A menudo los grandes son desconocidos o peor, mal conocidos.
Thomas Carlyle
Por Esteban Romero
Entre las grandes estrellas del bateo cubano de todos los tiempos, el jardinero Alejandro Crespo ocupa un espacio importante. Crespo fue un bateador derecho de consistencia y promedio ante un pitcheo de la calidad del que predominaba en la liga profesional cubana. Su bateo en Cuba, en las Ligas Negro y en México fue impresionante. Parte de los datos que aparecen aquí provienen de afirmaciones del Sr. Jesús Alberto Rubio, presidente del Salón de la Fama del Béisbol Mexicano y quien es un profundo conocedor y admirador de la pelota cubana.
Crespo nació el 26 de febrero de 1915 en Güira de Melena, municipio entonces de la provincia de La Habana. A poca edad quedó huérfano de padre y fue adoptado por un hombre blanco. Antes de comenzar su carrera en la pelota profesional, su familia se trasladó a vivir a la capital y se integró al Octavio Regimiento de las Fuerzas Armadas del país, con quienes comenzó a jugar pelota formalmente.
Como pelotero jugó en las escuadras semiprofesionales del Boston Bulls, Guanajay Stars (llamado también Alas de Oro) y Regimiento 8.
En 1939-40 Alejandro debutó con el Cienfuegos en la liga profesional cubana, y ya desde ese entonces discutió el título de bateo con el manzanillero Tony Castaño, que logró el título. Crespo se quedó en .339 y Castaño de los Leopardos de Santa Clara en .340. En esa temporada Alejandro disparó 60 hits e impulsó 28 carreras. Méritos le sobraron para haber sido el novato del año, pero todavía entonces ese premio no existía. El primer novato del año tuvo lugar en la temporada de 1942-43 y se lo llevó un grande de la antesala, probablemente el mejor defensivamente en esa posición, el oriundo de Alquizar, Héctor Rodríguez.
Para que se tenga una idea de la pelota y los peloteros de aquellos tiempos, veamos que el tercer mejor bateador de la temporada de 1939-40 lo fue Willie «El Diablo» Wells del Almendares con .328 de promedio. Le siguió Santos “Canguro” Amaro de los Leopardos con .326, los peloteros de las Ligas Negro, el torpedero Sam Bankhead (.321), Ray «Talúa» Dandridge (.310) del Cienfuegos, y el reglano Gilberto «Jibarito» Torres (309) del Habana.
La siguiente temporada fue una demostración de clase de Crespo, fue segundo en hits conectados con 57 y en impulsadas con 29, empatado en este departamento con el matancero Roberto “Tarzán” Estalella, además de quedar como líder jonronero con 3. Crespo hizo alarde de velocidad en esa temporada, no era solo fuerza y tacto al bate, sabía correr, y quedó de líder en bases robadas arrebatando el trono a un hombre que no corría, volaba, James “Cool Papa” Bell, miembro del Salón de la Fama, que durante temporadas jugara en Cuba como su segunda casa.
En 1940 los Rojos de Cincinnati vinieron a entrenar a Cuba, ocasión que se aprovechaba para que los peloteros cubanos toparan con lo mejor de las Mayores, práctica que se detuvo desde 1960 y que hasta 2015 no se ha reanudado. Alejandro vino a integrar el equipo cubano que se enfrentaría a los rojos, y como sucede siempre, hay alguno que erra. Eso fue exactamente lo que le pasó a Alejandro, perdió un batazo en el sol de la Tropical, el batazo se convirtió en triple y ya saben. Llegó la sexta entrada de ese juego y los lanzadores no conocían a Crespo, ni siquiera se imaginaban la clase de poder de este pelotero. El lanzador del Cinci le sirvió su segunda pelota y Crespo la puso a viajar en condiciones. Hay quien dice que pasó los 500 pies, sea como sea fue un señor batazo, un jonronazo. Recordemos que el más largo conectado en el parque de la Tropical lo logró Claro Duany el 26 de octubre de 1946, pelota que se llevó la segunda cerca y la cual se dice que nunca se encontró. Volviendo al jonrón de Crespo, éste le dio la victoria al equipo Cuba dirigido por ese sabio del pitcheo y de la dirección, Adolfo Luque, el conocido Papa Montero. En esa serie Alejandro se fue de 13-5 para promedio de .385.
En la temporada de 1942-43 Crespo pudo apoderarse del título de bateo por primera vez, .337, y el de hits con 63. Su poder se expresaba por los continuos lideratos en dobles conectados, algo que alcanzó en 1941-42, 1942-43 con 12, respectivamente, y 11 en 1943-44. En la temporada de 1944-45 fue líder en impulsadas con 29, título que repitió en la temporada siguiente con 35, además de llevarse el premio de Más Útil cuando su equipo, Cienfuegos, se coronó campeón, bajo la dirección del maestro Adolfo Luque.
Su segundo título de bateo fue logrado en la temporada de 1948-49, ya en ese entonces se jugaba en el Gran Stadium del Cerro.
Que nadie piense que Alejandro era bate y velocidad nada más, sería injusto no hablar del poderoso brazo que poseía y que la ponía en la base apropiada en el momento justo.
Alejandro siguió haciendo de las suyas en los enfrentamientos contra las escuadras norteamericanas de Grandes Ligas. En 1942 se la hizo a los Dodgers en la Tropical cuando el gran zurdo Agapito Mayor les ganaba, pero el joven torpedero Pee Wee Reese sonó batazo largo por el jardín izquierdo que montó en bicicleta a Alejandro para finalmente hacer un engarce de película y garantizar la victoria cubana. Según los que vieron el fildeo, el cuerpo de Crespo quedó balanceándose horizontalmente como si fuese un “cachumbambé”, así estuvo unos segundos sin soltar la pelota (Zerpa 2013).
Crespo se mantuvo jugando con el Cienfuegos hasta la temporada de 1950-51 cuando fue canjeado al Habana. Realmente su producción ofensiva ya comenzaba a decaer desde las temporadas de 1949-51. Con los Leones de Miguel Ángel González se mantuvo hasta la temporada de 1952-53, equipo con el que logró participar en su única Serie del Caribe en Panamá, 1952, y jugó finalmente con los Tigres de Marianao en 1953-54.
Crespo fue líder en dobles en 5 temporadas, cuatro veces en carreras empujadas, dos veces en hits, dos en promedio ofensivo, una en triples, una en jonrones, una en robadas y una en carreras anotadas. Su único defecto, así lo reconoce Baseball-reference, era que no que no era muy apto a recibir bases por bolas.
De por vida, quedó cuarto en apariciones al plato con 2 886, segundo en carreras impulsadas en la liga profesional cubana, con 415 carreras, fue primero en dobles con 130 (empatado con Héctor Rodríguez), cuarto en hits con 794, quinto en triples con 39 (empatado con Cristóbal Torriente), y sexto en carreras anotadas con 352. Sin lugar a dudas, un bateador respetado por los lanzadores rivales en la liga de béisbol invernal cubana, en su época la mejor del Caribe.
Fuera de Cuba Alejandro hizo de las suyas con su ofensiva. En las Ligas Negro jugó en dos temporadas, siempre con los New York Cubans de Alejandro Pompez. En 1940 Alex bateó para promedio de .255, e hizo el equipo del Este al juego de las estrellas del Oeste vs Este. En ese juego entró como emergente por Ed Stone en el sexto capítulo, luego se quedó jugando el jardín izquierdo y logró disparar un triple en su segunda vez al bate, con anotada e impulsada a su cuenta. En esta liga, en 1946, bateó para astronómico promedio de .429 producto de 26 hits en 62 veces al bate, solo segundo del inmortal Josh Gibson.
En México, le llamaban Villanazo o Filete, y era mucho el daño que le hacía a los lanzadores rivales. Crespo llegó en 1941 a México y bateó para promedio de .361 con 14 triples, 90 carreras anotadas y 86 impulsadas jugando para los Algodoneros de Torreón. En esa temporada fue líder en dobles con 36. En la siguiente temporada bateó para promedio de .332 con 50 impulsadas para el Torreón. En 1945 jugó para los búhos de Nuevo Laredo, donde promedió .311 con 10 triples, 79 impulsadas y 84 carreras anotadas. En 1950 jugó para el Águila de Veracruz, donde conectó 25 hits en 78 vb, con 4 dobles, dos jonrones y 10 anotadas. Finalmente, en 1951, jugó su última temporada en México, de nuevo con el Veracruz, donde bateó para .301.
Según reporta Gilberto Dihigo, el gran Crespo bateó 8 hits el domingo 26 de julio de 1953 en doble juego efectuado en el Estadio de La Normal en Santo Domingo contra el Escogido. De esos imparables, dos fueron jonrones, un triple, un doble y el resto sencillos. De hecho fue el primer pelotero que logró batear la escalerita en la pelota dominicana.
Después de su retiro del béisbol activo, más nunca se supo de Alejandro Crespo. No recuerdo a ningún narrador-comentarista de Series Nacionales que mentara su nombre. Pasaron los años y el olvido se impuso, algo muy similar a lo que ocurrió con Silvio García. Se afirma que Crespo había muerto en 1980 en el actual hospital de 10 de Octubre, antigua Dependiente, en la Habana, pero ha sido hasta ahora imposible saber la fecha exacta de su fallecimiento.
Bibliografía consultada
Baseball reference. http://www.baseball-reference.com/bullpen/Alejandro_Crespo
Desde mi palco de fanático. https://desdemipalcodefanatico.wordpress.com/jugadores/alejandro-crespo/
Dihigo G. Crespo: un jardinero espectacular. http://dihigo.blogspot.com/2012/02/crespo-un-jardinero-espectacular.html
Figueredo S. 2003. Cuban Baseball- A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Co., Inc. Publishers, Jefferson, Nort Carolina and London, 544 p.
Rubio J.A. Alejandro Crespo. Deportes Notituh. http://deportesnotitux.blogspot.com/2008/11/alejandro-crespo.html
Zerpa B. 2013. Historia del Béisbol Profesional Cubano. http://www.beisbologo.com/2013/08/31/historia-del-beisbol-profesional-cubano/