“Dolomitas, las montañas más bellas del mundo.”
Reinhold Messner (famoso alpinista)
Mucho se ha escrito y millares de fotografías se han hecho sobre este conjunto montañoso, situado en los Alpes orientales de las regiones del Trentino-Alto Adige, Veneto y Friul-Venecia Julia en Italia, con un pedacito igualmente del lado austriaco en las premisas de Lienz.
Salimos temprano en la mañana de Salzburgo, Austria. Había que cruzar frontera para llegar a Italia. Cómico y un poco confuso resultó este viaje, pues tuvimos que volver a entrar a territorio alemán y por su autopista ir rumbo a Innsbruck, Austria. Así que para llegar más rápido había que entrar en territorio vecino para volver a salir. Cuando estábamos de nuevo en Austria, me dio por preguntar adónde habíamos llegado. Un empleado muy simpático nos dijo: “Austria, al final todo es lo mismo”, esto seguido de una risa pícara. Yo lo entendí, pero no me reí. No había olvidado la historia ese señor, por cierto.
Le pasamos cerca a Innsbruck y de ahí rumbo a Italia con una larga cola de coches. Había que llegar a Bolzano para salir por una vía secundaria rumbo a las Dolomitas. Solo queríamos verlas y fotografiarlas. Esa vía tiene inicialmente largos túneles de dos sendas sencillas, pero una vez pasado los mismos, comenzaron las S en la carretera, una detrás de otra y siempre en ascenso. Queríamos llegar a Ortisei, pero nos dimos cuenta de que el tiempo no estaba a nuestro favor. Para un par de viejos no es que a uno le anime caminar por allí o inventarse senderismo. Era solo fotografiar y de ahí ir a dormir a Trento.
Así que después de haber transitado un buen tramo, llegamos a un punto, donde estaba situado un hotel, desde el cual teníamos una vista de las Dolomitas desde distintos ángulos. Los Alpes impresionan, las Dolomitas, en particular, mucho más por esa forma que tiene sus elevaciones, las que a veces dan la impresión de ser como dedos largos de una mano, además de su color grisáceo. Era parar mirar y volver a mirar, y tomar con la cámara todo lo que nuestros ojos admiraban. Así que espero puedan disfrutar de algunas de las fotos del que suscribe.
Al regreso fuimos a almorzar en un restaurante con terraza. Hacía buen calor, por lo que sentarse fuera y poder apreciar el entorno era como un regalo. En todos esos puntos habitados, observamos mucho orden. Ellos hablan alemán como primera lengua, pero uno desde el inicio le advierte que en italiano y ellos acceden amablemente.
12 agosto 2024
Ricardo Labrada






