“La victoria pertenece al más perseverante”
Napoleon I

José Antonio Huelga, el héroe de Cartagena
El mundial de béisbol amateur de 1970, su XVIII edición, se efectuó en Cartagena y Barranquilla, Colombia, el cual contó con la participación de doce equipos: Antillas Holandesas, Canadá, Colombia, Cuba, República Dominicana, Guatemala, Nicaragua, Puerto Rico, EE.UU. Venezuela, y el estreno de los dos primeros equipos europeos: Italia y Holanda. El torneo fue un round robin y los dos primeros lugares disputaron una serie de tres a ganar dos juegos.
Para este evento el Cuba, dirigido nuevamente por Servio Borges, vino representado por los siguientes jugadores: Felipe Sarduy y Agustín Marquetti en 1B, Félix Isasi en 2B, Urbano González y Vicente Díaz en 3B, Rodolfo Puente y Tony González en SS, Armando Capiró, Fermín Laffita, Rigoberto Rosique, Wilfredo Sánchez y Raúl Reyes en los jardines, en la receptoría Lázaro Pérez y Ramón Hechavarría, mientras los lanzadores fueron José Antonio Huelga, Emilio Salgado, Santiago Mederos, Oscar Romero, Gaspar Legón y Manuel Hurtado.

Wilfredo Sánchez y Félix Isasi
Había visto algunos juegos de entrenamiento de este equipo Cuba en el Latinoamericano. El conjunto estaba realmente afilado al bate. Una figura que no pudo hacer el equipo a última hora fue el lanzador derecho matancero Alfredo García, quien estuvo muy bien en uno de esos juegos, pero una lesión le impidió su participación en este evento.
Los EE.UU. vino, como de costumbre, con un equipo de estrellas universitarias, la mayoría rondando los 19-20 años de edad. Era un equipo de tremenda versatilidad. Por ejemplo, trajo cuatro peloteros capaces de servir en la receptoría y de jugar otras posiciones, además de siete lanzadores, cuatro de ellos zurdos, y entre ellos uno que tiraba la llamada curva de nudillo. En este caso la pelota se lanza con el dedo índice sujetando arriba la bola, pero la que lanzaba el joven derecho Burt Hooton era una variedad de este lanzamiento, que se tiraba con la fuerza de una recta, apretando la pelota con usando dos dedos, pero que cuando caía era más engañosa que una curva.

Burt Hooton
Realmente los peloteros cubanos no habían visto en su carrera algo así y batearla era cosa seria.
El equipo norteamericano alineaba generalmente con el ya veterano en eventos internacionales Vince Adimando (CF), William Stearn C, John Grubb RF, Sam Ewing LF (poderoso bateador zurdo), Dave Roberts 3B, Greg Gomek SS, Roger Schmuck 1B (quien también era lanzador) y Jim Corcoran 2B. En el banco tenían a hombres como Rob Ellis y Mike Weathers. La dirección de este equipo estuvo a cargo de Hal Smeltzly y Bill Arce como auxiliares y Jack Stallings como director. Chequeando la nómina de este equipo, comprobé que 15 de ellos llegaron a jugar en las Grandes Ligas.
Los dos equipos más fuertes fueron Cuba y EE.UU., pero tanto Colombia como Puerto Rico vinieron con escuadras muy completas y de buen bateo.
El primer enfrentamiento del Cuba con EE.UU. fue un clásico duelo y Hooton se hizo cargo de la lomita por los norteños, mientras que Santiago “Changa” Mederos lo hacía por los cubanos. Como se había dicho, los cubanos no pudieron adivinarle la bola al talentoso lanzador. No hubo hit, inicialmente le anotaron un hit a Wilfredo Sánchez, pero luego cambiaron por error en tiro y el Cuba recibía un cero hit de manos de su eterno rival. Changa fue un digno rival, pero los norteños le anotaron las necesarias para garantizar la victoria.
Recuperados de la derrota en la fase de round robin, el Cuba, logró ganarle al resto de sus adversarios, mientras que Puerto Rico le hacía la gracia a los americanos. Así que llegaron empatados al play off, cuyo primer juego tuvo lugar el 2 de diciembre de 1970 en Cartagena. Los lanzadores anunciados fueron Huelga por Cuba y Hooton nuevamente por EE.UU.
Fue un juego cerrado desde el inicio, Cuba logró marcar la primera en el mismo primer inning en las piernas de Wilfredo Sánchez combinado con sacrificio de toque de Rosique, pero EE.UU. empató el juego en el cuarto episodio por sencillo de Grubb, quien luego anotó el empate. A partir de ahí fue una repartición de ceros por ambos bandos, aunque si se fijan en la labor de ambos lanzadores, el espirituano esta vez fue superior. El juego también adoleció de algunas pifias defensivas, Gromek, Stearn y Schmuck cometieron errores por los norteños, mientras que Isasi y Tony González los imitaban.
Llegó el undécimo, Cuba vino como visitador y nuevamente Lázaro Pérez encendió la candela con sencillo, Vicente Díaz corrió de emergente, y ahí lo tienen, Huelga trajo la ventaja con sencillo. Se repetía la historia de República Dominicana, Lázaro suena el hit que inicia la anotación y un lanzador al bate lo trae a home. Ahí no paró el inning, Huelga entró por el segundo hit de Wilfredo. Dos carreras a esa hora pesaban muchísimo. Los norteamericanos no pudieron hacer nada frente a los envíos de Huelga, que ya se sentía tan gigante como el Curro Pérez en Santo Domingo 1969.
- Roleteó out por Sarduy en el 10mo.
- Corrió por Lázaro Pérez en el 11mo.
- Recibió base bateando por Tony González en el 11mo.
- Corrió por Schmuck en el 7mo.
- Se ponchó por Corcoran en el 7mo.
Había que ganar otro juego para llevarse la victoria, y llegó el agua, lluvias torrenciales, nada de juego. Las precipitaciones se mantuvieron durante el 4 de diciembre. Ya en la tarde, un terreno completamente encharcado, se comenzó a darle forma para que se pudiera jugar.
Finalmente se dio por iniciado el juego y todo el mundo pensaba que la velocidad de los cubanos se vería restringida por las condiciones del terreno. El factor sorpresa fue algo decisivo en este juego. Si se fijan en el box score del segundo juego, verán que Cuba alineó con Wilfredo, Isasi y Urbano en los tres primeros turnos al bate, y Servio Borges ordenó a Wilfredo tocar, se anotó hit, Isasi le imitó y se anotó otro hit, hubo error, Urbano volvió a tocar, nuevamente error de los norteños, entraron dos, Capiró cedió el primer out, pero Laffita siguió la fiesta con doble y luego anotó la cuarta carrera del conjunto criollo, todo eso a costa de los envíos del zurdo Rich Troedson, quien duró solo un tercio de la primera entrada.
Por Cuba abrió Changa que se mantuvo poco en el montículo, lanzó hasta la tercera entrada cuando le anotaron 2 carreras, ahí vino Manuel Hurtado al rescate. El reglano había lanzado muy buena pelota contra el equipo colombiano y se esperaba pudiera aguantar la ofensiva de los norteños. En el quinto Grubb anotó carrera y Sam Ewing disparó doblete, Servio no esperó más y trajo al brazo de hierro, Huelga nuevamente con menos de 48 horas de descanso.
El hombre de segunda no podía o no debía anotar, pues pondría la ventaja por la mínima. Isasi, estando en el montículo, cuando llegaba Huelga, se llevaba la pelota consigo. Según contó el mismo Isasi a su llegada a Cuba, el árbitro en el RF era el cubano Iván Davis, al cual Isasi le dijo que él tenía la pelota en guante. Ewing se salió de la base pero Huelga no estaba en el box, miraba para otro lado, Isasi llegó y tocó a Ewing. El árbitro de segunda era americano y no cantó el out, pero Iván si lo cantaba desde el jardín derecho. Ya pueden imaginarse lo que vino detrás, protesta del equipo estadounidense y enredo de árbitros, Iván justificaba el out, pues Huelga no estaba en posición de lanzar y no había tiempo pedido. La escuadra norteamericana protestó el juego.
Cuba volvió a marcar una más en el quinto y eso le permitió a Huelga lanzar con la excelencia requerida. Los norteños sólo le batearon un hit a la vez que ponchaba a cuatro bateadores rivales y daba un solo boleto.
Al finalizar el juego, reunión de árbitros para decidir si Cuba había ganado ese partido. Aquel conclave fue a camisa quitada, los norteamericanos halaban para lo suyo y los latinos a favor de Cuba. En realidad los norteños no tenían razón, la bola escondida se hizo magistralmente, Isasi tuvo siempre la malicia necesaria para un jugador y sabía bien lo que hacía. Al final el campeonato fue para el Cuba, era el segundo papazo a los universitarios norteamericanos en los dos últimos mundiales.
- Roleteó por Donovan en el 5to.
- Corrió por Ewing en el 8vo.
- Bateó foul fly por Caldwell en el 9no.
El líder de bateo en este evento fue el antesalista colombiano Abel Leal (.477), quien a su vez lideró el departamento de hits (21), en carreras anotadas (12) hubo un cuádruple empate, Wilfredo, Isasi, Leal y Wilson Pérez de Dominicana, en dobles (5) Luis Gaviria de Colombia y Luis Hernández de Venezuela, en jonrones (3) Ramón Ortiz de Puerto Rico, en juegos ganados (3) hubo quíntuple empate, donde Gaspar Legón se incluyó en la lista, mientras que Hooton se llevaba el PCL de 0.00 en 24 entradas inmaculadas durante el round robin a la vez que ponchó a 44 bateadores rivales. El MVP injustamente se le dio a Abel Leal, realmente había que darlo al final del torneo y no antes, pues lo que hizo Huelga fue extraordinario.

Abel Leal en sus años de retiro del béisbol
En el round robin, los cubanos más destacados al bate fueron los matanceros Félix Isasi (.396) y Wilfredo Sánchez (.413), mientras que el pitcheo se comportó a gran altura. Hurtado, Oscar Romero y Emilio Salgado lograron ganar dos juegos.
Burt Hooton fue siempre una referencia por su bola de nudillo, todo un maestro del mismo. Debutó en 1971 con los Cachorros y ya en 1972, en una de sus primeras actuaciones, pintó de cero hit cero carreras a los Mets. Hooton lanzó 15 temporadas en las Mayores y terminó con balance de 151 victorias y 136 derrotas, y ayudó a los Dodgers en 1981 a ganar una serie mundial. A su retiro se dedicó a entrenar lanzadores y uno de sus discípulos, en sus inicios como coach, fue Roger Clemens.
En una próxima entrega veremos lo sucedido en el mundial de Cuba (1971).
Información recopilada de Guía de béisbol y otras fuentes, escrita por Esteban Romero, 16 diciembre de 2016
El autor de este artículo desea ratificar que Iván Davis estaba sirviendo como árbitro en el jardín derecho. Isasi tenía la bola y se lo había dicho al mismo Iván. Isasi sabía bien lo que le había ya ocurrido en el juego de la final de los panamericanos de Winnipeg (1967) con otro árbitro norteño y no estaba dispuesto a que se repitiera la historia. La jugada prosperó y Cuba se coronó campeón.
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