra más famosa, quizá por ser la más atrevida, fue “Le droit a la paresse” o “El derecho a la pereza (1883)”. Vaya coincidencia, justamente concluida su escritura en el año de la muerte de su suegro, Carlos Marx. El que suscribe no cree haya entendido cabalmente lo que Lafargue deseaba manifestar después de leída esa obra. Es cierto que el ocio ha sido un lujo de las clases ricas, lo que les ha permitido estudiar y apreciar obras artes y teatrales, por lo que luchar por las ocho o menos horas de trabajo diario es una reivindicación para que los trabajadores puedan superarse. Al parecer, a Vladimir Ilich Lenin no le debe haber gustado mucho esa obra, ya que fue el líder bolchevique quien pronunció el principio socialista “El que no trabaja no come”.

Los diferentes críticos de “El derecho a la pereza” lo han visto a su manera. Unos hablan de hedonismo, sinónimo de búsqueda del placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida, otros de sátira del mundo laboral. Otros dicen que es el derecho, no a la vagancia, sino al ejercicio libre del culto a la ciencia, al arte y al entretenimiento. Muy bien todo, pero sin olvidar que el valor de un bien o servicio está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirlo, sobre lo cual Lafargue no escribió.

No se puede pretender tener confort y bienestar sin bienes de consumo, incluido los alimentos, por lo que sin trabajo no hay nada. Las masas han sido explotadas por el gran capital, de acuerdo, pero nadie puede prescindir de muchas cosas necesarias para la vida. La agricultura implica trabajo, a veces trabajo duro, pero sin ella no habría producción de alimentos. Así que la poesía es válida cuando el estómago está lleno y otras necesidades satisfechas también. Es posible que el título no haya sido el más adecuado, ya que su intención en todo caso fue denunciar la explotación a la que estaban sometidos miles de obreros en el mundo, con horarios prolongados de trabajo diario.

Otro aspecto que me llamó siempre la atención es saber que dijo Lafargue de la tierra que le vio nacer. Durante la segunda mitad del siglo XIX Cuba sufrió tres guerras, una reconcentración en 1896, entiéndase como bloqueo forzoso de los agricultores para así evitar ayudas de alimentos a los insurrectos cubanos, lo cual se tradujo en hambrunas y epidemias. Seguros todos estamos que Lafargue enterado estaba de lo que ocurría en Cuba, pero ni una palabra de su parte al respecto, nada.

Roa afirmó que Lafargue habló a favor de la independencia de los países de América del Sur: “El estado mayor capitalista que administra la riqueza nacional inmovilizada en los trusts y ferrocarriles, dirige la política; prepara una federación panamericana, reverso agresivo de la doctrina Monroe, y fuerza al gobierno de Estados Unidos a transformarse en protector de las naciones de América del Sur para acaparar sus mercados en detrimento de la industria europea y a negar la tradicional política pacifista para lanzarse en el camino del imperialismo, a la conquista de colonias y despensas.”

De acuerdo, pero ¿era tan difícil hacer un paréntesis y hablar de las miserias en su tierra natal? ¿Hablar de los miles de cubanos que se lanzaron al campo de batalla por la independencia de su país? Cabrera Peña menciona un hecho que lo dice todo. Un grupo de revolucionarios cubanos se le acercó a Lafargue para solicitar de él su apoyo a la causa independentista cubana. La respuesta fue: “Una huelga en Francia vale más que todas las guerras cubanas.

El último hecho fue el suicidio de él junto a Laura. Cada persona es un mundo y hay veces que existen condiciones que obligan a tomar decisiones difíciles o la más difícil, lo es la muerte. Es cierto que ellos estaban pasando por una difícil situación económica, pero como ellos había miles de obreros en todo el mundo en situaciones muy adversas. ¿Qué mensaje se le trasmite a la clase oprimida cuando sus consejeros se suicidan? La vejez es un tesoro en la vida de cualquier ser humano, se afrontan problemas, es cierto, pero no es para darla como una justificación.

Fueron al cine y al regreso Paul inyectó ácido cianhídrico en el cuerpo de Laura y en el suyo. Hay quien afirma que lo tomaron en un té azucarado. Dejaron una nota para la repartición de los pocos bienes dejados, algún alimento para su perro, parte de lo que escribió aparece al inicio de este escrito.

La incineración de Paul y Laura tuvo lugar en el cementerio Pere-Lachaise el 3 de diciembre de 1911, a la cual asistieron figuras como Édouard Vaillant, Jules Guesde, Jean Jaurès, Karl Kautsky, Alexandra Kollontaï, y Vladimir Ilich Lenin y su esposa Nadia Krupskaya.  

A pesar que Lenin habló favorablemente en la ceremonia de incineración de los restos de la pareja Lafargue-Marx, después el líder bolchevique escribió: “Si puede en lo que sea, ser útil todavía a la clase obrera, por ejemplo, escribir, aunque no sea más que un artículo o llamamiento, no tiene derecho a suicidarse.” El estalinismo, por su parte, se encargó de esconder su obra “El derecho a la pereza”, prácticamente quemarla y desaparecerla de la vista de los ciudadanos soviéticos y luego de aquellos en las llamadas democracias populares. No obstante, ese empeño fue infructuoso y recuperado por otros pensadores en el mundo occidental.

En resumen, Paul Lafargue fue un personaje sumamente dinámico dentro del movimiento socialista del siglo XIX e inicios del XX, capaz de promover y concretar la organización de sindicatos, agrupaciones progresistas, partidos de izquierda. No era un teórico destacado, lo que no significa que no tuviera ideas propias, las que incluso podían diferir de las que poseía su suegro, Carlos Marx. Era más que todo un activista de primer orden. No es de creer que se haya preocupado por Cuba, no hay nada que así lo demuestre. Lafargue se sentía ante todo francés y luego, como nacido en una colonia española, como español. Por lo tanto, no es para que se pinte a Lafargue como patriota cubano, todo lo que se diga al respecto es parte de un mito, lejos de la realidad. Así y todo, merece ser recordado por los socialistas del mundo actual por sus distintos aportes a la causa que él abrazó.  

Fuentes consultadas

Cabrera Peña M. (s/a). “Martí y Lenin”, y un mulato cubano entre los Marx. Miradas Paralelas. https://www.angelfire.com/planet/islas/Spanish/v6n18-pdfs/71-75.pdf

Castro Jiménez J.A. (s/a). Lafargue, Paul (1842-1911). La web de las biografías. http://www.mcnbiografias.com/app-bio/do/show?key=lafargue-paul

Gutiérrez Álvarez Pepe. 2012. La muerte escogida de Paul Lafargue y Laura Marx. Kaos en la red, 13 Oct. https://rebelion.org/la-muerte-escogida-de-paul-lafargue-y-laura-marx/

Lafargue P. 2008. El derecho a la pereza. Marxists Internet Archive, pp 24.  

Lima Lioman. 2018. Paul Lafargue, el yerno cubano de Karl Marx que defendía «el derecho a la pereza». BBC news, 5 mayo. https://www.bbc.com/mundo/noticias-43970659

Moreno V. et al. 2009. Biografía de Paul Lafargue. Buscabiografias.com. https://www.buscabiografias.com/biografia/verDetalle/5666/Paul%20Lafargue

Muñoz Vadillo Julián. 2017. Bajo el influjo de un italiano y un francés. Dialnet No. 37, pp 175-203. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=6228678

Roa R. s/a. Evocación de Pablo Lafargue. http://files.sld.cu/digitalizacion-bmn/files/2018/06/0045-9178197300580001.pdf 

Suárez García A. 2017. Pablo Lafargue: el yerno de Carlos Marx. 5 Septiembre, 26 Nov. http://www.5septiembre.cu/pablo-lafargue-yerno-cubano-karl-marx/

Escrito por Ricardo Labrada, 2 diciembre de 2020

Música caribeña que me hizo recordar la India

En la India se recicla todo, hasta los sueños.
Shashi Tharoor (1956, politico indio)

Hay canciones o melodías que recuerdan momentos de uno en la vida. De eso puedo dar fe y referirme a muchos pasajes de mi niñez en Cuba, los que asocio con algunas canciones en el hit parade nacional en cada momento. Este que cuento hoy no tuvo como escenario Cuba. Me sucedió un buen día que mi familia estaba componiendo un arbolito de navidad en Valencia, España, por lo que puse alguna música en el aparato de CD. Lo inicié con Oscar D´León y sus pegajosos montunos, música con mucha influencia cubana, luego cambié para otro y en el acto me surgió el recuerdo de mi primer viaje a la India en febrero de 1990.

Era la segunda vez que visitaba Asia, pero la primera a la India. Estar allí me hizo recordar a la figura de Mahatma Gandhi, Śrī Pandit Jawāharlāl Nehru y su hija, Indira Gandhi. En la India hay mucho para ver, su capital Nueva Delhi tiene lugares interesantes: el antiguo palacio mogol el Fuerte Rojoo Lal Qila, la Puerta de India, todo un tributo a los caídos en la I Guerra Mundial, el memorial de Raj Ghat o Patio Real, donde permanecen las cenizas del cuerpo de Gandhi incinerado y muchos otros lugares más.

El autor en la Puerta de la India en Nueva Delhi

Si se te antoja, puedes ir a Agra, un recorrido de algo más de tres horas en coche desde Delhi, y visitar esa maravilla del mundo conocida como Taj Mahal (Palacio de Corona), un verdadero monumento al amor, como así le llamé en un artículo anterior (2015).   

En el Fuerte Rojo, Nueva Delhi

En el entra y sale del hotel en Nueva Delhi para los lugares a visitar o las oficinas, todas en función de trabajo, a uno le llegaba al oído piezas musicales con ritmo y atractivo, algunas de ellas con mucha percusión, las que suelen a uno acompañarlo todo el tiempo de visita a algún templo o cuando pasa cerca de los mercados, los que sobran en la India.

Un buen día hablé con el colega hindú que nos atendía y le pedí me llevara a lugar de venta de casetes musicales. Cuando hubo un tiempo me complació. La idea era comprar algo hindú de lo que había oído. Para mi sorpresa, allí se escuchaba unas piezas muy rítmicas que nada tenían que ver con la india. Me sabía a una mezcla de pop con ritmos caribeños, por no llamarle cubanos.

El Raj Ghat en Delhi

Pregunté qué grupo musical era y me dijeron, Miami Sound Machines. Miré la caratula del casete y me añadía a una tal Gloria Estefan. No lo pensé mucho y lo compré. Era la segunda vez en mi vida que me pasaba algo similar. En una ocasión en Londres (1972), había ido a una tienda de discos, iba buscando algo de Tom Jones. En el lugar se escuchaba otras piezas rítmicas y originales, miré la caratula y me decía Abraxa, Santana, costaba más de dos libras, no me lo pude llevar, se iba por encima de mi presupuesto. Supe que el guitarrista y jefe del grupo era Carlos Santana. No obstante, un mes después lo adquirí en Galerías Preciados en Madrid, donde todo costaba mucho menos que en Londres.

El autor en el Taj Mahal

¿Quién era Gloria Estefan? En Cuba nunca la había oído. Vaya hombre, resulta que era una cubana o más bien, nacida en Cuba, aunque criada en Florida. Su nombre real es Gloria María Milagrosa Fajardo García, nacida el 1 de septiembre de 1957 en la Habana. Su familia tuvo que salir rápido de Cuba el 1 de enero de 1959, ya que su padre se dice era guardaespaldas del dictador Fulgencio Batista.

El casete comprado traía el álbum “Let it loose”, lanzado en 1987, donde dos canciones me hacen siempre recordar la India, una es “Can’t stay away from you”, una pieza muy romántica, tiene mucha razón cuando dice “Time flies when you’re having fun” (El tiempo pasa cuando uno se divierte). La otra era la conga “1,2,3” y su estribillo “Come on baby say you love me” (Ven cariño y dime que me amas). El resto de las canciones son preciosas igualmente, pero las que más recuerdo son esas.

Así que el arbolito de navidad fue motivo para volver a oír alguno de los éxitos tempranos de Gloria Estefan y recordar varios sitios visitados en la India en aquel entonces.

Escrito por Ricardo Labrada, 12 diciembre de 2020

“Rebelión en la granja” de George Orwell

Siempre es peligroso para los pueblos dejar
todo el poder en manos de un solo hombre”.
Francisco I. Madero (1873-1913 político mexicano)

Hay que tener imaginación para reflejar un mundo lleno de persecución innecesaria en otro dominado por animales y no seres humanos. Con mucho arte se ilustra las calamidades de la desaparecida Unión Soviética en la década de los años 30, el culto a la personalidad, donde las masas van detrás del líder cantando letras sin sentido, realizando esfuerzos extraordinarios en horas extra de trabajo para llegar a algo.

La envidia política, el golpe bajo y la autocracia campean en el entorno de la Granja de Animales, donde se hacen prevalecer los derechos de los cuatro patas y se desprecia el de los opresores con dos patas. Imaginemos un ambiente así con un autócrata de cuatro patas, el que silenciosamente se entrena a diario para llegar a ser otro bípedo en la vida real.

La doble moral, el discurso de falsas hazañas, las de un abastecimiento y bienestar jamás cumplido, con un jefe siempre escondido, taciturno, y un vocero muy hábil y capaz de retorcer hasta las consignas que dieron lugar a una rebelión en su día. Le siguen las masas ignorantes, las que no se sientan ni un rato a meditar lo que ocurre, esas que aceptan explicaciones irrazonables por padecer de una idolatría enfermiza.

Eso es Rebelión en la Granja (Animal Farm), que podría también llamarse la Mentira Permanente o el Engaño a las Masas. Unos supuestos líderes impulsan sus ideas a través de lemas y mandamientos para negar todo lo existente anteriormente, mientras que el tiempo se encarga paulatinamente de demostrar que nada ha sido sincero y que lo positivo no será el producto final de la obra.

Los líderes ya caminan en dos patas, organizan banquetes con bebidas de alto precio, duermen en camas lujosas, se comportan al mismo nivel que el amo anterior, al que echaron de casa con su rebelión. Los lemas iniciales son prohibidos, ya no convienen. La población no mejora, la pobreza económica crece y las promesas quedan en el olvido. Al final la sociedad languidece y los más viejos viven del recuerdo de los ideales por lo que lucharon y que ahora son parte de una grave omisión.  

Este escritor de ideas socialistas, combatiente en las filas de los republicanos en la Guerra Civil de España, tuvo el mérito de describir toda esta tragedia en pocas páginas y con el mérito de reflejarlo en un mundo animal, de hecho, surreal.

Escrito por Esteban Hernández 26 noviembre de 2020

Monte Irvin, una estrella dondequiera que jugó

Yo quería ser un verdadero jugador de béisbol.
No sabía si jugaría algún día como profesional.
No sabía si podría llegar a las Ligas Mayores.”
Monte Irvin

Cuando se hable de pelotero integral en el terreno de béisbol, un referente siempre será Montford Merrill Irvin, más conocido como Monte Irvin, cuyo juego fue también disfrutado por la afición cubana en las temporadas de la liga profesional de 1947 al 1949.

La dueña de las Águilas de Newark, la famosa Effa Manley, afirmaba que Irvin era el pelotero más cualificado por su equilibrado temperamento, carácter, habilidad, sentido de lealtad, físico, moral, edad y experiencias para haber sido el primer pelotero afro- estadounidense en jugar en las Grandes Ligas de los blancos. Como sabemos, Branch Rickey no era de la misma opinión y se decidió por Jackie Robinson. No obstante, Irvin estaba en la cantera principal para engrosar las filas de algún equipo ligamayorista.

Esta estrella beisbolera nació el 25 de febrero de 1919 en Haleburg, Alabama, en el seno de una familia de 13 hijos, Monte fue el octavo en la lista, de padre aparcero, de los que cultivaban un pedazo de tierra cedido por un terrateniente y que luego, a la hora de la cosecha, tenía que compartir sus ganancias con el dueño.  Monte Irvin como su familia conocieron la explotación despiadada y la violencia congénita de la sociedad del sur de EE.UU. Fue por esa razón, que la familia Irvin se vio en la necesidad de trasladarse al norte del país en busca de mejoras en todos los sentidos. Orange, Nueva Jersey fue el nuevo lugar de residencia, donde Monte inició la escuela, practicó hasta cuatro deportes, entre ellos el fútbol americano, lanzador de clase de la jabalina, además de otras especialidades de campo y pista, sin el béisbol dejar de ser su primera pasión.

Llegado a la escuela superior de Orange, ya medía 183 cm, Monte había decidido jugar béisbol en las Ligas Negro. Su posición fue el jardín central de las Águilas de Newark. Su debut se hizo con un nombre falso, Jimmy Nelson, para preservar su estatus de amateur. Siempre se le vio con habilidades para jugar perfectamente los jardines, pero la fuerza de su brazo y su rapidez le ayudaron también a jugar la antesala y el campo corto, esta última jugada en el año de su debut (1938).

En 1939 jugó mayormente la antesala y promedió .257 al bate, pero en las siguientes tres temporadas Monte se destapó al batear para .371 en 1940, .395 en 1941 y .412 en 1942. Le seguían pagando lo mismo, por lo que exigió un aumento salarial, el que no se llegó a materializar. Fue entonces que Monte decidió irse a México, donde los hermanos Pasquel le pagaban un buen pastón.

A partir de 1940 Monte jugó en cuatro temporadas de la invernal puertorriqueña, donde bateó con productividad, promedio de .322 y MVP en la temporada de 1945-46. Monte afirmaba que Puerto Rico le sirvió para prepararse mejor en el béisbol y poder llegar a las Grandes Ligas.

En México se sintió a sus anchas, no tenía problemas para albergarse en cualquier hotel, comer en cualquier restaurante, caminar por doquier, era bien pagado y con buen ánimo, su producción ofensiva no se hizo esperar en las filas de los Azules de Veracruz, donde se llevó la triple corona en 1942, promedió .397, conectó 20 jonrones e impulsó 79 carreras.

En 1943 casi no jugó, a México ni soñarlo, el servicio militar lo reclutó en el Servicio General de Ingenieros, todo el personal era afro, pero los jefes blancos, donde Monte tuvo que servir en la construcción de vías y puentes en Inglaterra, Bélgica y Francia. El pelotero en sus memorias se quejaba del maltrato que sufrieron los negros durante el servicio militar. Monte fue desmovilizado en setiembre de 1945 e inmediatamente se incorporó al juego activo con sus Águilas, ya entonces defendiendo el jardín derecho de su conjunto.

Su juego continuó en 1946 y con la alegría de la victoria. Las Águilas contaron con el eficiente pitcheo de Leon Day y el bateo descomunal de Monte Irvin (.404). La Serie Mundial fue un enfrentamiento de las Águilas contra los Monarcas de Kansas City, equipo que venía con dos lanzadores de experiencia y efectividad, Satchel Paige y Hilton Smith. Monte siguió suelto al bate, disparó 3 cuadrangulares y promedió .462. Su equipo se llevó la victoria en 7 juegos. En ese mismo año Jackie Robinson había debutado con los Reales de Montreal, sucursal de los Dodgers de Brooklyn. Jackie se preparaba para dar el gran salto en 1947. El famoso James Thomas Bell, más conocido como Cool Papa Bell, reafirmaba lo dicho por Effa Manley. No había pelotero joven negro con más habilidades que Monte Irvin, bueno al bate de tacto y de largometraje, buen corredor, buen brazo, podía hacerlo todo bien. Ese criterio era compartido por el gran receptor Roy Campanella.

No fue hasta 1949, tenía 30 años, que Monte Irvin fue contratado por los Gigantes de Nueva York. Como él decía, “debí haber llegado diez años antes”. En resumen, había jugado 10 temporadas en las Ligas Negro, donde promedió para .347.  

Previamente Monte jugó en la profesional cubana, con los Alacranes del Almendares. Su primera temporada fue en 1947-48, donde militó junto a peloteros de su liga como Sam Jethroe, Gene Benson, el tunero Cleveland Clark, Hiram González y el cienfueguero Charles Pérez en los jardines, mientras que en el cuerpo de lanzadores estaban Conrado Marrero, Octavio Rubert, René “Tata” Solís, Ángel “Catayo” González y Jorge Comellas entre otros, conjunto dirigido por Fermín Guerra, que quedó en el segundo lugar de la justa, aventajados por el Habana de Miguel Ángel González. El desempeño de Irvin en esta temporada fue modesto y por debajo de las expectativas. Promedió .242 y conectó solo 4 extrabases.

La temporada de 1948-49 el Almendares prácticamente aplastó a sus rivales y sacó cómoda ventaja de 8 juegos sobre los Leones del Habana. Monte Irvin fue pieza importante de la ofensiva de este equipo, conectó 30 extrabases, fue líder en jonrones en la justa (10) e impulsó 53 carreras, una menos que el líder, su coterráneo, Lennox Pearson. Junto con Al Gionfrido y Sam Jethroe conformaron un trío de lujo en los jardines. A continuación, vino la I Serie del Caribe, la que se efectuó en la Habana, donde Irvin volvió a demostrar su clase, bateó para .389, conectó 1 triple y 2 jonrones e impulsó 11 carreras.

Su inicio en el béisbol profesional de la MLB fue con los Gigantes de Jersey City de la Liga Internacional, donde bateó demasiado (.373) para dejarlo en ligas menores. Fue así que el 8 de julio de 1949 debutaba en la Liga Nacional. Para su suerte, en el equipo ya jugaba el jardinero Hank Thompson, el que en ese momento defendía la segunda base. Dicen que el manager Leo Durocher le dio la bienvenida y lo presentó al resto de los peloteros, entre ellos Johnny Mize, Bobby Thompson, Buddy Kerr, Larry Jansen y Sheldon Jones entre otros. Durocher les dijo que no le importaba el color de la piel de Irvin y Hank Thompson, lo que importaba era que jugaran bien a la pelota y aportaran a los triunfos del equipo. No estoy seguro de que Durocher haya dicho eso en ese momento, ya que igual discurso se dice que dio en el momento que Jackie Robinson entrenaba con los Dodgers en 1946.  

El debut de Monte Irvin se limitó a una comparecencia al cajón de bateo para recibir una base por bolas en juego contra los Dodgers en el Ebbets Field de Brooklyn. Al siguiente día, de emergente se ponchó. El 16 de julio nuevamente como emergente se fue en blanco. Finalmente, el 18 de julio abrió jugando la antesala y bateó de 4-2, incluido doble y una base por bolas. Era el inicio del despegue de la superestrella. Su primera temporada fue modesta realmente, promedio de .224 y ningún jonrón en 36 juegos.

En 1950 abrió jugando con los Gigantes de Jersey City, en 18 juegos promedió la bestialidad de .510 ofensivamente, incluido 32 extrabases. No había más remedio que subirlo con urgencia. En el equipo grande lo hizo bien, .299 de promedio, con 39 extrabases y 66 empujadas.

Para la campaña de 1951 Irvin tenía su posición como regular en los jardines. Hank Thompson defendía la antesala, mientras que en el jardín central se estrenaba un pelotero de nombre Willie Mays, que sonaría muchísimo. El receptor de reserva era el cubano Rafael Noble. Así que la tropa del Polo Ground se enriquecía con peloteros de las Ligas Negro, lo que ayudó a que los Gigantes ganara el título de la Liga, usualmente en manos de sus rivales Dodgers. Irvin bateó para .312, conectó 54 extrabases (24 jonrones) y fue líder en carreras impulsadas (121) en la Liga Nacional. Les tocó enfrentarse a los mulos de Manhattan en la Serie Mundial, en la que sucumbieron en 6 juegos. No obstante, Irvin bateó 11 hits en 24 veces al bate, incluido triple y 2 empujadas.

Comenzó a todo tren la campaña de 1952, llegó incluso a ser escogido al juego de las Estrellas, pero solo pudo participar en 46 juegos, ya que se fracturó el tobillo y fue baja por el resto de la temporada. Larry Hogan tenía toda la razón al afirmar que la baja de Irvin fue la brecha que permitió a los Dodgers volver a ganar el campeonato de la Liga Nacional en 1952.

A pesar de la caída de los Gigantes en 1953, cuando finalizaron quinto en la tabla de posiciones de la Liga, probablemente por la ausencia de Willie Mays al estar cumpliendo el servicio militar, Irvin regresó al juego activo, promedió .329, conectó 47 extrabases e impulsó 97 carreras.

Mays regresó en 1954 y los Gigantes tomaron su tamaño. Lograron llevarse el banderín con 5 juegos de ventaja sobre los peligrosos Dodgers. Mays resultó ser el MVP de la Liga Nacional, promedió .345 y disparó 87 extrabases, incluido 41 jonrones. Esta vez Monte Irvin bateó menos de lo acostumbrado (.263), pero puso su granito de arena con sus 35 extrabases y 64 impulsadas. Era el segundo título de Leo Durocher en 6 temporadas como timonel de este equipo.

El adversario en la Serie Mundial fueron los Indios de Cleveland, que venían dirigidos por el cubano-americano Al (Alfonso Ramón) López y que contaban con figuras eficientes como Beto Ávila, el inicialista Vic Wertz, el jardinero Larry Doby, el antesalista Al Rosen, y un cuerpo de lanzadores de alto calibre: Bob Lemon, Earl Wynn, Mike García y el veterano Bob Feller.

Los Gigantes no creyeron en Indios y después de un reñido primer juego, donde Willie Mays realizara el engarce de película, de espalda al home sobre batazo de Wertz en la octava entrada (única vez que falló el inicialista, se fue de 5-4, incluido triple y doble), los Gigantes se elevaron y en la décima entrada el emergente Dusty Rhodes le disparó jonrón con 2 en base al siempre eficiente Bob Lemon para lograr la primera victoria, triunfo que no pararía hasta la pollona en cuatro juegos. Irvin realmente no estuvo al nivel mostrado en la Serie Mundial de 1951. Solamente conectó 2 sencillos en 9 veces al bate e impulsó 2 carreras.

Las últimas dos temporadas de Irvin fueron de ofensiva aceptable, pero lejos del nivel mostrado de 1950 a 1953. A la edad de 37 años, con algunas lesiones en su físico, decidió retirarse del juego activo. Su última temporada fue con los Cachorros de Chicago, promedio de .271, con 31 extrabases y 50 impulsadas.

En las 10 temporadas acumuló 731 hits en 2499 veces al bate, incluido 97 dobles, 31 triples y 99 jonrones, con 443 impulsadas, promedio de .293 y OBP de .383.  

A su retiro se dedicó al trabajo de cazatalentos para los Mets durante 1967 y 1968. Más tarde se incorporó al trabajo de la MLB como ente de relaciones públicas, primer ejecutivo afro en esa organización.

Su exaltación al Salón de la Fama de México le llegó en 1972, mientras que en 1973 fue exaltado al Salón de la Fama de las Ligas Negro y al de Cooperstown por decisión de un comité especial para peloteros de las Ligas Negro. También fue exaltado al salón del béisbol de Puerto Rico. Más que esos premios, Irvin tiene uno muy preciado, ser bien recordado en todos los lugares donde jugó. El gran pelotero falleció a la edad de 96 años el 11 de enero de 2016 en Houston, Texas.

Fuentes

Anon (s/a). Monte Irvin. National Baseball Hall of Fame. https://baseballhall.org/hall-of-famers/irvin-monte

Anon (s/a). Monte Irvin. Seamheads.com. https://www.seamheads.com/NegroLgs/player.php?playerID=irvin01mon

Anon (s/a). Monte Irvin. Baseball-reference.com. https://www.baseball-reference.com/players/i/irvinmo01.shtml

Figueredo, Jorge S. Cuban Baseball: A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Company, Inc. Publishers, Jefferson-North Carolina-London. 544 p.

Hogan Larry. 2015. Monte Irvin. Society for American Baseball Research. https://sabr.org/bioproj/person/monte-irvin/

Riley J.A. 1994. Biographical Encyclopaedia of the Negro Leagues Baseball. Carroll & Graf Publishers, Nueva York, p. 407-409.

Rodríguez Mayoral, L. 2020. Monte Irvin: Inmortal pelotero que siempre amó a Puerto Rico. Béisbol 101, 27 febr. https://www.beisbol101.com/monte-irvin-inmortal-pelotero-que-siempre-amo-a-puerto-rico/

Romero Esteban. 2019. El origen de las series del Caribe y el primer torneo en 1949. Deportescineyotros.com. https://deportescineyotros.com/2019/07/12/el-origen-de-las-series-del-caribe-y-el-primer-torneo-en-1949/

Escrito por Esteban Romero, 3 diciembre de 2020

“Como Polvo en el Viento” de Leonardo Padura

Hemos de hallar lo universal en las entrañas de lo local y,
en lo limitado y circunscrito, lo eterno.”
Miguel Unamuno (1864-1936, filósofo español)

El escritor cubano Leonardo Padura se ha convertido en un creador de relatos muy actuales sobre la realidad cubana, la que se creó a partir de 1959. “Como polvo en el viento” es probablemente su mejor obra al respecto, donde abiertamente se dicen las cosas como son.

El éxodo cubano tiene sus causas, más que todo, en la escasez material a la que se ha visto sumida la nación durante más de seis décadas. Lo más elemental se pierde y no aparece, el suministro de alimentos ha sido oscilante, unos años aceptables antes de 1990 y luego toda una debacle. Es el mundo de las ilusiones perdidas, que lleva a muchos a apartarse de todo aquello en lo que una vez creyeron.

Padura relata todo tal y cual, no hay evento en el país que deje de mencionar, todo eso hilvanado en una historia de exilio y dispersión, además de penurias de los que quedaron atrás en la tierra natal, los que sobreviven gracias a las generosas ayudas de sus amigos y familiares en el exterior. Esa solidaridad es muy cierta, de no haber existido, muchos hoy estarían en una posición difícil caso de haber sobrevivido.

Particular énfasis se hace en la amistad entre compañeros y amigos, la que perdura con los años y permanece en recuerdos que lo hacen a uno rememorar la canción del programa cómico “San Nicolás del Peladero”, “que, tiempos aquellos que ya pasaron y no volverán”. Es la nostalgia de algo perdido por causas materiales, pero también otras por censuras, prohibiciones y otras medidas que enferman y no favorecen a la sociedad.

Las diferentes etapas a partir de 1959 son reseñadas hasta llegar al llamado Período Especial, que se describe con claridad y sus consecuencias. No es todo es culpa del enemigo, las del dueño de la casa igualmente se muestran. 

Padura es un escritor muy avezado en materia de suspense en sus novelas policiacas anteriores. En esta obra ese ingrediente no falta. A su vez, se describen lugares diversos de Europa y EE.UU. con bastante acierto, señal del nivel de consulta y experiencia propia vertido en su exposición.

El amor, el erotismo y el choque sexual no están ausentes, como tampoco la existencia de bisexuales y homosexuales, los que aparecen como algo natural, nada extraño en la sociedad cubana de siempre. Uno de los varios héroes de la novela, por su inteligencia y su profundidad de pensamiento, es un homosexual.

Para meditar son aquellas partes en que se discute lo que son los cubanos, si algún día volverán o permanecerán en tierra ajena con los recuerdos y un sentido extraño de pertenencia.

Una vez comenzado a leer el libro, amigo lector, le aseguro que no se desenganchará hasta terminar de leer la obra.

Escrito por Esteban Hernández, 25 noviembre de 2020

Apuntes sobre Babe Ruth, el mejor slugger de todos los tiempos

Cada strike me acerca a un próximo jonrón.”
Babe Ruth

En estos días leía un artículo con muchos detalles del famoso Babe Ruth, salido al día siguiente de su muerte, lo cual me incentivó a leer un poco más de la vida de este pelotero, probablemente el más famoso en la historia de este deporte.

A la edad de 53 años falleció George Herman Ruth Jr., afectado de cáncer de garganta. Ocurrió el 16 de agosto de 1948 a las 7 de la noche y 1 minuto en hospital de Nueva York. El Bambino había caído en un estado inconsciente del cual no se recuperó. Dormía placenteramente, dicen los médicos, era como si se encaminara al cielo. Ruth llevaba convaleciente más de dos años hasta su fallecimiento.

Previamente lo atendió el sacerdote Thomas H. Kauffman del templo Santa Catalina y que había trabajado en el mismo orfelinato, donde transcurrió gran parte de la niñez de Ruth.

Al extraordinario bateador zurdo le habían llegado miles de mensajes de admiración y deseos por su recuperación, los que Ruth no pudo leer por el deplorable estado de salud en el que se hallaba.

El 13 de junio de 1948, a Ruth se le permitió asistir, ayudado de un bate como bastón para caminar, a un homenaje organizado en su memoria y festejar el 25 aniversario del Yankee Stadium (The house that Ruth built), así como retirar su número 3, y luego al estreno de una película sobre su vida, “The Babe Ruth Story (1948)” del director Roy Del Ruth, vaya coincidencia, y que fuera protagonizado por el casi siempre “villano” William Bendix, quien interpretó el papel de Babe Ruth en el filme. No obstante, los médicos sabían que sus días estaban contados y Ruth mismo lo sabía ya.

Ruth, nacido el 6 de febrero de 1895, era hijo de Kate Schamberger-Ruth y George Herman Ruth Sr., familia dueña de una taberna en Baltimore, la que tuvo ocho hijos, de los cuales solo sobrevivieron dos, George Herman y su hermana Mamie. Se dice que Ruth llegó a hablar alemán en su niñez. El ambiente familiar no era el mejor, el padre de Ruth era adicto al alcohol y violento en la casa, por lo que eso puede haber propiciado que a los 7 años el niño George fuera llevado a un orfelinato católico, la escuela St. Mary’s Industrial, donde su conducta no fue la mejor, pero se destacó en el béisbol, sea como lanzador o como bateador, ambas faenas realizadas como el mejor. Su fisionomía no era la de un atleta como tal, su tronco era grueso, con una barriga muy típica de un bebedor de lager y sus extremidades inferiores delgadas. Medía 188 cm y pesaba 97 kg.

Su debut en el béisbol organizado fue con el equipo de su ciudad natal, los Orioles de Baltimore, que jugaban en la Liga Internacional, entonces clase AA. Su gerente era Jack Dunn, descubridor de Ruth como pelotero. Fue allí, donde todos sus compañeros comenzaron a llamar a Ruth Jack’s newest babe (El más nuevo bebé de Jack Dunn), abreviadamente Babe, y otros italianizaron su apodo como Bambino, y fue tanta su fama como jonronero que se llegó a instaurar la palabra bambinazo para identificar a los largos jonrones. Sin embargo, existe otra versión que fue un cura de su orfelinato el que le puso ese mote de Babe. Otro apodo ganado, en inglés, fue The Sultan of Swat, algo así como el Sultán de la estaca por la potencia de sus batazos.

Pasó a Grandes Ligas cuando Dunn lo vendió por 25 mil dólares a los Medias Rojas de Boston en 1914, donde se desempeñó más como lanzador que como jugador de campo. En esa época su equipo se codeaba entre los mejores de las Grandes Ligas, vencedor en las Series Mundiales de 1915, 1916 y 1918, justas en las que Ruth lanzó 31 entradas, 29 escones consecutivos, ganó 3, no perdió y con WHIP promedio de 0.94 y PCL de 0.87. En la temporada regular de 1916 lanzó 9 espesas lechadas, record para lanzadores zurdos que se mantuvo vigente hasta que Ron Guidry lo empató en 1978.

Pero cosas de las finanzas ($$$), Harry Frazee era el propietario de los Medias Rojas y, a su vez, promotor de obras teatrales. Carecía de dinero para promover su obra teatral “No, no Nanette”. Realmente había concluido la I Guerra Mundial, la economía no marchaba nada bien, los ingresos de entradas al Fenway Park eran escasos, por lo que había que inventar los $$$. Ruth era un lanzador consagrado y su bateo de 29 jonrones en 1919 no pasó inadvertido para la gerencia de los mulos en Nueva York. El estelar pelotero exigía con razón aumento salarial, supongo que Frazee le haya respondido mentalmente: “No, no Babe”, parodiando la obra que quería llevar al teatro.

Fue así que Frazee sondeó al mercado con la idea de vender, nada de canje, a su nueva estrella del béisbol. Él no necesitaba a nadie para que jugara por Ruth, dinero contante y sonante sí hacía falta.

El Coronel Jacob Rupert, dueño de los Yankees, estaba ahí con plata suficiente para adquirir al Bambino. Fueron 100 mil dólares pagados al instante, algo que no fue reflejado en el contrato del 20 de diciembre de 1919. Rupert se hacía cargo textualmente de parte de la hipoteca del Fenway Park, la que rondaba los 300 mil dólares. Nada de esto sabía Babe Ruth, cuya venta ni siquiera pensó pudiera suceder. Se sintió menospreciado con toda razón y de ahí surgió su famosa maldición: “Nunca más ganaran otro título.”

Al pasar Ruth a jugar a una de los parques, tamaño cajetillas de cigarrillos, como así calificaba Mickey Mantle al Polo Grounds de Nueva York y al Ebbet Fields de Brooklyn, Ruth se sintió a sus anchas y logró conectar 54 jonrones en 1920, 59 en 1921 y 35 en 1922. Ruth halaba público y eso justificó y facilitó la construcción del New York Yankee Stadium, el cual se inauguró en 1923, donde las distancias entre el home y las cercas eran mayores.  Así y todo, en esa temporada Ruth disparó 41 jonrones, su equipo volvió a ganar el título por tercera ocasión consecutiva en la Liga Americana, mientras que ganaba su primer título de Serie Mundial al vencer a los Gigantes de Nueva York con 4 victorias y 2 derrotas. Los Gigantes habían ganado las dos anteriores series. Fue a partir de 1923 que comenzó la dinastía de los Yankees en Series Mundiales y en 1925 se creó el mejor one-two ofensivo de todos los tiempos con la inclusión de Lou Gehrig como inicialista en el equipo.

A Ruth le gustaba, como dirían los cubanos, el pachangueo y la gozadera con mucho tabaco, alcohol y estar arrimado a alguna fémina atractiva. Se había casado con una camarera, Helen Woodford, con la cual tuvo una hija adoptiva, Dorothy, pero eso no fue óbice para no continuar sus diversiones nocturnas. Ellos se separaron en 1925 y su ex-esposa murió en un incendio en 1929. Por otro lado, era caritativo con los pobres, señal que poseía buenos sentimientos.

Ruth tuvo sus altas y bajas, era algo normal en una persona que llevaba una vida caótica en el orden personal. Además, su comportamiento muchas veces dejaba que desear. Se le suspendió por siete semanas en 1922 por haberse ido a jugar en un partido de exhibición, ¿A quién se le ocurre? Pocos días después de su regreso tiró arena en la cara de un árbitro, algo que me hace recordar similar incidente hace algunos años en las series nacionales de Cuba.

Al parecer supo componerse, lo que contribuyó a que los Yankees ganaran los campeonatos de 1926, 1927 y 1928, temporadas en las que Ruth bateó 47, 60 (record) y 54 jonrones, respectivamente. Si bien los Yankees perdieron 4-3 la Serie Mundial de 1926 contra los Cardenales, en 1928 los mulos se convirtieron en una verdadera aplanadora, la que aplastó a los Piratas en 4 juegos de Serie Mundial. En esa temporada Gehrig disparó también 47 jonrones e impulsó 173 carreras, 8 más que Ruth, y eso que Gehrig era el cuarto bate y Ruth el tercero. En 1928 repitieron con pollona a costa de los Cardenales. 

De 1926 a 1932, Ruth no dejó de batear no menos de 41 jonrón por temporada, siete temporadas consecutivamente, y en su carrera con los Yankees siempre bateó más de 20 jonrones por temporada.

Ruth era muy seguro de lo que hacía. El 11 de agosto de 1929 predijo que conectaría su jonrón 500, lo cual logró frente a los envíos del lanzador Willis Hudlin de los Indios en el League Park de Cleveland, pero el más famoso fue el que disparó el 1 de octubre de 1932, en el tercer juego de la Serie Mundial, contra los Cachorros de Chicago. Ruth se paró en el home e indicó con el dedo las gradas del jardín central. Pocos segundos después se realizaba la hazaña, que muchos han desmentido, excepto Lou Gehrig, el que bateaba por detrás de Ruth en la alineación y confirmó el hecho.

Después de una pausa en victorias de campeonatos en la Liga Americana y Series Mundiales, la que se prolongó hasta 1932, los Yankees volvieron a ganar y propinaron su tercera pollona consecutiva en Series Mundiales, esta vez a costa de los Cachorros de Chicago. Ruth conectó 41 jonrones en esa temporada y 2 en la Serie Mundial, que sería la última en la carrera de Ruth como pelotero. Jugó hasta 1934 con los mulos y luego tuvo una temporada, su última, para olvidar en 1935 con los Bravos de Boston de la Liga Nacional.

Los Dodgers le contrataron como coach en 1938, aquello fue toda una debacle, sobre todo por las continuas disputas entre Ruth, y el torpedero y capitán del equipo, Leo Durocher, dos polos iguales se repelen. Durocher se hizo cargo de la dirección de este equipo en 1939 y ni soñar que fuera a traer a Ruth como auxiliar.  

A su retiro dejó muchos records ofensivos, algunos ya rotos, pero otros vigentes. Veamos:

  • 60 jonrones en temporada de 154 juegos.
  • Más jonrones en dos temporadas consecutivas, 60 en 1927 y 54 en 1928
  • Seis temporadas consecutivas como líder jonronero, de 1926 a 1931.
  • Más veces bateando dos o más jonrones en un juego: 72.
  • Más jonrones en una semana (9) en 1930.
  • Más veces (7) bateando tres jonrones en dobles juegos.
  • Más jonrones con las bases llenas (4) en una temporada
  • Más jonrones con las bases llenas (2) en dos juegos consecutivos
  • 177 carreras empujadas en temporada de 152 juegos.
  • Más temporadas como líder en carreras empujadas en la Liga Americana (1919, 1920, 1921, 1923, 1926 y 1928).
  • Más temporadas impulsando más de 100 carreras, de 1919 a 1933, exceptuando 1922 y 1925.
  • Más temporadas impulsando 150 carreras o más, de 1929 a 1931.
  • Más bases por bolas recibidas (451) en una temporada (1921).
  • Más extrabases en ligas mayores (1356)
  • Más extrabases (119) en una temporada (1921).
  • Más años de líder en extrabases en ligas mayores (9)

Estos y otros records más, algunos negativos por su condición de slugger en lo relacionado a los ponches recibidos, fueron los que logró en una carrera de 22 temporadas en las Grandes Ligas.

Ruth fue el pionero de la era de largometraje en el béisbol, antes de él hubo buenos bateadores de tacto, pero no sluggers como tal. El famoso pelotero Hank Greenberg, en entrevista, decía que cuando Ruth comparecía a la caja de bateo imponía respeto y temor a cualquier lanzador, era todo un Dios en el bateo.

Por esas tantas cualidades como excelente bateador fue que la Associated Press (AP) lo eligió atleta del siglo en 1999. Por eso, tampoco es errado afirmar que Babe Ruth fue el mejor slugger de todos los tiempos.

Se cuenta que más de 75 mil personas asistieron a la misa fúnebre en la Catedral de San Patricio. Su tumba, en el cementerio amurallado de la catedral de San Patricio, Manhattan, es visitado por miles de personas, las que dejan objetos varios, que incluye cerveza, whisky, cigarros, perros calientes y pizza de cebolla y pimiento.  

Fuentes

Anon. 1948. Parecía que dormía, y durmiendo pasó al cielo, dijo el sacerdote. Diario de la Marina. 17 agosto, pp 19.

Anon (s/a). Babe Ruth: biografia, record, equipos, funeral, y más. Personajeshistóricos.com. https://personajeshistoricos.com/c-deportistas/babe-ruth/

Anon. 2018. Se cumplen 70 años de la muerte de Babe Ruth. Medio Tiempo, 16 agosto. https://www.mediotiempo.com/beisbol/mlb/cumplen-70-anos-muerte-babe-ruth

Baseball-reference.com. Babe Ruth. https://www.baseball-reference.com/players/r/ruthba01.shtml

Sánchez Jesús. 2020. Los papeles del traspaso de Babe Ruth a los Yankees: 996.000 dólares. Marca, 28 abr. https://www.marca.com/otros-deportes/2020/04/28/5ea3030122601dfa358b45b5.html

Escrito por Esteban Romero, el 19 noviembre de 2020

Una visita de horas en Murmansk

La ceremonia de graduación más larga se registró en Murmansk:
los chicos esperaron el amanecer durante seis meses.”
Anon.

Para los cubanos que estudiábamos en la URSS en la década de los 60, nuestro país, Cuba, se nos presentaba muy lejos. Habíamos caído en otro ambiente de frío y nieve en invierno, frío y agua en primavera, calorcito en verano y frialdad en ascenso en otoño. ¿Adaptarse? Bueno, hay quien dice que sí se adaptó, no es el caso del que suscribe.

Por eso regresar a Cuba, así fuera por un ratito, era algo muy añorado por todos. En 1964 no se sabía si íbamos o no. Ya eran dos años de frío, nieve, lluvia, fango y deseos de visitar la tierra que nos vio nacer. Los rumores eran que había que pagarse el pasaje. Todos éramos pobres, ¿de dónde rayos vamos a sacar dinero para pagar ese viaje? Era la pregunta de todos.

Aleluya, al fin iríamos en un buque soviético pagado por el gobierno cubano. Partiríamos de Leningrado, ahora se llama St Petersburgo, y a navegar por todo el Báltico hasta salir al Atlántico. Fueron 18 días de navegación, que el que suscribe pasó enfermo al pescar una gripe, al parecer incubada en Leningrado. El buque se detuvo en Gdynia, puerto de Polonia, donde recogió a los becarios cubanos en Europa Central. Ya allí la fiebre comenzaba a rondar y me dio fuerte en lo sucesivo, al extremo de perder el apetito completamente.

Un poco más de una semana después comencé a reponerme, había perdido algo de peso. Dos días antes de llegar a la Habana, nos llamaron para saber quién necesitaba la vacuna de la viruela. Había dejado mi carnet sanitario, por lo que sin más remedio tenía que volver a vacunarme. Lo hizo un sanitario asiático, kazajo o kirguisio, vaya Ud. a saber. El organismo estaba débil, la vacuna hizo reacción a partir de los dos días después de las tres rayitas que me obsequiara el descendiente de Gengis Khan, cada una de una pulgada de larga, dispuestas simétricamente, dos paralelas y una abajo en el medio de las dos de arriba. Quedé marcado para toda la vida. Aquellas rayitas se inflamaron y cuando fui a ver a un médico cubano, me hizo una pregunta muy llamativa: “¿quién te hizo esa salvajada?”

Eran solo 16 días exactos en la Habana, la destemplanza me persiguió todo el tiempo. Tres días antes de irme, ya todo había acabado, aunque las rayitas estaban aún por cicatrizar.

Corría el mes de agosto de 1964, de nuevo a abordar otro barco, ni recuerdo su nombre. Nos gustaba navegar por el Mediterráneo, pero parece que este buque no tenía nada que ver con la flota soviética que atravesaba el Estrecho de Gibraltar.

Salimos y no vimos tierra en casi todo el trayecto. ¿Adónde nos llevaban? Diez o doce días después supimos que estábamos bordeando la costa de Noruega. Fue entonces que se nos informó que nuestro punto final era Murmansk, ciudad limítrofe con Finlandia y Noruega en el extremo Noroeste de lo que es actualmente la república de Rusia. Por Dios, ¿qué necesidad? No éramos militares, el buque tampoco lo era, estaba habilitado para viajes turísticos.

¿Cuándo supimos que Murmansk existía? Fue el 27 de abril de 1963 que Fidel Castro y toda su comitiva desembarcaron allí para comenzar todo un periplo de 38 días en la Unión Soviética. Las fotos de la prensa mostraban la nieve en todos los alrededores del lugar de desembarco, por lo que en nuestras mentes quedó aquel lugar como muy apropiado para la vida de las focas.

La reseña online indica que Murmansk, territorio de Laponia, fue fundada en 1916 por el último zar, el que “modestamente” decidió llamarlo Románov-en- Murman. La ciudad se creó con un claro objetivo militar. La población actual es de 300 mil habitantes, no creo que la tuviera en 1964.  

Al llegar al lugar nos estaban esperando algunos ciudadanos soviéticos y el alcalde de la ciudad, el que pronunció un breve discurso de bienvenida. Nos dijo que ellos tenían unos 21 días de calorcito, que el resto del tiempo era frío, que ya el invierno estaba por llegar, era agosto. La mañana del día de la llegada era gris, nada de sol en los alrededores. En el invierno, según luego se nos informó, tienen solo 4 horas de claridad. Amanece a las 11 a.m. y ya es de noche sobre las 3 p.m. Un lugar como para que un cubano enloquezca. Todavía hoy día me pregunto por qué nos llevaron allá. Si alguien lo sabe, que me lo diga en los comentarios.

Murmansk tenía unos buques de cargas en el puerto. Nadie nos habló de la existencia de la estatua Alyosha, dedicada al soldado soviético, ni del Pozo Kola, donde se encuentran elementos químicos inexistentes en otras partes del planeta. Por supuesto, ninguna mención a los submarinos nucleares.

La reacción inmediata de casi todos los cubanos allí era la de abordar al primer avión que se pudiera y dirigirnos a Moscú, desde donde hay conexión con otras partes de la URSS. La dirección de la ciudad había previsto todo en este caso. Había personal que nos atendió amablemente y nos vendieron los billetes de avión requeridos. Para suerte de nuestro grupo de cinco personas, habíamos dejado suficiente cantidad de rublos cada uno en banco, lo que nos facilitó la compra de los boletos para partir ese mismo día al mediodía a Moscú.

No sé si era un Il o un TU o un AN el avión, lo que sí recuerdo que se demoró muchísimo para llegar a Leningrado, donde hizo una parada de una hora aproximadamente. Finalmente llegamos en la noche a Moscú, donde aún se respiraba el ambiente de los últimos días de verano. Llegar a Moscú y dejar atrás a Murmansk fue como un alivio. Dormimos en un albergue estudiantil de la Universidad Lomonosov de la capital y a la siguiente mañana tomamos tren rumbo a Briansk desde la Estación de Trenes Kiev.   

Escrito por Ricardo Labrada, 17 noviembre de 2020