“Safari (1956)”, una peli lejana a la realidad

El opresor nunca da la libertad voluntariamente,
esa hay que exigirla por los oprimidos.”
Martin Luther King Jr.

Es bueno hablar de las películas de calidad y también de aquellas que, para el que suscribe, entran en la categoría de las falsedades, sobre todo cuando un filme se desarrolla en un país como Kenia que, por mi trabajo, visité muchas veces.

El director Terence Young era muy dado a realizar filmes de aventuras y de acción. En la década de los 60 se destacó con las pelis sobre el agente 007 entre las 39 que logró dirigir. “Safari” es una mezcla de jungla con ingredientes políticos históricamente falsos. Esto último verificado en fuentes de especialistas de historia, que los lectores pueden ver en documentales en YouTube.

Resulta desagradable ver a un cazador, verdadero depredador, matar a un elefante, algo que hoy en día se censura, pero que en aquella época no tenía mucha importancia. Matar a un animal por pura diversión o entretenimiento es un acto delictivo y en contra de la protección de la biodiversidad. Luego aparece el asunto de un león, a cazarlo también, estaba herido y había que matarlo. Previamente aparece en escena un rinoceronte, “asesino”, por cierto, y “ajusticiado”. Luego el héroe de la peli (Victor Mature) matando a varios cocodrilos y salvando a la heroína (Janet Leigh), la que se había lanzado imprudentemente a navegar en una especie de laguna, que en lo sucesivo se convirtió en lago, como para reír, y sus corrientes terminan en una especie de cascada. Lo ridículo es que en esos lagos abundan de siempre hipopótamos y cocodrilos, los que en la peli aparecen minutos después de que la heroína se hubiera lanzado al cuerpo acuático. Parece que no los vio o vino a saberlo en ese momento después de varios días de safari en el lugar.

El filme es una secuencia de escenas superpuestas con animales, todos ellos “peligrosos”, los que, por su sola presencia, según guion, merecían la muerte, ¿no?  Presentan a los masáis como cazadores, correcto, pero ellos no salen a cazar leones, su objetivo es alcanzar a otros animales para poder tener carne que comer. Un detalle, los leones andan en manadas con dos machos y el resto hembras, las que son excelentes cazadoras. El león que deambule en solitario es por ser viejo y expulsado de forma natural de la manada.

La gran falsedad estriba en la presentación de los Mau Mau, movimiento rebelde surgido a finales de la década de los 40 del siglo pasado en Kenia, el que luchó clandestinamente contra los colonizadores británicos. Los Mau Mau son aquí como sinónimos de apaches, comanches, todos villanos y criminales. No voy a santificar a los Mau Mau, palabra que creo se deriva de la expresión Kikuyu, uma uma (¡váyanse, váyanse!). Ellos pueden haber cometido excesos, pero en una balanza, fueron más los colonizadores quienes llevaron a buena parte de la población kikuyu a una especie de campos de concentración, privados de todo derecho humano. Cuando la corona en Londres se dio cuenta que ese movimiento era indetenible, comenzaron a hacerle propuestas, muchas de ellas finalmente aceptadas por los rebeldes al darles la posibilidad a la población de tener tierra para cultivar y otros derechos. La guerra de los Mau Mau fue un paso importante en el logro de la independencia de Kenia en 1963. Demonizarlos está muy lejos de la realidad histórica.

No invito a nadie ver este filme, no obstante, los curiosos pueden verlo y comprobar todo lo que aquí afirmo. Les advierto que Kenia tiene mucha fauna, pero no tan desorganizada como la muestra la peli. Les anticipo que, al menos, la actuación de Janet Leigh, peor no pudo ser.

Esteban Hernández
4 diciembre 2024

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