“Espero que las personas finalmente se den cuenta de que solo hay una
raza – la raza humana-y que todos somos miembros de ella.”
Margaret Atwood (1939, escritora canadiense)
Esta vez el tema es sobre un film bastante viejo, de aquellos que el director húngaro Michael Curtis realizaba uno tras otro, casi siempre con un mismo elenco de actrices y actores, entre ellos Erroly Flynn, Olivia de Havilland y Alan Hale entre otros.
Su afición era por la historia de los EE.UU., aunque con argumentos no siempre correctos, ese es el caso de “Camino a Santa Fe” (Santa Fe trail), donde nuevamente recurre a la pareja de Flynn-De Havilland para darle un toque de romance, además de incluir a Ronald Reagan en el papel de George Armstrong Custer, y al mejor en esa película, Raymond Massey, en el papel del “terrorista” John Brown.
La película transcurre en el año 1854 cuando el Acta Kansas-Nebraska pasó al Congreso del país, la cual permitía a la población de los futuros estados de Kansas y Nebraska decidir por sí solos de permitir o no la esclavitud dentro de sus territorios. Esta Acta rechazaba el Compromiso de Missouri de 1820, el cual prohibía la esclavitud al norte de la latitud 36°30´. No obstante, el que suscribe no vio nada en el marco de la peli que dijera algo sobre estos instrumentos legales y su discusión en aquellos lares, pero sí hubo no poco sobre la construcción de una nueva línea férrea.
De hecho la aprobación de un Acta como esa fue la que promovió la formación del Partido Republicano, opuesto a la esclavitud, y la que provocó enfrentamientos entre los esclavistas y sus opositores, entre estos últimos, la figura de John Brown al frente de los antiesclavistas.
El film de Curtis muestra a John Brown como una persona recta, de profundos principios religiosos, y a la vez cruel con sus enemigos. Se puede decir que la peli fue afortunada que al final se dejara a Massey, magistral en el papel de Brown, pronunciar palabras importantes sobre el final inexorable de la esclavitud en el epílogo de la película.
Dudosa es la inclusión del tristemente célebre George Armstrong Custer en esta peli, ya que históricamente no se reconoce que haya participado en la batalla de Harpers Ferry, en 1859, en la cual Brown y sus hombres fueran vencidos. Tampoco se vio a alguien interpretando el papel del primer teniente Israel Greene, quien dirigió la compañía de marines en esa batalla, pero tampoco a Shields Green, hombre que peleó junto a Brown. Casi todos los negros que se muestran en la película son gente asustada, carente de coraje, lo cual no fue así. Incluso se quiso sutilmente sugerir que los esclavos no querían ser liberados, ya que no sabían qué hacer después y tampoco tendrían a personas que se ocuparían de su supervivencia. Es como decir de que no querían ser libres al no saber luego qué hacer con sus vidas.

Brown (Raymond Massey) se enfrenta a Rader (Van Heflin) cuando descubre la traición de este último
El héroe Jeb Stuart, hombre de entera confianza del General Lee, papel que interpretó Errol Flynn, sí realmente participó en la batalla de Harpers Ferry, y una vez comenzada la Guerra de Secesión pasó a formar parte del ejército de los Confederados. Es justo reconocer que Stuart en el film aparece como un hombre defensor de las ideas del Sur esclavista. Su esposa en la vida real fue Flora Cooke, hija de Phillip St George Cooke, alto oficial de caballería, y no la dama “Kit Carson” Holliday, personaje ficticio y que encarnó Olivia de Havilland. En una escena aparece Stuart regocijado de encontrarse con Jefferson Davis, opositor sistemático de las ideas de Abraham Lincoln y hombre que fuera presidente de los Estados Confederados durante la Guerra Civil, quién, terminada la guerra, fue acusado y detenido en prisión por 2 años, aunque nunca se le juzgó. Opositor de Lincoln desde sus inicios, a Davis en esta cinta lo hacen aparecer como una figura ilustre del Sur Confederado.
La impresión que uno tiene al final de ver esta cinta, es que Curtis quería rendir homenaje a los graduados militares de West Point de hasta 1854, aunque la inclusión de Custer fue errónea, ya que el mismo se graduó en 1857 y fue el último de su clase.
Curtis incluyó a una figura negativa en el personaje de Rader, interpretado por Van Heflin, una invención de un hombre incoherente, que cursó estudios en West Point, donde ya leía sobre las ideas antiesclavistas de John Brown, lo cual le valió la crítica de sus compañeros de estudio, aquellos que hablaban de respetar las leyes, así estas fueran injustas con una parte de la población. Al final Rader era el malo, quien se une a Brown en su lucha, pero con exigencias de dinero, lo cual resulta muy difícil de creer. Quien abraza una causa no lo hace por dinero, Rader fue una incoherencia de la trama de la película, primero defensor de ideales, luego ambicioso por dinero, finalmente delator, demasiados defectos que no se conjugan en la vida real.
El romance estaba presente en la cinta, pero no faltó el de la comedia, para ello se prestaron Alan Hale y Guinn “Big Boy” Williams. No faltó escena para poner a un recepcionista negro como todo un idiota, algo que era muy habitual en el cine de Hollywood de aquel tiempo.
La moraleja de esta película, falsa por cierto, es que los racistas eran los buenos, supuestamente antes de que surgiera la guerra civil, ya que defendían las leyes vigentes, mientras que los malvados eran los abolicionistas, lo que resulta ser injusto con el sentido de humanidad en una sociedad que buscaba el progreso en general Para suerte, la presentación de John Brown no es tan mala, aunque por momentos Massey, con su mirada, se parecía bastante a un ser tan abominable como Rasputín.
Escrito por Esteban Hernández, el 2 agosto de 2019, con información extraída en línea y de IMDB.com