José Martí sobre la mujer

José Martí

José Martí

«La igualdad de las mujeres debe ser un componente central en
cualquier intento para resolver los problemas sociales, económicos y políticos«.
Kofi Annan

Hoy, 8 de marzo, sigue cobrando vigencia la lucha por la emancipación de la mujer en la sociedad, por la igualdad con el hombre en los derechos fundamentales, y en la lucha con la tan generalizada violencia de género, que anualmente se cobra la vida de miles de mujeres salvajemente asesinadas por sus parejas.

En muchos lugares del mundo las mujeres, aparte de no tener casi derechos humanos, son maltratadas e incluso no pueden hacer actividades que normalmente las realizan los hombres. No faltan tampoco los entes religiosos, ultraconservadores, que niegan aún la igualdad del hombre y la mujer.

El héroe nacional cubano José Martí, dentro de sus múltiples escritos, dedicó particular atención al asunto de la mujer. Por eso, en un día como hoy, reproducimos a continuación algunos de sus pensamientos o de partes de alguna de sus tantas poesías sobre esta cuestión.

José Martí junto a su esposa, Carmen Zayas Bazán y su hijo

José Martí junto a su esposa, Carmen Zayas Bazán y su hijo

“De lo feo del mundo se busca alivio en la mujer, que es en el mundo la forma más concreta y amable de lo hermoso”.

«En los Andes puede estar el pedestal de nuestra libertad, pero el corazón de nuestra libertad está en nuestras mujeres”.

“Toda madre debiera llamarse Maravilla”.

«La mujer, de instinto, divisa la verdad, y la precede».

“Sin sonrisa de mujer no hay gloria completa de hombre”

«Si la educación de los hombres es la forma futura de los pueblos, la educación de la mujer garantiza y anuncia los hombres que de ellas ha de surgir».

“La mujer no es como nosotros, sino como una flor, y hay que tratarla así, con mucho cuidado y cariño, porque si la tratan mal, se muere pronto, lo mismo que las flores”.

“¿Qué será de los hombres, el día en que no puedan apoyar su cabeza en un seno caliente de mujer?”

“Las campañas de los pueblos sólo son débiles, cuando en ellas no se alista el corazón de la mujer, pero cuando la mujer se estremece y ayuda, cuando la mujer, tímida y quieta de su natural, anima y aplaude, cuando la mujer culta y virtuosa unge la obra con la miel de su cariño, la obra es invencible”.

 “¿De mujer? Pues puede ser
Que mueras de su mordida;
¡Pero no empañes tu vida
Diciendo mal de mujer!”

 Escrito por Ricardo Labrada, 7 marzo de 2017

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