“En el terreno los negros éramos super-gigantes, pero una vez el desafío
terminaba, nuevamente teníamos que sentarnos en la parte trasera del autobús.”
Hank Aaron (estrella en las Grandes Ligas, 1954-76)

Sam Bankhead
El nombre de este pelotero saltaba la vista de este autor cuando leía sobre los famosos Leopardos de Santa Clara. Saltaba, ya que fue líder en varios departamentos ofensivos durante las temporadas que jugó en la liga profesional cubana. Me pasó con él, lo mismo que con Jorocón Wilson. Obviamente era menester leer más sobre él, no podía ser que fuera solo estrella en Cuba. El bueno es siempre bueno en cualquier liga, y ese era el caso de este pelotero afro-estadounidense.
Su nombre completo es Samuel Howard Bankhead, nacido el 18 de setiembre de 1910 en Sulligent, Alabama, en el seno de una familia pobre, cuyo padre, Garnett Bankhead, trabajaba en las minas de carbón y en sus ratos de ocios jugaba la primera base de un equipo de la Liga del Cinturón de Algodón (Cotton Belt). Samuel o Sam fue el hijo mayor de una familia, donde luego nacieron otros cuatro hermanos y dos hermanas, los varones todos fueron peloteros. Ellos eran Fred nacido en 1912, que jugó segunda y tercera base en las Ligas Negro (1937-1948); Daniel Robert, más conocido como Dan, nacido en 1920, lanzador abridor derecho en las Ligas Negro en 1940-47, y que luego pudo lanzar para los Dodgers en las Grandes Ligas, debutando en 1947, y lanzando igualmente en las temporadas de 1950-51. En la de 1950, logró registro de 9 ganados y 4 perdidos. Es posible que los cubanos se hayan olvidado de Dan, pero este pelotero fue integrante de los Criollos de Caguas y le sonó lechada de 1-0 a la tropa del Almendares, dirigida por Fermín Guerra, en la II Serie del Caribe, en juego efectuado el 21 de febrero de 1950. Los otros dos hermanos eran Joe Bankhead, nacido en 1926, que lanzó en 1948 en la Liga Negro y luego lo hizo en las Menores; y Garnett Jr., el que jugó, en 1953, con los Reales de Drummondville de la liga provincial canadiense. Garnett en 1991 murió de un balazo al calor de una discusión.
El pequeño Sam tuvo que trabajar en las minas con su padre e igualmente comenzó a jugar pelota de manera informal hasta que le vieron aptitudes para el juego. Aunque no era alto, solo 176 cm de estaura, era rápido en las bases, tenía un brazo privilegiado, era versátil, jugaba los jardines pero en el infield podía desempeñar cualquier posición con excelencia, y al bate era muy respetado por los lanzadores por su tacto y poder. Su debut profesional fue en 1929 con los Barones Negros de Birmingham, pero durante buena parte de su tiempo, alternaba jugando con los Gigantes Élite de Nashville, estuvo una temporada con las Gorras Negras de Louisville (1932) y después con los Monarcas de Kansas City (1934). Ya pasada la primera mitad de la década de los 30, Sam Bankhead era un pelotero codiciado en las Ligas Negro, pues como dijeron muchas estrellas, que jugaron con él, Sam lo hacía todo bien en el terreno de juego.
Como muchas figuras de su mundo, él trabajaba todo el año, jugaba en los equipos de las Ligas Negro en el verano y en el invierno se iba al Caribe a jugar también. Era necesario hacer dinero para vivir y hasta sobrevivir en muchos casos.
El primer circuito invernal donde probó fuerza fue en el de Cuba, el más fuerte de la región. Bankhead jugó con los Leopardos en tres temporadas (1937-40), en la de su debut enseñó que era un pelotero difícil de dominar. Así quedó de líder en veces al bate (243), carreras anotadas (47), hits (89), co-líder en triples (5) (empatado con Lázaro Salazar), líder en carreras impulsadas (34), slugging (.457) y bateo (.366). Repartió palos por todos lados y los lanzadores sabían que lanzarle no era cosa fácil. Los Leopardos, dirigidos por Lázaro Salazar, vencieron en esa temporada con 4.5 juegos de ventaja sobre el Almendares, ocupantes del segundo lugar. No podía ser de otra manera, era un equipo integrado por peloteros de experiencia como el mismo Salazar, Raymond “Jabao” Brown, Santos Amaro, Alejandro Oms, además de lanzadores como Bob Griffith, Manuel “Cocaína” García, Jorge Comellas y Leandro Forbes. En la de 1938-39, con los Leopardos nuevamente triunfadores, fue la temporada en la que vino el receptor Josh Gibson, amigo íntimo de Bankhead, a jugar con el Santa Clara, la única que jugó en Cuba, en la que dejó record por buen rato de jonrones (11). Bankhead bateó en esa temporada para solo .229, aunque disparó 5 jonrones e impulsó 44 anotaciones, mientras que en la de 1939-40, el pelotero en cuestión lideró en veces al bate (209), carreras anotadas (41) y hits (67), a la vez que promediaba .329 al bate, pero su equipo solo pudo alcanzar el tercer lugar por detrás de los campeones, el Almendares, y del Cienfuegos.
En 1940-41 jugó nuevamente el campo corto, pero con el Almendares, equipo que quedó en el último lugar en esa temporada, en la que bateó para .244 sin conectar ningún jonrón.
Bankhead también integró el equipo de los Grises de Homestead que vino a Cuba en 1938 y 1939 para las llamadas series americanas, consistente en 2 juegos contra el Habana, 2 contra el Almendares y otros dos contra una selección de peloteros cubanos. El equipo de 1938 vino con figuras casi todos integrantes del Salón de Cooperstown, como Josh Gibson, el inicialista Buck Leonard, el torpedero Willie Wells, el lanzador-inicialista-jardinero Raymond Brown, y el lanzador Terry McDuffie. Brown no hizo el equipo en 1939. Bankhead jugó regular en ambos equipos pero como jardinero. Dieciocho años después, Bankhead regresó a jugar a la Habana, era la I Serie del Caribe, esta vez como integrante del equipo Spur Cola de Panamá, torneo en el que mostró que todavía, a sus 40 años, era capaz de batear, al promediar .348 y quedar de co-líder en dobletes (3).
En México jugó también, con el Carta Blanca de Monterrey en 1941, donde defendió el campo corto y lideró el robo de bases (32), a la vez que promediaba .315 al bate, pero su equipo quedó algo lejos de los campeones, Azul Vera Cruz, donde estaban sus coterráneos y amigos preciados, como Gibson, Papa Cool Bell, Ray Dandridge, Willie Wells y el cubano Martín Dihigo. En 1941, lo hizo nuevamente con el mismo equipo, donde quedó como campeón de bateo con .351 de promedio, anotó 74 veces, impulsó 85 anotaciones, robó 19 bases, pero con todo y eso el Monterrey siguió siendo equipo de pocas victorias.
Jugó también en República Dominicana, donde el dictador Rafael Leónidas Trujillo, tan egocéntrico como otros tantos que la historia ha conocido, formó el equipo de los Dragones en 1938, donde Bankhead jugó y decidió el último juego con jonrón a favor de su equipo. En esa novena jugaron Satchel Paige, Josh Gibson y Papa Cool Bell. Con Trujillo no se podia perder y era tanto el pánico reinante, que el mismo Paige tomó la primera nave que pudo y juró no volver a jugar en ese país. Un viejo compañero de Sam, decía que él que le daba mejor a los lanzadores blancos que a sus coterráneos de las Ligas Negro.
En Puerto Rico llegó a jugar con el Ponce en el período de 1941-46 y en Venezuela en 1946-47, o sea que jugó en todos los circuitos invernales entonces existentes.
En su carrera, en las Ligas Negro, Bankhead logró ser parte de los Grises de Homestead de 1942 a 1948, conjunto que se coronó campeón en las temporadas de 1943, 1944, perdió la de 1945 con los Bueyes de Cleveland, y volvió a ganar en 1948, siempre derrotando a los Barones Negros de Birmingham en la serie mundial.
Una vez estas ligas fueron desapareciendo, la mayoría de los peloteros afro se fueron integrando al béisbol profesional organizado. Ya entonces Sam Bankhead no estaba en forma para jugar, pero si sabía mucho, había dirigido a los Grises durante algún tiempo, por lo que fue contratado como director de equipo, en este caso de los Piratas de Farnham de la liga Provincial League, Clase C de Estados Unidos, en 1951. Finalizó la temporada con registro de 52-71 en el séptimo lugar, pero ha pasado a la historia como el primer director afro en la pelota organizada. No debemos confundir el asunto con el gran Frank Robinson, quien fue el primer director afro de equipo de Grandes Ligas, lo que ocurrió en 1975, o sea 24 años después que Bankhead dirigiera al Farnham en liga menor.
En Broadway, hubo años después una obra de teatro llamada «Fences (1983)», donde el actor James Earl Jones interpretaba el papel principal de un individuo, de nombre Troy Maxson, que en realidad no era otro que Sam Bankhead. La obra fue famosa y se mantuvo durante buen tiempo en escenarios neoyorquinos. Lo que mucha gente no sabía que se trataba de ese pelotero, que era un desconocido para aquellos no interesados en béisbol.
En el orden personal, un pelotero que le conoció bien fue el lanzador Wilmer “Red” Fields, el que afirmó sobre Bankhead lo siguiente: “Sam era el hombre más respetado en el béisbol cuando llegué al mismo. Nunca alzaba la voz, si hacías algo errado, nunca te gritaba, él te diría las cosas de manera que tomaran efecto. Siempre estaba dispuesto a ayudar a todos. Fue el mejor pelotero que haya visto jamás.”
Nuevamente estamos en presencia de otro hombre negro terminado por un tiro, así le sucedió a Sam Bankhead el 24 de Julio de 1976, aún no había cumplido los 65 años. No se sabe bien el motivo de la discussion, si el disparo fue en defensa propia por parte de un trabajador del hotel William Penn en el centro de Pittsburgh, la realidad es que se fue tempranamente otra vida, igual que ya contamos anteriormente como se fue la de Luke Easter e incluso la del propio hermano de Bankhead, Garnett.
Si uno lee y revisa bien todo lo que hizo este pelotero-manager, se dará cuenta que injustamente no ha sido exaltado al salón de la fama de Cooperstown, donde otros como él, tampoco han integrado este sitial, como son los casos de Orestes Miñoso, Luis Tiant Jr. y Alejandro Oms.
Fuentes
Baseball-reference.com
Figueredo, Jorge S. Cuban Baseball: A Statistical History, 1878-1961. McFarland & Company, Inc. Publishers, Jefferson-North Carolina-London. 544 p.
Holway John B. 2017. Bustin Fences. Baseballaces.net. Jan. 25 http://baseballaces.net/2017/01/bustin-fences/
Riley J. A. 1994. The Biographical encyclopedia of the Negro Leagues. Caroll & Graf Publishers, Nueva York, pp 50-54.
Seamheads.com/NegroLgs/index.php
Wilkie Dave. Sam Bankhead. SABR. https://sabr.org/node/38084
Escrito por Esteban Romero, 22 octubre de 2018
El título critica a Cooperstown al no incluir a Sam Bankhead entre los exaltados, pero llama la atención que hasta ahora ha sido igualmente excluido del Salón de la fama del béisbol cubano, el radicado en Miami. Varios peloteros norteamericanos, muchos de las Ligas Negro, fueron exaltados en 2007 pero el nombre de Bankhead estaba ausente. No entiendo esa ausencia, cuando se trata de un pelotero que se llevó varios lideratos ofensivos en la profesional cubana.
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