Recuerdos del primer campeonato mundial de boxeo amateur, La Habana 1974

Tienes que saber que puedes ganar.
Tienes que creer que puedes ganar.
Tienes que sentir que puedes ganar
.”
Ray “Sugar” Leonard.

Hace unos días veía la película “Million dollar baby (2004)” y me hizo de alguna forma recordar el I Campeonato Mundial de Boxeo, el que se efectuó en agosto de 1974 en la Habana, por lo que me decidí a escribir y rememorar aquel evento.

Según he podido leer, antes de ese campeonato se discutió la posibilidad de un campeonato solo con aquellos boxeadores triunfantes de eliminatorias previas o de realizar el campeonato con equipos de países, los que podían ser completos o no. La segunda versión fue la que venció, que era la propuesta de la Habana y apoyada por los entonces países socialistas.

También a Cuba le correspondió organizar este primer campeonato, entiendo que muy merecido. La isla siempre ha sido una productora de boxeadores de calidad. Varios campeones mundiales profesionales eran cubanos, al prohibirse el boxeo rentado en el país, muchas figuras se adaptaron al boxeo amateur. Por un lado estaba la escuela cubana presente, muy profesional, a la que se unió la escuela de los soviéticos, aquella de das y  no dejes que te peguen. No obstante, se puede decir que de la combinación de ambas escuelas surgió un híbrido muy productivo de nuevos campeones amateurs, un estilo de boxeo a lo cubano.

La Habana había dado la primera señal de calidad en boxeo amateur cuando llevó a dos púgiles a la final en las Olimpiadas de México. En la división de 60-63.5 estuvo el santiaguero Enrique Regueiferos, quien se enfrentó al polaco Jerzy Kulej, quien derrotó al cubano en una reñida pelea, mientras que otro santiaguero, Rolando Garbey, fue a la final de los 67-71 kg, con un rival muy superior al cubano, el soviético Boris Langutín, quien venció claramente el combate. Fueron dos medallas de plata que dieron la clarinada de lo que se avecinaba en los siguientes períodos olímpicos.

Cuatro años después, en Munich, Orlandito Martínez, en la división de 51-54 kg, logró medalla de oro enfrentándose al mexicano Alfonso Zamora en la final. Era la primera medalla de oro del boxeo cubano en juegos olímpicos. Poco después Emilio Correa vencía inobjetablemente al húngaro János Kajdi en la división de los welter. Gilberto Carrillo no pudo ante el empuje y pegada del croata Mate Parlov, y fue vencido antes de llegar al final del combate, pero Teófilo Stevenson se ciñó la corona de los pesados cuando el rumano Ion Alexe no se presentó a combate. Stevenson había derrotado por la vía rápida al norteamericano Duane Bobick y luego al alemán Peter Hussing, así que la corona bien ganada estaba. Otro cubano se alzó con el bronce en su división, Douglas Rodríguez (48-51), para que Cuba totalizara 3 de oro, 1 de plata y 1 de bronces,  y se llevará el título de campeones del boxeo en estas olimpiadas.

Con lo anterior está claro que Cuba merecía bien la sede de este evento mundial y que la calidad del mismo, sobre todo en lo que competencia se refería estaba garantizada.

Este campeonato mundial se efectuó en los días del 17 al 30 de agosto de 1974 en la Habana. Entre los favoritos estaban las escuadras soviéticas, polacas, húngaras y, por supuesto, la cubana. No obstante, se sabía que otros países podía venir con figuras de alta calidad, como era el caso de Yugoslavia, Francia, México, Venezuela y Puerto Rico, sin excluir a los americanos, país que goza de una buena tradición en este deporte.

Una pelea de las primeras de este campeonato fue la del cubano Jorgito Hernández contra el campeón olímpico, Gyorgy Gedo, que salía como lógico favorito en la división de los 48 kg. Jorgito no creyó en su rival y le dio bonita batalla en una pelea de verdadero boxeo de ambas partes y que recuerdo como la mejor de ese torneo. Gedo boxeaba a la zurda y tenía un estilo muy bonito de boxeo, pero Jorgito, una estrella en ascenso, no se amilanó y le dio tremendo combate al húngaro para llevarse la victoria unánimemente.  Con este triunfo el cubano se erigió como el nuevo favorito y no decepcionó a la afición de su país y provincia, venció inobjetablemente a Stephen Muchoki en la final de esta división para alzarse con la medalla de oro.

En los 51 kg estaba el fajador oriental cubano Douglas Rodríguez, hombre que no daba tregua a sus adversarios, lo hacía hasta con la mano lesionada, como sucedió en Munich 1972. A la final llegó contra un viejo adversario, otro gran boxeador, Alfredo Pérez de Venezuela. Aquella pelea fue de campana a campana y ninguno de los dos púgiles dio tregua en los nueve minutos de combate. Fue una pelea reñida y si los árbitros hubieran visto ganar al venezolano, creo que nadie se habría opuesto. Hay peleas donde no se sabe a ciencia cierta quién la ganó y esta fue una de ellas. Douglas se llevó la de oro, la segunda de Cuba en el evento. Douglas ya murió pero el recuerdo de sus peleas queda en la memoria de los que le vimos boxear.

En los 54 kg Cuba venía con el experimentado Jorge Luis Romero, hombre de buen alcance, con fuerza y habilidades para dar buenas peleas. Jorge Luis logró vencer al difícil David Torosián para asegurar la plata. El armenio-soviético tenía un estilo escurridizo, entraba, daba y salía corriendo para cansar a su adversario, bajaba la guardia y era para invitar a su contrario a pelear, pero luego le daba y volvía a salir. Jorge Luis no cayó en la trampa del soviético, sus golpes fueron contundentes y certeros, y si Torosián quería bailar, pues lo hizo pero con melodía cubana. Jorge Luis se había ganado las simpatías de los aficionados con su pelea combativa y decidida, pero le tocaba chocar con un tren boricua llamado Wilfredo Gómez. La pegada del bazooka puertorriqueño fue mucho para Jorge Luis, realmente el cubano salió vencido de calle y cayó redondo en el segundo asalto de este combate. Daba lástima ver a Jorge Luis vencido, luchó por la medalla como el que más, pero la calidad del boricua era indiscutible, no en balde se coronó campeón mundial profesional en 1977 al vencer al local Dong Kim Yium en la misma Corea del Sur. He leído con pena que Jorge Luis padece Parkinson, la misma enfermedad que afectó al gran Muhammad Ali.

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Las cuatro primeras doradas, Jorge Hernández, Douglas Rodríguez, Emilio Correa y Rolando Garbey

Los EE.UU. lograron su primera medalla cuando Howard Davis venció al soviético Boris Kuznetsov en los 57 kg. Aquí Cuba se llevó una de las de bronce en los puños de Mariano Álvarez. Los soviéticos, por su parte, ganaron la de oro en los 60 kg cuando Vasili Simonin venció al rumano Simion Cutov. Nuevamente Cuba se llevó otra de bronce con el boxeo de Luis Echaide.

En los 63.5 kg no hubo glorias para Cuba, Enrique Regueiferos, subcampeón olímpico en los juegos de México 1968, fue derrotado en su primer combate, lo que marcó prácticamente el retiro de este oriental del boxeo. Uganda se llevó la de oro con Ayube Kalule enfrentado con el búlgaro Vladimir Kolev. El cubano hace un tiempo que murió.

Llegaron los welter, 67 kg, donde Cuba venía con su campeón olímpico Emilio Correa, el hombre de las ráfagas de golpes al abdomen adversario. Correa paseó la distancia pero llegado al combate final venía picado debido a unos comentarios innecesarios de parte de su rival norteamericano, Clinton Jackson. Realmente hay que felicitar al estadounidense por el poder de asimilación que tuvo en el tercer asalto de esa pelea, Correa lo arrinconó contra una esquina y descargó sus acostumbradas ráfagas. Jackson había pronosticado que noquearía al cubano y el que salió casi noqueado fue el alardoso en cuestión.

En la división de los 71 kg se presentaba el subcampeón olímpico de México 1968, el cubano Rolando Garbey, un hombre que se caracterizaba por dar y no recibir, era un verdadero estilista. Su oponente en la final fue el venezolano Alfredo Lemus, hombre al que conocía y que le había resultado siempre difícil vencer. La pelea fue tan reñida como la de Douglas y Alfredo Pérez, pero personalmente si vi ganar al cubano esta vez. Uganda se llevó aquí una de bronce en los puños de Joseph Nsubuga y el otro bronce fue para el soviético Anatoli Klimanov.

En los 75 kg Cuba se presentó con el pegador santiaguero Alejandro Montoya, pegaba durísimo pero su poder de asimilación era pobre realmente. Montoya se enfrentó en su primera y única pelea contra el alemán oriental Bernd Wittenburg. En los dos primeros minutos de aquel combate Montoya le dio al alemán con todo, lo derribó dos veces, pero no lo supo rematar para lograr la victoria en ese mismo primer asalto. Wittenburg se recuperó y logró ir remontando la ventaja de Montoya, quien en el tercer round ya estaba más que cansado. El veredicto fue de 4-1 a favor del alemán, pero debió haber sido 5-0 a favor del europeo. Montoya se coronó campeón panamericano en México 1975, pero después su lugar lo ocupó otro púgil más exitoso, el tunero José Gómez.  En esa división el campeón fue el soviético Rufat Riskiev quien derrotó al rumano Alec Năstac. Wittenburg logró bronce al igual que Dragomir Vujokovic de Yugoslavia.

Mate Parlov venía como favorito en los 81 kg, era lógico como campeón olímpico que era, pero esta vez la pelea con el cubano Gilberto Carrillo fue la segunda para ambos. Carrillo le había ganado por KO al búlgaro Milan Kalinov en su primera pelea. Aquello fue una batalla campal de ambas partes, realmente nunca había visto en peleas amateurs que dos rivales se hubieran dado golpes como en esta. Carrillo tenía una pegada fantástica, muchos decían que era mejor de la que tenía Stevenson. Parlov tenía un martillo por mano, Carrillo derribó dos veces a Parlov, en una de esas el croata por poco no se levanta, pero se levantó y tumbó al cubano cuatro veces. El veredicto final fue cerrado 3-2, personalmente vi al croata ganar bien y mereció mejor decisión. Parlov finalmente se llevó la de oro al vencer al soviético Oleg Korotayev. Una de las medallas de bronce se la llevó el entonces joven norteamericano Leon Spinks, que años más tarde se coronara campeón mundial profesional en los pesos pesados. Parlov murió en 2008.

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Gilberto Carrillo a la derecha de Mate Parlov con los bronces de Isaac Khouria-y Janusz Gortat en la premiacion en Munich 1972

En más de 81 kg la estrella era el cubano Teófilo Stevenson, todos querían verle pelear y noquear. La pelea final fue contra el norteamericano Marvin Stinson. Al parecer el estadounidense dijo algo antes de la pelea, esos alardes son muy usuales en el boxeo profesional, venía de haberle ganado al yugoslavo Rajko Miljić en las semifinales, los Balcanes, mientras que Stevenson le había ganado al nigeriano Fatai Ayinla. Sin discusión Stinson le hizo oposición al cubano, pero la victoria fue para Stevenson ampliamente.

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Teófilo Stevenson

Cuba ganó 5 de oro, 1 de plata y 2 de bronce para coronarse campeón de este I campeonato mundial. Es un recuerdo grato ver tantos cubanos ganar o pelear bien. Son cosas que no se olvidan y permanecen en nuestra memoria.

Fuentes consultadas

Padrón Lemay. 2014. Mundiales de boxeo: La Habana dio el disparo de arrancada. Cubasi.cu. http://cubasi.cu/cubasi-noticias-cuba-mundo-ultima-hora/item/30923-mundiales-de-boxeo-la-habana-dio-el-disparo-de-arrancada

Anon. Boxeo aficionado – Campeonato Mundial masculino 1974 – Resultados Hombres. Los Deportes Info. http://www.los-deportes.info/boxeo-aficionado-campeonato-mundial-masculino-resultados-1974-hombres-epm36667.html

Anon. Marvin Stinson. https://de.wikipedia.org/wiki/Marvin_Stinson

Escrito por Esteban Romero, 7 setiembre de 2016

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