Aquí radica el centro del turismo en Camboya.
Todo el que pretenda visitar la antigua ciudad de Angkor Wat está obligado a pernoctar en la vecina Siem Reap, la que en camboyano se llama Siem Riep. De ahí a Angkor Wat hay una distancia de 8 km, por lo que uno debe reservar no menos de 3 noches en el lugar para poder visitar los templos ya descritos en anterior entrega en este blog. Si Ud. es arqueólogo, me temo que necesitará más de una semana, pero para el ciudadano solo lleno de curiosidad bastan 2-3 días. No obstante, uno no puede dejar de visitar Siem Reap y ver cómo es en la noche, sobre todo en la llamada Pub Street, donde uno puede cenar e igualmente comprar suvenires u otros artículos típicos del lugar.
Nosotros nos albergamos en una especie de hostal, bastante cómodo y económico, el que estaba a dos pasos prácticamente de la Pagoda Bo, complejo que incluye, además de la pagoda, un monasterio budista y una escuela, todo entrelazado por jardines amplios y atractivos, además de una calma muy acogedora. No faltan pinturas en techos y paredes llenas de colorido, las que describen mucho de lo cotidiano en el lugar. Aunque hablamos algo con un bonzo en el lugar, no puedo dar muchos detalles históricos del lugar, solo que este es el templo más antiguo de la ciudad, construido hace como 4 siglos atrás.
No faltaron fotos y escritos en murales sobre la masacre ocurrida durante la tiranía de la mal llamada Kampuchea democrática. Los que dirigieron estos homicidios en masa eran sencillamente bestias. Bastaba que uno pensara distinto o que no se quisiera someter a la orden de los mandamases de los jmers rojos, para que fuera llevado a campos de concentración, donde la inanición y el maltrato fácilmente exterminaba a poblaciones de todo tipo, niños, mujeres, ancianos y muchos jóvenes. Toda esa barbaridad se hizo en nombre el marxismo, lo que, en honor a la verdad, no aparece como receta escrita en ningún material escrito por el sabio alemán. También estaba aderezado con su buena dosis de maoísmo.
En ciudad hay hasta un resort, el llamado Angkor Century, así como el museo nacional Angkor.
El otro atractivo de la ciudad es su aeropuerto, algo alejado del centro, el cual tiene vuelos a varios sitios del Sudeste Asiático. El área es espaciosa, limpia y ordenada. No faltan las boutiques de falsos duty free, muy común en el resto de los aeropuertos de este mundo, esculturas alegóricas al lugar y cafeterías.
Los camboyanos son amables, pensaba que hablaban más francés que inglés, equivocado estaba, la mayoría de los taxistas se expresan bien en inglés y en los mercados igual. Uno puede moverse en la ciudad en los famosos tuk tuk, pero las distancias no son grandes, así que un paseíto a pie no viene mal. En cuanto a la comida, uno encuentra de todo lo que se le antoje, gastronomía local, vietnamita, china y occidental, con precios aceptables para el bolsillo de los que vienen de Occidente.
Ricardo Labrada
9 mayo 2025







