«Cuando toques fondo, recuerda que el
único camino es seguir adelante.»
No hay que ser muy sabio para afirmar lo anterior. La guerra del Kremlin en Ucrania ha continuado con sus altas y bajas de uno y otro bando. Ucrania resiste, en parte, gracias a la ayuda económica y militar de los EE. UU. y la de la Unión Europea. Rusia persiste en un su empeño expansionista, como si quisiera reeditar un nuevo imperio zarista. Sea como sea, esta guerra nunca debió haber tenido lugar. Ucrania no es el traspatio de Rusia, es una nación libre, soberana e independiente, a la que se le debe respetar. No niego que internamente tengan sus problemas de corrupción, pero ¿dónde no los hay?, además de tener minorías que pueden so siempre sentirse bien. La realidad es que el Kremlin podría detener esta guerra y marcharse de los territorios ocupados mañana mismo, pero la ambición está ahí y con la esperanza que les llegue un amigo conocido a la Casa Blanca en enero de 2025, con lo cual no habrá más suministros de armamento a Ucrania. En ese escenario la UE tendrá que ver cómo ayudar a Ucrania, algo que no le será fácil, pues en el seno de esta unión no son todos los que están, basta solo mirar la actitud de la dirigencia húngara con respecto a su vecino. Dicen estar preocupados por la población magyar en los Cárpatos, no sé sabe realmente si esta minoría sufre de discriminación. Si la guerra concluye a inicios de 2025 por el regreso del buen amigo, Rusia se creerá libre de hacer cualquier otra acción contra naciones como Moldova o incluso de sus vecinos otrora repúblicas soviéticas como las del Báltico u otras aliadas en el desaparecido Pacto de Varsovia. Quizás, la dirigencia húngara prevea algo de esto y no quiera tener una tercera intervención rusa en su territorio e historia.
Si de guerras se habla, hay que hablar de lo que ocurre en Gaza. Critico y criticaré a Hamas por sus ataques a Israel, primero por el daño material y humano ocasionado, pero también por las nefastas consecuencias que eso ha traído para el pueblo palestino, aislado, pobre y en condiciones nefastas de nutrición, vivienda y sanidad. A nadie debe sorprender esta respuesta de parte de un gobernante en Israel, el que nunca ha buscado un poco de paz y alivio. Hamas le ha venido como anillo al dedo, así ha descargado toda su soberbia y ha ocasionado una masacre inimaginable. Se habla de más 4 mil niños muertos, mueren también mujeres, ancianos y enfermos, no hay agua para beber, y los bombardeos no cesan. Para colmo, un personaje que va todos los domingos a misa, lejos de ocuparse de contener esos ataques, da más provisiones y se enfada cuando le dicen decenas de países en la ONU que debe haber un cese al fuego. Ni modo, todo sigue igual o peor y quien debe hacer no hace nada.
Entre una y otra guerra en curso la economía se deteriora. Alemania, el país más desarrollado de Europa ahora en recesión. Los productores de petróleo se aprovechan de la situación, extraen menos y elevan el precio, lo que, sumado a las sanciones de occidente a Rusia, ponen en la economía de pata hacia abajo. Con estas guerras hay un ganador en grande, la industria armamentista. Los millones de dólares que no llegan para remediar el hambre o la desnutrición de casi mil millones de personas, van al bolsillo de los productores de armamentos.
La otra guerra silenciosa es la del cambio climático, 2023 ha sido un año de muchos desastres naturales, incendios forestales en casi todo el planeta, temperaturas récord por doquier, inundaciones en decenas de ciudades, pero todavía hay políticos, muy “sabios”, negando esta realidad, y la niegan sin argumentos, pero lo hacen para favorecer a esas compañías que extraen y venden combustibles a trote y moche. Las futuras generaciones no la tendrán fácil para lidiar con todos estos problemas. La prevención es siempre el mejor remedio, pero no basta con eso. Para colmo, se organizó la conferencia del clima (COP28) en Dubai del 30 de noviembre al 12 de diciembre, ¡vaya sede para esta reunión! El clima no es un problema de finanzas, cuento, el clima es voluntad para reducir las malas prácticas existentes que provocan el llamado calentamiento global. Miren esta afirmación de esta cumbre: Toda financiación es financiación climática: “Para las empresas y los inversores, sugiere que detener el cambio climático implica abordar riesgos y oportunidades entrelazados. Se trata de un crecimiento sostenible para todo el sistema económico”. Ya con esas afirmaciones es como para decir a lo cubano, “apaga y vámonos”. Hay otras, conozco el vocabulario usado en esas reuniones internacionales por mi trabajo hasta que me jubilé.
La democracia está en peligro real, eso no es para atemorizar, es para decir la verdad de lo que sucede en muchas partes de este mundo, donde las tiranías están ahí haciendo y deshaciendo, y no pasa nada, pero sucede que las naciones con regímenes democráticos comienzan a desviarse, las discusiones a nivel de parlamento no se enfocan en la búsqueda de soluciones a los problemas. Alguien sugiere algo útil, el partido contrario arremete sin proponer nada que enmiende la propuesta. La otra moda que viene del otro lado del océano es la de negar el resultado de las elecciones. Si alguien tiene alguna evidencia de fraude, muy de acuerdo en que se denuncie, pero cuando se comprueba que no hubo tal y se insiste, eso es pura delincuencia y ningún acato a la constitución vigente. Los ultraconservadores han llegado al poder, eso ha pasado en Italia, Finlandia, Letonia, ya antes en Hungría y Polonia, aunque esta última acabó de ceder recientemente el poder a los partidos progre. Las tiranías contentas con estos desarrollos, ya nadie les puede dar lecciones de democracia, y el Kremlin eufórico, con la esperanza de un 2025 pletórico de gratas noticias.
América Latina no es que vaya bien. Es cierto que Chile ha clasificado entre los mejores países del año en economía, y que México ocupa el duodécimo lugar en igual renglón pero ahí está Venezuela ahora reclamando un territorio por sus riquezas. No sé para qué, el nivel diario de extracción de petróleo en ese país es de menos de un 40% comparado con lo que extraían en 1997. Cuba es un desastre económico con leyes mordaza, no se come, pero tampoco se puede hablar o criticar. No sé en qué se basa el primer mandatario mexicano para estar alabando la gestión del gobierno cubano, que de bueno le ha visto, lo mismo de su santidad en el Vaticano. Nicaragua es una dictadura en toda regla, la que compite de lleno con la anterior somocista. Todo el que critique en Nicaragua es desterrado sin piedad. Estas naciones, si no tienen una cosa tienen la otra. Cuba y Venezuela están dirigidas por entes ineptos para poder conducir una economía. Brasil y Argentina están montados en el cachumbambé, el segundo con soluciones de “motosierra”, muy útiles para deforestar, pero con esto no niego que la administración saliente no haya dejado todo un caos económico en el país.
Y finalizo con Cuba, el hecho que alguien critique no lo convierte en terrorista, pero los que enjuician y castigan a aquellos que hacen uso de su derecho de libre expresión son tiranos, no hay otra palabra. Hay que ver las calles de la Habana, casas en plena destrucción, cuadras llenas de basura y escombros por toda Habana Vieja y Centro Habana, colas enormes de la población para conseguir algo que comer. Las industrias azucareras y cafetaleras del país han sido destruidas. El país no puede aspirar a créditos al no tener con qué pagar. La inflación es tan alta que un salario de 3 mil pesos mensuales no es más que 12 dólares en el mercado informal. Los precios de todo producto por los cielos, la improductividad agrícola en el país es culpa de la política económica, algo que el presidente, no electo por el pueblo, está aún por saber. En Cuba no hay un limón a la mano, una guayaba, en fin, todo aquello que la tierra cubana ha producido sin contratiempo en el pasado. Ni el limón, la guayaba, la yuca, la malanga, el boniato, la calabaza, incluso el arroz y los frijoles tienen nada que ver con el tan cacareado embargo comercial de los EE. UU. Llegado el caso, mucho alimento que se importa de ese país y varias compañías venden alimentos online a precios nada baratos para su envío a Cuba. El éxodo en el país continua, son jóvenes, parte de la preciosa fuerza laboral, a ese paso, el país se quedará con gente vieja mayormente y otros pobres que no tienen forma de llegar a la costa a 90 millas del país. Lamentable, ¿no es así? En enero de 1959 se respiraba en un ambiente de grandes esperanzas, ya va llegando 2024, o sea 64 años después y la pregunta es ¿Cuáles son los logros en materia de vivienda, alimentación e incluso de sanidad? Las últimas decisiones de este año vienen cargadas de recortes y aumentos a los precios. La legendaria libreta de abastecimiento parece que dirá ADIÓS. El primer ministro dice que habrá ayudas para los más necesitados, no se entiende, pues en Cuba todo el mundo tiene grandes necesidades. Que no se pongan a criticar a la nueva administración argentina, ya que ellos están haciendo casi lo mismo, con la diferencia que los argentinos aún no están falta de oxígeno del todo. Para concluir, pido como muchos la liberación inmediata de esos falsos terroristas, son más de mil cien, los que no le han disparado ni matado a nadie, y solo se han pronunciado por la libertad y un mejor gobierno. Como están las cosas, el deterioro es progresivo, por lo que no se atrevan a decir que el 2024 será mejor. La buena pipa ya no hay forma de creerla.
Podemos pedirle al año 2024 que traiga un poco más de políticas y menos polarización, como la casi existente actualmente en EE. UU. Pueden existir diferencias, para eso están los partidos, los que obligatoriamente deben negociar y acordar medidas para bienestar del pueblo. Estar peleados continuamente no es política, es algo impresentable e infértil. Los parlamentarios que caen persistentemente en ese tipo de conducta no es que hagan el trabajo para el cual han sido elegidos. Con las tiranías hay que ser implacables, sanciones cuantas sean necesarias, pues las ayudas irán inevitablemente el bolsillo de la maquinaría dictatorial.
Ricardo Labrada
21 diciembre de 2023
