Orlando Cepeda, otro Gigante que nos dice adiós

El béisbol es más que un juego, es una forma de vida. Este deporte te
enseña sobre el sacrificio, el trabajo de equipo y la perseverancia.”
Orlando Cepeda

El gran Orlando Manuel Cepeda, más conocido como Peruchín, falleció el 28 de junio de 2024 en Concord, California, pelotero que vi poco jugar. Había debutado en 1958 con los Gigantes, en su primer año en San Francisco, atrás había quedado el Polo Grounds neoyorquino, y en la nueva sede aparecía la superestrella de Willie Mays, pero otros destacados como Monte Irvin y Hank Thompson ya no estaban en sus filas, por lo que la llegada de Peruchín fue de tremenda ayuda. En ese año de su debut, Cepeda promedió ,312, OBP de ,342 y Slug. 512 producto de 67 XHB, entre ellos 25 jonrones y 96 impulsadas.

Cepeda, nacido el 17 de septiembre de 1937 en Ponce, Puerto Rico, en el seno de una familia pobre, llegó a las Mayores después de haber pasado tres temporadas en ligas menores. En 1957, con los Molineros de Mineápolis, Peruchín rompió la pelota al promediar línea de ,309 ,344 y ,508, con 59 XBH, entre ellos 25 jonrones y haber impulsado 108 carreras. Con tales números no había nada que esperar para que llegara a la pelota grande. Llegó y triunfó, su destacado desempeño le valió el novato del año de la Liga Nacional en 1958 y hacerse dueño de la inicial en su equipo hasta 1959, ya que en 1960 esa posición fue defendida por otro grande de esta franquicia, Willie McCovey, al hombre que los lanzadores no le querían pitchear con hombres en posición anotadora. Cepeda pasó a jugar el jardín izquierdo, aunque también alternaba en la inicial. Así la maquinaria de Frisco se fue engrasando para poder llegar a la serie mundial de 1962 y poder presentar una ofensiva respetable a base de Harvey Kuehn, Mays, McCovey, Cepeda, los hermanos Alou, Ed Bailey y Jim Davenport.

Dije al inicio que le vi poco jugar. En 1959 en Cuba se podían ver juegos de Grandes Ligas por la TV los miércoles, sábado y domingo. La totalidad de los juegos que se televisaban se efectuaban en la costa oriental de EE. UU., era un asunto de horario, por lo que tenía que coincidir que los Gigantes estuvieran por esos lares para ver algún que otro juego de su equipo. Peruchín era muy mencionado por su calidad por los narradores y comentaristas cubanos de la época, hablo de los conocidos Felo Ramírez, Rubén Rodríguez, René Molina entre otros. Después del cuarto trimestre de 1960, adiós a esa pelota, podíamos ver los box scores que el periódico El Mundo, dirigido por Luis Gómez Wangüemert, publicaba hasta su desaparición en mayo de 1968 por ordenes de arriba. Llegó el bloqueo, pero el interno en la isla y nos quedamos con los deseos de saber de los resultados de la pelota grande.

No obstante, la figura o más bien el nombre de Peruchín nunca desapareció de mi disco duro mental y le recordaba como uno de los peloteros boricuas más grandes que haya llegado a la MLB. Peruchín jugó con los Gigantes hasta mayo 1966 cuando fue canjeado a los Cardenales por el lanzador zurdo Ray Sadecki. Con los de Missouri estuvo hasta 1969 cuando nuevamente fue canjeado a los Bravos de Atlanta por el receptor y futuro mánager de los Yankees, Joe Torre. Tres años después vino otro cambio, interesante, por cierto, de los Bravos a los Atléticos de Oakland por el polémico lanzador derecho Denny McLain, estrella durante los 60 con los Tigres de Detroit, el que cumplió condena dos veces, la primera por extorsión y posesión de cocaína, y la segunda por fraude de 52,5 millones en la caja de pensiones. A eso sumen que Mclain había sido suspendido antes de esas condenas, cuando tenía 28 años, por apuestas y lanzarle agua en la cara a dos periodistas. Digo interesante, pues en ese momento McLain era un cadáver como lanzador. Es cierto que en 1972 ya Cepeda no era lo mismo que 14 años antes, pero la realidad es que el valor del boricua era muy superior al de McLain al momento del canje. Con los Atléticos Cepeda duró poco y sus dos últimas temporadas, 1973 y 1974, las jugó para los Medias Rojas Boston y Reales de Kansas City, respectivamente.

Entre sus buenas temporadas aparece la primera con los Cardenales en 1967 cuando ayudó a su equipo llegar a ganar el campeonato de la Liga Nacional y luego la serie mundial enfrentados a los Medias Rojas Boston. En ese año Cepeda quedó de líder en impulsadas con 111, conectó 25 jonrones y 37 dobles, y su línea mejor no pudo ser, ,323, 399 y ,524., lo que le valió el MVP de la Liga Nacional. Su bateo en esa serie mundial fue pobre, tal y como le pasó en la de 1962 con los Gigantes. No obstante, en la siguiente temporada los de Missouri volvieron a ganar en la Liga Nacional. Su ofensiva fue inferior en la temporada regular a la anterior cuando bateó para ,244 de promedio ofensivo y conectó XBH 44, entre ellos 16 jonrones e impulsó 73, pero en la Serie Mundial, ganada por los Cardenales contra los Tigres de Detroit, bateó ,250 con 7 imparables incluido dos cuadrangulares y 6 impulsadas.

En su carrera de 17 temporadas, logró promediar ,297, 350 y 499, con 417 dobles, 27 triples, 387 jonrones y 1365 impulsadas. En 1961 lideró jonrones con 46 y 142 empujadas, y cosas de la vida, quedó segundo como MVP. El gran Frank Robinson lo venció y en buena lid por ese premio. Robinson acumuló OPS de 1015, pero por debajo de Peruchín en jonrones e impulsadas.

Cepeda tuvo sus tropiezos en su vida, de los que me resisto a hablar. Esa historia se la dejo a otros que conozcan más y les apetezca hablar del tema, pero, así y todo, Cepeda logró resultados y méritos suficientes para llegar a Cooperstown al ser exaltado en julio de 1999.

Hoy en la mañana (29 junio 2024) cuando veía el condensado entre los Dodgers y los Gigantes, veía y me enteraba del fallecimiento de este peloterazo. Me llamó la atención el sentimiento mostrado por Bob Melvin, mánager actual de los Gigantes, quien es oriundo de la bahía y seguro estoy que debe haber visto muchas veces a Peruchín jugar.

¡Al gran campeón, que descanse en paz!

Esteban Romero
29 junio 2024

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