“Jaipur es una novia ruborizada vestida de rosa, bailando
en nuestros sueños mientras los pavos reales cantan.”
Vinita Kinra (ciudadana canadiense de origen indio)
Hace más de 15 años de esta visita, inesperada, por cierto, debido a que los organizadores de una reunión internacional de expertos en Delhi, una vez terminada decidieron llevar a los visitantes a una visita de campo pasando por Jaipur.
Inicialmente se visitaron áreas de campo en el recorrido y después de unas tres horas y media se llega a Jaipur o Yaipur, capital del Estado de Rajastán, fundada en 1728, que se le conoce como ciudad rosa debido a la visita del príncipe de Gales en 1905, cuando los anfitriones decidieron pintar de color rosa sus viviendas.
No obstante, el lugar que le da a uno la bienvenida no es propiamente la ciudad de Jaipur sino el Fuerte de Amber, situado en una colina a unos 11 km de Jaipur. Amber fue hasta 1727 la capital de Rajastán y para acceder al mismo hay que hacerlo sobre elefantes. Vaya experiencia, los elefantes tienen unas cajas anchas que dan espacio para que dos personas puedan ir sentados, lo cual realmente no es cómodo. El movimiento del elefante marea algo y ocasionalmente se piensa que uno puede caer de esa altura de 2 metros o más. Así que cuando uno se sube al camello teme que este lo muerda, con el elefante el temor es de caerse. Agraciado el famoso actor Sabú, el que cabalgaba a sus anchas sobre estos paquidermos.
La información disponible indica que el Fuerte de Amber se construyó en 1592 por el Maharajá Man Singh y más tarde fue ampliado por Jai Singh I hasta llegar a convertirse en la fortaleza que vemos hoy día. El fuerte presenta amplios patios y columnas, sus construcciones son en parte a base de mármol blanco.
Terminada la visita de Amber nos trasladamos a Jaipur, cuyo primer lugar visitado fue su Palacio o combinación de los palacios Chandra Mahal y Mubarak Mahal, construcciones de 1729 y 1732, otrora sede del Maharaja de Jaipur. Su arquitectura es muy propia y original, igualmente, con amplios patios y fachadas diversas.

En la noche uno puede disfrutar de los innumerables mercadillos y tiendas en la ciudad, los que venden todo tipo de suvenir y a precios asequibles, pero en mi caso personal encontré una imagen muy fascinante al ver el Hawa Mahal o Palacio de los Vientos, construido en 1799, el que servía de cámara para las mujeres del harén. Dicen que ellas podían ver las calles desde allí, pero ellas no ser vistas. Sencillamente quedé extasiado con la imagen de este palacio en la noche, algo para siempre recordar.
No hubo tiempo para poder pasar por el Palacio flotante de Jal Mahal, antigua residencia real de verano, pero si Ud. visita el lugar con el debido tiempo, no se lo pierda.
Escrito por Ricardo Labrada, 28 marzo de 2021, con información consultada en línea.