“Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa”
Mahatma Gandhi
Por Esteban Romero
Cuando yo era bien pequeño, no rebasaba los tres años me dieron una gran sorpresa, conocer a un pelotero en persona. Ya lo había oído mentar en mi casa en la Habana y en la casa de mi familia paterna en Cienfuegos. Sabía que no jugaba para el Cienfuegos y era algo que me llamaba la atención, cienfueguero que no juega para su equipo. Mi padre me llevó donde vivía aquel pelotero enorme, estamos hablando de un hombre de 185 cm, que no es poca cosa, y que vivió y se crió frente por frente a la casa de mi familia paterna en la calle Alegría entre Argüelles y Santa Clara, Cienfuegos. Lorenzo Cabrera me sonrió y mi padre me dijo que él era Chiquitín. Era muy pequeño para fijar detalles, pero si me acuerdo que le podíamos llamar el coloso del barrio la Juanita, y tambiényo haberle preguntado inocentemente por qué no jugaba con el Cienfuegos. Él se echó a reír como diciendo «está aún pequeño para entender que no todo no puede ser patriotismo por el terruño». La familia de Chiquitín, pienso, que haya toda emigrado a la Habana, pues en ese lugar donde ellos vivían, se mudó otra familia vinculada a unas de mis tías a mediado de la década de los 50.
Chiquitín nació el 30 de abril de 1920 en Cienfuegos. No se ha escrito mucho de su historia dentro de Cuba y fuera de ella. No obstante, los caribeños hablan muy bien del cienfueguero y por ahí hemos podido conocer detalles algunos ahora olvidados. Chiquitín debutó en la pelota profesional cubana con el Almendares en la temporada de 1942- 43, fue una sola vez al bate, y luego desapareció. Su reaparición tuvo lugar en 1946 estrenándose con el equipo del Marianao, con los que jugó hasta 1953. En ese mismo año 1946, previamente hubo un torneo profesional de verano, en el que Chiquitín jugó inicialmente para el Cienfuegos, equipo que al igual que el Santa Clara, se retiraron antes del final de la justa, lo que obligó a que Chiquitín pasara a las filas del equipo Regla. Mucha gente desconoce de este torneo que se jugó solo una vez y lo ganó el equipo de Camagüey. Lo interesante fue que Chiquitín fue el líder de los bateadores con promedio de .391.
Chiquitín era el inicialista ideal por su estatura además de ser zurdo para batear y lanzar. Si bien sus dos primeras temporadas en el campeonato profesional resultaron discretas, a partir de 1948- 49 no hizo otra cosa que batear, no lo hizo con mucho poder, pero si no cansó de batear para .300, solo en dos temporadas bateó por debajo de .300 pero por encima de los .290. Chiquitín hizo one-two con el estelar Orestes Miñoso, quien en aquella época jugaba la antesala principalmente. En ese período Chiquitín comenzó a jugar pelota en la liga mexicana de verano. En su primer año (1950) con los Diablos rojos se llevó la corona de bateo con promedio de .355.
En Cuba tuvo la mala suerte de no poderse erigir como campeón al bate tres veces, la primera fue en 1949 cuando Alejandro Crespo lo aventajó en este departamento, en 1950 tuvo igual suerte con Pedro Formental del Habana y en 1951 chocó con otra piedra, el gran Silvio García. No obstante, en 1951 el inicialista del Habana, Steve Bilko, no pudo hacer el equipo a la Serie del Caribe en Panamá, y Chiquitín fue tomado como refuerzo. El cienfueguero dejó récord para estos certámenes, al cual nadie se le ha podido acercar, al batear 13 hits en 20 veces al bate, para promedio astronómico de .619. En 1952- 53 fue por primera y única vez electo al Todos Estrellas de esa temporada.
Recuerdo que en una tarde dominical de 1954 entraba junto a mi padre al estadio del Cerro y el comentario de todo el mundo era el canje ese día de Pedro Formental al Marianao por Chiquitín al Habana. Las opiniones estaban divididas, unos a favor otros en contra, en realidad aquello era muy parecido al canje de Harvey Kuehn por Rocky Colavito en 1959. Fue el canje del líder de los bateadores (.353) por el líder jonronero (42 jonrones) en las Mayores. Formental tenía más poder que Chiquitín, pero el cienfueguero tenía mejores números al bate que Perico. En realidad es a partir de ese canje que comienza el declive de ambas figuras.
Chiquitín jugó algo más para el Habana y concluyó en 1956- 57 vistiendo el uniforme representativo de la ciudad que le vio nacer.
Fuera de Cuba, Cabrera jugó en 1947 y 1948 en la liga nacional negro, contratado por Alex Pompez, dentro de los New York Cubans. De hecho ese conjunto ganó la serie mundial de las ligas negro en 1947. La ofensiva de esos New York Cubans era a base de los artilleros cubanos Orestes Miñoso, Claro Duany, Rafael Noble, Silvio García y Chiquitín Cabrera. Luego jugó en México, como ya se dijo, de ahí deambuló por la Costa del Pacífico con el Oakland, el Ottawa de la Liga Internacional, luego en la Liga Big State y finalmente en la Liga Arizona-Nuevo México. También jugó en la Liga profesional de Nicaragua (1956-1957), en la Liga Mexicana de Béisbol y en República Dominicana (Leones del Escogido, 1957). En esa liga profesional de Nicaragua igualmente jugaron otros peloteros cubanos, como fueron René González y Conrado Marrero.
Chiquitín está entre los primeros bateadores de todos los tiempos en la liga profesional cubana, es el noveno en promedio al bate y ocupa el sexto lugar en dobles conectados.
En su desempeño en la profesional cubana hubo un incidente que, al menos, a mí no me gusta mucho recordar, pero sucedió. Aquel incidente tuvo lugar el sábado 5 de enero de 1952, cuando lanzando para el Almendares, el zurdo Tom Lasorda le arrimó un lanzamiento a Chiquitín Cabrera en la primera entrada, quien sin pensarlo dos veces salió corriendo hacia el montículo bate en mano, que soltó cuando llegaba al box. Ante el asombro de todos los asistentes a ese juego Lasorda lo volteó y lo tiró contra la yerba. Lasorda a veces recuerda el incidente y dice jocosamente que Chiquitín no sabía que él era el maestro de Bruce Lee. Lasorda mide 175 cm, 10 menos que el cubano. Pienso que ellos no deben haberse llevado bien en la temporada anterior cuando coincidieron en el equipo de los Tigres de Marianao. Lasorda se inició en ese equipo y luego pasó ese mismo año (1950-51) a jugar con los Alacranes.
Llegado 1959- 61 Chiquitín se incorporó de cuerpo y alma al movimiento deportivo cubano. Todavía en los años 80 oía mentar su nombre como dirigente del INDER en Güira de Melena, pero poco o nada se hablaba de su trayectoria. Sin embargo, Chiquitín ayudó en el desarrollo de muchos peloteros, entre ellos Lázaro Junco, quien relata esta anécdota:
“Una vez, en La Habana, Chiquitín Cabrera me dijo que si quería dar más jonrones empujara la bola hacia el jardín derecho, porque yo la halaba demasiado. Claro, me pidió que no lo probara en esa serie contra su equipo. Por la noche ellos pusieron a José Ibar, que siempre me tiraba slider hacia afuera y yo pasaba trabajo para conectarle. Pero en la primera vez al bate le di jonrón entre center y right. Cuando llegué a home me llamó Chiquitín y le dije: “profe, solo estoy practicando, no se preocupe. Desde entonces me quedé con aquella fórmula”.
Personalmente creo que ya Chiquitín murió, pero triste es que haya muerto y no se haya dicho o que no hayamos visto la noticia de su fallecimiento. Estamos hablando aquí de Chiquitín Cabrera una persona que se quedó en Cuba y colaboró con el movimiento deportivo del país. No obstante, Chiquitín está vivo, vivo como recordista absoluto en promedio al bate en las Series del Caribe, y todos los narradores y cronistas deportivos en el Caribe le recuerdan por su juego y su hazaña, la que nadie hasta ahora ha podido romper.
Bibliografía
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Anon. Tommy Lasorda inducted into Cuban Sports Hall of fame. Examiner.com, http://www.examiner.com/article/tommy-lasorda-inducted-into-cuban-sports-hall-of-fame
Anon. Baseball-reference.com
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Martínez Peraza M. Para recordar y honrar generaciones. Nuevo Herald, 21/II/2010 http://www.elnuevoherald.com/deportes/article2003251.html
Torres, Ángel. 1997. La leyenda del béisbol cubano: 1878-1991. Angel Torres Publishing Company. 308 p.