De visita en Perpignan y le Barcarès, Francia

Viajar es fatal para los prejuicios, la intolerancia y la mentalidad estrecha.”
Mark Twain

Este fue un viaje planificado para después del 25 de diciembre de 2023. El propósito, una vez más, visitar la Riviera francesa y todo aquello que hace orilla en la Costa Azzurra incluido parte del territorio italiano y el de Mónaco. De Valencia a Niza uno debe recorrer un poco más de 10 horas en auto, por lo que lo más aconsejable es parar en un punto intermedio. En un viaje anterior a Francia lo habíamos hecho en Girona, esta vez decidimos ir un poco más allá y cruzar la frontera, concretamente en Perpignan, a la que le habíamos pasado muchísimas debido a su proximidad con la frontera española, y de tanto pasar, esta vez decidimos hacer escala dos veces allí. Una a la ida y la otra a la vuelta. Esta ciudad es parte de la extensa región Languedoc-Rosellón y se halla a 35 km de Jonqueras, villa española más próxima a la frontera hispanofrancesa. Perpignan es parte de la Occitania y de la Cataluña francesa, convertida en capital de los Pirineos Orientales después de la Revolución Francesa. He leído, no recuerdo donde, que Dali la llamó “Centro del mundo”.

Históricamente Perpignan albergó la Generalidad catalana hasta 1640 cuando las tropas francesas se apoderaron del lugar, derrotada España en esta contienda, Perpignan pasó a ser parte de Francia, al igual que otros territorios catalanes, para así conformar la provincia de Rosellón.

Así que una escala a la ida y otra a la vuelta, en ambos casos de una tarde y noche. En el lugar se habla francés y catalán, pero afinando el oído, no es que haya sentido hablar catalán entre los locales, lo que sí puedo asegurar que buena parte del personal de servicio en hoteles, bares y cafeterías habla castellano.

La impresión que me dio fue de una ciudad tranquila, con espacio suficiente para poder pasear y ver lugares históricos o típicos de la ciudad. Lo normal fue encaminarnos al centro de la ciudad y comenzar el paseo desde allí. Así pasamos por la rue (calle) de la Cloche d’Or, el barrio de St Jacques, la calle Emile Zola, algunas de ellas son realmente estrechas. Lo primero que vimos fue el Castellet, como su palabra indica es un castillo, construcción militar, donde se conjugan murallas, fortaleza y palacio. Su construcción es de 1368. El objetivo era disponer de una fortaleza para contrarrestar las amenazas enemigas de fuera. A un lado del Castellet hay un cine que lleva también su nombre.

Alrededor del Castellet todo era navidad, con diferentes atracciones para menores y mayores. En el trayecto podimos apreciar algunas esculturas, una de ellas con tarja a la memoria del escultor catalán Miquel Paredes. Pasamos por la Plaza de la Lonja, donde encontramos la Bolsa de los Mercaderes o Lonja del Mar, la Casa de la Villa (el ayuntamiento) y el Palacio de la Diputación. El ayuntamiento o Casa de la Villa (Hotel de Ville en francés) es una construcción del siglo XIII, luego continuada en los siglos XVI y XVII.

Un poco a rumbo y orientándonos por las indicaciones existentes en las esquinas pasamos por el Palacio de Justicia y la Prefectura.

Visitamos también la plaza de León Gambetta[1], la que da paso para llegar a la catedral de San Juan Bautista, construcción del siglo XIV, en estilo gótico, la que posee un área central de unos 80 metros de largo, la que nos lució acogedora por sus vitrales y altar.

Yendo en dirección al Castillo de los Reyes de Mallorca, encontramos otra iglesia, la de San Mateo, modesta en su interior.

Finalmente llegamos al Castillo ya mencionado, cuyo nombre está acorde con la historia de Perpignan. Cuentan que Perpiñán fue capital del Reino de Mallorca, el que Jaime el Conquistador dejó en manos de su hijo, Jaime II en 1261. El territorio comprendía la señoría de Montpellier, y los condados de Cerdeña y Rosellón. Jaime II ordenó la construcción de este Castillo en 1276, la que incluyó capillas, jardines y fortificaciones exteriores e interiores. En nuestra visita hallamos que el área del Castillo es inmensa, con esculturas y un bonito mirador al exterior.

En el recorrido también estuvimos en una especie de plazoleta, la que estaba rodeada por el museo de arte moderno.

En el viaje de regreso pudimos ver el Teatro de Archipiélago, una construcción de color rojo que parece un donut pero sin agujero. Alrededor de esta edificación hay varios edificios que parecen de nueva construcción, así como un área de parque.

Fue en este viaje de regreso que nos fuimos a Barcarès, famosa villa de playa por su Village de Noël. Desde Perpignan son unos 22 km en auto. Al llegar al lugar nos encontramos que el pueblo estaba como desértico, ni un alma en las calles. Fuimos hasta la playa y nos percatamos que el pueblo de Papá Noel estaba algo retirado e igualmente a orillas del Mar Mediterráneo. La festividad navideña del lugar se extiende desde el 18 de noviembre al 7 de enero, así que llegamos a tiempo, era 2 de enero.

Allí hay un área enorme de aparcamiento gratuito, luego hay que caminar un par de cuadras para llegar al village, donde encontramos quioscos con ofertas de golosinas locales, perros calientes, hamburguesas, sándwiches y bebidas, incluido vino caliente. El resto era parque de diversiones muy apto para niños, adolescentes y jóvenes. No creo que los de la tercera edad puedan montar todos los carricoches existentes. Hay también una pista de hielo de verdad para esquiar, un barco en mar para aquellos que gusten perderse en los laberintos, y lo peor ese día, un frío de 5 grados, con una sensación más o menos a esa misma temperatura. Se puede soportar por un rato y bebiendo algo caliente.

[1] Léon Michel Gambetta, político republicano francés que desempeñó un papel importante en la Tercera República.

Ricardo Labrada
28 enero 2024

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