Ignác Semmelweis, antes de Louis Pasteur

Semmelweis señaló  los medios profilácticos que deben adoptarse contra
la infección puerperal, con una precisión tal que la moderna antisepsia
nada tuvo que añadir a las reglas que él había prescrito
”.
Louis-Ferdinand Cèline (1894-1961), médico y escritor francés

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Hay figuras que quedan olvidadas y sus méritos no son realmente reconocidos. Otros con poco logran más fama, a veces inmerecida. El Dr. Semmelweis Ignác Fülöp es uno de los olvidados y su contribución tiene mucho que ver con la vida de las personas, sobre todo de las mujeres en proceso de parto.

El destacado galeno nació el 1 de julio de 1818 en la parte de Buda de la capital húngara, Budapest, en el seno de una familia de comerciantes ricos de origen germano-judío, la que tuvo diez hijos, e Ignác fue el cuarto de ellos.

Semmelweis se inició estudiando leyes en la Universidad de Viena, pero poco tiempo después cambió para estudiar medicina, carrera que concluyó en 1844. Como médico sintió vocación por la obstetricia, a lo cual se dedicó en el Hospital de Maternidad de Viena (Allgemeines Krankenhaus).

Las estadísticas indican que en el pasado, hasta mediados del siglo XIX,  morían alrededor de 10-30% de las mujeres durante el parto en Viena, pero con la diferencia que en una sala perecían más mujeres que en otra del Hospital donde trabajaba Semmelweis. Esa diferencia fue la que promovió la investigación del galeno. En una sala morían más mujeres que otras debido a la fiebre puerperal.

Primero debemos decir que es la llamada fiebre puerperal. Se trata de un mal provocado por infecciones polimicrobianas, que se localizan en el periné, la vagina y el cuello uterino. Entre los agentes causales se encuentran bacterias aeróbicas (Escherichia coli, Pseudomonas y otras), así como anaeróbicas como Clostridium, Peptococos y otras. La enfermedad suele provocar temperaturas superiores a  38ºC en el período de postparto.

La ciencia de aquel entonces no conocía nada sobre el asunto de los gérmenes. La teoría de Pasteur aún no había llegado, el francés entonces era aún un estudiante universitario, pero la ignorancia y el aferramiento a ideas erróneas prevalecían bastante en la comunidad médica centroeuropea.

Semmelweis descubrió que los portadores de los microbios eran los mismos estudiantes de medicina, los que hacían prácticas primero con cadáveres y luego iban a asistir en los partos en la sala con mayor incidencia de la enfermedad. Los estudiantes se lavaban las manos con agua y jabón, lo cual era insuficiente para que se lograra una buena limpieza. Por lo general, los estudiantes llegaban a los partos con un olor fétido en las manos. Semmelweis observó que los recién nacidos morían al igual que sus progenitoras después del parto con síntomas similares. Eso le hizo suponer con certeza que los entes o microbios infecciosos de los cadáveres pasaban por contacto a las madres en proceso de parto, y luego a los bebés.  El carácter contagioso del proceso era una suposición con fundamento.

Para reducir la incidencia de la enfermedad, Semmelweis obligó a los estudiantes a tratar sus manos con una solución de hipoclorito de calcio hasta que el olor fétido desapareciera. Semejante tratamiento resultó eficaz, pero muy a su pesar, sus colegas y el resto de la comunidad científico-médica no aceptó sus conclusiones/recomendaciones, y eso que la incidencia de la enfermedad se redujo de un promedio de 10% a 1-2%.

De hecho los hallazgos de Semmelweis echaban por tierra las teorías de las causas de la enfermedad, las que sostenían que se propagaban por condiciones desfavorables atmosférico-cósmico-terrestres o por aire malsano. El final de Semmelweis fue trágico, despedido del lugar donde trabajaba, regresó a su natal Budapest, allí continuó con dificultades sus trabajos médicos a la vez que escribía sus hallazgos, todos rechazados en aquel entonces. El libro escrito por el galeno húngaro no fue aceptado y eso provocó que él escribiera misivas a distintos médicos, en las que los denunciaba como asesinos. Para Semmelweis, no estaba errado, la falta de higiene era la causante de esa enfermendad, sobre todo el transporte de microbios cadavéricos al parto de las mujeres.

Lamentablemente su familia no le entendió, ni lo apoyó. En 1861 Semmelweis cayó en profunda depresión, su memoria en ocasiones fallaba, y al final sus más cercanos  lo dieron por demente y en 1865 lo recluyeron en un asilo de enfermos mentales, donde murió de septicemia el 13 de agosto de ese año en Lazarettgasse. Austria. Se sospecha que la enfermedad que le provocó la muerte fue a causa de los castigos corporales a que era sometido el galeno en sus ataques de locura.

Dos décadas después llegó la teoría de de los gérmenes como causantes de las infecciones desarrollada por Louis Pasteur, la cual daba la razón a la teoría de Semmelweis, a quien desde entonces se le consideró el pionero de los procedimientos antisépticos.

La experiencia de Semmelweis es muchas veces impartida en los cursos universitarios para demostrar la validez del empirismo e indicar los conocimientos científicos que se pueden adquirir por esta vía.

En el 2015, o sea 150 años después de su muerte, la UNESCO le nombró como uno de los personajes ilustres del año.

Fuentes

Horton Richard. 2017. El loco de Pest. Revista de Libros. http://www.revistadelibros.com/articulos/biografia-de-ignac-semmelweis

De Benito Emilio. 2015. Semmelweis, el mártir del lavado de manos. El País, 24 abr. https://elpais.com/elpais/2015/04/24/ciencia/1429895154_431101.html

 

Escrito por Ricardo Labrada, 18 setiembre de 2017

Un pensamiento en “Ignác Semmelweis, antes de Louis Pasteur

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