“El progreso es imposible sin cambio, y aquellos que no
pueden cambiar sus mentes no pueden cambiar nada.”
George Bernard Shaw (1856-1950, dramaturgo y critic irlandés)
Sencillamente triste y penoso, así se puede calificar el desempeño del equipo cubano de béisbol en el Premier 12 de 2019.
“Cuba viene a mostrar un juego dinámico, creativo y con mucha disciplina táctica”, dijo Miguel Borroto, nuevo director del equipo y uno de los supuestos remedios para la cadena de derrotas que viene eslabonando desde hace rato el equipo Cuba en béisbol. Luego en otra entrevista añadió: “Disciplina, combatividad y patriotismo son principios claves para el éxito deportivo”.
No se va a una guerra, se va a jugar béisbol, y por mucho patriotismo que se tenga, algo que no pongo en duda, si no se juega bien, no se gana. Borroto debe haber estado emocionado, de nunca haber ganado una serie nacional, de buenas a primeras fue designado para llevar las riendas de un equipo que no parecía nada nuevo y capaz de lograr la esperada clasificación para las olimpiadas de 2020.
El béisbol es un deporte muy técnico, donde hay que actualizarse cada vez más. Personalmente respeto la decisión de poner a Borroto como director, pero lamentable si se pensó que esa sería una de las soluciones.
La composición de un conjunto con peloteros que se repiten una y otra vez, de baja eficiencia en torneos regionales o internacionales, a los que se añaden aquellos que vienen del más allá y tampoco rinden en las selecciones nacionales, como son los casos de Yurisbel Gracial y Alfredo Despaigne, más lanzadores que no ganan o no rinden lo debido como Freddy Assiel y Yoani Yera, no es que le haya dado a muchos la esperanza de la victoria. Lo mismo da que sean las Series del Caribe, los Centroamericanos, los Panamericanos, lo que sea, esas nóminas no aportan nada nuevo. Así que a la pregunta de un amigo, antes de comenzar el Premier, le respondí, ojalá me equivoque, pero no pasarán.
Muy triste que en tres juegos se vayan los nuestros con par de lechadas, que no bateen un solo extrabase y que anoten una carrera de las 3 anotadas, gracias a ese invento macabro de la regla Schiller en extrainning. Sencillamente así no se puede ganar y cuando las victorias no se logran es debido a que el béisbol cubano sufre de un escandaloso atraso. Crisis es una cosa y atraso es que ya no se está al nivel que siempre se estuvo. La crisis es una situación grave que pone en peligro el desarrollo de un asunto o un proceso, mientras que el atraso es un desarrollo incompleto o deficiente con relación a sus propias posibilidades o al desarrollo alcanzado por otros países.
Si uno se traslada a las Series Nacionales de las últimas décadas, podrá ver bateadores con extraordinarios promedios ofensivos, ya es raro que el campeón de bateo de la serie nacional no esté sobre los .400. Sin embargo, salen a jugar fuera, no la ven pasar y perecen a base de ponches. A eso hay que sumar la desesperación, con marcador adverso, le hacen swing a todo, como para adivinar. Tampoco debemos dejar pasar el caso del veterano Frederich Cepeda, un hombre que brilló en el pasado a la ofensiva en varios eventos internacionales, pero que actualmente no rinde ni remotamente lo debido. Los años no pasan por gusto y mantenerlo en un equipo Cuba solo por su nombre, no tiene mucha lógica. Los lanzadores son mejores realmente, al menos varios de los escogidos, pero deben lanzar muy fino para que no les anoten carreras, ya que el respaldo ofensivo llora por su ausencia.
Volviendo a Borroto, un director de equipo, sobre todo en una serie corta, debe saber que no puede mantener una alineación que no batee. Si los cubanos-nipones, hablo de Despaigne y Gracial no bateaban, había que bajarlos pero no mantenerlos de tercero y cuarto. Un pelotero puede rendir mucho en un momento y poco después no hacer nada. Les doy un ejemplo reciente, Yandy Díaz, un bigleaguer cubano, bateó muchísimo en el juego decisivo para el comodín con el Tampa, pero después en el play off no rindió nada al bate. La solución fue sencilla, banco y sustitución por otros peloteros que lo hicieron mejor. El director Kevin Cash sabía que no había tiempo para esperar a que Yandy recobrara su bateo inicial. Sin embargo, Borroto no hizo nada al respecto, una novena sin batear y todo quedó intocable, vaya Ud. a saber qué estaba esperando. No me gusta criticar a los directores, pero ahora si es el caso.
Hay más de 100 peloteros cubanos jugando en Ligas Menores, algunos con mucha eficiencia, pero las cosas son como son y no se quieren cambiar, ya que priman otras razones que nada tienen que ver con el deporte. Una combinación de algunos de esos peloteros con otros de series nacionales podría dar el empuje requerido y ayudaría a que los que juegan en casa aprendan alguna que otra cosa nueva.
No obstante, el remedio mayor hay que buscarlo en casa, actualizar la pelota cubana, algo que no es fácil realmente, sobre todo si se quiere resolver con el mismo personal técnico de siempre. Los narradores hablan de seleccionar a los mejores peloteros jóvenes de series nacionales, buena idea, pero recuerden que el éxodo continuará y su daño sería menor si ellos pudieran posteriormente integrar las selecciones nacionales. Un pelotero podría irse legal y libremente, y luego sería elegible para integrar la selección, se habla aquí de esos tantos que juegan en Corea, Japón y México.
Se perdió en los Panamericanos de Lima (2019) y de allá para acá no se ha hecho nada que realmente empuje al béisbol cubano por la senda victoriosa que siempre recorrió hace más de una década.
Escrito por Esteban Romero, 10 noviembre de 2019