Cuba: Inflación, improductividad, miseria e inercia de un régimen

El día que la mierda tenga valor,
los pobres nacerán sin culo.”
Gabriel García Márquez

La inflación es el aumento sostenido del nivel de los precios. La inflación deprecia el dinero, lo que provoca menos bienes y servicios a consumir. Una inflación alta conlleva a la pobreza, el ciudadano no puede adquirir lo que necesita. Puede haber inflación por exceso de consumo, una alta demanda, la cual no se puede satisfacer. Surge cuando los precios se alzan por “necesidad” de las empresas para mantener los beneficios (capital). También la puede haber por exceso de dinero, la demanda se dispara, pero la oferta no le llega.

En fin, como se ve, la oferta y la demanda son las que rigen el proceso de inflación. En la actualidad se ve que casi todo el mundo está algo afectado por la inflación y eso limita el gasto ciudadano. En Europa hay que ver cómo se ha disparado el precio del aceite de oliva extra virgen a raíz de sequías y reducción de la producción. El petróleo ha subido causado por la guerra en Ucrania. Muchos países de la Unión Europea no adquieren petróleo y gas de Rusia, el resto disponible ha ascendido de precio, algo en que la OPEP ha tenido mucho qué ver.

¿Y en Cuba qué? Eso no tiene nombre ni puede ser comparado con lo que ocurre en el resto del mundo. La improductividad en el país es evidente en todos los renglones de la economía. Basta señalar la agricultura, ya ni azúcar se produce como hace 35 años. Ya no se habla de millones de toneladas, se habla de miles de toneladas de azúcar. Es cierto que es provocado por una distorsión, la que comenzó en 2002 cuando el líder máximo dio ordenes de desmantelar centrales y áreas plantadas de caña. Todo un desastre, cierre del 70 % de los ingenios, reducción sustancial de la capacidad de producción, y un 60% de las tierras de la caña supuestamente destinadas a otros cultivos de baja rentabilidad. Al final, ni caña ni nada más, mucho marabú, arbusto invasor introducido en la época de la colonia en Cuba y que, al ver terreno baldío, no dudó en apoderarse de esas áreas. Sé de lo que hablo. Sin azúcar no hay pueblo, creo que ese era un viejo adagio desde hace décadas en Cuba, pero en 2002 de eso no se acordaron, ni siquiera pensaron en el nivel de depresión de las fuerzas productivas en un país, cuyo renglón principal era precisamente la caña de azúcar. Eso es disparate mayúsculo.

Más del 60% de las tierras antes cultivadas de caña pasaron a no cultivarse, por lo que el país se vio obligado a importar alimentos, por cierto, de ese mismo enemigo, al cual culpa de todos sus disparates. A eso hay sumarle la pobre política con los pequeños agricultores, que son en realidad los que producen. Las UPC, granjas o unidades de producción, pónganles el nombre que se les ocurra, sencillamente fueron y son irrentables. Producen poco y malo.

Cuba es para que, al menos, en el plano alimentario no sufriera, pero sufre por las malas políticas por décadas que ha mantenido el régimen. Históricamente las ordenes eran las de cultivar tantos miles de caballerías de esto o de aquello otro. Una caballería equivale a 13,42 hectáreas, el plan era de siembra, jamás de producción. Entonces cuando se llegaba a la cosecha se hablaba de quintales (100 libras), tantos quintales de esto o aquello otro. Para llegar a una tonelada métrica se necesitan 22 quintales. Así que medida grande para el área a cultivar y pequeña para lo producido. ¿No era mejor hablar de producir tantas toneladas y dejar que las mismas unidades de producción cultivaran lo necesario para satisfacer las necesidades de la población? El gigantismo en cabeza de un megalómano es lo peor que le puede ocurrir a un país.

El período especial iniciado con la caída de la URSS y sus satélites fue la tapa al pomo y sacó a relucir lo endeble de la economía cubana. En 1992 un dólar, ilegal todavía, equivalía a 150 pesos cubanos, eso es lo que valía una libra de carne de cerdo limpia o un aguacate grande. Se legalizó el dólar después del maleconazo en 1994 y hubo alguna recuperación hasta llegar a cambiarse a 25 pesos por uno. Han pasado más de 30 años de aquella debacle y hubo aún algunas mejoras cuando llegó Hugo Chávez con sus tanqueros de petróleo, pero esto no duró mucho y, paulatinamente se empezó a caer el mundo en Cuba, mientras que no se tomaban medidas para enderezar la agricultura en general, hacerla más productiva, guiarse algo por lo que hizo Vietnam con inteligencia. Ah, no, existía un modelo económico cubano, ¿qué cosa es? Todavía hay un pueblo que lo quiere saber.

No hay producción, no hay oferta, una demanda grande, un pueblo con la boca abierta esperando que le den de comer, esperando el pollo que se compra en casa del enemigo, pero las arcas se han vaciado, primero por una corrupción reconocida por el régimen. Si el defenestrado ministro de economía era un corrupto, ¿qué se puede esperar de los que le rodean? Arcas vaciadas y el dinero que puede haber dado o da el turismo, vaya Ud. a saber adonde ha ido a parar.

No hay ya fondos para comprar petróleo, las infraestructuras están en el suelo, las termoeléctricas no funcionan, los alumbrones son muy cortos, las viviendas en barrios de la Habana se derrumban, la agricultura sigue como siempre, ya ni de producción de azúcar se habla. No hay nadie contento, todo el mundo se queja y de esa manera, el pesito cubano se deprecia diariamente, ¿de quién es la culpa? ¡que pregunta! Del mismísimo bloqueo, toda una comedia.

¿Tiene aquello solución? Vamos a hablar de béisbol, cuando a los pitchers le conectan fácil hay que buscar relevistas, pero si sucede que el resto de los peloteros al campo son malos a la ofensiva y a la defensa, entonces hay que hacer un cambio completo de equipo, un rebuilding. Eso mismo hay que hacer, pero con otros protagonistas y dejando a un lado las consideraciones ideológicas que no le dan de comer a nadie. Las cabezas de los dirigentes municipales y provinciales pueden rodar, pero si no se hace un cambio de política económica con apertura de mercado, liberar la tierra para que produzca, abrir paso a empresas privadas de acopio y beneficio de producción agrícola, aumentar el área cañera y recuperar algunos centrales más para tratar de llegar a 3 millones de toneladas anuales. Rescate de la industria cafetalera, hay que ir al Escambray para ver como las plantaciones están abandonadas y parece que a nadie le interesa.

Los elementos vitales se han puesto lejos y difíciles, hablo de agua potable, electricidad, sanidad pública, alcantarillado, nuevas viviendas, hospitales en buen estado higiénico. Da asco ver como la basura se amontona en cualquier esquina de la Habana y del país, y los gobernantes no hacen nada, al final el culpable es el totí, sinónimo de embargo. Para poder enderezar todo eso hace falta dinero que nadie va a regalar. La creación de un verdadero estado de derecho permitiría la entrada de inversionistas en el país, pero los de fuera tienen miedo, el régimen no es de confiar.

No puedo dejar de mencionar el éxodo. Fue primero Camarioca a inicios de los 60, el que se extendió hasta inicios de la siguiente década. En 1980 el Mariel, más de 110 mil cubanos en lanchas rumbo a la casa del enemigo. En 1994 el maleconazo, balsas a la mar, la base americana en Caimanera se llenó de huéspedes, los que poco a poco fueron llegando a casa del mismo enemigo, y desde hace más de un año el mayor éxodo, unos 600 mil, vía Nicaragua, Honduras, Guatemala, México y finalmente EE. UU. Eso sin contar los que llegan por el parole. Se ha ido buena parte de la juventud cubana, muchos profesionales, gente que no aguanta más, y eso afecta, repito, las fuerzas productivas del país, las que más deterioradas
no pueden estar. La tendencia puede ser irreversible y convertir a Cuba en un país de viejos jubilados o desamparados, eso sí sobreviven el actual Armagedón.Y para que todo funcione hace falta una nueva política a nivel de país, la que los actuales gobernantes no serán capaces de formular, implementar y garantizar. Primero, por ser ineptos, y segundo, por vivir aferrados a un sistema que no busca el bienestar de la población, sino otra cosa para el bolsillo de esos qu gobiernan. Bien harían marchándose y dejando el poder en manos de personas que quieran de verdad echar a andar algo nuevo, más productivo y democrático. No se puede condenar a las personas por el tan solo hecho de protestar o de expresar su desacuerdo con medidas impuestas a la fuerza. Por eso, termino pidiendo libertad para los más de mil presos políticos en Cuba.

Ricardo Labrada , 23 mayo 2024

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.