“El béisbol abarca talento, trabajo duro y estrategia, pero
en un nivel más elevado, abarca amor, integridad y respeto”
Pat Gillick (ex lanzador y ejecutivo del béisbol profesional)
El 7 de marzo de 1946 el conjunto de los Nacionales de Washington, luego Senadores, visitó la Habana, el objetivo era enfrentarse en juegos de exhibición con los Medias Rojas de Boston y luego enfrentarse a una selección cubana de peloteros profesionales.
Un poco de historia de este equipo, desde 1872 ha habido equipos con este nombre, pero no nos confundamos, ya que no todos pertenecen a la misma franquicia. A partir de 1891 hasta 1899 hubo un equipo denominado como Senadores de Washington, al cual también le llamaban Statesmen (hombres de estado o gobernantes). En 1901 reapareció otro conjunto de los Senadores en la Liga Americana, el cual se mantuvo hasta 1960 cuando fue sustituido por los Mellizos de Minnesota, aunque en 1961 surge una nueva franquicia con el nombre de Senadores de Washington, el cual se mantendría hasta 1971 para entonces ser sustituido por los Vigilantes de Texas, los que, por cierto, son campeones de Serie Mundial en 2023. No obstante, los primeros Senadores a veces cambiaban de nombre, ignoro la causa, y se llamaban Nacionales, como sucedió en 1946.
El Washington fue equipo sotanero históricamente y no muy dado a invertir en peloteros estrellas. El siciliano Joe Cambria iba y venía de Cuba a EE. UU., y contrataba de manera económica a varios peloteros cubanos, Roberto Estalella fue el primer agraciado en la lista. Varios de ellos se revelaron como piezas eficientes en los equipos que militaron, ahí están Fermín Guerra, Conrado Marrero, Camilo Pascual, Pedro Ramos, Sandalio Consuegra entre otros. Era una forma de darle vida al equipo, propiedad de Clarke Griffith, una especie de Jerry Reinsdorf antiguo, actual dueño de los Medias Blancas de Chicago, del cual ya se ha hablado en este blog. La visita del Washington también buscaba identificar en esa serie a peloteros cubanos a contratar.
Los Medias Rojas de Boston llegaban a la Habana el 8 marzo y el 9 de marzo se enfrentaban estos dos conjuntos de la Liga Americana, en juego que los Nacionales ganaron 10-9. Un jueguito cualquiera lo pierde, pero un campeonato no. Los Medias Rojas se coronaron campeones en esa temporada de 1946.
Así todo quedó preparado para iniciar una serie de cinco juegos contra la selección cubana. Que conste, la entrada a estos juegos de exhibición fue gratuita, todos efectuados en el estadio de la Tropical.
El Washington vino con la siguiente nómina:
Receptores: Mario Díaz, Rogelio Valdés
Cuadro: Mickey Vernon 1B, Jerry Priddy 2B, Sherry Robertson 3B, Cecil Travis SS, Ángel Fleitas
Jardineros: Jeff Heath, Stan Spence, Buddy Lewis, Paul Campbell
Lanzadores: Dutch Leonard, Marino Pieretti, Pete Appleton, Bill Lefebvre, Walt Masterson, Max Wilson, Mickey Haefner, Roger Wolff
Observen que los Nacionales traían dos receptores cubanos, uno de ellos, Mario Díaz nunca llegó a las Mayores. Era defensivamente un excelente receptor, a quien alcancé a ver jugar en mi niñez. Lefebvre y Appleton era lanzadores invitados al entrenamiento. Faltaron dos de los regulares, ellos fueron el antesalista Billy Hitchcock y el jardinero Joe Grace.
Los cubanos trajeron a:
Receptor: Fermín Guerra
Cuadro: Santos Amaro 1B, Carlos Blanco 1B, Chino Hidalgo 2B-3B, Héctor Aragó 2B, Armando Gallart 3B, Gilberto Torres 2B-SS, Silvio García SS
Jardineros: Alejandro Crespo, Francisco Campos, Claro Duany, José Zardón.
Lanzadores: Jorge Comellas, Manuel Acosta, Julio Moreno, Rafael Rivas, Manuel “Cocaína” García, Raúl Díaz.
Hay que felicitar a Gilberto Torres y a Fermín Guerra, ya miembros regulares en el equipo de Washington, pero que decidieron jugar dentro de la selección cubana.
El juego del martes 12 de marzo resultó en derrota para la selección cubana, la que resultó derrotada con anotación de 6-3 (ver box scores abajo). Comellas fue el lanzador derrotado. Por los cubanos Alejandro Crespo jonroneó.
En el siguiente juego, los norteamericanos masacraron al pitcheo cubano, al que le dispararon 16 imparables. Las víctimas de esta ofensiva fueron Jiquí Moreno, Cocaína García y el zurdo Rafael Rivas. Claro Duany jonroneó por los cubanos, equipo que bateó 13 hits, pero anotó solo 6 veces por 13 de los vencedores.

El tercer juego (14 marzo 1946) fue otra victoria para el equipo de las Mayores con Mickey Haefner y Roger Wolff en el montículo, los que solo permitieron 3 anotaciones al conjunto cubano. Yuyo Acosta fue el lanzador derrotado. El 16 de marzo fue más de lo mismo, el Cuba derrotado 8-3, juego en el que la defensiva de los derrotados lloró por su ausencia, cuatro marfiladas, dos de Gilberto Torres como camarero. La despedida llegó el 17 de marzo con sonrisa para el Washington y así terminar la serie con pollona. El marcador final fue de 10-6, justo reconocer que Jorge Comellas mantuvo a los norteamericanos en una carrera hasta que en el sexto le marcaron 3 carreras.
La selección cubana era de buen nivel, pero, así y todo, no pudo ganarle un juego a este conjunto ligamayorista y sotanero.
El Washington se quejó de las condiciones del terreno de la Tropical, tan duro como una mesa de billar y los roletazos no eran fácilmente fildeables. Tampoco les gustó el hotel, ya que estaba en una zona de mucho bullicio en la noche y no permitía descansar a sus jugadores. A ello hay que sumar las palabras despectivas de Clarke Griffith para el béisbol mexicano, el de Pasquel, así como para todos aquellos que iban a jugar en México, algo que fue objeto de severas críticas de la prensa cubana.
Fuentes consultadas: la prensa escrita cubana de 1946.
Esteban Romero
31 enero 2024

