Barbara Stanwyck, una actriz original

El egotismo es un caso equivocado de nulidad.”
Barbara Stanwyck

Con la aparición del cine sonoro a finales de la década de los años 20 del siglo XX comenzaron a aparecer un buen número de actrices y actores de indudable calidad, al extremo que entre ellos se estableció una especie de competencia para protagonizar determinadas cintas, las que no dejaban lugar a duda de su éxito en taquilla.

En la parte de las actrices hubo un grupo notable, donde aparecían las legendarias Bette Davis y Joan Crawford, las importadas Hedy Lamarr y Marlene Dietrich, más otras no menos exitosas en pantalla como lo fueron Loretta Young, Joan Fontaine, su hermana Olivia de Havilland, la muy convincente Gene Tierney, y otras, entre ellas Barbara Stanwyck, a la cual va dedicado este escrito.

¿Qué le veía a Bárbara en pantalla? Mucha versatilidad, si el papel era de coqueta, amorosa o hasta infiel, sus interpretaciones no dejaban duda alguna de su capacidad histriónica. También gustaba encarnar a mujeres corajudas, capaces de enfrentar cualquier dificultad, así fuera incluso con el uso de las armas. Los papeles de víctima no fueron excepción. No es que todas las pelis protagonizadas por Barbara hayan sido de mucha aceptación, pero las de menor calidad sacaban alguna ventaja con su presencia en la pantalla.  

Su nombre real era Ruby Catherine Stevens, nacida el 16 de julio de 1907 en Brooklyn en el seno de una familia judía, aunque no sé si su padre era judío, ya que esta condición se hereda cuando la madre lo es. Sea como sea, ella quedó huérfana en su niñez cuando su madre falleció, mientras que su padre la llevó a un orfanato y se olvidó de su existencia. Al llegar al límite entre la adolescencia y la juventud comenzó a trabajar, llegó a modelar, cantar en coro y luego a bailar en centros nocturnos hasta que la descubrieron y la contrataron para actuar en pelis musicales, aunque su debut fue en un filme mudo, “Broadway Nights (1927)”, de Joseph C. Boyle. Dos años después debutó en el cine sonoro en una peli de suspense-intriga, “La puerta cerrada (1929)” de George Fitzmaurice. El director Frank Capra le vio condiciones y le dio el papel protagónico del drama-romance “Mujeres ligeras (1930)”, donde causó muy buena impresión en el círculo de los expertos del séptimo arte, algo que percibió Capra, quien no dudó en incluirla en una seguidilla de pelis, entre las que se encuentran “La mujer milagro (1931)”, donde aparece como una mujer desviada y luego vuelta a encarrilar; el bélico/romántico “La amargura del general Yen (1933)”, en el cual Barbara se enamora de un oficial chino que logra raptarla; el romántico “Amor prohibido (1933)”, cuya trama versa sobre el amor que surge en barco de viaje a la Habana. En esta peli Barbara estuvo junto a actores reconocidos entonces como Adolphe Menjou y Ralph Bellamy. Con Capra de director, logró su primer filme junto a Gary Cooper, “Juan Nadie (1941)”, todo un drama social muy bien montado. Esa pareja de actriz/actor gustó al director Howard Hawks para incluirlos como protagonistas de la comedia romántica “Bola de fuego (1941)”, todo un éxito. Un par de años antes, Barbara protagonizó el drama “Sueño dorado (1939)” de Rouben Mamoulian, en el cual se incluyó al joven William Holden como co-protagonista. Lo cierto es que había un número de actores optando por ese papel, pero Barbara se plantó y exigió que fuera el apuesto Holden su compañero en este filme, algo que el actor jamás olvidó y siempre agradeció.

Cuando Barbara se inició en el cine se vio obligada a superar su marcado acento brookliniano en sus actuaciones. Logró su objetivo con empeño y ya a finales de la década de los 30 e inicios de los 40 era apodada como Missy o, The Queen (La reina). En cuanto a su vida sentimental, en 1928 se casó con Frank Fay, un matrimonio lleno de conflictos, cuyas causas reales desconozco, pero que se tradujeron en alcoholismo y violencia doméstica de Fay con Barbara, la que en muchas ocasiones se vio en la necesidad de buscar protección en la casa de su amiga de siempre, la actriz Joan Crawford. De la unión con Fay tuvieron un hijo adoptado en 1932, Dion Anthony «Tony» Fay, al que su padre ebrio lo lanzó a la piscina para ahogarlo en una ocasión. Divorciados 7 años después de iniciado el matrimonio, vino entonces el asunto de la custodia legal, la que pasó a manos de Barbara, la que lamentablemente envió a su hijo a un orfanato, tal y como había hecho su padre con ella. Tony, de joven, tuvo una vida bastante descarrilada y estuvo preso. La actriz vivía desentendida de la vida de su hijo adoptivo. En una ocasión le preguntaron por qué él no le pedía ayuda a su madre, y él les respondió que no se hablaban. Sin otro comentario, ya pueden imaginar lo que pienso al respecto, por lo que seguiré hablando de su vida artística.

Es importante destacar su relación artística y sentimental con el actor Robert Taylor, con el que actuó en varias películas a partir de 1936 como fueron en el drama «La esposa de su hermano (1936)” de W.S. Van Dyke, en la que Barbara interpreta el papel de una dama enamorada de un epidemiólogo (Robert Taylor), el cual se marcha al trópico por razones de trabajo y la dama entonces entra en relaciones con el hermano del epidemiólogo (John Eldredge), con el cual se casa. Probablemente esta haya sido la primera peli en la que Barbara interpreta el papel de mujer perversa. Un año después volvieron a actuar en el drama-filme de crimen “La contraseña (1937)” de William A. Seiter, en el que Taylor es un oficial que se las arregla para descubrir a grupos relacionados con robos de bancos.  Estas actuaciones sentaron las bases para que la pareja contrajera matrimonio en 1939. Robert Taylor entonces era cuatro años más joven que Barbara. Esta relación duró hasta inicios de 1952. No obstante, volvieron a verse juntos en el filme de terror “Amor entre sombras (1964)” de William Castle. Un detalle de esta pareja a resaltar fue que visitaron juntos la Habana a mediados de 1941.

Entre sus destacadas actuaciones de finales de los 30, Barbara estuvo en el drama “Stella Dallas (1937)” de King Vidor, en la que interpreta el papel de una madre volcada en el futuro y bienestar de su hija. La comedia “Las tres noches de Eva (1939)” de Preston Sturges con Henry Fonda fue uno de sus mejores filmes al final de la década de los 30, peli divertida y llena de escenas inesperadas, donde Barbara aparece como pícara y perversa a la vez, pero igualmente romántica y enamorada. Con mucho éxito estuvo también el Oeste “Unión Pacífico (1939)” de Cecil B. DeMille con Joel McCrea, el cual versa sobre el comienzo de la construcción de la primera línea de ferrocarril en 1862 entre las costas atlántica y pacífica en EE. UU., y la rivalidad entre dos compañías constructoras. Esta peli fue la segunda que ella protagonizaba junto a McCrea, anteriormente habían actuado en el drama “La dama de la suerte (1934)” de Archie Mayo. En 1942 volvieron a encontrarse en otro Oeste, “Una gran señora (1942)” de William A. Wellman.

En plena década de los 40, Barbara tuvo actuaciones notables con Fred MacMurray, como fueron el drama-comedia “Recuerdo de una noche (1940)” de Mitchel Leitsen, todo un enredo de una joven acusada de robo de joyas perseguida por un fiscal (MacMurray), quien se enamora de la chica. Le siguió el filme de cine negro “Perdición (1944)” de Billy Wilder, donde la perfidia encubierta alcanza su máximo. En la peli, toda una joya del cine de todos los tiempos actuó también el experimentado Edward G. Robinson en calidad de investigador.

En esa misma dirección se movió otro filme de cine negro, “El extraño amor de Martha Ivers (1946)” de Lewis Milestone, con co-protagonismo de Van Heflin, peli en la que debutó Kirk Douglas en el cine. Todo un triángulo amoroso y al final corrupto. Otra peli notable, tan buena que se puede ver varias veces.

Con Edward G. Robinson había actuado también en el drama “Al margen de la vida (1943)” de Julien Duvivier, peli que cuenta tres historias con tramas distintas. Otro filme de cine negro contó con su participación junto al extraordinario Humphrey Bogart en “Las dos Señoras Carroll (1947)” de Peter Godfrey, peli que lleva su buena dosis de suspense. Luego llegó el filme de horror “Voces de muerte (1948)” de Anatole Litvak con Burt Lancaster, cinta que lo mantiene a uno casi todo el tiempo en tensión y que debe haber costado poco por el limitado reparto y escenarios vistos. Con Clark Gable actuó en el drama “Indianápolis (1950)” de Clarence Brown, donde Barbara interpreta el papel de periodista y tiene que lidiar con un corredor de coches sumamente arrogante y dominante (Gable). Con Robert Ryan se le vio en el drama “Encuentro en la noche (1952)” de Fritz Lang con Paul Douglas y Marilyn Monroe, en la que Barbara interpreta el papel de mujer ambiciosa y perversa a la vez. Luego actuaron en el filme de aventuras “Fuga de Birmania (1955)” de Allan Dwan, nada del otro mundo.

En la década de los 50, hubo mucha Stanwyck, pero en Oestes mayormente, excepto sus actuaciones en el drama-cine negro “Mentira latente (1950)” de Leisen con John Lund, una vez más como mujer pérfida; fue parte del reparto del film histórico “El hundimiento del Titanic (1953)” de Jean Negulesco con Clifton Webb, y volvió a la pantalla con Gary Cooper en el drama-filme de acción “Soplo salvaje (1953)” de Hugo Fregonese, peli en la que también actuó Anthony Quinn. Luego estuvo junto a William Holden, June Allyson, Fredrich March, Paul Douglas y Shirley Winters en el drama “La torre de los ambiciosos (1954). El género del Oeste le era bien familiar a Barbara por sus interpretaciones en películas junto a Joel McCrea, además de “Annie Oakley (1935)” de George Stevens, donde ella se interrelaciona con el famoso Buffalo Bill en el Wild West Show, por lo que estas nuevas pelis se ajustaban a sus intereses, mujer decidida y a veces pérfida también. Así volvió con Fred MacMurray a la gran pantalla para protagonizar “Sombras tenebrosas (1953)” de Roy Rowland Con Ronald Reagan en “La reina del Montana (1954)” de Allan Dwan, y con Barry Sullivan se le vio en dos Oestes, “Los indomables (1956)” de Joseph Kane y “Cuarenta pistolas (1957)” de Sam Fuller, ninguno de estos nada sideral. Mucho mejor estuvo “Hombres violentos (1955)” de Rudolph Maté, que contó con el protagonismo de Glenn Ford, además de Edward G. Robinson en un importante papel secundario. Nuevamente Barbara era la mal intencionada infiel en este Oeste.

En lo sucesivo tuvo más actividad en programas televisivos como fueron las series, el oeste “Valle de pasiones (1965-69)”, los dramas “El pájaro espino (1983)” de Daryl Duke, “Dinastía (1981-1989) y “Los Colby (1986-1987).

En resumen, Barbara actuó en 107 filmes entre 1927 y 1986, actriz llamada como la mejor que nunca obtuvo Oscar. Fue nominada cuatro veces como mejor actriz por “Stella Dallas (1938)”, “Bola de fuego (1942)”, “Perdición (1945)” y “Voces de muerte (1949)”. Recibió Oscar Honorífico por su carrera en 1982. Fue nominada al premio Globo de Oro como mejor actriz por sus actuaciones tres veces en “Valle de Pasiones (1966, 1967 y 1968), y ganadora del premio por “El pájaro espino (1984)”, además, en este certamen recibió el Premio Cecil B. DeMille en 1986. En 1967 obtuvo premio SAG por su carrera artística, en 1981 otro similar de la Asociación de Críticos de Cine de Los Ángeles, El American Film Institute la consideró la 11.ª mejor estrella femenina del cine clásico estadounidense.

En el orden político, Barbara Stanwyck fue parte del ala conservadora de las actrices-actores de Hollywood, era miembro de la llamada alianza para la preservación de los ideales americanos, grupo muy afín a las actividades conocidas como caza de brujas del Senador McCarthy en la década de los 50. En esa alianza estaban personas como Gary Cooper, Robert Taylor, Clark Gable, Ronald Reagan, Ward Bond, John Wayne, Norma Taurog y Ginger Rogers entre otros. Llama la atención que ese grupo, acusado también de antisemita, tenía pocas actrices, por lo que la presencia de Barbara denotaba que ella no se sentía judía como tal.    

Barbara era una fumadora empedernida y su fallecimiento tuvo lugar el 20 de enero de 1990 en Santa Mónica, California. Murió de insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obstructiva crónica y enfisema pulmonar.

Fuentes consultadas

Wikipedia.com, IMDB.com y Filmaffinity.com

Esteban Hernández
10 diciembre de 2023

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