“Cuanto más difícil es la victoria,
mayor es la felicidad de ganar.”
Pelé (futbolista brasileño, 1940)
Fueron un total de 22 peloteros cubanos los que jugaron en la temporada de 2017 en la MLB. El propósito de este artículo es el de dar una idea de lo que hizo cada uno de ellos, sus méritos y los problemas que confrontan algunos en su juego en el nivel más alto del béisbol a nivel universal.
Yasmani Grandal jugó en 129 juegos, casi siempre como receptor regular, pero llegado el mes de setiembre fue como si el cubano no existiera más al bate, al extremo que perdió la titularidad con Austin Barnes, hombre que mascoteando no es de lo mejor, incapaz de fildear correctamente los foul flies, los torea, pero que ha bateado más que Grandal. En resumen, el cubano bateó 108 hits en 438 veces al bate, promedio de .247 (el máximo alcanzado en su carrera en las Mayores), donde se incluyen 27 dobles y 22 jonrones (5 menos que en 2016), con 58 impulsadas (14 menos que en 2016). Grandal fue el receptor que más se ponchó en la MLB de 2017, en total 130 veces (14 más que en 2016) y recibió 40 bases (24 menos que en 2016). Defensivamente logró capturar a 21 hombres robando y 44 resultaron ilesos en esos intentos comparado con la temporada anterior, a Grandal le robaron 59 bases y capturó a 24. Lo peor es su ritmo ascendente de passed balls, en 2014 cuando era parte de los Padres, el cubano cometió 12 PB, líder en la Liga Nacional, en 2016 cometió 10, nuevamente líder, ahora en 2017 fueron 16. No ha habido mejoría defensiva, es como si en algunos momentos le faltarán los debidos reflejos. En el mes de setiembre le vimos cometer un error imperdonable en extrainning, Justin Turner fildeó la bola en tercera y tiró con tiempo suficiente a home para sacar al pelotero que significaba la victoria del conjunto rival, la pelota le dio en la parte derecha del pecho a Grandal y la carrera entró. En el play off y serie mundial casi no jugó, fue 8 veces al bate y no bateó de hit. Así que este pelotero natural de Güira de Melena tendrá tareas importantes por delante, mejorar su contacto con la pelota a la hora de batear y mejorar también su mascoteo detrás del plato.
Kendrys Morales es el pelotero cubano activo más viejo en las Grandes Ligas. Debutó en 2006 y ahí se mantiene, ya desde hace unas temporadas como designado en varios equipos. Esta temporada de 2017 con los Azulejos de Toronto, la que no ha sido de las más productivas que haya tenido. Terminó en .250, bateó 139 hits (25 dobles y 28 jonrones) en 5567 veces al bate, con 85 impulsadas. Realmente uno siempre espera algo más de Kendrys, que es cierto que tuvo juegos en los que rompió la bola como de costumbre, pero en otros se vio apagado. Esperemos que en la próxima temporada veamos a un Kendrys de mejor promedio ofensivo como de costumbre.
José Dariel Abreu bateó para promedio de .304 producto de 189 hitsen 621 veces al bate. Fue un bateador de poder y de tacto. Disparó 33 jonrones, tercera temporada que lograba con 30 o más jonrones, 43 dobles y 6 triples, ocupó el quinto lugar en extrabases conectados (82) en las Mayores y el segundo en la Liga Americana, empujó 102 carreras, cuarta temporada consecutiva en la que logra 100 o más carreras impulsadas. Pito Abreu se ausentó de juego solo en 6 ocasiones, lo cual indica la laboriosidad de este gran pelotero. Defensivamente su promedio como inicialista fue el mismo que en 2016, .993, cometió 8 errores en 1221 lances y participó en 130 doble matanzas. Su factor de rango como inicialista fue el mejor de la Liga Americana, 9.12.
Yulieski Gurriel, en su primera temporada completa, bateó para .299 derivado de 158 hits en 529 veces al bate. Entres sus hits se incluyen 43 dobles, 1 triple y 18 cuadrangulares, con 75 impulsadas. Gurriel jugó 139 desafíos, o sea estuvo ausente en 23 ocasiones de la alineación de su equipo. Defensivamente en la inicial cometió 8 errores y promedió .993 en 1089 lances. Su bateo en la post temporada fue realmente impresionante, promedió .304, conectó 21 incogibles en 69 veces al bate, incluido 7 dobles, 1 triple y 2 jonrones, además de impulsar 8 carreras.
Yonder Alonso jugó 100 partidos con los Atléticos de Oakland y 42 para los Marineros de Seattle. Su promedio final fue de .266 producto de 120 hits en 451 veces al bate, donde se incluyen 22 dobles y 28 jonrones, con 67 impulsadas. Yonder comenzó la temporada a todo tren y llegó a liderar la liga americana en jonrones e impulsadas en sus inicios. Prácticamente llegado al jonrón 22 fue como si el habanero se hubiera apagado y en lo adelante fue uno más. Con los Marineros alternó en la inicial con el cubano-americano Danny Valencia. A la defensa promedió .990 producto de 10 errores en 1037 lances.
Yoan Moncada jugó en 54 partidos, bateó para discreto .231, conectó 46 hits en 199 veces al bate. Entre sus extrabases están 8 dobles, 2 triples y 8 jonrones, con 22 impulsadas. Moncada robó 3 bases y fue capturado en 2 ocasiones. Lo peor de su desempeño ha sido sus continuos ponches, un total de 74 y 29 bases por bolas. Su promedio de fildeo fue de .966, con 8 errores y participación en 29 doble matanzas. Moncada debe mejorar su contacto con la pelota, es menester de poncharse menos y producir más incogibles. Los Medias Blancas esperan mucho de él ya en la temporada de 2018.
Yunel Escobar participó en 89 encuentros, estuvo buena parte de la temporada lesionado. Conectó 96 hits en 457 veces al bate, que se tradujo en un promedio .274, por debajo de los alcanzados en las temporadas de 2015 y 2016 cuando bateó ampliamente sobre los .300. Los extrabases conectados fueron 20 dobles, 1 triple y 7 cuadrangulares, con 31 impulsadas. Para ser primer bate al inicio de la temporada, su velocidad no fue la mejor, robó una sola base y fue capturado 4 veces. Más tarde Mike Scioscia lo llevó al cuarto turno, lo que coincidió con la lesión de Mike Trout, el tercer bate usual del equipo. Defensivamente en la antesala no es que haya brillado, tanto en 2016 como en 2017 sus promedios han sido bajos .937 y .938, con 19 y 12 errores, respectivamente.
Adonis García corrió igual suerte que otros peloteros cubanos al estar aquejado por lesión buena parte de la temporada de 2017. Su ofensiva fue la peor de sus tres temporadas en la Liga Nacional, promedió .237, con 4 dobles y 5 jonrones, 19 impulsadas. Esperemos que en la próxima temporada pueda tener un mejor desempeño.
Yandy Díaz fue el único debutante cubano en las Mayores en esta temporada 2017. A decir verdad no tuvo suerte y su manager, Terry Francona, no tuvo paciencia con él en la antesala. Francona se decidió por el colombiano Giovanny Urshela, el que batea menos que Yandy. El cubano inició la temporada jugando la tercera base de los Indios, el dominicano José Ramírez pasó a defender la segunda base reemplazando al regular Jason Kipnis por lesión. El bateo de Yandy fue de promedio, chocaba la bola dirigiéndola casi siempre por la banda contraria, y su defensiva fue aceptable. Sin embargo, Francona optó por Urshela, quien en 156 veces al bate conectó 35 hits (7 dobles y 1 jonrón), muy lejos de lo bateado por Yandy, 156 veces al bate, 41 hits (8 dobles y 1 triple), promedio de .263, con 13 impulsadas. El cubano fue bajado con la llegada de Kipnis, luego subido por la ausencia del jardinero izquierdo Michael Brantley, nuevamente descendido y al final de temporada subido. Yandy, por su parte, jugó su pelota, bateó en la Liga Internacional lo suficiente para llevarse el liderato de los bateadores, 108 hits (17 dobles, 1 triple y 5 jonrones) en 309 veces al bate, 60 bases y 56 ponches, algo que no todos logran alcanzar, más bases que ponches, promedio de .350. Francona no llevó al cubano al play off, en su lugar optó por llevar al mencionado Urshela y al dominicano Erik González. Bien harían los Indios en canjear a Yandy para que pueda jugar en otro conjunto de forma regular.
José “Candelita” Iglesias jugó buena parte de la temporada como regular del SS de los Tigres, en total 130 juegos, su promedio de bateo fue de .255, idéntico promedio al registrado en 2016. Conectó 118 hits en 463 veces al bate, incluido 33 dobles, 1 triple y 6 jonrones, con 54 empujadas. Su promedio defensivo fue alto, .987, pero ligeramente inferior al registrado en la temporada anterior (.991), cometió 7 errores, dos más que en 2016, y participó en 83 dobles plays, nueve menos que en la temporada anterior. Sin embargo, se debe recalcar, Candelita ha tenido los dos mejores promedios defensivos en la Liga Americana en las dos últimas temporadas y es difícil asimilar que no haya sido incluido en la lista de candidatos al Guante de Oro.
Adeiny Hechavarría jugó solo en 97 partidos, buena parte de la temporada la pasó en la lista de lesionados mientras formaba parte de la nómina de los Marlins, al solo participar en 20 juegos de este equipo. Posteriormente fue canjeado al Tampa por dos peloteros ligaminoristas. Con el Tampa tuvo un desempeño algo mejor. Ofensivamente promedió .261 producto de 86 incogibles, entre ellos 14 dobles, 5 triples y 8 jonrones, con 30 impulsadas. Su bateo, aunque en un número limitado de juegos, fue superior al .231 registrado en la temporada de 2016. Defensivamente promedió .989, con los Marlins su promedio fue de 1000 exactamente. Cometió solo 4 errores y participó en 46 dobles matanzas, que lo mantiene entre los 10 mejores torpederos en las 3 últimas temporadas en este departamento.
Las cosas anduvieron peores para el villareño Aledmys Díaz, el que en la temporada de 2016 bateó lo suficiente para hacerse dueño de la posición del campo corto de los Cardenales e incluso discutir el novato del año en la Liga Nacional, premio que finalmente se lo llevara el torpedero de los Dodgers, Corey Seager. En ese año Aledmys bateó para promedio exacto de .300 y participó en 111 desafíos. El cubano disparó entonces 48 extrabases incluido 28 dobles, 3 triples y 17 jonrones. A la defensiva cometió 16 errores y participó en 68 doble matanzas, finalizando con promedio defensivo de .961. En la de 2017 las cosas fueron de forma diferente ofensivamente y eso le llevó a que lo bajaran a las menores. Aledmys jugó 79 partidos y bateó para promedio de .259 con solo 24 extrabases, de ellos 17 dobles y 7 jonrones. Defensivamente jugó 68 partidos en el campo corto y cometió 6 errores, con promedio de .974. Su labor en la Liga de la Costa del Pacífico fue realmente modesta, bateó para .259 en 46 partidos, conectó 9 dobles, 1 triple y 4 jonrones. Aledmys es capaz de jugar todas las posiciones del infield, pero su valor añadido se lo da su ofensiva, por lo que es menester que la misma logre situarse al mismo nivel alcanzado en la temporada de 2016 para así llegar a jugar regularmente sea en el campo corto, como segunda o tercera base.

Aledmys Díaz
Yasiel Puig tuvo este año una recuperación ofensiva. Recordemos que este pelotero oriundo de Palmira logró OPS de .925 y .863 en sus dos primeras temporadas en las Mayores, o sea 2014 y 2015, mientras que este año, aún con recuperación, solo llegó a .833. El aspecto más positivo de su bateo fue su paciencia al bate, ya que recibió 64 bases por bolas en 152 juegos. Es cierto que se ponchó 100 veces, pero esas cifras aproximadas las lograba en menos desafíos en las temporadas precedentes. Por primera vez Puig superó los 20 jonrones, en total 28, además de 24 dobles y 2 triples, con 74 empujadas, que viene a ser su máximo en una temporada en las Mayores. El promedio ofensivo fue de .281, el cual estuvo por debajo de .319 y .296 alcanzados en 2014 y 2015, respectivamente. Otro aspecto negativo fue que bateó 23 veces para doble matanza, el tercero en ese aspecto en la Liga Nacional en 2017. Defensivamente volvió a brillar con fildeos de maravillas y con un brazo que todos conocen, al cual ya los corredores no se atreven a retar. Puig con promedio de .996 defensivo fue el cuarto dentro de los jardineros y segundo de los jardineros derechos en la Liga Nacional, por lo que con razón fue incluido entre los candidatos al Guante de Oro y el que suscribe no vio que el agraciado Jason Heyward realmente le haya superado a la defensiva. Asistió a su primera serie mundial, donde su equipo se quedó corto al perder 4-3 la serie contra los Astros. En el primer enfrentamiento contra el Arizona en el play off bateó para astronómico .455 con 4 impulsadas, contra los Cachorros por el título de la Liga Nacional registró .389 incluido jonrón aunque solo 2 impulsadas. En la serie mundial su promedio fue bajo, solo .148, pero logró disparar batazos en momentos claves para su equipo, entre ellos 2 jonrones y 4 impulsadas.
Guillermo Heredia, en su segunda temporada en la Liga Americana, logró jugar en 123 desafíos de su equipo, los Marineros de Seattle, donde tuvo un buen inicio pero luego en la medida que el campeonato avanzaba, su ofensiva fue decreciendo. Su promedio final fue de .249, con 96 hits (16 dobles y 6 jonrones) en 386 veces al bate, con 24 carreras empujadas, 1 base robada y 5 veces atrapado en intento de robo, trabajó 27 bases y se ponchó 64 veces. Defensivamente se puede decir que brilló, solo 2 errores en 157 lances y 937 innings jugados.
Yoennis Céspedes tuvo una difícil temporada lidiando con problemas de lesiones, que lo limitó a participar en 89 juegos, en los que promedió .292 producto de 85 hits en 291 veces al bate, incluido 17 dobles, 2 triples y 17 jonrones, con 42 impulsadas. Defensivamente cometió 6 errores y su promedio fue de .960, inferior a los registrados en temporadas anteriores. Esperemos que con mejor salud, el oriental logre demostrar todo su potencial en la venidera temporada de 2018.
Leonys Martín bajó y subió entre las Mayores y la AAA. En la MLB participó en 49 juegos, 34 con los Marineros de Seattle y el resto con los Cachorros de Chicago. Tuvo 128 veces al bate y conectó 22 imparables (3 dobles, 1 triple y 3 cuadrangulares) con empujadas, 7 bases robadas y 4 veces atrapado en esos intentos, se ponchó 33 veces y trabajó 8 bases por bolas. Su desempeño con el Tacoma en la Liga de Costa del Pacífico fue superior, en 360 veces al bate conectó 110 hits (24 dobles, 5 triples y 11 jonrones) con 39 impulsadas, 25 bases robadas y 6 veces cogido robando, pero 89 ponches y 21 bases por bolas. A Martín le sobra capacidad para ser un pelotero destacado en la MLB, pero al parecer no ha tenido el debido enfoque en este circuito. Probablemente la estancia en las Menores haya sido como una advertencia de que es hora que mejore y se establezca como jardinero regular en las Grandes Ligas. Con los Cachorros pudo participar en la post temporada de 2017. En 3 veces al bate no produjo.
Yasmany Tomás igualmente estuvo aquejado de lesión, por lo que solo vio juego en 47 desafíos de su equipo. Promedió .240 derivado de 40 incogibles (11 dobles, 1 triple y 8 jonrones) en 166 veces al bate, con 32 impulsadas, 50 ponches y 13 bases por bolas. Su defensiva fue inmaculada al no cometer error en 44 lances.
Jorge Soler fue canjeado por los Cachorros a los Reales de Kansas City a cambio del estelar cerrador derecho Wade Davis antes que comenzar a temporada de 2017. Esto da una idea de las expectativas de los Reales con el cubano al ceder a su mejor cerrador. Soler comenzó la temporada lesionado y luego estuvo en rehabilitación en las Menores por un tiempo hasta que se decidió subirlo y situarlo en el jardín derecho de esa novena. Peor desempeño no pudo tener, bateó para escaso .144 ofensivo, con 36 ponches. Los Reales le volvieron a bajar a las Menores, donde bateó para .267 y disparó 24 jonrones. Su llegada al final de la temporada al equipo grande nuevamente produjo pocas nueces. Si Soler quiere mantenerse en las Mayores deberá mejorar muchas cosas en su bateo, una de ellas comenzar a batear los rompimientos, tener más paciencia y poncharse menos. Su enfoque debe mejorarse sustancialmente.
Entre los lanzadores cubanos estuvieron en la MLB este año, el abridor zurdo Ariel Miranda de los Marineros de Seattle, los cerradores Aroldis Chapman con los Yankees y Raisel Iglesias con los Rojos de Cincinnati, el relevista-abridor Odrisamer Despaigne y el zurdo Onelki García, el que tuvo dos salidas desastrosas al montículo, dignas de ser olvidadas.
Despaigne fue a los finales de temporada que logró algunas aperturas de calidad, pero en general su desempeño en 2017 fue pobre. Ganó 2 y perdió 3, salvó un juego, con PCL de 4.01. En 58.1 entradas le batearon 57 hits incluido 3 jonrones, concedió 24 bases y ponchó a 31 bateadores rivales. El WHIP redondeado fue de 1.39. En el tiempo que estuvo en las Menores no es que la haya ido mejor, pero en un equipo como los Marlins el pitcheo no es que sea de los mejores en la Liga Nacional.
Ariel Miranda se convirtió en uno de los abridores regulares de los Marineros de Seattle y tuvo una primera mitad de temporada realmente buena, pero en la medida que el tiempo pasaba y la carga de juegos crecía, así decrecía la efectividad de Miranda. Así y todo tuvo balance favorable de 8 ganados y 7 perdidos en 160 entradas lanzadas y 29 juegos abiertos, ponchó a 137 y concedió 63 boletos, pero la nota negativa fue permitir 37 jonrones, segundo en ese aspecto negativo en la Liga Americana. Sin lugar a dudas, esa bola de jonrón que lanza debe ser reducida si en realidad quiere establecerse en las Mayores. Miranda tiene 28 años, así que tiene tiempo aún de ajustarse y mejorar su repertorio, control y dominio de los bateadores.
El zurdo guantanamero Roenis Elías tuvo una breve actuación con los Medias Rojas. Lanzó un tercio, concedió una base y ponchó a un bateador. El manager de este equipo, John Farrell, ya cesado en ese puesto, no le dio más oportunidades al cubano y ahí todo quedó.
Raisel Iglesias volvió a sus faenas de cerrador desde finales de la pasada temporada cuando salvó 6 juegos. Las veces que le vi lanzar me impresionó su velocidad, la que en muchas ocasiones llega a 98 MPH. En la temporada de 2017 tuvo balance de 3 y 3, con 28 salvados, tercero en la Liga Nacional, y PCL de 2.49. Su WHIP fue de 1.11, y de los 57 hits que permitió, 5 fueron jonrones, cantidad reducida si se compara con los números de las temporadas de 2015 y 2016. La labor del pinero puede entenderse como muy buena en 2017.
Aroldis Chapman fue contratado como agente libre por los Yankees en esta temporada de 2017. Desde un inicio Joe Girardi, manager de ese equipo, declaró que el cubano sería su cerrador. En 52 juegos que participó, Chapman logró balance de 4 ganados y 3 perdidos, mientras salvaba 22 juegos, muy por debajo de lo acostumbrado. Sucede que el holguinero estuvo de baja por lesión y al reincorporarse no halló su forma habitual, su velocidad decayó y fue bateado. Un tiempo de ajuste fue necesario para que Chapman fuera el de siempre. En la post temporada el cubano estuvo inmenso contra los Indios de Cleveland y salvó 2 encuentros, luego contra los Astros salvó uno, pero en el segundo juego de este enfrentamiento Chapman lo perdió 2-1.
En conclusiones fue una temporada más, donde el número de peloteros cubanos alejados por lesiones fue realmente alto. Es menester que cada uno de ellos conozca mejor su organismo y haga los ajustes necesarios. Ojos que no te ven corazón que no siente, y cuando un pelotero se ausenta, se le comienza a olvidar, sobre todo si viene otro que lo hace bien o incluso mejor, así que mantenerse saludable es muy aconsejable por el bien de todos.
Lo más destacado fue la ofensiva de José Dariel Abreu en la temporada regular, así como la de Yulieski Gurriel en la temporada y luego en la post temporada/Serie Mundial. Ambos lograron muy buenos registros ofensivos y merecen el aplauso de todos los aficionados cubanos del béisbol.
El receptor Grandal tiene muchos aspectos a mejorar, sobre todo el tacto con la pelota a la hora de batear y la reducción de passed balls. Leonys Martín y Jorge Soler ya es hora que hagan todos los ajustes para mejorar con creces su bateo. Condiciones físicas les sobra a ambos, por lo que un mayor enfoque y un mejor entrenamiento serán claves para darle la vuelta positiva que el asunto requiere. Incluyo en ese grupo al joven Moncada, muy mala impresión deja con repetidos ponches juego tras juego, y no se trata de un slugger. Yasiel Puig no debe creer que ya todo está logrado, nada de eso, todavía hay que mejorar más el bateo y no perder de vista que en un equipo como los Dodgers se sobran los jardineros que tratarán de disputarle el puesto de regular.
Candelita Iglesias y Adeiny Hechavarría son verdaderos magos de la posición del campo corto, por lo que con un poco más de ofensiva, su valor se incrementará. Ambos padecen de slumps, los que deben evitar, quizás con un poco más de toques por sorpresa. Dudo que sus managers les exijan batear jonrones. Aledmys Díaz debe igualmente mejorar su ofensiva y situar la misma al nivel alcanzado en 2016 para poder aspirar a un puesto de regular en las Mayores.
Esperemos que los Indios de Cleveland canjeen a Yandy Díaz de manera que pueda jugar en las Mayores y demostrar sus habilidades como pelotero versátil y buen bateador.
En el área de los lanzadores se nota la necesidad de elevar el rendimiento y la eficiencia. Miranda debe trabajar más en evitar esa enorme cantidad de jonrones permitidos. Despaigne mejorar su eficiencia si desea realmente seguir lanzando en las Mayores. Todos los lanzadores en definitiva deben mejorar su repertorio, nadie puede confiarse de la fuerza de su velocidad, la vida ha demostrado que ningún lanzador la puede tirar más veloz que una máquina, con la que los bateadores suelen practicar.
Fuentes
Baseball-reference.com
Milb.com
Escrito por Esteban Romero, 4 noviembre de 2017