Los nuevos peloteros cubanos, miembros del Salón de la Fama: II. Pedro “Tony” Oliva 

Todavía sueño con todo lo logrado. Sueño
sobre mi carrera, sueño con el béisbol, de haberme
reunido con mucha gente y de haber viajado bastante.”
Tony Oliva

Tony Oliva al bate

Tan pronto supo Tony Oliva de su exaltación al Salón de la Fama, habló de cuanto le habría gustado que su familia lo hubiera visto jugar en sus años de esplendor en las Grandes Ligas. Oliva sufrió por el color de su piel a su llegada a EE UU, pero también de la segregación deportiva y política implantada en Cuba. ¿Cuántos conocían a Oliva en Cuba? Ni siquiera por el hecho de haber sido campeón de bateo en su año de novato y luego en el siguiente año, algo que ningún otro pelotero novato ha hecho a ese nivel, se habló de Oliva. Tampoco se le agradeció lo que aportó al equipo Cuba en la década de los 70 desinteresadamente.

Tony Oliva como Orestes Miñoso son cubanos, lo fueron, lo son y lo serán por siempre, pues no hay ideología que les pueda quitar esa condición, son héroes indiscutibles de su patria. No voy a hablar de lo hecho por el pinareño, pues ya lo hice con anterioridad. Los interesados pueden ver el link del artículo sobre Oliva al final del presente. Sin embargo, es importante detenerse en algunos detalles.

Oliva salió de un lugar llamado Corralito en los entornos de Consolación del Sur, área muy tabacalera. Oliva jugaba de domingo en domingo, es de suponer que no con muchos medios a su alcance, no jugó en liga amateur alguna, era un hombre nacido para jugar pelota, ya que desde que llegó a debutar en equipos de liga menor rompió la bola a su antojo. Oliva reafirma la idea de que el pelotero como el boxeador nace. Es cierto que se le puede enseñar algo para potenciar sus habilidades, pero no es que necesite de mucha escuela para hacerse pelotero, aprenden al calor del juego, viendo como los más veteranos ejecutan, eso sin faltar algún que otro consejo de los entrenadores.

Por eso no es para creer de que los peloteros emigrados o escapados de Cuba, son un producto de una enseñanza, producto de un valor añadido, el cual, por cierto, se ha querido cobrar o se cobra con los que juegan en Japón. 

Lo otro es como se paraba Oliva en home para batear. De los bateadores zurdos que recuerdo, están Amorós, el que solía agacharse algo y movía constantemente el bate sobre su hombro izquierdo. Marquettí no es que se agachara, la ubicación del bate hacía un ángulo recto con su hombro. Muñoz se paraba bastante erguido y su fuerza al bate, entiendo, radicaba en su fortaleza física. Juan Vistuer era bateador zurdo, de estatura inferior a Muñoz, pero que se paraba en home muy parecido al Gigante del Escambray. Amorós y Marquetti sacaban el bate con velocidad, aunque si de velocidad se trata, recuerdo a Arturo Linares varilla en mano y con una velocidad enorme, pero “Escalera” no era slugger. Por los videos vistos de Oliva bateando, se ve que se paraba erguido, con alguna similitud a Muñoz, y su swing previo al bateo era de arriba abajo, como si fuera a golfear, sostenía el bate casi vertical con relación a su hombro izquierdo, era capaz de golpear fuerte bolas afuera como adentro y las que caían en la zona baja deben haber sido bien castigadas.

Tony Oliva tiene varias hazañas como bateador. El 9 de junio de 1966 los Mellizos lograron batear cinco jonrones casi consecutivamente. Lo interesante de esa racha de cuadrangulares es que en ella se incluyeron dos cubanos. Sucedió en la séptima entrada en partido contra los Atléticos de Kansas City, los que alineaban con el matancero Bert Campaneris en el campo corto y con Ken “Halcón” Harrelson, mi narrador preferido, como inicialista. En las postrimerías, el cienfueguero José Tartabull bateó de emergente en la alineación de los Atléticos. Esa entrada la inició Rich Rollins con jonrón como emergente, le siguió el habanero Zoilo Versalles con el segundo, el cubano Hilario Valdespino cedió el primer out, Tony disparó el tercer cuadrangular, el inicialista Don Mincher el cuarto, y para completar, su majestad, el antesalista Harmon Killebrew con el quinto, para este último fue su segundo jonrón del juego. Los lanzadores víctimas de esta masacre, los dos primeros fueron sobre los envíos de Catfish Hunter, relevado por Paul Linblad, el que igualmente sufrió dos estacazos, y finalmente John Wyatt, saludado por Killebrew con jonrón. Oliva narra ese acontecimiento con muchos buenos recuerdos, aunque Camilo Pascual fue el abridor y cedió rápidamente el montículo a Dwight Siebler. Al estelar del montículo le fabricaron 3 carreras en el mismo primer inning.    

Otra logro de Tony O ocurrió en un doble juego del 29 de junio de 1969 cuando el pinareño disparó 8 hits consecutivamente, incluido par de jonrones y un doble frente a los lanzadores de los Reales de Kansas City. En el primer partido falló en su primera vez al bate y luego conectó 3 sencillos, pero en el segundo se fue de 5-5 con 5 impulsadas, juego ganado por el zurdo Jim Kaat, también miembro del Salón de la Fama.

Tiene el mérito de haber sido el primer bateador designado en conectar jonrón en las Mayores, lo que ocurrió el 6 de abril de 1973 frente a los envíos de Catfish Hunter, esta vez lanzando para los Atléticos de Oakland, en juego que ganó Bert Blyleven, compañero de Tony, quien por coincidencia estuvo en el jurado que eligió al cubano miembro del Salón de la Fama.

Pasaron 45 años para que Oliva llegara al Salón. Coincido con su afirmación, si Rod Carew y Harmon Killebrew estaban allí, tenía que haber un lugar para él. Su sacrificio y esfuerzo valió de mucho en su carrera. Llegar a jugar en un país, donde no sabes el idioma y para colmo no puedes dormir y comer donde quieras, no es fácil. Aparte que no tienes el calor ni de tu familia, ni de tu pueblo. Oliva rompía las cercas, pero como jugaba en EE UU, sus hazañas no valían para ser mencionadas ni por radio-TV, ni por la prensa local de su país. Lo que hacían Roberto Clemente, Vic Power u Orlando Cepeda diariamente era de conocimiento del pueblo boricua, pero lo que hiciera Oliva, Tany Pérez, Tony Taylor, Cuellar, Pascual, Tiant Jr. era noticia prohibida para nosotros.

Para finalizar hay una anécdota que quiero compartir de algo que supe de Tony O. Se trata del problema que él confrontaba, como tantos otros latinos, cuando llegan a los EE UU y no saben pedir su comida. Me reía, pues era algo parecido a lo que le sucede a uno cuando va a Japón o a otro país asiático, todo a base de señas, this, this, that, that, pero en el caso de Tony, él se las agenció para llevar consigo dos papelitos escritos por su manager. Uno de ellos llevaba escrito “ham and eggs” (jamón y huevos), el otro “fried chicken” (pollo frito), o sea que su dieta era un día lo primero y al siguiente lo segundo, muy proteica, pero nada balanceada, por cierto. Él mostraba su papelito del día al camarero y era servido a su gusto.

Con la llegada de Oliva y Miñoso al salón son seis los cubanos, pero para los que gustan hablar de la tierrita, aquí les va por provincia: tres son matanceros, Dihigo, José de la Caridad Méndez y ahora Miñoso; uno es de Cienfuegos, Cristóbal Torriente, otro de Ciego de Ávila, Tany Pérez, y Tony Oliva de Pinar del Río. Vendrán otros más en el futuro, que nadie lo dude, esos que como Oliva nacieron peloteros.

Escrito por Esteban Romero, 15 diciembre de 2021, con algunos datos y fechas consultadas en baseball-reference.com

Para los interesados en conocer más detalles de la carrera de Tony Oliva, les invito a leer: https://deportescineyotros.com/2016/04/25/uno-de-los-mejores-bateadores-cubanos-de-todos-los-tiempos-pedro-tony-oliva/

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