«Los ganadores nunca se rinden y
los que se rinden nunca ganan».
Vince Lombardi
Por Esteban Romero
A pocas horas de comenzar el Clásico de béisbol, me tomo el trabajo de ver las nóminas finales de los equipos y dar mi modesta opinión de quienes deben discutir el título y quién probablemente sea el vencedor.
Anticipo a los lectores que no soy de mucha suerte a la hora de los pronósticos, pero gusto de hacer alguna predicción y ver luego lo que resulte. Al menos eso sirve de aliciente para este aficionado.
Ver las nóminas en este momento es sensato, ya que es cuando se sabe quienes realmente jugarán en cada equipo. Semanas atrás veíamos venir un King Kong de conjunto estadounidense y otro por el estilo dominicano, pero muchas de esas estrellas, inicialmente previstas, no estarán. Unos por una razón, otros por otra. En fin, lo mismo de siempre.
El Clásico de Béisbol dista mucho de ser algo como la Copa Mundial de Fútbol, en la que sí juegan todas las estrellas. Es impensable en un torneo de esa calidad no ver a figuras como Messi, Mbappé, Neymar, Griezman y muchos otros más. Tampoco se le ocurre al Paris St Germain, al Barça, al Real Madrid, a la Juventus, al Manchester United y otros destacados conjuntos prohibirles jugar a sus figuras en el evento cumbre futbolístico.
En este evento de béisbol no es así, las franquicias pueden prohibirles a sus jugadores no participar. En algunos casos por razones de salud y para evitar una lesión, lo cual no es justificable si volvemos a compararlo con la copa de fútbol. Otros jugadores no sienten esa necesidad de competir, nuevamente evitando lesiones, pero hasta tenemos un equipo, como el cubano, que escoge a sus jugadores no por su rendimiento sino por otros aspectos que nada tienen que ver con el béisbol.
Vayamos al Clásico de 2023, para abreviar, creo que hay cuatro equipos con nóminas muy completas. Ellas son las de República Dominicana, EE. UU., Venezuela y Japón. Teóricamente entre esos cuatro conjuntos debe estar el campeón. Sin embargo, una cosa es la lista en el papel y otra es el juego en el terreno.
Basado en lo anterior uno no debe descartar a Corea del Sur. Los países asiáticos vienen con fuertes selecciones y salen al terreno en búsqueda de la victoria. Tienen paciencia suficiente para revertir cualquier marcador, a veces haciendo cosas que desbaratan cualquier librito, p.ej. toques de sacrifico con un out en la entrada, robos inesperados y otras cosas más. Hay pragmatismo en su estrategia.
Un equipo que siempre ha dado batalla ha sido Puerto Rico, y puede darla de nuevo, pero le veo algo flojo en el pitcheo, mientras que la ausencia de Carlos Correa se puede hacer sentir.
Venezuela tiene equipo ofensivamente muy completo, con figuras estrellas en las Mayores, pero si su pitcheo no les funciona a la par, no creo que lleguen a la gran final.
Tanto República Dominicana como EE. UU. traen equipos muy completos, pero los norteamericanos no tienen pitcheo superior al dominicano. Ofensivamente tienen hombres capaces de poner la pelota a viajar y aportar muchas carreras. Para ganarles se necesita un contrario con pitcheo. Para mí es el de República Dominicana, cuya ofensiva no es segunda de nadie, por lo que veo al conjunto de la tierra de Máximo Gómez con grandes posibilidades de llevarse su segundo título en los Clásicos.
Es una lástima que José Ramírez, a quien veo como uno de los mejores bateadores en la MLB en la actualidad, no sea parte del equipo dominicano. Ramírez es versátil como infielder, batea eficientemente con ambas manos, tiene poder, corre velozmente y es un peligro en bases por ser un buen robador. Él es quien le daría el toque de monstruo a la selección dominicana, la que así y todo cuenta con un cuadro de espanto y bateadores que pondrán la bola a bailar merengue, y del bueno. Su cuerpo de lanzadores también tiene dos ausencias, el derecho Luis Castillo y el zurdo Framber Valdez, pero es de esperar que hombres como Johnny Cueto, pitcher con un COrazón muy grande, Cristián Javier y Sandy Alcántara pongan mucho de su excelencia siempre ayudado por el mejor cuerpo de relevistas del torneo. Así que pienso que la final será entre República Dominicana y EE. UU. o Japón.
El tema de Cuba lo he dejado para el final. Creo que puede dar batalla para superar la primera fase. Contra los Países Bajos y Taipei deberán jugar su mejor béisbol. Si Moncada, Luis Robert Jr., Céspedes y Despaigne le rinden al bate y su cuerpo de lanzadores responden decentemente, el Cuba puede dar pelea incluso en la segunda fase.
El conjunto cubano es una mezcla de algunos peloteros MLB, otros de Ligas Menores, de Ligas de Japón y muy contados de series nacionales. Es una nómina muy mejorada en comparación a la anterior edición, pero el triunfo que se alcance tendrá repercusión en la pelota dentro de Cuba. Me explico, si los peloteros cubanos de adentro ven que incluso los destacados en series nacionales o ahora en series Élite no hacen selección nacional, el éxodo aumentará al no haber aliciente para jugar en los torneos nacionales. Esta situación no se resolverá con medidas prohibitivas, por lo que la mejor opción es abrir las puertas a todo aquel que quiera y pueda jugar profesional, dando igualmente a ellos la posibilidad de jugar en los eventos invernales nacionales. Tampoco piensen que el negocio con Japón resuelva el problema, ya que este tiene un carácter muy limitado. Así que con dar la libertad sin condiciones pueden avanzar.
No sigan con eso que los peloteros han sido formados allá y que hay que pagar a la Federación. Eso de formación no es argumento, pongo de ejemplos a la mayoría de los peloteros cubanos que llegaron a las Mayores hasta la década de los 60. ¿Quién los formó? Tenían libertad de jugar donde se les permitiera. Ningún equipo amateur o de liga profesional cubana o federación podía ponerles trabas. Los peloteros buenos en Cuba crecen solos como el marabú, y son los que triunfan.
6 marzo de 2023