“Escribir es la manera más profunda de leer la vida.”
Francisco Umbral (1932-2007, escritor y periodista)
Por Ricardo Labrada
Este artículo va dedicado a una mujer muy destacada como intelectual y probablemente primera activista cubana del feminismo. Se llama Dolores de la Torriente Urdinavia, más conocida como Loló de la Torriente, nacida el 22 de agosto de 1906 (algunas fuentes la dan como nacida en 1907) en Manzanillo, aunque su crianza transcurrió en la Habana.
De Loló se ha escrito y no poco, pero sucede que su persona no es muy conocida entre las generaciones de los años 70 en lo sucesivo en Cuba. Eso a pesar que sus méritos fueron muchos desde la primera mitad del siglo XX. Según Isla al Sur (2015), en 2015, a 30 años de su fallecimiento, un muestreo entre estudiantes de cuarto año de Periodismo de la Facultad de Comunicación (FCOM) de la Universidad de La Habana y profesionales de diferentes medios de comunicación cubanos, evidenció que, de 49 encuestados, solo 18 conocían a esta periodista, crítica de arte y escritora. Añado que fue primero abogada y casi paralelamente maestra, además de su activismo feminista en épocas pretéritas a 1959.
Caraballosa (2020) afirma que Loló heredó de su familia la convicción de servir a Cuba – su padre, contaba ella misma, Manuel de la Torriente, fue amigo de Bartolomé Masó; Pablo de la Torriente Brau era su primo hermano, y siendo niña conocería a Manuel Sanguily, a Juan Gualberto Gómez y a Enrique José Varona. En los años 20 sintió simpatías por personajes rebeldes célebres como Julio Antonio Mella, al que llegó llamar como joven dios.
Loló terminó el bachillerato en el Instituto de la Habana, de ahí pasó a estudiar leyes en la Universidad de la Habana, estudios que una vez concluidos le posibilitó comenzar a realizar algunas defensas en procesos judiciales. Uno de ellos fue de un joven de Batábano acusado de homicidio, al que defendió y logró su absolución. Igualmente, lo hizo en el caso de varias mujeres condenadas a prisión durante el machadato.
Esta patriota cubana había establecido su bufete de abogada en la Habana conjuntamente con su esposo, el Dr. Armando del Valle. Otra creación conjunta de ambos cónyuges fue fundar la escuela primaria “Loló de la Torriente” en la calle Merced 38 en ese momento, después fue Merced 154 e/Damas y Habana, donde, desde sus inicios, Loló estableció una beca para niña de escasos recursos económicos. Allí la directora del plantel, además de impartir algunas asignaturas, saltaba la suiza o jugaba a la pelota con sus alumnas. Precisamente el autor, su hermano, una prima hermana y luego su hermana cursaron primaria en este plantel. En mi caso fue a partir de 1951. En ese momento, la escuela era dirigida por la principal colaboradora de Loló, la Dra. afrocubana Engracia Ortiz. En la década de los 50 Loló venía con alguna frecuencia a la escuela, conversaba animadamente con las profesoras, todas siempre interesadas en verla y hablar con ella. Ya en ese momento Loló estaba dedicada al periodismo en su vida intelectual.
La periodista guantanamera Mariblanca Sabas Alomá, otra activa feminista y poetisa cubana, que llegó a ser Ministra sin portafolio en los gobiernos de Ramón Grau San Martín y de Carlos Prio Socarrás, relataba en 1930 una conversación que sostuvo con Loló en la redacción de la revista Carteles. La Dra. Sabas decía que su interlocutora era cordial, amable, locuaz, vivaracha y risueña, muy contrario a lo que ella había pensado antes de conocerla.
La Dra. Sabas escribía que la Unión Laborista de Mujeres fue creada por Loló conjuntamente con la Dra. Ofelia Domínguez Navarro. Para Loló lo esencial en la emancipación de la mujer era elevar su nivel cultural, por lo que organizar, con la colaboración de la Dra. Ortiz, el Curso Libre para Obreras, era de importancia en ese empeño. En el curso se inscribieron más de 100 jóvenes, donde se les enseñaba aritmética, lenguaje, geografía, historia de Cuba y cívica. Todo era sufragado por Loló y su esposo, el Dr. del Valle.
En un intercambio de misivas con el ilustre Enrique José Varona, este le respondía:
“He leído con regocijo su interesante carta. ¡Ah! Si tuviéramos por toda Cuba unas cuantas profesoras tan conscientes como Ud. y de un espíritu tan progresista, en pocos años contaría la república con una legión de mujeres que serían verdaderas ciudadanas. Qué gran preparación para un porvenir próximo. Prosiga Ud., amiga mía, que este es el modo positivo de conjurar los males del presente.
Le desea el éxito que merece, y no tiene indicaciones que hacerle, sino aplausos que tributarle su amigo más afecto.”
EJV
Habana, 15 mayo de 1930
La actividad de Loló era preocupación para un dictador como Gerardo Machado, pero aún lo fue más para aquellos que le sucedieron, al extremo de ser perseguida, enjuiciada y encarcelada. En 1937 logró viajar a México, país en el que permaneció hasta 1950. Fue allí que pudo compartir con varios artistas famosos mexicanos, entre ellos el pintor Diego Rivera y su esposa Frida Kahlo. Una de las primeras obras literarias de Loló fue “Memoria y razón de Diego Rivera», biografía de este pintor. En ese momento, Loló era ya una escritora y periodista destacada.
Escribió también un libro “Torriente-Brau, retrato de un hombre”, sobre su primo hermano que, el Instituto del Libro publicó en 1968. En 1956 concluyó una obra autobiográfica “Mi casa en la tierra”. Otras contribuciones fueron: “La Habana de Cecilia Valdés”, “Tiempo hermoso”, “Imagen en dos tiempos”, y otra autobiográfica “Testimonio desde dentro” concluida previamente a su fallecimiento.
La escritora-periodista visitó varios países de América Latina y regresó de México a la Habana en 1950, como ya se apuntó anteriormente. En la capital cubana continuó escribiendo para Alerta, Bohemia, Carteles, Cuadernos americanos, Mediodía y Novedades. No me imagino cómo lo haría, ya que su persecución anterior en la década de los 30 fue organizada y orientada por los secuaces de Batista, quienes buscaban acallar la voz de una persona rebelde como Loló.
Desde 1959 escribió para El Mundo, La gaceta de Cuba y la sección “Esta es la historia” en Bohemia bajo el nombre de María Luz de Nora.
En cuanto a la escuela que llevaba su nombre, en 1962 se le cambió el nombre por el del mártir Sergio Luis Ferriol. La Dra. Engracia Ortiz dejó de ser la directora del plantel, pero permaneció impartiendo clases por largo tiempo. Después de 1970 le perdí el rumbo a la escuela, había sabido que nuevamente le habían cambiado el nombre, el cual desconozco ahora. Había visto a Engracia en el funeral de mi madre en 1983, años después supe de su fallecimiento. A finales de los 90 pasé por el lugar de la escuela y me detuve a mirar por las ventanas, iba acompañado con mis familiares. Vi que la escuela no estaba en la vieja casona colonial y toqué a la puerta. Una persona amablemente me atendió y me dijo que allí vivían desde hacía unos años algunas familias. No recuerdo si eran dos o tres. Me explicó que la escuela había sido pasada para un local en la calle Damas, o sea al doblar de la esquina. Por mi memoria, allí radicaba desde siempre una escuela pública, con menos recursos que las dos otras dos privadas, o sea la de Loló y la de Estrada Palma en la calle Jesús María, esta última debe haber desaparecido.
Difícil entender la razón para este movimiento de Merced a Damas, por lo que poco después hablé con una persona, que había también estudiado en la escuela de Loló y con acceso para hablar con el historiador de la Habana. Le pedí que hiciera algo a favor de restaurar la casona como escuela que siempre fue. La negativa no se hizo esperar. No recuerdo las justificaciones por considerarlas sin fundamento.
Como ya dije, Loló murió en 1985, no sé la fecha exacta, ni la he podido hallar. Lo que sí puedo afirmar es que una persona tan destacada desde su juventud era para que hubiera sido resaltada lo suficiente por los medios de prensa nacional. Realmente, si lo llegaron a hacer, nunca me enteré.
Es por eso que este blog rinde homenaje Loló como abogada, maestra, activista por los derechos de las mujeres, sobre todo al voto; periodista y escritora, cuya obra es enorme e injustificado de no darle el lugar que merece en la historia de Cuba del siglo XX. Una tarja, un busto en su memoria no es mucho pedir, ¿no creen?
Fuentes
Caraballosa Eric. 2020. Tinta añeja: pasión y saber de Loló de la Torriente. On Cuba News, 19 abril. https://oncubanews.com/cuba/tinta-aneja-pasion-y-saber-de-lolo-de-la-torriente/
Isla al Sur. 2015. Loló de la Torriente. 14 octubre. https://islalsur.wordpress.com/2015/10/14/lolo-de-la-torriente/
Sabas Alomá Mariblanca. 1930. Loló de la Torriente. Carteles No. 25 pp. 18 y 46
15 abril de 2022