“Soy de Santiago de las Vegas, aquí crecíamos jugando pelota.
Siendo niño, me entrenaron Pedro Chávez y Rafael Campos.
Empecé siendo pícher. Por eso, una tía mía me puso Pichi.
Se me quedó ese sobrenombre. Todo el mundo me lo decía
y a mí no me gustaba mucho.”
De la entrevista con Angélica Arce Montero (4 marzo 2022)
Hablemos de una figura legendaria de las series nacionales y selectivas cubanas, quien responde al nombre de Armando Capiró Laferté, nacido el 22 de marzo de 1948 en Santiago de las Vegas, parte actual de Ciudad Habana, reconocido como uno de los peloteros más completos que hayan pasado por las series de béisbol iniciadas a partir de 1962. Su nombre me llama la atención, ya que Capiró significa entenderé en italiano, mientras que Laferté con doble f es apellido francés.
No creo pasar mucho trabajo para hablar de este espigado y muy destacado pelotero que lo vi jugar en las también series de la antigua provincia Habana. ¿Lo disfruté? Claramente como buen aficionado, no así como fanático, ya que él no militaba en equipos de mi preferencia. Era un rival temible bate en mano y un jardinero excepcional.
Capiró jugó en equipos habaneros, pero debutó en la VI serie (1966-67), con el conjunto Occidentales, selección integrada por peloteros de los equipos perdedores en la regional de las provincias Habana y Pinar del Río, dirigido por el artemiseño Francisco Quicutis. Aquel equipo estaba balanceado inicialmente con figuras establecidas y algunas listas para el retiro. Arturo “Escalera” Linares igualmente debutaba como inicialista (primer novato del año en series nacionales) y hacía combinación con su hermano Yayo, el que jugaba la segunda, mientras que el torpedero era Tony González, el que jugó poco producto de una seria lesión en un encontronazo con Urbano González de los Industriales, lo que le abrió la posibilidad al pinareño Felipe Álvarez de cubrir el campo corto por más de un tercio de la temporada. En los jardines estaba Ángel “Jabao” Suárez en el central y en las alas había varios pinareños, entre ellos Fidel Linares, el padre de Omar “Niño” Linares. El receptor era Lázaro Pérez, en su última temporada con equipos occidentales/capitalinos. Como se observa, la ofensiva era modesta y Capiró fue como caído del cielo. Como lanzaba a gran velocidad lo usaron alguna que otra vez en el montículo. Tenía el antecedente de haber lanzado un No-No en los juveniles en 1966. Otro día lo usaron como torpedero, hasta que lo situaron a jugar el jardín izquierdo y así iba enseñando todo lo que podía hacer en el terreno.
En su primera temporada, Capiró se destacó en varios juegos, donde enseñó poder al bate y un brazo que era todo un cañón. Que nadie piense que se le podía correr en bases. Sus tiros eran como flechas y puestas correctamente en la diana. Esas condiciones le valieron para que se olvidaran de él como pitcher y torpedero, para que jugara casi siempre como jardinero.
En la VII serie le tocó jugar con el Habana dirigido por Juan “Coco” Gómez. Capiró se pintaba solo para jugar el jardín izquierdo, pero una lesión lo mantuvo alejado de juego por buen rato. “Coco” Gómez a esa hora inventó al llevar a Arturo Linares a jugar el jardín izquierdo, mientras Pedro Chávez defendía la inicial, movimiento que le salió bien al mantener la ofensiva en su punto y llevarse el banderín de esa primera temporada con 12 equipos.
En la VIII Serie permaneció en el monstruo del Habana, equipo esta vez integrado también por Agustín Marquetti y Raúl Reyes en los jardines, Urbano González en segunda base, Chávez en la inicial, Germán Águila en la antesala y Tony González en el campo corto. Orlando Salom, mánager del equipo, decidió poner a Raúl Reyes como primer bate, mientras que le seguían Urbano, Chávez, Marquetti y Capiró por ese orden. Era el conjunto favorito para ganar, pero se tropezaron con los Industriales y el lanzador Oscar Martínez, vencedores en juego decisivo, que posibilitó la primera victoria de Azucareros en Series Nacionales. Capiró tuvo una aceptable temporada, pero no todo de lo que él se esperaba.
Los ingeniosos de la comisión provincial habanera decidieron para la siguiente temporada (IX Serie 1969-70) llevar un equipo fuerte, pero que no fuera el campeón provincial, sino una selección de los equipos perdedores. El arreglo fue propiciar la derrota del Mazorra, equipo en el que jugaba Capiró y otras figuras más, lo mismo para el del MININT (Marquettí, Héctor Despaigne, Germán Águila, Leo Fariñas entre otros), así las figuras estelares irían de cabeza para la selección Industriales. Las cosas no salieron como se deseaba e Industriales ocupó el cuarto peldaño superado por Henequeneros (campeón), Mineros y Azucareros. No obstante, en esa temporada Capiró tuvo un desempeño notable, aunque superado por su compañero Raúl Reyes, el que quedó como líder jonronero (10).
Terminada esa campaña, se inició el entrenamiento de los peloteros para la selección Cuba a los juegos Centroamericanos y del Caribe en Panamá (1970), a la que se llamaron decenas de jugadores de todas las provincias. Capiró no había hecho selección de mayores hasta ese entonces, tampoco el jardinero Wilfredo Sánchez y el lanzador Manuel Hurtado entre otros destacados. Ellos fueron seleccionados y muy aceptados por toda la afición, pero Capiró abrió en el banco. Servio Borges, mánager casi vitalicio del equipo Cuba en aquella época, decidió abrir con Silvio Montejo en el izquierdo, Fermín Laffita en el central y el debutante Wilfredo Sánchez en el derecho. La ofensiva de Montejo no fue la mejor en ese torneo y sin más remedio le llegó el turno a Capiró, quien en sus primeras seis veces al bate no conectó de hit, sino de extrabase, estaba que no se le podía lanzar. De ahí en lo adelante, se puede decir, que el habanero garantizó un puesto como jardinero regular de los siguientes equipos Cuba. Aunque no se llevó liderato ofensivo en esos juegos en Panamá, demostró bateo y también su potente brazo.
Las autoridades del país decidieron organizar el torneo de los 10 millones de toneladas en 1970, los que no se produjeron, por lo que ya en el mes de abril se le cambió el nombre por Serie Especial. Ese adjetivo de especial es una obsesión de las autoridades en Cuba, todo lo excepcional es especial, así sea fatal. No obstante, la serie fue a base de un equipo por provincia y Capiró jugó regular en el equipo Habana, el que se quedó corto y no pudo vencer a la selección de las Villas. En esa serie vi a Capiró disparar un mamut por el left center, la bola parecía que iba hacia las nubes. Les digo que fue un batazo por la banda izquierda de los más grandes que haya visto conectar en el viejo estadio del Cerro (fue restaurado y ampliado en 1971).
En la X Serie Nacional (1970-71) Capiró volvió a jugar con los Industriales, equipo dirigido por José Miguel Pineda, el que nuevamente vino repleto de estrellas y quedó en cuarto lugar. Así y todo, Capiró fue líder en carreras impulsadas (51) y sacri-fly (7). En la siguiente serie, integró otro trabuco de Industriales, con “Coco” Gómez al frente, el que volvió a decepcionar al quedar en tercer lugar.
Se puede decir que la campaña en la que Capiró se desencadena en general fue en la duodécima serie (1972-73), vistiendo la franela del Habana, cuando disparó 22 jonrones y dejó atrás los 19 de Marquetti en la VIII serie nacional. En aquel momento Capiró estaba que le daba al más pinto de los lanzadores y con fuerza. Todo eso con bate de madera. Por coincidencia, el día, un domingo, que Capiró rompió el récord, Agustín Marquetti defendía la primera base de los rivales Constructores. Primero sonó uno, el 20 y luego otro para subir el listón a 21. En otro juego bateó su cuadrangular 22 en esa serie. Así y todo, el Habana quedó en segundo lugar superado por 3 juegos por los Industriales de Pedro Chávez.
En la décimo tercera serie (1973-74) llegó a integrar a su primer equipo campeón en serie nacional, el Habana, dirigido por Jorge Trigoura. Capiró contribuyó a la victoria del conjunto, el que sacó buena diferencia a los Constructores y a los Azucareros. De esa serie recuerdo un tiro a home de Capiró, del cual creo haber ya hablado con anterioridad. En segunda base corría el receptor Julio Quiala de los Serranos, hubo sencillo al left center de Wilfredo Hernández, Capiró entró de lado para fildear la bola y acto seguido tirar a home casi sin reponerse. Fue el tiro de aire a home, el batazo no era a lo corto, por lo que había que lanzar con fuerza. Quiala fue out en home, probablemente los que conozcan a este pelotero, dirán que no era veloz corriendo, de acuerdo, pero, así y todo, había que ver la distancia y el ángulo desde el que Capiró hizo el tiro. Un brazo de fuerza normal jamás habría sacado como lo hizo Capiró. En 14 series nacionales logró 123 asistencias como jardinero.
El experimentado comentarista y narrador beisbolero Rubén Rodríguez, a finales de los 60, realizó un análisis sobre los tres sluggers de la década, en este caso, el veterano Miguel Cuevas, el bateador zurdo Agustín Marquetti y el derecho Armando Capiró. Por razones que desconozco, no incluyó a Raúl Reyes en ese examen de poder al bate. En su opinión, Cuevas era hombre de fortaleza corporal y bateaba sus jonrones con el impulso de su cuerpo. De Marquetti reconocía la velocidad de sus batazos, los que salían como flechas sobre la cerca de los jardines, podrían no ser tan largos como los de Cuevas, pero la velocidad del batazo era siempre impresionante. Dejó para último a Capiró, de quien dijo que no había visto pelotero batear con la fuerza que poseía en sus muñecas, a la vez que señalaba que los batazos de Capiró eran usualmente más largos que los conectados por los sluggers antes mencionados.
Más estadísticas y lideratos de Capiró podrán encontrar en el sitio
Armando Capiró Laferté – Destacados del Béisbol Cubano
Solo daré algunos detalles más. Este gran pelotero fue el primero en arribar a los 100 jonrones conectados en series nacionales, lo logró en la III Serie Selectiva (1977) cuando le conectó el número 100 al lanzador avileño Manuel Álvarez el 16 de marzo de 1977. Integró el equipo Cuba a tres Juegos Centroamericanos y del Caribe, a 3 Juegos Panamericanos, y a 6 Series Mundiales Amateur. Cosas de la vida no fue parte de equipo alguno a las Intercontinentales. La última vez que vistió el uniforme del Cuba fue a los Panamericanos de 1979 en San Juan de Puerto Rico. Le tocó al pinareño Fernando Hernández sustituirlo en los jardines para esa Intercontinental en la Habana. En la serie mundial amateur de 1973 en la Habana, vi a Capiró conectar un jonrón extraño a mi vista por el jardín central del remodelado estadio latinoamericano. Era juego contra Antillas Holandesas, el batazo salió con idea de picar en el jardín central, pero se fue elevando hasta que se fue por encima de la alta pared del jardín central. No estoy seguro si aquel batazo fue el primero por esa zona después de 1971. Si no fue el primero habrá sido el segundo, tremendo batazo y raro en la forma que se llevó la cerca. En series nacionales jugó hasta 1979, pero tuvo una breve aparición en la serie selectiva de 1981 con el Habana. Tenía problemas en su rodilla izquierda.
Capiró desapareció del mapa, dijeron que seguía lesionado, nada se dijo oficialmente. En una ocasión llevaba en el jeep que conducía a la esposa de un trabajador de un centro aledaño al nuestro en Siboney. Ella trabajaba en el hospital psiquiátrico y me habló de una fiesta de su centro laboral, a la que habían asistido varias personas. Capiró era uno de ellos, creo, si la memoria no me traiciona, que trabajaba con equipos de refrigeración en el psiquiátrico, pero fue casi declarado persona non grata por los allí reunidos. Me dijo que él tenía fama de homosexual, ella misma no es que me hablara sobre el pelotero con neutralidad o empatía. Le habían hecho una mala fama. No era extraño, la homofobia hizo acto de presencia. Me di cuenta entonces de que Capiró estaba sencillamente planchado y no volvería a jugar en series nacionales. Mucho tuvo que ver con esta sanción el presidente del poder popular en la Habana, Oscar Fernández Mel. Sentí pena, pero las cosas así eran entonces, así las quieran ahora adornar y presentar de otra manera. Todo un héroe del béisbol cubano condenado, tal y como habían hecho en 1971 con Tony González, el famoso torpedero. Lo de homosexual ahora se ve que fue una invención maliciosa, que lo mató en vida y le tronchó su carrera.
Por suerte, fue restaurado lustros después, cuando ya no podía jugar, pudo desempeñarse como entrenador en el mismo Mazorra y hasta electo entre los 100 mejores atletas cubanos del siglo XX e ingresó en 2021 al Salón de la Fama Palmar de Junco, en Matanzas. Así y todo, Capiró habría podido jugar seis temporadas más como mínimo y la sanción lo privó, a la vez que fue tratado como un “apestoso” por cierto tiempo. Por eso cuando veo ahora notas de pésame en la prensa oficial por su muerte el 13 de noviembre de 2025 en su natal Santiago de las Vegas, no puedo pensar otra cosa que en la falsedad.
Capiró, como otros tantos sancionados, podría haber jugado en las Grandes Ligas en la década de los 70, era un pelotero muy completo y sabía ajustarse al pitcheo rival. Le recuerdo cuando se situaba a batear, solía extender sus largas manos con el bate. Previamente marcaba su área en el cajón de bateo. Sabía conectarle a la curva y la recta lo podía pasar, pero también conectar. En más de una oportunidad vi como Braudilio Vinent lo ponchaba, pero al siguiente turno al bate le sonaba el batazo grande. En el terreno tenía un comportamiento correcto. No quito que haya protestado alguna jugada y haya dicho una palabrota, pero eso es parte del juego y los peloteros sienten cuando una jugada es mal decidida por el árbitro. Su presencia, conducta y juego en el terreno le valieron para que Bobby Salamanca le llamara “El elegante del terreno”.
Existe un libro sobre Capiró (Armando Capiró: Grande por siempre) escrito por Fernando Rodríguez Álvarez, el cual está en venta en Amazon.com. No lo he leído, pero no dudo de su contenido y calidad. Finalmente, expreso mis condolencias a todos sus seres queridos por el deceso de un grande de nuestro béisbol.
Fuentes consultadas
Arce Moreno Angélica. 2022. Armando Capiró: ¿Qué me falta por hacer?, ir al Palmar de Junco. Cubadebate, 4 marzo. http://www.cubadebate.cu/especiales/2022/03/04/armando-capiro-que-me-falta-por-hacer-ir-al-palmar-de-junco-video/
Romero Esteban. 2018. Los jonroneros cubanos: III Pelota amateur incluida las series nacionales. Deportescineyotros.com. 11 abril. https://deportescineyotros.com/2018/04/11/los-jonroneros-cubanos-iii-pelota-amateur-incluida-las-series-nacionales/
Romero Esteban 2021. Jardineros cubanos con potentes brazos. Deportescineyotros.com. 6 mayo. https://deportescineyotros.com/2021/05/06/jardineros-cubanos-con-potentes-brazos/
Romero Esteban. 2025. Cómo era el Gran Estadio del Cerro y algo sobre su pizarra en el jardín central. Deportescineyotros.com. 2 septiembre. https://deportescineyotros.com/2025/09/02/como-era-el-gran-estadio-del-cerro-y-algo-sobre-su-pizarra-en-el-jardin-central/
Esteban Romero
24 noviembre 2025















