Breve visita a la provincia de Albacete

«La vida es un viaje, viajar es vivir dos veces
Omar Khayyam (1048-1131, científico persa)

La visita a Albacete fue pura curiosidad, no teníamos mucha información de qué ver, al menos en la capital de la provincia, la misma ciudad de Albacete, la más poblada de la Comunidad de Castilla-La Mancha (172 mil habitantes), adonde llegar nos llevó algo más de dos horas en coche desde Valencia.

El nombre Albacete viene del árabe Al-Basit (la llanura o el llano), algo que realmente es así alrededor de la ciudad. Las sierras de Alcaraz y del Segura circundan la provincia de Albacete. 

El plan de esta visita fue dedicar buen tiempo para ver lo principal de la ciudad, algo que no nos consumió muchas horas. Posteriormente irnos a acomodar en un hotel en las afueras de Albacete, y de ahí visitar la no muy lejana Chinchilla de Montearagón. El siguiente día lo dedicaríamos a trasladarnos a la bien ponderada localidad de Alcalá de Júcar, para después del mediodía, pasar por Almansa. No es todo lo que tiene esta provincia, pero el objetivo era abarcar algo selectivamente.

Comencemos por Albacete, ciudad espaciosa, limpia y ordenada, donde se destaca la Catedral de San Juan Bautista, templo otrora mezquita mudéjar, construido en el siglo XIII y que en el siglo XVI fue convertido en catedral. Esto es algo que hemos visto a lo largo de nuestras visitas en buena parte de España, la marcada influencia árabe en las construcciones, incluido castillos, fortalezas y templos, en algunas costumbres y hasta las palabras para llamar a varios poblados.

Prácticamente a pocos pasos de la catedral, en la misma plaza central, llamada Plaza Virgen de los Llanos, está el museo de la cuchillería o casa del hortelano, construcción de inicios del siglo XX, donde se presentan cuchillos, navajas y otros objetos cortantes de fabricación en el lugar, algo que se realizó desde el siglo XI.

Otro lugar visto en la Calle Tinte fue la Posada del Rosario, edificio del siglo XVI, donde radica la sede de la Real Academia de Medicina de Castilla-La Mancha. En su interior hay un espacioso patio, algo que nos recuerda algo de los existentes en la Habana Vieja.

El ayuntamiento de la ciudad ha cambiado de lugar varias veces, por eso es por lo que nos sentimos desorientados. El actual está a pocos pasos de la plaza central, el cual presenta un gran reloj en su fachada y de frente a este edificio hay una bonita fuente de agua. El viejo ayuntamiento o casa consistorial está en la plaza Altozano, el cual alberga el museo municipal.

La Plaza Altozano nos dio una sorpresa cuando vimos varias parejas allí bailando Rock & Roll, no se les daba mal. Ese ambiente florido y soleado, además de música y baile, nos alegró el día y supongo que a todos aquellos que allí bailaban a su antojo.

En el casco de la ciudad encontramos una pequeña galería llamada Pasaje de Lodares, lugar de modesto comercio en Albacete. Digo pequeña al compararla con otras que hemos conocido como las de Milán, Nápoles y Bruselas.

Un poco separado del centro está el Teatro Circo, lugar muy famoso, al cual no pudimos entrar, no sé si sería la hora temprana, aunque observamos algunas reparaciones por su alrededor.

Luego de recorrido el casco de la ciudad y tomado el almuerzo, partimos hacia el hotel, donde estuvimos lo indispensable para refrescar y encaminarnos a Chinchilla de Montearagón, un lugarcito a unos 15 km de Albacete con fuerte aspecto medieval, ubicado en el Cerro de San Blas. Allí llegamos y aparcamos el auto, la visita había que realizarla a pie dentro del poblado.

Tan pronto llegamos la plazaMayor nos dio la bienvenida, bastante espaciosa, donde está el templo principal, la Iglesia Arciprestal Santa María del Salvador, con portada gótica, construida en el siglo XIV y con reformas sucesivas en otros siglos. Esta iglesia es la diócesis de este poblado. También en la plaza encontramos la Torre del Reloj, el edificio del ayuntamiento, una fuente muy original y algún que otra cafetería-bar.

Caminando un poco hacia arriba del poblado se encuentra la casa Núñez Cortés, una construcción original fundada en 1535, con fachada renacentista-barroca del siglo XVII. Más arriba la Iglesia-Convento de Santa Ana, vieja mezquita, luego convertida y perteneciente al Obispado de Cartagena. El templo-convento está ubicado en la Placeta de las Monjas, construcción de los siglos XVI y XVIII, en estilo neoclásico. El conjunto está en un alto de la ciudad y circundado todo el complejo conventual por un muro, que encerraba la iglesia, convento. Las calles son estrechas, todo un pueblo medieval. Hay una calle Obrapía, lo que me hizo recordar la Habana Vieja, aunque esta de aquí es muy distinta a la existente en la parte vieja de la capital cubana.

Fuera del pueblo uno puede ir entre vericuetos en coche para llegar a ver el Castillo- fortaleza de la localidad, reconstruido en el siglo XV, ya en posesión de los españoles. El castillo está ubicado en el Cerro de San Blas, está cerrado por obras que se están realizando, lo que no fue impedimento para poder apreciar su solidez. Aquí estuvo preso César Borgia, el hijo del Papa Alejandro, ellos todos valencianos. César fue acusado del asesinato del Duque de Gandía, nada extraño en un personaje sumamente siniestro en la historia de Roma y fuera de ella.

Bajando el cerro nos tropezamos con las cuevas del agujero, pero no entramos. Una persona entró antes y salió asqueado del olor. Es posible que tenga otra entrada, pero desistimos de esta visita.   

Al siguiente día nos fuimos a visitar Alcalá de Júcar, lugar que nos alegró el día. Ver agua correr en un río en España es una bendición. El país en sus partes meridionales y centrales padece de sequía, la que afecta a la agricultura, el medio ambiente y hasta la salud humana y animal.   

Alcalá de Júcar tiene una escasa población, la que apenas rebasa los mil habitantes. Hace 70 años había una población de 5 mil habitantes, ahora es el 20% de aquel entonces. El poblado es atravesado por el río Júcar y posee unos tres puentes, donde sobresale el puente viejo o romano.

Existe una pasarela a un lado del río que permite llegar hasta el mismo puente viejo. Uno desde abajo ya puede observar la iglesia de San Andrés del siglo XV cuando finalmente el poblado fue retomado por los españoles. La iglesia es modesta y bonita a la vez. Mucho más arriba está el castillo construido por los moros, el que pasó a manos castellanas en el siglo XII.   

Una vez uno escala hasta la iglesia San Andrés es que llega a lo que se puede considerar el casco de la ciudad. Lo interesante es que hay tres cuevas, las de Masagó, del Diablo y del Garadén. Sólo visitamos la primera, para lo cual tuvimos que caminar a través de un túnel largo hasta terminar en un bonito lugar para refrescar o comer algo.

Al Castillo me le acerqué hasta la fila que había de visitantes, por lo que desistí también de entrar. Desde la altura si tomé algunas fotos interesantes de los alrededores.

Cumplida la visita Alcalá de Júcar nos dirigimos hacia Almansa, con la idea de allí también almorzar. La vía no era autopista, pero era transitable, poco tráfico a esa hora, domingo después del mediodía.

Almansa (palabra árabe degenerada al castellano y, por lo tanto, difícil de traducir con exactitud) tiene fama de producir buenos vinos y calzado de calidad. Era domingo así que, ver zapatos nada. La localidad no es grande, con una población de algo de más de 24 habitantes. Me pareció menos, ya que no había casi nadie en la calle.  También son famosas las fiestas de moros y cristianos, las que se celebran desde finales de abril hasta principios de mayo.

Lo primero que uno ve es el Castillo de Almansa, ubicado en el Cerro del Águila, el que no pudimos visitar al estar cerrado. Nos dijeron que estaban haciendo restauraciones. Esa fortaleza es del siglo XI y los castellanos se apoderaron de la misma a mitad del siglo XIII. La observación del lugar es fácil desde la Plaza Santa María, donde también encontramos la fuente de los patos, aunque en realidad son tres cisnes, de cuyas bocas sale agua. En la plaza también están la Iglesia Arciprestal de la Asunción y el palacio de los Condes de Cirat, donde se ubica el ayuntamiento de Almansa.

A menos de una cuadra del lugar está la Torre del Reloj, construida en el siglo XVIII, la que tuvo muchos impedimentos para ser edificada, discrepancias de curas. Al final se accedió y se hizo lo que la misma población deseaba. La Torre se ubica en lo que se llama la plaza de la Constitución.  

Es algo de lo que tiene la provincia de Albacete y espero que lo disfruten.

Ricardo Labrada
11 mayo de 2023

Visita a Croacia. III Islas Hvar y Trogir

Más allá del brillo y el encanto, la isla Hvar
sigue siendo un paraíso por descubrir.
No existen palabras suficientes para describir
la belleza y singularidad de la isla Trogir.”
Dichos populares sobre las islas croatas

El regreso a Croacia desde Montenegro fue rápido y con buenos modos. Temprano en la mañana salimos de Kotor para llegar lo más rápido posible a la frontera y no tener que perder tiempo haciendo cola. Esta vez fue más fácil que a la entrada, chequeo de pasaporte y se acabó. El control croata fue más rápido.

En lo sucesivo tomamos la misma vía de regreso, pasando por Cavtat, Dubrovnik e internarnos en la cuenca del Neretva, donde si fotografiamos partes del río y de la ciudad de Komin. En esa zona hay varios puentes, uno muy moderno y otros menos recientes. Deseosos estábamos de llegar a Dvernik, lugar donde abordaríamos el ferry que nos llevaría a la famosa y bella isla Hvar.

Por suerte llegamos rondando las 10:30 de la mañana, había cola de autos en espera de ferry. Primero adquirir los boletos para el coche y dos personas, luego dar una vuelta a pie por el lugar hasta que llegara el ferry. Siempre hay una de estas naves cada media hora o menos, la cual va y llega en 15 minutos al pueblo de Sucuraj en la isla Hvar.

Llegado a Sucuraj, a bajar el coche con cuidado del ferry y emprender el viaje en dirección a Hvar, aunque nuestro lugar de alojamiento estaba en Stari Grad (Vieja Ciudad), el poblado más antiguo de la isla, el que queda poco distante de la ciudad de Hvar. La carretera no era de las mejores, algunas subidas y otras bajadas por sendas angostas. Sólo cuando estábamos llegando al entorno de Hvar, es que la carretera se puso decente. Así que, si va a conducir allí desde Sucuraj, paciencia y no mucha velocidad. El trayecto se puede recorrer en unos 50 minutos. A este respecto, hay que señalar la existencia de un puerto vecino a la ciudad de Hvar, al cual llega ferry desde Split. Podíamos haberlo cogido de regreso a Split, el viaje dura dos horas. De todas formas, el regreso a regresar a Sucuraj-Dvernik sería cercad del mediodía del siguiente día.

La isla Hvar tiene varios pueblos, pero decidimos concentrarnos en visitar Stari Grad y Hvar, además de pasar cerca de algunas de sus playas. Se sabe que el primer asentamiento en la isla fue el de Stari Grad, poblado fundado por los griegos más de tres siglos a.C., en sus inicios llamado como Pharos. Tal como estuvo y es, a la ciudad le valió ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Allí lo primero que encontramos fue un embarcadero, cuyo paseo nos lleva hasta una placita, alrededor de la cual hay varios restaurantes con terrazas, algo muy conveniente en ese momento para almorzar. A poca distancia se halla la iglesia San Esteban dedicada al Papa Esteban I y la pequeña plaza homónima. Esta Iglesia parroquial, de estilo barroco, fue construida en 1605 sobre otra anterior construida en el siglo XII. Su fachada externa denota antigüedad. Lo interesante es que el campanario-torre de la iglesia está algo separado del templo principal.

En Stari Grad dimos algunas vueltas, visitamos un mercadillo situado muy cerca del embarcadero, el que resultó agradable por el trato de los comerciantes. Allí el sol a media mañana en el verano es tan fuerte como en otros lugares cálidos del planeta.

Después de esta visita, la que en realidad continuamos algo en la mañana siguiente, tomamos rumbo a visitar Hvar y algunas de sus playas, las que en muchos casos no tienen fácil acceso con coche, muchos prefieren llegar a pie, algo que nos propusimos por lo empinado y no muy transitable para personas de la tercera edad. Con juventud todo se puede, así que, quien pueda que lo disfrute.

En Hvar lo primero que visitamos fue la catedral de San Esteban, personaje que no conozco, pero que parece ser muy famoso no solo en Croacia, sino también en otros lares de Europa central. Por ejemplo, en Budapest la basílica principal es la de Szent Istvan (San Esteban). En cuanto a Hvar, se puede decir que el templo fue construido sobre los restos de otra iglesia cristiana del siglo VI, el que se convirtió en el convento benedictino de Santa María de Lesma. A partir del siglo XIII, se le empezó a considerar como catedral. La plaza, donde se ubica en la actualidad, recibe también el nombre de San Esteban.

En lo alto de Hvar aparece la fortaleza española, también llamada Tvrdava Fortica, construida en el siglo XVI por ingenieros españoles, la cual sirvió para proteger a Hvar de los ataques turcos. Sin embargo, lo que vemos actualmente es una reconstrucción de la fortaleza, ya que la misma se incendió después de las batallas de defensa de los ataques turcos. Se puede ascender al lugar, siempre que haya juventud y equilibrio para no caerse. Por lo que nos conformamos con apreciarlo desde la parte llana de la ciudad.

La Riva o paseo marítimo de Hvar, algo menos largo que el de Split, nos lució agradable. El calor era tal que decidimos tomar un helado. También están allí la logia veneciana y la torre del reloj, de los cuales no tengo foto de calidad, así que la que vea, es tomada de TripAdvisor.

Al siguiente día volvimos a dar una vuelta por Stari Grad y aprovechar para desayunar. Alrededor de las 11 salimos de regreso a Sucuraj, donde esperamos una media hora por el ferry y de regreso al área continental. Como dije, podíamos haber regresado con Ferry rumbo a Split, dos horas de viaje, pero no deseábamos volver a transitar por la carretera Makarska a lo largo de la costa que va desde Dvernik a Split, la misma que habíamos cogido por equivocación y que resultó un verdadero regalo de belleza a nuestros ojos. También al ir por esa carretera encontraríamos algún que otro restaurante para almorzar. Así fue en un lugar elevado, en una amplia terraza, donde disfrutamos de la comida croata y del paisaje insular que teníamos de frente.

No piense que íbamos a dormir en nuestra última noche en Split, ni modo, nos fuimos a la isla Trogir, la que aparte de ser otro lugar atractivo, está a 20 km de Split, a sólo unos 30 minutos en coche debido al tráfico. Pernoctar allí nos facilita la vida al siguiente día por su cercanía con el aeropuerto de Split.

Llegar a Trogir fue ir directamente al hotel, buscar donde aparcar el auto hasta la siguiente mañana y visitar a pie los principales lugares de la isla, también declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Allí lo principal a visitar es la Catedral de San Lorenzo, construida en el siglo XII, la que posee un campanario, desde el cual de puede tener una vista ideal del lugar. También está la Torre del Reloj y el ayuntamiento, construido en el siglo XV, todo eso en la plaza principal de Trogir llamada San Pablo II.

En los alrededores hay muchas cafeterías, restaurantes, tiendas de venta de suvenires, algunas en sus atractivas calles estrechas. En la noche es muy agradable el paseo por estos lares.

Un poco hacia atrás del hotel, en el que nos quedamos, está la Fortaleza Kamerlengo Foto tomada de Wikipedia), igualmente en el siglo XV, la que sirvió de base militar. El lugar tiene un cine al aire libre y sirve para otros eventos culturales.

Después de haber visto la dificultad para conseguir hospedaje decente y económico en Split, sugiero quedarse en Trogir. Obvio es necesario rentar un coche. De Trogir a Split es un paso de media hora, igualmente queda más cerca de las cataratas Krka. La isla posee playas de agua cristalina, las que no visitamos por no estar en nuestros objetivos. Otra ventaja es su cercanía con el aeropuerto.

Una visita a lo largo de costa adriática oriental es algo muy atractivo y para no olvidar. Este es un recorrido de belleza natural desde Croacia a Montenegro, como para rememorar las aventuras de Ulises en la Odisea.  

Ricardo Labrada
20 abril 2023

Visita a Kotor y Budva en Montenegro

El contacto más bello entre la tierra y el mar
tuvo lugar en el litoral montenegrino”.
Lord Byron (1788-1824, poeta y promotor
del romanticismo británico)

El hecho de habernos quedado en Cavtat, Croacia, tenía una clara intención de estar cerca de la frontera croata-montenegrina. La distancia para llegar allí dura un poco más. de 30 minutos. Se debe llegar lo más temprano en la mañana que se pueda, pues a media mañana las colas de autos para pasar son enormes, por lo que antes de las 7 de la mañana ya estábamos yendo hacía Montenegro, en cuya frontera, además de chequear tu pasaporte, te pedirán los documentos del coche que conduces. Montenegro no requiere visa para los ciudadanos de la comunidad europea, pero tu pasaporte será timbrado a la entrada. La moneda del país es el euro, algo que le facilita más la vida a uno. En Croacia se puede pagar con euros, pero su moneda es la kuna.

Nuestro objetivo era llegar a Kotor, donde habíamos reservado un apartamento-estudio, muy cómodo, con balcón con vistas al mar. Una vez pasado el control de frontera comenzamos nuestro viaje a través de una carretera de dos vías, nada de autovía, con elevaciones y con correspondientes curvas. Así que por mucho que uno se esfuerce, pocas veces uno puede poner la velocidad en 80 km/h. Mucha paciencia, más vale llegar sano al lugar.

La primera ciudad que uno pasa es Herceg Novi, la que está a unos 35 km de Cavtat. Parece poco, pero por lo ya apuntado, le toma a uno un rato para poder llegar allí. De ahí hay un poco más de 43 km para llegar a Kotor, adonde llegamos bastante temprano, al extremo que la dueña o encargada de la casa de apartamentos se enojó al haberla llamado a esa hora. Lo siento, pero no teníamos otra opción. Era domingo y todo el mundo dormía en Kotor en esa mañana.

Hablemos de Kotor o Cattaro en italiano, ciudad que ya existía en el año 168 a.C., la que fue ocupada por los godos y luego recuperada por los romanos, los que estuvieron allí hasta el siglo X. Precisamente las murallas que ahí vimos son de esa época. Luego fue parte del primer imperio búlgaro, del reino de Serbia por poco tiempo, ya que su pueblo no aceptó esta dominación. Finalmente se integró a la República de Ragusa (Dubrovnik) desde 1184. Desde el siglo XIV hasta el XVIII fue parte de la República Veneciana, así que entonces eran católicos y hablaban el dialecto veneciano. Es durante el siglo XVI que se construye la fortificación que rodea al casco histórico. El fin de este era protegerse del ataque de los otomanos, los que venían a invadir con más de 200 barcos. El imperio austrohúngaro ocupó este territorio desde el siglo XIX hasta que Montenegro se integró en lo que sería la futura Yugoslavia.

El entorno de Kotor se asemeja a un fiordo, pero de sus alturas no cae agua, por lo que es un cañón realmente. Posee una ensenada que es su bahía (Boka Kotorska), sumamente larga, lo suficientemente profunda para permitir el paso de los Ferry turísticos. Maravillosa la vista cuando nos paramos en el balcón del apartamento. Allí hay tranquilidad y ese ambiente es el perfecto para aquellos que padezcan de los nervios.

Después de haber desayunado nos fuimos al casco de la ciudad caminando por el paseo existente a lo largo de la costa. Desde ahí uno puede observar la Fortaleza de San Juan (Kastel Sveti Iván) a una altura de más de 300 metros, los que para recorrerlos lleva ascender 1350 escaleras. Lógicamente, no nos lo propusimos ya que, nuestra salud no da para hacerlo. Así que, nos conformamos con fotografiarle desde distintos ángulos. A mitad de camino en ese ascenso está la pequeña iglesia de Nuestra Señora de la Salud, igualmente fotografiada. Por fin llegamos a la ciudad vieja (Stari Grad) en Kotor, entramos como todo el mundo por la Puerta del Mar, la principal para acceder al casco viejo de la ciudad, ubicada en la Plaza Oruzia. El lugar tiene un acentuado estilo medieval, rodeado de montañas, con el castillo ya mencionado en lo alto. El casco histórico, o sea sus fortificaciones, posee tres puertas de acceso.

No registré el orden en que visitamos los sitios de interés en Stari Grad, así que les diré lo que vimos y un poquito de su historia en un lugar donde existen templos católicos y ortodoxos dispuestos dentro de una ciudadela con calles cortas y estrechas.

La plaza de Armas es un lugar céntrico y espacioso, donde también encontramos la torre del reloj, construida a inicios del siglo XVII, con tres pisos de altura y dos caras de reloj. Es un sitio muy atractivo para caminar.

Como siempre, una catedral, llamada de San Trifón (Katedrala Svetog Tripuna en serbocroata), el templo más antiguo de la desaparecida Yugoeslavia, más antigua que Notre Dame en París, y sede de la Diócesis de Kotor. San Trifón es patrón de la ciudad. Se trata de un hombre canonizado, el que defendió la fe y es muy venerado en la iglesia ortodoxa.

La Iglesia católica de Santa Clara fue construida en el siglo XVIII, la que posee un altar muy original de mármol y en estilo barroco. Según he visto en otra página, el nombre completo de la iglesia es Santa Clara de Asís, Iglesia Católica del Santo Clare, la que posee una biblioteca con libros antiguos.

La iglesia de San Nicolás (Sveti Nikola) era un monasterio dominico construido en el siglo XVI, el que a finales del siglo XIX fue arrasado por un incendio, luego reconstruido en estilo bizantino. En la actualidad es iglesia ortodoxa cristiana.

Luego vimos el campanario de la iglesia Colegiata de Santa María, cuya iglesia hace memoria a la llamada Beata Hosana, en serbocroata se llama Crkva Blažene Ozane (Crkva es iglesia en varias lenguas eslavas, en ruso es Tserkov). Hosana era pastora y una persona con videncias, la que al ir a trabajar en convento de Kotor se convirtió al catolicismo. La construcción de este templo data del siglo XIII, pero su campanario se construyó cinco siglos después. La iglesia permanece casi siempre cerrada, el día de nuestra visita no fue la excepción. Su ubicación es próxima a la puerta Norte, la que da acceso al río Skurda.

En la llamada plaza Greca se encuentra la iglesia de San Lucas, construida en el siglo XIII, de religión católica hasta fines del siglo XVII, luego ortodoxa. Lástima de no haber podido entrar. Estaba cerrada y de esta forma no pudimos apreciar los dos altares que este templo posee, uno católico y el otro ortodoxo.

Aledaño al casco de la ciudad está el obelisco de la libertad muy próximo al puerto de Ferry. Igualmente, existe el llamado camposanto, el cual es una localidad arqueológica en Kotor. El resto del tiempo lo dedicamos a caminar por las áreas del puerto, embarcadero y la parte opuesta de la costa, o sea de frente al lugar donde se encontraba el aparthotel. Allí llegar en auto no es nada fácil, calles estrechas y por el cuidado que uno debe observar, no fue muy placentera la visita.

Al siguiente día decidimos ir a la playa. Es cierto que la gente se baña en Kotor, pero como las aguas parecen como quietas, no es que anime. Suponemos que la temperatura es apta para europeos nórdicos, no para gente como nosotros.

La mejor opción fue visitar Budva, a 23 km de Kotor, adonde llegaríamos en una media hora. Esta vez no nos propusimos visitar iglesias o templos, el objetivo era la naturaleza, el mejor museo de este mundo.

Budva es la sexta ciudad de Montenegro, con solo 18 mil habitantes, pero que goza de extensas playas de arena(Budvanska rivijera), lo que resulta un atractivo para el turismo extranjero. La historia de este lugar es muy parecida a la de Kotor en cuanto a dominación extranjera, aunque excluyo la veneciana de ese adjetivo por parecerme la más lógica desde el punto geográfico en su historia.

Llegamos a una de sus playas, suponemos la principal, donde uno paga una cuota para estar todo el día. Le pregunté cuánto costaba tantas horas y me dijo la persona encargada que eso no funcionaba así, aparca y paga por todo el día. Realmente no recuerdo el monto de lo pagado, pero nada del otro mundo.

Allí aquello parecía como una playa italiana, sombrillas y camillas para descansar, las que debes alquilar si te propones permanecer estático. Tampoco era el objetivo, así que a caminar y por la playa, así conoces. A lo largo de ese lugar se sobran las cafeterías, bares y tiendecitas de ventas de suvenires y otros útiles para nadar. En muchos de sus establecimientos el ruso es una lengua normal como el inglés. Hay muchas personas de la ex Unión Soviética trabajando allí y la carta de los restaurantes viene en varios idiomas incluido el ruso. En eso difiere de Croacia, donde el ruso es una lengua lejana institucionalmente, así se parezcan en sus raíces eslavas.

Oímos hablar de la isla Hawai, en realidad se llama San Nicolás (Sveti Nikola), está de frente a la playa principal de Budva y desde ahí uno puede ir en lancha, la que demora más de 3 cuartos de hora. Primero pasa por los alrededores de otra isla, la de San Esteban (Sveti Stefan o o Santo Stefano di Pastrovicchio en italiano), muy chula y donde los turistas adinerados gustan de hospedarse. Por allí pasaron actrices como Marilyn Monroe, Sophia Loren y Monica Vitti, así como actores o cineastas como Kirk Douglas y Carlo Ponti. También políticos como Willy Brandt, y ajedrecistas como Boris Spassky y Bobby Fischer. De forma permanente viven unos 400 habitantes, supongo que serán los empleados del resort allí existente.  

La isla Hawai tiene pequeñas playas de piedrecitas sobre una superficie de 800 m. Posee bar-restaurante, muy importante para beber algo para refrescar. El calor allí es superior al de la playa central de Budva.

Llegado hora y media después del mediodía, nos decidimos a almorzar en un lugar, donde uno de los camareros, el que nos tocó, era ruso. Terminado el almuerzo, hicimos un recorrido por la costa, donde observamos lujosos y atractivos hoteles en la zona, además de otros en construcción. A la ciudad como tal no entramos, como dije, nuestro objetivo fue playa y costa esta vez.

Al regreso a Kotor hicimos un paseo nuevamente por el embarcadero y bahía para que se nos quedara un agradable sabor en boca y quizás volver a regresar a estos lares bañados por el Mar Adriático.

A la mañana siguiente, temprano, salimos con retorno a Croacia. Lo que visitamos ese día lo sabrán en el próximo artículo.

Ricardo Labrada
2 marzo de 2023

Visita a Croacia: II. Dubrovnik

Si quieres ver el paraíso en la Tierra,
ven a visitar a Dubrovnik.”
Bernard Shaw (dramaturgo y crítico irlandés)

De Dubrovnik todo el mundo habla, uno se hace idea que la ciudad es sólo una fortaleza, lo cual es errado. Allí están las murallas y fuera de ahí una ciudad recogida, pero con elevaciones, lo cual no es muy cómodo para caminar por parte de las personas de la tercera edad. A eso sumemos que los taxistas cobran en exceso igual que en Split. Así que la mejor opción aquí es caminar y cuando uno se canse, tomar aire para continuar.

Dubrovnik es nombre que me sabía desde un inicio a roble. Dub es roble en lenguas eslavas incluido el ruso. El nombre de esta ciudad viene de la palabra Dubrava (Bosque de robles), nombre de una aldea cercana donde los robles cubrían las montañas de San Sergio. No obstante, se puede considerar que la historia eslava, o sea croata es relativamente reciente, ya que antes se llamaba Ragusa, nombre que viene del vocablo «Lausaioi«, que significa «aquellos que viven sobre la roca” (en romano Lau es roca), pero que degenera en «Rausaioi» y luego en Ragusa con el tiempo, nombre que conservó hasta 1916.

Venecianos y otomanos se disputaban este territorio, pero los locales se la ingeniaron para llegar a un trato con los turcos y que éstos no invadieran la ciudad. Según Wikipedia, ese fue el primer trato histórico logrado entre islámicos y cristianos.

En la ruta desde Split nos hicimos idea que había una autopista que nos llevaría directamente hasta Dubrovnik, pero el GPS nos indicó una ruta bordeando la costa, trayecto fabuloso por la belleza de lo que vimos. Paramos en una cafetería-restaurante y la camarera nos indicó cómo llegar a la autopista, error esta vez nuestro. Llegamos a la autopista, la que nos indicó un desvío para seguir rumbo a Dubrovnik y así evitar el cruce de frontera en Bosnia-Herzegovina. Accedimos y para nuestro asombro nos volvió a llevar a la ruta por toda la costa pasando por el área del río Neretva, el que ya conocía por la famosa película “La batalla sobre el río Neretva (1969)”, ocurrida en 1943 entre las fuerzas guerrilleras yugoslavas contra el ejército nazi y las tropas leales a la monarquía colaboradoras de los invasores. Así que en la medida que avanzábamos, trataba de rememorar la voladura de unos puentes allí existentes. De hecho, Dubrovnik es capital del condado Dubrovnik-Neretva. Una vez uno deja ese sitio montañoso y fluvial es que comienza a acercarse a nuestro punto de destino y descanso, el que era en realidad Cavtat, unos 18 km o algo más después de Dubrovnik y muy próximo a la frontera con Montenegro. En Dubrovnik no habíamos encontrado algo conveniente y que cubriera nuestras necesidades, sobre todo el aparcamiento. En Cavtat habíamos reservado habitación de hostal, la que era enorme y con todas las comodidades. Allí podríamos haber visitado el pequeño puerto de habérnoslos propuesto, pero el objetivo era Dubrovnik, a unos 15 minutos del hostal.  Así que primero a almorzar y luego de regreso a la otrora Ragusa.

Desde la carretera uno comienza a ver la conjunción urbana con las famosas murallas de esta famosa ciudad, no en balde le llaman «la perla del Adriático» o «la Atenas dálmata». Bajamos y lo primero fue donde aparcar, no fue difícil, pero si algo alejado del recinto amurallado, por lo que se impuso descender por unas escaleras empinadas, lo cual requiere de cuidado. Aunque, como dice el refrán, para abajo todos los santos ayudan. El problema sería al regreso a recoger el auto. Un ejercicio en toda regla y realizado con repetidos recesos.

Comenzamos con un recorrido de reconocimiento de la ciudadela existente que incluyó el Stradum, paseo principal a lo largo del cual encontramos la gran fuente de Onofrio llamada así en honor al arquitecto napolitano que la diseñó, Onofrio della Cava, construida en el siglo XV y que sirvió de fuente de agua potable para la ciudad.

A continuación, la Iglesia San Blas, construcción estilo barroco de la época medieval, donde los eslavos de entonces le rendían culto al dios Veles, a su vez santo patrón de la ciudad. 

De ahí nos encaminamos a ver la torre del reloj, de unos 30 metros de altura y situada en la plaza de la Luža, construida igualmente en el siglo XV. Esta torre fue demolida en el pasado debido a su peligrosa inclinación producto de terremotos en el lugar. Su reconstrucción tuvo lugar en 1928.

Aledaño a esta torre está el Palacio Sponza, el cual sirvió de escuela, armería, banco, casa de la moneda y aduana durante el período de la República de Ragusa. Esta edificación fue construida en el siglo XVI y cuenta con áreas internas muy llamativas, donde incluso se han realizado distintos eventos. Un poco que este palacio se me confunde con el Palacio Rector, puede que sea el mismo, el que también sirvió como armería, arsenal, sala de juicios y prisión. La edificación es del siglo XIV, pero ha sufrido de terremotos y explosiones, por lo que al inicio era de estilo barroco, luego renacentista, ahora un híbrido de ambos estilos, según me explicaron. Fue en el Palacio Rector que Napoleón abolió la República de Ragusa.

El siguiente punto y obligatorio fue la catedral de la Asunción de la Virgen María, la que se construyó en la segunda mitad del siglo XVII sobre las ruinas de una antigua iglesia románica. Nos llamó más la atención su fachada, cúpula y exteriores que la parte interior. Wikipedia nos dice que en 1979 hubo un fuerte terremoto en Montenegro que igualmente afectó a la catedral de Dubrovnik.

Otras dos iglesias uno podrá encontrar en Dubrovnik, ellas son la de San Salvador construida después del terremoto de 1520 por decisión del Senado de Ragusa y en agradecimiento a Dios por la salvación del desastre. Curiosamente esta iglesia no sufrió con el terremoto de 1667. La otra iglesia es la de San Ignacio Loyola o iglesia de los jesuitas construida entre 1699 y 1725, o sea un cuarto de siglo. Realmente su fachada es algo original y la edificación se hizo en estilo barroco.

Caminando por toda la parte baja de las murallas, nos llegamos al embarcadero deportivo, donde le hacen ofertas a uno hasta para llevarlo a la Luna. Con más tiempo vale la pena, aunque no sé hasta que punto resulte interesante visitar la pequeña isla, en realidad un cayito, llamado Lokrum, a menos de un km de la orilla de Dubrovnik. En cuanto la tarde comenzó a caer, mes de agosto, pleno verano, decidimos regresar a Cavtat. La siguiente jornada sería dedicada al recorrido por las murallas.  

El recorrido dentro de la ciudadela es gratuito en Dubrovnik. Para recorrer las murallas hay que pagar una entrada, no muy costosa, y vale la pena. Las Murallas se les conoce con el nombre de Dubrovačke gradske zidine en croata y Muro di Ragusa en italiano. Ellas fueron construidas entre los siglos XII y XVII, inicialmente eran de madera, y se encuentran a una altura de 25 metros con una longitud de casi 2 km. Se afirma que fueron murallas que daban una buena protección a la ciudad en caso de ataque enemigo.

El paseo por las Murallas nos permitió ver muchos sitios importantes de Dubrovnik. Los campanarios de los conventos franciscanos y dominicanos pudimos apreciarlos desde distintos ángulos. En el recorrido de las murallas uno se tropieza con la Torre Minceta en la parte norte del lugar. Era una antigua fortaleza, cuyas paredes eran de 6 metros de grosor y desde allí uno tiene una vista interesante del mar y la costa. La torre es tan fuerte y bella que, los soldados de Napoleón la bautizaron con el nombre de Bella Mujer.

Igualmente, uno puede diferenciar otras fortalezas, como la de Bokar, enorme, construcción del siglo XV en la parte oeste; la de San Juan, del siglo XIV, se halla en la parte suroriental y sirvió de protección al puerto.

Frente a las Murallas, con mar de por medio, se alza la fortaleza Lovrjenac o fortaleza roja, la que se construyó a lo largo del período entre el siglo XI y el XVI. Este lugar lo vimos, pero al no visitar directamente esta fortaleza, no tenemos nada que comentar.

Al salir del recorrido de las Murallas, tuvimos que descender a la ciudadela por una calle con escaleras empinadas, las que uno debe bajar cuidadosamente. Ellas terminan en la Puerta de Buža. He visto mencionadas otras dos puertas de entrada y salida, por alguna razón involuntaria no retraté la puerta de Ploče, pero sí la de Pile, puerta principal de acceso a la ciudad amurallada, construida en 1537 y situada en la parte occidental.  

Para ver la ciudad en toda su dimensión está el Mirador del Monte Srd, al cual uno puede acceder en teleférico, pero no optamos subir al lugar. Desde la carretera, situada bastante alto sobre la ciudad, uno puede ver mucho de esta bella urbe.

Visitar Dubrovnik es maravilloso al igual que realizar el viaje por la carretera a lo largo de la ribera que viene desde Split. Las vistas son bellísimas en general, tanto que uno las graba en la mente.

Ricardo Labrada
29 marzo 2023

Visita a Croacia. I Split y cataratas Krka

Split, lugar donde la piedra cuenta miles de historias,
el aire huele a higueras y pinos, y en la mesa, el paladar
se contenta con auténticas delicias marineras.”
Palabras de un narrador sobre Split

Esta es una visita postergada dos veces, la última con boletos aéreos adquiridos. Todo fue a causa de ese “regalo” asiático, de nombre covid19. Gracias a las vacunas en el 2022 pudimos viajar al país del que conocía algo, ya que hube de visitar Zagreb, la capital de Croacia, en una misión muy breve de trabajo.

Habiendo oído y visto tanto hablar de Split y Dubrovnik, no quedaba más remedio de visitar estas urbes con mucha historia. Así que comienzo con Split y las vecinas cataratas en un primer de artículo de tres sobre lo visto en Croacia.

Un poco de historia, Split es la capital de Dalmacia, antigua provincia del imperio romano, donde nació un hombre de nombre Diocles, el que llegó lejos en su vida militar, y eso que era de familia pobre, lo que le valió escalar posiciones. Me dice Wikipedia que Diocles, cuyo nombre completo era Gaius Aurelius Valerius Diocletianus Augustus nació en el 244 y fue proclamado emperador por el ejército. Diocles persiguió intensivamente a los cristianos a partir del 303, tarea que continuaron sus sucesores, aunque todo terminó en el 324.

El emperador no estaba bien de salud y decidió abdicar en el 305, primer emperador en hacerlo. A su retiro se retiró de Roma a una zona costera al sur de Solin, donde se construyó el famoso palacio Diocleciano, toda una ciudadela amurallada, la que se conoció como Spalato hasta el inicio de la I Guerra Mundial.

Ese lugar donde se asienta el Palacio de referencia es conocido como Split, ciudad que bordea parte de la costa oriental del Mar Adriático. Para mi idea, casi de frente a Ancona del otro lado del Mar, en Italia.  

Split fue territorio dominado por el reino de Venecia, los húngaros, los austriacos, los turcos, en fin, siempre codiciado. Dicen en Croacia que, Marco Polo había nacido allí en la época del dominio veneciano, algo que ni afirmo o niego, ya que no tengo fuente para hacer una u otra cosa.

Veamos ahora que vimos allí, como siempre, no fue todo. El Peristilo es el centro del Palacio o plaza imperial principal, desde la cual Diocles lanzaba sus discursos. De por medio en el lugar, uno encuentra a un lado el Templo de Júpiter (ahora baptisterio) y del otro el museo arqueológico. La entrada al Templo nos permite ver ruinas romanas antiguas, otro tanto se puede decir del museo incluida esculturas.

Esta fortificación posee cuatro puertas, en ningún caso vi una indicación de que esta era la Puerta de Oro (al norte del Palacio), la de Plata (al este), la de Bronce o Aenea (al sur) y la de Hierro (al oeste), así que nos tocó adivinarlas en el lugar o luego revisando las fotos con otras existentes en Google. La de Oro es la entrada principal, mientras que la de Aenea da acceso a los sótanos del Palacio, donde hay varias tiendas de suvenires.

El cristianismo tuvo su aporte al convertir el mausoleo del Palacio en la Catedral de San Omnio (San Omnión o San Duje) en el siglo VIII, cuyo campanario, de 57 metros de altura, se terminó en el siglo XII y que con algún trabajo subimos hasta lo más alto para apreciar desde allí gran parte de la ciudad. En la sala de audiencias del Palacio se puede ver un gran agujero en lo más alto, el llamado Oculus.  Como ya apunté, el templo de Júpiter se convirtió en Baptisterio, igualmente obra del cristianismo.

El Palacio Dioclesiano sirvió como lugar para el rodaje del serial “Juego de Tronos”. Fue la cuarta temporada filmada allí compartida con Islandia.

Alrededor del Palacio hay calles interesantes, incluido bulevar, y una calle muy estrecha llamada Pusti me prodje, algo así como déjeme pasar por favor, además de bares, cafeterías y restaurantes, los que igualmente se extienden a lo largo del paseo marítimo o Riva, donde además del puerto-embarcadero, al salir del Palacio a la Riva encontramos el edificio de la autoridad portuaria a la izquierda y a la derecha la plaza en honor a Franjo Tudman, ex -guerrillero croata y líder militar, luego nacionalista y opositor del sistema imperante en la ex-Yugoeslavia. En esa misma plaza está la iglesia de San Francisco, construida en el siglo XVII y cuyo interior es de estilo barroco.

Hay otras plazas de interés y muy cerca del Palacio como son la República o Prokurative, la que me hizo recordar algo de la Plaza de San Marcos en Venecia por la similitud de los edificios circundantes. Está también la Plaza del Pueblo (Narodni), la que igualmente le llamaron Ancho de San Lorenzo en el siglo XIII. La otra, muy chula, por cierto, es la plaza de la fruta, aunque no vi cuando estuvimos allí venta de frutas al efecto.

La visita a Split nos dio gusto, pero no así el hospedaje, la mayoría caros en el verano. Si uno renta un auto no vale la pena hospedarse en Split. Hay un lugar cómodo y a poca distancia de esta ciudad, como lo es la isla Trogir, de la que hablaré en otra entrega sobre Croacia. Sea en Split o Trogir, debe saber si el lugar a hospedarse posee puesto para aparcar, algo allí no muy abundante como en otras ciudades europeas.   

Después de visitar Split nos dispusimos a viajar, con ida y regreso en el día, a las cataratas Krka, a 84 km de Split. Nuevamente el GPS nos llevó por una carretera accidentada y uno ingenuamente siguió las instrucciones, sin darnos cuenta de la existencia de una buena autopista con peaje, nada caro, la que descubrimos y tomamos al regreso hasta la isla Trogir.

Bellas cataratas, 17 saltos que terminan en una especie de piscina gigante, donde antes se permitía el baño a los turistas, ahora no. Uno llega al lugar, aparca gratuitamente, y se dirige a comprar los boletos de entrada, los que igualmente sirven para montar el bus que nos lleva a los alrededores de las cataratas, pero ahí no termina todo, hay que caminar por senderos arriba y abajo hasta llegar a este paraíso, parque natural.

Después de la visita en un día caluroso y soleado, nos dirigimos sin rumbo a ver algún que otro poblado en las cercanías de las cataratas. Lo que más me llamó la atención fue la tranquilidad existente, las personas muy amables, todas tratan de hablar inglés y listas para guiarlo a uno. Solo una persona, era un camionero, me habló en croata. Le respondí en ruso, no sé si llegó a entenderme.

En una próxima entrega hablaré de Dubrovnik, la siguiente urbe de visita en Croacia.

Ricardo Labrada
12 marzo de 2023

Una breve visita a Ávila

Aire, airecito que de Ávila vienes, a catorce reales me hueles.”
Viejo refrán avileño

Estar en Madrid a finales del verano invita a visitar lugares interesantes y atractivos, no muy lejanos de la capital, los que en invierno sufren de bajas temperaturas y hace más difícil el viaje a los mismos.  

Ávila es uno de esos lugares, ciudad fundada por los romanos, la que después estuvo en manos de los visigodos y de ahí ocupada por los musulmanes durante tres siglos (del VIII al XI). La conquista cristiana hizo progresar a la ciudad, pero llegado a casi el inicio del siglo XVII hubo despoblación superior a un 10% a causa de epidemias y a eso hay que sumar otra cifra similar de moros expulsados por orden del rey Felipe III.

La ciudad es atravesada por el río Adaja, segundo mayor afluente del Duero, pero lo que más llama la atención de esta urbe es su larga muralla de 2 516 m. de longitud, construida entre 1090 y 1099, o sea tan solo 9 años. Esta muralla en España es solo superada por la que posee Segovia en tamaño, pero por su fortaleza está delante la de Lugo en Galicia. Obviamente, su construcción respondió a propósitos de defensa. No conozco la de Lugo, pero la de Ávila me impresionó más que la de Segovia.

Un puente sobre el río Adaja

En Ávila hay que dedicar tiempo para visitar todos los templos y conventos existentes, por lo que en un espacio de ocho horas no podíamos pretender verlo todo aun viajando en el trencito local, el llamado Murallito, el que nos lleva a los lugares más importantes. Lo bueno de todo es que queda en uno el aquello de una segunda visita.

¿Qué vimos allí’?  Ante todo, la catedral y su plaza homónima. La catedral, también llamada de Cristo Salvador de Ávila, es la primera de estilo gótico de España. Se dice que su construcción se inició en 1091, la misma es un ábside de uno de los cubos de la muralla. Desde 1949 es patrimonio histórico español.

Otro templo, la Basílica de San Vicente o también de los Santos Hermanos Mártires, Vicente, Sabina y Cristeta, el segundo mayor de Ávila donde se conjugan escultura y arquitectura de estilos románico y gótico. Fue declarado Monumento Nacional en 1882 y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1985.  

La Iglesia Santa Teresa de Jesús es una construcción distinta a las anteriores, ya que posee estilo barroco y su construcción se inició en 1629 y concluida en 1636. La iglesia se levantó donde mismo nació la fundadora de la Orden de Carmelitas Descalzos, Teresa de Cepeda y Ahumada, una benefactora de Ávila. Es Monumento Nacional desde 1886.

El Real Monasterio de Santo Tomás, su construcción, en estilo gótico, se inició por los dominicos en 1480, el que iba dedicado a Santo Tomás de Aquino. El monasterio fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 1985 juntamente con la ciudad vieja de Ávila y sus templos de extramuros. 

La capilla de Mosén Rubí es otro templo, cuyo nombre era el de Mosén Rubí de Bracamonte, señor de Fuentesol, almirante mayor de Francia y fundador del linaje de los Bracamonte en España, el que había llegado a España desde Francia por orden del rey Carlos VI. Su viaje a la península fue para combatir a los moros mediante ayuda solicitada al rey Juan II de Castilla. Esta capilla ostenta la categoría de monumento desde 1991.

La iglesia de San Juan Bautista es una de las más antiguas de la ciudad. Su construcción finalizó en el siglo XII. En este templo fue donde se bautizó Santa Teresa de Jesús. Al lugar se llega fácil, ya que se encuentra a un costado de la famosa plaza del mercado chico.

La plaza mencionada anteriormente es la mayor de la ciudad y en la misma se encuentra el edificio del ayuntamiento. Por sus laterales hay arcas diversas. En esa plaza se hacen presentaciones artísticas de carácter popular.

La Casa de los Dávila o Casa del Marqués de las Navas es otra construcción en estilo gótico, la que fue finalizada en el siglo XIII. Los Dávila eran descendientes de activos participantes en la reconquista de la ciudad de Ávila, aparte de ser parte de la nobleza. El cabeza de familia era Esteban Domingo Dávila, primer señor de las Navas, mientras sus hijos fueron Pedro y Mateo, nacidos de la unión de Esteban con Ximena Blázquez Dávila.

Igualmente pudimos apreciar el Palacio de los Verdugo, el cual ya existía en 1529. Su nombre responde al escudo nobiliario del apellido Verdugo, fundadores de la ciudad de Arévalo y Ávila.  Esta edificación es monumento nacional desde 1991.

Las murallas de Ávila tienen nueve puertas, las que no pude identificar. Dos nada más, entre ellas la Puerta del Carmen, sumamente original, igualmente conocida como Puerta de la Cárcel. La otra fue la Puerta de Alcázar, a mi entender, la principal en la Muralla de Ávila. 

Puerta del Carmen
Puerta de Alcázar

Fuera de las murallas, el Murallito nos llevó a una especie de mirador, llamado el humilladero de los Cuatro Postes, monumento religioso que consta de cuatro columnas dóricas de unos 5 metros cada una. Desde allí uno puede ver muy bien a gran parte de la ciudad vieja y su muralla.

Como ya dije, queda más por ver, pero será en otra oportunidad.

Ricardo Labrada
19 febrero 2023

Sperlonga, la perla del Lazio con vistas al Mar Tirreno

Las olas llegan del mar hasta mí, luego me hablan por sí mismas.
Fabrizio Caramagna (1969, poeta italiano)

Muchas veces habíamos ido a disfrutar a la playa de Gaeta, ubicada dentro de la región de Lazio en Italia y siempre le pasábamos de largo a otro lugar llamado Sperlonga, la que contemplábamos solo al parar en un mirador. Como era verano, siempre estaba repleta de turistas y por muy bella que fuera no invitaba a bajar para visitarla, por lo que lo sabio era ir allá en época otoñal y disfrutar de los paisajes de este pequeño pueblo caminando con serenidad.

La distancia de Roma a Sperlonga es de 150 km, trayecto que se puede realizar tomando la autovía Pontina hasta la indicación de desvío hacia Sabaudia-Terracina, carretera ancha, pero secundaria.  Es por esa razón que llegar al destino final se toma un par de horas tranquilamente. Lo mejor es que por esas rutas uno puede disfrutar de las elevaciones en torno a la Ciociara con sus verdes montañas. El mar no se ve hasta que uno llega a Sperlonga.  

El borgo o pueblo tiene un poco más de 3 mil habitantes. Era por estos lares que Tiberio emperador tenía una cueva toda adornada y lista para sus orgías, además de los aposentos que poseía en la no lejana isla de Capri. El monarca es reconocido como uno de los más perversos en la historia de la humanidad, capaz de practicar la pederastia con varios niños a la vez. Tiberio tenía una cueva llamada Sperlunca y se supone que el nombre del pueblo venga de ahí.

La playa se caracteriza por su longitud y su arena blanca, la que invita al baño. A lo largo de la misma uno encuentra restaurantes, cafeterías y bares, aunque en la época que la visitamos recientemente, muchos de estos locales estaban cerrados.  En una punta cercana al embarcadero de pescadores, hay una torre no muy alta, llamada Truglia, de la cual se puede ver una elevación. Pensé que era alguna de las islas de la zona, pero un italiano, igualmente en visita como nosotros, me aclaró que era tierra firme, un promontorio. Supongo que sea el Promontorio Villa di Tiberio y Costa Torre Capovento.   

Sperlonga fue lugar habitual de saqueo por los sarracenos y piratas. Su economía dependía netamente de la pesca, pero que en las últimas décadas ha derivado al turismo, el que deja ganancias sustanciales en la época estival.  Nos regocijamos con los paisajes allí vistos y también con el almuerzo muy italiano que saboreamos. Italia tiene muchos lugares para ver, pero si se le ocurre a Ud. visitar algún balneario cercano a Roma, creo que Sperlonga sería una buena opción.  

Ricardo Labrada, 22 noviembre 2022 

Una visita al País Vasco francés: Biarritz y Bayona

“Quien ha estado en el País euskaro, desea volver a él, es una tierra bendita”.
Víctor Hugo

Por Ricardo Labrada

Estar en San Sebastián es como una tentación para también visitar Biarritz, una ciudad balnearia en territorio francés, muy famosa por sus paisajes y atracciones. Para los surfistas, Biarritz es un gancho. Basta llegar a la playa principal, la grand plage, para uno ver surfistas disfrutando de la mar. Dicen que el deporte del surf precisamente surgió en Biarritz en 1957.

Cerca de esa playa hay restaurantes, bares-cafeterías, donde uno puede merendar, almorzar o cenar según el interés de cada cual. Vale la pena aclarar que son 6 km de playas, las llamadas la del viejo puerto, la playa grande y la playa Miramar, algo alejada de la ciudad. Hay otras playas más, pero para quien viene por un rato, no puede visitarlas todas.

Llegar a Biarritz desde Donostia lleva unos 50 minutos. Creo que es más el tiempo que uno pierde en cola para cruzar la frontera, que el que lleva ir de un lado al otro. En época estival es un problema conseguir aparcar en Biarritz. Allí no queda otra alternativa que ir a los grandes garajes de los hoteles. Logramos aparcar en un garaje de hotel aledaño a la iglesia Santa Eugenia, donde una plaza nos conduce al paseo marítimo. La emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleon III, al ver Biarritz se enamoró del lugar, y lo convirtió de puerto ballenero en balneario.  

De frente a la grand plage, encontramos el Casino, muy famoso, aunque no creo que supere la fama del existente en Montecarlo. A lo largo del Paseo Marítimo uno puede ver a lo lejos la Roca de la Virgen (Rocher de la Vierge), al cual se llega a través de un puente de madera; el Faro de 74 m de altura. En fin, hay muchas qué ver, pero luego de la playa, decidimos caminar por las calles de la ciudad. Nos faltaron cosas qué ver, como es el Hotel Du Palais.

No lejos de Biarritz está una ciudad algo más pequeña, Bayona, capital de la provincia de Labort en Aquitania, donde hay un atractivo taurino en julio y otro en setiembre. Precisamente llegamos a la ciudad cuando todo el mundo estaba volcado en el montaje de tarimas y otros lugares para poder desarrollar corridas de toros con y sin caballo, algo que a el que suscribe no le interesa realmente.

Bayona es el aumentativo en gascón de la palabra Baia, que significa gran extensión de agua. En esta ciudad está la confluencia de los ríos Adour y el Nive, hay una bella catedral, la llamada Santa María erigida en 1258, patrimonio de la humanidad desde 1998, y que al momento de nuestra visita estaba en mantenimiento. Habíamos aparcado muy cerca del antiguo cuartel de la Nive, ahora Universidad de Bayona. Luego recorrimos a lo largo de uno de los ríos para llegar a la Gran Bayona, zona muy comercial de la ciudad. La plaza Pasteur nos lució muy chula.

En fin, el País Vasco, sea en España o Francia, es algo atractivo y de elegancia. Víctor Hugo no se equivocaba al hablar de esta tierra. 

1 noviembre de 2022

Una visita a las Cuevas de San José y al río homónimo y subterráneo más largo de Europa

Esta cavidad es un afloramiento de aguas
profundas, originado hace dos millones de años.”

Vista del Valle de Uxó y al fondo el Mar Mediterráneo

Por Ricardo Labrada

A una distancia cercana a la ciudad de Valencia se encuentra el paraje natural de San José ubicado dentro del Municipiode Vall de Uxó en la comunidad valenciana. En tres cuartos de hora uno puede llegar en coche de Valencia a San José. Las entradas están disponibles online y si Ud. reservó para horas tempranas, casi al abrir el sitio, y llega temprano al lugar, pues puede que les suceda lo que, a nosotros, pudimos entrar en la misma primera tanda.

La entrada para acceder a las Cuevas de San José, que en valenciano se les conoce como Coves de Sant Josep. No son cuevas sencillas, ya que las mismas son atravesadas por las aguas de un río subterráneo, por el cual se puede navegar y su longitud llega a los 2750 metros. El más grande de este tipo en el mundo es el Hamza, el cual se halla en Brasil y tiene una longitud de 6000 km. Hay otros más largos, como es el Río Secreto en Yucatán (153 km de largo) y el Cabayugán (8.2 km de largo) en el Parque Nacional de Puerto Princesa en Filipinas.

Las cuevas muestran formaciones típicas del lugar, formaciones calizas, estalactitas y estalagmitas. El primer lugar visitado en el recorrido en bote fue la Sala de los Murciélagos, lugar poblado de estos animales en el pasado, pero que ya no existen, solo su nombre. Se pasa por Galería de los Sifones y la Cascada de la Flor. A un punto del recorrido de 800 metros en bote, uno llega al lugar donde puede escuchar un breve concierto musical combinado con luces coloridas. Una parte de la trayectoria, 250 metros, se deben recorrer a pie, donde tanto ahí como en la barca es importante bajar la cabeza bien, ya que uno puede tropezar con la parte baja y superior de la cueva, algo no recomendable. El guía orienta bastante para no lesionarse.

Fuera de las cuevas todo está bien ordenado con cafeterías, restoranes y tienda de suvenires. También existe una escalera algo empinadita, la que permite llegar a la Ermita de San José, cuya construcción fue iniciada en 1698. Desde el lugar hay una especie de mirador que da una vista esplendida del Valle de Uxó e incluso del Mar Mediterráneo.

Otra cosa que nos llamó la atención fue un área de aparcamiento gratis con cinco filas, cada una de unos 200 metros y techada con paneles solares. Fue algo ingenioso y que seguramente ayuda en el suministro de electricidad a la comunidad del entorno.  Se vio río en la parte superior de las cuevas, que asumimos que se llame también San José, pero completamente seco, donde crecen plantas como Ricinus communis L., Xanthium strumarium L. y Bidens tripartita L. En las partes altas del lugar había cactus (Opuntia máxima MILL), indicador que la sequía es algo que golpea el entorno.

Aparcamiento techado con paneles solares
El río en la parte de la entrada a las cuevas completamente seco

27 setiembre de 2022

Visita al País Vasco. II. San Sebastián (Donostia) 

«San Sebastián es un imán para la tercera edad.» 
Vieja cita sobre San Sebastián

Por Ricardo Labrada

Si la belleza merece nombre, me parece que San Sebastián (en euskera Donostia) es casi su sinónimo. Desde que uno llega a la capital de la provincia de Guipúzcoa en el País Vasco comienza a ver elegancia y belleza por doquier. Con tan buena suerte que encontramos un aparcamiento en el mismo Palacio de Congresos y Auditorio Kursaal, el que fuera inaugurado en 1921, pero luego renovado en 1975. El Palacio está de frente a la playa Gros y a la desembocadura del río Urumea.  

Palacio Kursaal
Puente Kursaal sobre río Urumea
En la Playa Zurriola

Salimos de ese lugar y a caminar bordeando las playas. La primera que nos encontramos en la trayectoria fue la Zurriola, donde hay un puente muy bonito que une al Kursaal con la ciudad. El puente se llama de la Zurriola, pero es más conocido como puente Kursaal. 

Aclaro que en Donostia hay ciudad vieja y ciudad antigua. Lo primero que visitamos fue la ciudad vieja, para lo cual caminamos por amplio paseo que nos iba llevando en sus laterales a plazas e iglesias, además de calles angostas muy típicas en España y otras partes de Europa. El clima era óptimo, calientico como le gustan a los caribeños, algo no muy frecuente en este lugar.  

Plaza de la Constitución y de frente antiguo ayuntamientto ahora Biblioteca nacional

 ¿Qué vimos en esa primera parte del recorrido? La plaza de la Constitución inolvidable, donde me dicen que festejan la tamborrada de San Sebastián coincidente con el día de Santo Tomás. Allí se encuentra el viejo ayuntamiento de la ciudad, Luego visitamos dos iglesias, la Basílica de Santa María del Coro, con fachada barroca; y la parroquia o iglesia de San Vicente Martir, construida hace más de cinco siglos. A diferencia de la primera mencionada, la de San Vicente tiene estilo gótico. No se puede omitir en el paseo la vista del puente María Cristina de San Sebastián.  

Basílica de Nuestra Señora del Coro
Altar en Basílica de Santa María del Coro
Iglesia San Vicente
Puente María Cristina

Llegamos hasta las Portaletas o entrada al puerto de San Sebastián viniendo por la Calle Arrandegi. En Portaletas o Puerta del Mar hay un balcón con tres entradas, el que marca el límite entre la ciudad vieja y el muelle. 

Calle Arrandegi
Portaletas

Caminando hacia la izquierda nos tropezamos con la playa La Concha, que estaba llena de gente para bañarse. No probé la temperatura del agua, ya que no llevé traje de baño, pero considero que esos ciudadanos europeos tienen una buena resistencia al agua fría. El ayuntamiento no podía faltar, antiguo casino, donde la alta sociedad se reunía para sus bailes, conciertos y juegos al azar, entonces prohibidos.  

Playa la Concha
Ayuntamiento

La Catedral de la ciudad o del Buen Pastor se puede ver desde distintos ángulos, por lo que llegado a la playa de la Concha no quedaba más remedio que ir a visitar ese templo, construido en el siglo XIX. La catedral, nos dice wikipedia, es sede de la diócesis de San Sebastián, perteneciente a la archidiócesis de Pamplona. La torre principal mide 75 metros y la iglesia tiene un ancho de 36 metros. Llama la atención que por dentro no tiene tanto lujo como las otras iglesias visitadas, pero su parte exterior es imponente, con su estilo neogótico. Alrededor de la catedral hay lugares para refrescar y tomarse un café.  

Catedral del Buen Pastor
Altar Catedral del Buen Pastor

Desde el muelle y playa la Concha también vimos el Monumento al Sagrado Corazón de Jesús, el cual se halla sobre el monte Urgull. Preguntamos si se podía ir en coche o había otra opción, y nos dijeron que sólo a pie. Así que nos conformamos con verlo desde abajo.  

Sagrado Corazón de Jesús

Habíamos pasado también por la Plaza Cervantes, donde se encuentra un monumento a Don Quijote y a Sancho Panza, además del famoso Teatro Victoria Eugenia, donde tienen lugar los famosos festivales de cine.  

Teatro Victoria Eugenia (foto de Victoriaeugenia.eus)
Quijote y Sancho Panza en Plaza Cervantes

Vino el necesario receso para almorzar y a su vez regresar a tomar el auto para llegar primero a la playa Ondarreta y luego ir hasta el Monte Igueldo, el cual tiene acceso para coches. Las vistas de San Sebastián desde esta altura son impresionantes y nos da la posibilidad de identificar algún que otro lugar por donde no hubiéramos pasado. La belleza de San Sebastián o Donostia se hace evidente desde este lugar. El Monte Igueldo tiene muchas diversiones aptas para niños y jóvenes. Daba envidia ver como ellos disfrutaban del lugar. Nosotros estábamos felices de poder ver la ciudad en toda su amplitud.  

Torre en Monte Igueldo

Al siguiente día volvimos a la playa Ondarreta con el objetivo de ver un poco de esta barriada residencial, pero también para visitar la escultura Peine del Viento, obra de Eduardo Chillida. Son tres esculturas de acero ancladas en los arrecifes al pie del Monte Igueldo.  

Escultura Peine del Viento

Como había hablado de ciudad antigua, por lo que pude averiguar ese lugar va desde Ondarreta hasta el Monte Urgull. San Sebastián tuvo asentamientos romanos de los siglos I y II d.C. Se entiende que en ese lugar había una extensa área comercial, por lo que se le llama antigua y no debe confundirse con la ciudad vieja.  

La barriada residencial en Ondarreta y sus alrededores nos pareció estupenda para vivir, solo que enseguida nos acordamos del invierno en estos lares y el entusiasmo decae inmediatamente. En verano visitar a San Sebastián es una idea maravillosa y se la recomiendo a todo el que visite España. Una de mis hijas estuvo aquí en período entre otoño e invierno y me dice que el viento es fuerte, por lo que uno no disfruta de todo lo bello de esta ciudad.   

18 setiembre de 2022 

Visita al País Vasco. I. Bilbao

En la mar se crían peces y en la orilla caracoles,
y en la ría de Bilbao hay muchachas como soles.”
Un popular refrán vasco

Por Ricardo Labrada

El País Vasco es una comunidad dentro del territorio septentrional de España, la cual consta de tres provincias: Álava, capital en Vitoria-Gasteiz; Guipúzcoa, capital en San Sebastián o Donostia; y Vizcaya, capital en Bilbao. Comenzaremos por el área vizcaína con la visita a la ciudad de Bilbao. En una segunda parte se abordará San Sebastián.

La visita al País Vasco estaba pendiente desde el pasado año. El covid-19 fue el causante de esa posposición. En Europa se debe viajar en el verano, ya que el invierno trae sus sorpresas de lluvias torrenciales, nevadas y días sumamente cortos en luz solar, por lo que en este verano el viaje se hacía inaplazable. Visitar a una ciudad y región es como leer rápido un libro.

De Valencia a Bilbao hay unos 612 km, por lo que salimos temprano para así ganar tiempo y evitar un poco de sol fuerte por la carretera. Primero uno toma la autovía A-23 y luego la autopista con peaje AP-68. El recorrido por esta última vía le permite a uno ver los extensos viñedos de La Rioja, donde se producen vinos de extraordinaria calidad.

La ciudad de Bilbao es reconocida por su variada arquitectura. Por lo que desde que salimos del hotel, al cual llegamos en coche con alguna dificultad creada por esa “maravilla” de GPS, nos encontramos con la plaza (Jesusen Bihotza Plaza) y el altísimo monumento al Sagrado Corazón de Jesús. Luego de visto y fotografiado el lugar, tomamos rumbo a la derecha para caminar largamente hasta llegar al Centro Alhóndiga, institución cultural, de ocio y deportivo, con 43 columnas, casi todas de variados colores y forma, las que simbolizan las diferentes culturas existentes en nuestro mundo. El lugar es espacioso y da gusto visitarlo.

Sagrado Corazón de Jesús

De ahí salimos en dirección desconocida hasta que fuimos a parar al famoso Teatro Arriaga, construcción neobarroca dedicado al al compositor bilbaíno Juan Crisóstomo de Arriaga, a quien se le reconoce como el Mozart español. Las primeras vistas y fotos del teatro se tomaron desde el puente Arenal. Bilbao posee 13 puentes (llamados zubia en euskera).

Teatro Arriaga

Luego recorrimos todo ese lugar en sus alrededores, desde donde pudimos ver la plaza y Estación de la Concordia o de ferrocarril de Bilbao. Dejando atrás el puente Arenal y atravesando calles bastante angostas, donde uno puede apreciar mucho de la belleza de la ciudad hasta llegar caminando hasta la Catedral de Santiago. Desde allí continuamos el paseo por otras calles similares a las ya mencionadas hasta ir a parar or detrás del Teatro, logramos llegar a la Plaza del Mercado y de ahí al Mercado de la Ribera, donde hay lugares para beber y comer.

Estación y Plaza de la Concordia
Mercado de la Ribera

Realmente perdí el orden de los puentes e iglesias vistos, ya que Bilbao es mucho lo que ofrece. Cerca del Mercado indicado está el Puente San Antón y a su lado la iglesia del mismo nombre, que igualmente se le llama de San Antonio Abad. Si uno se desvía a la izquierda de este lugar, verá un edificio perteneciente a Ferrocarriles Vascongados, los que ya no existen desde 1995. Más adelante vi otro edificio, el llamado Colegio maestro García Rivero construido en 1923, el cual posee una arquitectura propia. En los alrededores también se halla el Instituto Politécnico Emilio Campuzano, que tiene una entrada con tres torres tipo helénico.

Ferrocarriles Vascongados, Colegio maestro García Rivero y abajo Instituto Politécnico Emilio Campuzano

Si hablamos de edificaciones con sus originalidades hay que mencionar al Edificio Guridi, construcción de estilo modernista de 1902. El departamento vasco de sanidad es otra obra llamativa con sus figuras geométricas de cristal. Otro edificio que me llamó la atención fue el Centro Municipal Cultural de Castaños, tampoco faltan las casas coloreadas a lo largo de la ría del Nervión o del Ibaizábal, desembocadura de los ríos Nervión e Ibaizábal, de ahí provienen los nombres.

Casas coloreadas

En la caminata, como he dicho, muchas iglesias y no las vi todas. Las vistas fueron la Iglesia del Sagrado Corazón, la de San Nicolás y la parroquia de San José, además de la San Antón. 

Al siguiente día la caminata comenzó por el edificio Iberdrola, el más alto de la ciudad, cerca del cual se halla el Palacio de Euskalduna o Palacio de Congresos y de la Música. Detrás de este Palacio estaban los astilleros de Bilbao. Me contó una persona del lugar que en ese lugar trabajaban muchos obreros y en las mañanas todos paraban por unos segundos para ver pasar a una fémina muy bella llamada Carola, la que paraba el trabajo del personal de los astilleros y, al parecer, otras cosas más. El astillero desapareció, pero no así la memoria a la bella Carola, a la cual se le dedicó una Grúa que lleva su nombre. Luego bajamos algo por la avenida Abandoibarra hasta llegar al famoso Guggenheim y dedicar su debido tiempo.

Edificio Iberdrola
Grúa Carola

En las afueras del Guggenheim uno puede ver la enorme mascota de la ciudad, conocida como Puppy, y también de otro lado próximo a la ría la araña gigante llamada Maman o sea madre en francés. Entrar al Guggenheim es todo un placer. Allí uno puede variadas obras de arte, colección de coches de distintas épocas y de otros medios de locomoción. Desde allí uno tiene vistas interesantes de la ciudad, sobre todo del puente aledaño, de la Salve, coronado por un Arco Rojo. Tan bonito es estar dentro como en los alrededores del Guggenheim. De ahí sin más remedio fuimos hasta el puente indicado, luego bajamos para hacer un recorrido a lo largo del paseo de la ribera de la ría con una parada forzosa para comer. Por ese paseo pudimos ver una escultura a las Sirgueras, ni idea que eso hubiera existido en Europa. Mujeres que remolcaban los barcos, las que eran explotadas miserablemente. Hacían el trabajo de animales por unas pesetas. Eran cuadrilla de dos a cuatro mujeres arrastraban gabarras y embarcaciones de gran tonelaje aguas arriba en el Bilbao de finales del siglo XIX.

Las Sirgueras en Ría de Bilbao

Por esos lares nos tropezamos con las Torres Isozaki, complejo de siete edificios diseñado por el arquitecto japonés Arata Isozaki, de ahí su nombre. Luego el Puente Calatrava o Zubizurri con otra forma muy original. Por ahí cruzamos al otro lado de la ría y nos encaminamos a tomar el funicular para llegar al Mirador del Monte Artxanda, desde donde pudimos ver la ciudad desde distintos ángulos e identificar algunos puentes más, como fue el Euskalduna.

Durante las caminatas pasamos sobre el Puente Arenal y su paseo, cerca del Museo de Bellas Artes, del Ayuntamiento, la Universidad Deusto, la Plaza Nueva y el monumento a Don Diego López de Haro, fundador de Bilbao, y bisnieto del rey Alfonso IX de León. Frente al puente del Ayuntamiento está una escultura creada en 1958 por el artista vasco Jorge Oteiza llamada “Variante Ovoide de la desocupación de la Esfera”.

Al no haberlo visto todo en Bilbao, ciudad muy agradable, es muy probable que planeemos otra visita al País Vasco y veamos todo aquello que esta vez no vimos.

6 setiembre de 2022

Albarracín, uno de los pueblos más bellos de España

La ciudad que lanza a las alturas su increíble perfil alucinado
José Ortega y Gasset

Por Ricardo Labrada

El título de esta narración no es de propiedad del autor, pero sí de muchos turistas que han pasado por España y han tenido la oportunidad de visitar a Albarracín, pueblo situado a una altura superior a los 1100 m, en la sierra homónima, por el cual atraviesa el río Guadalaviar.

El lugar, como es de suponer, estuvo ocupado por romanos, entonces la llamaban Lobetum, pueblo constituido por pastores y agricultores. Posteriormente estuvieron los visigodos hasta el 711 cuando comenzó la ocupación musulmana de la península ibérica. En el siglo XI se asentó un clan bereber, los Banu Razín, el que estableció la dinastía de la taifa de Albarracín, nombre que se deriva de al-Banu-Razín, la ciudad de los hijos de Razín. 

Como en muchos lugares de España, las edificaciones más antiguas son de la época de la ocupación musulmana, en este caso las altas murallas y la famosa torre del Andador, alcazaba que se divisa en lo alto de la ciudad.

Murallas y Torre del Andador

La ciudad es pequeña, su población es de alrededor de 1000 habitantes, pero sus calles empedradas y casas muy originales le conceden al lugar una belleza muy particular.

Hicimos el viaje en coche desde Valencia, para lo cual tomamos la autovía A-23, la misma que lo lleva uno, primero a Teruel y de ahí a Zaragoza. Un poco más de 20 km pasado Teruel se llega a la vía secundaria A-1512, donde hay que bajar la velocidad, ya que la vía comienza elevarse y sus curvas forman perfectas S. Este tramo es lento y se debe conducir con cuidado para evitar accidentes.

A la llegada a Albarracín enseguida uno ve el río y un aparcamiento grande, donde las 24 horas completas cuestan 4 euros, pero no sabíamos que había otro gratuito pasando la Ermita San Juan. Ya habíamos aparcado y pagado, así que ya lo sabemos si hay una próxima vez.

Río Guadalaviar

De ahí a caminar, inicialmente en ascenso, luego se alternan alturas y superficies algo planas. Lo más bello de Albarracín son sus calles, muchas escalonadas, y sus casas. Una de las primeras viviendas con que nos tropezamos fue la llamada casa azul, la que tiene que ver con el amor de un joven de la ciudad con una andaluza, la que sintió nostalgia de su tierra, por lo que el enamorado se decidió a dar color azul añil a las paredes de la casona en la que vivirían. Así ella recordaría el color de su tierra, a su vez, dejó un enorme espacio interno para patio. Él quería que su amada se sintiera como en Andalucía.

Dando vueltas fuimos a parar la plaza Mayor, donde está ubicado el Ayuntamiento, desde el cual hay un balcón con una excelente vista de la parte baja de Albarracín. Después de caminar aquí y allá, llegamos a la casa de la Julianeta muy próxima al Portal de la Molina. Esa vivienda, propiedad de Julianeta, es algo muy original en su diseño, tal parece que una pared de la misma le caerá a alguien, pero ahí está desde el siglo XIV.

Luego pasamos por la catedral del Salvador de Albarracín, edificación construida a finales del siglo XVI, que actualmente sirve de Museo Diocesano. La catedral tiene un campanario. No muy lejos de allí está otra iglesia católica, la llamada parroquia de Santa María y Santiago, la que su construcción es del siglo XV, ya que el templo anterior en el lugar había sufrido incendio.

Parroquia de Santa María y Santiago
Ermita San Juan

Para llegar a una parte del Castillo o Alcázar de Albarracín, construido durante la ocupación árabe sobre un peñasco, tuvimos que subir por unos escalones nada seguros. Como nuestra edad no nos permite acrobacias como en el pasado, llegamos a un punto y de ahí no pasamos. Diría que nos fue más difícil bajar que subir. En cuanto a las Murallas y la Torre del Andador, todo se limitó a verlo de lejos por las razones ya expuestas.

El paseo en el lugar es placentero, pero aconsejo que lo hagan en épocas estivales, ya que las temperaturas de esta altura pintan a nieve en la estación de invierno. Su vecino Teruel, algo más bajo en altura, tiene fama de ser muy frío fuera del verano.

Este pueblo me hizo recordar alguna similitud con otros pueblos pequeños de Italia, donde existen construcciones medievales y las costumbres también guardan cierto parecido, sobre todo en los alimentos, algunos de origen animal de la zona. El escabeche de ciervo que ingerí en el almuerzo estaba exquisito y mejor aún acompañado de una copa de un buen vino tinto.      

8 julio de 2022

Viajando por España: la isla Tabarca

La isla de los poetas.”
Salvador Rueda (poeta andaluz)

Por Ricardo Labrada

Ni idea tenía de la existencia de una islita en medio del Mediterráneo y muy próxima a la costa de la ciudad de Alicante, tan solo 22 kilómetros de distancia. Salió un anuncio por la TV sobre la islita y pregunté a mis hijas, las que ya la habían visitado. ¿Cómo es posible que uno viviendo en la Comunidad Valenciana se le escape ese detalle?

Estamos en verano, busqué la isla en el mapa, efectivamente, había que ir a Santa Pola, ¿dónde queda esa Pola? No estaba claro si antes o después de Alicante. Mejor ir allá y averiguarlo. Salimos temprano en la mañana y tomamos la ruta de la AP 7, antigua autopista de peaje, ahora gratis, veremos hasta cuándo. Me imaginaba que el final del trayecto sería antes de Benidorm, muy equivocado estaba, llegamos a Alicante y ahí nos metimos en una circunvalación hasta que al fin vimos el letrero de Santa Pola.

Embarcadero en Santa Pola

Llegamos al embarcadero del lugar, bastante grande, por cierto, enseguida aparecen los promotores de viaje del lugar a la islita. El viaje de ida y vuelta cuesta 10 euros por persona, el trayecto es de 8 kilómetros desde allí a Tabarca, lo que conlleva estar a bordo entre 20-25 minutos.

Realmente pequeña la isla, la que también se le conoce como Nueva Tabarca o Isla Plan. La superficie es de escasamente 0,3 km2, en realidad nada, y su población, según censo de 2019, un total de 59 habitantes.

Asombrosamente allí todo está recogido, hay una playa de piedra, con un tramito de arena, pero los turistas gustan de ir a las partes rocosas, donde el agua es transparente. Para bañarse allí lo aconsejable es llevar zapatillas de baño y no sandalias, así uno puede caminar por encima de las piedras y no resbalar.

La isla tiene su historia desde la época de los romanos, luego por ahí pasaron genoveses, norafricanos. Allí uno encontrará la torre de St Josep o Castillo de Tabarca, torre militar construida en 1790. Basta con verla de lejos en la altura, ya que está cerrada.

Al atravesar el pueblo, uno encuentra su Plaza Mayor y caminando sin desvío se va a parar a la llamada Punta Falcón. Por la parte derecha de esa travesía uno encuentra la única iglesia de la isla, llamada San Pedro y San Pablo, construida a finales del siglo XVIII. Si caminamos por un paseo que tiene la iglesia en su parte posterior saldremos a la llamada Puerta de Levante.  

En Tabarca se sobran los restaurantes, cafeterías y quioscos de venta de suvenires. El que vaya allí lo más aconsejable es que coma pescado o marisco. El emperador que allí comimos era de muy buena calidad.

Como no fuimos realmente con idea de baño en el mar, el paseo duró hasta el almuerzo, luego regresamos al puerto para tomar la nave que nos condujo de vuelta a Santa Pola.

2 julio de 2022

De visita en la Isla Madeira

Oh, Isla de Madeira, tienes infinitos encantos
Cuando estoy a tu lado, eres todo para mi.
José Matos

Por Ricardo Labrada

Se trata de una visita deseada desde hace buen tiempo, pero que había que programarla con antelación. Madeira forma parte de un archipiélago formado por dos islas habitadas, la mencionada y Porto Santo, además de otras tres no habitadas llamadas islas desiertas, ubicadas en el Océano Atlántico. Todas ellas ya eran conocidas en el siglo XIV, pero su redescubrimiento ocurrió entre 1418 y 1419 por parte de los navegantes portugueses Tristão Vaz Teixeira y João Gonçalves Zarco. La colonización portuguesa vino unos lustros después en la primera mitad del siglo XV. La isla Madeira recibió este nombre por sus bosques, la misma posee una superficie de 741 km²; algo así como la tercera parte de la Isla de Pinos de Cuba. Su longitud es de 57 km y un ancho de 22 km. La isla de Porto Santo, la que no visitamos, se halla 40 km al nordeste de Madeira, y es famosa por sus playas de arena. Podrá ser bella esta isla, pero la temperatura del agua del Atlántico no es muy aconsejable para el que suscribe.

Monumento a Tristan Vaz Teixeiera en Machico

El clima de Madeira en el mes de mayo-junio es suave, sobre todo en el sur, ya que yendo hacia el norte hay más pluviosidad y no es tan soleado como la costa meridional.   

Tan pronto uno llega al aeropuerto de la isla, a 18 km de Funchal, uno puede apreciar bellos paisajes, elevaciones y un ambiente florido. Por casi toda la isla uno puede encontrar plantas del lirio africano Agapanthus africanus, planta ornamental, introducida en la isla, ya que la especie es oriunda de Sudáfrica. Dicha planta se le puede encontrar con flores color violeta intenso o color blanco.

El tránsito en coche en Madeira se facilita enormemente por la existencia de túneles que atraviesan las elevaciones y acortan las distancias. Dichos túneles están todos bien alumbrados, limpios y no se ve charcos de agua en algunas partes como sucede en los túneles que conocemos en varias partes de Europa. Son vías de dos sendas amplias, por lo que, conduciendo con el debido cuidado, no hay peligro alguno. Más complicado es el asunto cuando uno pretende subir empinadas elevaciones para apreciar algún paisaje. El motor del coche debe estar en buen estado para no quedarse mal parado en el trayecto.

Como llegamos muy temprano a la mañana a Madeira, proveniente de Lisboa, decidimos iniciar el recorrido una vez salido del aeropuerto. De esta manera, nos encaminamos al norte rumbo a Porto da Cruz (Puerto de la Cruz), lugar con una costa muy chula combinada con elevaciones. Allí se produce caña de azúcar, disponen de un ingenio para su procesamiento y obtención de ron, el cual se vende tranquilamente en la llamada casa del ron aledaña al ingenio. El lugar está bien atendido y a uno le resulta agradable caminar hasta el pedregal y las arenas negras de la orilla de la playa Alagoa.

Terminada la visita en Porto da Cruz nos dirigimos a las alturas de Caniçal, desde donde se puede ver de todo un poco, sobre todo invernaderos, celdas solares, la costa y su pequeño puerto de pescadores. Todo fue aquí vista panorámica.

Caniçal

De Caniçal salimos rumbo a Machico, segunda ciudad más poblada de la isla, creada alrededor de 1450. El GPS como siempre hizo de las suyas, le pedimos nos llevara a Machico y nos estaba sacando del lugar. Por suerte, paramos en la altura de este lugar, para almorzar en el restaurante MareAlta, lugar con buena atención y un menú muy convincente. Luego de allí bajamos todo el tiempo para llegar a la playa de Banda Além en Machico. Sin problema aparcamos y de ahí nos dirigimos a pie para apreciar su pequeña playa de arena artificial, visitar la iglesia del lugar, nada grande, pero bonita externa e internamente, además del ayuntamiento del lugar.

Terminada esta visita no quedaba otra que ir directo al hotel de Funchal para registro y acomodación. El nombre de Funchal viene de la palabra funcho (hinojo), por lo que funchal es una plantación de este cultivo. En la capital de Madeira nació el famoso futbolista Cristiano Ronaldo. En la ciudad un extenso número de hoteles se hallan en la llamada Estrada Monumental, los que bordean el Lido de la ciudad. Desde lo alto del balcón del apartamento en el hotel se podía nuevamente apreciar un ambiente florido, donde se destacan especies introducidas como el árbol del tulipán africano (Spathodea campanulata), con sus flores color rojizo, muy invasiva en muchas partes del mundo, pero que parece naturalizada en Funchal; y los árboles de origen sudamericano, la fabácea palo rosa (Tipuana tipu) con sus flores amarillas y jacarandá (Jacaranda mimosifolia) con flores color celeste.

El segundo día fue dedicado por completo a Funchal. Lo más fácil es tomar el bus para llegar al centro de la ciudad en menos de 11-12 minutos, nada de coche. El bus vale 2 euros por persona y se puede pagar directamente al chofer a la entrada.  

Lo primero que visitamos fue el casco viejo de la ciudad (zona Velha) y su famoso mercado dos lavradores, donde la parte baja está dedicada a pescadería y mariscos, y la alta a verduras, frutas y artesanías. El lugar suele estar lleno de turistas, pero se mantiene limpio y recogido. De ahí fuimos a la parte del puerto para tomar el teleférico y tener una vista panorámica de la ciudad y a su vez visitar el agradable jardín tropical Monte Palace, uno de los más bonitos a nivel mundial, el cual es casi un museo al aire libre, pues uno puede conocer a través de coloridos azulejos de la historia de Portugal. Tiene varias áreas, japonesa, china, otras, y varias cascadas.  También vimos el Arco Manuelino y la Vasija egipcia, esta última de más de media tonelada de peso.

Terminada la visita, no quedó otra que regresar a la ciudad para visitar otros lugares, como fueron el Forte Sao Tiago y la playa homónima, el llamado Porto Santa María muy cerca del fuerte, las piscinas naturales de Ponta Gorda, solo visita, nada de baño. Siempre dejamos algo para ver en otra ocasión.

Para el tercer día la visita fue a Cámara de Lobos, así llamado por haber sido lugar habitado por la foca monje, que en portugués se le llama lobo marino. El lugar muy pintoresco, ciudad de pescadores, donde se albergó repetidamente el ex-primer británico Winston Churchill, por ser de su gusto. Visitar el puerto es obligatorio y luego hay como un paseo que uno lo lleva a observar las elevaciones aledañas. Terminada la visita, no quedó otra que ir hacia Cabo Girao, el más alto de Europa y segundo del mundo, 589 m de altura, donde hay una plataforma de cristal suspendida, la que a uno atemoriza al inicio, mejor mirar a lo largo y no al fondo. La vista es realmente impresionante y uno de allí puede ver parte de Cámara de Lobos y Funchal. Llegar al lugar es algo que uno debe hacer conduciendo lentamente por la altura y el número de curvas que encontrará en la carretera, pero es una experiencia que bien vale la pena.

Era temprano ese día y regresar a Funchal no era buena idea, por lo que nos dirigimos a Ribeira Brava, para desde allí tomar carretera hasta San Vicente, una distancia de 22 km, la que se realiza atravesando la isla de sur a norte en una media hora. En la medida que avanzábamos el tiempo se nublaba, alguna que otra llovizna y poco sol. San Vicente tiene unas grutas volcánicas y mar apropiado por sus olas para surf. Hay un puente moderno sobre el río San Vicente muy próximo a la desembocadura en el mar. De ahí se hace fácil el rumbo hacia Porto Moniz, pero primero uno tiene que pasar por la parte alta de Seixal, una pequeña ciudad, con casas muy bonitas, las que se puede ver desde un mirador en la ruta. Me hablaron de una cascada por allí, pero no la vimos.

Porto Moniz nos lució chulo desde que llegamos, aunque pasamos buen trabajo para aparcar, señal que estaba muy concurrido por turistas, algunos con elevadas temperaturas corporales para bañarse en las piscinas naturales del lugar, las que son rocas de lava, donde se llenan de agua limpia y transparente del mar. Ya de ahí partimos rumbo a Ponta do Pargo, trayecto que se nos hizo largo a través de montañas y carreteras muy sinuosas. Personalmente tenía deseos de comer pargo, pero ya era hora de comer y paramos un poco antes, donde fuimos bien atendidos, pero no había pargo. ¡Qué decepción! Ya después del almuerzo o comida, seguimos ya en dirección a Funchal y tropezarnos con Ponta do Pargo, donde pudimos apreciar su faro e incluso alguna agricultura local.  La ruta de Porto Moniz a Ponta do Pargo es más larga que lo indicado por internet.

A partir de Ponta do Pargo hizo su aparición un fuerte sol, el que no nos abandonó por toda la ruta de carreteras y túneles pasando por varios lugares, que no visitamos realmente y dejamos para otro día.

La siguiente jornada fue nuevamente dedicada a Funchal, concretamente al Lido, donde pudimos caminar y ver áreas de hoteles, piscinas, cafeterías y restoranes. Luego de regreso nos internamos en un área residencial, donde la arquitectura de algunas de sus casas nos llamó bastante la atención por su originalidad. Las casas en Madeira tienen techo de losas de barro.

Después de un día de relax en Funchal, decidimos irnos a visitar el pueblo de Santana, al cual se puede llegar por la misma vía que uno va al aeropuerto, Machico y Porta da Cruz.  Antes de llegar al lugar, pudimos pasar por un pequeño pueblo de nombre Faial, donde se presentaba una iglesia que dispone de una elevada torre. Entramos al pueblo, pero no había más que ver. Así que seguimos rumbo a Santana, famoso por sus casas triangulares o en forma de V invertida. Es la segunda ciudad más grande Madeira y tiene la distinción de Reserva de la Biosfera de la UNESCO desde 2011.

En Santana nos encontramos con una de estas casas habitadas, donde la persona que nos atendió era un local que había nacido allí y luego con sus padres se trasladaron a Venezuela, donde vivió 44 años, pero que, con la actual situación en ese país, decidió regresar y vive atendiendo al turismo que visita su casa, una de las dos actualmente habitadas. Esas casas tienen por techo paja de trigo, nos cuentan que eso fue debido a que hubo en Europa una plaga de langostas que arruinó la cosecha de granos y por ese motivo se ordenó a las islas producir trigo. Quedaba paja del cultivo, por lo que era menester buscarle utilidad y finalmente fue utilizada para cubrir esas casitas. Las otras casas V son ahora tiendas que venden golosinas y suvenires. Las calles de Santana nos lucieron muy ordenadas y recogidas.

De regreso, se hacía de paso, nos dirigimos a Camacha, otro pueblo, pero más cercano a Funchal, considerado capital cultural de Madeira, título muy elevado, por cierto. Camacha se halla sobre una meseta a unos 700 m sobre el nivel del mar. En el centro del pueblo hay una tienda que vende de todo incluyendo cestería de mimbre, hay un extenso parque, además de la torre del Café Relogio y una iglesia parroquial. En algo así como 45 minutos se puede ver esto que le hemos contado. Al regreso a Funchal volvimos a caminar por el Lido.

El sexto día fue para recorrer la costa sur y visitar Estreito da Calheta, Madalena do Mar, Ponta do Sol y Ribeira Brava. Se trata de pequeños pueblos en general. Nos llamó la atención una especie de malecón que tiene el litoral de Madalena do Mar.

Pasó algo similar en la medida que entrábamos en Ribeira Brava (Río Salvaje), pueblo fundado en 1440, donde sus terrazas muestran extensas áreas cultivadas con banano, algo también común en otros lugares de la isla. Dispone de un atractivo paseo marítimo, al final del cual uno encuentra una escalera de caracol que lo lleva a un mirador de la costa. Antes, si así lo desea, puede visitar un túnel de roca, el que pasado el mismo, tiene un pequeño puerto pesquero, pero que no visitamos, ya que el túnel presentaba un cartel de peligrosidad en ese momento. Dentro del pueblo hay varias tiendas de suvenires y alimentos, además de una plaza delante de la iglesia de San Benito.

El séptimo y último día fue nuevamente dedicado a Funchal y usamos el transporte público, con dificultades, ya que algunas partes de la ciudad estaban cerradas debido a una exhibición de coches de épocas pretéritas, algo muy original, además de la feria de las flores. Por lo que en un punto próximo al puerto descendimos del bus y salimos a caminar por la avenida Arriaga, vía peatonal con vegetación a su alrededor y por el paseo muy próximo a la plaza do Infante, donde se halla una bella fuente y un arca-monumento al Infante Dom Henrique, también conocido como Enrique, el Príncipe Navegante, quien desembarcó en Porto Santo en 1418 y dos años después en la Isla de Madeira.

Yendo por toda la avenida arriba indicada, uno encuentra un bello parque muy florido y con diversos árboles, cafeterías y restaurantes, tiendas de suvenires, la sede del Banco de Portugal y al final se llega a la Catedral o Dé de Funchal, fundada en 1514, la que presenta una combinación de estilo gótico y barroco. Cuando llegamos allí había misa, por lo que entrar para ver no era aconsejable, pero a la vuelta, una hora después, estaba cerrada. Así que nos quedamos con ganas de ver su interior.

Ya próximo al puerto nuevamente, vimos algo de la exhibición de coches de época y descubrimos el Palacio-Fuerte de São Lourenço, construido en el período de 1529 a 1540, muy atacada por los piratas franceses y que sirvió deresidencia de capitanes y gobernadores de la isla. Desde 1943 es considerado Monumento Nacional y ahí residen el Primer Ministro de la Región Autónoma y el Jefe Militar.

Es interesante ver cómo una isla con poblados pequeños y tranquilos se ha convertido en un lugar muy atractivo a visitar por miles de turistas anualmente. Precisamente el orden prevalente invita al fomento del turismo y las ganancias de la isla.

15 junio de 2022

Visita a Lyon, Francia

“Invertir en viajar es invertir en uno mismo.”
Matthew Karsten (bloguero y fotógrafo)

Por Ricardo Labrada

Había dejado para último escribir sobre la visita a Lyon, se antepuso a Annecy y Ginebra, Suiza, en los relatos de este tour. Desde Avignon a Lyon hay una distancia de 230 km. que, yendo por la A7, el recorrido se lleva dos horas y media.

Lyon es una ciudad grande, viene a ser la tercera después de París y Marsella, con una población superior a medio millón de habitantes, o sea más de 50 mil sobre Toulose, la cuarta en cuestión. A Lyon le conocía por allí estar la famosa y ya desaparecida compañía de químicos Rhone-Poulenc, fusionada con Hoechst en 1999 como Aventis Crop Science, la que mantuvo su sede en Lyon, pero como las cosas no le salieron bien como se esperaba, Aventis fue comprada por la Bayer y desconozco que puede haber quedado allí de Rhone-Poulenc o Aventis.  

Grato fue saber que la sede de Euronews radica en el llamado barrio de la Confluencia (donde confluyen los ríos Ródano y el Saona). Además, en Lyon nacieron los inventores del cinematógrafo, los hermanos Lumière, el aviador Antoine St Exupèry, autor del personaje del principito.

El principito
Edificio Euronews

Lo más aconsejable para realizar una visita rápida en esta ciudad es ir en el metro inicialmente a la Plaza Bellecour, la que posee una superficie superior a los 60 mil m², se afirma que es la quinta en Francia y la más grande peatonal de Europa. Allí uno puede ver una estatua al rey Luis XIV. De ahí uno puede seguir adelante y a mano izquierda encontrará la Calle de la República, que nos lleva a la Plaza del mismo nombre, y a la Plaza de los Jacobinos. No obstante, lo mejor es desde ahí pagar boleto para el bus turístico que nos lleva a visitar la ciudad y hace paradas en varios lugares de interés.

Nuestra primera parada fue en la catedral de Lyon, también llamada catedral de San Juan Bautista, ubicada a orillas del río Saona (nunca supimos diferenciar a este río del otro, el Ródano) y en el mismo barrio viejo de la ciudad. Este templo, construido entre los siglos XII y XIV, combina lo románico y lo gótico. Posee un reloj astronómico y en su parte trasera está un jardín arqueológico. La plaza de la Catedral es espaciosa.

Lo lógico era esperar el siguiente bus para ir a la colina Fourvière y así visitar la Basílica de Notre Dame de Fourvière, pero para no perder tiempo, tomamos un funicular cercano, el que nos llevó a la altura indicada, y de ahí uno puede decidir si ir a la Basílica o visitar las ruinas romanas. Nuestra decisión fue visitar la Basílica, templo declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1998. Allí se combina lo románico y bizantino, la Basílica posee cuatro torres y un campanario, además de una estatua dorada de la Virgen María. En el interior de la Basílica hay varios murales de extraordinaria belleza. Debido a la altura, la vista de la ciudad es impresionante, donde sobresale la Tour Incity, rascacielos de 202 metros de altura, construido entre 2012 y 2015, todo para oficinas. Por su altura, es la tercera en Francia. Igualmente, se puede ver la torre metálica construida en 1894, la que sirve para la TV local.

Tour Incity
Torre metálica de Fourvière

Al regreso, pasamos primero por la iglesia católica de St Georges, a orillas del río Saona, en el viejo Lyon, que fuera construida en el siglo VI, luego destruida, y restaurada en varias ocasiones.

Iglesia St Georges

Al salir del lugar nos volvimos a dirigir hacia la catedral para adentrarnos en lugares del viejo Lyon. Como amante del cine, sobre todo el clásico, resultó interesante visitar el museo del cine y de las miniaturas. La planta superior está dedicada a las miniaturas, las inferiores tienen que ver con el cine, particularmente objetos utilizados en las filmaciones, como máscaras, disfraces y otros.

Por las estrechas calles peatonales hay diversidad de restaurantes y cafeterías, por lo que pudimos escoger el lugar apropiado para almorzar (comer en España). Le pasamos cerca a muchos traboules, especie de callejón sumamente estrechos, pero nunca con intenciones de entrar y caminar a través de ello.

Luego volvimos a tomar el bus, el que nos llevó hasta el barrio de las Confluencias, o sea el punto donde confluyen los dos ríos de la ciudad, el Saona y el Ródano, además de apreciar varias edificaciones como las casas con fachadas de colores, el edificio de Euronews, el de la Naranja Metálica, edificio de uso administrativo y comercial, varios puentes, incluido el Schuman, y el museo ultramoderno.

De regreso, cruzando el Saona, fuimos a visitar la llamada Presque’île (casi isla), que está flanqueada por un extremo del río Ródano, a fin de poder apreciar varias plazas como la de los Jacobinos, de la Comedia, la de los Terreaux, esta última presenta la plaza homónima, donde sobresale la Fuente de igual nombre, también conocida como fuente Bartholdi, ya que su autor fue Frédéric Auguste Bartholdi. En ese entorno uno encuentra el hotel de Ville, que es a su vez al ayuntamiento, con frentes en las plazas de los Terreaux y de la Comedia. Está el museo de Bellas Artes ubicado en el antiguo Palacio de San Pedro.

La Opera de Lyon fue construida en 1831 y se ubica en la plaza de la Comedia. Caminando sin rumbo preciso, fuimos a parar a la plaza de los Jacobinos, donde se halla la fuente homónima, y luego el Grand Hotel de Dios, construido en el siglo XII, que fuera hospital y maternidad, y hoy es un hotel. Al entrar en la calle Presidente Edouard Herriot uno puede ver la iglesia de St Nizier, ubicada en el mismo corazón de la Presque’île, entre las Plazas de Terreaux y la de los Jacobinos.

Regresamos a la Plaza de Bellecour caminando por la calle de la República, donde hay un cine de 10 salas, varias cafeterías, donde uno puede saborear exquisitos helados, apropiados para el calor reinante en los meses de verano. El metro está a la mano, por lo que regresar al hotel fue relativamente fácil.

Cine en calle de la Republique

  7 mayo de 2022

De visita en Ginebra, Suiza

No viajamos por escapar de la vida
viajamos para que la vida no se nos escape.”
Anon.

Por Ricardo Labrada

Tantas veces por razones de trabajo estuve en Suiza y en una ocasión hasta un week end turístico en Zurich, pero en Ginebra nunca, a pesar que allí varias veces hice escala en su aeropuerto en viajes a varios lugares de África y Norteamérica.

La oportunidad se presentó con la visita a Annecy, ya que es poca la distancia entre esa ciudad alpina francesa y la ciudad capital del Cantón de Ginebra, Suiza. Incluso no fue necesario ir en coche, bastó tomar un autobús temprano en la mañana desde Annecy, el cual se demoró algo por las varias vueltas que dio en territorio francés y rozando la frontera con Suiza. Son solo 33 km, que se pueden hacer en menos de media hora, pero el autobús se demoró más de 45 minutos. Lo interesante fue que en ningún momento vimos la frontera como tal entre ambos países. Nos vinimos a dar cuenta que ya habíamos llegado por el nombre de las paradas del autobús.

Río Ródano

Ginebra es territorio francófono suizo, es la segunda ciudad de Suiza, la primera es Zurich, y es también la de mayor población en Romandía. Netamente suizos viene a ser alrededor del 36% de su población, el resto son ciudadanos provenientes o descendientes de África, Asia y algunos países del Este europeo. La ciudad, tal y como le sucede a Lyon y otras localidades francesas, es atravesada por el río Ródano, el que emboca en el Lago Ginebra, también conocido como Lago Lemán. No es un solo río, está también el río Arve.

A la llegada, en la zona Seujet, decidimos caminar a lo largo del río en dirección al lago. No fue un tramo corto de caminata, lo que se alternaba con algunas paradas, en una ocasión para tomar un café, el más caro que uno pueda pagar.

En el área de Seujet, Ginebra

Así obviamos el centro de la ciudad, o sea la parte más comercial, con tiendas y cafeterías-restaurantes, y seguimos, hasta llegar a los Bains des Pâquis o Baños de Paquis, playa urbana, fundada en 1932, a poca distancia del Jet d’Eau o Chorro de Agua.

Baños de Paquis
Vista del Lago Leman, Chorro de Agua y cisne en el lago

El Jet d’Eau o Chorro de Agua es la segunda fuente del mundo, la que se encuentra en la desembocadura del Lago Ginebra con el río Ródano. La fuente es operada por dos bombas, las que lanzan quinientos litros de agua por segundo a una altura de 140 metros.

Chorro de agua y Ferris Rueda

Por ahí seguimos hasta llegar al área del complejo de las Naciones Unidas, donde radican varias agencias, entre ellas PNUMA, OMS, Comisión de los derechos humanos y otras.

En áreas del Complejo de Naciones Unidas

De este lugar partimos de regreso, tomando un curso a mano derecha y distanciándonos del río para así ver algo del interior de la ciudad. Así pasamos casi de inmediato por el Monumento Brunswick, mausoleo construido en 1879 en honor al Duque o caudillo de Brunswick Carlos II (1804-1873), el que donó fortuna a Ginebra a cambio de erigirle este monumento de mármol, el que se ubica en los Jardines de los Alpes con dos leones de piedra de guardia. Aledaño al monumento está el hotel Richemond.

Monumento Brunswick

Luego giramos a la izquierda, cruzamos puente y nos adentramos en lo que le llamé down town, como dije, una zona comercial. Aquí la curiosidad son los relojes. Suiza es famosa de siempre por la producción de relojes de alta calidad. Los precios son variables, pero tampoco nada barato. Pasamos por la Plaza de Molard.

En el centro de Ginebra

Siguiendo por esa ruta a la izquierda del río, fuimos a parar a la Plaza de Neuve (de Nuevo), donde está ubicado el Museo Rath o de Bellas Artes, construido entre 1819-1826, que es el más viejo de Suiza. El nombre hace honor al General Simón Rath, oficial suizo, el que desarrolló parte de su servicio en Rusia. Por razones de tiempo y día de la semana, solo pudimos apreciar este museo desde fuera.

Museo Rath

En igual plaza encontramos el Gran Teatro de Ginebra, el cual exhibe en su frente tres frases o palabras: Tragédie, Poésie lyrique et comédie. Este teatro es de 1876 y posee el escenario más grande de Suiza.

El Gran Teatro

No muy distante del lugar está el Museo de las Ciencias, ubicado en la Villa Bartholini y construido en 1825. Este edificio aparece frente al parque Des Bastions, el cual es enorme e invita a pasear por el mismo. La información de este museo indica que posee innumerables instrumentos de astronomía, medicina, meteorología y física.

Museo de las Ciencias
Interior Parque des Bastions

Desde allí comenzamos a caminar por una calle empinada, la que nos condujo finalmente a la Catedral de San Pedro, la que no es católica, es iglesia madre adoptada por el líder protestante Juan Calvino. Este templo se halla en el casco histórico de la ciudad, y ya dentro lo vimos como algo sobrio, aunque con unos bellos vitrales.  

Catedral de San Pedro, frente, interior y vitrales

En el recorrido pasamos cerca de la Oficina principal de correo, radicada en el llamado Hôtel des Postes, que fuera construido en 1892. También pasamos por el Viejo Arsenal, actualmente sede de las autoridades cantonales, donde también podemos visitar un pequeño museo de artillería con una colección de cañones antiguos y mosaicos bélicos de colores vivos.

Hotel des postes u oficina de correo
En el Viejo Arsenal

Al regreso a Annecy en autobús busqué la frontera de Ginebra con Annecy, la encontré gracias a unas banderas francesas situadas justamente después de una especie de arca no muy grande. Esa es la frontera, nada espectacular, un paso libre como otros tantos en el territorio de los países firmantes del acuerdo Schengen.

17 abril de 2022

De paseo por Roma: Basílicas, esculturas y fuentes

Roma es una ciudad que se esconde.
Javier Reverte (1944-2020, periodista y escritor)

Plaza de la República, Roma

En Roma hay más 900 iglesias, en las que se incluyen Basílicas y catedrales. Son muchas, dudo que algún cura de esa ciudad las conozca todas. Aparte de eso, están las esculturas y fuentes en varios ángulos de esta antigua urbe. De nuevo, dudo que un viejo colega de trabajo en Roma, el que alardeaba de sus conocimientos de su ciudad natal, pueda conocer todos estos sitios, los que muestran que el arte está también en la calle.

Entrar a una iglesia en Roma puede ser una sorpresa, ya que uno puede encontrar pinturas fantásticas y de enorme valor. Basta acceder al lugar y ver para asombrarse. Lo mejor de todo es que la entrada es gratuita, no como en otros lares, como Orvieto o Venecia, donde hay que pagar para acceder a sus templos famosos.

Vamos a dar un recorrido breve, el que comenzaremos por la Basílica de Santa María Maggiore, una de las cuatro Basílicas más importantes de Roma, donde se suele festejar la Fiesta de la Asunción de la Virgen el 15 de agosto, día que coincide con el llamado ferragosto. Su fecha de construcción es del 360, entonces era Basílica Liberiana. Se dice que allí apareció la virgen ante un patricio local y su esposa. Les puedo asegurar que la visita a esta Basílica les impresionará por el colorido de sus paredes y techo, por sus pinturas y lo espaciosa de la misma.

Exteriores y campanario de Santa María Maggiore
Interior Santa María Maggiore
Escultura a Papa Pio IX en Santa María Maggiore

Esta Basílica está a dos pasos de la terminal de trenes Termini, por lo que basta llegar al lugar y girar a la izquierda para encaminarse a Plaza de la República, donde en su centro encontramos una enorme fuente. Desde la plaza puede uno bajar por la vía Nazionale y terminar en la Plaza Venecia y el mismo Monumento a Vittorio Emmanuelle II, pero se nos antojó recorrer de otra manera para entrar en la Basílica de Santa María de los Ángeles y los Mártires, situada frente a la Plaza de la República, edificio diseñado por Miguel Ángel en 1560. El nombre del templo recuerda a los esclavos cristianos que allí construyeron las termas de Dioclesiano. Fue todo un descubrimiento por las pinturas que se exhiben y por lo espacioso del lugar, ideal para cualquiera que desee sentarse a meditar.

Entrada, altar y salida de Basílica Sta María de los Ángeles y los Martires
Interior Santa María de los Ángeles y Mártires incluida escultura a San Juan Bautista

Una vez visitada la Basílica nos fuimos en dirección a nuestra derecha y salimos a dar con la fuente del Agua Feliz o fuente de Moisés de 1585, que se halla en la Plaza San Bernardo y el Largo Santa Susanna. La fuente se construyó para abastecer de agua a los barrios enclavados en las colinas del Viminal y del Quirinal. Una joya que no habíamos visto antes en nuestros años de vida en Roma.

Fuente del Agua Feliz o fuente de Moisés en Plaza San Bernardo

De ahí fuimos a parar, sin proponérnoslo, a la intersección de Via delle Quattro Fontane (de las Cuatro Fuentes) y Via del Quirinale, donde en cada esquina hay una fuente y escultura construidas entre 1588 y 1593. Maravillosas, no cabe otro adjetivo.

Tres de las cuatro fuentes, Tiber o Tevere, Arno y Juno o Giunone, falta la fuente de la Fidelidad

Pasamos por el edificio barroco de la Galería Nacional de Arte Antiguo en el Palacio Barberini, terminado de construir en 1633, obra del famoso Pietro Bernini. Entramos en sus alrededores, muy espaciosos también, donde descubrimos una escalinata, cuya historia desconocemos.  

Entrada, frente y escalinata interna en Galería Nacional de Arte Antiguo en el Palacio Barberini

Sin más remedio fuimos a parar a la iglesia de Trinitá dei Monti (Trinidad de los Montes o nombre completo es Santa Trinidad en el Monte Pincio), la que se halla sobre el Monte Pincio y desde ahí uno puede disfrutar de la vista de Plaza España, que se encuentra unos 100 metros más abajo. La iglesia es de 1519 y presenta un estilo gótico. Su interior no es que me haya asombrado mucho, ya que su techo carece de pintura u obras artísticas, pero si uno observa detenidamente apreciara obras de arte en sus capillas y buena decoración en su altar. Desde fuera de la iglesia se pueden ver varias cúpulas de Basílicas romanas incluida la de San Pedro. De frente a la iglesia encontramos el Obelisco Sallustiano, el cual fue tomado por los romanos en Egipto y trasladado a Roma. Mide 30,5 metros y contiene jeroglíficos en egipcio sobre algunos faraones. Ya desde aquí lo mejor es bajar con cuidado, los escalones están algo gastados, para salir a la Plaza España y tropezar de inmediato con la fuente de la barcaza, construida en 1629, obra de Pietro Bernini con ayuda de su hijo Gian Lorenzo.  A mano izquierda, uno verá la columna de la Inmaculada Concepción, erigida en el siglo XIX de frente a la embajada española.  

Iglesia Santa Trinidad en el Monte Pincio, obelisco Salustiano y altar de la iglesia
Interior Santa Trinidad en el Monte Pincio incluida escultura Deposición de la cruz
Vista Plaza España desde Iglesia Trinidad, columna inmaculada y fuente de la barcaza en Plaza España

Caminamos otro poco y vinimos a salir a la Basílica de los Santos Ambrosio y Carlos, situada sobre la famosa vía del Corso de Roma. Este templo fue construido a lo largo del siglo XVII y realmente fue impresionante su decorado interior. Si Ud. visita Roma, no deje de pasar por este lugar, cuya belleza es indescriptible, sobre todo internamente.

Basílica de los Santos Ambrosio y Carlos

Seguimos caminando hasta parar en la plaza San Lorenzo, donde se encuentra la Basílica de San Lorenzo Extramuros o Casa de Dámaso, que se construyó en el siglo IV y fue dedicada al mártir cristiano Lorenzo, fallecido en 258. La visita aquí fue solo exterior, ya que la Basílica estaba cerrada.

Basílica de San Lorenzo Extramuros

Hasta aquí una parte del recorrido. En una próxima entrega se detallarán otros lugares de interés, con recorrido igualmente partiendo de la Basílica de Santa María Maggiore.

30 marzo de 2022

Dedicado en un día como hoy a la memoria de mi abuela materna Lydia, de mi prima hermana Lydia y de mi tía Marta

Visita a Annecy, una joyita de los Alpes franceses

La bella Annecy es algo como
sacado de un cuento de hadas.”
Anon.

Desde que estudiamos geografía por primera vez, nos hicieron conocer a dos ciudades importantes de Francia, o sea Marsella y París. Con el tiempo uno llega a saber de Lyon, luego Grenoble por haber sido sede de juegos olímpicos de invierno, pero de Annecy fue por una casualidad.

En la Alliance francesa se utilizaban audio-videos con diálogos en francés para uno aprender esta lengua. Uno de sus primeros audios se desarrollaba en una estación de trenes en París, donde se encuentran dos amigos, un joven y una chica. El primero iba a un lugar conocido, pero ella al final dice, muy encantada, que iba a Annecy. La pregunta de quién no conoce es: ¿qué de bello tiene ese lugar?

Con el tiempo pude leer en más de una ocasión sobre los encantos de esa ciudad, la que se encuentra en los Alpes, muy próxima a la frontera de la Suiza francófona, sobre todo de la ciudad de Ginebra. Annecy tiene fama también por el festival internacional de cine de animación, el que tiene lugar anualmente.

Para llegar a Annecy la llamada Venecia de Saboya o la perla de los Alpes franceses, desde Lyon en auto, lo más conveniente es tomar la A43, ruta de peaje, que posibilita llegar al lugar en algo más de una hora y media. Son 140 km de distancia, pero recomiendo siempre ir por la ruta de peaje, nunca tomar la secundaria, pues se perdería mucho tiempo.

La ciudad, capital de la Alta Saboya, en la región de Auvernia-Rhodano-Alpes, tiene a su lado un extenso lago igualmente llamado Annecy, el que converge con el río Thiou, que posee 3,6 km de largo y es afluente del río Fier, a su vez afluente del conocido río Ródano.

A la entrada del centro de Annecy uno encuentra una enorme plaza, rodeada de un hotel de lujo y una zona parking subterránea extensa, donde uno puede aparcar el auto por varias horas. Frente al ayuntamiento aparece una flor rosa gigante que le da un colorido festivo al lugar.

Como la ciudad no es muy grande, se facilita la visita caminando, primero uno pasa por calles adoquinadas, las que le hacen a uno imaginar un sitio algo medieval, luego la vista del castillo, otrora hogar de los Condes de Ginebra, que por su forma y vista confirma la idea de medievalidad, y luego los canales, que hacen recordar algo a Venecia, digamos una miniatura de la famosa ciudad italiana.


Castillo de Annecy

En la medida que uno avanza a lo largo del canal, se va aproximando al Palacio de la Isla, que no es más que una isleta que forma el río Thiou frente al casco antiguo. Allí residían los señores de Annecy y en 1325, para aprovechar su ubicación, se le convirtió en prisión.

Canal y Puente de Morens en Annecy
El Palacio de la Isla

El paseo dentro del casco antiguo posibilita ver algunas de las iglesias del lugar, como son Saint Maurice, antigua iglesia de los Dominicos, edificada en el siglo XV; la Basílica de la Visitación, construida en 1930 como iglesia y convertida en basílica en 1951; y la iglesia, antes palacio, de San Francisco de Sales y la Catedral St Pierre.

Lo más pintoresco es llegar a la zona del lago, uno de los más limpios del mundo y segundo más grande de Francia después del lago del Bourget. La combinación de este cuerpo acuático con las alturas alpinas le dan una vista majestuosa al lugar, donde los turistas pueden disfrutar de paseos en lanchas o en botes. Aledaño al lugar hay un extenso jardín, donde lo que más impresiona son sus enormes coníferas. En el lugar no faltan turistas que van a hacer picnic.

Como curiosidad de Annecy está el hecho de ser cuna del químico Claude Louis, conde Berthollet​, el que junto a Lavoisier y otros científicos, concibió un sistema de nomenclatura química que es la base del sistema moderno de denominación de los compuestos químicos. Igualmente fue el inventor de la lejía (eau de Javel en francés).

Escrito por Ricardo Labrada, 28 febrero de 2022 con información consultada en línea

La Ciudad Encantada en la Serranía de Cuenca

«Visitar la Ciudad Encantada de Cuenca es un paseo de fantasía
que nos permite ver rocas transformadas y que asemejan a
muchos lugares y organismos conocidos

Que nadie piense que la Ciudad Encantada en una urbe como tal. No, es en realidad un conjunto de figuras rocosas creadas por la fuerza y antojo de la naturaleza, las que se asemejan a diversos objetos, hombres y animales. Su origen es de hace 90 millones de años, cuando este lugar era parte del fondo del mar de Thetis. Con la evolución de esa zona orogenéticamente, el mar se retiró y el substrato marino a partir de piedra caliza, emergió a la superficie. Agua, viento y hielo han influido en este proceso.

La distancia entre la ciudad de Cuenca y la Ciudad Encantada es de algo menos de 30 km, pero no es que se pueda correr, es peligroso, la ruta es una vía secundaria en la altura y con muchas curvas. No obstante, el hecho de ir lentamente le permite a uno admirar todo el paisaje en ese trayecto. Así que calcule algo más de media hora para llegar al lugar.

El recorrido de la Ciudad Encantada es a pie y demora una hora y media como promedio. Uno puede acortar o alargar según el interés de cada cual. Son treces figuras rocosas a observar, aparte del paisaje, por ser serranía, que a uno le atrae igualmente.

Iré al revés en el recorrido, de izquierda a derecha, tal y como lo hicimos en nuestra visita. Comencemos por el Tormo Alto. Tormo viene de la palabra latina Tumulus, por lo que se entiende que es una roca prominente.

Tormo Alto

Los Amantes de Teruel, figura rocosa que recuerda el amor de Juan Diego Martínez de Marcilla con Doña Isabel de Segura. Una historia de Romeo y Julieta a la española.

Los amantes de Teruel

La siguiente figura asemeja a unos Osos

Los Osos

A continuación, viene la Tortuga

La Tortuga

Luego el Convento, resto de una antigua galería subterránea de agua

El Convento

La lucha entre el elefante y el cocodrilo, algo demasiado original

La lucha entre el elefante y el cocodrilo

El Mar de Piedra, verdaderamente así mismo luce

El Mar de Piedra

El Tobogán,

El Tobogán

La Foca, guarda similitud con este mamífero pinnípedo

La Foca

Le siguen tres figuras, los Barcos, el Puente Romano y la Cara del Hombre

Los Barcos
El Puente Romano
La Cara del Hombre

Para finalizar con el Perro

El Perro

Visitar un lugar así es para no olvidar e igualmente para admitir que no hace falta ir a lugares asfaltados para poder disfrutar, ya que la naturaleza nos ofrece muchos encantos, que todo ser humano, siempre que pueda, debe tratar de conocer.

Escrito por Ricardo Labrada, 5 diciembre de 2021. Todas las fotos son propiedad del autor

Viajando por España: Cuenca

En Ciudad Real el tasajo, en Cuenca el zarajo.”

Conocíamos una bella ciudad llamada Cuenca en la Sierra ecuatoriana, nos encantó y veré cuando pueda describirla y encontrar fotos de esa visita, pero existe otra Cuenca, la primera, la española, menos grande que la ecuatoriana e igualmente situada en una zona montañosa del centro-este de España dentro de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, tiene también sus encantos.

Calle Alfonso VIII en Cuenca

De Valencia a Cuenca lleva más de dos horas y media en coche. Son unos 200 km, pero no todo el trayecto es por autovía, hay un tramo, más o menos de unos 19 km en vía secundaria y ya subiendo altura.

Fueron los árabes los fundadores de la ciudad, cuyo nombre, algo extraño, viene del latín conca, en árabe Qunka, que significa concha. Cuenca formaba parte de la Cora de Santaver, un territorio perteneciente al califato de Córdoba. La ciudad inicialmente estaba formada por un conjunto de jaimas, que son las tiendas de campaña hechas a base de cuero, muy usadas por los árabes. Debido a las disputas territoriales entre árabes y cristianos, la ciudad se amuralló, se construyó su mezquita principal y el lugar tomó forma de Medina (ciudad). Allí se poseía un taller de tapices, el que previamente radicaba en Córdoba.

Plaza Mayor, Catedral a la izquierda y Convento de las Petras al frente

De tantas batallas, Alfonso VIII logró conquistar la ciudad en 1177, donde estuvo con sus fuerzas por espacio de una década, lo suficiente para convertir la mezquita en Catedral y construir otras iglesias. Nuevamente las construcciones principales fueron herencia de lo dejado por el dominio islámico.

Plaza Mayor y al fondo el Ayuntamiento de Cuenca

La atracción principal de Cuenca son las llamadas Casas Colgadas, no diga colgantes, pues resulta ofensivo, aquello no es la Babilonia. Esas casas son de mampostería, sobre las hoces del río Huécar, sujetas sobre piedra labrada y ménsula, de donde se ven los balcones de madera, añadidos posteriormente a la construcción de las casas y que se alzan sobre el acantilado. Para verlas, más le vale salir del casco de la ciudad y encaminarse al Convento de San Pablo, edificación de la orden de los Dominicos en el pasado, desde donde tendrá una bella vista de los acantilados, las casas colgadas e igualmente del puente San Pablo, construido en el siglo XVI, era inicialmente de piedra, pero con el tiempo se desplomó y se reconstruyó de hierro y madera en 1902. Este puente solo se puede ver, pero no cruzar en estos momentos, al parecer no ofrece seguridad.

Casas colgadas en Cuenca
Convento de San Pablo
Puente de San Pablo y Casas colgadas en Cuenca
Ruta fuera de la ciudad y de frente a los acantilados en Cuenca

En la parte más alta del lugar, fuera de la ciudad aparece un Cristo en el llamado Cerro del Socorro.

Cristo en el Cerro del Socorro

En el casco histórico hay otros lugares de interés a visitar como es la Plaza Mayor, donde se ubican el Ayuntamiento, edificación de estilo barroco con tres arcos de medio punto, el Convento de las Petras y la Catedral de Nuestra Señora de Gracia, construcción del siglo XII. Así como el palacio Episcopal que alberga el Museo Diocesano y que está adosado a la catedral.

Catedral de Nuestra Sra. de Gracia

Torre y plaza Mangana una espléndida plaza pública que integra los restos de una parte de la traza del palacio andalusí, de la sinagoga judía.

Torre Mangana
Vista Cuenca desde la plazoleta de la Torre Mangana

Hay otros lugares más que se pueden apreciar en la visita, como es la Iglesia y Plaza del Salvador, construcción de la Edad Media;

Iglesia del Salvador, Cuenca

La Iglesia de San Felipe Neri, construida en 1739;

Iglesia de San Felipe Neri

El convento de la Merced en la plaza homónima, antiguo cenobio de la orden de la Merced Calzada edificado entre los siglos XVI y XVIII;

Convento de la Merced

La iglesia San Pedro en la parte más alta de la ciudad, era una mezquita hasta la llegada de Alfonso VIII, en fin, diversos lugares que pueden verse dentro del casco histórico de la ciudad.

Iglesia San Pedro

Hay muchos otros sitios, cuyas fotos se verán a continuación

Monumento a Alfonso VIII
Escalerillas del Gallo

Por esos sitios y lugares interesantes, Cuenca fue declarada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1996.

Escrito por Ricardo Labrada, 4 diciembre de 2021

Visita a Avignon, Francia

Sobre el puente de Aviñón, bailamos ahí, bailamos ahí.
Sobre el puente de Aviñón, allí bailamos en círculos.”
Parte de la canción popular sur le pont d´Avignon

En este blog ya se ha hablado de Avignon o Aviñón por su relación con el llamado Cisma Occidental, o sea la división interna en la iglesia católica provocada por el monarca de Francia, Felipe IV, el que por su fuerza entonces impuso que la Santa Sede se trasladara del Vaticano a Aviñón. El Papa Clemente V obedeció las ordenes, lo cual resultó en un desorden inimaginable, ya que la iglesia se redujo a recibir indicaciones tipo ukaz de parte de un rey, lo que se prolongó durante casi un siglo (más sobre este evento ver en fuentes, 2020). Un total de siete Papas se instalaron en esta ciudad francesa de 1316 al 1378. 

Calle estrecha de Avignon

La llegada al lugar fue algo tardía, ya que calculamos que de Aigues Mortes a Avignon nos llevaría un poco más de una hora, pero Google map nuevamente nos hizo la gracia al llevarnos por una vía secundaria hasta Arlés y luego a Avignon. El recorrido fue de más de dos horas. Nadie le pide a Google map nos ahorre el dinero, pero sí que nos ahorre el tiempo. No sé qué conflicto tiene esta transnacional con las vías de peaje.

Plaza Papal
Plaza y parte del palacio Papal

Al llegar a Avignon uno observa lo amurallado de la ciudad, son 4 km de murallas, por lo que desde la misma entrada uno va deleitando la vista. Esas murallas se construyeron por los Papas en el siglo XIV. Ah, pero había otra sorpresa, esta vez de booking.com con una oferta de hotel, que está en un callejón llamado Traverse de l’Étoile. Por Dios, una posada cubana en sus buenos tiempos era mejor que este hotel, cuyo nombre me reservo. El barrio me recordó a partes de Marruecos o Túnez, donde la pobreza era evidente. Así que en la noche no salimos a ningún lugar. Esperar a que llegara la mañana para aprovechar el día al máximo. Así lo hicimos, aunque acortamos las visitas.

Río Ródano
La llamada Puerta del Ródano

Avignon (me gusta escribirlo en francés) es una ciudad capital del departamento de Vaucluse, en la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, adonde llegaron los romanos en el siglo I a.C. y llamaron al río que atraviesa la ciudad Avenión, luego más conocido como Ródano.

Puente St Bénézet
Capilla en puente St Bénézet

Su historia está ligada al Cisma Occidental y su centro histórico es precisamente todo aquello que rodea al Palacio Papal. Son en realidad dos palacios, le palais vieux (palacio viejo) y le palais neuf (el palacio nuevo), que nos conformamos con verlos de fuera. Esta construcción gótica fue realizada entre 1318 y 1320 por el legista canónico y cardenal-obispo de Frascati, Bérenger Fredoli.

El recorrido en la mañana comenzó por el puente de la ciudad, también conocido como Pont St Bénézet, el cual se halla sobre el río Ródano y parece como cercenado, ya que solo le quedan veintidós arcos originales. La visita al puente es posible a partir de las 10 de la mañana. Para entrar uno debe exhibir su certificado UE de vacunación, de lo contrario, ni lo intente. El puente exhibe una pequeña capilla, que lleva su mismo nombre, St Bénézet, la que se construyó después de la muerte de este santo.

Plaza del Reloj

 

Opera en Plaza del Reloj
Ayuntamiento o Hotel de Ville

Terminada la visita al puente y vista la orilla del Ródano, nos fuimos al casco histórico, que se halla en una colina, a la cual uno accede caminando por las estrechas calles del lugar. Comenzamos el recorrido por el extremo derecho del lugar, donde se ubica la plaza de l´Horloge (plaza del reloj), lugar muy chic, donde uno puede sentarse a tomar un café como después almorzar. A continuación, aparecen los edificios de la Opera y del Ayuntamiento.

Vista del Palacio Papal desde el puente St Bénézet
Palacio Papal
Vista conjunta de la Basílica de Notre Dame des Doms y parte aledaña del Palacio Papal

Casi a continuación de esta plaza, aparece otra más grande aún, la del Palacio de los Papas, que tiene un aire italiano. Allí están los Palacios ya mencionados y la basílica de Notre Dame des Doms, cuyo interior me lució algo sobrio.

Parte frontal de la Basílica
Interior de la Basílica

Cuando uno sale de la Basílica tiene a continuación una terraza que da a un mirador, desde donde se ve toda la ciudad, hay un jardín y en una parte aparecen fotos de artistas, la primera identificada fue la del actor Gérard Philipe, al que llamaban Príncipe de Avignon.

Vista desde el mirador

En un día de verano, pasear por estas plazas es algo muy agradable y reconfortante.

Fuentes

Anon. s/a. Aviñón. La provence.es. https://www.la-provenza.es/avignon.

Labrada R. 2020. Juan XXIII, uno de los antipapas de la iglesia católica en el siglo XV. Deportescineyotros.com, 31 agosto. https://deportescineyotros.com/2020/08/31/juan-xxiii-uno-de-los-antipapas-de-la-iglesia-catolica-en-el-siglo-xv/

UNESCO. 1995. Centro histórico de Aviñón: palacio de los papas, conjunto episcopal y puente de Aviñón. http://whc.unesco.org/es/list/228

Escrito por Ricardo Labrada, 28 setiembre de 2021

Viajando por España: Zaragoza

En Zaragoza por el Pilar y La Seo, se va muy bien de paseo.

Zaragoza, actual capital de la comunidad de Aragón, fue creada en el siglo VII a. C. Según cuenta la historia, en sus inicios se llamó Salduie o Salduvia, siglos después con la ocupación romana pasó a llamarse Caesaraugusta al ser refundada por Octavio Augusto. En lo sucesivo estuvo en manos de suevos, visigodos, francos hasta que en el 714 los sarracenos la ocuparon, los que estuvieron allí hasta inicios del siglo XII. Fue entonces que Alfonso I conquistó la ciudad con ayuda de occitanos y francos, así surgió el reino de Aragón con Zaragoza como capital.

Catedral del Salvador en la plaza SEO

Zaragoza fue escenario de batallas contra los franceses y algunas partes de la ciudad recuerdan esos enfrentamientos.

Lo que más impresiona de Zaragoza es su casco histórico compuesto por su Catedral- Basílica Nuestra Señora del Pilar o o Santo Templo Metropolitano de Nuestra Señora del Pilar, construcción que posee estilo barroco y neoclásico. Sin embargo, la catedral más antigua es la del Salvador de Zaragoza ubicada en la Plaza de la Seo, fundada en 1119. Ambas están muy cerca una de otra, por lo que caminar en ese entorno resulta interesante y acogedor.

Vistas de la Plaza y la Basilica-Catedral de Nuestra Señora del Pilar

Para llegar al lugar uno debe cruzar un puente de piedra de 225 m. para pasar sobre el río Ebro, el que atraviesa la ciudad. El puente es del siglo XV y a ambos lados del mismo se presentan unas esculturas de leones a la entrada y a la salida.

Vistas del puentes y los leones

En el casco histórico hay una infinidad de cafeterías, bares y restoranes, los que ofertan muchos platos a base de embutidos localmente producidos, además del ternasco de Aragón, nombre con el que se designa a los corderos jóvenes. Esa comida gusta al que suscribe, pero por razones de salud no es aconsejable su consumo.

Arco del Deán
Calle José Palafox

Allí uno encuentra la atractiva calle José Palafox y el famoso arco de Deán, mudéjar de carácter gótico, la Casa Palacio de los Marqueses de Montemuzo, las plazas de San Bruno, de Santa Cruz y la imponente Plaza de Nuestra Señora del Pilar, en la que vemos un monumento a Goya y otras esculturas, además de la Fuente de la Hispanidad, una especie cascada, que se halla en el norte de la Plaza del Pilar de Zaragoza y frente de la iglesia de San Juan de los Panetes.

Fuente de la Hispanidad
Iglesia San Juan de los Panetes

En la zona Norte al salir de la plaza encontramos la iglesia San Juan de los Panetes construido en 1725, la Plaza César Augusto, el Torreón de la Zuda, antiguo palacio llamado de la Zuda, Azuda o Sudda, en realidad un alcázar. En ese entorno se encuentran las antiguas murallas romanas. No muy lejos está un gran mercado de la ciudad.

Murallas romanas

Bastante cerca de la Plaza del Pilar encontramos la Plaza de la Justicia, donde está la imponente Iglesia de Santa Isabel de Portugal o Vulgo San Cayetano y que presenta una fachada de alabastros, lugar muy concurrido por los locales durante la semana santa. Allí una bonita fuente, lo cual le da aún más atractivo al lugar.

Iglesia de Santa Isabel en Plaza de la Justicia
Fuente en Plaza de la Justicia

De regreso al otro lado de la ciudad, nos encaminamos hasta el barrio Arrabal, para poder ver algo singular de Zaragoza, el callejón Lucas, bastante corto y que es la única calle cubierta de la ciudad. En los alrededores uno ve varias viviendas hechas a base de ladrillo, así como murales muy coloridos en las paredes, que dicen que es parte de la arquitectura local del siglo XVIII.

La decepción fue al siguiente día cuando teníamos intención de visitar el Palacio de Aljafería. Debido al covid-19, el aforo estaba limitado, por lo que todas las entradas estaban ya vendidas. El remedio fue conformarnos con pasear en sus alrededores y dejar para otra ocasión la visita a su interior. Este palacio era una fortaleza construida por los árabes en el siglo XI y que sirvió de residencia a los monarcas islámicos y luego aragoneses. Lamentamos esta vez no poder dar una descripción del interior este enorme palacio.

Vistas exteriores del Palacio de Aljafería

Bastante cerca del Palacio de la Aljafería se halla la Plaza del Portillo y su iglesia Nuestra Señora del Portillo, al igual que la plaza de toros, el monumento a Agustina de Aragón, defensora de Zaragoza durante los Sitios, en la Guerra de la Independencia Española, el Edificio Pignatelli y sede del gobierno de Aragón.

Iglesia de Nuestra Señora del Portillo en la Plaza homónima
Edificio Pignatelli

De ahí nos dirigimos al parque de agua Luis Buñuel, el que cubre unas 120 ha en uno de los extremos de la ciudad. Allí uno encuentra hasta playa para los que quieran darse un chapuzón y luego solearse. Posee un atractivo embarcadero para alquilar bicicletas, cisnes y kayak para así recorrer el lugar, además de jardín botánico y acuático. Es realmente un lugar muy bueno para la salud por su vegetación, limpieza, estructura coherente, en fin, nada que criticar. Para llegar al parque hay que pasar por el Puente del Tercer Milenio, igualmente de atractivo.

Playa en parque Luis Buñuel
Parque Luis Buñuel y detrás vista del puente del Tercer Milenio

Escrito por Ricardo Labrada, 30 agosto de 2021

Visita a Béziers y Aigues Mortes, Francia

En Béziers, sus aguas dulces se embellecen con dos estructuras:
las nueve esclusas de Fonseranes y el Puente-Canal.”

Con anterioridad habíamos visitado Carcasona y Narbona en Francia sin darnos cuenta que nos quedaba muy cerca una ciudad con algunos encantos, sobre todo medievales, llamada Béziers. Nada, sería una próxima vez y sucedió al siguiente día de visitar Girona, Cataluña. La distancia entre una y otra ciudad es algo más de 2 horas de ruta en coche por la A9.

Catedral St Nazaire

Béziers es una de las urbes más antiguas de Europa. Ya desde el 36 a.C. era parte del imperio romano e importante lugar para el comercio con España meridional. Cuenta la historia que este lugar sufrió una terrible massacre en el siglo XIII.

Frente de Catedral St Nazaire

El catarismo se había impuesto en el lugar, doctrina cristiana que afirmaba que el pecado se había producido en el cielo, luego perpetuado en la carne, reconocía la dualidad de Dios y Satanás, promulgaba la abstinencia para purificar el alma, en fin, una serie de posiciones con las que la iglesia católica no estaba de acuerdo, por lo que fue considerada herética desde 1209. Los habitantes de Béziers recibieron un ultimátum de renunciar a esa creencia, entregar a los herejes y caso contrario, las ejecuciones estarían a la orden, y esto último fue lo que sucedió.  

Mercado Mediterranée
Parque con zoo artificial

Llegar a Beziers no fue difícil y por suerte encontramos lugar para aparcar a lo largo de la calle Jules-Cadenat, donde se encuentra el Mercado Mediterranée también llamado de las pulgas, el cual está poco distante de la catedral de St Nazaire.

Puente viejo sobre el río Orb

Primero pasamos por un parque muy bonito, fuentes y un zoológico artificial y de ahí nos encaminamos al Puente viejo de la ciudad, considerado el ícono de esta urbe. Llegar no es difícil, pues uno va descendiendo, pero el regreso es para personal apto para olimpiadas. Lamentablemente no nos pudimos acercar mucho al puente, ya que estaba en reparación/mantenimiento. El puente está sobre el río Orb. Luego pasamos por la plaza de la Revolución y observamos su monumento.

Monumento en Plaza de la Revolución

Después de almuerzo y repuesto del ascenso al centro de la ciudad, fuimos, esta vez en auto, a ver las Esclusas escalonadas de Fonserannes, nueve en total, situadas en el Canal du Midi, que vienen a ser el principal atractivo de Beziers. La distancia de la ciudad a las esclusas es de tres km.

Una esclusa

Que nos dice la historia, El Canal de Midi se hizo para conectar el mar Mediterráneo con el océano Atlántico, con lo cual se ahorraba tiempo al acortar la ruta para el transporte de mercancías e igualmente evitar el asalto de los piratas en el estrecho de Gibraltar. Toulouse se une al Atlántico por el río Garona, mientras que, en 1681, después de 14 años de trabajo, se unió con Séte y se logró la comunicación con el Mediterráneo. La obra fue realización de Pierre Paul Riquet, tan biterrois como el que más en Beziers.

Si las esclusas del Canal de Panamá son impresionantes, estas de Beziers por ser más viejas tienen su mérito e impresionan también.

Fuentes en parque Beziers

«El puerto de Aigues-Mortes, ahora playa inútil, vio
la salida de la flota más numerosa y mejor equipada
que jamás haya navegado por los mares

De Beziers decidimos visitar la pequeña ciudad de Aigues-Mortes. Un consejo, nunca vaya por autovías sin peaje si quiere ahorrar tiempo. El mapa Google nos mandó por una ruta larga e innecesaria, al extremo de tener que entrar en Montpellier. Trate de buscar la A9, por la que al final llegará la indicación de desvío para Aigues Mortes.

En las calles de de Aigues-Mortes

Aigues Mortes o Aigas Mòrtas en occitano, que traduzco como Aguas Muertas, está situada en la región natural de Camarga, al sureste de Francia, y pertenece a Languedoc-Rosellón.

Murallas de Aigues-Mortes
Entrada a la ciudad

Esta urbe amurallada se levantó sobre un lugar pantanoso de la Camarga, donde concurren el río Ródano y la costa mediterránea, obra del rey Louis IX, como puerto de partida de las cruzadas emprendidas por el monarca, como puerto comercial de importancia en 1278 y para defensa de posibles ataques del rey Jaime I de Aragón, cuyo territorio comenzaba en la vecina Montpellier y se extendía hasta Cataluña-Aragón, e igualmente del emperador Federico II del Sacro Imperio Romano Germánico. La importancia de Aigues-Mortes duró hasta la la anexión de la Provenza al reino de Francia en 1481.

Monumento a Louis IX o St Louis en Aigues-Mortes

Son 1634 m de murallas, con su torre alta de Constanza, antigua prisión. En el interior de la urbe está la plaza San Luis, la iglesia gótica de Notre-Dame-des-Sablons, y dos edificios barrocos, la capilla de los Penitentes Blancos y la de los Penitentes Grises. A su vez, frente a la entrada de la ciudad, hay un atractivo embarcadero.

Notre dame des Sablons
Interior Notre Dame des Sablons
Embarcadero en Aigues-Mortes

 

Escrito por Ricardo Labrada, 17 agosto de 2021






			

Viajando por España: Girona

Búscate un lugar hermoso y piérdete allí.”
Anon., viejo refrán

De tantos viajes de Italia a España y viceversa en coche, obligados estábamos de pasar siempre cerca de Gerona o Girona (en catalán), cuyo nombre se originó de Gerunda en latín. No sospechábamos la historia y encantos de esta ciudad, fundada a partir del año 77 a.C. por los romanos.

Como buena parte de España, igualmente estuvo en manos de los árabes, cuya dominación duró poco por la oposición de Carlomagno, el que venció a los musulmanes en el 785. Debido al peligro latente de ataques musulmanes, la ciudad siguió amurallándose, o sea se reforzaron las murallas existentes y se ampliaron las mismas para ocupar un perímetro de 930 metros con una altura promedio de 60 metros. Si uno visita Girona, hay que pasar y disfrutar de sus murallas bien conservadas. Estar allí implica visitar las ruinas de la fortaleza Força Vella.

Força Vella
Rambla

En realidad, nuestro recorrido comenzó pasando a lo largo del río Oñar, afluente del Ter, pasamos por la rambla, luego tomamos la calle escalonada o Pujada de Sant Domènec, y de ahí subimos para llegar a las murallas en un día de fuerte sol. Existe una escalera de caracol en la Torre Gironella, aunque no muy alta que, si hay día de mucho calor, uno arriba fatigado a la parte superior, pero vale la pena para tener una vista de la ciudad.

Escalera caracol en Torre Sant Domènec
Museo de Arte antes Palacio Episcopal

Terminado el recorrido murallero, obligatorio pasar primero por la Catedral de Santa María de Girona, que es el punto más alto de la ciudad. Se trata de un templo que se construyó a lo largo de los siglos XI y XIII. Antes de llegar a la Catedral uno pasa por el Palacio Episcopal, ahora Museo de Arte de la ciudad. La Catedral tiene la particularidad de tener un estilo gótico con fachada barroca. Se afirma que el espacio gótico existente es el más grande del mundo. No vi nada lujoso el interior de la Catedral, me lució sobrio hasta cierto punto.

Catedral
Plaza de la Catedral y la escalinata

En el entorno de la catedral está su plaza y luego uno debe bajar por unas escalinatas para poder visitar la Basílica de St Feliu o de San Félix, construida entre los siglos XII y XIV. Obviamente, se hizo en honor a San Félix, pero dentro alberga el sepulcro de San Narciso, oriundo de Girona, el que dice la leyenda que de su sepulcro salieron millares de moscas para atacar a los invasores franceses en la guerra de 1285.

St Feliu

El siguiente paso fue caminar a lo largo del río Oñar y deleitarnos mirando las casas de diversos colores del Call o barrio judío de la ciudad. Las casas se conservan muy bien y realmente es algo muy original, solo visto en Girona. De hecho, los sefarditas vivieron allí hasta el siglo XV. La ciudad tiene varios puentes.

Puente de piedra
Plaza de la Independencia
Monumento a los combatientes en la Guerra de Independencia en Plaza Independencia
Ayuntamiento