“Los juegos nocturnos transformaron el negocio del béisbol profesional. De audiencias más pequeñas y demográficamente estrechas que asistían a los juegos diurnos, se pasó a multitudes más grandes y diversificadas de espectadores nocturnos.”
Charlie Bevis (autor de Baseball under lights- 2021)
Sucedió hace varias décadas, el 22 de diciembre de 1937, en el estadio de la Tropical en la Habana, donde tuvo lugar el primer juego nocturno de béisbol en Cuba, desafío entre el Almendares dirigido por Adolfo Luque contra el Marianao guiado por el inmortal Martín Dihigo. Debido al mal tiempo el juego no pudo tener lugar el 21 de diciembre
Antes de ese juego se hicieron varias pruebas de la efectividad de la iluminación, como para que no quedara dudas del éxito de esta nueva modalidad de juego, ya implantada en varias ciudades de EE. UU., la cual proporcionó ingresos por entradas en esos lares.
Para este juego Luque anunció al veloz Rodolfo Fernández, mientras que Dihigo se decidió por el zurdo mexicano Fernando Barradas.
Antes de pasar a las incidencias del partido es bueno recoger como fue esa primera experiencia de juego con iluminación artificial. Quienes conozcan el estadio de la Tropical, el ahora llamado Pedro Marrero, saben que su terreno de béisbol era inmenso, un jonrón allí era noticia. Por lo tanto, hacía falta un generador de electricidad potente para poder producir la energía necesaria para la iluminación, por lo que no les fue fácil a los peloteros poder realizar sus fildeos y otras jugadas. Prevaleció el esfuerzo, pero se necesitaba otro generador para que aquel juego se pareciera al que disfrutaban los norteamericanos en Nueva York y Cincinnati, por solo citar dos de las ciudades, donde tempranamente se comenzó a jugar en horarios nocturnos.
Una deficiencia fue que los fouls salían y a los defensores se les hacía imposible ver la pelota para fildearla. A los receptores se les hizo difícil su trabajo detrás del home. El recordado Fermín Guerra cometió 3 passed balls en ese juego.
Ante estas dificultades, los técnicos norteamericanos, encargados de la instalación, prometieron aumentar la potencia de luz para el siguiente juego, aparte que se traería un generador idéntico al que funcionaba en el Dyckman Oval de Nueva York. Todo eso en 24 horas, nada de para el mes o año que viene, era cuestión de horas para corregir las deficiencias observadas.
Veamos cómo se desarrolló el juego, Almendares abrió con el derecho Leon Day, un hombre consolidado en las Águilas de Newark dentro de las Ligas Negro, mientras que el Marianao lo hizo con otro derecho de Ligas Negro, Hilton Smith, uno de los pilares de los Monarcas de Kansas City. Así que nada de Rodolfo Fernández, ni de Barradas, el que, por cierto, jugó la inicial del Marianao esa noche. Los árbitros fueron el entonces joven Amado Maestri detrás del plato, con Kiko Magriñat y Puyans en las bases. El eterno Julio Fránquiz fue el anotador del juego, cuya duración fue de 2 horas y media.
Así las cosas, Day no estaba del todo en su day, pues los del Marianao le anotaron 3 en la segunda entrada, pero se compuso y lanzó hasta la séptima entrada cuando fue sustituido por el emergente José Abreu. Los azules no se amilanaron y le hicieron 2 a Smith en el sexto, pero Marianao ripostó con igual número de carreras en la parte baja de esa entrada. El Almendares volvió a la carga en el séptimo con 3 anotaciones y fue ahí que el director del equipo, Dihigo, ocupó el montículo en lugar de Smith, y así terminar con las angustias del Marianao, equipo que anotó la decisiva en el octavo inning. Day había sido sustituido por la ex-estrella del Fortuna, el derecho Silvino Ruiz, el que permitió la carrera indicada. No obstante, el Almendares volvió a la carga en la novena entrada y situó hombres en segunda y tercera con dos outs, Luque dejó batear a Silvino, hombre que siempre fue un buen bateador, y no lo defraudó al disparar línea fuerte a lo corto del jardín derecho solo fildeable por un hombre de velocidad, el jardinero derecho de los New York Cubans, Clyde Spearman. Este emotivo juego terminó con ese engarce que, según los críticos, fue de película.
El box score del juego aparece a continuación, no sin antes señalar que Silvio García fue la estrella defensiva de este juego. Intervino en diez difíciles lances y cometió un error. El jardinero central del Marianao, Ed Stone, igualmente realizó buenos fildeos, y Barney Brown se anotó dos asistencias jugando el jardín izquierdo, mientras que ofensivamente Anastasio Santaella, Fermín Guerra, Barney Brown y Javier Pérez conectaron par imparables cada uno. El afrocubano Pérez, oriundo de San Antonio de los Baños y pelotero ese año de los Grises de Homestead, conectó jonrón por el área del jardín central defendida por Rogelio “Mantecao” Linares. El juego lo ganó Dihigo y lo perdió Silvino Ruiz.
Para más detalles sobre los primeros juegos nocturnos de béisbol en varios países, se recomienda leer el artículo de este autor que aparece en las fuentes consultadas.
Fuentes
Anon. 1937. Se celebrará hoy en el Stadium el primer match de base ball nocturno. Diario de la Marina, 21 diciembre, pag. 16.
Galiana Pedro. 1937. Venció el Marianao al club de Luque en el primer match nocturno con score de 6 a 5. Diario de la Marina, 23 diciembre, pag. 20.
Romero Esteban. 2018. Los primeros juegos nocturnos de béisbol. Deportescineyotros.com, 8 agosto. https://deportescineyotros.com/2018/08/08/los-primeros-juegos-nocturnos-de-beisbol/
Escrito por Esteban Romero, 23 enero de 2022