“La mejor vida no es la más larga,
sino la más rica en buenas acciones”.
Marie Curie
Siempre es agradable ver una peli que trate sobre mujeres u hombres de bien, aquellos que han sido realmente héroes en su campo de trabajo. Marie Curie fue de esas grandes, la que demostró no solo sus facultades sino también que las mujeres pueden hacer descubrimientos importantes.
No es el único filme que se haya realizado sobre la notable científica. Previamente este papel fue interpretado por Greer Garson en el filme “Marie Curie (1944)” de los directores Mervyn LeRoy y Albert Lewin, en el que Walter Pidgeon encarna a Pierre Curie, el cual transcurrió de forma plana, sin matices sobre la vida personal de María Salomea Sklodowska, que fuera su nombre de inscripción al nacer. En 1977, en el serial televisivo que no he visto, Jane Lapotaire interpretó a la famosa científica. Esta nueva versión de 2016 viene con algunos ingredientes inéditos en anteriores versiones cinematográficas.
Ante de entrar en la peli de referencia, es menester decir algo sobre la vida de esta extraordinaria científica. Nació el 7 de noviembre de 1867 en Varsovia, entonces Polonia ocupada por el zar ruso. Como mujer se vio obligada a cursar estudios universitarios de manera clandestina en universidad sin nombre en Varsovia. A la edad de 24 años se trasladó a París, donde ya radicaba su hermana Bronislawa. En la capital francesa pudo concluir sus estudios de física y comenzó de hecho su vida científica. María estudiaba de día y trabajaba en la noche para poder sufragar los gastos de sus estudios. Conoció a Pierre Curie en 1894, quien fuera su esposo hasta la muerte del mismo. El primer encuentro tuvo lugar en la Escuela Superior de Física y de Química Industriales de París (ESPCI), donde Pierre era instructor. En julio de 1895 ambos se casaron e iniciaron vida matrimonial y científica a la vez.
Los trabajos emprendidos por ambos giraban alrededor de la radiación de algunos elementos químicos, como fueron el uranio y luego el torio, descubrieron el llamado polonio. En 1903 Marie, Pierre y el físico Henri Becquerel recibieron el premio Nobel por estas investigaciones en materia de radioactividad. Años después, en 1911, Marie recibió otro Nobel, el de la química, esta vez por sus servicios en el descubrimiento de los elementos radio y polonio.
La película de la directora francesa Marie Noelle y co-producción polaco-germano-francesa reseña parte de la vida laboral de los Curie hasta que el accidente fatal de Pierre, el que le costó la vida. Luego sigue la película su curso. Se muestran las adversidades laborales, las de ser mujer y ser discriminada en círculos científicos donde solo asisten hombres, o sea se abordan cuestiones importantes de la vida de Marie Curie, personaje interpretado cabalmente por la actriz polaca Karolina Gruszka.
El balance del filme queda algo desproporcionado cuando se aborda con mucho énfasis el episodio de infidelidad de la viuda Curie con su colaborador Paul Langevin, hombre casado y con una familia. Esa relación existió, fue todo un escándalo en su época, la peli lo refleja bien y con detalles que aquí no daré para evitar spoilers. No obstante, si bien se debió mostrar el problema, habría sido más prudente hacer más hincapié en los vericuetos científicos que ella tuvo que abordar, muchas veces con pocos medios, para llegar a los hallazgos que la hicieron famosa y que proporcionaron conocimiento de mucha utilidad para la cura de terribles enfermedades. Cada realizador tiene su plan en la forma de cómo exponer la trama de un filme. Marie Noelle le pareció probablemente interesante y hasta enganchador el tema del adulterio en este caso.
Como aspecto notable está el encuentro de Marie con otro cerebro célebre, Albert Einstein. Los diálogos entre ambos, aunque breves, resultaron interesantes. El machismo en el mundo científico fue algo muy evidente, incluso criticable en extremo.
Quizás para abordar las vidas de personas de tanto mérito como Marie Curie, se necesiten los seriales televisivos en lugar de un largometraje que trate de enseñarlo todo con el debido equilibrio. La película no es muy larga, dura solamente una hora y cuarenta minutos. De haber durado más de dos, es muy posible que el hecho que discuto se habría disuelto más en una vida tan fructífera como la de esta gran científica.
Escrito por Esteban Hernández, 22 diciembre de 2017