«No existen tierras extrañas.
Es el viajero el único que es extraño»
Robert Louis Stevenson (novelista, poeta
y ensayista escocés, 1850-1894) .

Vista cercana del Peñón (foto del autor)
Un lugar pequeño e interesante visitado recientemente es el famoso Peñón de Gibraltar, una roca (rock le llaman los ingleses) enorme que permite observar movimientos existentes del Océano Atlántico al Mar Mediterráneo, así como una parte del territorio español y del marroquí en el continente opuesto, África.
Conocía el estrecho desde agosto de 1962 cuando lo pasé a bordo del buque soviético, ya desaparecido, Admiral (Almirante) Najimov. Entonces habían pasado más de 10 días que habíamos salido del Puerto de la Habana y la pasada por el Estrecho de Gibraltar fue como un aliciente para poder ver tierra, y de dos continentes a la vez. Esta pasada se volvió a repetir en 1966, el viaje era del puerto de Odessa, Ucrania, a la Habana. Años más tarde, viniendo de Cádiz, llegamos hasta Tarifa, que aunque no es Gibraltar, nos daba la posibilidad de ver Marruecos muy cerca de la costa española. El estrecho de Gibraltar como tal tiene un ancho de 14.4 km y una profundidad de 1000 metros. Tanto las vistas en barco como desde el mismo Peñón se le parece cercano el borde marroquí (Ceuta y Belyounech) al borde ibérico, pero las apariencias engañan, ya que las corrientes en el lugar me cuentan que son pertinentes y hacen muy peligrosa la navegación en medios inapropiados. Miles de africanos han muerto tratando de llegar a España por esa vía.

Vista del territorio de Marruecos desde el Peñón
Volviendo un poco a la historia del Peñón, al que se le llamaba antes Columna de Hércules o Mons Calpe (Promontorio), su altura máxima es de 426 m sobre el nivel del mar.
Los estudios científicos indican que hace millones de años el Mediterráneo era un gran valle y que debido a un pliegue de la placa tectónica, las aguas del Atlántico inundaron la extensa hondonada durante casi un siglo y fue así que se creó lo que conocemos como Mar Mediterráneo. Que conste, las aguas de este mar son mucho más calientes en verano que aquellas aledañas pero fuera del mar indicado, como son las costas de Portugal.
Gibraltar fue hasta 1462 territorio árabe y conquistada por Alonso de Arcos, posteriormente reclamada por la monarquía de Castilla y finalmente tomada a la fuerza en 1467 por las fuerzas castellanas. Más de dos siglos después, en 1704, en medio de la guerra de Sucesión Española, tropas anglo-holandesas ocuparon Gibraltar y su peñón, el cual fue cedido por España a la Corona Británica en aplicación del Tratado de Utrecht de 1713 y su artículo X. España hoy día reclama la soberanía sobre Gibraltar, mientras que el gobernador británico del lugar la rechaza. Gibraltar nunca ha sido parte de la Unión Europea y se rige por sus propias regulaciones.

Una vista en lo alto del peñón (foto del autor)
Para llegar a Gibraltar es sencillo si uno está de vacaciones en lugares aledaños como Málaga, Marbella o Cádiz. El viaje desde Málaga toma un poco más de 75 minutos. Ya cuando uno se va acercando al lugar, comienza a ver el Peñón. Primero hay que pasar por una pequeña ciudad, territorio español, llamada Línea de la Concepción, que los españoles llamaban Línea simplemente.

Vista de Línea al fondo desde el Peñón de Gibraltar (foto del autor)
Pasar la frontera no es problema, los británicos hacen un control de documentos de forma aleatoria. En otoño, primavera e invierno no es mucho problema pasar con el auto, pero dicen que en verano es todo un problema. En Gibraltar, por suerte, se conduce por la derecha igual que en España.
Una vez pasado el control, casi inmediatamente uno está obligado a cruzar por la pista aérea del lugar. Hay siete vuelos diarios de Gibraltar a Londres, es posible que haya otros de carácter militar. Si hay aterrizaje en el momento que uno llega, no queda más remedio que esperar a que la nave aérea llegue y después uno pasar para internarse.

Vía de entrada a Gibraltar y la pista aérea que la atraviesa (foto del autor)
El lugar más importante a visitar es el Peñón, para ello es menester aparcar en algún parqueo público, y entonces irse sea a los funiculares, los que no siempre funcionan. En su lugar uno puede tomar uno de los buses que ofrecen este breve viaje, unos 50-60 minutos, para poder apreciar todo Gibraltar desde lo alto y conocer algo de su historia. Son apenas 7 km cuadrados de superficie y con una población de alrededor de 29 mil habitantes.

Una vista de parte de Gibraltar (foto del autor)
Cuando se sube al Peñón inmediatamente uno aprecia tres territorios de un golpe, el primero es el español aledaño, Línea y un poco más alejado, Algeciras, el segundo es Marruecos, territorio africano, y luego el minúsculo de Gibraltar. El peñón es algo empinado y aquellos que conducen por sus estrechas carreteras son verdaderos artistas del volante. Si el día es soleado, como fue el de nuestra visita en enero de 2017, pues uno pasa un día muy agradable con una buena visibilidad de todos los puntos.
Desde el Peñón uno puede ver varias naves esperando para entrar en Gibraltar, prefieren aguardar fuera y no entrar, ya que la estadía cuesta mucho dinero.

Barcos en espera para entrar a Gibraltar (foto del autor)
En la visita al peñón, en un punto alto del mismo, nos dan la bienvenida los macacos de Gibraltar, los cuales son de origen marroquí. Las leyendas son variadas de cómo estos animalitos llegaron a ese lugar. Unos dicen que hasta fue Churchill quien los trajo a finales de la Guerra Mundial, lo cual no parece ser cierto. La realidad es que a estos simios en Europa solo se les ven en este lugar. Nos advirtieron de no tocarlos, ellos muerden y mejor ignorarlos después que les tome una foto. Para desgracia de un visitante británico que era parte del tour, al llegar al lugar, un macaco le saltó encima. Buen susto pasó ese señor, no era para menos, pero esto no es usual.

El autor en el Peñón y rodeado de macacos
Terminada la visita al peñón, no vino mal darse un paseo por la Main Street o Calle Principal, donde hay varias tiendas, nada del otro mundo, las que venden artículos libre de impuestos. Terminado ese paseo y compra de algún que otro souvenir, uno puede ya prepararse para el regreso, aunque es aconsejable darse una vueltecita por Algeciras o mejor por la playa de Getares, desde donde uno podrá hacer fotos nuevamente al peñón.

En Main Street, Gibraltar (foto del autor)

Vista del Peñón desde Playa Getares, Algeciras (foto del autor)
Escrito por Ricardo Labrada, 15 enero de 2017