“Nadie nace odiando a otra persona por el
color de su piel, o su origen, o su religión.”
Nelson Mandela
Esta película del director Rob Reiner debiera ser retitulada al español, para ello basta con traducir el título original del inglés “Ghosts of Mississippi”, Fantasmas de Mississippi, pero no del pasado, ya que incluso en la actualidad, año 2020, siguen los problemas de racismo en la sociedad estadounidense como en otras de Europa. Por lo tanto hablar de pasado es poco real.
La trama gira sobre un hecho real, alrededor de un asesino, es de suponer miembro del KKK o de los movimientos supremacistas existentes en EE.UU., el que muy cansado con las exigencia de un activista negro del movimiento de los derechos, decide matarlo en altas horas de la noche.
Ese asesinato ocurrió en 1963, ambiente totalmente adverso para quien no fuera blanco, y donde la supuesta justicia estaba en manos de blancos, casi todos ellos tan racistas como los que practicaron el apartheid en Sudáfrica.
El racismo puede ser institucional como el indicado en Sudáfrica, pero EE.UU. tenía en aquel entonces prácticas establecidas de verdadera segregación racial. Todo lo que fuera a favor de la integración chocaba con los intereses y las formas de pensar de los que mandaban en muchos de estados de esa unión.
Aun cuando se prohíba el racismo de forma institucional, siempre queda el propio de la moral creada por los racistas, algo que no se borra fácilmente y llevará décadas de educación para poder realmente eliminarlo. Es ahí el valor de la película, ya que nos muestra como gran parte de una población piensa con respecto al racismo institucional existente en el pasado, cómo hay gente blanca que no desea que esa historia vuelva a revolverse y que no aceptan que en un momento del presente se haga la justicia que antes no existió.
He visto las calificaciones a esta peli y me llama la atención lo pobremente valorada que está, da mucho que pensar esta crítica.
Las actuaciones de Whoopy Goldberg y Alec Baldwin son sobresalientes. En términos superlativos se debe calificar la lograda por James Woods, como el típico blanco racista. Este actor logró con su interpretación provocar asco y rechazo, y otro tanto se puede decir de aquellos actores que encarnaron a los abogados defensores del blanco en el filme.
Escrito por Esteban Hernández, 28 enero de 2019, con información consultada en IMDB.com