“El castillo de Neuschwanstein es el sueño de un rey,
un refugio de ensueño en un mundo de realidad”
Frase popular y anónima
Desde hacía tiempo teníamos un especial interés en visitar al Palacio o Castillo de Neuschwanstein en Baviera, Alemania, y llegó el día, pero no el más indicado desde el punto meteorológico. Habíamos pernoctado en Schwaz, poblado situado en el bajo del Valle Inn, Tirol austriaco, donde la población ronda los 12 mil habitantes. Muy bonito ese lugar, el ambiente es rural y me hago idea que ganadero. Habíamos visitado Innsbruck el día anterior y tuvimos la opción cómoda y económica de ir a dormir a hotel de este poblado. La distancia de Schwaz a Innsbruck es de 33 km, media hora de viaje en coche, mientras que de Schwaz a Neuschwanstein son 139,2 km sobre carretera secundaria, unas 2 horas de viaje con tráfico fluido.
El día, a diferencia de los anteriores, pintaba lluvioso. Pensé que sería el chinchín acostumbrado, nada de aguacero, con intermedios secos. Me equivoqué, fue lluvia fuerte y persistente todo el tiempo, y para colmo, parecía como si todos los austriacos y alemanes hubieran salido ese domingo a pasear, por lo que los atascos fueron repetidos. El viaje nos duró más de 3 horas y media para así llegar a Hohenschwangau, donde hay cuatro áreas grandes de parqueo. Hay también hoteles para el que guste allí pernoctar, el Jagerhaus está a primera vista.
Un detalle, nunca supe cuando cruzamos frontera de Austria con Alemania, ni nos enteramos. Como todo estaba en alemán, no vi nada, ni siquiera banderas que me indicaran el lugar fronterizo. Solo noté una indicación para ir a Füssen, Alemania, por lo que deduje que ya estábamos cerca de nuestro objetivo.
Así llegamos a territorio del antiguo reino de Baviera (Königreich Bayern), estado alemán desde 1806, el que desapareció en 1918. Su primer monarca fue Maximiliano José I, con ningún vínculo sanguíneo con Maximiliano I de Austria, el que invadió México y fuera fusilado en el Cerro de las Campanas en Querétaro, quien, no obstante, era cuñado de Sissi, emperatriz, por estar está casada con el emperador Francisco José I de Austria, hermano de Maximiliano I. Estas familias reales han siempre creado tremendas confusiones de parentescos.
Una vez aparcado el coche, salimos a pie a tomar el bus que nos lleva a un lugarcito aplanado en la altura, por donde podemos ir caminando, loma arriba, hasta el Marienbrücke o Puente de María, que nada tiene que ver con la virgen María, su nombre es en honor a la reina María de Baviera, madre del rey Luis II de Baviera, quien mandó a construir el castillo o palacio en cuestión. Desde allí pudimos ver el castillo, muchas veces entre nubes y lluvias, así como el Pöllat, torrente de unos diez kilómetros de longitud en la parte bávara de las montañas de Ammer. El desfiladero que se ve desde el puente, a una altura de 90 metros, es el de Pöllatschlucht. Hay también cerca un lago llamado.
El Palacio de Neuschwanstein fue iniciada su construcción en 1869 por el rey Luis II de Baviera, como ya dije. A este castillo se accede a través de una barbacana simétrica, la que tiene torres a sus lados. Los muros en los exteriores aparecen en ladrillo rojo. La torre más alta (65 metros) es la llamada del rey. El castillo internamente jamás fue terminado. Algunas partes internas así aparecen.
El misterio está en la causa de haberse construido en un lugar de difícil acceso, aunque desde allí se pueden ver tranquilamente la majestuosidad de los Alpes bávaros. Recorrimos sus exteriores, nunca pensamos en entrar en el Palacio. Supongo que las vistas habrían sido mejores con un tiempo soleado y no lluvioso como el que nos afectó todo el camino. La temperatura era baja y la sensación de frialdad aumentó con una humedad relativa altísima. Para colmo, cuando ya nos estábamos marchando con rumbo a Munich, el sol comenzó a asomarse y no llovió en el resto del trayecto hasta el hotel, donde llegamos a pernoctar.
A nuestros lectores, mis disculpas por las fotos pasadas por agua que aquí les muestro. Con una lluvia tan pertinaz, no era tarea fácil para un inepto en fotografía como el que suscribe.
Ricardo Labrada
13 agosto 2024









Un saludo valenciano desde Turquía!
Me gustaLe gusta a 1 persona
Reciproco esos saludos. Gracias por su asistencia y lectura de los textos publicados.
Me gustaLe gusta a 1 persona
De nada.
Me gustaMe gusta