Algunos antecedentes de la guerra Israel-Irán

No solo los vivos son asesinados en la guerra.”
Isaac Asimov

Desde que el Sha de Irán fuera derrocado a finales de la década de los años 70 del siglo pasado, se inició una confrontación de este país con Occidente y en particular con Israel. Irán, con el régimen del Ayatollah, desde un inicio se posicionó a favor de la causa palestina y se convirtió en una pesadilla para Occidente y para el mismo Israel. No voy a relatar toda la historia, pues la conozco a pedazos y de aquello que se publicaba en Cuba en aquella época.

Mejor situarse en el presente y ver claramente cómo ha sido la situación desde hace algo más de una década. Con ayuda de IAlita, con la que uno trata de llevarse bien, aunque no siempre se logra. No obstante, ella proporciona información y datos exactos, por algo es Inteligente.

Estados Unidos tuvo un momento que logró un acuerdo de paz con Irán. Duela a quien le duela, ese acuerdo se llamó Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA), firmado en julio de 2015 entre la administración del presidente Barack Obama y las autoridades de Irán. El  acuerdo tenía como objetivo principal limitar el programa nuclear de Irán para garantizar que su desarrollo no pudiera  o lograra fabricar armas nucleares, a cambio de aliviar las sanciones económicas y financieras internacionales que afectaban a Irán. Los aspectos fundamentales del acuerdo, dice IAlita, fueron:

– Reducción significativa de la capacidad nuclear de Irán: Irán acordó reducir su cantidad de centrifugadoras, disminuir sus reservas de uranio enriquecido y modificar o desmantelar instalaciones clave.

– Supervisión internacional: la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), radicada en Viena, Austria, obtuvo acceso regular para verificar que Irán cumpliera con los compromisos del acuerdo.

– Levantamiento de sanciones: Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas levantaron muchas de las sanciones económicas y financieras que habían sido impuestas a Irán, facilitando así su comercio internacional y acceso a fondos.

– Duración: El acuerdo tenía una vigencia inicial en torno a 10 a 15 años, con ciertos límites que se levantarían progresivamente.

Este acuerdo fue considerado un logro diplomático importante durante la administración de Obama, aunque también generó controversia y oposición en otros sectores políticos y regiones, sobre todo, los más recalcitrantes, no excluido el actual mandatario de Israel, que lo era entonces.

Tres años después llegó el desmantelamiento del Plan de Acción Integral Conjunto el 8 de mayo de 2018, el presidente de EE. UU. era entonces el actual. De esta manera, se restablecieron las sanciones económicas y financieras contra Irán, conocidas como «sanciones secundarias», que estaban en línea con la salida del acuerdo. ¿Por qué se tomó esa decisión?  

– La administración estadounidense argumentó que el JCPOA tenía varias deficiencias: consideraban que no abordaba aspectos clave como el desarrollo de misiles balísticos de Irán, su influencia en la región, y que el acuerdo no era lo suficientemente duradero para prevenir que Irán adquiriera armas nucleares en el futuro.  Todo eso discutible, pues la organización de energía atómica tenía acceso a las instalaciones según el Plan acordado.

– La administración de EE. UU. subjetivamente sostenían que el acuerdo beneficiaba a Irán y que las sanciones reforzadas presionarían al país para negociar un acuerdo más amplio y restrictivo, que incluyera estos temas. 

– Diga lo que diga el sabio de la anticiencia, el asunto era endurecer la política hacia Irán a fin de reducir su influencia regional y limitar su programa nuclear a largo plazo.

Había paz y a Israel no se le dejó provocar ninguna acción que la perturbara mientras el Plan estuvo activo. Eso lo sabía todo el mundo. Llegas y rompes papeles como un niño, y agárrate de lo que venga adelante.

Aunque no encuentro evidencias sólidas, IAlita dice que la administración de Biden dio pasos para intentar renovar o revitalizar el acuerdo nuclear con Irán. Biden expresó su interés en volver a cumplir con los términos del acuerdo, buscando limitar el programa nuclear iraní a cambio de aliviar sanciones. Desde principios de 2021, se llevaron a cabo conversaciones diplomáticas, principalmente en Viena, para intentar revivir el acuerdo. Lástima, pero no me enteré. No obstante, parece que hubo algo de por medio, ya que Irán mostró interés, según me dice, pero puso nuevas condiciones.

Al final Biden no logró lo que buscaba. Llegó el anterior presidente y la vida volvió a como estaba hasta el 2020.

Irán no es santo, pero si dispuesta a acuerdos, pero no de esos de cuatro añitos, o de cuando van al baño cambian de parecer o se mueven por antojos que se aproximan a lo demencial.  

Irán ha desarrollado capacidades nucleares que generan preocupación internacional, pero hasta la fecha, no hay evidencia concluyente de que Irán tenga la intención o la capacidad definitiva de construir una bomba atómica. Sin embargo, hay algunos aspectos importantes a considerar:

1. Capacidades nucleares en desarrollo: Irán ha avanzado en su programa nuclear, incluyendo enriquecimiento de uranio a niveles más altos y el desarrollo de algunas instalaciones centrifugadoras. Aunque estas actividades pueden tener usos civiles (como energía y medicina), también pueden ser pasos hacia la proliferación nuclear.

2. Limitaciones y supervisión internacional: Gracias a acuerdos como el JCPOA (antes de su salida en 2018), Irán estaba sujeto a inspecciones y restricciones que limitaban su capacidad para enriquecer uranio a niveles militares. Sin embargo, tras la retirada de EE. UU. y los cambios en las políticas internacionales, la supervisión se ha debilitado, aumentando las preocupaciones.

3. ¿Tiene Irán la capacidad de fabricar una bomba? En teoría, si Irán continuara enriqueciendo uranio a niveles cercanos o superiores al 90% (nivel de armas nucleares), podría tener la capacidad de construir una bomba nuclear en un período de tiempo relativamente corto, dependiendo de su infraestructura y recursos. En la práctica, aún no hay evidencia de que Irán haya decidido fabricar armas nucleares ni de que posea una bomba lista para usar.

4. Factores que influyen: La decisión política de Irán de fabricar armas nucleares, que dependería de múltiples factores internos y externos, como laa capacidad técnica y la infraestructura que aún necesita completar o mejorar para tener una bomba, y la vigilancia internacional y las posibles sanciones que podrían disuadir o retrasar tal desarrollo.

La guerra iniciada, de hecho, después de la salvajada de Hamas en Israel y luego la masacre israelí en Gaza, tiene otro actor, mucho más agresivo, con un primer ministro agresivo y con serios problemas con las propias leyes de su país, actualmente declarado como perseguido por la justicia internacional. Él podrá ir a EE. UU., pero tiene que cuidarse de poner pie en casa ajena, pues será detenido inmediatamente. Su problema de corrupción interna es una de las vías para distraer la atención, lo cual es sencillamente inaceptable desde todos los puntos de vista.

Si Irán no es santo, Israel está muy lejos de serlo también. Hay un aspecto que no se puede perder de vista. Israel ha mantenido una política de ambigüedad nuclear, lo que significa que oficialmente no confirma ni niega poseer armas nucleares. Sin embargo, se estima que Israel desarrolló armas nucleares en la década de 1960.

La mayoría de los expertos coinciden en que Israel probablemente desarrolló su programa nuclear en la década de 1950 y 1960, cuya primera prueba no oficial se cree que ocurrió en 1966 en el desierto del Néguev. Fue, de haber sucedido, una prueba clandestina. Israel nunca ha confirmado oficialmente esa prueba. El país obtuvo ayuda tecnológica de varios países, siendo Francia el más destacado, al ayudar a Israel a construir la planta de Dimona en el desierto ya mencionado en la década de los 60.

Aquí hay que recalcar dos cosas, una es que existen vías diplomáticas para lograr la desescalada de esta guerra. Hay muchos factores involucrados y solo la voluntad de las partes beligerantes pueden calmar las aguas. La Unión Europea no puede mantenerse como un espectador en un estadio con partido de fútbol, tiene que tener más presencia y actividad, hay que presionar a ambas partes a sentarse y lograr un acuerdo de cese al fuego. Debe también la UE no esperar a que surja otro Obama a fin de promover acuerdos de paz mutuamente ventajosos para Occidente e Irán.

Lo anterior es el primer aspecto, el segundo es que esta guerra puede terminar mal para la región y, quien sabe, sino para todo el mundo. Irán no tiene bomba y no hay forma de saber si no la está ya desarrollando. Una sola que logre tirar será letal en un país tan pequeño como Israel. Lo mismo se puede decir con respecto a Irán y colaboradores, Israel puede hacer lo mismo. Mucha responsabilidad tendría, de suceder un ataque nuclear en Irán, la actual administración estadounidense. No nos engañemos, Israel no tira un chicharo sin permiso de Washington. Me remito al mandato del presidente Obama cuando todos estaban quietos y el Plan se logró acordar No había necesidad de echarlo abajo, era menester volver a discutir y mejorarlo paso a paso si era el caso, pero para eso hace falta otra mentalidad y voluntad de los gobernantes. El asunto es serio y como están las cosas, no hay motivos para ser optimistas.

17 junio 2025

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