El problema del hambre y la producción agrícola (III)

 «Tan solo debes sembrar, lo que puedas abonar

Anónimo

Una de las grandes limitantes en la producción agrícola de los países en desarrollo es la baja productividad de los pequeños agricultores, los que de conjunto con sus familias, se ven obligado a realizar todo tipo de labor manualmente y en el mejor de los casos, por vía de tracción animal, caso de disponer de implementos.

En África al sur del Sahara este problema suele ser más grave que en los países de América Latina, África Septentrional y Asia. En la primera región mencionada, los agricultores, en muchos casos, disponen de medios primitivos para poder realizar las labores de preparación del terreno y labranzas. Por otro lado, mujeres y niños se ven obligados a trabajar casi todo el día para realizar las labores requeridas.

Una de las mayores limitantes es precisamente el desyerbe, pero sobre esto y el manejo de malezas, nos referiremos en un próximo artículo.

Un agricultor y su familia que sólo puede atender un máximo de dos hectáreas, su producción será principalmente para dar de comer a la familia y poco es lo que quedará para poner en el mercado y tener los fondos necesarios para comprar ropa, calzado, medicina y otros elementos necesarios de la vida cotidiana.

La productividad de los agricultores debe aumentarse, o sea elevar los resultados en relación al tiempo utilizado para obtenerlos. Se sabe que cuanto menor sea el tiempo que lleve obtener el resultado, más productivo será el sistema. Si un agricultor puede atender diez hectáreas de terreno y obtener una producción normal de la misma, entonces aumentará la producción agrícola que pondrá en el mercado y, por ende, las ganancias monetarias. Este asunto no es muy atendido por aquellos que hablan de eliminar la pobreza, en ocasiones se mencionan otras cosas, pero no éstas, a la vez que se olvidan del problema social que implica que las mujeres y los niños estén todo el día enfrascados en labores de campo.

Mujeres trabajando en campo en Burundi

Mujeres trabajando en campo en Burundi

Para elevar la productividad hay que en primer lugar mejorar las vías de preparación del terreno, incluido las labranzas. No todo agricultor puede comprar un tractor, correcto, pero si se puede buscar las vías para que una empresa a nivel local pueda dar los servicios de mecanización requeridos a pagar por el agricultor. Como el Estado no puede ser un simple espectador de estas operaciones, aquí si se justifica inicialmente el subsidio estatal de manera que en la medida que el agricultor pueda poco a poco poder pagar sin dificultad por los servicios prestados por una unidad creada a tales efectos. Esa unidad de servicios puede ser estatal o privada.

Los sistemas mejorados de labranza son necesarios. En la producción de muchos granos se sabe que no es necesario realizar la labranza convencional, lo cual ayuda a que se proteja el suelo de la erosión, a la vez que se restaura su fertilidad. Los agricultores deben conocer cómo realizar tales siembras con métodos de mínima o cero labranza.

Las rotaciones de cultivos son esenciales para poder hacer un uso racional del suelo, pero también reducir los problemas de plagas en general. Lamentablemente muchos países carecen de diversidad de cultivos, dependen mucho del nocivo monocultivo por años y hasta lustros o décadas. La explicación siempre es que no existe mercado para otros cultivos en rotación. Nuevamente se puede decir que esto es una actividad del Estado, el que debe propiciar las condiciones debidas para crear los nuevos mercados, en ocasiones puede suceder que la producción de uno de los cultivos propuestos sea de importación, lo cual significaría un ahorro para el país en divisas.

La rotación de cultivos es esencial en una producción agrícola moderna

La rotación de cultivos es esencial en una producción agrícola moderna

La irrigación es otro aspecto fundamental, muchas veces el agua existe pero no así las infraestructuras para canalizar el agua a las áreas de cultivo. La inversión en riego es indispensable en aquellas regiones con inclemencias y posibilidad de sequías. Le toca al Estado nuevamente ver las formas para crear tales infraestructuras. No basta con eso, los métodos de irrigación, con un menor gasto de agua, es una vía para evitar malgasto o manejo inadecuado de los recursos hídricos.

Riego por goteo

Riego por goteo

La semilla es otro dolor de cabeza. Muchos agricultores producen su propia semilla, la que adolece de problemas de calidad, presencia de plagas o de semillas de malezas. Muchas empresas de países en desarrollo producen algo de las semillas necesarias, pero no lo suficiente para cubrir las necesidades. La semilla y el suelo son dos factores decisivos para una normal producción. El Estado debe hacer esfuerzos para crear las unidades requeridas a fin de producir suficiente semilla de calidad en el país.

La producción de semillas es vital

La producción de semillas es vital

La práctica de uso de las coberturas vivas y abonos orgánicos favorecerá la producción a la vez que se protegerá mejor el suelo de las adversidades que sufre con frecuencia. Los sistemas de acolchado, no necesariamente con mantas plásticas, sino con desechos de papel o cartón, ayudan al mejor control de varias plagas y malezas, a la vez que preserva la humedad existente en el suelo.

Todo ese conjunto de medidas puede ser bien popularizado por los servicios técnicos de extensión agrícola, que están ausentes en muchos países en desarrollo. Es necesario crear o fortalecer este servicio y garantizar que sus integrantes técnicos tengan una actualización adecuada en nuevos métodos que ayuden a elevar la productividad del agricultor.  Las vías para trabajar con los agricultores pueden ser diversas, pero las más recomendadas para pequeños agricultores es la de organizar las llamadas Escuelas de Campo, tema que trataremos en próximos artículos con más detalles.

La capacitación de los agricultores

La capacitación de los agricultores

Lo primordial es entender que la productividad de los agricultores debe ser elevada y que la misma conllevará a varios beneficios, extensión del área de cultivo, mayor producción, mejoría social de las mujeres y niños de las familias de agricultores, cuyo tiempo podrá emplearse para otros fines culturales, educacionales y productivos, y mejoría del sistema de cultivo con un número de medidas. La responsabilidad de poder promover y desarrollar todas estas actividades la tienen los gobiernos de cada país. Es asunto de poner en marcha lo requerido, que los resultados serán evidentes a corto plazo.

Un gobierno de por sí solo no podrá hacer mucho de no contar con la cooperación y servicios de otras instituciones y agencias internacionales, pero el Estado es el que debe programar ese desarrollo en consulta con agencias autorizadas y de experiencia en el tema, y entonces recabar ayuda complementaria para su implementación.

Nota: el presente artículo  es un extracto de la ponencia “Manejo mejorado de malezas para mitigar la crisis de alimentos” de Ricardo Labrada, presentada en Lisboa, en ocasión del II Congreso Iberoamericano de Malezas, 10-13 noviembre 2009.

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