“Ámsterdam no es una ciudad de pecado: es una ciudad de libertad.”
John Green (1977, escritor estadounidense)
Una extensa parte del mundo llama Holanda a los Países Bajos, cuando en realidad Holanda es una parte del país. Su verdadero nombre responde al hecho que una tercera parte de su territorio se encuentra por debajo del nivel del mar.

Plaza Dam y el Palacio Real. Foto del autor

Obelisco, en Plaza Dam, de 22 metros de altura en honor a los soldados holandeses caídos durante la II Guerra Mundial. Foto del autor

Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva. Foto del autor
Los Países Bajos fueron parte importante del Sacro Imperio Romano Germánico, los que gozaron de la buena voluntad del emperador Carlos V. Su desgracia vino cuando el heredero del trono, Felipe II, español de nacimiento y crianza, y católico, no vio con buenos ojos la conversión de la población nord-neerlandesa al protestantismo, promovido entonces por el calvinismo y las ideas luteranas. Ese desacuerdo provocó la guerra entre los Países Bajos y España en 1568, la que duró hasta 1648 cuando finalmente se firmó la paz. Los Países Bajos se constituyeron en República[i] independiente, mientras que la otra parte meridional del país, lo que es hoy Bélgica, permaneció católica y parte de los dominios españoles.

Entrada principal del museo nacional. Foto del autor

Otra entrada al Museo Nacional. Foto del autor

Filas de turistas en canal aledaño a la Estación Central de Ámsterdam. Foto del autor
Los Países Bajos es un pequeño país, donde uno puede maravillarse de muchas cosas, entre ellas, el arte de robar tierra al mar y convertirla en polders, útiles para la producción ganadera y agrícola. Famosos son sus quesos, sus plantas ornamentales, sobre todo los tulipanes y otras producciones del agro.

Una vista de la zona roja o de la tolerancia. Foto del autor
La capital del país es Ámsterdam, situada en la llamada Holanda Septentrional, donde los múltiples canales dan la impresión de otra Venecia. Esta ciudad no llega al millón de habitantes, y uno puede moverse fundamentalmente en tranvías, botes o lanchas, y buses o autos en menor grado, aunque el medio de transporte preferido de los locales es la bicicleta. Se estima que en este país hay más bicicletas que población. Debido a la cantidad de canales existentes, hay muchos puentes levadizos que permiten igualmente el transito de las embarcaciones.

Salida de lanchas de paseo. Foto del autor

Puente levadizo en Ámsterdam. Foto del autor
En Ámsterdam no radica el gobierno del país, y lo más llamativo de esta urbe es el orden existente, eso a pesar de tener un movimiento grande, sobre todo de turistas de todo el mundo.

Mercado de flores. Foto del autor
Las partes más interesantes a visitar en Ámsterdam son: el barrio Joordan, donde se ubica la casa-museo de Anna Frank, y el canal Brouwergacht; los museos Van Gogh y el Rijksmuseum o Museo Nacional de Ámsterdam, el Museo Madame Tussaud, igualmente aquí presente; el Bloemenmarkt (mercado de flores), mercado flotante de flores, la Plaza Dam, muy céntrica en Ámsterdam, donde se encuentran el Palacio Real, la Nieuwe Kerk o Iglesia Nueva, y donde comienza la calle comercial más famosa de la ciudad, la Kalverstraat; además del barrio rojo o barrio de la tolerancia, donde la prostitución y la marihuana está permitida legalmente.

La cervecería de la famosa Heineken no puede faltar. Foto del autor

Museo de cera «Mme Tussaud» en Plaza Dam. Foto del autor
En Ámsterdam fue también donde progresó la elaboración y mercado del diamante, algo que hasta el siglo XVI se había desarrollado en Portugal de manos de sefarditas, los que una vez expulsados de la península ibérica por decreto del tribunal de inquisición de la iglesia católica, se trasladaron inicialmente a Amberes y luego a Ámsterdam, donde continuaron en esta labor.

Museo del diamante. Foto del autor

Otras vistas de Ámsterdam. Fotos del autor
Fuentes
Anon. Historia de Ámsterdam. https://www.disfrutaamsterdam.com/historia
Moskovic Julio. Historia de la industria del diamante. Monografías.com. https://www.monografias.com/trabajos-pdf5/historia-industria-del-diamante/historia-industria-del-diamante.shtml
[i] Los Países Bajos se convirtieron en Monarquía a partir de 1810 con el reinado de Napoleón I
Escrito por Ricardo Labrada, 5 octubre de 2018