John Henry ´Pop´ Lloyd, una estrella del béisbol de todos los tiempos

Si hubiera forma de blanquear la piel de Lloyd,
la Liga Nacional podría disfrutar de  un fenómeno del béisbol
.”
John McGraw (1873-1934, jugador y manager de la MLB)

John Henry Pop Lloyd

Cuando escribí sobre Jud “Jorocón” Wilson, contaba que un viejo vecino solía hablar de las grandes figuras del béisbol de Ligas Negro que jugaban en Cuba en las décadas de los 20 y 30. Sin embargo, muy poca mención me hizo sobre el gran John Henry Lloyd, hombre que se destacara como toda una estrella en las Ligas Negro y en Cuba. Es de suponer que no le haya visto jugar, caso contrario me habría hablado de las maravillas que sabía hacer en el terreno el gran Pop Lloyd. No obstante, su nombre aparece repetidamente en la base de datos del que suscribe, dentro de los líderes de bateo por temporada. La curiosidad es tanta, que uno termina leyendo sobre este pelotero muchos detalles y se imagina lo que hizo como si jugara en la actualidad.

Este gran torpedero es considerado uno de los dos grandes defensores de esta posición  de todos los tiempos, probablemente el mejor en las Ligas Negro y en calidad comparable integralmente con Honus Wagner, estrella de los Piratas de Pittsburgh en la Liga Nacional.

´Pop´ Lloyd nació el 25 de abril de 1884 en Palatka, Florida, en el seno de una familia pobre en extremo, por lo que fue a la escuela por un tiempo, la que abandonó para hacer de todo un poco en su niñez y traer unos centavos a su casa. En sus ratos libres, jugaba al béisbol, su pasión desde chico.

Se inició como receptor con un equipo itinerante y semi-pro, llamado Macon Acmes. Fueron muchos pelotazos que recibió en la receptoría y sin careta, por lo que se inventó una a base de alambres, pero su posición no era esa. Un buen día le vieron jugar Rube Foster, Harry Buckner y Sol White, los que finalmente se lo llevaron a jugar la intermedia de los Gigantes X Cuban en 1906, donde duró poco, ya que pasó a jugar con los Gigantes Filadelfia (1907-1909), luego pasó a jugar el campo corto, donde se convirtió en el Cuchara, como los cubanos le apodaron. Respecto a este apodo, muchos coinciden en que los cubanos se referían a la forma en que Lloyd metía su guante en la tierra y de esa forma no permitir que la pelota en juego se les escapara. Otros dicen que era por su bembón. Sea como sea, la pelota es un deporte y no es un festival de belleza, por lo que este autor se queda con la primera acepción.

Defensivamente fue una maravilla, por lo visto, se le podía llamar Cuchara como también Succionador, ya que lo que le pasara por el lado iba a su guante. Su brazo le permitía tirar en posiciones incómodas a primera.

Lloyd jugó en la época de la bola muerta, así y todo, fue uno de los bateadores zurdos que llevaba la bola lejos con sus batazos, pero lo mejor es que sabía jugar la pelota, ya que podía hacer un toque de hit perfecto y corría las bases como el mejor. Hoy en día, se sobran los peloteros que piensan que el asunto es jonronear, así se ponchen 20 o más veces por cada jonrón bateado. Hombre como Lloyd habría aprovechado para no dejar de batear duro llegado el caso, como el de desesperar a cualquier lanzador dominante con toques y robos de bases.

Luego jugó con los Gigantes Leland (1910), Gigantes Lincoln New York (1911-1915, 1926-1930), los Gigantes Americanos Chicago (1914, 1916-1917), las Estrellas Lincoln Nueva York (1915), hasta llegar a los Gigantes Reales Brooklyn (1918-1920), donde fungió como jugador-manager. Tantos cambios tenían una sola razón, irse con el que mejor pagara. Rendía en el terreno y había que pagarle. Lloyd se desbordó con los Gigantes Leland, cuando bateó .475, .376 y .363 en las tres primeras temporadas, además tuvo que hacerse cargo de la dirección del equipo en ausencia de Sol White. En 1913, este equipo venció en la serie mundial a los Gigantes Americanos de Chicago, que iban comandados por el legendario Rube Foster. El reinado pasó en los siguientes años a los Gigantes Lincoln, lo que se debió en buena medida al juego de Lloyd entre otros peloteros, pero una lesión en su rodilla le alejó del juego en 1917, por lo que los Gigantes Americanos no perdieron la oportunidad para ganarle a los Gigantes Lincoln en el play off de la división oeste.

Llegada la I Guerra, Lloyd sirvió en un almacén militar de Chicago en 1918. En 1919, cambió de equipo y jugó para los Gigantes Bacharach de Nueva York  (1919), pero en 1921 se fue a fungir nuevamente como jugador-manager de los Castaños de Columbus, equipo de la Liga Nacional Negro, donde bateó para .336. No obstante, volvió con los Gigantes Bacharach, los que cambiaron de sede para Atlantic City en el Estado de Nueva Jersey en 1922. Lloyd bateó .387 en esa temporada. Los  Margaritas Hilldale le ofrecieron mejor contrato y para allá se fue en 1923, a los que llevó a discutir y ganar el título. Entonces el gran torpedero bateó para .418. No piense nadie que se quedó en este equipo, nada de eso, discusiones con la gerencia del Hilldale lo llevaron a jugar nuevamente con los Bacharachs en 1924-1925. Como manager entonces decidió poner a Dick Lundy en el campo corto y él pasó a defender la segunda base. Interesante que Lundy y Lloyd fueron la misma combinación de SS-2B con el Almendares en la temporada de 1924-25. En las dos temporadas con los Bacharachs, Lloyd bateó para promedios de .444 y .330. Un nuevo cambio sucedió en 1926, cuando volvió a jugar para los Gigantes Lincoln de Nueva York, donde bateó .349 y .375 en sus dos primeras temporadas con este conjunto y jugando la segunda base. En 1928, decidió jugar la primera, los años pesan, pero Lloyd no dejó de batear. En esa primera temporada como inicialista promedió astronómico .564 con 11 jonrones.

Lloyd vistiendo la franela del Almendares

Lloyd vistiendo la franela del Almendares

Sin dejar de ser el bateador efectivo que siempre fue, Lloyd jugó sus dos últimas temporadas con los Gigantes Bacharach (1931-32). Después de 1932, jugó algo para un equipo de Atlantic City.

La vida de este pelotero era jugar en verano en los EE.UU. y en invierno en la Habana. Cuando los equipos de Grandes Ligas venían a Cuba, Lloyd integraba las selecciones cubanas, era una magnífica oportunidad para mostrarles a los “blanquitos” que él era mejor que ellos en todo, ofensiva y defensivamente. En 1910, los Tigres de Detroit, con Ty Cobb a la cabeza, jugaron 12 partidos en la Habana, y Lloyd bateó para promedio de .500 en estos juegos.

En Cuba, Lloyd jugó para: los Rojos del Habana (1908–09, 1910-12), Fe (1913), San Francisco (1915–16), Habana (1922-24), Almendares (1924-28) y Almendarista (1930). Las estadísticas por cada temporada aparecen en la tabla a continuación.

Estadísticas de bateo de John Henry Lloyd en la profesional cubana

Lloyd Stats

Este gran pelotero logró liderar:

  • Veces al bate (196) y hits (73) en la temporada de 1924-25
  • Dobles (8), co-líder en jonrones (3) (empatado con Jud Wilson) y slugging (.560) en la temporada de 1925-26
  • Triples (8) en la temporada de 1922-23, en la temporada de 1923-24 (6) y en la temporada de 1924-25 (6).
  • Octavo en triples conectados (33) y tercero en promedio de bateo (.329) de por vida en la liga profesional cubana.

Al finalizar su carrera como jugador, se dedicó a algunas actividades alrededor del béisbol, sobre todo dentro de las llamadas Pequeñas Ligas, e igualmente trabajó de custodio de una escuela y de una oficina de correo.

En 1949, precisamente Atlantic City inauguró un estadio, al cual se le bautizó con el nombre de este pelotero. El gran pelotero falleció el 19 de marzo de 1965 en la misma ciudad de Atlantic City. Por sus méritos en el béisbol, Lloyd fue póstumamente selecto, en 1977, para integrar el Salón de la Fama de Cooperstown. Babe Ruth, en una ocasión entrevistado, afirmó que en su opinión, el mejor pelotero de todos los tiempos fue Henry ´Pop´ Lloyd.

Otro mérito de Lloyd fue que nunca fumó, ni era aficionado a las bebidas alcohólicas. Su tarea fue jugar pelota con excelencia y  luego seguir trabajando para poder sostener su familia a un nivel de bienestar aceptable.

En lo que respecta a Cuba, es de pensar que el juego de un pelotero de esta categoría en la profesional cubana sirvió para que muchos cubanos, aficionados a este deporte, hayan tratado de imitar algunas de las mañas de ´Pop´Lloyd, algo que se trasmite de generación en generación, no en balde, Cuba ha tenido a grandes torpederos profesionales, como han sido Willie Miranda, Avelino Cañizares, Silvio García y otros tantos más.

Fuentes

  •  Figueredo, Jorge S. 2003. Cuban Baseball: A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Company, Inc. Publishers, Jefferson, North Carolina-London. 544 p.
  • Romero Esteban (inédito). De la historia del béisbol en Cuba- Esbozos biográficos de peloteros extranjeros en Cuba. 333 p
  • Riley James A. 1994. The biographical encyclopedia of the Negro Baseball Leagues. Carroll & Graf Publishers. NY, pp 486-489.

 

Escrito por Esteban Romero, 28 agosto de 2018

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