El debut de Kim Novak en cine: “La casa número 322 (1954)”, y resumen de su carrera

Cuando actuábamos juntos me parecía ver el alma de Jimmy (Stewart).
Kim Novak

Me apetece escribir algo sobre una actriz que fue una de mis preferidas desde mi niñez, edad en la que no tenía mucha idea sobre los elementos para considerar buena una actuación, pero como hetero si tener ojos para deleitarme con el físico en general de esa actriz.

Hablo de la conocida Kim Novak, cuyo nombre real es Marilyn Pauline Novak, nacida en Chicago, Illinois el 13 febrero de 1933, en la misma víspera del día de los enamorados, hija de padres descendientes checos, de los que debe haber asimilado lo necesario para lucir como una dama esbelta, con atractivas extremidades, no muy comunes entre las actrices del cine estadounidense, bionda con rostro bello y senos igualmente arrebatadores, en conclusiones, una beldad en persona. Con todos esos atributos y después de haber posado como modelo asiduamente en Los Ángeles, no era raro que algún cineasta se fijara en ella y la llevara al cine.

La belleza es un elemento y el arte interpretativo es otro, por lo que ella se vería obligada a aprender muchas cosas que no sabía desde sus inicios, aparte que los directores le asignaron roles exigentes y al lado de actores de mucha experiencia.

Recientemente tuve la suerte de ver su primera película, un filme de cine negro de 1954, nada del otro mundo, dirigido por Richard Quine, cuyo título en inglés es “Pushover” y en español se le dio uno más extenso, “La casa número 322”. La trama es algo conocida o repetida, incluso por el protagonista, el otrora comediante en sus inicios en el teatro y el cine, Fred MacMurray, quien ya había encabezado el reparto del filme de crimen “Perdición (1944)” de Billy Wilder, con argumentos muy parecidos y desempeño de MacMurray muy parecidos.

Ese filme mostró a Kim Novak en una modesta actuación, nada para recordar, excepto que se trataba de su primer enfrentamiento con las cámaras y los críticos del séptimo arte. La trama de la peli tuvo su emoción en su segunda mitad de la misma con un desenlace nada sensacional. El filme tuvo el atractivo de las actuaciones de los entonces ya experimentados Dorothy Malone y E.G. Marshall, además de Phil Carey, actor más visto en Oestes. Esa peli fue la que le abrió el camino a la actuación en otras cintas a Kim Novak.

Todos recordamos su baile atrevido en “Picnic (1955) junto a William Holden, como también en el papel de la muy racional amante de Frank Sinatra en “El hombre del brazo de oro (1954)” de Otto Preminger. Su carrera continuó como coprotagonista o protagonista de los dramas biográficos “Melodía inmortal (1955)” junto a Tyrone Power, y “Jeannes Eagels (1957)” (también conocido como “Lágrimas de triunfo”) al lado de Jeff Chandler y Agnes Moorehead, ambos filmes dirigidos por George Sidney. Más famosa se hizo cuando actuó junto a James Stewart en “Vértigo (1958)” de Alfred Hitchcock, y “Me enamoré de una bruja (1958)” nuevamente dirigida por Richard Quine. Más asentada se le vio en el drama “Un extraño en mi vida (1960)” (en países de América se conoce a este filme como “Vecinos y amantes”) de Quine y acompañada por el enérgico Kirk Douglas.

La comedia siempre le asentó, pienso que, por su físico y buen semblante para la burla, así se le vio en “La misteriosa dama de negro (1962) de Quine junto a Jack Lemmon y Fred Astaire, y “Bésame, tonto (1964)” de Billy Wilder con el comediante-cantante Dean Martin.  

Dentro de ese listado de pelis se hace necesario incluir la adaptación del drama “Servidumbre humana (1964), filme dirigido por tres cineastas, Ken Hughes, Henry Hathaway y Bryan Forbes, en la que Kim tuvo de contrapartida al conocido actor Laurence Harvey, el que nació, por si no lo sabe, en Lituania. A entender del que suscribe esta actuación puede considerarse como la mejor en la carrera de la bella Kim Novak.

Hay más filmes con la actuación de Kim, algunos taquilleros como la comedia musical “Pal Joey (1957)” con Rita Hayworth y Frank Sinatra; el drama “En la mitad de la noche (1959)” de Delbert Mann con Glenda Farrell, la comedia “Moll Flanders (1965)” de Terence Young, el oeste “El desafío del búfalo blanco (1977)” de J. Lee Thompson con Charles Bronson, y el filme de crimen-misterio “Espejo roto (1980)” de Guy Hamilton con Liz Taylor, Rock Hudson, Tony Curtis y Angela Lansbury, en todos los cuales no se puede decir que Kim haya brillado. En muchos casos fueron actuaciones de poca monta y de reparto.

Hay un detalle de Kim Novak en su vida personal fuera de la pantalla, el que llama la atención, y es su atracción por los hombres negros. En una sociedad tan prejuiciada racialmente, su actitud es algo curioso e interesante. Ella tuvo relaciones con el director Richard Quine y una vez terminadas las mismas, inició relación con el gigante (2,34) estrella de la NBA, Wilt Chamberlain en 1964. Estas duraron poco, pero ya antes, en 1957 había tenido similares relaciones con el cantante-actor, de poca estatura, Sammy Davis Jr. en 1957, lo cual puso en peligro su carrera. No era nada tolerable en la sociedad en esa época aceptar públicamente ese vínculo interracial, por lo que los ejecutivos de la United Artists, cerraron su contrato en 1958.  

Visto brevemente algo de la vida de esta actriz, la que fuera prometedora en sus inicios como futura estrella de la gran pantalla, se ve que esto todo se malogró. Probablemente su conducta no fue tal y como deseaban los ejecutivos de la industria cinematográfica de Hollywood, puede que también no haya sabido escoger sus papeles y los filmes para actuar. Al que suscribe le queda el recuerdo de sus mejores interpretaciones en los 50 y 60, por lo que no eludo ver alguna que otra cinta con su actuación.

Fuentes consultadas

Info de IMDB.com y Filmaffinity.com

Esteban Hernández
16 agosto 2023

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