“No son nuestras diferencias las que nos dividen. Es nuestra
incapacidad de reconocer, aceptar y celebrar esas diferencias.”
Audre Lorde (1934-1992, escritora afro-estadounidense)
Hay filmes que merecen ser vistos detenidamente y este es uno de ellos. Es un drama del director de origen griego Konstantinos Gavras, más conocido como Costa-Gavras, el cual se ha hecho famoso por sus películas de carácter político, con severas críticas para todos los bandos. Basta ver pelis como “Z (1967)”, “Estado de sitio (1972)”, “Desaparecido (1982)” y “La caja de música (1989)”, para darse cuenta que este director reparte parejo para todas las ideologías, las que adolecen de defectos así las quieran exaltar algunos ideólogos por pura conveniencia.
“El sendero de la traición” o su título original, “Betrayed”, tiene trama escrita por el guionista de origen húngaro Joe Eszterhas, el que ha colaborado varias veces con Costa-Gavras en otros filmes. El tema de la peli nos adentra en el mundo de las familias rurales norteamericanas, cuyas ideas, en buena parte de ellas, son de mantener un supremacismo de la raza blanca, tal y como lo concibieran los primeros pobladores de la metrópolis colonial. Su doctrina se basa en 0 judío, 0 negro y 0 incluso indígena del país que colonizaron. Ellos son los escogidos de Dios y así se les hace ver en las misas a las que asisten asiduamente todos los domingos. También educan a sus hijos en el principio que la raza superior son los blancos, mientras que el resto caen en la categoría de los piojosos, por lo tanto, deben ser exterminados.
Los servicios de inteligencia de EE.UU. conocen bien quienes son esos grupos y sus líderes, algo que se ve claramente a lo largo del filme. A veces se buscan pruebas que son casi evidentes y para ello utilizan personas que se infiltran riesgosamente en esos medios hostiles.
A medida que avanza el filme el espectador va sintiendo cómo la adrenalina va incrementando la frecuencia cardiaca. La persona infiltrada se arriesga en exceso a fin de conocer los líderes nacionales y locales de estos movimientos ultrareaccionarios. Esos entes no son tontos y pueden percibir la presencia de cualquier sospechoso.
El apoyo del órgano de inteligencia existe, pero es como la teoría que no se lleva completamente a la práctica. Surge una delación, ¿quién la hizo? Nadie sabe, solo que cualquiera supondrá que fue alguien dentro del mismo sistema de inteligencia.
Es todo un enredo de políticos ambiciosos, sedientos de poder, los que detrás del telón ponen sus medios para que los sediciosos hagan y deshagan. Ver este filme es como entender los tristes sucesos del 6 de enero de 2021 en el Capitolio, es entender que existe una telaraña complicada, que resulta difícil de desenmarañar y eliminar.
Los protagonistas principales del filme fueron Debra Winger, la actriz de pocas películas, pero con interpretaciones siempre muy convincentes. Debra es judía-americana y no es de dudar que haya gustado el papel que encarnó. Tom Berenger es el amado racista, cuyo papel se desenvuelve en su natal Chicago y zona rural adyacente. Su actuación fue igualmente de calidad, al menos le causa a uno la debida revoltura estomacal con su actitud agresiva, fría y machista. Otros dos veteranos tuvieron actuaciones aceptables, John Heard, el jefe de la inteligencia ambicioso y poco cuidadoso con su subalterna, y John Mahoney, el que nos adentra hasta cierto punto en la forma de pensar de un agricultor viejo y con una filosofía propia, que nada tiene que ver con lo que se habla a diario por los medios de radiodifusión.
Ud. dirá que es una película vieja, pero no es así, todo lo que esté vigente solo envejece cuando las condiciones entonces existentes hayan desaparecido, lamentablemente las mismas están ahí y muy vivas en este siglo XXI. Antes era el KKK, ahora tienen nuevos nombres, con objetivos idénticos.
Escrito por Esteban Hernández, 10 marzo de 2021, con información consultada en IMDB.com