Visitando Mónaco

Un artículo anterior sobre este pequeño estado fue publicado en este blog el 2 de julio de 2020, ahora después de una reciente visita en plena navidad, se exponen más detalles de lo visto en mis primeras dos visitas o pasadas por el lugar.

En mi niñez llegó a mis oídos la palabra Mónaco, llamada Múnegu en monegasco, asociada a la bella actriz estadounidense Grace Kelly, la cual se convirtió en princesa al casarse con el monarca de ese pequeño estado, el segundo de menor territorio después del Vaticano. Por supuesto, en revistas como Bohemia y Vanidades de entonces no dejaban de hablar de Montecarlo, el distrito más importante allí y de su famoso casino. En 1972, cuando estuve un tiempo en Europa occidental, no faltaban las repetidas menciones asiduas a los príncipes y princesas en los diarios más leídos.

La curiosidad personal existía y bastaba en algún momento decidir visitarlo por algunas horas. Su fama radica en sus casinos, la pista para la carrera del Gran Premio, la que antes uno puede apreciar en la película “Grand Prix (1966)” del director John Frankenheimer, y su bahía, con un mar azul de encanto. Con sus regulaciones, Mónaco es paraíso fiscal convencional, con un centro de negocios para proveerse de servicios bancarios y para constituir sociedades, atraídos por su régimen fiscal.

El pequeño estado, en las partes bajas de los Alpes, tiene 202 ha de superficie y una población de 38 700 habitantes, según censo de 2018.  Sus fronteras son exclusivamente con Francia. Sin embargo, la distancia entre Mónaco y Ventimiglia, Italia, es de 26 km, por lo que, en días festivos, los italianos, sobre todos los que viven en la Liguria, acostumbran a visitar Mónaco. De hecho, Mónaco era un principado italiano, creado por Francesco Grimaldi en 1297, con ayuda de soldados disfrazados de franciscanos. Los Grimaldi eran familia patricia de Génova, la que constituyó la dinastía más antigua de Europa. Este principado estuvo ligado a Italia hasta que los franceses lo invadieron y se anexaron el Condado de Niza en 1860. Hasta ese momento, en Mónaco se hablaba italiano, además del monegasco, dialecto ligur. Un acuerdo con Francia se firmó en 1865 y el absolutismo de la monarquía reinante se abolió pocos años después. Desde 1869, los residentes allí no pagan impuestos sobre la renta, ni sobre los beneficios de sus inversiones, ni por el impuesto de sucesión. Las compañías internacionales tampoco pagan impuestos ni las compañías locales que desarrollen tres cuartas partes de sus actividades en el Principado.

Como todo en esta vida, Mónaco evolucionó en el siglo XX y su constitución de 1911 sufrió cambios en 1917 y en 1930, originado por enredos de familia, reconocimiento de hijos y otras cositas más típicas de las coronas. Rainiero III (Rainier Louis Henri Maxence Bertrand Grimaldi) ascendió al poder en 1950 y tuvo también sus contratiempos con el Consejo Nacional, fue él quien se casó con la actriz Grace Kelly en 1956. Ejerció como príncipe soberano hasta su muerte, el 6 de abril de 2005.

Si Ud. va de Niza a Mónaco en tren, viaje que dura unos 20 minutos y unas cinco paradas previas, al salir de la estación de trenes, a la derecha uno se encamina y llega en pocos minutos al famoso Casino de Montecarlo, bellísimo y adornado en época navideña, donde radica el famoso casino, creado por el príncipe Carlos III y explotado desde 1863, y la Sala Garnier de la Opera. En sus exteriores se puede apreciar la belleza de la costa azzurra desde un mirador de encanto. En sus alrededores encontraremos una escultura muy original y cómica de Adán y Eva, obra de Fernando Botero, y más adelante, otra, el Mundo en tu Mano. También se puede apreciar una modesta y bella colección de cactus.

De ahí uno puede bajar y pasar por la famosa pista de formula I y a poca distancia comienza el puerto o embarcadero llamado Hércules, donde los yates enormes y de lujo sobran. Dicen que aquí se filmó la peli “Golden Eye: el regreso del Agente 007 (1995)” Una parte del filme “Grand Prix 1966” fue igualmente rodado en Mónaco.

Se puede ir a bordeando todo el puerto, en navidad se instala una especie de parque de diversiones, y quioscos de venta de chucherías y bebidas en sus alrededores. Al llegar casi al otro extremo, basta con cruzar la vía y ascender por unas elevadas escaleras, algo que los de la tercera edad deben hacerlo con calma, para así acceder a la otra parte de este estado, Le Rocher (La Roca), la parte vieja de la ciudad, donde está el Museo Oceanográfico y la Catedral de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción, templo principal de Mónaco, cuya terminación ocurrió en 1905, y ocupa el espacio de la primera iglesia episcopal del lugar, construida en 1252, que luego se convirtió en la iglesia de San Nicolás, destruida en 1874. Por eso mucha gente le llama Catedral de San Nicolás. Su interior es en estilo neo-románico, bastante armónico y agradable.

Caminando más adelante nos encontramos con el Palacio de Justicia, construcción modesta, pero original, hasta llegar al Palacio del Príncipe o Palacio Principesco, residencia oficial del Príncipe de Mónaco y de la Familia Grimaldi, desde finales del siglo XIII, cuyo exterior solo se puede apreciar. Obviamente delante del Palacio hay una enorme Plaza.

Igualmente, en las premisas del Palacio del Príncipe se halla el Tributo a las colonias extranjeras erigido a los 25 años de reinado del Príncipe Alberto, obra de Constant Roux. Aledaño al monumento se muestran balas de cañón.

Lo mismo a la entrada que a la salida de La Roca uno puede disfrutar de un paseo por el jardín de San Martín, donde además de las plantas existentes hay varias esculturas, algunas hasta con carácter erótico, una en honor a la princesa Grace Kelly (ver foto al inicio de este artículo), otra muy sugerente, llamada el Abrigo de la Conciencia, y una de Alberto I como navegante. Al bajar de la Roca, ya en zona del Puerto, hay otra escultura, la que reconocí al instante, en honor al famoso corredor de autos Juan Manuel Fangio.

Esto fue todo lo visto durante todo un día dedicado al segundo estado más pequeño del mundo y uno de los más caros en general. Aun así, si está cerca, no deje de visitarlo, ya que le resultará agradable.

Nota: todas las fotos del autor

Ricardo Labrada
13 enero 2024

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