“Para mantenerse jugando béisbol, uno tiene que aprender todos
los días. Cuando dejas de sacar outs es mejor retirarse.”
Anon.
Desde la temporada de 1945-46 cuando ganó el Cienfuegos no hubo más campeón de temporada que el Habana o el Almendares, cuyos dominios concluyeron con convincente victoria de los Elefantes del Cienfuegos en la temporada de 1955-56. Fueron nueve campeonatos consecutivos con Leones o Alacranes en la cima. El nuevo campeón sacó cómoda ventaja de 6 juegos sobre el Marianao y el Habana, mientras que el Almendares, esta vez guiado por Conrado Marrero, se apoderó del sótano y quedó a 10 juegos del primer lugar.
La victoria de los verdes se debió en primer lugar a su excelente pitcheo, con un dúo que le aportó 25 victorias, el novato del año, el pinareño Pedro Ramos con 13 triunfos, y el curveador Camilo Pascual con 12, quien por su bajo PCL logrado se llevó con razón el MVP del torneo. El trabajo de ambos se vio secundado por modestas labores de Sandalio Consuegra, René “Látigo” Gutiérrez y el oriundo de la Toscana, Italia, el ex-grandeliga derecho Marino Pieretti. La ofensiva, por su parte, fue bien repartida entre hombres como Curt Roberts (2B), Bob Boyd (1B), Humberto Fernández (SS), Archie “Pocopelo” Wilson (LF), Ultus Álvarez (CF) (líder en jonrones, con 10), además del experimentado receptor Rafael Noble. El equipo lo tenía todo y, al parecer, el mentor Oscar Rodríguez, no estuvo interesado en llevar ningún refuerzo para la VIII Serie del Caribe, que se disputó en Ciudad Panamá del 10 al 15 de febrero de 1956.

El zurdo Wilmer «Vinagre» Mizell, el embajador Arthur Gardner de EE.UU. y Camilo Pascual en el momento de recibir su premio MVP de la temporada 1955-56.
Además de los peloteros mencionados, el Cienfuegos llevó a Milton Smith defendiendo la antesala, Prentice Browne como jardinero derecho, los también jardineros Pedro Cardenal, Juan Vistuer y Roberto F. Tapanes, los infielders Ossie Álvarez, Tony Campos, ausentes en la lista que da Figueredo en su libro, y Jorge López; los receptores Emilio Cabrera y Sergio García; y los lanzadores Seth Morehead, Lorenzo Oñate y Gene Bearden.
El representativo de Puerto Rico fue esta vez los Criollos de Caguas, dirigidos por Ben Geraghty, que contó con Bill Cash como receptor, Lou Limmer 1B, Daryl Spencer 2B, Víctor Pellot 3B, Félix Mantilla SS, mientras los jardines eran defendidos por Charles Harmon, Ramón Maldonado y Wes Covington. Los lanzadores fueron los conocidos Roberto Vargas, el dominicano Chichi Olivo, el zurdo Tom Lasorda, Bill Phillips y Desiderio de León. En el banco también estaban Eugenio Ramón Guevara, Luis Antonio de León, Rafael Zavala, Ray Murray, Juan Ramón Guzmán y Pedro Alomar.
Le tocó al Chesterfield representar a Panamá en su propio patio, conjunto dirigido por Standford Graham, los receptores Quilliam Queen, Byron y Thomas Hughes. En el cuadro estaban Elías Osorio (1B), Héctor López (2B), Clyde Parris (3B), Pablo Bernard (SS), Frank Austin y Eugenio Houradou, mientras que los jardineros fueron Bill Stewart, Danny Schell, Bobby Prescott, David Roberts, el eterno Joe Tuminelli y Galvin Byron. La lista de los lanzadores vino encabezada por Humberto Robinson, además de George Brunet, Don Elston, Jerry Davis, Russ Grimsley, Alberto Osorio, Wally Burnette y Marcelo Gordon.
El Valencia representó a Venezuela y su director fue el cubano Regino Otero, probablemente de los tres mejores que haya tenido la Liga invernal de Venezuela en su historia, además del auxiliar cubano, el experimentado Reinaldo Cordeiro. El receptor fue Ed Bailey, Tommy Brown /1B), Howard Phillips (2B), Eduardo Monasterio (3B), Jesús Mora (SS), Inocencio Acosta; en los jardines, Ben Downs, y dos hijos del pelotero cubano Pelayo Chacón, Elio y Pelayito, Carlos Castillo, Antonio Martínez y Víctor García. Los lanzadores, Emilio Cueche, Julián Ladera, Francisco Cirimele, Ronald Mrozinski, Dick Farrell y Jim Pearce.

Regino Otero y Reinaldo Cordeiro
Esta vez el torneo se pintó de verde tempranamente, aquí el favorito estaba para imponerse, todos los entendidos sabían que era el Cienfuegos, equipo que tenía los tres componentes del juego muy bien ajustados. No hubo leones, ni alacranes, hubo elefantes de colmillo largo y tendido.
El juego inaugural, el viernes 10 de febrero, tuvo al Caguas de Puerto Rico de rival contra el Valencia de Venezuela, donde los boricuas vieron a sus lanzadores recibir castigo a partir de la quinta entrada, para que la tropa de Regino Otero triunfara 6-1. En la séptima entrada de ese juego el receptor Ed Bailey del Valencia le conectó jonrón al zurdo Tom Lasorda, que, por cierto, fue el único que batearon los del equipo venezolano durante toda esta justa. La única de Puerto Rico y su único imparable en el partido fue por jonrón del jardinero Ramón Maldonado en el inicio del segundo inning. Los de Valencia conectaron 9 incogibles. Turk Farrell se llevó la victoria y Paul Stuffel la derrota. A segunda hora los anfitriones enfrentados a los Elefantes, Camilo Pascual contra Ross Grimley. La ofensiva de los paquidermos fue abusadora realmente. Fabricaron racimo de 6 en el inicio de la cuarta entrada, luego fueron añadieron hasta llegar a 13. El mismo Camilo Pascual conectó 4 sencillos en ese juego, mientras que el antesalista Milton Smith disparaba el único jonrón de este desafío. El Chesterfield se animó algo cuando anotó 2 en la misma cuarta entrada, luego 2 más en el sexto y 1 en el séptimo, pero Camilo estaba lanzando sin mucho esfuerzo a sabiendas del respaldo ofensivo que poseía. Final 13-5, con 16 hits del conjunto cubano, verdadero aviso a sus adversarios.
El sábado 11 de febrero, Cienfuegos se enfrentó al Valencia. Nuevamente la ofensiva verde se vio tempranamente al anotar 6 en el primer tercio de juego frente a los envíos de Emilio Cueche. Grave error de Regino Otero, pensar que la eficiencia de Cueche contra los cubanos se repetiría. El Almendares de la serie anterior no era ofensivamente nada comparada con la del Cienfuegos de 1956. Pedro Ramos abrió por el conjunto cubano y recibió severo castigo en la novena entrada cuando el juego marchaba 9-1 a favor del Cienfuegos. En el final de ese inning, con 2 outs y las bases llenas, Látigo Gutiérrez entró a lanzar para sacar el out 27. Valencia anotó 4 y se quedó corta. El conjunto cubano disparó 13 incogibles, que sumado a los 16 del día anterior hacían un total de 29. A segunda hora, Caguas venció 5-3 al Chesterfield con buena labor de Chichí Olivo en el montículo. Elias Osorio jonroneó por el Chesterfield y el inicialista Limmer por el Caguas.
Tercer día de justa, jornada dominical a base de Cienfuegos contra el Caguas en el primer turno, que fue el primer y único resbalón del conjunto cubano, que permitió al Caguas empatar en la cima. Sandalio “Potrerillo” Consuegra no pudo dominar a los boricuas, los que batearon 11 hits incluido tres cuadrangulares, de Víctor Pellot, Limmer y Maldonado nuevamente. Por los Elefantes ese día trabajaron los lanzadores Morehead, Pieretti y Bearden, única vez que pudieron hacerlo en esta serie. El Cienfuegos se vio dominado por Taylor Phillips y reaccionó algo en las postrimerías, pero no lo suficiente. La anotación final fue de 7-4. Recuerdo a Felo Ramírez y Buck Canel narrando este juego por la radio, me daba la sensación que nuevamente el equipo cubano sería derrotado por Puerto Rico como sucedió en la Serie anterior. Supongo que Oscar Rodríguez haya dicho que un juego lo gana cualquiera, pero no un campeonato. El segundo juego de esa jornada fue un duelo de pitcheo entre Jim Pearce de los Industriales de Valencia contra Don Elston del Chesterfield. El recordado bigleaguer panameño, Héctor López, hombre que llegara a jugar con los Yankees, disparó jonrón para poner su equipo adelante. El Valencia empató en la cuarta entrada, por lo que ambos equipos se fueron hasta la undécima entrada abrazaditos, hasta que el jardinero Bill Stewart sacudió una en zona buena para jonronear y darle la victoria al Chesterfield. Ambos equipos conectaron 7 incogibles per cápita.
La segunda vuelta comenzó el lunes 13 de febrero. Caguas salió a comerse al Valencia y lo logró con pateadura de 10-2. El defensor de la intermedia Daryl Spencer y el jardinero Charles Harmon jonronearon por los boricuas, que lograron disparar 14 imparables por 6 de los perdedores. Llegó el juego del cierre, Chesterfield contra Cienfuegos. No es errado pensar en que los directores de equipos tengan sus corazonadas. Siempre uno recuerda a Casey Stengel al poner a Don Larsen a lanzar en el quinto juego de la Serie Mundial de 1956, todos sabemos lo que hizo ese lanzador ese día; la otra corazonada fue en la misma serie, el director Walt Alston de los Dodgers puso al relevista Clem Labine a lanzar en el sexto juego y logró la victoria con buen dominio sobre la ofensiva de los Yankees. Algo similar aquí ocurrió, el director Oscar Rodríguez designó a su relevista, el guanabacoense René “Látigo” Gutiérrez, para lanzarle al conjunto panameño, mientras que los locales pensaron en la victoria con el eficiente Humberto Robinson, para quien esta vez no hubo piedad. La ofensiva del Cienfuegos respondió con 6 carreras incluido el primer jonrón de Pocopelo y el segundo de Milton Smith, mientras que el Látigo lanzaba espesa lechada de solo 2 hits. Ante las adversidades hay que crecerse y eso fue lo que los Elefantes hicieron.

René «Látigo» Gutiérrez
El martes 14 de febrero, día del amor, no creo que lo haya sido para el Valencia, equipo que se tuvo que enfrentar al Cienfuegos a primera hora, quien envió a Camilo Pascual al montículo y el habanero recetó medicina de 4 hits y lanzó la segunda lechada consecutiva de este equipo. Ofensivamente el Cienfuegos anotó 3 en el tercero y para que no hubiera ninguna sorpresa, otras 4 en el noveno. El inicialista Bob Boyd y el jardinero Ultus Álvarez se encargaron de conectar de jonrón en la novena entrada. Turk Farrell caminó bien las primeras tres entradas hasta que en el cuarto le marcaron 3 carreras por 5 imparables y un passed ball. En el segundo turno, hubo sorpresa, el Chesterfield apabulló al Caguas 13-5 y ponía a este equipo en desventaja para poderse llevar el cuarto trofeo consecutivo de conjuntos boricuas en Series del Caribe. El dominicano Chichi Olivo recibió fuerte castigo y cargó con la derrota, mientras que la sonrisa fue para Ross Grimsley.
La jornada final del campeonato trajo el esperado encuentro entre Caguas y Cienfuegos. El Caguas necesitaba ganar para empatar y provocar un juego extra, a los verdes les bastaba con una victoria y terminar con el dominio boricua e iniciar el cubano. Pedro Ramos fue el abridor por los Elefantes y el derecho Paul Stuffel por el Caguas. En la misma primera entrada, Humberto Fernández disparó jonrón para marcar la primera del desafío, luego en el cuarto, Cienfuegos anotó 3 más. Ramos mantuvo su dominio, con algunas situaciones comprometidas, en tres ocasiones le llenaron las bases, hasta que en la séptima, Limmer jonroneó y el Caguas repitió con otra más en la octava, pero se quedaron cortos. Caguas conectó 7 incogibles, Cienfuegos 5, pero ligaron mejor. Fue así que los Elefantes se coronaron campeones de la Serie del Caribe de 1956, la tercera que lograba un conjunto de la Liga Cubana.
En el desafío de despedida, Panamá volvió a desplegar una enorme ofensiva, con 16 imparables que se tradujeron en 18 anotaciones, o sea los del Istmo anotaron 31 carreras en los dos últimos juegos, y pensar que el Látigo los había dominado por completo. En ese último encuentro, el Chesterfield conectó cinco jonrones, dos de Osorio, uno de Clyde Parris, otros de Héctor López y de Danny Schell. Es de destacar que en esta serie se batearon 29 jonrones y 12 de ellos correspondieron al Chesterfield.
La tabla final del evento quedó como sigue a continuación.
Ofensivamente el representativo cubano estuvo imponente. El veterano Rafael Noble promedió para .400 y se llevó el título de bateo, departamento casi exclusivo reservado para peloteros en equipos cubanos. La única vez que lo perdieron fue en 1955 a manos de una estrella como Willie Mays. Noble también trabajó 11 bases por bolas y su slugging fue de .654, por lo que mereció el MVP de la justa. El curita Roberts promedió .375, con 6 anotadas y .542 de slugging; Bob Boyd logró promedio de .304 y 10 empujadas; Milton Smith disparó par de jonrones y su slugging fue de .522. Humberto Fernández anotó 10 carreras (líder).

Rafael Noble
En el Chesterfield sobresalió el bateo de poder del chitreano Elías Osorio, el que disparó 3 cuadrangulares, mientras que Héctor López despachaba dos. El bateo del conjunto representativo de Puerto Rico estuvo muy distante del alcanzado por su predecesor en 1955. La voz cantante esta vez estuvo a cargo del inicialista Lou Limmer, el que promedió .350, slugging de .850 y 8 empujadas; y el jardinero Ramón Maldonado, .348 con .696 de slugging. Los Industriales de Valencia estuvieron muy débiles en su bateo en general.

Humberto Fernández
En cuanto al pitcheo, Camilo Pascual se llevó los aplausos, 18 entradas lanzadas, 12 ponches y 2 victorias, que incluye una lechada. Pedro Ramos lanzó bien el juego decisivo y se llevó dos victorias al igual que su compañero Pascual, mientras que el Látigo Gutiérrez disertó contra la fuerte ofensiva del Chesterfield para pintarlos de blanco y llevarse el departamento de PCL inmaculado. Por el resto de los equipos, los de mejores desempeños fueron Don Elston del Chesterfield, quien ganó uno y no perdió, mientras que Taylor Phillips del Caguas hizo otro tanto en 19.1 innings de labor. El pitcheo del Valencia no fue el mejor, basta señalar que el eficiente Emilio Cueche esta vez permitió 17 limpias en 8 entradas lanzadas.
El triunfo clamoroso para los Elefantes, el mejor y el más inspirado de los que haya representado a Cuba en las Series del Caribe, como dijera Eladio Secades, se logró precisamente por la óptima combinación de ofensiva, defensiva y bateo.

Regino Otero felicita a su paisano Oscar Rodríguez después que el Cienfuegos se coronara campeón de la justa
El Todos Estrellas de esta justa se detalla a continuación:
C Rafael Noble Cienfuegos
1B Lou Limmer Caguas
2B Curt Roberts Cienfuegos
3B Víctor Pellot Caguas
SS Humberto Fernández Cienfuegos
LF Ramón Maldonado Caguas
CF Bill Stewart Chesterfield
RF Bobby Prescott Chesterfield
Lanz. Der. Camilo Pascual Cienfuegos
Lanz. Z. Ross Grimsley Chesterfield
MVP Rafael Noble Cienfuegos
Director Oscar Rodríguez Cienfuegos

Curt Roberts, el curita, con el Cienfuegos
Fuentes
Anon. 1956 Caribbean Series. Baseball-reference.com. https://www.baseball-reference.com/bullpen/1956_Caribbean_Series
Figueredo, Jorge S. Cuban Baseball: A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Company, Inc. Publishers, Jefferson-North Carolina-London. 544 p.
Secades Eladio. 1956. El gran gesto de la VIII Serie. Bohemia 26 febrero, pp 92.
Torres, Ángel. 1997. La leyenda del béisbol cubano: 1878-1991. Angel Torres Publishing Company. 308 p.
Escrito por Esteban Romero, 7 abril de 2020