La Revolución cultural en China, un recuerdo de mi juventud

En una revolución, como en una novela, la parte más difícil de inventar es el final”.  Alexis Tocqueville (1805-1859), político e historiador francés

En la década de los 60 estudiaba en Kiev, la Ucrania Soviética. Era una época convulsa, guerrillas en varias partes de América Latina, EEUU se enfrentaba al Vietnam en una guerra desigual, en Europa los movimientos de protesta estaban a la orden del día, en África persistía el apartheid en Sudáfrica y en Namibia, mientras que países como el actual Zimbabwe y las colonias en manos de Portugal luchaban por su independencia. A eso hay que sumar que en el llamado mundo socialista europeo las convulsiones no faltaban. En 1968 la URSS nuevamente intervenía en territorio de uno de sus “aliados”, Checoslovaquia, luego en Polonia se desató otra protesta similar en aras de mejoras para los trabajadores en general.

China no dejaba de tener sus problemas. Viviendo en la URSS, estaba casi informado de todo lo que acontecía en China. Las ofensas mutuas de los líderes Nikita Serguéievich Jruschov de la URSS y de Mao Zedong de China era pan nuestro de todos los días. Dos países socialistas se comportaban como perro y gato, y hasta confrontaciones militares tuvieron en 1968 y 1969. En 1967 un secretario del partido comunista de un pueblo de Hungría, me decía que la III Guerra Mundial sería entre la URSS y China. Por suerte ese pronóstico no se cumplió.

Nikita Serguéievich Jruschov y Mao Zedong

Nikita Serguéievich Jruschov y Mao Zedong

Ya China había sufrido grandes fracasos durante el llamado Gran Salto Adelante que llevara a cabo Mao a finales de la década de los 50. En ese proceso, por decreto oficial se declaró la guerra a cuatro grandes plagas, entre ellas los gorriones, aves que comían no se sabe cuántos granos de arroz diariamente y con su erradicación, se podría aumentar sustancialmente la producción arrocera. Imagínense Uds., miles de chinos, jóvenes y viejos detrás de los gorriones tratando de cazarlos. Del daño ecológico con esta caza no se ha hablado mucho, me refiero a esos que aún hoy día intentan alabar la obra de Mao. Querer erradicar al gorrión ocasionó un grave daño ambiental y económico. Al final la producción arrocera china no aumentó, pero si aquellas poblaciones de plagas que usualmente eran atacadas por los gorriones. Hubo de hecho un aumento del ataque de las langostas y se debió a la exterminación de los gorriones.

Ante el fracaso del Gran Salto Adelante, las autoridades gubernamentales chinas se dieron cuenta del error y lo primero que hicieron fue solicitar una población de gorriones de la vecina URSS. Alrededor de 200 mil ejemplares fueron llevados de la Unión Soviética a China para enmendar el daño. Ya hoy día quien mate un gorrión en China le puede costar caro. El Gran Salto Adelante obligó a la colectivización forzada de la agricultura, creando comunas de producción agrícola e industrial, ya que se integraba la industria del acero en pequeñas unidades productivas y diseminadas por todo el territorio nacional. Todo el mundo estaba de cierta forma vinculado a la fundición del acero y todo fue un fracaso. El hambre azotó con fuerza a todo el país.

Explico todo esto como antecedente y para que se entienda lo que vino después. Liu Shaoqi era entonces el presidente de la república popular, y Den Xiaoping era el secretario general del partido comunista. Ellos habían comenzado cambios contrarios a la dirección adoptada por Mao, algo relegado de sus funciones de gran líder, pero por poco tiempo. Mao era el presidente del partido y supo reponerse del fracaso, para lo cual se propuso otra nueva empresa, la Revolución Cultural. Para poder desarrollar su plan se valió de una juventud agresiva e ignorante, a la que incentivó a destruir todo aquello que pintara burgués, incluido líderes del partido, sospechosos de tener ideas pequeño-burguesas. Mao preparaba la gran purga del partido, era menester eliminar todo aquello que se le opusiera. Había que recuperar el poder a toda costa, fue así que aparecieron los grupos llamados Hóng Wèi Bīng o Guardias Rojos, que se encargarían de pasarle la cuenta a todos los opositores de Mao.

Liu Shaoqi y Den Xiaoping

Liu Shaoqi y Den Xiaoping

Por supuesto, Liu Shaoqi fue llevado a plaza y allí humillado por decenas de Hóng Wèi Bīng. Un hombre con historial, que había luchado de siempre, primero contra la ocupación nipona y luego contra las fuerzas nacionalistas del Kuomitang, era ofendido y golpeado en plaza por un grupo de mocosos inconscientes. A Den Xiaoping se le mandó a reclusión rural con su familia y destituido de sus cargos. Liu murió en 1969 debido al maltrato recibido en prisión.

Mao había tenido algunos aliados incondicionales en esta empresa, uno de ellos era Lin Biao, militar que sustituyó casi de inmediato al legendario ministro de defensa Peng Dehuai. He leído en una autobiografía de Mao, que él sentía aversión a este hombre debido a la muerte de su hijo mayor en la guerra de Corea, donde Peng directamente había dirigido la acción de las tropas chinas. Lin Biao fue el aliado perfecto, hombre que tenía una enorme doble moral, por un lado preparaba un libro sobre el pensamiento de Mao y por otro se aprestaba a tener más poder del que ya le habían dado, quiso convertirse en presidente de China.

Los otros aliados fueron los miembros de la tristemente célebre banda de los cuatro, dirigida y manipulada por la mujer de Mao, la actriz  Jiang Qing, la cual hizo y deshizo incluso después de la muerte de Mao.

En la Unión Soviética, Nikita Jruschov había sido destituido como secretario del PCUS en setiembre de 1964, por lo que los ataques chinos a la URSS eran impersonales, no había antecedente para ataques directos a los nuevos líderes, Leonid Brezhnev y Alexei Kosiguin. La prensa soviética de entonces, sea televisiva como escrita, reportaba los acontecimientos de la revolución cultural. Por la TV se reportaban como se llevaban centenares de libros de literatura, no importaba quien lo hubiera escrito, bastaba que fueran de occidente o considerado burgueses, para que terminarán quemados. Una verdadera inquisición cultural. Igualmente los dirigentes que se consideraran con serios problemas ideológicos y eran igualmente maltratados públicamente, donde se les obligaba a que pidieran perdón por sus errores.

No faltó un día que apareciera Mao nadando en el río Yang Tse y la gente rindiéndole honores como si se tratara de un Dios. Tenía 73 años y se reportó que había nadado 13.5 km, una distancia considerable para un hombre viejo. Otros “milagros” también fueron reportados por la prensa local posteriormente.

El único sobreviviente de la purga, dentro de la cúpula dirigente, fue el primer ministro Zhou En Lai, quien tampoco pudo evitar los ajustes de cuentas con centenares de dirigentes del partido a lo largo y ancho del país.

Mao recuperó su poder, intensificó su culto a la personalidad, en fábricas y otros centros laborales había que leer a una hora del día algo del legado de sus ideas, las que “nos alumbran para un futuro mejor”. Lin Biao siguió en su ambición de poder y finalmente tuvo que salir huyendo del país. Pereció en accidente aéreo, cuyos detalles desconozco.

Pasaron los años, como ya dije, Deng Xiaoping volvió a la escena a finales de 1969 cuando Lin Biao ya había perecido, pero poco le duró su restablecimiento. Nuevamente fue sancionado y no fue hasta después de fallecido Mao cuando Hua Guofeng, sustituto de Zhou Enlai como primer ministro cuando éste murió, se encargó de sacar de circulación a la siniestra banda de los cuatro. Fue entonces que otros dirigentes apartados por Mao volvieron a la escena y liderados por Deng Xiaoping tomaron el poder del gobierno y el partido. El nuevo líder inició un programa de modernización del país, eliminó, sin hacer mención a Mao, todo lo negativo económicamente que fuera parte de los procesos anteriores. Tampoco se le ocurrió establecer un culto a la personalidad como lo hiciera Mao. A partir de entonces China comenzó a cambiar en el ámbito económico para convertirse en lo que es hoy, una potencia industrial, con mucha contaminación urbana y rural, es cierto, pero ya no es el país de los poquitos ni de los granitos para los gorriones. No hubo más invenciones, ni voluntarismos económicos.

Un gran retrato de Mao preside la plaza del Tian An Men, existe un mausoleo que visité hace años y sus obras están a la venta para quien las quiera comprar, sea en mandarín como en varias lenguas extranjeras, pero para la población china es como si Mao no existiera, nadie habla de él y nadie trata de decir nada sobre su persona.

Un día estaba en la calle  Wangfujing de Beijing, probablemente la más importante comercialmente en la capital de China, donde me tropecé con una tienda de libros. En la vidriera había dos fotos una al lado de la otra, era de Liu Shaoqi y otra de Mao. Le pregunté a mi colega chino si aquello no era realmente paradójico, él se limitó a mirarme y a callar.

La población china no gusta hablar de la Revolución Cultural, casi todos admiten que fue otro gran error en la vida del país. Sin embargo, nadie quiere entrar en detalles o hablar del tema. Muchas personas mayores que conocen cómo fue todo, prefieren no hablar, muchos lo hacen por haber sido probablemente Hóng Wèi Bīng y sienten vergüenza de haberlo sido.

Un reciente editorial del Diario del Pueblo, órgano oficial del Partido Comunista (PCCh), describió aquella época como «caos interno que trajo enormes catástrofes». El artículo describe a la revolución cultural como un obstáculo muy grande en el proceso de desarrollo del partido y del país. Ya en una sesión anterior del PCCh, en 1981, se concluyó que la revolución cultural había sido un error. Han pasado cincuenta años de aquel suceso, las huellas no se han borrado, pero todos quieren olvidar.

Escrito por Ricardo Labrada (16 de mayo 2016)

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.