“Tú aprenderás relatividad relativamente más
rápido de lo que yo aprendería beisbol.”
Albert Einstein
La siguiente aseveración que este autor toma prestada, es muy cierta: “el beisbol es un deporte que requiere mucho ingenio, concentración y estrategia. Es un deporte sin límite de tiempo en el cuál un parpadeo te puede costar muy caro, y en el cuál nada está seguro hasta que no cae el último out.” Si alguien lo duda, basta con que se adentre en este deporte para que lo descubra y luego lo disfrute.
Una jugada que demuestra en parte la anterior afirmación es la existencia del truco de la bola escondida, que se sabe se practica desde hace tiempo. El antesalista, Bill Coughlin, quien jugó con los Senadores de Washington (1899-1904) y los Tigres de Detroit (1904- 08), es considerado el pelotero que más veces escondió la pelota con éxito. Se dice que lo hizo siete veces.
Willie Kamm, antesalista entonces de los Medias Blancas de Chicago y considerado un maestro de este truco, el 30 de abril de 1929, en juego, donde los Indios de Cleveland tenían a Charlie Jamieson en primera y Johnny Hodapp en segunda, con Carl Lind conectando batazo por el campo corto. Hodapp intentó anotar, pero quedó atrapado en un round down entre el antesalista y el receptor. Jamieson avanzó a tercera. Kamm recuperó la pelota y tocó a los dos corredores, con lo cual el árbitro declaró out a Hodapp. Kamm luego escondió la pelota bajo su brazo y esperó a que Jamieson saliera de la base. Cuando lo hizo, Kamm lo tocó para completar el triple play.
Entre los más avezados en este tipo de jugada se encuentra el inicialista Dave Bergman, hombre que cuando recibía el viraje del lanzador, simulaba su devolución cuando en realidad la pelota estaba en su mascotín, por lo que bastaba que el corredor se moviera un pasito para que lo sacara out. Ese tipo de jugada este autor le vio realizar en una ocasión al inicialista Luke Easter con los Bisontes de Buffalo de la Liga Internacional en juego contra los Cubans en el estadio del Cerro.
El defensor de la segunda base Marty Barrett de los Medias Rojas, fue otro de los que sabía hacer bien el truco. Recibía el tiro de los jardines, con hombre sobre la segunda almohadilla, e igualmente simulaba su transferencia al lanzador. La pelota estaba escondida en su guante, por lo que un pasito del corredor y el out se cantaba para suerte de su equipo.
Dos otros antesalistas han sido buenos en el manejo de este truco, uno fue Matt Williams, que jugara buena parte de su carrera con los Gigantes y luego con el Arizona. Williams en dos ocasiones le pidió al corredor en tercera se bajara de la base para limpiar la almohadilla, mientras la pelota estaba escondida en su guante. El resto de lo sucedido no es difícil de imaginar. El otro fue el boricua, hijo de cubanos, Mike Lowell, quien recibía la pelota de los jardines, se hacía el desentendido y diez segundos después sorprendía al corredor fuera de la tercera almohadilla. Lowell también realizó el truco dos veces.
En Cuba el maestro de la bola escondida fue el gran Félix Isasi Mestre, defensor de la segunda base en equipos matanceros y durante años del equipo Cuba. Isasi tenía la maña de esconder bien la bola, que ningún jugador la veía. Isasi afirmó que su primera víctima fue uno de los hermanos Sánchez, Felipe. La jugada consistía en coger la pelota y con la misma dirigirse a la lomita, simulaba que se la entregaba al pitcher y entonces la escondía en el guante. Luego regresaba a solo metros de segunda y el lanzador flotaba la pez rubia, y entonces cuando el corredor se movía Isasi corría para tocarlo y ponerlo out.

Félix Isasi
El matancero realizó esta jugada varias veces y en dos ocasiones en eventos internacionales. La primera vez fue en la novena entrada del juego decisivo entre los equipos Cuba y EE.UU. en los juegos panamericanos de Winnipeg (1967). Lanzaba Manuel Alarcón por Cuba, el que solo había permitido un indiscutible a la artillería estadounidense. El juego iba empatado a 1. Ray Blosse recibió base, vino una lluvia que retrasó el juego durante 15 minutos. Reanudado el desafío, Mark Marquess se sacrificó y avanzó a Blosse, el jardinero Jack Kraus fue pasado intencionalmente para forzar el doble play, pero el segunda base Mike Lisetski disparó sencillo y las bases se llenaron. Isasi fue entonces que se acercó a Alarcón y tomó disimuladamente la pelota. En cuanto Blosse avanzó, Isasi vino y lo tocó, pero el árbitro norteño en segunda base no cantó el out y la protesta, con razón, no se hizo esperar, la que no prosperó. Supongo que el árbitro haya dicho que había tiempo o que Alarcón no estaba en posición correcta. En fin, que aquella adversidad le costó el juego y el título al Cuba, ya que el jardinero George Greer disparó sencillo al derecho para sentenciar la victoria estadounidense de 2-1 sobre el equipo Cuba.
Alarcón no se pudo desquitar de esta derrota, pero Isasi sí lo hizo en ocasión del campeonato mundial disputado en Barranquilla-Cartagena, Colombia, en 1970. Manuel Hurtado había relevado al abridor Changa Mederos en la tercera entrada después que los estadounidenses le anotaran dos carreras para poner el juego 4-2. A Hurtado le anotaron una carrera en el quinto por doblete impulsor del jardinero izquierdo Sam Ewing. Fue entonces que entró Isasi y volvió a tomar la pelota. El matancero a su regreso a Cuba, declaró en la TV, que una vez tomada la bola, le dijo a su manera al árbitro cubano Iván Davis, el que estaba sirviendo en el jardín derecho, que tenía la bola. El lanzador cubano se movió con desdén y alejado de la caja de pitcheo, Ewing adelantó y esta vez fue fatal, Isasi llegó y lo tocó, mientras Davis cantaba el out aproximándose a la posición. El árbitro de segunda no cantó nada. El alto mando del equipo de EE.UU. protestó la jugada y el juego, lo cual se decidió a favor de Cuba una vez concluido el partido. La jugada era legal en toda regla como también lo había sido en Winnipeg 1967. Davis declaró que en esa reunión posterior a la finalización del juego, tuvo que discutir fuerte con algún que otro árbitro sobre la legalidad del truco de Isasi.
Para que la jugada tenga éxito, sobre todo cuando algún infielder tiene la bola después de alguna conferencia en el montículo, el lanzador no podrá montarse en la caja de pitcheo, ya que de hacerlo y no estar en posesión de la bola, se cantaría balk de acuerdo a la regla 8.05 (i). Igualmente no puede haber tiempo pedido, la situación tiene que ser de play ball.
Fuentes
Anon. 1971. Béisbol-1970, Guía Oficial Cubana. Ediciones deportivas, La Habana.
Anon. 2007. Boston Red Sox – Lowell isn’t hiding his feelings on trick play. The Boston Globe, June 13.
Baseball-reference.com
Martínez Marino. 2015. El legendario pelotero cubano Félix Isasi, el hombre de la bola escondida. El Nuevo Herald, 17 mayo. http://www.elnuevoherald.com/deportes/article21250626.html
Munzel Edgar. 1956. Kamm-ouflage!. Baseball Digest, November, Vol. 15, No. 10.
Escrito por Esteban Romero, 7 junio de 2018