Una visita a Amberes, Bélgica

Un lujo en Amberes es poder caminar tranquilamente por sus calles.”
Dries Van Noten (1958, diseñador de moda belga)

Al siguiente día de nuestra visita a Gante, nos dirigimos a Amberes (Antwerp en flamenco o Anvers en francés), antes conocida como Antuerpia, ciudad con mucha historia medieval y tierra, ubicada a orillas del río Escalda, el que desemboca en el Mar del Norte. Su puerto ha sido uno de los más importantes en el Mar del Norte y, por ende, la ciudad ha sido un centro comercial vital en ese entorno.  Amberes es la ciudad, donde creció y se desarrolló el gran artista Pedro Pablo Rubens, hijo de padres amberinos, los que, por razones religiosas, se vieron obligados a refugiarse en Alemania. Ellos eran calvinistas, algo que no le cuadraba a los católicos. Pedro Pablo nació en 1577 en Siegen, Alemania. Su madre con el niño Rubens y su hermano, ya convertidos al catolicismo, regresaron a Amberes en 1589. A pesar de ser Rubens una gloria amberina, la mayor cantidad de sus obras de arte de Rubens se hallan en el museo del Prado en Madrid y no en Bélgica.

Vamos a Amberes, adonde llegamos una hora y algo después de haber salido de Brujas temprano en la mañana. Como íbamos casi dormidos, el viaje se nos hizo corto y el final de ese trayecto fue como me lo imaginaba al llegar a la fastuosa estación de trenes de esta ciudad, enorme, espaciosa, toda una obra de arte. Su cúpula acristalada, las escaleras de mármol, los ventanales y su fachada de estilo barroco crean un ambiente nunca visto en otra estación incluso en Europa.  Algo que llama mucho la atención es la escultura mano de la paz realizada por el artista chino Yan shufen. Es el símbolo de la mano y la paloma, un mensaje de amistad y paz.

Y hablando de chino, a poca distancia de la estación de trenes se halla el barrio chino de la ciudad, el cual es pequeño y consta de tan solo dos cuadras.

Después de más de media hora fotografiando varios ángulos de la estación, nos dirigimos al hotel. Esta vez no nos equivocamos, les doy el nombre y dirección de este, por si desean alojarse en un lugar céntrico con condiciones muy aceptables incluyendo la limpieza. Es el hotel Citybox, ubicado en la calle Molenbergstraat 2-4, a solo 600 metros de la estación de trenes. Así que una caminata tranquila a pie de menos de media hora y estará en el hotel, donde en su alrededor tendrá cafeterías y restaurantes para poder comer desde temprano en la mañana.

Llegado al lugar, fue dejar los maletines y salir a pasear. Lo primero que nos tropezamos fue la Ópera de Vlaamse, en Amberes, cuya compañía comenzó a brindar espectáculo en otras ciudades de Bélgica a partir del siglo XVII. Desde que la vi, me di cuenta de que era un teatro, pero fue pasado un rato que logramos adivinar donde estábamos. La especialidad de la compañía era la interpretar música clásica e igualmente flamenca. En realidad, el edificio de la actual Ópera fue construido a inicios del siglo XX. Girando a nuestra derecha nos adentramos en la calle Mier, la principal comercial en la ciudad. Hay una esquina en el comienzo o final de la calle que converge con otras calles, Jezustraat y Leystraat, donde podrá apreciar toda una serie de grandes afiches.  Por ese mismo entorno, al inicio, se encuentra el monumento al famoso artista flamenco Antoon van Dyck (1599–1641), primer pintor de corte en Inglaterra y que previamente había estado en Italia por buen tiempo. con una tras una larga estancia en Italia. Dicen que este monumento puede pasar desapercibido, no lo creo, el mismo está como reinante en una especie de pequeña plaza y rodeado de bellos edificios con una arquitectura muy original y llamativa. Cerca, en la Leystraat está otro monumento, este al pintor David Teniers, llamado el joven (15/12/1610-25/04/1690), quien era hijo de David Teniers, el Viejo, también pintor.

Por la calle Mier se llega a la Rubenshuis, la Casa Museo de Rubens situada en la plaza Wapper, la que, para nuestra decepción, estaba cerrada por restauración. No obstante, la placita nos resultó acogedora con una atractiva fuente y el monumento a Pedro o Peter Leonard Leopold Benoit, famoso compositor belga.

Por la misma calle Mier encontramos el gran centro comercial Stadsfeestzaal, donde nos asombró su belleza interna. La mercancía y sus precios no fueron objeto de nuestra observación, pero sí el techo, sus paredes y lo espacioso del lugar. En realidad, invita a uno a sentarse a beber algún refresco.

Desde la calle Mier también pudimos ver la torre Boerentoren (Torre de los campesinos), la que posee una altura de 97 metros de altura, siendo solo superada por la Catedral de la ciudad. Esa torre se comenzó a construir en 1931 y pretendió convertirse en el primer rascacielos europeo.   

Seguimos más adelante hasta llegar a la plaza Groenplaats, donde se encuentra la imponente Catedral de Nuestra Señora (Onze Lieve Vrouwekathedraal), la edificación en estilo gótico más alta en todos los países bajos (123 m de altura), inaugurada en 1561 después de más de 150 años de construcción, en cuyo interior encontramos todo muy ordenado y con la fastuosidad de un templo de esta categoría en Bélgica. En esta misma plaza también está el monumento a Rubens y el hotel Hilton.

Muy cerca de la Groenplaats se halla otra plaza, la Grote Markt o Gran Plaza del Mercado, la principal de esta urbe que da espacio al Ayuntamiento, construido entre 1561-1564, y la Fuente de Brabo (1887), en memoria a Silvio Brabo, soldado romano, el que, según la leyenda, logró eliminar al gigante y terror de la ciudad. No faltan en esta plaza casas del siglo XVI y XVII, con arquitectura típica del lugar.

Desviándonos un poco, encontraremos la iglesia de San Carlos Borromeo en la plaza Hendrik Conscience. Rubens y su ayudante Van Dyck le añadieron a esta iglesia jesuita, inspirada en la iglesia del Gesú en Roma, el estilo barroco de su fachada y del altar mayor, a esta iglesia jesuita inspirada en la iglesia del Gesú de Roma. Nuevamente, el templo muestra obras de artes, sobre todo pinturas de inestimable valor. La Biblioteca municipal en Amberes está en la plaza de esta iglesia, en cuyo frente hay una estatua al escritor-novelista flamenco Hendrik Conscience, cuya plaza lleva su nombre.

Caminando un poco a rumbo llegamos a la plaza Vogelenmarkt, muy espaciosa, donde pudimos apreciar la edificación moderna del Stadsschouwburg, donde se pueden ver espectáculos musicales, exposiciones y obras teatrales.

Para el siguiente día nos dirigimos al puerto de la ciudad, con la finalidad de visitar El Castillo Het Steen (La Roca), situado en el puerto frente al río Escalda, el que sirvió como fortaleza militar para defenderse de las incursiones vikingas durante el medioevo. El castillo también sirvió de prisión, dicen que a la derecha se encarcelaba a los ricos y a la izquierda a los pobres, lo mismo daba, una u otra ubicación, el final para ambos era el mismo: morir quemados vivos o perder primero las manos y a continuación la cabeza.

Antes de entrar al Castillo hay una estatua de bronce erigida en 1962, la que presenta al pie de la escultura una inscripción con el nombre Lange Wapper, el gigante, también llamado Druoon Antigoon, el llamado espíritu del agua, el terror durante siglos en la ciudad de Amberes. El nombre, se dice, que surge a partir de las grandes grúas de madera con las que se transportaba el agua de los canales a las cervecerías. Dimos algunas vueltas por dentro del castillo, construido en el 650, pero nos llamó más la atención su presencia exterior, así como otras edificaciones y sitios aledaños.

Frente al Steen están edificios con arquitectura muy original en la calle Jordaenskaai, además de un Crucifijo grande. Previo a nuestra llegada al castillo también apreciamos la edificación Hansa Huis o casa Hansa antigua Casa Hansa del siglo 19, sede de la Autoridad Portuaria de Amberes. Relativamente cerca está la plaza de piedra, donde hay unas figuras de leones y al otro lado del Steen está el restaurante Plateau Royal, cuya edificación nos llamó también la atención.  

Buena parte de la segunda jornada fue dedicada a la visita del museo Plantin-Moretus, el que recoge la historia de la imprenta del siglo XVI en Bélgica y, a su vez, rinde homenaje al encuadernador y curtidor francés Cristóbal Plantino, fundador de su imprenta, parte del museo, en 1555, fecha en la cual también edita su primer libro, muy visitada por varios escritores y científicos de la época. Por su parte, Jan Moretus nació prácticamente en la imprenta, ya que a los quince años trabajaba allí y dio continuidad al trabajo de la imprenta entre 1583-1585, entonces llamada Officina Plantiniana. Plantin murió en 1589 y Moretus se hizo cargo por completo de la imprenta con sucursales en Frankfurt, Leiden y París. En 1876 esta empresa decayó y fue vendida en 1876 y convertida en el extenso museo que conocemos hoy, pues además de uno poder apreciar los troqueles y matrices necesarios para impresión, puede ver las dos bibliotecas, con una amplia colección de libros, algunos prohibidos en su época por la iglesia, un altar y pinturas- retratos de Rubens.

He dejado para el final otras iglesias, ya se reseñó sobre la catedral y la iglesia San Carlos Borromeo, hay más, pero admito que otras renombradas no fueron visitadas, excepto La iglesia de San Pablo (en neerlandés, Sint Pauluskerk), templo conventual dominicano, en estilo barroco, consagrada en 1571, donde en su interior hay una formidable serie de figuras talladas en madera. En esta iglesia obraba el confesor del pintor Rubens.

Muy cercano al centro nos llamó la atención una iglesia, en la calleFrankrijklei 89, jesuita con arquitectura gótica, estaba cerrada, pero sus dos torres son fascinantes. Me costó trabajo identificarla, nada por fuera y si uno lo busca en Google en español e inglés no la encuentra, hay que ir al Google en neerlandés y es entonces cuando logramos saber que es la iglesia Kerk Onze-Lieve-Vrouw van Gratie o Nuestra Sra. De Gracia.  Imponente es la iglesia San Antonio de Padua, cuya historia se remonta al siglo XVI. Otra iglesia, a la cual no entramos, fue la de Santiago o San Jacobo, construida sobre una posada que daba refugio a los peregrinos que iban a recorrer el Camino de Santiago hasta Compostela en Galicia. Realmente no entramos, pero es aquí, donde descansan los restos de Rubens.

Las construcciones modernas de la ciudad no las vimos por falta de tiempo y cansancio, mientras que el barrio de los diamantes no estuvo en nuestro programa de visita. Ya hemos visto algo de eso en Ámsterdam.

Si nuestra edad y tiempo nos lo permite, volveríamos con gusto a esta ciudad, donde se combina lo medieval con lo moderno. Amberes es parte de ese acervo cultural que atesora el relativamente joven estado belga.

Ricardo Labrada
26 octubre 2023

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