La masacre en Gaza, el mundo no puede estar de espalda a este genocidio

Siento una inmensa frustración, enfado y desamparo
Nour Alsaqqa (de Médicos sin fronteras)

Se cumplen más de 600 días del inicio del conflicto en Gaza, nuestra voz resuena con fuerza por Palestina. En más de 20 ciudades la hemos alzado por quienes no pueden hacerlo. Por los miles de familias que sobreviven cada día bajo el asedio inhumano impuesto por Israel. 

En un acto simbólico, personas del equipo de trabajo y socios y socias de Oxfam Intermón se concentraron en la plaza de Sant Jaume en Barcelona. Y no estuvieron solas: desde otras oficinas se han unido cientos de personas más al mismo clamor para lanzar un mensaje claro y urgente: alto el fuego YA y acceso de la ayuda humanitaria sin restricciones en Gaza

También se oyen los testimonios que llegan cada día desde allí de nuestros compañeros y compañeras. Como el de Mohamed que nos cuenta cómo apenas su familia puede comer una vez al día. O el de Roba que nos comparte el profundo dolor de haber tenido que huir definitivamente de su casa en Rafah, empujada por una orden de evacuación israelí.

Gaza ya no puede más. La Franja está colapsada. El sistema sanitario, prácticamente destruido. Las infraestructuras, arrasadas. El agua, la electricidad, los alimentos, casi inexistentes. 

Mientras, miles de suministros esperan en nuestros almacenes e Israel solo permite la entrada de ayuda humanitaria a cuentagotas. Se necesita apoyo para dar fuerza y legitimidad, para presionar y seguir exigiendo justicia.

Info de Oxfam Intermom

Por su parte, Amnistía Internacional nos informa que el embajador palestino Ryad Mansour tampoco calló ante la ONU. Rompió a llorar mientras hablaba de las condiciones a las que se enfrentan los niños y las niñas gazatíes:

Desde que Israel rompió el alto el fuego en marzo más de 1.300 niños palestinos han sido asesinados y unos 4.000 han sido heridos. Son niños, ¡niños!”.

Niños y niñas como Yaqeen Hammad, que ayudaba como voluntaria a su hermano mayor, trabajador humanitario, repartiendo comida, ropa y juguetes entre familias desplazadas. Se había hecho conocida en redes sociales por sus consejos para sobrevivir bajo los bombardeos. Uno de ellos acabó con su vida el martes. Tenía 11 años.

​Niños y niñas como los diez hijos de Alaa al Najjar, una pediatra del hospital Nasser, al sur de Gaza. Salió de casa el pasado sábado para ir a trabajar y salvar vidas. Minutos después, nueve de sus diez hijos morían en un ataque. El mayor tenía 12 años. La pequeña, seis meses.  

Mientras tanto, la ayuda humanitaria sigue llegando a cuentagotas. Lo que se reparte no alcanza. Los niños y niñas pasan hambre. Las madres les piden perdón por no poder alimentarles. Como dijo Ryad Mansour: “es intolerable”.

Para colmo, las tropas israelíes ordenaron una nueva evacuación masiva en el sur de Gaza. Fue justo después de que el primer ministro Benjamin Netanyahu anunciara un ataque “sin precedentes” en la Franja.

Hace unos días, lo dejó claro, su objetivo: controlar toda Gaza y forzar el traslado de cerca de dos millones de personas palestinas a países vecinos, así cumpliendo los deseos de su socio en Washington D.C. Acto seguido bombardeó una escuela en Ciudad de Gaza. Al menos 36 personas han muerto y medio centenar están heridas, 18 de ellas niños y niñas.

Mientras tanto, la ayuda humanitaria sigue llegando a cuentagotasLo poco que Israel ha permitido entrar no basta para cubrir las necesidades más urgentes de una población al borde de la hambruna.

Médicos sin fronteras aporta un relato de la joven palestina Nour Alsaqqa, desplazada en Gaza y trabajadora de esta organización.

Desde el inicio de la ofensiva, Nour ha sido desplazada a la fuerza, ha perdido su hogar en el barrio de Tal el Hawa y ha visto morir a parte de su familia. “Perdí a mi tío y a mi primo en un ataque contra el hospital Al Shifa. Y después, a uno de mis amigos más íntimos. Sigo en estado de negación. No he podido procesar que ya no están”.

Durante los breves días de tregua en enero, Nour regresó a las ruinas de su casa en Ciudad de Gaza. Fue, dice, uno de los momentos más duros. “No estaba preparada para encontrar los restos de mi niñez. Me vi superada. Sentí parálisis, lágrimas, irrealidad”.

Recuerda especialmente un detalle que la marcó: “Mi madre me confesó que echaba de menos las tarjetas que mis hermanos y yo le escribíamos por su cumpleaños. Le dije que si pudiera iría ahora mismo a ese cajón. Y se echó a llorar”.

En Gaza, todo se ha vuelto supervivencia. “Días a la carrera”, como los llama Nour. “Corremos de un sitio a otro, siempre en estado de alerta. Ayudo a mi familia, voy al trabajo, vigilo las noticias. Vivimos en modo supervivencia”.

A pesar de todo, se considera una privilegiada: está viva, tiene empleo, su pareja también. Pero sabe que la mayoría no tiene esa suerte. “Hay gente que ya no quiere evacuar más. No soportan volver a empezar”.

La ayuda humanitaria, señala, es insuficiente. “Hace falta registrarse y desplazarse, pero muchos no tienen acceso a internet o a transporte. Lo que llega no alcanza”, señala. Lo cotidiano se ha vuelto una carrera por lo esencial: “Agua potable, algo para cocinar, abrigo”. Nour sigue adelante porque no puede permitirse otra cosa. “No tengo el lujo de detenerme”.

Nour Alsaqqa no necesita usar palabras grandilocuentes para explicar la tragedia. Su voz, llena de humanidad, dignidad y honestidad, basta para recordarnos que el horror no puede ni debe normalizarse.

Si el mundo ha permitido que lleguemos hasta aquí, ya no tengo motivos para pensar que esto pueda acabarse.” Dice Nour.

Nota del que suscribe y presenta estas acusaciones en blog: No guardo ninguna animosidad hacia Israel y sus ciudadanos. He tenido o tengo relaciones profesionales con varios colegas de ese país y hasta amistades, pero de igual manera he tenido relaciones y amistad con profesionales árabes, incluido palestinos. Reconozco que este es un complejo problema, pero lo que nunca podré admitir o aprobar es esta masacre de niñas y niños, mujeres y ancianos, a los que consideran terroristas al mismo nivel que a los militantes de Hamas e, incluso, les llegan a llamar animales. Llegará un momento en que la humanidad ajuste cuentas con los que cometen este genocidio, igual que hubo un Nuremberg después de 1945, habrá otro proceso similar en su momento. A cada cual le llega su castigo y no habrá muchos que lo lloren. He condenado la barbarie cometida por Hamas irresponsablemente, la que ha dado la oportunidad a los carniceros del lado opuesto de actuar. Ahora no queda otra cosa que condenar a estos agresores en Gaza, los que paradójicamente son descendientes, probablemente, de muchos que sufrieron el criminal holocausto ejecutado por los nazis.  Europa no puede estar como simple espectadora, el resto del mundo tampoco. Si un día nos opusimos a la injusta y criminal guerra en el Vietnam, hoy no nos queda otra que oponernos con firmeza a esta agresión y abogar por una paz justa para todas las partes involucradas. Y no olvidemos, Gaza es territorio palestino y debe ser habitado por su pueblo, nada de inventos irresponsables de construir hoteles, casinos y antros para el turismo, hay que reconstruir escuelas, hospitales y lugares de esparcimiento para su población.

29 mayo 2025

Un pensamiento en “La masacre en Gaza, el mundo no puede estar de espalda a este genocidio

  1. En rueda de prensa del 29 de mayo de 2025, el presidente de los EE. UU. afirmó que las cosas iban bien en Gaza, interesante afirmación. Lo peor es que los periodistas allí reunidos no dijeron ni pitochi, lo que demuestra que esa prensa no llega.

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