La emigración cubana a los EE. UU.

Hubo una época en que emigrar de Cuba era una
separación definitiva. No había visitas. En los años
80 y 90 era increíblemente difícil.”
Fernando Pérez (cineasta cubano)

Un poco de historia no viene mal para aquellos que quieren ignorar los hechos que demuestran cómo el proceso iniciado en 1959 ha provocado una emigración continúa y casi permanente de la población cubana al exterior, pero principalmente al territorio de su vecino del norte.

Uno emigra voluntaria o involuntariamente, más de lo primero que de lo segundo. Se reconoce que son diversos los factores que provocan las migraciones. Entre estos están los sociopolíticos cuando se discrimina, se persigue o se segrega a personas que no están de acuerdo con el régimen imperante o que les sitúa en un plano incómodo por razones raciales. En estos casos se violan claramente sus derechos humanos. Están también los conflictos bélicos, donde las poblaciones huyen por temor a perder la vida, en muchos casos, ancianos, mujeres y niños.

Hay otras migraciones, a veces no masivas, por razones económicas. Una persona se siente capaz de ir a ejercer un trabajo en un país, donde se paga mejor y sus condiciones de vida son superiores, con menos carencias y mayor bienestar.

La migración es el desplazamiento de personas de un lugar a otro para establecerse en un nuevo emplazamiento. La migración puede ser voluntaria o involuntaria, y puede ocurrir por una variedad de razones diferentes, que van desde cuestiones económicas hasta ambientales o incluso sociales. La estadística de 2019 indica que hay unos 169 millones de personas que han emigrado por razones de empleo, datos que uno debe respetar, pero en los cuales, no lo dudo, algunos gobiernos, sobre todo los totalitarios, inflan estas cifras para así quedar mejor en las cuentas. Es mejor decir que salieron por razones económicas y no que han estado perseguidos todo el tiempo por su forma de pensar, espero que se entienda lo que trato de explicar.

Si uno está bien en su país- no quiere decir que no tenga algún u otro problema, algo muy natural- entonces es cuando la persona comienza a pensar en abandonar la tierra que lo vio nacer, paso nada fácil, ya que conlleva la separación de sus parientes y asentarse en un territorio probablemente con cultura, idioma y costumbres distintas. Ningún gobierno extranjero de la Tierra promoverá la emigración de pueblos, eso es una afirmación necia y carente de fundamento. Uno emigra cuando la vida se vuelve difícil económicamente y desea un empleo que cubra sus necesidades o cuando se le hace problemático aceptar las imposiciones del régimen impuesto, y esa desaprobación lo puede poner en un plano discriminatorio. Esto sucede sobre todo en las naciones con regímenes totalitarios.

Vamos al caso de Cuba, desde el 1 de enero de 1959, cuando hubo una pequeña migración de personas cercanas al régimen saliente de Batista, además de algunas familias adineradas. No fueron muchos en ese momento, por lo que podemos pasarle por arriba. No obstante, ya en 1960 se estableció el raro programa llamado Peter Pan, mediante el cual miles de menores pudieron emigrar a los EE. UU., Dicho programa fue establecido por el Departamento de Salud, Educación y Bienes de los EE. UU. Se llamó Peter Pan por eso que los niños también podían volar. Según Gronbeck-Tedesco (2024), la cifra de infantes cubanos llegados a territorio norteamericano por esta vía ascendió a unos 14 mil, los que fueron asentados en lugares como Helena, Montana, San Antonio, Texas, y Dubuque, Iowa. Las familias que acogieron a estos niños recibían fondos federales y de los Estados también. Puedo asegurar que mucha gente de generaciones incluso como las del que suscribe ignoran la existencia de este programa, ya que el régimen, como dueño ya entonces de los medios de prensa, no divulgó nada al respecto. La salida de estos niños se debió al temor de que se implantara una ley de patria-potestad, mediante la cual los niños serían desposeídos de sus padres por el gobierno cubano.

Sin embargo, algo más de un año después comenzó el primer gran éxodo. Hay quien habla que fue desde 1962, yo afirmo que ese proceso llamado el de Camarioca comenzó en 1961. El padre de un compañero de estudio había venido a mediados de 1961 a buscarlo, pero él se negó a irse. Fueron varios los que se quedaron y los que se fueron. El número de emigrantes creció a lo largo de esa década con los llamados vuelos de la libertad. Si entre 1961 y 1962 se estima que emigraron 20 mil cubanos, esa cifra ascendió a más de 300 mil entre 1965 y 1973.  

En carta al congreso, el presidente John F. Kennedy Kennedy proclamó a EE. UU. como “un refugio para los oprimidos” con una “larga tradición humanitaria de ayudar a quienes se ven obligados a huir a para mantener su vida como seres humanos individuales, autosuficientes, en libertad, con respeto de sí mismos, dignidad y salud” (Gronbeck-Tedesco 2024). Durante el mandato del presidente demócrata Lyndon B. Johnson, se aprobó La Ley de Ajuste Cubano en los Estados Unidos el 2 de noviembre de 1966, la que permite a los ciudadanos cubanos presentes en EE. UU. después de un año de estancia a solicitar la residencia permanente en el país. Este privilegio solo lo tienen los cubanos y le ha permitido a cientos de miles quedarse a residir en los EE. UU. Muchos van de turismo o en visita familiar, y asoman la cabeza al día 366 de su llegada a ese país, legalizan su situación, green card en mano y a esperar otros cinco años para la ciudadanía.

Así que, redondeando, se puede decir que de 1961 a 1973 emigraron a EE. UU. alrededor de 350 mil ciudadanos. Aclaro que esta cifra no incluye aquellos que salieron rumbo a España, la que fue muy inferior, pero también cuenta.

Observen que el primer éxodo comienza con la administración de John F. Kennedy, presidente demócrata, continuó con Lyndon B. Johnson, igualmente demócrata, hasta llegar al republicano de Richard Nixon, quien realmente trató de establecer vías para reducir la inmigración ilegal de los cubanos a EE. UU.

El segundo gran éxodo llegó en 1980, durante el mandato del presidente demócrata Jimmy Carter, donde los factores políticos prevalecieron por encima de los económicos. Todo comenzó en abril en la embajada del Perú y se mantuvo hasta octubre de ese año. Los familiares de Miami venían en sus lanchas a recoger a sus familiares. Eran tantos a emigrar que la administración cubana abrió sus fronteras nuevamente. Bastaba que alguien se declarara homosexual para que lo dejaran marcharse, y no faltó algún que otro delincuente liberado de prisión. El éxodo ascendió a 125 mil personas en menos de un semestre. El Mariel, de hecho, tuvo un impacto en las relaciones de Cuba y los EE. UU. Carter abrió sus brazos y la crisis era como si hubiera sido trasladada a las costas de la Florida.

En lo sucesivo, la emigración continuó, pero a niveles más bajos. La administración cubana, desde antes del Mariel, sabía bien que esa población cubana en el exterior, con sus remesas, era una entrada de dinero en el país equivalente a una zafra azucarera. Así lo hizo saber el mandamás del país en una alocución en video reservado para militantes del país y dirigentes en general en 1978. Es cierto que, con el éxodo del Mariel, un poco que se enfrió el asunto de las visitas de los emigrantes cubanos a su tierra natal, pero pasado un tiempo, se volvió a restaurar con medidas menos lucrativas. Por ejemplo, cualquier cubano visitante estaba obligado a quedarse en hotel y pagar por el mismo, todo un paquete que costaba más viajar de Miami a la Habana que de Miami a Madrid. Así era como querían la segunda zafra en Cuba. Como las visitas se redujeron después de 1980, hubo necesidad de flexibilizar todo este asunto, por lo que posteriormente, el visitante ya podía quedarse en casa de sus parientes.

En 1989 cayó el muro de Berlín y la cúpula gobernante en Cuba sabía que aquello era como una advertencia de lo que venía. La perestroika de Gorbachov no era en lo absoluto aceptada o bien vista por los elementos centralizadores de la economía y la vida de todos los cubanos. Ya el mandamás había advertido que llegado el caso se establecería el período especial en tiempo de paz, a sufrir penurias sin esperanzas de mejoras. Si UD. gobierna y sabe que el tsunami está al llegar, lo prudente es tomar medidas para que eso no llegue a afectar, pero no. le dio por la receta más fácil, inventar medidas numantinas sin razón alguna. Cuba no estaba en guerra, pero la situación económica se tornó tétrica cuando la URSS desapareció en 1991. El enorme subsidio había desaparecido de la noche a la mañana, aunque se sabía que eso llegaba, no se hizo nada, nada de nada, excepto implantar el período mal llamado especial y a sufrir una neuropatía generalizada en buena parte de la población cubana a causa de la desnutrición y el hambre que azotó a todo el país.

Como era de esperar, la gente reventó y por primera vez hubo una protesta popular en 1994, llamada el Maleconazo. Nuevamente el mandamás abrió las fronteras y se inició el éxodo de los balseros. Si se ahogaban en el mar, eso era asunto del enemigo. En pocos meses intentaron emigrar unos 30 mil cubanos. Se iban encima de cualquier cosa, así fuera un neumático de tractor, una balsa de cualquier cosa, de ahí que este éxodo se le llamara de los balseros.

La administración demócrata de Bill Clinton tuvo que hacer frente a este problema en 1994. Primero salvar vidas en la mar con sus guardacostas y luego ubicarlos en la base naval de EE. UU. en Guantánamo. Fue entonces que surgió la política de “Wet foot, dry foot”, pies mojados, pies secos, la que permitió a los cubanos que alcanzaran a pisar suelo de EE. UU. poderse quedar en el país, mientras que los interceptados por los guardacostas en el mar, eran sin más remedio, devueltos a Cuba.  

En lo sucesivo, se logró estructurar un manejo más apropiado de este asunto. Hubo acuerdos entre los dos gobiernos y la emigración logró controlarse algo mejor. Aunque los cubanos, a sabiendas de que podían ser interceptados por los guardacostas americanos, comenzaron a moverse en dirección a costas de Quintana Roo y Yucatán, México, y así evadir a las naves norteamericanas que los podían devolver a Cuba.

Desde siempre muchos cubanos se han quedado fuera cuando se les ha dado la posibilidad de viajar en misiones de estudios e incluso de negocios. Aquí se incluyen funcionarios estatales, deportistas y artistas, cuya cantidad creció enormemente a partir de 1992 y se mantiene hoy en día en niveles muy parecidos. 

Para continuar con la secuencia, hay que decir que hubo pausas con menos emigración legal e ilegal cubana a EE. UU. Los siguientes pasos cruciales en este proceso fueron:

  • El acta de ajuste cubano en 1966, el cual está vigente hasta hoy día, el cual permite a los cubanos poder legalizar su estancia en los EE. UU. a los 366 días de permanencia.
  • Pies mojados y pies secos (1995-2017), mecanismo implantado por la administración de Clinton, el que permitió que muchos cubanos llegaran a concretar su sueño de vivir y trabajar en los EE. UU. La administración Obama, igualmente demócrata, echó abajo la misma tres días antes de abandonar la Casa Blanca. No se entiende que perseguía con esa decisión. ¿Creía el ex-presidente que por su visita a la Habana en 2016 todo se arreglaría?
  • Apoyo a la reunificación familiar, la que las administraciones demócratas han apoyado, lo que ha permitido reclamación de familiares como cónyuges, padres e hijos, o también visados para visitas temporales.

Por el contrario, los gobiernos de George W. Bush y Donald Trump establecieron restricciones a la inmigración cubana. Las más severas fueron las implementadas por Donald Trump a partir de 2017, cuando suprimió viajes y remesas con la esperanza de que el pueblo cubano no soportaría las penurias y se alzaría contra el régimen, pero eso no llegó a ocurrir

A partir de 2021 comenzó otro enfoque con el gobierno demócrata de Joe Biden, el que revertió la mayoría de las medidas de su predecesor, fue entonces, exactamente el 11 de julio de 2021 cuando el pueblo cubano se lanzó a las calles a protestar y exigir libertad. Esas manifestaciones fueron reprimidas por las fuerzas del régimen, incluso el presidente de turno instó a los militantes cubanos a salir a las calles para combatir a “la contrarrevolución”, la que, según él, era alentada por “el imperialismo yanquí”. Así que la zanahoria pudo mover a un pueblo, no así las medidas restrictivas implantadas por la anterior administración.

Miles de cubanos que salieron a protestar pacíficamente están cumpliendo largas condenas en prisión, y realmente no hay un movimiento que exija con dureza la liberación de esos compatriotas. Debe ser algo que sea de magnitud internacional, incluido los socialdemócratas en Europa y en todo el mundo. También debe ser algo permanente y punto de discusión cada vez que un gobierno u organización se siente a hablar con los entes del régimen.

Después de julio 2021 vino un verdadero alud, una avalancha de migración, la que ha superado fácilmente las anteriores de los 60, 1980 y el Maleconazo. Miles de cubanos, la mayoría jóvenes, algunos con niveles de educación universitaria, todos tratando de llegar a territorio de los EE. UU.

La esperanza de un mundo mejor en Cuba ya no existe, las promesas de la revolución ni se cumplieron ni se cumplirán. Viviendas en estado de destrucción, alcantarillado y acueducto obsoletos, carencia de agua potable, plagas y enfermedades golpeando a toda la población, sobre todo por la falta de energía para encender, al menos, un ventilador en la noche para mitigar el efecto funesto de los mosquitos, vectores de diversas enfermedades; asistencia médica ineficiente con carencia de medios para realizar las intervenciones quirúrgicas en condiciones asépticas, falta de alimentos por la pobre producción agrícola existente y falta de transporte. Todo un rosario de dificultades y un cuerpo de dirección del país inepto completamente.

Con ese escenario, ya los cubanos no aguantan más, todo lo que poseen lo venden con la idea de no volver más a la tierra que los vio nacer, pues esperanza de cambio no existe. El éxodo ha sido tan grande, que se nota pueblos del interior casi vacíos, casas en la Habana y sus alrededores igualmente vacías. La población prevalente es de la tercera edad, los que no pueden sobrevivir con las pensiones que les paga el estado. A duras penas llegan a los 12 dólares mensuales.

Las cifras de emigración cubana en los últimos años a partir de 2021 son algo confusas. Da la impresión de que no existe un registro exacto de la cantidad. Grosso modo, creo que supera el medio millón de cubanos, con mucha juventud. Una fuerza preciada de trabajo irrecuperable, pues la mayoría de ellos jamás volverán, pero que no hay forma de recuperar tampoco por las terribles condiciones de vida, lo que no estimula a que las mujeres quieran parir.

Una triste realidad y que tiene sus culpables dentro del país sin reconocer el error y los disparates en más de seis décadas del régimen. Sin una apertura económica interna sincera y con garantías, nada sucederá y el país seguirá hundiéndose mucho más. Los que dirigen, aparte de su ineptitud, son sordos y solo quieren oír melodías que a nadie le resuelve nada. Hay mucho cubano con buenas intenciones que podría eficazmente ayudar, pero eso no parece ser el objetivo de los que gobiernan ni de los que giran alrededor de esa cúpula, como tampoco lo es la libertad del pueblo y la garantía de sus derechos.  Lo real es que, en seis décadas, tan solo a los EE. UU., han llegado de una u otra forma más de dos millones de cubanos, casi un 19% de la población sobre la base de los 11 millones reportados por el último censo en el país.

El proceso de emigración no ha sido nada placentero para aquellos que han abandonado el país, ya que de una forma u otra fueron segregados y discriminados en su momento. Muchos de los que optaron por la salida del país por vías legales mediante viajes de estudios o en misiones, fueron sancionados a largos períodos de prohibición de entrada en su patria. Tampoco se puede dejar de mencionar los miles de cubanos que han muerto en el mar escapando en embarcaciones improvisadas y sin la más mínima seguridad. Cuando alguien decide abandonar su país es debido a razones diversas, pero ante todo la infelicidad y la poca esperanza de mejorar económica y socialmente. En fin, todo esto es tema para ser relatado y discutido en otra oportunidad en este blog.

Fuentes consultadas

IA todo el tiempo y en consulta permanente de los datos numéricos aquí aportados.

Anon. 2020. Explorar las causas de la migración: ¿Por qué migran las personas? Parlamento europeo, europarl, 1 julio. https://www.europarl.europa.eu/topics/es/article/20200624STO81906/explorar-las-causas-de-la-migracion-por-que-migran-las-personas

Gronbeck-Tedesco John A. 2024. Opinión: Cuando Estados Unidos acogió a los niños migrantes de Cuba ‘Pedro Pan’. Los Angeles Time, 11 enero, https://www.latimes.com/espanol/opinion/articulo/2024-01-11/opinion-cuando-estados-unidos-acogio-a-los-ninos-migrantes-de-cuba-pedro-pan

Presol José Manuel. 2016. Camarioca ¿Primer éxodo o experimento migratorio del gobierno cubano? https://www.somosmascuba.com/2016/09/camarioca-primer-exodo-o-experimento-migratorio-del-gobierno-cubano/

Ricardo Labrada
27 agosto 2024

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