La FIFA y su nuevo “premio”

Como aparece en el escrito, los acusados ​​
fomentaron una cultura de corrupción y avaricia que
creó un terreno de juego desigual para el deporte más
importante del mundo. Pagos ilegales y no revelados,
sobornos y comisiones ilegales se convirtieron en una
forma de hacer negocios en la FIFA.”
James Comey (exdirector FBI, palabras en 2015)

Está bien documentado los escándalos de corrupción de la FIFA (Fédération Internationale de Football Association), los cuales datan de las décadas de los 70 y 80, períodos en el que el cacique de la federación era João Havelange (1974-1998), quien, de hecho, transformó este órgano deportivo en una transnacional. Un enredo aquí y otro allá, hasta que se descubre el llamado FIFA gate en mayo de 2015 tras una investigación liderada por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos y el FBI, caso que expuso una red de sobornos, fraude y lavado de dinero que involucró a altos funcionarios de la FIFA y confederaciones a lo largo de 24 años. La fechoría incluyó asociación ilícita, fraude electrónico y lavado de dinero. Los pagos ilegales se estimaron en más de 200 millones de dólares, principalmente por derechos de transmisión y marketing, y votos para sedes de las Copas del Mundo de 2018 y 2022. Como resultado de esta investigación el presidente Joseph Blatter renunció, además de suspensión para el exjugador francés Michel Platini. El FIFA gate provocó arrestos masivos por partes de las autoridades de EE. UU. y de Suiza.

Previamente, en 2010-2011 surgieron acusaciones específicas de soborno relacionadas con la votación para las sedes de los Mundiales de 2018 y 2022 (Rusia y Catar). Varios miembros del comité ejecutivo fueron suspendidos o inhabilitados.

El actual presidente de la federación, Gianni Infatino, no ha sido condenado por corrupción, y los procedimientos penales suizos abiertos anteriormente en su contra fueron cerrados, pero él sabe que debe andar con cuidado.

La conducta de la FIFA ha sido como un virus, el que ha afectado a otras federaciones regionales y nacionales, Tales son los casos de la CONMEBOL en Sudamérica, donde varios expresidentes y altos funcionarios fueron acusados y se declararon culpables de fraude y conspiración de soborno por haber recibido millones de dólares en sobornos por los derechos de medios y marketing de torneos como la Copa América. La CONMEBOL ha buscado desde entonces recuperar el dinero malversado e implementar reformas anticorrupción. No escapa la CONCACAF de Norte, Centroamérica y Caribe, cuyo expresidente y vice de la FIFA, Jeffrey Webb, fue uno de los primeros detenidos en el FIFA Gate, acusado de recibir sobornos millonarios. La CONCACAF también ha trabajado para recuperar fondos malversados. 

Otras federaciones nacionales se han visto afectadas por casos de corrupción, como son las de España, Argentina, Colombia, Brasil y Guatemala.

Es evidente que la FIFA debe ocuparse mucho más de sus problemas de corrupción a fin de que no se repitan. Si lo está haciendo, yo no lo sé. Ahora, esta organización es deportiva, no es política y debe ser neutral como obligación estatutaria.  

El pasado 5 de diciembre de 2025 en el Centro John F. Kennedy de Washington D.C., il Signore Infantino entregó un premio de la paz al presidente actual de EE. UU. por su contribución a la paz mundial. Vaya, vaya, si se lo merece o no, no entro en el debate, lo que yo pienso no cuenta, pero Infantino me asombra y lo hecho no fue por casualidad. Él lo sabe. No obstante, el hecho en sí es una violación de la conducta que debe tener la FIFA, la que tiene la obligación estatutaria de permanecer políticamente neutral. Otorgar un premio de paz a un líder político en activo o reciente es visto por muchos como una violación directa de esta regla, utilizando la plataforma de la FIFA para respaldar una agenda política específica. Esto establece un precedente para que futuros presidentes de la FIFA utilicen los recursos y la imagen de la organización para favorecer a sus aliados políticos, lo que podría llevar a una mayor politización del deporte.

Coincido en pensar que la creación y entrega del premio parecen calculadas para servir a intereses políticos o comerciales (asegurar el apoyo del anfitrión del Mundial 2026), más que para reconocer una contribución genuina a la paz mundial. Que se dejen de cuento aquellos que hablan de diplomacia deportiva.

También se puede suponer que Infantino busque un apoyo en caso de futuras acusaciones o escándalos. No importa que él tenga amistad con el premiado, lo que si importa es que él no puede usar la Federación Internacional para sus propios intereses.

Ricardo Labrada
11 diciembre 2025

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