Las implicaciones de la bala perdida en juego de béisbol del 25 de julio de 1959

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Si los lectores no cambian o mejoran su capacidad de buscar e identificar
fuentes de información confiables, el entorno de información no mejorará.”
Julia Koller (líder de soluciones de aprendizaje, Pew Research Center)

Mucho se ha hablado de un disparo loco ocurrido en la fecha de referencia en juego efectuado en Cuba en el marco de la temporada de 1959 de la Liga Internacional. He visto algunas cosas escritas sobre este hecho, hay quien ha llegado a decir que fue en 1960 y en juego contra el Richmond, y para colmo dice que estaba en el estadio. Muy posible un lapso mental del espectador que reportó este hecho.

Aclarando, fue un juego de altibajos entre las Alas Rojas de Rochester y los Cubans, efectuado el 25 de julio de 1959, víspera de la fiesta del 26 de julio, que era la primera que se festejaría en el país. La Habana en ese momento estaba llena de campesinos, casi medio millón, invitados por el gobierno para festejar la fecha indicada. Se trajeron los campesinos, los que fueron albergados en casas de familias de todo tipo, pobres y de clase media, por lo que buena parte de aquellos gastos corrieron a cargo de los mismos habaneros.

Leonardo Cárdenas

En ese ambiente, el 25 de julio el estadio del Cerro se llenó de público, sobre todo de los invitados campesinos, aunque no todos pudieron entrar. Hubo una especie de juego de Barbudos, para luego escenificar el plato fuerte a base de Cubans y Rochester, los que reiniciaron un juego que había sido sellado, empatado a cero, el 7 de junio de 1959 en Rochester. Los Cubans marcaron una, lo cual le dio la duodécima victoria al derecho Ted Wieand de los Cubans. Seguidamente se inició el juego programado con Vicente Amor como abridor de los Cubans, el que vino mal y tuvo que ser relevado por Pedro Carrillo en la tercera entrada, quien realizó una buena faena y cedió su puesto por un bateador emergente, luego sustituido por el zurdo boricua Luis “Tite” Arroyo. El juego se empató a 3 en la novena entrada cuando Borrego Álvarez, tan oportuno como siempre, disparó jonrón con uno a bordo para empatar el desafío. Las Alas Rojas fabricaron una en el undécimo por descuido de Tite. En un buen esfuerzo había logrado ponchar a Luke Easter, el que había bateado de 4-4 en el partido, pero se confío con el infielder Bill Harrell, el que le sacó la pelota por el jardín izquierdo. Los Cubans no se amilanaron y ripostaron por doble del receptor Gonder, sustituido por Enrique Izquierdo como corredor emergente, y sencillo impulsor de Larry Novak. Así que juego empatado a 4 y a seguir jugando.

En el duodécimo capítulo, el receptor Dick Rand del Rochester murió en difícil jugada de fildeo de Leonardo Cárdenas, quien hizo un tiro magistral a primera. El siguiente al bate era el lanzador derecho Tom Hurd y fue entonces cuando justamente sonó el disparo. El auxiliar de tercera base, Frank Verdi, fue alcanzado por esa bala perdida en la cabeza en el momento que se festejaba el arribo del 26 de julio de 1959. La nota de prensa del siguiente día no dijo nada que el mismo haya pasado cerca del mismo torpedero Cárdenas, algo que sí más tarde se confirmó.

Al siguiente día, Verdi declaró en Miami que fue una suerte que aquella bala le rozara, ya que de lo contrario la habría matado en el acto. Lo interesante del hecho es que el director del equipo, Clyde King, había sido expulsado del juego, por lo que Verdi tuvo que hacerse cargo de la dirección de su conjunto. Para su suerte llevaba un gorro con casquillo plástico, el que realmente le salvó la vida. El árbitro estadounidense de tercera base se percató que Verdi no estaba bien, por lo que de inmediato le preguntó. Verdi pensó que una pelota le había golpeado. El mismo árbitro fue el que encontró el casquillo de la bala que rozó la cabeza de Verdi y le mostró la “pelota” culpable. El auxiliar del Rochester también agregó que Cárdenas había sido herido en el brazo. Sean Lahman (2016) afirma en un artículo que Cárdenas tuvo poca suerte, ya que la bala lo había golpeado en el omoplato derecho. Lo lamento, pero ningún pelotero de campo puede jugar béisbol con esa lesión, Cárdenas alineó el 28 de julio, o sea tres días después, como séptimo al bate y en el campo corto de su equipo en juego contra Montreal, en la sede de los Reales. Para más, Cárdenas se fue de 4-1, que fue un cuadrangular en la séptima entrada. La bala puede haberle pasado cerca a Cárdenas, pero no lo llegó a tocar. Todo el mundo habló de que el proyectil le pasó silbando, pero no lo tocó.

Las implicaciones de este disparo loco fueron muchas. Los Alas Rojas se negaron a jugar el doble juego programado para el 26 de julio, entendían que había mucha locura, por lo que la integridad física de los peloteros corría peligro. El Presidente de los Cubans, Bobby Maduro, hizo cuanto pudo para arreglar este problema, pero no resultó. Por su parte, el director de deportes, Felipe Guerra Matos, envió una misiva al Sr. Frank Horton, presidente de los Alas Rojas, la cual decía:

Lamento infortunado incidente debido exclusivamente a demostraciones de alegría y sentimientos de libertad de nuestro pueblo similar al 4 de julio en los Estados Unidos. Le puedo asegurar que vuestro team tendrá en el futuro todas las cortesías y medidas de seguridad como hasta ahora.” Sinceramente FGM.  

El asunto no quedó ahí, los jugadores del conjunto de las Hojas de Arce de Toronto firmaron una declaración, en la que expresaban su contrariedad a volver a jugar en la Habana.

Varios equipos de la Liga Internacional expresaron su preocupación de jugar en Cuba. Lo cierto es que el mismo Frank Shaughnessy, presidente de la Liga, ordenó a los equipos cumplir sus compromisos de la temporada.

El asunto no quedó ahí. El año 1959 era una cosa y el de 1960 era otra. Las diferencias políticas se fueron agudizando en extremo entre los gobiernos de Cuba y EE.UU., la situación de Cuba se agravó en sentido general, por lo que los mismos dueños de equipos de la Liga Internacional expresaron su preocupación al tener que jugar en Cuba. Ya en ese momento Frank Shaughnessy se expresaba de manera distinta, por lo que la vista estaba puesta para despojar a los Cubans de su sede en la Liga.

Las Alas Rojas volvieron a jugar en la Habana en junio de 1960. Dice Lahman que durante uno de esos juegos sonó un bombazo. No se puede negar, las bombas eran frecuentes en el transcurso de 1960. No obstante, fueron puestas y no porque el Rochester estuviera en la Habana. Sea como sea, las Alas Rojas fueron el último equipo de la Liga Internacional en jugar en Cuba. Poco tiempo después, a los Cubans se les despojaba de su sede y se  convertían en los Jerseys de Jersey City.

Fuentes

AP. 1959. Censuró Frank Shaughnessy la actuación del team Toronto. Diario de la Marina, 28 julio, pp 2-B.

Anon. 1959. Ofrece Frank Verdi versión sobre el incidente del sábado. Diario de la Marina, 28 julio, pp 2-B.

Lahman Sean. 2016. Red Wings were last U.S. team in Cuba before embargo. Democrat & Chronicle, Nov 28. https://eu.democratandchronicle.com/story/news/2014/12/18/red-wings-last-baseball-team-cuba/20600617/

Úbeda Luis. 1959. Suspendido el juego Rochester-Cubans por una leve herida sufrida por Verdi. Diario de la Marina, 26 julio, pp. 3-B.

Escrito por Esteban Romero, 24 junio de 2020

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