“Un triunfador es aquel que practica hasta el
cansancio diariamente a fin de concretar sus logros.”
Joe Torre (exjugador y director en la MLB)
La noticia a uno lo coge por sorpresa, más a sabiendas de la edad de este ilustre pelotero cubano. Eran 73 años, fallece el gran Pedro Medina Ayón el 21 de julio de 2025, un receptor muy integral, ya que bate en mano era insuperable, no por su poder, sino por su oportunidad de conectar con hombres en base y a la hora buena. Lástima que no tenga o no exista el RISP de este receptor-inicialista, el que bateaba a la derecha y era como un poste de altura, medía 188 cm.
Había nacido en Guanabacoa el 19 de diciembre de 1951 y desde temprana edad estuvo rodeado de peloteros experimentados en su barrio, incluyendo a su tío, el lanzador Andrés Ayón, todo un destacado en la pelota mexicana. Medina conoció y vio dirigir a Ramón Carneado, al que consideraba el mejor de todos los tiempos. Todo ese tesoro de experiencias a su alrededor, además de sus condiciones físicas, le ayudaron para llegar a convertirse en uno de los receptores cubanos más recordados en series nacionales, selectivas y como integrante de las selecciones cubanas a eventos internacionales y regionales.
Medina se dio a conocer en la serie nacional juvenil de 1970, la que ganara el equipo las Villas en juego decisivo contra el Habana por cañonazo del lanzador Héctor Olivera Sr. Luego vino el campeonato mundial juvenil en Maracaibo, Venezuela (1970), y Medina junto a Albertico Martínez y Leonardo Vila fueron los encargados de defender la receptoría.
Aquel equipo cubano, dirigido por Mayito Salas, era de un nivel extraordinario. ¿Quieren saber el resto de la nómina? Cuadro: José Ramón Cabrera 1B, Alfonso Urquiola 2B, Ángel Almanza 3B, Gabriel Ventura SS,Adolfo Borrell, Enrique Aballí, Osvaldo Paumier. Jardineros: Miguel Acosta LF, Roberto Salazar CF, Osvaldo Farías RF, Pablo Díaz. Lanzadores: Héctor Olivera, Bernardo “Navajas” González, Ricardo Ramos, Alberto Brito, Sergio “Noche Oscura” Ferrer, Juan Riscal.
Si bien los pitchers cubanos dominaron a sus adversarios con juego de hasta 0 hits 0 carreras sobre novenas que nada tenían que hacer en ese torneo, la ofensiva no se quedaba atrás, donde dos peloteros se destacaron bate en mano. El primero fue Gabriel Ventura, tercer bate del equipo, y el otro fue el mismo Medina, el que estuvo como sexto en la alineación hasta que pasado los primeros juegos, Monguito Cabrera era bajado en el orden al bate y Medina aparecía como cuarto, turno al bate conseguido por su slugging, incluido algunos cuadrangulares. El guanabacoense era noticia con Ventura casi a diario en ese campeonato, el que la selección cubana supo bien ganar, con una rivalidad y equipo también de cuidado como el de Venezuela.
Medina debutó con los Industriales en la XI serie nacional (1971-72). Integró el equipo como receptor de reserva, ya que el regular era Lázaro Martínez. Ese conjunto dirigido por Juan “Coco” Gómez fue una decepción. La aplanadora azul fue relegada por dos equipos que jugaron mucho mejor, Azucareros y Mineros, con sonrisa para los primeros en serie extra de 3 juegos a ganar 2.
Vino una nueva estructura, le llamo caprichito de muy arriba, por encima de la misma Federación, y la Habana y Oriente presentaron tres equipos cada uno. La Habana podía resolver, pero para los orientales fue mucho pedir. Así Medina integró como cátcher regular al equipo Habana dirigido por Jorge Trigoura, conjunto que hizo su mejor esfuerzo y quedó en segundo lugar a 3 juegos de diferencia del campeón Industriales dirigidos por Pedro Chávez. Aunque Armando Capiró del Habana fue la sensación ofensiva, disparó 22 jonrones e impulsó 74, Pedro Medina tuvo un buen comportamiento ofensivo y defensivo.
Una temporada después el Habana se llevó el banderín aventajando al otro equipo de la provincia, los Constructores, por 5 juegos. Medina fue el receptor regular de los triunfadores y ente importante en la victoria de su equipo. Esta fue la última temporada de un equipo todo Habana, el que reunía peloteros de todos los municipios incluida la capital. En la temporada de 1974-75, el primer campeonato abreviados de 39 juegos, surgieron los Metropolitanos en sustitución del Habana, en los cuales Medina jugó como regular detrás del plato hasta 1976-77. En lo sucesivo, se convirtió en un ídolo de los Industriales, mientras que en las Selectivas jugaba con la selección Habana. Medina fue azul hasta su retiro en 1988.
En 17 series nacionales fue líder en dobles (14) en la XVI Serie Nacional (1976-77),y nuevamente (15) en la IV Serie Selectiva (1978); líder en bases por bolas recibidas (42) en la VII Serie Selectiva (1981), también en la XXI Serie Nacional (1981-82) (58), colíder (51) (empatado con Pedro José Rodríguez) en la XXIII Serie Nacional (1983-84), y líder (36) en la X Serie Selectiva (1984) (36). Fue primero en carreras anotadas (35) y jonrones (13) en la XI Serie Selectiva (1985). En ese período, su línea ofensiva fue de ,295 ,416 ,483 con 460 XBH, incluido 221 jonrones, y 869 impulsadas. A la defensiva, ,987 con 93 pasboles, además de coger robando a 331, noveno cátcher de todos los tiempos en captura de estafadores.
Por su labor destacada temporada tras temporada, Medina integró 13 veces la selección nacional de mayores a eventos internacionales y regionales, como fueron: Juegos Centroamericanos- Medellín (1978), Habana (1982) y Santo Domingo (1986); Juegos Panamericanos- San Juan (1979), Caracas (1983) e Indianápolis (1987); Campeonatos Mundiales- Italia (1978), Japón (1980), Habana (1984) y Holanda (1986);
Copas Intercontinentales- Habana (1979), Edmonton (1981) y Bélgica (1983). Todo el mundo recuerda el jonrón de 1981 cuando con dos outs y una carrera abajo en el marcador contra los estadounidenses, Medina de emergente disparó cuadrangular que empató el juego, partido que a la postre se perdió y con ello el título de ese torneo.
Quiero detenerme en ese torneo y en otro, en el cual no llegó a participar. Servio Borges mantuvo a Albertico Martínez como regular en esa copa intercontinental. No se niega la calidad defensiva de Albertico, pero su ofensiva no era comparable con la de Medina, un hombre que vio sentado en el banco buena parte de ese torneo. Borges se excedió en esa Copa, llevó a su pariente o cuñado, Francisco Javier Carbonell, como reserva de cuadro, un hombre que era reserva de cuadro en el equipo de las Villas en Series Selectivas, y para completar, sentó a Medina y le dio a su receptor, Albertico, la posición de regular. Bien podría haber puesto a Medina a abrir los juegos y cerrar defensivamente con Albertico. El otro torneo fue el de otra copa intercontinental, también en Edmonton, la de 1985, escuadra cubana que José Miguel Pineda dirigió. Medina había ido en la preselección del equipo a Canadá, poco después Pineda lo mandaba saludable de vuelta a la Habana. Llevaba a Juan Castro de regular, Pineda quería también a Pedro Luis Rodríguez en el equipo, pero para desgracia, Pedro Luis fue sancionado. Pineda, de todas formas, envió a Medina de vuelta y trajo a Orestes Kindelán como segundo receptor, primera incursión del oriental en evento internacional. No le resto mérito al Tambor Mayor, pelotero que igualmente admiré, pero no llegué a entender la forma en que todo se desarrolló, hablo del envío a casa de Medina.
A su retiro, Medina comenzó a trabajar como entrenador, labor que realizó en Cuba como en Italia. Precisamente a mediados de los años 90, el que suscribe se encontró con Medina en el aeropuerto de Maiquetía en Venezuela. Sin pensarlo mucho, fui a saludarlo. Resulta que él venía de Italia, con escala en Caracas, rumbo a la Habana. En mi caso, venía de congreso científico-técnico en Florianópolis, Brasil e iba a la Habana por unas tres semanas. Sabía, viviendo en Roma, que él estaba entrenando a peloteros italianos, por lo que le pregunté si iba de vacaciones a la Habana. Me dijo que lo habían llamado y que había un runrún para dirigir a los Industriales. Me confesó que la propuesta no le gustaba nada, sabía que era mucha responsabilidad ante una afición tan exigente como la capitalina. A la llegada a la terminal 2 en la Habana, la terminal 3 todavía no existía, seguimos hablando en espera de las maletas. Francamente, una persona muy chévere en el trato, le deseé éxitos al despedirnos.
No se equivocaba Medina, fue nombrado director de Industriales, equipo que dirigió entre 1995 y 1998, tres temporadas. En la primera logró el título para su equipo (G-P 41-22 ,651). En esas tres campañas su equipo ganó 121 y perdió 95 (,560).
Medina regresó a Italia. En 1997 dirigió al conjunto azzurro a la Copa Intercontinental en Barcelona (1997). Luego, en Italia, dirigió al conjunto de Grosseto entre 2003 y 2005.
Al gran campeón solo me queda desearle que descanse en paz. Puede vivir tranquilo, su nombre y su juego en el terreno no será olvidado por una afición que siempre le admiró.
Esteban Romero
23 julio 2025
